Kyungsoo llegó a su departamento completando su rutina del diario, quitándose el saco negro Channel y dejando el porta folios Gucci, un regalo de sus padres el año pasado, como todos los días lo colocó en su sillón café y caminó hasta el refrigerador dispuesto a calentar la comida italiana del día pasado.
Había estado todo el día en juntas y sentía que su cabeza iba a explotar. Se dispuso a cenar cuando escucho ruidos en la planta de arriba y no pudo evitar sonreír, todos los días esperaba ese momento.
Empezó a escuchar los tan conocidos pasos, descansó su cabeza en la silla y miró hacia el techo imaginando los movimientos delicados de aquel chico que tenía aproximadamente ocho meses de haberse mudado al piso de arriba y empezó a seguir sus pasos que parecían bongós en la duela con esa rutina tan conocida por él, caminaba lento intentando imaginarse el espectáculo con aquellos ágiles movimientos hasta llegar a la cama. "Kim Jongin" repetía siempre que estaba a punto de dormir "Buenas noches" y casi lo podía ver tras sus párpados sonriendo.
○●○●○●○●○
a34;a34;El día que él se mudó, Kyungsoo había llegado más temprano que de costumbre. Lo vio subiendo cajas de diferentes tamaños y mentiría si dijera que no le había llamado la atención aquel chico de labios gruesos y cabello negro sonriendo de manera tímida.
En el momento que aquel chico se presentó de manera tan educada haciendo una reverencia y sonriendo cuando sus ojos cafés se encontraron, Kyungsoo sintió que el mundo se había detenido en ese momento.
Jongin le había dicho que era un bailarín y Kyungsoo le pidió que le mostrara algunos pasos.
Desde ese momento no pudo buscar otra definición de perfección que no fuera Jongin bailando, Jongin moviéndose, Jongin sonriendo.
´¨)
¸ .•´¸.•*´¨) ¸.•*¨)
(¸.•´ (¸.•`
Desde aquel día inventaba cualquier excusa para poder ver a aquel chico, desde ayudarlo con su mudanza hasta "olvidar" cosas en su departamento para verlo otra vez, con aquella sonrisa tímida que con el paso de los días se había vuelto más grande y más juguetona.
Kyungsoo se preguntaba si para él seguirá siendo sólo el vecino de abajo. A veces sospechaba que al menor le gustaba por aquel brillo en esos ojos que lo volvían loco pero al final siempre lo terminaba descartando porque nunca le daba más que esa sonrisa y no podía besar a cualquier hombre que le gustara y menos si era su vecino.
´¨)
¸.•´¸.•*´¨) ¸.•*¨)
(¸.•´ (¸.•`
El día que empezó con aquella rutina tan extraña de seguir sus movimientos fue el día que más estrés tenía bajo aquel traje sastre que cubría sus hombros, había tenido que arreglar muchas cosas en el trabajo y en cuanto llegó al sillón se desplomó frotando sus sienes en forma de masaje cerrando los ojos. Entonces lo escuchó, primero fue un sonido débil que poco a poco comenzó a sonar un poco más fuerte, marcando un ritmo que no podrá olvidar.
No se necesitaba música para eso. a34;a34;
○●○●○●○●○
Al día siguiente en el ascensor del edificio se encontraron. Jongin no tenía el cabello negro, ahora era un blanco plateado, tampoco estaba aquella hermosa sonrisa que siempre demostraba a Kyungsoo cada vez que ellos se encontraban. Kyungsoo no pudo evitar notar que algo no estaba bien cuando al darle las buenas noches la voz de Jongin sonaba muy baja, casi entrecortada, cuando se volteó a mirarlo se dio cuenta que estaba llorando y tenía un ojo morado y los labios rotos. Evitando la cara de Kyungsoo se dispuso a disculparse e intentar salir corriendo cuando las puertas del ascensor se abrieron pero el moreno fue más rápido y lo agarró del brazo para que no pudiera escapar, justo era su piso así que lo llevo hasta su departamento para poderle curar las heridas.
—¿Quién te hizo esto?— repetía Kyungsoo una y otra vez intentando no sonar preocupado, un gran contraste con respecto a su cara llena de seriedad.
Jongin no emitía sonido alguno salvo pequeños quejidos cuando Kyungsoo limpiaba las heridas y pudo sentir que dejó de respirar por un momento cuando pasó sus dedos por sus labios acariciándolos.
— Esta es la última vez que te pregunto ¿Quién te hizo esto?— ésta vez su voz sonaba un poco más relajada y Jongin bajo la mirada que se había clavado en sus ojos.
— En la compañía...— Jongin empezó débilmente, casi no se le escuchaba y Kyungsoo tuvo que hacer uso de su auto control para no besarle en ese momento y además de asustarlo, lastimarlo.
— Un par de chicos me estuvieron molestando por el cambio de color en mi cabello, diciendo que no quedaba por mi tono de piel. Además se enteraron de quién es la persona que me gusta— terminó agarrando un poco fuerte la chaqueta negra que traía puesta.
Kyungsoo quiso gritar, gritarle a esos chicos que no se metieran con ese color de piel que lo volvía loco, gritar porque ese color de cabello lo único que le hacía pensar era en lo sexy que se veía y gritar porque sentía que su corazón se había roto en mil pedazos al escuchar que había alguien por el cual Jongin sentía algo más de lo que sentiría por él.
○●○●○●○●○
Pasó alrededor de una semana después de aquel día que Kyungsoo había empezado a dejar de seguir su rutina, desde ese accidente llegaba más tarde cuando sabía que el ahora rubio ya estaba dormido.
Ya no cenaba, ni seguía los pasos de aquel chico por el cual se sentía dolido. Se iba directamente a la cama y en vez de decir buenas noches sólo soltaba un quejido y se disponía a dormir hasta el día siguiente.
Se despertaba muy temprano para no encontrarlo en el ascensor o en el recibidor.
El viernes había llegado relativamente temprano y se había encontrado a quién había estado ignorando toda la semana entrando en el ascensor con él.
— Sabes... Si no supiera que tu trabajo es muy demandante pensaría que me estas ignorando— empezó Jongin con una sonrisa tímida en los labios. — como sea, estoy aquí para agradecerte por lo que hiciste por mi esa noche— Kyungsoo rápidamente dirigió su mirada a su ojo que ahora tenía un color violeta más claro y no estaba tan hinchado al igual que sus labios.
— Y también estoy aquí para invitarte a... una presentación... de baile...— Jongin estaba realmente nervioso, pensando mucho sus palabras. —Y ya que me ayudaste... quiero que conozcas a alguien... esa persona... es... muy importante para mí— terminó la última frase con una hermosa sonrisa, de las que a Kyungsoo le gustaban y sintió una fuerte punzada en el pecho y el estómago revuelto que a juzgar por la cara de Jongin, no tenía una expresión muy amigable.
○●○●○●○●○
El domingo había despertado temprano y salió a caminar al parque que había cerca, compró un café y se puso a pensar en si debía ir a la presentación, conocer a la persona de la que se había enamorado Jongin y seguir su vida como su vecino ó no ir y que Jongin se sintiera triste y decepcionado de él.
Cuando menos lo noto ya estaba en la entrada con un ramo de flores, por las cuales ahora se sentía estúpido. ¿Quién regala flores a un hombre? Y más aun viniendo de otro hombre.
Cuando la función había empezado y el telón subido no pudo estar más de acuerdo con que ese color de cabello lo hacía lucir sexy, el maquillaje cubría por completo aquel rastro violeta debajo de su ojo y esos pantalones negros se ajustaban muy bien a sus bien torneadas piernas. Parecía una persona totalmente diferente y entonces se le vino a la mente ¿Será aquella chica de rasgos delicados que está cargando de la que está enamorado? ó tal vez este entre la multitud alabándolo tal como él lo está haciendo en ese mismo instante, pero prefirió preocuparse por eso al final de la presentación.
Al final del evento cuando todo concluyó, prefirió regalarle las flores a la mujer que estaba a su lado gritando por el que suponía era su hijo y bajo esperando como todos los demás a las afueras del teatro.
Lo vio acercarse a él con su sonrisa tímida. Reafirmando que arriba del escenario era una persona y debajo era otra completamente diferente, no pudo reprimir una sonrisa, regresaron al edificio juntos.
Jongin había dicho que la persona que le iba a presentar a Kyungsoo ya estaba en su departamento y el moreno no pudo evitar sentirse nervioso todo el trayecto, provocando que este estuviera lleno de momentos incómodos.
Al llegar a la puerta Jongin le pidió que pase lo que pase no quería que su relación terminase mal, lo cual sólo logró poner a Kyungsoo más nervioso.
Jongin abrió la puerta lentamente, el departamento estaba a oscuras, prendió las luces y Kyungsoo notó que no había nadie. Lo condujo hasta su cuarto y él entró primero dejando a un muy nervioso Kyungsoo en la sala.
— Muy bien, está es la persona— dijo Jongin y Kyungsoo entró encontrándose con un enorme espejo de cuerpo completo, el cual reflejaba toda la sorpresa en el rostro del moreno.
— Jong...— No pudo terminar su frase ya que los labios de Jongin no se lo permitieron. Siendo cada vez más exigentes, Kyungsoo pensó que estaba en un error al haber buscado la definición de perfección sin antes haber besado sus labios, quería agregar más a aquella definición.