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Black Ángel Raven (traducción) por Mariela

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CAPITULO 8 HIELO A MI FUEGO

En medio de los cielos se encontraba un edificio de oficinas llamado, Marukawa. Ahora este lugar era un infierno por su cuenta. Los trabajadores se apresuraron con cuestiones sobre los apocalipsis del mundo, mensajeros corrían por todo el lugar tratando de entregar los mensajes a través del universo en relación con la actual guerra.Los  angeles trabajaban aquí hasta morir.

Montañas de papeles y libros a veces caian sobre las víctimas inocentes, los objetos de pronto se veian volando por el aire y golpeando a los Ángeles en la cabeza, incluso hubo un tiempo fuera el hedor de una oficina era conocido por golpear a un ángulo fuera de combate.

Los Angeles creían que el edificio estaba embrujado y querían torturar a todos en él.

En una habitación había una enorme mesa de madera pulida tan oscuro que era casi negro, sillas y tres ángeles preocupados por el infierno que les iban a decir a sus superiores. Takano se dejó caer en una silla, con la cabeza entre las manos.

-La vida debe aspirar ahora-Kirishima le dio una palmada en la espalda en simpatía.

-Dímelo a mí.- gimió. Takano

-Caray, ¿cómo demonios vas a convencer al consejo de que lo convierten en un ángel ahora? A causa de él muchos de nuestros ángeles murieron.- dijo Yukina, sentado al lado de Takano.

-Lo sé...

-Él es también es  el líder del ejército del infierno-

-Lo sé!

-Y a él no le importas una mierda tú

Takano cerró sus manos sobre la mesa.

-Lo sé!-Yukina trató de ocultar una sonrisa, pero fracasó.

Takano gruñó a punto de perforar a Yukina a través de múltiples paredes.

-¿Vas a decirle al consejo ahora?- pregunto Kirishima

Takano gimió de nuevo.

-No... no todavía.

Kirishima frunció el ceño

-¿Por qué no? Vas a tener que hacerlo de todos modos. ¿Por qué no acabar de una vez?

-¿No has oído a  Yukina justo ahora? ¿Cómo diablos voy a explicar que el demonio que quieren ejecutado es mi compañero?

-Hmm ... Tienes razón en eso, si su compañero muere así también vosotros.

Yukina giró en su silla.

-¿Cuando les dirás entonces?

Takano no tuvo la oportunidad de responder. Usagi-san, Yokozawa, y Isaka-san entraron. Los tres líderes se pusieron firmes.

Usagi-san frunció el ceño.

-¿Dónde está Misaki?

-Él está con su amigo, Kisa.- respondió Kirishima. Eso llamó la atención de Yukina. Usagi-san frunció el ceño.

-Tremelo de inmediato.- Kirishima se encogió de hombros y se fue a recuperar a un pobre Misaki.

-Ahora lo que pasó con el Cuervo Negro- Isaka-san comenzó la reunión. Los tres miembros se sentaron a escuchar la grave noticia.

-Él nos atrapo, nos mantuvo allí hasta que la guerra terminó y luego se marcho

-¿Cómo hizo eso?- Preguntó Yokozawa.

Yukina siguió el juego.

-De alguna manera sabía que veníamos y plantó una trampa. Él nos ataco con cadenas y jugó una cruel broma en nosotros.- Él sonrió ante eso. –Sin embargo no nos molesta e lo absoluto- Yukina frunció el ceño recordando. -Parecía que estaba esperandoque el sol llegara... como si estuviera impaciente por que la guerra se acabe ya.

Yokozawa se reclinó en su silla.

-Él es más inteligente de lo que le dimos el crédito correspondiente. Vamos a tratar de llegar a algo más mientras tanto.

-Hasta ahora estamos ganando la guerra, pero que eso nos importa hasta que destruyamos el Cuervo Negro- Usagi-san miró a las puertas, a la espera de Kirishima .

Takano vaciló.

-¿Y si no va a interferir con esta guerra? ¿Qué si…

-Takano no podemos permitir que viva, es una amenaza. Los seres humanos están sufriendo lo suficiente – encontró Usami

-Pero la primera vez que lo enfrenté, dijo que no quería pelear, y hoy podría haber acabado con nosotros pero nos dejo ir.

-No podemos correr ese riesgo, podría estar jugando por lo que sabemos de el. Debemos pensar en los hijos de Dios Takano y esto debe ser hecho.-. afirmó Usagi-san.

Takano apretó los dientes, pero se quedó en silencio. ¿Qué iba a hacer entonces? ¿Matar a su compañero?

-¿Eso es todo lo que había que reportar?"-Preguntó Isaka-san, Sus agudos ojos aterrizaron en Takano.

Takano asintió asegurándose de no mostrar ninguna emoción. Necesitaba pensar primero antes de que pudiera decir nada al consejo.

-Realmente ...- Isaka-san sabía que había más en la historia, pero la dejó caer ... por ahora.

-Hey me ha defraudado! Kirishima-san! ¿Por qué está haciendo esto?- Kirishima se produjo en las puertas dobles con un poco de Misaki sobre sus hombros. Las Alas de Misaki revoloteaban por todo el lugar a veces la gestión en la toma de él y Kirishima en el aire.

-Aquí tienes...- Kirishima entregó a  Misaki a Usagi-san; Misaki fue traspasado un hombro al otro.

-Usagi-san!-Demasiado feliz Usagi-san se puso de pie.

-Muy bien el Cuervo Negro todavía está vivo y en la próxima guerra los tres deben destruirlo a toda costa.- Takano se estremeció. -Ahora esta reunión ha terminado.- Todo el mundo farfulló para ver Usagi-san salir de la habitación con un Misaki ruborizado, que lucha por escapar.

-la mejor reunión  que nunca!-dijo Isaka-san

Antes de que Yokozawa pudiera escapar Kirishima lo agarró.

-¿Dónde está el  preocupado por mí?- Yokozawa se sonrojó al oír su voz seductora.

-Al igual que el infierno!- Kirishima fácilmente lo arrastró. Yokozawa miró Takano sabiendo que era su culpa.

Takano sonrió. Devolver el golpe era favoroso

Takano sintió  que Yukina estaba a punto de comenzar de nuevo con el Cuervo Negro por lo que intervino con. -¿Cómo está tu compañero?- Yukina sonrió, saltando de la emoción.

-Él es tan lindo! Me encanta cuando me está acechando!

Takano ladeó la cabeza

-Usted no le dijo sin embargo que usted sabe que es tu compañero?-Yukina negó con la cabeza.

-Estoy esperando a que  la guerra termine antes de empezarla relación-. Yukina sonrió maliciosamente, obviamente pensando en todas las cosas placenteras que iba a hacer a su pequeño compañero.

Takano se rió entre dientes, bastardo con suerte.

Yukina salió de ahí, dejando a  Takano a solas con sus pensamientos. Se movió a las flores de cerezo que necesitaba para ahogar todas las cuestiones relativas a su compañero, Ritsu.

-Ritsu

La oscuridad se desvaneció en una carrera como el aire llena los pulmones. Ritsu abrió los ojos, o lo intentó. Se sentía la sensación de él abriendo los ojos, pero todo estaba borroso. Después de un rato sus ojos comenzaron a arder,la  calefacción aumentaba con cada segundo hasta el punto donde se hizo insoportable.

Los cerró, con las manos tratando de rascarse la picazón que se creó pero sus manos no funcionaban. Le castañeteaban los dientes, traqueando su respiración.

Estaba de pie, temblando, eso lo sabía. ¿Fue que un brazo arrancado estaba agarrando con tanta fuerza?

Aguda y punzante agonia estalló en su ala derecha. Se pulsaba como una paliza dada con y un martillo en su espalda y vibrando a través de todo su cuerpo.

Lo último que recordaba era que los demonios lo atacaron. Arrojaron más de ese producto químico en él y se las arreglaron para arañar su armadura y desgarrar su ala, y luego todo quedó en blanco.

Ritsu registro los gemidos de los demonios restantes, también olía a muerte. Él debia de  haber perdido el control de nuevo.

Ritsu no podía respirar. Lo último de su control se estaba desvaneciendo. Trató de cambiar a las flores de cerezo con la esperanza de quelo calmaran, pero no podia. ¿Qué carajo estaba pasando? ¿Por qué no podía cambiar?

No se atrevió a mover sus alas.Con cualquier movimiento perdería mas sangre y la muerte lo reclamaría antes.

Con todo lo que tenía se imaginaba el cielo, el árbol de la flor, el aire puro y aquel  hombre. Con todo su cuerpo y el alma  anhelaba estar allí. Los musculos de todo su cerpo se tensaron, mientras los amreos se hacían presentes.

Luego vino esa sensación inolvidable de flotar. Lo siguiente que supo  fue que estaba sintiendo una suave brisa sobre su piel, el sonido familiar de flores meciéndose contra otros.

Ritsu cayó de bruces sobre la hierba suave. La respiración se convirtió en un trabajo.

¿Sera que la muerte, finalmente tuvo piedad de él y terminaría con sus sufrimientos?

Ritsu  entro en pánico. No podía levantarse de nuevo. Tenía miedo de que perdiera el control otra vez y no quería hacer daño a los ángeles en esta ocasión. Esperaba que este lugar, que lo ayudó muchas veces antes, pudiera calmarlo. Pero la ira estalló fuera de control.

Un par de manos frías tocaron  su rostro, enfriando su fuego. No sabía cómo, pero la rabia desapareció en un apuro. Agradecido, Ritsu saludó gradualmente la negrura.

 


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