CAPITULO 19 LOS OJOS VERDES
Takano se desplazó al Infierno. Al instante extendió sus alas y voló antes de caer en el abismo de llamasde lo profundo de este. Los sonidos de gritos y gemidos definían sus oídos; el olor de la carne en descomposición lo ahogó. Él utilizó su poder para hacer que su armadura pareciera negra. Ya que estaba sudando, el calor se sentía como si derritiera su piel. ¿Cómoes que Onodera podía sobrevivir aqui?
Takano oyó el sonido misterioso de un rugido, miro hacia arriba y se encontró a los perros del infierno. Takano gruñó. Odiaba esas cosas, eran extremadamente fuertes y sólo los líderes podían acabar con ellas
Takano pasó los hermosos edificios altos que inspiraban una sensación de que algo siniestro nos esperaba dentro. Él sabía queese no era el concejo al que Onodera tenia que ir. Pasó junto a un enorme cráneo de dragón colgando en el aire, con llamas azules abrasadoras ardiendo dentro de el.
Vio demonios por todas partes, algunos en el fuegopara torturar a las almas, otros en los combates de aire entre sí. Takano se mantuvo en la oscuridad para no atraer la atención.
Vio un edificio que no tenía ningún diseño en él, que era un castillo ordinario en comparación con los demás. Takano miró a su alrededor era el único que era diferente, rezó para que este fuera el lugar que buscaba.
Estaba asombrado por lo que le esperaba en el interior. La caverna no tenía techo; por lo que parecía que no tenía fin.simbolos rojo sangre decoraban el suelo. Por suerte no había nadie aquí, sin embargo, no había lugar en donde ocultarse, se vio obligado a rezar para que no se le apareciera nadien en los siguientes diez minutos
Onodera dejo de gemir captando la atención de Takano. Había una expresión más pacífica en su rostro. Takano firmó en relieve. Este era el lugar después de todo.
Mantuvo sus sentidos agudizados, no dejaria que ningún demoniose acercara sigilosamente a el. Pasaron unos minutos en silencio.
-Ngh, Takano...- miró a Onodera. Estaba un poco agitado
-Estoy aquí Onodera.Tranquilo amor, estoy aquí.- Onodera se calmó un poco. Takano sonrió.
-Qué lindo- Takano alzó mirada hacia la voz demoníaca, pero no vio a nadie.
De pronto, se lanzó hacia adelante por algo que fue lanzado contra su espalda.
Miró hacia atrás para ver un líquido verde grueso en sus alas. ¿Acaso... Acaso esta derritiendo su armadura? Al instante cambió de nuevo al cielo... pero...
No pasó nada.
Tres demonios aparecieron de la nada y lo bajaron causando que Takano cayera con Onodera en el suelo. Takano rugió y trató de quitárselos, pero eran de alguna manera demasiado fuertes. Se dio cuenta de que eran dos altos Demonios.
Takano atacó, cortando a uno en el estómago, golpenado a los demás, pero, de repente, su espalda se reunió de nuevo con el suelo, con las piernas atadas por debajo de él. Los tres los sujetaban.
Otro demonio entró y tomo a Onodera en sus manos. Takano rugió, con su fuerza renovada para protegerlo. Él sólo pudo caer de rodillas cuando dos nuevos demonios aparecieron. Uno era Korero y el otro no lo reconoció.
-¿Qué tenemos aquí?- El demonio desconocido camino hacia Onodera.
-¡No te atrevas a tocarlo!
Divertido el demonio tomo la cabeza del menor y le susurro
-Despierta Ritsu.
Ritsu abrió aquellos ojos verdes esmeralda. Impresionando a Takano, quien vio como Ritsu se levantó y beso al demonio en los labios.
-Buen trabajo Ritsu- El Demonio lo elogió.
Ritsu sonrió y miró a Takano.
-Fue tan fácil- rió divertido.