CAPITULO 31 EPILOGO
-Un Mes después...
Ritsu miró hacia el espacio. Su mente aún no lograba procesar el lugar en el que ahora se encontraba ni lo que estaba a punto de hacer.
La mujer accidentalmente le dio un golpecito con la aguja con la que estaba terminando de coser su manga.
-¡Ay!- se que jo Ritsu
-¡Lo siento Onodera!
Ritsu sonrió.
-Está bien, no te preocupes, fue mi culpa por estar tan distraído-dijo mientras le temblaban las manos.
Ritsu no podía creer lo que estaba haciendo en ese momento. Gimio cuando la mujer termino de coser el resto de su esmoquin blanco para su boda con Takano.
Takano sorprendió a Ritsu un día cuando estaban sentados en su árbol de flor de cerezo y de repente le sacó un hermoso anillo de esmeraldas y dijo las palabras que casi le provocan un ataque al corazón.
-Antes de conocerte, nunca me di cuenta de lo vacía que era mi vida. Me diste una nueva luz, me diste amor, me diste la voluntad para vivir. Cuando miro en mi corazón, te veo solo a ti. Te necesito sólo a ti. Te lo prometo, nadie va a trabajar más duro para hacerte feliz o apreciarte más que yo. Ritsu Cásate conmigo. Déjame amarte por el resto de nuestras vidas. Mi alma por la tuya, mi vida, mi amor.
Ritsu se puso a llorar al escuchar tales palabras. No podía respirar, su corazón le dolía terriblemente.
-Sí...- susurró con voz ronca. No podía decir nada más en ese momento. Takano sonrió suavemente y lo besó.
-Vamos Ritsu, tu pareja te está esperando.
El nerviosismo de Ritsu regresó. Sus manos temblaban mientras recibia su banquete.
¿Y si Dios no lo aceptaba? Los angeles decían que Dios estaría de acuerdo con la boda, si Takano lo necesitaba para ser feliz no era ningún problema. Nadie más estaba preocupado, solo el. Tenía miedo de que Dios no lo aceptara porque técnicamente Ritsu seguía siendo un demonio.
Sus alas se agitaron.
Con un profundo suspiro salió a saludar a su amante.
-Takano
Las flores de cerezo se balanceaban mientras Takano esperaba a que su amante saliera. Todo el mundo se sentaba enfrente para poder apreciar mejor el mágico momento que se aproximaba. Los tres concejales estaban acostumbrados a ser ellos los que llevaran a cabo esos eventos.
Takano sonrió cuando vio a su amante caminando hacia él, con el rostro cubierto por un profundo rubor escarlata. El rubor le asentaba bien con esos hermosos ojos esmeraldas que brillaban por el sol. Ya no estaba obsesionado con los ojos, pero no podía negar lo bellos que se veian.
Todo se desvaneció, excepto su Ritsu. Nada más importaba que él.
Impaciente con la distancia entre ellos, Takano ignoró los gritos de asombro conmocionado cuando fue a recoger a su amante y se lo llevó el resto del camino.
-¡Takano! ¿Qué estás haciendo?- chilló Ritsu.
Takano escuchó aplausos haciendo que Ritsu se sonrojara más, mientras su amante se reia entre dientes.
-No soy tan paciente- lo besó-No puedo soportar estar lejos de ti ...- Su voz ronca envio un escalofrío por la columna de Ritsu y Takano sonrió al saberlo.
-¡Takano! Siquiera espera a que terminen los votos- gruñó Yokozawa.
Takano hizo su camino de regreso hasta el altar junto a su amado Ritsu.
-¿En serio?- preguntó molesto Yokozawa.
Todo el mundo empezó a aplaudir desde sus asientos.
-¡La mejor boda que ha habido jamas!- gritó Kisa.
-Bien entonces, antes de empezar vamos a hablar con nuestro Sumo poderoso- Ritsu se tensó cuando los tres concejales cerraron los ojos y se quedaron tranquilos.
Un minuto después, sus ojos estaban muy abiertos.
-¡¿Qué?!- Yokozawa miró a Ritsu.
-Bueno, eso no era lo que esperaba- Dijo Isaka-san.
Usagi-san sonrió.
-Eres increíble Ritsu.
Ritsu frunció el ceño.
-¿Qué?
-Al parecer, nunca fuiste un demonio.
Todo el mundo se sorprendió quedándose sin habla.
-¿Qué quieres decir?- La voz de Ritsu estaba llena de incredulidad.
-Técnicamente los demonios son ángeles caídos. Los que los hace demonios es su amor por lastimar a los demas. ¿Cuando cambiaron tus alas?-Preguntó Usagi-san.
Ritsu pensó por un momento.
-Cuando dejé de torturar Haitani o en realidad a su ilusión.
-Después de que convertirte en un angel caído, se suponía que tus alas debieron haberse vueltos grises pero son especiales. Debido a tu corazón fuerte y noble eras un ángel alto, como Takano, Kirishima, y r03;r03;Yukina. Cuando te quitamos la atracción del Infierno te convirtiste en un ángel lleno, ya no caído y ahora eres un concejal como nosotros.
-¿Así que no soy un demonio?
Takano lo besó en la mejilla.
-Nunca lo fuiste amor.
Ellos negaron con la cabeza.
-Ahora, con su aceptación, Takano ¿aceptas a Onodera como tu esposo?
-Sí- sonrió.
-Onodera ¿aceptas a Takano como tu esposo?-Las lágrimas corrían por sus ojos. Él todavía estaba en shock por lo que acababa de suceder.
-¡Ah, sí!
Usagi-san sonrió.
-Entonces pueden besarse
Ritsu levantó sus alas y los envolvió tanto a él como Ta akano.
Ritsu podía oír a todo el mundo quejarse en voz alta ante tal restricción, pero no le importaba.
Los dos hombres se echaron a reír mientras compartían un beso que sellaría un “juntos para siempre”.
-Fin
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