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Decisión adulta por AyatoSakamaki

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Todos los personajes pertenecer a Masashi Kishimoto y SP.

N/A: Me acaba de dar una obsesión por la familia Uchiha/Uzumaki/Menma. Ya que hoy es Halloween, decidí subir algo que tenía que ver ligeramente, con la fecha(?). Tengo un ataque de inspiración. 

Capítulo único
 
Sasuke suspiraba frustrado, mientras observaba la escena de su hermano y Naruto, discutiendo. El Uzumaki le repetía por cuarta vez a Itachi, el horario de Menma, los alimentos que debía ingerir y la cantidad de dulces que podría comer esa noche.
 
Su hermano, acostumbrado a complacerlo desde que era un crío. Cuando se enteró de la situación, no dudó en ofrecerle su ayuda. Propuso una salida para Halloween, se llevaría a su sobrino a pedir dulces y después lo haría dormir en su departamento, brindándole una noche de intimidad a su hermano y su cuñado.
 
Sin embargo, ¿Por qué Sasuke había recurrido a Itachi?
 
Bueno... El problema había surgido hace unas semanas atrás. Naruto y él acostumbraban a tener una vida sexual activa, a pesar de ser padres de un revoltoso y curioso muchachito.
 
Todas las noches en las que deseaba tomar a su marido, Sasuke se las arreglaba para cansar lo suficiente a Menma, hasta que el niño quedara exhausto y durmiera sin interrupción. Posteriormente, se deslizaba hasta la habitación que compartía con su esposo, para consumar su amor como en los viejos tiempos.
 
Lamentablemente, esa costumbre se vio interrumpida, cuando una noche, mientras Naruto le cabalgaba, Menma entró a la habitación. El pequeño estrujaba entre sus brazos el diminuto peluche que le habían regalado en su cumpleaños, observando con ojos llorosos, la escena que sostenían sus padres en pleno acto sexual.
 
En su mente inocente, Menma sólo veía el rostro contraído de sus progenitores, exhalando sonidos que nunca antes les había escuchado pronunciar. Asustado y preocupado, no dudó en ingresar a la alcoba y ayudarlos en lo que fuera que les dolía.
 
Ambos adultos se congelaron en el acto... Y desde entonces, Naruto decidió no tener sexo, mientras Menma estuviera bajo el mismo techo.
 
Y aunque Sasuke suplicó y lo intentó entrar en razón, su decisión fue rotunda, "—No le causaré ningún trauma a mi hijo, Teme."
 
Por eso, después de tres semanas, en las cuales Sasuke sació su frustración en constantes masturbaciones, terminó rindiéndose y expresarle a su hermano su problema.
 
La verdad, habría continuado actuando como un vil adolescente con hormonas revueltas, sino fuera porque... Debido a su frustración sexual, estuvo a punto de serle infiel a su pareja.
 
La costumbre le había hecho dependiente del coito. Por esa razón, cuando Sakura Haruno, su secretaria, se le insinuó en una noche que tuvo que hacer horas extras, no dudó en caer ante la tentación. Todavía recordaba el frote entre sus cuerpos, las esbeltas piernas de la mujer aferrándose a su cintura, mientras frotaban sus intimidades por encima de la ropa.
 
Sasuke no llegó a concluir el acto, pero el hecho de haberla tocado, haberse frotado y que la mujer hubiera estado a punto de hacerle una felación. Le preocupó y le hizo sentir un asco de hombre.
 
Hace cuatro días, le confesó a su esposo lo sucedido. Naruto se mostró tranquilo en un principio, comprendiendo la situación hasta cierto punto. No obstante, esa misma noche, el trigueño se rompió y echó a llorar, recriminándole lo que había querido callar.
 
Estuvo un día completo sin hablarle, pero después, decidieron solucionar el problema como los adultos que eran.
 
Fue entonces, cuando decidió, por primera vez en su vida, pedir ayuda. Y entonces, Itachi entró a escena.
 
Actualmente, ahí se encontraban, Sasuke y Menma con el ceño fruncido, haciendo evidente el parentesco entre ellos.
 
Sasuke ansiaba tener su noche libre. Adoraba a su hijo, pero también amaba a su esposo, y hasta que no estuviera en su interior, demostrándole cuánto lo quería y deseaba, no se sentiría tranquilo.
 
Por otro lado, Menma se sentía indignado. Esa noche, acostumbraba a pasarla con sus padres. Naruto y él jugaban o veían películas de terror. A Menma le encantaba cuidar del rubio, abrazándolo y calmándolo en cada escena violenta, mientras Sasuke se reía entre dientes. Era la velada perfecta.
 
— No te preocupes, cuide bien de Sasuke.—Señaló Itachi, echándose al hombro, el bolso lleno de las pertenencias de su sobrino. — ¿Nos vamos, Menma? —Preguntó, ofreciéndole su mano.
 
El pequeño Uchiha observó la extremidad extendida, torciendo los labios en una mueca disconforme.
 
—Vamos, mi amor... La pasarás muy bien. —Le alentó Naruto, palmeando sus pequeños hombros.
 
Menma dejó escapar un suspiro. Más que un niño, parecía un adulto resignado.
 
—Bueno, papi. —Sentenció, alzando sus brazos, en una clara exigencia. El Uzumaki rió abiertamente, antes de hincarse frente a su retoño y plantarle un sonoro beso en ambas mejillas.
 
Sasuke contempló la escena enternecido. Adoraba a ese niño y a ese hombre.
 
—¡Adiós, papá! —Exclamó hacia su progenitor, agitando su mano en despedida. Aunque ambos sabían que se querían con la misma intensidad, su relación no era tan cariñosa como la que tenía con Naruto. El rubio prácticamente les obligaba a ambos a ser mimosos con él.
 
Luego de una serie de consejos, gimoteos ahogados y deseos retenidos, Sasuke y Naruto quedaron solos en su hogar.
 
—Entonces... —Comenzó el Uchiha, rodeando la cintura de su cónyuge.
 
—Entonces.—Declaró por su parte el Uzumaki, mostrándose decaído ante la ausencia de su pequeño.
 
Sasuke amplió la sonrisa. Eran esos pequeños detalles, que demostraban los buenos sentimientos del menor.
 
— Vamos, llamaré a Itachi en unos minutos. —Declaró, haciendo que el rubio le observara por encima del hombro.— Siempre y cuando... Cumplas con tu parte. —Continuó.
 
Naruto frunció el ceño, experimentado ese conocido dolor en el pecho, el cual había estado sintiendo hace unos cuatro días. La confesión de su pareja todavía le daba vueltas por la cabeza.
 
—Sasuke... —Murmuró, desviando la mirada, mientras intentaba apartar esos pensamientos y la idea de su hombre en brazos de una mujer.
 
—Lo sé... No te obligaré a nada, sólo te pido una oportunidad.—Murmuró en una suplica evidente. Fue entonces, cuando el Uzumaki suspiró.
 
Naruto conocía a su pareja, sabía lo difícil que era para él aceptar sus errores, bajar la cabeza e incluso suplicar. Y en ese momento, Sasuke Uchiha, en la soledad de ese hogar que construyeron juntos, se mostró como el hombre enamorado y arrepentido que era.
 
El rubio no tuvo que pensárselo mucho, en poco tiempo, buscó los labios de su pareja y le besó. Después de todo ese tiempo, él se decidió a efectuar el primer paso.
 
La felicidad embargó al Uchiha, y en poco tiempo, cargó al menor y lo encaminó hasta la alcoba.
 
Los problemas, las dificultades y los errores, siempre estarán dentro de nuestras vidas. Sin embargo, tenemos que saber afrontarlos. Darnos cuenta de nuestros defectos, aceptar que cometimos un error, bajar la cabeza, mostrarse arrepentido, y en las ocasiones que valen la pena, perdonar.
 
Fin


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