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No hay mal que por bien no venga por Aphrodita

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CAPITULO 3: “Mi cabeza es un nido”...
 
 
  Al día siguiente, cuando Ikki llego de trabajar se encontró con su otouto comiendo algo a las apuradas, aparentemente recién había llegado de la escuela y pronto tendría que salir de nuevo a dicho lugar.
  Cuando Shun vio a su niisan no pudo evitar una mueca de asco y desprecio, cuando el Phoenix vio la cara que su otouto le hacia le pregunto:
 
--¿Tan feo sabe ese emparedado?...
--No me hables... –Pidió el peliverde desviando rápidamente su vista en señal de enojo.
--¿Y ahora que te sucede otouto?... –El peliazul dejo su mochila sobre una silla.
--Sinceramente Ikki... Nunca espere algo de así de ti... –Dijo el menor con su boca repleta de comida, apenas se le pudo entender.
--¿Y ahora? ¿¡Que hice!?... –Pregunto el mayor con tono de suplica y de víctima.
--Sabes perfectamente bien de lo que hablo... ¡Eres un cerdo!... –Nunca le había hablado así a su niisan pero la situación lo desbordó.
 ¡Y pobre Sándwich! Que no tenia la culpa, Shun lo desgarraba con sus dientes de pura furia.
--¿Un cedro?... ¿Por qué?... No entiendo... –Ikki fue sincero.
--¡CERDO!... Dije cerdo... –Andrómeda trago un pedazo de pan para poder articular mejor. –No puedo creerlo... –Finalizo remarcando cada sílaba.
--¿Vas a decirme que hice ahora? ¿O seguirás mirándome con esa cara de asco?... –El Phoenix penso que le había dejado bien en claro que nunca quiso engañar al menor de los Kido.
--¡Seiya es muy chiquito!... –Exclamo el peliverde con indignación --¡Y muy inocente para andar haciendo esas cosas!...
--¿¡QUE COSAS!?... –El peliazul comenzaba a exasperarse.
--¡Eso que tu! ¡Eso que tu quieres hacer!... –A pesar del enojo, al menor le costaba pronunciar aquello, tomo coraje y con euforia prosiguió --¡Una orgía! ¡Un trío desenfrenado, morboso, sucio y desmedido, en donde se la pasen todo el tiempo tocando, investigando, dándose placer carnal, introduciendo, saboreando, gimiendo! ¡En donde cada célula del cuerpo se estremezca por el contacto de las manos del otro! ¡En donde los miembros palpiten una y otra vez hasta largar su néctar salado ciento de veces!
--¡Ya!... –Grito Ikki entre asqueado, sorprendido y asustado por la efusividad de su otouto.
--Que asco... –Finalizo Shun... Si, que asco eso de sentir un placer desmedido.
--¡Otouto como se te ocurren esas cosas! ¡De donde las sacas!... –El Phoenix reflexiono de que su pequeño miraba demasiada televisión.
--Etto... –Andrómeda se quedo sin palabras, penso que se refirió a que estaba demasiado bien informado con respecto al tema, pero no era así.
--¿De donde sacaste esa locura de que yo busco hacer un trío?... –Aunque después de las palabras de su otouto seria bueno reconsiderar la idea.
--No me explico porque de repente tanto interés por Hyoga... –La euforia de Shun comenzaba a ceder.
--¡Dioses!... Ya te lo dije... Es por Seiya... –Al terminar de decir eso, Ikki rápidamente acoto --¡Pero no para un trío!... Es que... Anda de nuevo con eso de buscarle pareja a Shiryu... Ya sabes, si por lo menos una vez al mes no se manda una cagada no puede ser feliz...
--Oh... –Exhalo Andrómeda –Que tierno de su parte... –Susurro confundido.
--¿Tierno?... Yo diría tétrico... –Contradijo el Phoenix –No estas en mi lugar...
--Lo siento niisan... –Se disculpo el peliverde apenado y por otra parte alegre de ver que su hermano no era un depravado sexual.
--Esta bien... –Concedió el peliazul --¿Qué pensabas? ¿Qué yo seria capaz de lastimar a Seiya?...
--No... Nunca me lo imagine... Por eso mi enojo al pensar...
--¿Tan mal concepto tenias de mi?... –Interrumpió el mayor fingiendo dolor.
--Lo tenia... Pero ya no... –La sonrisa del menor fue el broche final de los malentendidos, aunque claro, los que venían eran peores.
 
  No tardo mucho Hyoga en bajar cuando escucho la voz de su amigo Shun, se preguntaran, a esta altura ¿Qué demonios hace el Cisne? Pues, lo mismo que vino haciendo hasta ahora: Nada. Y no “Nada” de “Nadar”... Sino el “Nada” de ocio... Si, era un vago... Nunca quiso estudiar y como trabajar no le hace falta se dedico al sedentarismo, aunque no del todo, ya que su cita al gimnasio era obligatoria. 
  El rubio se paso lo que quedo de la tarde persiguiendo a su amigo peliverde para saber que había hablado con su niisan, Shun no estaba seguro de contarle, tuvo miedo de equivocarse otra vez y lo bien que había echo, sin embargo no pudo contra la presión del ruso y termino hablando, en parte mejor así su amigo Hyoga dejaba de alimentarse de esperanzas vacías. Fue justo antes de la cena, un momento que pudieron hablar a solas aunque la gente iba y venia.
 
--No... –Negó Andrómeda –No me pregunto de ti... De hecho me dijo porque me había preguntado todas esas cosas...
  El rostro melancólico y apagado del Cisne se ilumino por un segundo.
--¿Qué te dijo?... ¿Tiene algún interés hacia mi?....
--No... –Volvió a negar el peliverde y esa luz en el rubio se apago por completo –Lo siento pero me explicó que era porque Seiya se lo había pedido...
--¿Seiya?... ¿Para que?... –El ruso necesito sentarse, así que llego al sillón y se desplomo. –No entiendo...
--Por Shiryu...
--Ahora entiendo menos... –Eso era verídico, en vez de esclarecerle las cosas a Hyoga se las nubló mas --¿Por Shiryu?...
--Así es... –Asintió Shun reflexionando –Seiya se lo pidió a mi niisan porque... Seguro que Shiryu se lo pidió a Seiya...
--¿Q... Que?... ¿Y para que Shiryu quiere saber todas esas cosas de mi?... –El Cisne largo una risa sarcástica –Oh... –Esa sonrisa se borro de su rostro al entender la situación.
  Andrómeda se limito a mirar al rubio con una sonrisa picara en sus labios, el ruso solo arqueaba sus cejas incrédulo.
--No me lo esperaba de Shiryu... –Confeso el peliverde.
--Yo tampoco... No sabia que le gustaban los hombres... –Aunque aquello era lógico, reflexiono Hyoga, siendo todos hombres, criados juntos y manteniendo contacto entre ellos se le hacia inevitable tener aunque sea algún que otro juego sexual.
--Y bueno... –Pronuncio Shun esperando una resolución por parte del otro.
--Y bueno... –Repitió el Cisne como loro, cuando noto las intenciones del otro se negó rotundamente–No... No puedo...
--¡¿Por qué?!... –El peliverde se hecho a reír --¿Qué tienen de malo?... Es apuesto, tiene futuro, es buena persona...
--¡Pero es Shiryu!... ¿Entiendes eso?...  –Exclamo el rubio –Es Shiryu... No puedo con él...
--Dame una buena razón...
--Pues... Porque es un buen amigo... Y lo quiero solo como eso, es como un hermano para mi... --¡Qué Shiryu no escuche las palabras del ruso por que se suicida arrojándose de un avión!.
--Oh vamos Hyoga... Eres un hipócrita... –Shun golpeo sutilmente la nariz del otro –Acaso ¿A mi no me considerabas tu amigo, casi un hermanito?...
--Si pero... Fue distinto...
--¿Distinto?... –Andrómeda no pudo evitar reír frente a excusas tan flojas --Vamos Hyoga... No seas así... Shiryu no tienen nada de malo y en tal caso creo que como mínimo... Deberías hablar con él para aclarar el tema...
--Es cierto... Somos adultos... Y no me gustaría perder lo que tengo con él...
 
  La cena estuvo lista cuando Shiryu llego de la calle, se sentaron todos a comer, y aunque Hyoga quiso disimular y hacer de cuenta que lo hablado con Shun no le había afectado en nada le fue inevitable: Se le derramo el vaso de jugo tres veces, volcó su plato otras dos, se le cayeron los ohashi ciento de veces, siempre fue el menos diestro para manejar los palillos pero eso ya era el colmo, sobre todo le pasaba cuando su mirada se cruzaba accidentalmente con la del Dragón, quien no estaba distinto, él también tuvo que limpiarse varias veces cuando la comida que se le caía de los ohashi por quedarse observando a su amigo rubio.
  Todos notaron estas reacciones raras, o bueno, casi todos, Seiya estaba muy concentrado en su plato, pero Ikki y Shun se dedicaron miradas de preguntas.
  El martes termino y por fin el Dragón podría descansar un poco lo que no había podido en esos días.
 
 
//////
 
 
  Ikki dispuesto a dormirse tuvo que prender la luz de la lampara cuando escucho la puerta abrirse, una silueta alta y delgada camino hasta su cama vestido solo con ropa interior y una camiseta, inmediatamente reprocho:
 
--¿No tienes clases mañana?...
--Si... Pero quiero dormir contigo... –Respondió Seiya metiéndose en la cama sin ser invitado.
--Bueno... Pero te portaras bien... Por que mañana tenemos que levantarnos temprano... –En cuanto termino de decir eso una mano juguetona acaricio su entrepierna.
--Yo siempre me porto bien... –Contradijo el Pegasus al mismo tiempo que estiro su otra mano para apagar la luz del velador.
--No te estas portando bien ahora... –El Phoenix abrazo a su niño con fuerza cuando notó su estado y por eso investigo --¿Qué te sucede?...
--Estuve pensando... –Hablo el Pegasus –De que todo fue en vano... –Soltó un suspiro.
--¿Qué fue todo en vano?... ¿Lo de Shiryu?...
--Aja... –Respondió el morocho con tristeza.
--No te preocupes... Ya veras que encontrara a alguien y cuando lo haga será muy feliz... Por algo el destino lo hace esperar tanto, quizás le tenga reservado algo muy bueno para él... Y sin dudas se lo merece...
--Que lindas palabras... –Pronuncio el menor sonriendo y sintiendo su corazón mas tranquilo, no le sorprendió escuchar eso de su hombre, pues Ikki, muchas veces dejaba entrever a un ser humano y no a un demonio mitad bestia, mitad hombre.
 
  Automáticamente el peliazul le exigió a su niño que se callara y que se durmiera, lejos de conseguirlo realmente ya que esa mano juguetona que nunca se había apartado de su entrepierna ahora luchaba afanosa contra el slip para liberar el miembro de su encierro. ¡Dioses! Mañana llegaría tarde al trabajo y demonios que valía la pena.
 
 
((((((
 
 
  Ese miércoles despertó a Hyoga con un molesto rayo de sol que se coló por los amplios ventanales, se levanto se cubrió con sus sabanas y camino hasta el baño, luego de darse una ducha bien fría para despertarse del todo y vestirse con un Jean y una remera blanca bajó a la cocina para desayunar sorprendiéndose al encontrar a alguien en aquel lugar.
 
--¿Qué haces aquí? ¿Dónde están todos?...
--Pues... Ya sabes... –Respondió Shiryu con nerviosismo –Seiya y Shun tienen escuela, Ikki trabaja... Lo de siempre... –Se sintió muy estúpido, aquello era cosa de todos los días.
--Oh... Cierto... Hoy es miércoles... –El Cisne había olvidado que el único día libre del Dragón eran los miércoles.
 
  De por si el ambiente estaba tenso y cargado de nerviosismo... El rubio intento prepararse el desayuno quitando de su mente las palabras de Shun mientras que el pelilargo apuraba su te para salir cuanto antes de aquel lugar y encerrarse, si era necesario, todo el día en su cuarto.
  Los dos se notaron raros, no se hablaban como siempre y sus movimientos eran torpes, esquivaban la mirada del otro y cuando querían hablar para cortar el hielo terminaban balbuceando frases inentendibles y repitiéndolas mil veces para que el otro las comprendiera.
  Sentados frente a frente no lo podían creer, el ruso observo con minuciosidad las facciones del otro, intentando averiguar que carajo le había visto Shiryu, ya que el Cisne siempre se considero un vago con todas las letras y no entendió que pudo haber visto el Dragón en él. El pelilargo solo bajo su vista confundido, preguntándose lo mismo ¿Por qué un chico como Hyoga, despreocupado, libre y teniendo conquistas todas las semanas se iba a fijar en un tipo tan aburrido como él?.
  Escapando de tan embarazosa situación Shiryu se puso de pie y subió las escaleras con el fin de entretenerse ordenando o leyendo un rato, estar cerca del rubio, jamas lo imagino, pero lo ponía hartamente incomodo y nervioso.
  Hyoga se echo en el sillón buscando distraer su mente con la televisión, lejos de lograrlo pues e Dragón no abandono un segundo su mente ¡Dioses! No quiso aceptarlo pero no podía seguir así, algo debía hacer, era su deber hablar con el pelilargo y aclarar los tantos, así que sin opciones se puso de pie y subió las escaleras.
  El Cisne camino por los pasillos hasta detenerse frente a la puerta de Shiryu que se encontraba abierta permitiéndole observar a su amigo leyendo un libro gracias a la luz solar que entraba por la ventana. El Dragón se quedo estático, helado al ver a su amigo de pie en el marco de su puerta, sin rodeos el rubio habló:
 
--Necesitamos hablar Shiryu...
--¿Eh?... –Dioses ¿Tenia que ser ese día? Se pregunto el mencionado--¿De que?... –Investigó con un dejo de idiotez.
--Sabes perfectamente de lo que tenemos que hablar... –Dijo el ruso adentrándose en la habitación.
¡Dioses! ¡Si!... ¿Y que le diría? Se pregunto el pelilargo, era su amigo, su compañero de batallas, nunca lo había visto de aquella forma, aunque mirándolo bien... No estaba nada mal el rubio.
--Esta bien... Pasa... Tienes razón... Yo ya no puedo con esto...
  El Cisne sonrió al ver el estado del otro ¿Tan nervioso lo ponía? Aquello se le hizo sensual, muy sugestivo.
--¿Sabes?... Siempre te vi como un buen amigo... ¡El mejor que cualquiera pudiera tener!... –Exclamo el ruso aclarando su voz –Casi como un hermano... –Se sentó en la cama junto a su amigo.
  Shiryu nunca penso que esas palabras surgirían de la boca de Hyoga, sonrió al ver que intentaba declararse o ser sincero.
--Si te digo mas... –Interrumpió el Dragón –Yo también te veía así... Pero no se... Ahora veo las cosas distintas...
--Me imagino... –El Cisne se preguntaba como había llegado su amigo a sentir algo por él.
--Hace pocos días me preguntaron porque nunca había tenido novia y nunca la tuve... Eso me desconcertó y yo también me lo pregunte... –El pelilargo busco ser sincero, su compañero se limito a escucharlo –Hasta que halle la respuesta... ¡Y por Athena! Me costo reconocerlo... Fue así que intente ver si eso era cierto... Si, bueno... –Le costo decir aquello, como si fuera algo prohibido o maligno –Si a mi realmente me gustaban los hombres... Y para mi sorpresa disfrute besando a uno... –En ningún momento le aclaro que había sido Seiya. –Lo que quiero decirte... –Se incorporo en la cama para sentarse junto al rubio –Es que aun todo esto me cuesta... Todo es nuevo para mi... Son sensaciones desconocidas...
  El ruso interpreto aquello como sus sentimientos hacia él, por eso dijo comprensivamente:
--No te preocupes... Es normal... A mi también me cuesta asimilarlo pues... Ya te lo he dicho antes, siempre te vi de una forma y ahora... –Hyoga intento sacarse una duda –Dime Shiryu... ¿Qué te gusta de mi? He pasado estos día rompiéndome la cabeza... No entiendo que...
--Pues... –Interrumpió Shiryu –Eres buena persona, eres sincero, apuesto... –Intento remarcar las cualidades del otro, no quiso herir sus sentimiento, pero sin embargo termino siendo sincero, busco esa respuesta en su interior y agrego --Eres libre... Eres un ser libre... Yo en cambio estoy atados a prejuicios, valores, reglas... En cambio tu vives la vida sin miedo, sin ataduras... Eso admiro de ti...
 
  El Cisne se sorprendió con aquellas palabras, no supo que decir, su mente se nubló, jamas imagino que alguien lo viese de esa forma, que alguien lo “admirase”, a él, un simple vago sin sueños ni proyectos. Supo que mínimo debía decir algo y también fue sincero.
 
--Pues... Si aquí hay alguien a que todos debemos admirar es a ti... –El rubio observo la mirada triste del otro –Eres inteligente...
--Y aburrido... –Acoto el pelilargo con desprecio hacia si mismo.
--No, para nada... Eres ocurrente... Tus comentarios son tan elaborados que consigues hacernos reír... Un chiste tuyo sin dudas costara entenderlo ya que hablas de cosas que nosotros no comprendemos, pero cuando lo conseguimos vemos que eres muy ocurrente... Además ¡¿Eso que importa Shiryu?! Eres un tipo sumamente interesante, no sólo podrás hacer lo que quieras de tu vida, porque tienen el don... –Dijo el ruso señalando su cabeza –Sino que además eres buena persona, honesto, modesto, humilde... Sabes de lo que eres capaz, eres consciente de tu capacidad y aun así no lo pregoneas ni no los refriegas en nuestras caras... Y admiro eso de ti, poder ser humilde teniendo semejante don... Nunca has dejado de ser mi amigo, a pesar de que siempre fui un vago, nunca lo has dejado a pesar de tener a tus amigos de la Universidad, y eso me demuestra la clase de persona que eres... Y por esos valores de los que tanto te quejas yo... Yo te quiero y te admiro...
 
  Si Shiryu había dejado sin palabras a Hyoga, lo del Cisne no tuvo nombre. No lo pudo evitar pero una lagrima de desahogo recorrió la mejilla del Dragón, hacia tanto tiempo que no se sentía tan bien, hacia tanto tiempo que deseaba escuchar esas palabras.
  Lo único que pudo hacer el rubio sintiéndose culpable por algo que no había hecho pues no hubo nada de malo en sus palabras, fue estirar su mano para acariciar la mejilla del pelilargo y secar su lagrima.
 
--No se que sigue... No se que decirte... Ni que hacer... No quiero tampoco desilusionarte... Por ahí tu ves en mi algo que no soy... –Fue lo único que pudo decir Shiryu con su voz quebrada.
 
  Hyoga había ido allí con un fin bien claro, sin embargo sus deseos eran otros... Había ido para cortar con todo el martirio y se encontraba allí, enfrente de su amigo con unas tremendas ganas de probar sus labios. No lo penso dos veces, el Cisne se acerco lentamente hasta que sus labios dieron contacto con la suave boca del Dragón quien solo se quedo quieto, expectante, esperando el próximo paso, fue por eso que el rubio se dio cuenta que era casi su primer beso ya que el pelilargo no entreabrió su boca permitiendo la invasión de su lengua, volviendo ese contacto un tanto inocente.
 
--Vine aquí... –Habló el ruso –Con la intención de causarte el menor dolor posible porque pense que no podía corresponderte ¡Y mírame!...
--¿Q... Que?... –Shiryu se desconcertó.
--Que pense que no sentía nada por ti... Cuando Shun me contó de tus sentimientos me confundí...
--¡¿Shun?!...  ¿Qué te dijo Shun?... –Se noto la confusión en las palabras del Dragón.
--Bueno pues... De lo que tu sentías por mi... ¡Bah! En realidad no me lo dijo directamente pero me dio a entender...
--Pero si Seiya me dio a entender que tu... Que tu... –El pelilargo comenzó a comprender.
--¿Qué?... ¿Tu no sientes nada por mi?... –Aquello se le hizo extraño Hyoga.
--No... Pues... Ahora no lo se...
 
  Por fin lo había comprendido, Shiryu llevo una mano a su frente y sin decir nada comenzó a reír, sin opciones tuvo que explicarle al Cisne sus conjeturas, que estas vez eran ciertas, y entre los dos desenmarañaron todo el embrollo que se había causado.
 
--¿Y entonces?... –Pregunto el ruso divertido, hacia tiempo que no se echaba a reír de esa forma tan suelta.
--¿Y entonces?... –Repitió el Dragón en el mismo estado.
  Se produjo unos segundos de harto e incomodo silencio.
--¿Que sigue?... ¿Qué haremos?... –Se pregunto Hyoga refiriéndose mas que nada a la situación y a la relación de ellos dos como amigos.
--Bésame... –Propuso el pelilargo, aquello le había gustado.
  El Cisne volvió en si con aquellas palabras, levanto su vista y sonrió de medio lado.
--¿Nunca antes te habían besado?...
--¿Tanto se notó?... –Pregunto Shiryu con suma pena.
  De nuevo el Dragón arrancándole la risa fácil al melancólico ruso.
--No es eso... Solo no este tan tenso... –Dijo el rubio aferrando los brazos de su ¿Amigo?
--Para ti es fácil... Pero ya te lo dije antes... Todo esto es nuevo para mi...
--Esta bien... Lo comprendo... –Tranquilizo Hyoga acercándose nuevamente al rostro de su compañero causándole nerviosismo, nuevamente se hecho a reír al ver el estado del otro.
--Tu te ríes de mi desgracia...
--No... No me río por eso... –Contradijo el Cisne –Además me gusta que seas así... –Reconoció –Relájate... –Volvió a pedir –Y abre tu boca... Déjame entrar...
 
  El pelilargo suspiro e intento relajarse, sin embargo su corazón latió aceleradamente y esas cosquillas en la panza, mariposas que revoloteaban de un lado al otro en su estomago no se quedaban quietas. El beso llego por fin a destino, los labios sonrosados del rubio acaricio los aterciopelados de Shiryu, este se dejo hacer y cuando quiso darse cuenta la lengua de su amigo luchaba afanosa por ingresar en su boca... No tuvo opciones y el Dragón se dejo vencer por el Cisne, al principio fue desagradable tuvo que admitir el pelilargo, pero luego se torno extraño hasta pasar a ser placentero eso de sentir la humedad, el sabor del otro, sin darse cuenta, ahora su lengua también jugaba con la de su compañero, copiando sus pasos y sus movimientos.
  Los brazos del ruso buscaron la cintura de Shiryu quien nervioso levanto sus brazos permitiendo el contacto, sin saber que hacer con ellos, Hyoga los guió hasta su cuello, y así... Con el Dragón aferrado por el cuello del Cisne y este aferrado por la cintura del otro siguieron besándose, volviendo ese beso mas apasionado, o por lo menos por parte del rubio que comenzó a sentir ese calor infernal en su cuerpo que invitaba a quitarse la molesta ropa.
  Cuando las manos del ruso comenzaron a moverse de manera impropia por la espalda, la cintura y llegando a la parte baja de la misma del pelilargo este se sobresalto, sin embargo Hyoga no lo dejo escapar y lo aferro mas a su cuerpo buscando ahora su cuello, Shiryu confundido agradeció la interrupción de la Señora Kaede:
 
--¡Señorito Hyoga! ¡Señorito Shiryu!... –Se sorprendió la mujer.
--Oh... Maldición... –Exclamo el Cisne levantándose rápidamente de la cama.
--Señora Kaede... –El Dragón trago saliva con dificultad.
--Disculpen, pero he venido en busca de tu ropa sucia Shiryu... –Se dirigió al menor de los dos.
 
  Mientras el rubio escapo de tan lamentable situación, el pelilargo camino hasta el rincón de su cuarto y le cedió a la mujer su cesto de ropa sucia escondiendo su rostro, sin embargo la Señora tuvo un gesto mas que admirable, le pellizco una mejilla a Shiryu sonriéndole al mismo tiempo que le susurraba un “Ya era hora”.
  Sintiéndose aliviado, el Dragón correspondió el gesto con otra sonrisa y antes de irse, Kaede volteo para realizarle un gesto de silencio colocando su dedo índice en su boca dejando en claro que era un secreto.
 
--¿Cuándo llegaron?... –Se extraño el pelilargo.
--Recién... –Respondió Kaede –Son las 11:30 niño... –Dijo con reproche, era el horario en el que siempre llegaban todas las mañanas ¡Como si no lo supiera!.
 
  ¡Waou! La mañana había pasado rápido dialogando con el ruso, ya casi era mediodía, ni siquiera escucho las voces de las señoras al llegar, pronto Seiya y Shun volverían de la escuela para poder comer algo antes de ir a Educación Física y todo volvería a la normalidad ¿Volvería? Y en tal caso ¿Así lo quería? ¿Quería seguir siendo le mismo tipo solitario y aburrido? Eso seguro que no. Deseaba hablar mas profundamente con Hyoga, aclarar sus miedos y dudas, poder ser francos. Mientras que el Cisne necesitó, lisa y llanamente, tener a su amigo completamente desnudo a su merced y en lo posible en una cama, esa actitud tan temerosa e insegura de Shiryu conseguía elevarle los calores a limites insospechable.
  Almorzaron cuando Ikki volvió de su trabajo, los cinco intentaron mantener un agradable dialogo, pero Hyoga y Shiryu estaban realmente extraños, sonriendo sin motivos y perdiéndose en las miradas del otro... Es que aun les era tan difícil asimilar lo ocurrido, no podían creerlo. Lejos de notar que las ausentes sonrisas del Cisne habían vuelto, el resto no noto nada mas allá de eso.
  El día fue atípico, transcurrió con los intentos del rubio por acercarse a su buen amigo Dragón quien cuidándose de miradas curiosas permitió algún que otro beso furtivo, caricias y hasta un sutil manoseo del otro en su trasero, por todos los rincones de la mansión el ruso intento acorralar al otro con el fin de que se dejara, algo completamente imposible ya que esa idea al pelilargo no se le instalo en la mente, era muy rápido, aun todavía le costaba asimilar que le gustaban los besos que un hombre le daba menos concibió la idea de estar desnudo con uno en una cama.
 

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