Natsu POV
Aquel día me encontraba en el gremio, intentando pelear con Laxus, pero me había rechazado nuevamente. Seguro que sabía que lo iba a vencer y no quería que los demás lo vieran siendo derrotado por mí.
Me giré de donde estaba y pude ver a Gray hablando animadamente con Loke, ese maldito playboy ¡Podía ver cómo le coqueteaba! No entendía por qué pero eso me hacía enfurecer.
Lo miré con todo el odio del mundo mientras inconscientemente me iba acercando, cuando Gray volteó a verme y me habló.
Me relajé un poco aunque no perdí del todo de vista a Loke, no me fiaba de ese sujeto, seguro que sólo quería llevar a Gray a la cama y dejarlo como una más de sus conquistas, ¡No lo permitiría!
Tenía que alejar a Gray de ese tipo, cuando vi a Cana se me ocurrió la idea perfecta para hacerlo, además así podría estar un rato a solas con el cono de nieve, no lo entendía pero de hace un tiempo me gustaba mucho estar con él.
Le reté a una competencia de bebidas, la verdad no sabía si era buena idea pero fue lo primero que me vino a la mente al ver a Cana, lo tomé del brazo y lo lleve conmigo a la barra donde atendía Mira, llevándole lejos de ese espíritu celestial, sin darle tiempo a decir nada.
Estuvimos tomando como locos, no sé cuánto tomamos pero fue bastante.
Pasado un rato comenzamos a hacer toda clase de tonterías pero mayormente, retarnos a competencias de lo que pensáramos primero, como quien podía balancear una fresa en su nariz por más tiempo, comer más rápido, destruir más objetos etc...
¡Hasta llegamos al punto de retarnos a ver quién podía cargar a Erza! Claro que ella no lo tomó muy bien y tuvimos que escapar de ella lejos del gremio.
Y fuimos a mi casa porque era la que quedaba más cerca, fue ahí donde todo empezó…
-Vaya, Erza tiene mal humor *hip*, mira que amenazarnos con su espada. Ni que fuera para tanto *hip*
Estaba bastante ebrio pero aún era algo consciente de lo que hacía o al menos aún razonaba ligeramente.
- ¡¡Fue culpa tuya bastardo!! ¿Cómo she te ocurre tirarla, cereblo de flamaaa? *hip*, ¿Dónde eshtamos?
Gray se veía bastante confundido, pero a decir verdad me parecía que ese pequeño sonrojo que tenía le hacía verse muy bien.
Me quede observándole por un momento ignorando sus quejas y balbuceos, miraba específicamente a sus labios, se veían realmente hermosos, ¡Tenía que besarlos!
- Oe, *hip* ojos caídos, yo beso mejor que tú.
- ¿¡De que hablash!? *hip* seguro que io *hip* lo haréé musho mejor *hip*
Me tomó del brazo y me acercó jalando a él, plantándome un fiero beso lleno de pasión pero éste no duró mucho.
- Vale, nada mal, *hip* pero puedo hacerlo mejor.
No dejé tiempo a que dijera nada y tomándole de la cintura lo acerqué a mí, comenzando a besarle con rudeza, incluso le metí la lengua comenzando a jugar en su boca, tuvimos una batalla con nuestras lenguas que definitivamente yo gané.
Mientras le besaba mis manos comenzaron a tocar a Gray por todas partes, afortunadamente para mí, hacía tiempo que había perdido la mayor parte de sus prendas.
Nos separamos por falta de aire, aunque esto no duró mucho, ya que volví a besarle estampándole contra la pared mientras comenzaba a juguetear con uno de sus pezones con mi mano.
Gray soltó un gemido que me excitó bastante. Seguí tocándole por todas partes y después entre un beso y otro, entramos a mi casa, lo guie hasta mi cuarto y lo empujé sobre mi cama.
- ¡Te dije *hip* que lo haría mejor!
No dejé ni que respondiera y me posicioné sobre él, comenzando a besarle de nuevo. Gray también comenzó a tocar mi cuerpo y rápidamente comenzó a deshacerse de las molestas prendas que tenía encima, quedando ambos en boxers y después sin nada.
- ¡Te *hip* apuesto a que puedo dominarte! Ya lo estoy *hip* haciendo
- ¡Más quisierash! *hip* ia verash… *hip*
Gray se posicionó encima de mí y de un movimiento rápido se metió todo mi miembro a la boca.
Gemí como un loco, se sentía tan bien, apenas podía moverme de tanto placer que sentía, pero de un momento a otro, Gray sacó mi miembro de su boca antes de que pudiese correrme dejándome completamente duro y molesto por su acción.
- Vesh *hip* ahora estash a mi *hip* merced *hip*.
Tomé con mi mano su miembro y comencé a masturbarlo, no iba a dejar que ese bastardo de hielo me ganara, ¡Yo soy el hijo de un dragón! ¡Tengo que demostrarle quién es el que domina aquí!
De un movimiento brusco, aprovechando que Gray estaba sumergido en el placer que le daba mi mano, acerqué mi miembro a su entrada y con ayuda de mi otra mano, impulsando mis caderas mientras le tomaba de la cintura, entré con un rápido movimiento dentro de él.
Soltó un chillido de dolor al momento, pero yo me sentía tan bien que no pude evitar comenzar a moverme.
Tomé de nuevo con mi mano su miembro y los que al inicio eran quejidos de dolor poco a poco fueron cambiando a gemidos de completo placer que iban acompañados de los míos.
Gray mismo comenzó a impulsarse sobre mí dando sentones cada vez más rápidos y profundos, el cuarto se llenó de gemidos de ambos y a los pocos minutos me corrí dentro de él, llenándolo por completo y Gray se corrió en mi mano manchando ligeramente nuestros abdómenes.
Me sentí exhausto y después de sentir como Gray se dejaba caer encima de mí, me sumergí en un profundo sueño…
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Desperté de golpe al escuchar un grito cerca de mí, por lo que yo también grite por el susto, al abrir los ojos vi frente a mí a Gray que tenía una expresión de susto y ciertamente al darme cuenta del porqué, yo también me quedé en shock.
Casi al instante, los recuerdos de la noche anterior comenzaron a venirme a la mente, haciendo que me pusiera muy nervioso y comencé a moverme bruscamente, intentando alejarme de Gray.
Caímos de la cama y no pude evitar ver el cuerpo desnudo de Gray que había quedado debajo del mío, me levanté rápidamente a pesar de que me dolía un poco la cabeza y sentía mi cuerpo pesado como si hubiera corrido una maratón.
Me quedé parado sin saber que hacer durante un momento pensando en lo que había pasado. Podía recordarlo todo y definitivamente Gray me mataría si él también lo recordaba.
La voz de Gray pidiéndome ayuda interrumpió mis pensamientos, la verdad es que a pesar de todo se veía hermoso.
Estaba completamente sonrojado, intentando cubrirse con la sabana que había jalado del suelo, desviando la mirada hacia abajo.
Lo tomé en brazos, no era ligero pero tampoco pesaba mucho, lo coloqué en mi cama y miré hacia otro lado. Si seguía viéndole así estaba seguro que algo más pasaría, así que me alejé de él diciendo que le traería algo de comer y le prepararía un baño.
Salí rápidamente y me quedé un momento recargado sobre la puerta, no tenía idea de que hacer, lo que había pasado era mi culpa, fue mi serie de “ideas” lo que provocó que sucedieran así las cosas.
La verdad no sabía qué pensaría Gray en este momento, si estaría molesto o si me odiaría, dejé por un momento esos pensamientos a un lado, tomé algo de ropa que había regada por ahí en la casa y me la puse.
Le preparé un emparedado, ya que no sabía cocinar muy bien y no tenía mucha comida en mi casa.
Busqué por todos lados hasta encontrar un bote de analgésicos y me tomé un par dejando después el bote en la charola que tenía el emparedado y el agua que le llevaría a Gray.
Caminé a paso lento algo dudoso hacia el cuarto no sabía que le diría o que haría, quizá sería mejor evitar el tema por ahora y dejarlo solo.
Abrí la puerta y me encontré a Gray recostando en mi cama, le dejé la charola de comida a un lado y entré al baño abriendo la llave, dejando que se llenara la tina.
Recogí las ropas que había en el suelo dejándolas a un lado y tomé un par de prendas mías para que Gray se vistiera, ya que no había encontrado más que sus boxers.
Y después de calentar un poco el agua de la tina con fuego, salí del cuarto dejándolo solo para que se pudiera bañar y comer a gusto.
Creo que debí ofrecerle mi ayuda ya que no se podía mover muy bien, fui muy brusco con él la noche anterior y probablemente por eso le dolía ahora el cuerpo.
Me quedé un rato en la sala de estar sentado pensando en demasiadas cosas, tenía miedo de que Gray me dijera que no quería volver a saber de mí, prefería mil veces que me diera una golpiza o hasta que me acusara delante de Erza.
Definitivamente no quería que se alejara de mí, pero en este momento no sabía qué hacer. Solté un largo suspiro y después me levanté, comenzando a revisar que había en la nevera para comer.
Al poco rato escuché la puerta de mi cuarto abriéndose y pude ver a Gray saliendo. Evitamos mirarnos y casi no cruzamos palabra, me dijo que se iría a casa y yo solo asentí. Le pregunté si quería que le acompañara y me negó con la cabeza.
Me quedé ahí en la puerta viendo cómo se alejaba lentamente, deseando que se hubiera quedado conmigo porque tenía miedo de que esta fuera la última vez que estuviéramos juntos.