Era una noche “tenebrosa” y fría, alcanzaba a escuchar a los niños cantar pidiendo dulces y de más, sonrió, le encantaba eso, esperaba impaciente a que tocaran el timbre y comenzaran a pedir dulces, escuchar la maliciosamente inocente pregunta “¿Dulce o truco?” Ver a los pequeños disfrazados de cualquier monstruo que exista o que se hayan encargado de inventar. Y así pasaron tres horas, hasta que dejo de escucharlos, hasta que dejaron de ir a pedir, dándole a entender que ya era tarde para que ellos pudieran seguir.
Satisfecho dejo el tazón casi vacío en la pequeña mesa de la sala, tomando antes una paleta y metiéndosela a la boca subió las escaleras. Abrió los ojos al momento en el que se escuchó a lo lejos un aullido que logro ponerle los pelos de punta. Solo a su familia se le ocurría salir de viaje en esos días dejándole solo, solo a él se le ocurría pedir que así fuera por repartir dulces.
-- Joder…que susto. – Musito al sentarse en su escritorio prendiendo el computador.
Otro aullido detuvo sus movimientos, un aullido más cercano, y armándose de valor se paró caminando hacia la ventana, movió un poco la cortina viendo hacia el exterior, todo estaba en paz, vacío, y solo.
-- Bien, los lobos no se acercan para acá Seung Hyun. – Dijo para sí mismo.
-- ¿Tú qué sabes? – Ahogo un grito y por un momento se le había olvidado como respirar, y al recordarlo dio media vuelta encontrándose con un chico.
-- ¿Qu-Quien eres? – Pregunto en hilo de voz.
El chico le miro mientras soltaba un quejido, agarrando con su mano izquierda su brazo derecho, el chico era guapo, moreno, y se encontraba desnudo del torso, Seungri trago duro al percatarse de ello.
-- Yo…agh… - Y de inmediato (y sin pensarlo) se acercó al moreno tomándolo en brazos para evitar que cayera al suelo, y lo ayudo a sentarse sobre su cama.
-- ¿Estás bien?
No entendía nada, no sabía qué situación era, ni siquiera lograba entender cómo es que el chico había entrado a su casa, un chico se había colado a su casa y de paso a su habitación, se encontraba lastimado y semidesnudo, ¿Qué clase de situación era esa para que pudiera entenderla?
-- Por favor, regálame de tu sangre. – Y para acabarla le pedía sangre, ¡¿Qué demonios ocurría?!
-- ¿Qué…? No entiendo, ¿Por qué quieres mi sangre? No me salgas con que eres un vampiro, porque no sé si lo notaste pero ya no tengo ocho años para creerte tal tontería, además si no me dices quien eres llamare a la policía de inmediato diciéndole que un chico medio loco y casi desnudo se ha metido a mi casa no sé cómo y me pide sangre.
-- ¿Siempre eres así de hablador? – Pregunto el moreno en medio de un quejido, logrando que Seungri se sintiera ofendido.
-- Y de paso me dice perico, ¿Qué tus padres vampiros no te enseñaron educación? – Dijo con sorna, ganándose un gruñido de parte del otro, quien lo hizo callar de inmediato.
-- Primero; no me llames como a esos idiotas que por esos estoy así, y segundo; si tengo educación, solo que tú no me la has mostrado, ¿Por qué yo debería dártela?
-- ¿Cómo quieres que trate a un extraño que se ha colado a mi casa? Además no te entiendo nada, no sé de lo que hablas.
-- Te lo explicare, pero por favor…regálame fuerza, que he perdido mucha y si sigo así algo malo ocurrirá.
-- ¿Cómo que…? – Pregunto curioso, realmente no entendía aún nada, así que necesitaba expoliaciones., el moreno le miraba suplicante y sin volverlo a pensar asintió aceptando.
El moreno se acercó a él, tomo el rostro de Seungri y comenzó a inspeccionarlo con sus ojos, para que después estos se conectaran con los suyos, se acercó lentamente a él y lo beso, Seungri se sorprendió por un momento pero con el pasar de los segundos comenzó a corresponder dejándose llevar.
-- Eres hermoso. – Musito el moreno al separarse de los labios de Seungri, para después acercarse a su cuello y comenzarlo a lamer, logrando que soltara un gemido.
-- Espera, ¿Qué haces? – Pregunto separándose del moreno.
-- No lo sé…solo te quiero tener, quiero que seas mío.
-- ¡¿Estés loco?! Ni siquiera sé quién eres. – Dijo Seungri alarmante.
-- Young Bae, Dong Young Bae…pertenezco al clan Dong.
-- No entiendo nada de lo que dices, ¿Clan Dong, que te de mi sangre, que los vampiros son unos idiotas que te han dejado así? No entiendo.
-- Si…puede que suene extraño para ti, pero todo tiene una explicación, incluso el que este horita mismo aquí. – Soltó un suspiro tomando asiento, se veía más estable y por inercia Seungri volteo hacia el brazo derecho del moreno, el cual ya está bien, se sorprendió.
-- Tu brazo…
-- Oh, si ya está mejor, gracias a ti.
-- ¿A mí?
-- Si bueno, ¿Cómo comenzar?...el jefe de mi clan, que es mi papá, me envió a tu búsqueda. – Bae intentaba explicarle a Seungri, quien en realidad cada vez más se encontraba confuso. – Los vampiros son “inmortales” pero nosotros los licántropos no, tenemos un fin, y el de mi papá está llegando, así que yo tomare su lugar en la manada, pero para eso, necesito tener a mi alma gemela a mi lado, para que con ella pueda dar crías.
-- ¿Eres un hombre lobo? – El moreno asintió, y vio como de inmediato Seungri negó. – Y según tú, yo soy tu alma gemela. – Volvió a asentir y el otro volvió a negar. – No sé si lo notes pero soy hombre y no puedo darte crías.
-- ¡Si puedes! Solo es cuestión de tiempo y de que hagamos el acto.
-- ¿El acto? – Seungri arqueo una ceja, para después abrir la boca al comprender. -- ¡¿Quieres que tengamos sexo?!
-- ¿Sexo? Así le dicen los humanos, ¿No?
-- Joder…que estoy soñando, que él no es real, que ver tantos niños disfrazados te hizo mal, vamos Seungri despierta…para la próxima viajas ¡Ah! ¡Lee Seung Hyun te ordeno que despiertes! – El moreno solo miraba al menor callado, comprendiéndolo, él también se volvió loco al enterarse que su alma gemela era un humano y que para acabarla era hombre.
Se calmó después de una semana al escucha la explicación de su padre, y al espiarlo por dos días enteros, se dio por estar perdidamente enamorado de aquel alegre ojeroso.
-- Ri, sé que n lo entiendes ahora…pero ya lo harás.
El menor no le prestó atención, encontrando la solución más infantil a todo, ignorarlo por completo y acostarse en su cama, sabía que el día de mañana despertaría y ya no habría más nada. Así que siguiendo su idea, se quitó su camiseta seguido sus pantalones, quedando así en puro bóxer, sin notar que el moreno trago al ver su piel blanca. Sabia de sobra que era una manía del menor dormir así, pero verlo de cerca en esas condiciones no era nada sano para su cordura.
El menor sintió un peso sobre él, maldiciendo mentalmente que todavía no acabase su sueño que se sentía tan real, sintió como el licántropo comenzaba a olfatear sus cabellos, y se estremeció cuando este llegaba a su cuello, gimió.
-- Deja de agh…hacer e-eso. – Dijo entrecortadamente.
-- ¿Seguro que quieres que pare? –Susurro en su oído, Seungri noto que le había cambiado el tono de voz, pues esta se le había vuelto más profunda, gimió al escucharlo, y se maldijo porque reamente no quería que parara, pero claro que no le diría.
Bae aprisiono el cuerpo de Seungri entre el colchón y él, sin dejarle escapatoria, comenzando a quitarle la poca ropa que le quedaba, escuchando un quejido de parte del menor, le dio una mordida en su hombro para que el quejido se convirtiera en gemido.
-- Jo-Joder Bae. – El mayor se detuvo por un segundo sorprendido al escucharlo decir aquello.
Y perdiendo la cordura por completo le dio la vuelta encarándose ambos, el menor tenía los ojos llorosos y sus mejillas estaban rojas carmín, Bae trago saliva y continuo mordiéndolo por todo el cuerpo “salvajemente” sin llegar a lastimarlo sino enviando corrientes de placer en cada rincón que su boca se posaba de aquel hermoso cuerpo.
-- Eres tan hermoso, Ri. – Musito al acercarse a su oído.
-- Ba-Bae ahg… - El mayor se comenzó a frotar sobre él, y Seungri se percató de que ya no tenía nada, abrió los ojos sorprendido, ¿En qué momento pudo quitarse los pantalones? Gimió envuelto en las placenteras caricias que el mayor le otorgaba. – Más ah…más, po-por favor.
Y ante la súplica el mayor comenzó a acelerar los movimientos creando más fricciones entre los dos cuerpos, de un momento a otro la habitación se había llenado de gemidos de ambos y se había vuelto caliente.
El mayor se acercó a Seungri demandándole un beso, que se le fue entregado, acallando un momento los gemidos y jadeos de ambos, Seungri no pudo más y se alejó del mayo recuperando la respiración que le fue robada.
-- Joder…ya no puedo. – Murmuro entre gemidos soltando su esencia entre ambos cuerpos.
El mayor quien se sentía complacido con tan solo verlo, se detuvo para mirarlo, quien trataba de recuperar la normalidad de su respirar, y mantenía los ojos cerrados pues se encontraba cansado.
-- Te amo, Ri. – Musito sobre los labios del nombrado, quien abrió los ojos ante lo dicho.
-- ¿Cómo puedes decir eso si apenas me conoces?, ¿Cómo puedes saberlo, eh?
-- Solo lo sé, me lo asegura mi corazón. – Respondió mostrándole una sonrisa.
-- ¿Los lobos tienen corazón? – El mayor rio divertido ante su pregunta, acercándose más a él.
-- Tendrás que descubrirlo. – Dijo por ultimo para después plantarle un beso, tierno y casto.
El ruido del despertador lo termino por despertar, se encontraba confuso, volteo hacia todos lados, ¿En realidad solo había sido un sueño? Se preguntaba mentalmente, pues estaba solo, y todo se veía tan normal, soltó un suspiro, se había sentido tan real.
Fue hacia el cuarto de baño decidido a darse una ducha, y se sorprendió al ver que si estaba desnudo, se miró en el espejo notando una mordida en hombro, sonrió, y cerró los ojos acariciando su mordida.
Había desaparecido pero tenía pruebas que lo de anoche había sucedido, debería sentirse feliz de que se había ido aquel hombre lobo, pero no era así, de alguna manera lo quería volver a ver.
Tal vez en algún momento lo iba hacer, después de todo, él había dicho que eran amas gemelas.