Mañana no era un día común y corriente, o así lo era para el maknae. Iba a ser su cumpleaños. Todos sus hyungs estaban bastante emocionados por YuGyeom, por lo que decidieron darle una fiesta sorpresa, organizada por el líder JB. Se dividieron en grupos para ayudar y bueno, ya saben, en toda fiesta sorpresa, alguien debe distraer al cumpleañero. En este caso, fue BamBam.
Al día siguiente [Día del cumpleaños]
— Yugyeommi, salgamos hacía algún lugar. — Inició el mayor de los dos; BamBam.
— ¿Hmmn? Está bien, espera aquí, me iré a cambiar. Espérame en el comedor. — Y así fue. Al cabo de unos minutos, YuGyeom estaba buscando a BamBam, ya que no se encontraba en el lugar acordado, así que decidió ir en su búsqueda. Comenzó con la sala de estar: nada; alguna habitación de sus hyungs: tampoco. El único lugar que quedaba era la cocina. Era tal como había pensado el menor, pues se oían algunas voces que provenían de la cocina.
— BamBaaam ~ — Musitó YuGyeom. Estaba por entrar cuando encuentra una escena bastante comprometedora. Mark tenía acorralado a BamBam y estaban muy cerca ambos.
— Tú… Me gustas. — Se pudo escuchar claramente la voz de Mark. Eso provocó un “extraño” sentimiento en el menor del grupo, se sentía furioso, devastado, triste… traicionado. Decidió irse de aquel lugar, y hacer como si no hubiera visto y escuchado absolutamente nada. Aun así, no podía dejar de repetir esa escena una y otra vez en su mente. Al cabo de unos minutos llegó BamBam, detrás de Mark. Ambos tenían una gran sonrisa en rostro, como si… fueran “novios”.
— Lo siento… ¿Nos vamos? — Le preguntó BamBam al menor de ellos. Éste sólo atinó a asentir con la cabeza y con una leve sonrisa /fingida/ en el rostro.
— Mira YuGyeom, ¡Una máquina de baile! — Exclamó exaltado el mayor. — ¿Quieres competir? — Soltó desafiante BamBam.
— Sí. — Respondió seco y frío YuGyeom. BamBam había notado lo insoportable, frío y cortante que estaba el menor. No comprendía el por qué estaba así, ni tampoco tenía que estarlo, Hoy era su cumpleaños, un día especial y ni siquiera estaba sonriendo. Algo en su interior lo hizo sentir muy mal. ¿Se habrá enojado porque le hizo derramarse el jugo en todo su rostro? Esperaba enormemente que no fuera eso.
Comenzaron a bailar (Cualquiercanciónestáoc) La coreografía no era tan complicada, pero en algunos momentos implicaba mayor rapidez y coordinación. Ambos terminaron y BamBam le sonrió; había ganado. Estaba celebrando su mini-victoria, sí, porque le ganó por un punto. Pero, igualmente ganó, ¿No?
BamBam celebraba su “victoria”, hasta que un estruendoso sonido lo interrumpió. Aquello lo dejó helado. Vio a YuGyeom pateando el juego de manera muy fuerte. Realmente no entendía que sucedía, él no suele comportarse así, y mucho menos perder en un juego de baile. Comenzaba a pensar que le había sucedido, no quería verlo así. No le gustaba.
— YuGyeom, tú… ¿Estás bien? — Interrogó al menor un tanto nervioso por lo anteriormente ocurrido.
— … — Silencio. Lo que faltaba, ignorarle. Odiaba ser ignorado, sobre todo si lo ignora uno de sus grandes amigos.
— Vamos, se hace tarde. — Le interrumpió los pensamientos YuGyeom. BamBam hizo una mueca.
Ambos comenzaron a caminar hacia la salida, hasta que BamBam jaló del brazo a YuGyeom.
“Esto no se quedará así”. Pensó BamBam.
— ¿Qué ocurre? — Y otra vez los inundó un silencio. BamBam sentía la profunda mirada que le dedicaba el menor. Volteó el rostro algo incómodo y soltó el agarre del maknae.
— Sólo quería ir al parque de diversiones. — Respondió YuGyeom mientras se encogía de hombros.
— No tenías por qué ponerte así. - BamBam soltó un suspiro. — Vamos…. —
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Estaban esperando su turno en la enorme fila para subirse a la Rueda de la Fortuna. Un juego bastante…. Romántico. Ni siquiera se habían subido a los otros juegos; la montaña rusa, autos chocadores, nada. Pero lo hizo por petición del Menor y eso para él estaba bien, tampoco es que le incomodara, pero había algo, y no podía saber el qué.
Finalmente llegó su turno, finalmente. Lentamente se subieron y se sentaron inmediatamente. Luego de unos minutos, la rueda comenzó a subir. Había un silencio incómodo entre los dos, además de estar prácticamente pegados /juntos/, ya que el espacio no era muy grande. YuGyeom podía sentir como BamBam lo miraba fijamente, de seguro era por el incidente anterior, pero no estaba cien por ciento seguro. El maknae le devolvió la mirada. Los jóvenes miraban, de manera extraña e intensa. Ambos voltean el rostro, dejando sus rostros a unos escasos centímetros; extrañamente, ninguno se apartó del otro.
— BamBam… A ti, ¿T-Te interesa Mark? — Musitó nervioso.
— Es lindo y carismático, no lo niego. — Sonrió ladino BamBam. Aquello le provocó unos inexplicables celos a YuGyeom.
— Entonces…. ¿Te gusta? — Sintió como la voz se le iba, ya escuchaba esa respuesta positiva, e ahí mismo se echaría a llorar.
— ¿Por qué me preguntas eso? — Rió BamBam, como si se tratara de una broma. — ¿Qué pasa?
— Pero… Es que, yo los… escuché y pen-
— Ah, ¡nos escuchaste ensayar!
— ¿Ensayar? – Comentó dudoso.
— Sí. — Se encogió de hombros. — Mark me pidió si podía ensayar un libreto con él.
— Aahm… Era eso. Me había asustado. — Le sonrió a BamBam, pero al cabo de unos segundos, proceso lo que había dicho y se cubrió la boca con ambas manos.
— ¿Por qué?, ¿Qué hubiera pasado si esas palabras hubieran sido ciertas?
— N-Nada, es sólo qu-
— ¿Qué? — Lo interrumpió ansioso BamBam.
— Es que… Celos… De t-…Tú… Ya sabes. — YuGyeom comenzó a alterarse.
— ¿Celos? ¿Pero qué…?
YuGyeom se aproximó unos centímetros más hasta que las respiraciones de ambos se sentían. Los corazones de ambos se alteraban, sólo estaban ellos. Olvidaron el juego, sus amigos, sus hyungs, el mundo…
— BamBam desde que te conocí… Sentí que eras especial. Algo me atrajo a ti y cada vez se hacía más y más fuerte. — Un leve rubor cubrió sus mejillas.
— N-No logro entender a lo que te refieres…
—A lo que me refiero es que tú… Me gustas.
— Y-YuGyeom… - Sus ojos se iluminaron. — Realmente yo… no sé. Siento una atracción hacía ti, pero no… pero no estoy seguro si es amor.
— No importa BamBam. — Cada vez comenzó a acercarse más a él. – Yo me encargaré de que te enamores de mí. — Los centímetros cesaron, sí, se estaban besando. Un beso dulce y cálido.
— Así que… ¿Confías en mí?
— Ehm, E-Está bien, quiero intentarlo.
YuGyeom tomó la mano de BamBam y la entrelazó junto con la de él, mientras se apoyaba en el hombro de él.
— Prometo hacerte feliz, BamBam. – Le sonrió radiante.
BamBam le devolvió la sonrisa, cuando volvieron a la realidad: el juego acababa de terminar. Aún con las manos entrelazadas entre sí, bajaron. BamBam abrazó a YuGyeom.
— Feliz cumpleaños, YuGyeom.
El menor no podía expresar su felicidad y gratitud hacía BamBam. Sonreía como un bobo enamorado, bueno, lo estaba.
— Gracias. — Correspondió al abrazo de su mayor.
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In Home.
— ¿Por qué tardan tanto? — Exclamó Jackson, cuando oyeron la perilla de la puerta girar. Los Hyungs comenzaron a alterarse. Se escondieron detrás de los sillones y las mesas, apagaron las luces y esperaron a que entraran los maknaes.
Así fue. Todos saltaron, prendieron las luces y gritaron. Fueron a abrazar al maknae con felicidad y cariño, como si se tratara de su madre bueno, en ese estado, parecían madres cuando sus hijos se gradúan y les obligan a sacarse una foto con prácticamente todo el Instituto.
— Eh, YuGyeom, ¿Por qué tú y BamBam venían de la mano? — Interrogó en voz MUY FUERTE Junior.
BamBam y YuGyeom quedaron en silencio. No sabían que decir, y tampoco sabían si sus hyung se lo tomarían de una buena manera. Comenzaron a imaginarse lo peor, cuando sienten que los abrazan a ambos.
— Felicidades, pequeños. — Hablaron al unísono sus hyungs.
YuGyeom estaba feliz. Muy Feliz. Definitivamente éste es su día perfecto.
The End.