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Something's Wrong. por EdwardAndLoganx

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Eren gimió, casi gritó. Las sensaciones eran extrañas, desconocidas. Su respiración se cortaba, agradeció con profundidad el estar recostado y que si estuviese de pie hubiera caído. Sus manos temblaban sin control. Sus ojos se cristalizaron, su piel tenía una fina capa de sudor. Comenzaba a gustarle el juego del mayor.

 

–L-Levi… –El mencionado siguió con su labor, ignorándolo por completo. –N-no era n-necesario… E-esto… –Enredó sus dedos en las sábanas blancas y las enrolló, apretándolas con fuerza. Mordió su labio inferior, no quería que más ruidos obscenos salieran de su boca, aunque no pudiese evitarlo.

 

Levi liberó su boca y le miró con profundidad. –Eren, déjame escucharte. Estamos completamente solos. Nadie, además de mí, podrá escucharte. –El castaño negó frenéticamente con la cabeza. Las palabras se atoraron en su garganta, siendo reemplazadas por un leve gemido surgido cuando el pelinegro recorrió su miembro con sus manos frías. – ¿Qué está mal? Acaso… ¿No te gusta?

 

Te encanta, Eren, admítelo.

 

–N-no es eso… –Logro decir. Cerró sus ojos con fuerza y apretó sus dientes. Levi sonrió ante su reacción. –M-me da v-vergüenza… Ugh…

 

–Siempre me imaginé esta escena, ¿Sabes? Tu piel brillando bajo la luz de la luna… –Suspiró. –Eres hermoso, cariño, por dentro y por fuera. –Eren se estremeció, estaba cerca de su límite.

 

Admitamos que el enano y tú hacen la pareja perfecta.

 

– ¡Levi! –El pelinegro besó sus labios con fiereza cuando su chico se corrió en su mano. Sonrió, complacido, y abrazó el frágil cuerpo del moreno. –L-lo siento… T-te ensucié. –El mayor rió un poco, ¿Enserio se había preocupado por eso?

 

–No importa, Eren. Siempre podremos limpiar, ¿No lo crees? –El moreno asintió, acurrucándose en su pecho. Las luces de la habitación estaban apagadas. Pronto, la luz de la luna comenzaba a cubrir los rincones oscuros más cercanos, el cuerpo de Eren. – ¿Quieres tomarte un baño?

 

–S-sí.

 

 

Medianoche.

Las suaves teclas del piano resonaban en la estancia. Una dulce, oscura y suave melodía relajaban a la pareja que, por razones desconocidas, no podían dormir. El moreno movía con agilidad sus dedos, el pelinegro le observaba desde el sofá que se hallaba allí.

Levi llenó dos copas de vino. Una la dejó en la pequeña mesa, junto a un plato con fresas y cerezas, la otra descansaba en su mano y la llevaba de vez en cuando a sus labios, degustando de su delicioso sabor. Tomó una de las frutas rojas, sosteniéndola entre sus labios. Esperó a que el chico terminase la canción para acercarse y robarle aliento con un beso, compartiendo el alimento.

 

–Me he encantado. ¿Qué era lo que tocabas? –Eren se tensó. No le gustaba hablar de eso. Cuadró sus hombros y aceptó la bebita que el mayor le ofrecía. Una pequeña sonrisa de agradecimiento apareció en su rostro.

 

–Nada en especial. –Se levantó, acercándose, y se sentó en las piernas del otro. Robó un par de frutas del plato y sonrió con dulzura cuando el azabache acarició una de sus piernas.

 

¿”Nada en especial”? Eres un mentiroso, Eren. ¿Por qué no le cuentas, Eren? ¿Por qué lo sigues ocultando?

 

– ¿Algún día me dirás la verdad? –Asintió, mirando a la nada. Era una historia estúpida, pero, aun así, le afectaba demasiado. –Quiero que sepas que no te desharás de mí tan fácilmente. Me he adaptado a tu forma de ser, me he acostumbrado a tu calor corporal por las noches, me he obsesionado con tus gemidos y gritos. Yo no te abandonaré, Eren, lo prometo. He esperado demasiado tiempo como para olvidarlo todo y seguir adelante sin ti.

 

–Creo… Creo que te quiero, Levi. –Tragó saliva, su notable nerviosismo lo hacía removerse. –Quizá esas palabras no sean las que esperabas, por favor, perdóname. Llevamos juntos muy poco tiempo, estoy confundido. Y-yo también me he acostumbrado a ti. N-no sé si seré capaz de dejarte una vez que me encuentren.

 

–Esto ha dejado de ser un secuestro, Eren. –El moreno lo miró confundido. –Mikasa, Armin y tu madre estuvieron de acuerdo con esto. Tú no volverás a casa como un persona libre, siempre me tendrás detrás de ti.

 

–P-pero t-tú…

 

–Armin sabía que te negarías a conocer a otra persona ya que eres alguien bastante frío y antisocial, te cuesta hablar con un desconocido. Odias a las personas gracias a tu trastorno, las consideras sucias y repugnantes. Alert lo planeó todo, nos llevó más de un año haciéndolo ya que yo quería saber todo sobre ti. –Sonrió, como si estuviese recordando algo bueno. –Aún me pregunto por qué dejaste que ese día te tocara. Conociéndote, me hubiese dado una paliza.

 

–No te golpeé ya que tú me ayudaste a limpiar. Además, sabes cómo persuadir a las personas con unas simples palabras. –El menor recargó su cabeza en el hombro ajeno. Aspiró, de manera delicada, el olor del pelinegro, deleitándose, embriagándose, volviéndose un adicto a él. –También sentí como si estuviera con alguien conocido. Era una sensación extraña.

 

Debes recordar. ¿Acaso el golpe que te dio Jean en la cabeza fue demasiado fuerte como para perder la memoria?

 

–Tú… ¿No te acuerdas de mí? –Eren abrió mucho sus ojos. ¿La voz en su cabeza se refería a eso? –Sé que han pasado varios años, pero, enserio, ¿No me recuerdas? –Negó.

 

–No es que me haya olvidado de ti, lo juro. Es la razón por la que vivo atormentado, por la que tengo pesadillas. Y-yo… – ¿Por qué tuvo que revivir el pasado justo en ese instante? Cubrió su boca, ahogando un sollozo en su mano. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

 

–Fue… Fue después de que me obligaron a irme, ¿Verdad? –El menor asintió, sin saberlo realmente. –Algo te sucedió y yo no estuve allí para evitarlo… ¡Maldición!

 

–No es tu culpa, enserio. Es la culpa de alguien más, alguien a quien no puedo olvidar. Lamento esto, Levi, y prometo contártelo todo ahora.

 

Lo recordarás todo, Eren…


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