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Black Ángel Raven (traducción) por Mariela

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CAPITULO 18 TRES HORAS

Takano rió cuando Kirishima derribo a  Yukina en la arena. El  vio su oportunidad, se la cobraría a Kirishima, corrió hacia el,sus brazos bombeaban de la velocidad...corrio mas rapido... saltó hacia el Ángel,y lo tiro con todas sus fuerzas.

Como Kirishima cayo sobre su hombro, se lo había torcido al grado de no poder moverlo, lo cual lo hizo estallar y gritó con rabia.

-Vas a pagar por eso, Takano- este  sólo se rió entre dientes.

-Hombre, ya estas viejo. Ahora eres demasiado lento- Todo el mundo aplaudió.

Takano miró a su alrededor preguntándose por qué Onodera no estaba allí todavía. No estaba en el agua o estaba en el bar. Esquivando a Kirishima cuando lo ataco, le preguntó Kisa

-Kisa ¿Has visto Onodera?-Kisa miró a su alrededor con el ceño fruncido.

-No, yo no lo he visto-Presa del pánico Takano le pregunto  a todos los demás, pero obtuvo la misma respuesta.

 Todo el mundo miró a su alrededor temorosos de que algo le hubiese pasado. Kirishima se puso de pie ayudando a Yukina también.

-Tal vez él dio un paseo- Había preocupación en la voz de Yukina. Por un breve momento Takano estaba feliz de que todos hayan aceptado a Onodera a pesar de que élera un demonio.

-Ok todos divídanse y búsquenlo, no pudo haber ido muy lejos- instruyó Kirishima. Todos asintieron y despegaron en el aire.

Media hora había pasado y aun no había indicios de Onodera.

-¿Crees que haya cambiado?- Takano vaciló. Él no lo sabía.Pero en dado caso que si lo haya hecho, ¿habra vuelto al infierno?

-Takano-san- Takano se volvió para ver a Hatori. -Lo vi volar hacia las  montañas- Hatori señaló hacia donde se encontraba  Onodera actualmente sentado en el punto final de la montaña media luna, mirando el océano.

Takano firmó en relieve.

-Gracias Hatori- Hatori sólo asintió con la cabeza y volvió a sentarse en la cama oscilante. Takano agradeció a todos por haberlo ayudado. Extendió sus alas y voló junto a Onodera.

-¡Onodera! ¿Qué carajo?¡Nos tenias a todos muertos de miedo! ¿Cómo demonios llegaste hasta aquí? ¿Acaso volaste?

Onodera volvió la cabeza y vaciló.

-Lo siento, no fue mi intenciónpreocupar a todo el mundo, y sí, ya puedo volar

La ira de Takano lo dejó cuando notó la expresión de tristeza en el rostro de Onodera.

-¿Onodera?

-¿Qué?- Apartó la vista de Takano para posarla de nuevo en el oceano

Takano se sentó junto a él, envolviéndolo en sus alas.

-¿Qué pasa?

Onodera negó con la cabeza.

-Nada

-Onodera- Takano agarró su cara suavemente y volvió la cabeza hacia él-Sabes que puedes confiar en mi. Todo lo que este pasando por tu mente, yo estoy aquí para escucharte- Besó sus labios suavemente-Yo siempre estaré aquí para ti.

Onodera se limitó a asentir. Miró hacia el mar otra vez sin decir nada por un tiempo.

Apoyó la cabeza en el hombro de Takano sorprendiéndolo. Onodera siempre fue tan duro, nunca mostro mucha emoción y esto era, para Takano, un milagro

-No he visto el mar en tanto tiempo- Sin saber cómo responder Takano se quedó tranquilo, esperando que continuara-Donde yo vivía había un océano fuera de mi ventana. Siempre me gusto visitar el agua-La voz de Onodera lo sacudiócuando admitió esto-Había sangre en el agua de los que conocí, de mis amigos, cuando me escapé de ese lugar. Yo no quería ver el mar desde entonces

Takano abrazo a Onodera muy cerca de su pecho, sufria por tener que recordar algo tan cruel

-Onodera ... ¿que pasó ese día?- Takano vaciló, temiendo que pudieraestar siendo muy imprudente.

Onodera se quedó en silencio de nuevo, parecía estar luchando una batalla interna. Ambos vieron como el sol rocíaba naranja alrededor del cielo. Onodera extendió la mano y agarró la mano de Takano, apretándolo.

-Atacaron una noche. Nadie estaba preparado, por lo que a todo el mundo se le ordenóesconderse en sus habitaciones, mientras que los soldados luchaban contra ellos. Mi mamá y mi papá llegaron a mi habitación;... Me enteré de que atacaban el castillo. Mi mamá. Me hizo ir después por  Ann-Chan, mientras que los retenian por un tiempo. Encontré Ann-Chan muerta

Takano escuchó la captura en su voz. Él lo mantuvo apretado.

-Vi cómo mataban a mi hermano... despues a mi madre. Mi papá me empujó en una puerta abierta en la pared para que pudiera escapar por mi cuenta- Onodera estaba de alguna manera tranquilo mientras contaba esa horrible historia.

Takano acerco a  Onodera cerca de su corazón. Besó su frente queriendo desesperadamente regresar y salvar al niño dulce que alguna vez fue.

-Lo siento. Sé que es lamentable.

Takano negó con la cabeza.

-Nunca, ¿cómo puedes decir eso? Tú eras sólo un niño pequeño- Las lágrimas se filtraron por los ojos de Takano impactando a  Onodera-Me gustaría poder volver atrás y salvarte de eso.

Onodera levantó la mano y se limpió las lágrimas. Takano le agarró la mano y se la besó.

-Mi valiente ángel- dijo mientras le daba un beso en los labios.

-Takano...-Onodera alcanzó de nuevo para limpiar los ojos-No llores.

Takano sonrió.

-Idiota. Déjame llorar por ti- ladeó la cabeza-Tu ... calmate

Onodera se sobresaltó.

-Yo ... siento alivio ...- Onodera miró al agua de nuevo-Al igual que tu, solo necesito tus hombros para tanquilizarme-Takano sonrió.

-Es tuyo, todo de mí, es tuyo.

-Ritsu

Ritsu no tenía idea de por qué confió en Takano, pero se setnia bien. Estaba a punto de salir del Cielo y aterrizar  en su hogar en la tierra cuando algo tiró de Ritsu.

No quería dejarlo. Así que se sentó y pensó en el pasado.

Él se sorprendió cuando Takano derramó lágrimas por él. Fue doloroso, torció el corazón al darse cuenta de lo mucho que amaba a su compañero.

Ritsu dudó en eso. Admitió que nunca había tenido el control sobre el amor. Pero en realidad no tenía elección.

No es que a Ritsu no le importara...

Sonrió un poco; todavía era difícil decirlo. El miedo todavía lo carcomía.

Ritsu quería hacerlo todo de nuevo. Iba a decirle Takano quién era realmente y espero que él lo aceptara. También quería tratar de encontrar el perdón en los Ángeles. Iba a poner el miedo a un lado y, finalmente, dar un paso hacia la luz en lugar de temer a lo desconocido.

La noche caería en tres horas más.

-Takano necesito hablar contigo en privado- Takano miró a Ritsu. Ellos estaban de vuelta en la playa, todo el mundo se estaba yendo para prepararse para la próxima guerra. Takano asintió.

-Nos vamos a casa ahora- le informó. Ritsu asintió, agradecido.

-¡Takano!. Necesito hablar contigo ahora-Takano se volvió para ver a Yukina y Kirishima esperándolo.

-Espérame aquí Onodera. Ahora vuelvo- Ritsu miró como Takano caminó hacia ellos.

Tenía un mal presentimiento que lo carcomía. ¿Qué le pasaba? Ritsu comenzó a sudar. Recordaba haber tenido esta misma sensación cuando estaba a punto de entrar en la tienda de esos bandidos hace tres mil años.

Necesito mi espada. Ritsu estaba acostumbrado a tener una espada cuando este tipo de cosas sucedian. Ritsu comenzó a caminar hacia Takano, el miedo se apoderó de su corazón. Tenía que proteger a su compañero.

De pronto, se encontró de rodillas con un dolor intensoque lo hizo arquear su espalda. Los latidos de su corazón se aceleraban. Una línea de sangre se escurría  por la nariz y otra de su oreja. Encorvado, empezó a toser de forma incontrolable.

El dolor atravesó el cuerpo de Ritsu, haciendo nudo en sus músculos. El sabor de la sangre inundó su boca. Se siente como cuchillas que están cortando a través de mi piel y en mi corazón.

-¿Onodera?-las manos frías de Takano estaban sobre él, pero no lograron enfriar la lava que derritia sus entrañas.

Todo se volvió oscuro para Ritsu.

-Takano

-¡Onodera! Respóndeme!- Temblando Takano ignoro las preocupaciones de Kirishima y Yukina y cambió al hospital con  Nowaki. -Nowaki, ¡Ayúdame! Algo está mal con Onodera.

-Ponlo en la cama-Takano lo colocó rápidamente. Nowaki fruncio el ceño

-No hay nada malo con él, ¿por qué es…

Onodera comenzó a arañar su pecho. Nowaki tomó sus manos.

-¡Takano mantenga sus manos hacia abajo!

-Onodera, shhh estoy aquí no…

Onodera gritó,y comenzó a golpear la cama. Onodera intentó arañar su pecho de nuevo, pero Takano se mantuvo firme. Arqueaba la espalda y el sudor goteaba  por su cara.

-¿Qué carajo le está pasando?

-¡Yo no sé! Nunca vi algo parecido...- de repente miro a Yukina-¡Ve por Miyagi ahora!- Yukina asintió y se movió.

-¿Qué tiene que ver con esto?

-Lo mismo le paso a Shinobu. Se llama el Tiron del Infierno. Dios puso esto en demonios para que no puedan estar fuera del infierno para siempre. Este es el resultado- El rostro de Takano palideció. Nowaki sacó una aguja y la inyecto en Onodera.

-¿Qué fue lo quele pusiste?

-Un medicamento para dormir, de gran alcance también- En cuestión de minutos Onodera estaba dormido. A vecesse agitaba como si ni siquiera en sueños lograra dejar de sufrir.

Miyagi entró con Yukina.

-¿Qué está pasando?

-Miyagi necesitamos saber ¿qué demonios pasa por la atracción del infierno?- Preguntó Nowaki.

Miyagi se quedó callado mirando Onodera. Firmó, no disfrutaba  recordar el dolor de su Shinobu.

-Primero llega un tiron, es  pequeño al principio, como tirar en su interior. Luego vienen las ilusiones, se sienten reales, pero no lo  son... todavía. Luego vienen sus peores miedos y el dolor físico sigue. Ahora...

Miyagi hizo una mueca al recordar.

-Se supone que no hay mayor dolor. Se siente como quemarse por dentro, como si fueras apuñalado, como si su piel se separara de su cuerpo. Esto sería peor mil veces si no lo llevamos a la corte del infierno y lo dejamos  curar por sólo estar de vuelta en el infierno

-Eso es todo lo que se tiene que hacer ¿Verdad?- Preguntó Takano. Miyagi asintió. -Bien entonces... me voy.

-¡Espera un segundo!-Kirishima lo  agarró por el hombro-Takano tu eres un líder,  los demonios se aprovecharían y tratarian de matarte

-No estaras pensando en ir solo ¿cierto?- se metio Yukina

-Tengo que hacerlo, lo amo y no lo puedo perder-Ambos se quedaron en silencio. Kirishima soltó su hombro.

-Está bien entonces- gruñó

-¡Kirishima! ¿Qué carajo? ¡No puedes dejarlo ir así como así!

Kirishima negó con la cabeza.

-Él ira, no importa lo que le diga; ahora Takano asegúrate  de no quedarte atrapado ahi, hay otras tres horas antes de que  la guerra comience, así que asegúrate de darte prisa para entonces.

Takano asintió. Se puso su armadura.

-Miyagi ¿cuánto tiempo tengo que permanecer allí hasta Onodera es bien otra vez?.

-Probablemente por sólo diez minutos tal vez menos. Shinobu se sanó en ocho minutos- Takano asintió.

-Gracias.

-Te voy a dar treinta minutos- le informó Kirishima. Takano frunció el ceño.

-¿Qué quieres decir?

-No te preocupes por eso. Simplemente vete ahora

Takano agarró suavemente a Onodera de la cama y se movió al infierno.

 


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