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Oscuridad[2Min] por Boomy

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En la finalmente olvidada oscuridad, cuando ni siquiera puedo ver donde piso. Alguien hace brillar una línea de luz tenue

Todo estaba oscuro, como casi siempre, más bien como cada noche, porque después que el sol se ocultaba y dejaba de filtrar la luz por los barrotes de la ventana el, jamás dejaba que las luces se encendieran el pequeña celda que hacía de su hogar hacía más de seis años.

—es hora de tu medicamento

La mujer la cual esta vez no pudo reconocer entro como todas las otras lo hacían por las noches, encendió la lámpara de noche y el solo cerró los ojos, porque detestaba la luz. Era su culpa que el la odiara.

—abre

Obedeció separando los labios, dejando que la tableta de sabor asqueroso entrara en la cavidad bucal siguiendo así para dar paso al agua para que la bajara por su garganta.

Era un buen chico, ¿no?

—ahora duérmete

Bufo, como si quisiera dormir.

Palmeándole la cabeza la mujer suspiro porque como a las demás no respondió al amable “buenas noches” mientras apagaba la luz dejándolo en oscuridad de nuevo. Abriendo los ojos camino en la penumbra sin tropezar con nada ya se sabía cómo estaba todo así que sin complicaciones fue a la cama en donde como siempre escondía el medicamento que fingía tomar cada noche, porque odiaba estar atontado por esa pequeña droga, ya era suficiente con las que era obligado a tomar por el día.

Subiendo a la cama pego las rodillas al pecho, cerrando los ojos y recreando tras los parpados aquella imagen. A su dios.

Cuanto lo había amado, de cómo creyó que este era su salvador. Era el ángel que lo sacaría de la fría oscuridad.

Chillo de rabia en su interior, estúpido. Solo había sido arrastrado más a la inminente oscuridad.

—¿no querías verme?

Esa voz.

Abrió los ojos lentamente, deleitándose con la luz que rodeaba su cuerpo, era hermoso, tan perfecto tal cual lo conoció aquel día.

—vamos—susurro tendiéndole la mano

Porque todas las noches venía a sacarlo de la oscuridad en la el mismo lo había metido.


Incluso si pestañeo, no puedo decir siquiera que está cegándome. Sigo queriéndola hasta que mis ojos se cieguen


Era hermoso, precioso. Todo un bello ángel caído del cielo. Pero sabía que no podía tenerlo, porque lo era todo y nada.

—Pareces un idiota—se burló su mejor amigo

Frunció el ceño con molestia pero aun así siguió con la vista clavada en la mesa de la esquina, en donde los “populares” se sentaban a tomar sus almuerzos.

—realmente no sé qué le ves a ese tipo—escucho antes del sorbido de una pajita—es un imbécil hijito de papá como todos eso
—es diferente
—si claro. Deberías buscarte a alguien más—puso los ojos en blanco. Otra vez la misma cantaleta
—¿Alguien como quién?—pregunto mirando atentamente como una chica se sentaba en el regazo del chico que gustaba
—no sé, tal vez alguien más decente, esa chica HyoYeon tal vez
—paso
—has lo que quieres, pero ese tipo—señalo—va a ser tu ruina

Y como las otras veces le dieron lo mismo las advertencias, porque al final lo único que deseaba era dejarse arrastrar por esa radiante sonrisa que le era regalada en ese momento.


En esta noche sin luna, ardo en la ansiedad oscura esperando que la luz venga a mis manos

Sus manos se aferraron al cabello largo tirando de el con desesperación, respiro profundo tratando de calmar la ansiedad que le recorría el cuerpo. Se restregó ambas manos por los brazos arañándolos en el proceso, pero no le importo el dolor ni el escozor que las uñas provocaron al rasgarse la piel, era mucho peor y más doloroso los pensamientos que trascendía por su locamente cada vez que estaba en calma.

Labios rojos, piel sonrojada y gemidos que les eran regalados a otros.

—¡maldición!—grito arrojando todo lo que tenía en frente—!maldita sea!

Se tapó los oídos con las manos tratando de no escuchar los gemidos y suplicas extasiadas que le invadían la cabeza, esos que su mente retorcida y necesitada creaba.

Pego la espalda a la pared dejándose caer lentamente al piso, las lágrimas ya salían de sus ojos mientras se perdía en la oscuridad que le cubría desde siempre.

—Ven a mí—suplico

Cuando al fin el apareciera toda la llana oscuridad se esfumaría al ser iluminada con su luz, pero eso sucedería hasta que se cansara de jugar con uno de los tantos juguetes que tenía, porque ahora el, ya no era divertido.


En esta larga espera, mi corazón vacío por fin se da cuenta


Miro la hora en el reloj azul de la pared, 3:00 pm.

¿Cuánto tiempo habida pasado en esa oscura habitación? Que importaba al final de cuentas solo había quedado burlado como otras veces más. Recogió el móvil del piso mientras se ponía en pie, reviso el registro de llamadas al igual que el de los mensajes, nada.

Exhalo bruscamente, no había ni una sola respuesta para todos aquellos textos le había enviado a lo largo de la noche. Miro la cama desordenada y no pudo evitar recordar las numerosas noches que habían pasado en ella.

Suaves gemidos que impregnaban las cuatro paredes de la habitación del hotel, suave piel blanca siendo marcada con numerosos besos.

—¡ah!

Las manos fuertes se aferraron a la delgada cintura.

—me encantas—susurro contra los labios de su amante, quien no negó sonreír tímidamente

Un chillido escapo de los labios rojos mientras era embestido, los muslos delgados se aferraron a la cintura del mayor mientras todo el cuerpo le atacaba en revolucionarios espasmos, la piel le ardió más que antes, jadeo audiblemente mientras el orgasmo llegaba, haciéndolo derramar su esencia entre ambos., eso solo incremento su libido haciendo que penetrara con más fiereza el interior que ahora se apretaba a su alrededor.

—¡Joder!—gruño saliendo para volver a entrar con más fuerza, derramándose dentro
—¡MinHo—chillo TaeMin haciendo pucheros al sentir el líquido pegajoso resbalarle en la piel
—me gusta marcarte—susurro con una sonrisa petulante en los labios

Si, definitivamente había amado dejar su marca en su cuerpo.

Dio la media vuelta prometiéndose que esto no volvería a pasar, que de nuevo no volvería a caer en aquel juego, que no destrozaría más su corazón. Una carcajada irónica le partió la garganta, el solo era un patético hombre enamorado del mismo lucifer, sin importar cuantas veces lo dejara el volvería arrastrándose por un poquito de atención.

Aunque ya conocía a la perfección el juego, eso no evitaba que entrara en él una y otra vez.


No puedo amarrarte a mi lado, eres el amor de todo el mundo, incluso si prendo todo mi cuerpo y lo extingo. Iré a ti


Su rostro expresaba frustración y una verdadera repulsión, sin embargo aunque argumentara una y otra vez las razones de sus celos, su “novio” precia no querer ceder. Rio sarcásticamente ante el título de novio, ellos no eran eso, eran amigos con derecho a roce, bueno realmente él era solo un juguete más del chico que ahora lo miraba impacientemente desde el sofá en la sala, solo era un “folla-amigo”.

—Cuando comenzamos esto te advertí como serían las cosas—dijo seriamente, los ojos oscuros clavados en el—simplemente seria sexo
—las cosas cambiaron para mí—argumento
—para mí no. Me gustas y me gustan nuestros encuentros en la cama, pero—camino lentamente hasta el, le acaricio la mejilla—pero eso no significa que sea exclusivo
—¿Por qué no puedes ser solo para mí?

El castaño se encogió de hombros.

—porque es la persona que soy

Sin más se lanzó a su boca devorándola, sus lenguas pidieron audiencia la una con la otra, manos explorando cuerpos, besos húmedos y jadeos que prontamente subieron la temperatura de ambos. Las piernas del más joven rápidamente se aferraron a las caderas del mayor.

—¡ah!

Jadeo cuando su cuerpo reboto en el sofá, el cuerpo del más alto cubriendo el más pequeño.

—me encantas—susurro en la suave piel del cuello

Una sonrisa perversa se mostró en el hermoso rostro, una que no le importo porque al final de cuentas no le importaba que no fuera el único, no importaba con cuantos lo compartiera, el siempre estaría allí esperando a que se decidiera finalmente por él.


Un paso más cerca de ti, la fuente de la luz fuerte. Nadie puede verte cerca.

Se sintió un poco fuera de lugar al verse rodeado de tantas personas que vestían y actuaban muy diferentes a él. Se acomodó el cuello de la camisa al sentirse asfixiado.

—Onew—llamo colocando la mano sobre el hombre de su amigo, pero este no le prestó atención—¡Onew!—volvió a repetir esta vez tan cerca del oído del otro muchacho
—¿Qué?
—Tal vez deberíamos irnos—musito sintiéndose avergonzado

Como siempre, su amigo lo ignoro, tiro de el por el medio de la pista abarrotada de personas que en lugar de bailar más parecía que mantenían relaciones sexuales, realmente estaba fuera de lugar. No es que el no fuera guapo no era eso, realmente era un muchacho bonito como solían decirle algunos chicos y chicas pero era una persona demasiado tímida así que este tipo de ambientes le resultaba en extremo difícil de sobrellevar.

Suspirando se quedó sentado frente a la barra mientras su mejor amigo se iba junto a un muchacho de cabellos rubios.

—hola

Sintió el corazón acelerar, las manos comenzaron a sudarle mientras cientos de mariposas hacían estragos en su estómago.

—H-hola—repitió balbuceante

¿Qué hacia el allí? ¿Por qué le hablaba?

—¿Qué haces aquí?—pregunto—es la primera vez que te veo en un sitio como este
—yo… vine con un amigo
—parece que te dejo solo

Asintió tantas veces y tan rápido que luego termino sonrojado al pensar que debía parecer un idiota.

—entonces deberé hacerte compañía hasta que tu amigo regrese

Su corazón latió un poco más rápido de lo normal, por el simple hecho que la persona que gustaba había decidido ignorar a todos los demás solo para estar con él.


Puede que te recienta por un rato, pero me di cuenta que tu verdadero corazón brilla dentro de esta fría oscuridad.

Su sonrisa fue apenas perceptible ante el comentario sin sentido de Yuri, quería realmente reír o al menos parecer un poco feliz en la fiesta de su cumpleaños, pero no podía hacerlo. Su ánimo estaba por los suelos y su corazón destrozado.

Hacia un mes y medio que su relación había terminado, no porque él quisiera sino porque su “novio” decidió que ya se habían divertido lo suficiente como para buscar por otro lado.

—ahora ese tipo sale con JongHyun
—¡Sulli!—chillo KiBum reprendiéndola con la mirada—no le hagas caso—dijo sonriendo para calmar la situación
—No importa—dijo más para sí mismo que para los demás

Al final de cuentas, él nunca le pertenecería por completo.


Quería ponerte en un frasco de vidrio y tomarte. Pero no puedo tenerte.

Los chillidos agudos del menor se impregnaban en sus oídos como cantos de sirena, las piernas de TaeMin fueron tras su espalda instándolo a ir más profundo. Con un gruñido se asió de las caderas del menor, sacando su miembro casi por completo solo para mentirlo de nuevo con más fuerza tocando ese punto que hacia chillar y estremecer de placer. Unas cuantas embestidas y ambos llegaron al clímax.

Quitándose de encima MinHo cogió sus ropas antes de meterse al baño, cuando salió solo le dio una mirada antes de salir por la misma puerta que hacía tres días los había mantenido encerrados.

Cuando se vio solo suspiro reprimiendo la frustración, sin importar que o cuanto hiciera no podía tenerle.


Si cierro mis ojos pareciera que puedo ver la luz, pero como si brillara sobre mi o no, desaparece muy lejos

—describe lo que ves
—Estamos en el parque de Seúl—dijo suavemente—hay muchas persona, unos niños corren y chillan de felicidad—sonríe—su sonrisa es hermosa al ver las hojas marrones caer por nuestros pies, todo es perfecto mientras nos besamos. Pero…—su ceño se frunció mientras su rostro se compungía en angustia—todo esta oscuro. Un tipo rubio le habla y me aleja para sonreírle. ¡A dónde vas!—grito angustiado—¡no me dejes! ¡Regresa!
—respira para calmarte

Las lágrimas comenzaron a descender de sus ojos, los gritos angustiados y aquella desesperación de no poder tocar lo que amaba. Todo se tornó violento, una violencia que iba contra sí mismo así que sin más el medico se vio obligado a inyectarle la sustancia que lo adormecía y lo mantenía en un mundo feliz.

Irreal pero lleno de felicidad.


—El paciente 32—dijo la enfermera parándose frente a la puerta blanca—23 años
—Es muy joven—dijo victoria viendo al muchacho castaño que hablaba y sonreía a una silla vacía—¿Por qué esta aquí?
—hace cinco años su pareja tuvo un accidente de carretera que termino con su vida, al principio se trataba de una depresión leve sin embrago luego se enteró que en el accidente no solo murió Lee TaeMin si no también su amante, con el cual escapaba
—pobre muchacho
—desde ese día Choi MinHo es mantenido bajo el efecto de medicamentos, es la única forma que no se lastime
—parece realmente feliz
—es lo único que podemos otorgarle. Después de todo TaeMin se llevó todo después de hundirlo en la oscuridad

MinHo sonrió alegremente al ver las mejillas sonrojadas de su novio, hacia cinco años y tres días Lee TaeMin, el amor de todo el mundo finalmente había decidido que lo amaba únicamente a él. TaeMin finalmente lo había sacado de la soledad.

MinHo era la persona más feliz en el mundo.uestros encuentros en la camaas cosascon derecho a roce, bueno realmente el era solo unjuguete mas del chico

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