KyuHyun estaba harto.
Harto de estar encerrado en su habitación. Odiaba estar en ese estúpido internado, los profesores no lo comprendían, nunca comprendían nada. No comprendían que era un genio, simplemente lo castigaban y volvían a encerrarlo en esa habitación estúpida. Lo único que lo mantenía cuerdo era cuando su novio YeSung lo visitaba.
Él no estudiaba allí, pero habían sido muy unidos desde pequeños y KyuHyun siempre había estado enamorado de él así que cuando el mayor le pidió que salieran él no tuvo que pensarlo, simplemente aceptó.
Se dejó caer en la cama, viendo el techo. Quería salir ¿por qué no lo dejaban salir? Necesitaba dar la vuelta en el jardín como siempre, quería sentarse bajo los árboles a pasar el tiempo con YeSung.
YeSung.
YeSung, YeSung, YeSung.
A Kyu le gustaba pensar en él, le gustaba su aroma, su cabello, el color de su piel, sus ojos. Todo él era perfecto. ¿Iría a visitarlo ese fin de semana? Esperaba que sí. Moría por verlo.
Sabía que la vez en la que creyó verlo con alguien más fue solo una alucinación. Claro, eso fue, nada más. Fue una lástima que aquel joven desapareciera, YeSung se había puesto muy triste. Desde ese día KyuHyun no quiso volver a verlo triste, y se esforzó más por ayudarlo.
Se quedó en la cama viendo hacia el infinito hasta que se quedó dormido sin saber cuánto tiempo había pasado. Cuando despertó fue porque sintió unas frías y pequeñas manos sobre sus mejillas. ¡YeSung!
Se levantó de golpe, viendo al susodicho frente a él con una hermosa sonrisa en sus labios.
“Kyunnie~ mi Kyunnie~ Pensé que ya no despertarías.” Dijo con cinismo, cosa que Kyu no captó.
“YeSungie…Te extrañé tanto. Pensé que hoy no vendrías.” Lo abrazó con fuerza, embriagándose con su aroma.
“Kyunnie~” YeSung se separó un poco de él. “¿Me amas?”
“¿Qué clase de pregunta es esa?” Lo miró con reprobación, YeSung era su mundo. “Claro que te amo, te amo más que a mí vida.”
“¿Morirías por mí?” volvió a preguntar.
“Claro. Sin dudarlo. Moriría y mataría por ti.” Respondió abrazándolo nuevamente solo que ahora por la espalda, pasó sus manos por los brazos del mayor, acariciándolo con lentitud. “Te amo tanto YeSungie. Como no tienes idea.”
“¿Quisieras estar conmigo hasta la eternidad?” murmuró.
“Sí. Claro que sí.” Contestó abrazándolo con más fuerza. “Sin ti, yo me muero.”
“Entonces sígueme Kyu, vayamos juntos hasta el fin del mundo.” Manifestó el mayor con semblante oscuro, empujando al menor a la cama. KyuHyun se dejó hacer, se quedó recostado boca arriba y YeSung se sentó sobre su cadera. “Cierra los ojos, cariño.”
Kyu obedeció y se quedó inmóvil. Él confiaba en el mayor, siempre confió en él. Estiró los brazos y sintió los labios de YeSung sobre los suyos antes de caer en un profundo sueño.
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Buenos días, Seúl.
Bienvenidos a las noticias de hoy, aquí la nota del día. –Park JungSoo, el comentarista del show de noticias anunció con una gran sonrisa antes de que en la pantalla apareciera el reportero, Choi SiWon.
¿Tragedia o Justicia?
Hace un año toda la ciudad se conmocionó ante la noticia de que el joven Cho KyuHyun en ese entonces de 20 años, asesinó a una joven pareja. Kim JongWoon y Kim RyeoWook. En el juicio se reveló que KyuHyun sufría de personalidad múltiple, en su mente él había creado una relación con JongWoon y al verlo con RyeoWook explotó en un ataque de celos, asesinado a RyeoWook a sangre fría.
Se reveló también que JongWoon estuvo secuestrado en el hogar de Cho, fue torturado y mutilado y cuando la policía llegó se encontró a Cho bañado en sangre, abrazando las partes del cuerpo de Kim mientras murmuraba cosas.
En el juicio fue declarado como enfermo mental y llevado al hospital psiquiátrico Gonjiam, donde permanecía encerrado hasta esta mañana. Un empleado entró a la habitación de Cho para darle su desayuno, pero al abrir la puerta se le encontró muerto. La autopsia reveló que el joven había muerto por envenenamiento, sin embargo, no se ha encontrado rastro de algún veneno dentro de las instalaciones, ni al culpable de su muerte.
Esta noticia podría aliviar un poco el dolor de las familias Kim, pero la muerte de Cho no le regresará la vida a sus hijos.
Para el noticiero Mañanero, este fue, Choi SiWon.
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En algún lugar…
“KyuHyun ¿me amas?”
“Ya sabes que sí, que te amo y te amaré hasta la eternidad.”
Una sonrisa macabra se formó en los labios del pelinegro. “¿Qué tanto?”
“De aquí al infinito.” Murmuró. “Te acompañaría hasta el mismo infierno.”
Le extendió la mano. “Acompáñame entonces.”
Sin siquiera pensarlo, lo tomó de la mano siguiéndolo hasta los confines del infierno.