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Black Ángel Raven (traducción) por Mariela

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CAPITULO 28 TE AMO

Ritsu palideció cuando se dio cuenta que accidentalmente cambió a Takano con él a su casa en el bosque.

-¿Dónde estamos?- preguntó Takano por la topografía de la habitación.

La habitación estaba a oscuras, con las cortinas pesadas; que tenía una cama de dos plazas y una cómoda llanura con un espejo. De lo contrario, estaba vacío en comparación con lo grande que era el tamaño de la habitación.

Ritsu no respondió. Miró a la puerta. No quería estar a solas con él en este momento.

Takano  de repente lo levantó y lo arrojó sobre la cama.

-¡¿Qué estás haciendo!?- gritó Ritsu.

El angel se inclinó para ahuecar su cuello. Él no dijo nada solo lo mantuvo apretado.

-Takano... bajarte-trato de alejarlo

Este besó su cuello haciendo que Ritsu se tensara. Se inclinó para mirarlo a los ojos. Sostuvieron tanta emoción desconocida que Ritsu no podía apartar la mirada. Lentamente se inclinó para besar sus labios. Una y otra vez.

Takano movió una de sus manos a la nuca de Ritsu y le instó a seguir el resto del camino. Sus labios se encontraron, abiertos, y sus lenguas empujaron juntas. Los dedos de Ritsu se enredadas en el pelo de Takano, sus garras clavándose en su cuero cabelludo. La lujuria estaba bombeado  en sus venas, pura, sin diluir, cegándolo a todo lo demás.

Takano rompió el beso y una vez más lo miró a los ojos. Ritsu volteo hacia otro lado, tenia miedo de las emociones que sólo Takano podría traer. ¿Por qué estaba todavía aquí? El lo odiaba ¿no es asi? Ritsu era el Cuervo Negro y había lastimado a cientos de ángeles.

¿Acaso no estaba molesto con el?

-Ritsu, mírame- Ritsu negó con la cabeza, sintió que las lágrimas corrían por sus mejillas. Le dolió mucho, el dolor del rechazo, el hecho de que no le importaba lo que  fuera su compañero. Él deseaba poder volver atrás y detenerse, hacerse digno del amor de Takano. Pero era patético, sin valor, que trajo nada más que dolor.

-Ritsu...- Su voz sonaba torturada, angustiada. Takano besó sus lágrimas.

El angel reclamó sus labios de nuevo. Ritsu trató de negarse, pero el tirón era tan fuerte. El aliento de Ritsu  estaba enganchándolo, y sin darse cuenta Takano  pasó la mano por debajo de su camisa. -¡Alto! ¡No hagas eso!

Takano frunció el ceño.

-¿Por qué? Te quiero. Tengo que hacerte mio

Ritsu estaba sin aliento con  el deseo en sus ojos. De un solo tiron  le quitó la camisa. Ritsu se sonrojó. Takano se inclinó para lamer sus pezones.

-¡Takano! ¡Ahh!- con su lengua daba círculos  y con su mano jugaba con el otro pezon. Takano se agachó para acariciarlo. -¡Takano! ¡Alto!

Una puerta se abrió de repente, la luz herio sus ojos.

-¡Ritsu-Sama! Bi- Bienvenido a…-Saeki-San se congeló cuando vio a un hombre con alas blancas en la parte superior de Ritsu-¡Ah, ah! ¡Lo siento mucho!-Rápidamente cerró la puerta de nuevo. Takano se congeló en su lugar, con los ojos todavía en la puerta. Ritsu tomó esa distracción y lo empujó fuera de la cama.

El menor saltó al otro lado.

-¿Por qué sigues haciendo eso?- La cabeza de Takano apareció sobre la cama un poco molesto.

Ritsu lo miró. Dio las gracias a Saeki-san por interrumpir, no podía pensar claramente. Este hombre le rompió el corazón; no había manera de volver a vivir ese infierno otra vez

-¡Quiero que te vayas ahora!- le gritó Ritsu, mirando  a su alrededor por otra camisa.

Takano lo miró confundido.

-¿Por qué?

-¡Dije que te fueras!

-Todavía no puedo volar o cambiar- se levantó-No creo que pueda salir de aqui

Ritsu se puso tenso. ¿En serio? ¿Estaba atrapado aquí, entonces? Ritsu podía cambiar a sí mismo, pero no quería tocarlo en este momento. Su sangre aún estaba candente con el deseo. Con un solo toque  sería un esclavo de nuevo.

Takano caminó haciay lo estrecho. Asustado, Ritsu retrocedió olvidando la pared de atras. Takano lo inmovilizó

-Lo siento. No creo que me olvidé de lo que te hice- Takano lo envolvió en sus brazos. -Lo siento mucho. Estoy tan contento de que estés bien- dijo apretandolo -Te amo.

-Takano

Ritsu le dio una patada y se movió. Takano frunció el ceño. ¿En serio? Él cuidó su estómago donde Ritsu lo golpeó. Negó con la cabeza y salió por la puerta. Recordando a la mujer, escondió rápidamente sus alas y la busco por los alrededores. Tenía que borrar ese momento.

Se sorprendió con la estructura de la casa. Se componia sobre todo de vidrio, el bosque fuera sacudido con una suave brisa, nubes hinchadas bailando alrededor con cielos azules. Muebles caros lo rodeaban. Se dio cuenta de que era sólo un primer piso de la casa; era lo suficientemente grande para que parezca un segundo piso.

-¡Ah, hola mi nombre es Saeki, yo soy la guardiana de esta casa- Saeki dobló la esquina a lo que parecía una cocina y le sonrió a Takano. Ella no parecía perturbada por lo que acaba de ver sobre sus alas sólo vergüenza. -Lo siento, yo, ah, no sé... sí-  se sonrojó. -¡Yo no sabía que Ritsu-Sama tenía un novio! ¡Debería habérmelo dicho!"

Takano ladeó la cabeza.

-¿No...?

Saeki frunció el ceño en confusión por un minuto.

-Ah, ya sé lo que Ritsu es y yo estaba sorprendida de verte, ya que eres un ángel y el en realidad no trae a nadie aqui

Sorprendido, preguntó.

-¿Sabes lo que Ritsu es?

Saeki asintió.

-Mi bisabuela lo encontró en el bosque un día y  lo ayudó. Ella dijo que él no era como un demonio más bien era un ángel caído. Así que  lo ayudó. Ritsu quería pagarle, pero ella se negó-Saeki sonrió-Aún así él se encargó de nosotras. Vivimos a unos pocos kilómetros de aquí. Nosotras decidimos ayudarlo también. Bueno, sólo cuidando de su casa mientras está de viaje de negocios.

Takano frunció el ceño.

–¿Negocio?

Ella asintió con la cabeza.

-Él es dueño de Onodera Publishing; él se tomó toda una semana para lo de la guerra .Por eso, cuando lo oí yo estaba tan feliz de que volviera con seguridad- Ella parecía avergonzad-.Es un hábito normal para mí correr en la habitación de esa manera

-Ya veo. ¿Sabes a dónde fue? Se movió- Takano podía oír la verdad en la voz de la mujer y si Ritsu confió en  ella con este secreto entonces él también.

-Lo siento, no lo vi cambiar aquí.

Takano firmó. El lemento lo carcomía. Estaba tan feliz de que Ritsu estaba vivo que él sólo quería ahogarse en él. Sabía que Ritsu estaba herido, sus ojos lo decía todo y se lo desgarró lo que hizo para causar tanta angustia en sus ojos. Estaba herido hace muchos años y lo único que hizo fue abrir más esa herida.

Takano rastrilló el pelo en señal de frustración. Él se odiaba a sí mismo por creer en ese hijo de puta. Él realmente creyo que Ritsu lo traicionó.  Era tan estúpido. Había tantas pistas para verificar que eso era una mentira.

Al principio ¿no dijo que no quería pelear?

-¿Sabes dónde podría estar?

Saeki lo pensó y dijo.

-Bueno, él podría estar en el río. Siempre va allí para relajarse- Takano asintió agradecido-¿Sabes dónde está?

-Ritsu en el  Infierno

Con una espada en la mano, buscó a su objetivo. Los demonios le abrieron paso en el consejo, por miedo  a la mirada en sus ojos. Él quería hacerle frente a este antes de que tuviera que lidiar con Takano.

La ira irrumpió en él.  Fue aplastado, roto, confundido. ¿Por qué Takano decía eso? ¿No estaba disgustado con él? ¿No dijo Takano que lo odiaba?

Incluso cuando  pensaba en el sentía que sus rodillas se debilitaban con la felicidad, quería su amor, quería todo sobre Takano.  Nunca experimentó tanta felicidad que cuando como todo el tiempo que habían pasado juntos.

Un demonio tiró química en él. Ritsu sonrió, el antídoto estaba todavía en el afecto y se movió detrás del demonio y estaco su corazon.

El hombre que estaba buscando apareció ante ellos.

-Mira lo que tenemos aqui, la ramera ángeles.

Todo fue muy rápido, en un abrir ycerrar de ojos Ritsu ya tenía la cabeza de Korero en sus manos.

Los demonios se llenaron de miedo.

-Hazme más daño y haré que tu sufriemiento sea peor que el que hayas vivido en toda tu vida

Con eso se cambió de nuevo a su casa en el bosque. No quería ver a Takano así que fue a su río para relajarse durante el tiempo que le queda antes de que él se enfrentara con Takano.

La noche se acercaba. Estaba agotado.

¿Por qué no podría haber terminado su vida cuando  era un niño? De esa manera no tendría  que pasar por todo esto.

 


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