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ENFERMO por 2MIN_ABBY

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Notas del capitulo:

Hola.

Bueno este es un OS que salio mmm nose. De pronto. Es algo que hablaba con una amiga y pues el tema se quedo en mi mente... Y Aquí esta.

A leer.

Mierda.

Esto era una total y completa mierda.

Ahora si podía decir que si estaba metido en una mierda total.

-MinHo… Yo… Te quiero.

Recordar todas las cosas que él le dijo… recordar todo. Hacer esto está mal…

Los pensamientos lo bloquean, y la música no hace más que sonar más fuerte, no dejándole ordenar sus pensamientos, todos confusos, todos borrosos, todos… enfermos…

Pisa más fuerte el acelerador, dirigiéndose sin saber a dónde, pero inconscientemente ya dirigiéndose al lugar. Acelera sabiendo que está infringiendo leyes. Que más daba…

-MinHo… Yo… Te quiero.

Sabe que desde un principio esto estuvo jodidamente mal. Sabe que desde un inicio sabia donde se metía, era un terreno peligroso, sabe que estuvo mal ir a ese lugar. Sabe que ahora mismo está mal todo.

Quiere correr… Quiere escapar. No puede.

Está condenado y encerrado, sabe que esto es un futuro incierto… ¿Todavía había un futuro…?

¡Oh, no!

Y pensar que hace una semana todo parecía marchar perfecto. Todo esto debía ser ideal, todo debía marchar… en orden. 

Ser el capitán del equipo de futbol de la escuela fue su futuro a los 8 años ahora que tenía 18 lo había logrado, había tenido la capitanía por 5 años seguidos, llevando su equipo a otro nivel, ganando cada campeonato, muchos dirían que era una racha ganadora, pero no, eran 5 años de incontable cansancio, entrenamiento y sudor juntos para ser el capitán ideal.

Tener un lugar en el equipo nacional seria lo que conseguiría a los 20… ¿Y eso seguía allí?

Ahora mismo no lo sabe, porque el miedo le está quemando como nada, nada se compraba esto.

Era estar en una jaula, encerrado con todos señalándote y observando juiciosamente. Todos juzgando.

Dentro de él sabe que sí. Que aún podría ser parte del equipo nacional, sabe que lucharía y trabajaría el doble… pero ¿Para su padre estaría bien…?

¡No!

El solo hecho de poder contárselo, sabe que es suicidio. Suicidio total.

Era hora de tomar decisiones, hora de saber qué papel asumir.  Sabe que lo correcto ahora es simplemente dejarlo como esta. Todos le darían la razón… Todos dirían que él era una puta…

Si, era eso. Debía simplemente darle un buen polvo a Yuri para que esparciera el rumor por todo el colegio. Si, nadie diría nada.

Si…

- MinHo… Yo… Te quiero.

Nooo. Él estaba ahí. Siempre era él. Siempre eran sus palabras las que sobreponían ante todo. Siempre eran las cosas que él decía las que se le quedaban por el resto del día. Siempre eran las cosas que él le decía las que sacaban lo mejor y lo peor de él.

¿Porque engañarse si siempre era él…?

Eran las cosas que le decía. Siempre era él.

¡Mierda!

Arrincona el auto hacia un costado para salir de la carretera y frenar el auto, para golpear el volante con toda la fuerza.

¿Por qué tenía que ser tan complicado? ¿Por qué debía sentirse tan perdido…? ¿Por qué simplemente no podían perderse juntos en un lugar donde solo estuvieran los dos?

Cierra los ojos de impotencia porque el enojo, el dolor, y todo lo están abrumando. Trata de concentrarse… pero no…

Aun cerrando los ojos era igual... o peor…

Porque al cerrar los ojos lo ve a él. Solo a él.

Las imágenes de ambos estando juntos… la primera vez… la última… hace unas horas.

Estando tomados de la mano mientras el conduce y la lluvia pega fuerte sobre las ventanas, el frio allí afuera se veía aterrador, pero estando con él, con la calefacción y la música haciendo el ambiente más perfecto de lo que era…

Miradas innecesarias, dulces, inciertas, confusas…

En ese momento siente que lo puede hacer todo. Todo mientras él este a su lado. De esta manera… Sabe que ahora mismo le puede plantar un altar y caer como perro a sus pies. Porque sentir los besos… las caricias… los abrazos… todo. Todo esto lo confunde. No lo niega. Pero en ese momento… ¿Qué carajos importaba?

Que más daba que la sociedad, que los del equipo y su padre les dijeran…

MinHo se sentía así de fuerte horas atrás. Así de devoto era hacia él. Poniéndose a sus pies, siendo el devoto más fiel. Convirtiéndolo casi en su religión.

Sabe que hubiera hecho lo que le hubiera pedido… absolutamente todo. Le hubiera entregado el alma si se lo hubiera pedido. Le habría contado sus pecados y recibir el castigo que él  le impusiera.

No sabe si es amor o devoción. Pero lo sentía por él.

¿Amar a alguien era una enfermedad?

Si era así está casi seguro que le encanta estar enfermo.

Esta unido a él, de una manera sucia… mala, asquerosa. Así lo definiría su padre y miles más.

Y tal vez lo sea y por eso siente que casi no puede respirar.

Justo ahora en la carretera lejos del colegio, de su casa… de la ciudad… de él.

 Se siente patético, mas no débil, pero cobarde sí.

¿Cómo pudo haberle jurado algo así a él?

Está seguro de que esto no puede acabar bien, de una u otra manera sabe que esta es la sentencia… La sentencia por ser enfermo. La sentencia por amar.

La sentencia por amar a otro hombre.

La sociedad los miraba como los bichos raros, como la escoria de la sociedad. Esa sociedad construida para crecer cada vez más… Lo que era “normal” según ellos era un hombre y una mujer… ¿Pero y el amor?

Las noticias hablaban sobre como una mujer fue asesinada por su propio esposo, como la golpeo y la humillo. Se escuchaban por los pasillos del colegio sobre como tal había engañado a cual, cuando había un supuesto juramento de amor de por medio. Su padre le contaba como en el consorcio de abogados los divorcios eran cada vez más porque había engaños de por medio.

¿Dónde quedaba el amor en estas situaciones?

Sabe que es una paradoja. Todo confuso, todo dirigido a seguir en un rol. No está tratando de decir que el amor entre una mujer y un hombre no exista. Está tratando de decir que la relación de ellos es casi falsa y obligada.

Muchas mujeres violadas en su propio matrimonio, muchos hombre negándose a si mismos…

Al estar en una relación “normal” no hay perjuicios, nada es mal visto, más que dirigido por el que dirán. Mujeres aguantando golpes, humillaciones, engaños, gritos, insultos… maltratos.

Según la sociedad esto era normal. Era lo que debía ser…

¿Pero el amor entre un hombre y otro hombre era sucio, malo…?

¿Aun cuando no habían golpes, maltratos ni humillaciones?

El simple hecho de estar con otro hombre era un riesgo. Uno donde ambos se hacían más fuertes. Se amaban más.

¿Porque? Por el miedo.

Uno amaba, sentía más. No querían que la persona que amaban fuera dañada, no quería que lo señalaran…

MinHo se siente impotente, tiene tantas ganas de explicarle a su padre lo que él le hizo entender… Todo el amor que le había enseñado a dar y recibir.

Ambos se amaban. Lo hacen.

Pero el aun teniendo todo esto claro esta confuso.

No podía… tenía un futuro…

- MinHo… Yo… Te quiero.

Era el hijo del abogado más prestigioso del consorcio de la ciudad. Era el capitán del equipo del colegio, era el heredero de ese consorcio… Iba a tener una prometida hermosa, tendría hijos.

Una vida de ensueño y “normal”.

¿Por qué? Porque su padre se había encargado de hacerlo, al salir del colegio sabe que Krystal lo está esperando casi en el altar.

Ese era su futuro.

Futuro que ahora está en el caño.

Tiene miedo, terror.

Siente escalofríos.

El celular bloquea sus pensamientos al sonar anunciando un mensaje. Buscando en el asiento de al lado, lo toma para leer el mensaje.

“Abre el seguro”

Era él.

La respiración se le quiere hacer más alta de lo que está. Y con movimientos torpes aprieta el botón para desbloquear las puertas.

Mirando por el retrovisor de afuera, nota como el auto rojo se estaciona detrás, con pura habilidad. A pesar de la lluvia y el cielo oscuro proclamando tormentas con truenos fuertes, escucha como la música se apaga, y las luces bajan.

Aun con las gotas manchando el espejo, puede notar como un cuerpo desciende del coche. Piernas delgadas, con pantalones ajustados negros y rotos se alzan sobre el deportivo. Como una sencilla chaqueta de algodón abriga su cuerpo… Se coloca el canguro y a pesar de la lluvia observa como empieza a dirigirse a su coche.

Con ese caminar… que lo vuelve loco. Esa sensualidad con la que caminaba…

Se pierde y vuelve en si cuando la puerta y un viento fuerte lo abordan.

Nota como con prisa se monta en su vagoneta y cierra la puerta. Aun a pesar de la lluvia y el olor a cigarro ese aroma que entra lo hace querer que dure una eternidad.

Eran esas pequeñas cosas de las que estaba perdido.

Estaba perdido en TaeMin tan mal…

Cuando TaeMin se vuelve hacia y se quita el canguro para mirarlo con el rostro y el cabello mojado casi siente ganas de llorar.

Cuando ve a su TaeMin con los ojos rojos sabe que había llorado. Y no lo culpa, pero le duele.

Y justo ahora quiere pedirle perdón por todo.

Pero no puede…

Porque cuando empieza a besar a TaeMin sin haber dicho una palaba desde que entro, siente que al fin tiene aire, y no hay algo en su garganta que lo atasque y apriete.

Cuando besa los labios de TaeMin siente que está mordiendo la manzana del edén. Siente que si TaeMin fuera un pecado seria el devoto pecador, destinado a ir al jodido infierno.

Los besos y caricias entre ambos eran prohibidas y enfermas según todos.

Pero ahora el siente que es lo más hermoso y natural que alguna vez sintió. TaeMin lo hacía volar, con sus risas, con sus besos, con sus caricias, con sus abrazos… con todo.

Su cabello negro algo largo, su fino rostro esculpido… Su sentido del humor, su facilidad de conversar con quien sea… Caerle bien a todos.

Su único cielo ahora mismo es TaeMin.

Y también era su jodido Infierno.

¿Se podía estar en ambos? El siente que sí. Porque con TaeMin se siente arriesgado, impulsivo y hasta agresivo y todo por él…

No lo suficiente.

Los besos no eran calmados, eran necesitados.

Lo hacen lento y rápido, preciso e incierto, todo a la vez. Y cuando ambos se alejan y unen sus frentes es cuando regresan a la realidad.

TaeMin tenía 17 años, estaba a punto de cumplir 18 en una semana para ser exactos. Era el chico más lindo y bonito que alguna vez pudo conocer. TaeMin estaba casi por debajo de él por 4 centímetros, vestía pantalones ajustados, y tenía una personalidad avasalladora. 

-MinHo… las fotos…- la voz de TaeMin esta seca y suena torturada, no hay ese usual tono engreído que usa siempre.

-Lo se bebé… lo se…-

TaeMin podía ser menor que él. Pero su actitud no era de un chico de 17 años.

Se habían conocido hace un año. Ambos conocían sus reputaciones o lo que decían de ambos.

<>

<>

Pero eran rumores, eran las cosas que el colegio quería escuchar.

TaeMin podía ser más lindo que todas las chicas, caminar y vestir seductoramente, comportarse de esa manera en las fiestas. MinHo siempre sintió curiosidad, una vez había presenciado como un chico y una chica se le habían declarado, y el amablemente pero casi frio los rechazó a ambos.

Lo había visto ser popular con los de último año a pesar de ser de ser dos años menor. Lo había visto con una chica diferente en fiestas en la que obviamente no estaba invitado el año de TaeMin, pero no con él.

TaeMin era miembro casi V.I.P. al lugar o fiesta que iba, pasando recesos con los de último año, y compartiendo unas latas de cerveza entre ellos, saltándose clases.

Todos lo tildaban de puta. Porque lo habían visto besarse con chicos de último año, los que decían ser los más hombre había probado los adictivos labios de TaeMin.

Habían sido 2 exactamente. SiWon y Khun. Pero las ardidas del colegio estaban celosas de que ellos hubieran dejado novias de universidad por TaeMin.

Así que habían comenzado con que TaeMin se había tirado a medio colegio, tildándolo así de puta.

Pero eso fue una mentira.

MinHo tenía polvo fijo, Yuri era la chica más caliente de su año, y se la tiraba, compartía y coqueteaba con ella en pasillos. Yuri besándolo al final de un partido, o haciéndole un faje en una fiesta era cosa de cada semana.

Ambos tenían esas imágenes de ellos.

Pero cambio en la fiesta de fin de año. Ambos estaban bebidos, y MinHo sorprendido por el aguante de TaeMin. Sin saber ni como habían empezado a hablar… Ambos se reían y MinHo comprendió porque TaeMin estaba en la boca de todos.

TaeMin no resulto nada de lo que dijeron. Era divertido y tenían en común la música, hablaron de recuerdos y cosas de la vida, como si fueran amigos de años. MinHo conoció un TaeMin completamente distinto.

Era atractivo.

Y ahí es cuando las cosas marcharon mal. MinHo nunca se cuestionó porque le gustaba pasar tiempo con TaeMin que leía cientos de libros, no le aburrían sus pláticas y jugaban baloncesto o la play.

Pasaron todas esas vacaciones juntos, MinHo le enseño a conducir a TaeMin y celebraron el sacar la licencia y ahí fue cuando sucedió. TaeMin le conto que si se había besado  con Khun y Siwon. Pero no porque le gustaran los hombres, sino por mera curiosidad u otras cosas más, y le comento que ninguno superaba los besos de NaEun.

MinHo con alcohol en la sangre y fumándose un cigarro le dijo jugando que no había probado sus besos. Pudo haber sido el alcohol o el humo que los nublo. Porque sin darse cuenta estaba besándose con TaeMin. En su habitación. En la casa vacía porque su padre se fue de viaje.

Solo los dos. Y puede decir que no hubo nada mejor. TaeMin besaba bien, muy bien.

Era jodidamente bueno. Dejaron las latas y botaron los cigarros, el alcohol le hizo ser aguerrido y metió la lengua en la cavidad de TaeMin, que lo recibió gustoso. Poco a poco las caricias al rostro, en el cabello y los toqueteos de piel se hicieron demasiados.

El lunes comenzaban las clases y el despertó el domingo en la tarde, recordando todo y repitiéndose que fue el alcohol y que él no era ningún maricon.

Y así lo hizo. El lunes justo cuando TaeMin llegaba en su carro nuevo él lo único que atino fue besar a Yuri que estaba a su lado de la forma más guarra que pudo, casi metiéndole mano, y follándosela allí.

Paso una semana en la que TaeMin quiso hablarle del tema, pero el hizo lo peor, le dijo que era el alcohol y que estaba seguro de lo que le gustaba, y que más daba si él ya se había hecho conocer por eso. Además que no era la primera vez que lo hacía. Le dijo que fue diversión y un probon, TaeMin se desconcertó y su rostro cambio drásticamente en asombro.

MinHo estaba seguro de que fue un error el peor de todos, y le dijo eso a TaeMin.

TaeMin no le hablo una semana y él estaba más que confundido, porque por más que se follaba Yuri no podía dejar de sentir y anhelar los labios de TaeMin. Tenía que borrarse eso de la cabeza. Estaba mentalizado, no le gustaba TaeMin, solo era que se habían llevado demasiado bien.

Pero toda mentalización o pensamiento se fue a la mierda el día que vio llegar a TaeMin con un chico, observo como parecían demasiado cercanos y como el otro lo abrazo y con un beso en la mejilla dejo a TaeMin en el estacionamiento del colegio, para que después de eso Nana se le acercara y lo besara tan apasionadamente, para después con su mano darle un toque a su miembro y susurrarle lo que era obvio al oído.

Porque cuando Nana le dio las llaves de su coche a TaeMin y desparecieron toda la mañana para aparecer al medio día, Nana desarreglada y con una cara de una feliz follada, TaeMin tenía satisfacción en el rostro, con un beso que todo el mundo vio, Nana se fue y TaeMin le sonrió a la distancia para después voltearse y mirarlo sonriente y triunfante, porque Nana era Nana tenía un cuerpo bien definido y era el sueño húmedo de medio colegio.

Pero no fue todo. Porque cuando TaeMin al parecer quiso acercarse hasta él. Una bocina y un auto convertible con música resonante estaciono para llamar la atención de TaeMin y ver que era el mismo chico de la mañana. TaeMin sonriente intercambio un saludo con un choque de puños y montarse en el carro y desaparecer por una semana.

Los celos y la rabia que en ese momento no quiso aceptar que eran lo peor y lo que nunca antes había sentido.

Puto Lee TaeMin.

Lo peor o lo mejor comenzó ahí. Porque después de tomar unas cervezas con los del equipo caminando llego hasta donde vivía TaeMin, que lo recibió con tan solo un pantalón de chándal puesto en las caderas. Ahí fue la primera vez que sintió cosas extrañas, el cómo su cuerpo se calentó, como de pronto solo podía pensar en querer…

-¿Qué estás haciendo aquí?-la pregunta de TaeMin casi le hizo eco en su cabeza. Estaba a punto de decir algo pero fue interrumpido por lo peor.

-Tae… ¿Quién es a esta hora?- era NaEun. La conocía por fotos y por las veces que la veía con TaeMin. Pero eso no fue lo peor… Lo peor fue cundo la vio con el cabello enmarañado y con una camiseta que solo le cubría algo de los muslos, pero está seguro no es de ella. Porque el dueño de esa camiseta estaba parado fulminándolo con la mirada en la puerta.

Mierda.

¿Qué carajos había pensado al ir donde TaeMin? ¿Qué?

¿Qué se suponía iba a hacer? ¿Qué?

Su cerebro y la sangre con alcohol no le dejan pensar claro. ¿Qué mierda estaba haciendo allí?

-Oh… Es MinHo…

-Sí, NaEun. Es MinHo.

Estaba como estúpido allí. Parado en la puerta y seguro de haber interrumpido la follada de TaeMin. Él debía estar en lo mismo, debería estar follandose a Yuri justo ahora. Pero no. Su estúpido cerebro lo había llevado hasta donde TaeMin ¿Buscando qué?

-¿Estas con tu coche?

-Mmm... No…

-¿Cómo llegaste?

-Con los pies…

-Espera.

Sin cerrar la puerta TaeMin se adentró para salir con un canguro y unas llaves en la mano.

-Regresa a dormir NaEun. Solo lo llevare a su casa.

Fue como un lapso, pero ya estaba en el auto de TaeMin. Las calles y avenidas estaban más vacías. Eran las 03:34 de la madrugada y él estaba en el coche de TaeMin. Se siente estúpido al haber ido allí, más aun al ver que NaEun estaba allí… y de esa forma.

-¿Qué pensaste al venir así a mi casa a las 3 de la mañana?

La pregunta era concisa y directa. No había donde perderse. El problema era que ni él sabía porque había ido allí. Aun se pregunta que había esperado.

-No sé.

TaeMin suelta una risa incrédula, y casi sarcástica y no sabiendo exactamente si estaba bien reír.

-No me jodas, MinHo. Dímelo ya.

-Ya te dije no lo sé.

-¿Me estás diciendo que solo viniste caminando porque si?

-No. Te estoy diciendo que no lo sé. Bebí mucho y…

-No deberías beber. El alcohol te hace cometer errores ¿No?

Golpe bajo.

-TaeMin si estas tan enfadado porque interrumpí tu qué… ¿Quinta follada del día? Lo siento. Me hubieras llamado un taxi y ya.

TaeMin lo voltea a ver, y nota como casi le lanza fuego por los ojos.

-¿Qué dijiste?

-Que si tan urgido estas por follar tantas veces como puedas en un día, me hubieras llamado un taxi.

-Puto de mierda.

-Nop. Te estas equivocando el que tiene esa reputación no soy yo.

¿Por qué las palabras le salían sin pensar y con tanta facilidad?

Solo escucho un gruñido y como el motor rugió, y TaeMin hizo un abrupto giro en U. Haciéndolo casi gritar de miedo, y causándole un golpe contra la puerta y borrando algún rasgo de ebriedad en él.

Cuando TaeMin frena abruptamente, también lanzándolo hacia adelante, ya que no tenía cinturón de seguridad puesto.

-¡¿Qué mierda te ocurre TaeMin?!

Pero TaeMin no responde porque ya le estaba sacando el móvil del pantalón, para empezar a marcar numero ignorándolo por completo.

-¿Servicio de taxi? Necesito uno en la avenida…-

TaeMin no alcanzo a más porque MinHo le quito el móvil con fuerza.

-¡¿Qué te ocurre?!

-¿Me lo estas preguntando a mí?  ¿Qué te pasa a ti? ¿Estas intentando matarnos?

-Debería.

-TaeMin basta ya.

-¿Basta yo? Deberías estar agradecido de que este llevando tu culo borracho a casa, pero no, al parecer tu propósito era recalcarme lo que me dijiste el otro día.

-¿Qué yo que?

-Mira MinHo fuimos buenos amigos ¿Si? La pasamos bien, y lamento te haya molestado tanto ese beso ¿Si? Pero eso no te da el derecho de llamarme puta. Y si aun así lo fuera no entiendo en que te incumbe si tú ya lo dejaste claro todo. Lo mejor es que cada uno siga con su vida y haciendo lo que quiera.

-¿Qué?

-Eso, que si tanto te molesto, lo mejor es que dejes de venir hasta mi casa.

-TaeMin… No entiendes.

-Lo entiendo. Si te molesta que tal vez mis gustos no sean los “comunes” y tal vez este confundido, pues lo mejor es poner distancia. No por el hecho de que es beso haya sido un error, puedes venir y hacer estas cosas. No te incumbe lo yo haga. Y ya bájate, y espera un taxi, NaEun debe estar esperando.

-¿Te la estas follando no?

-¿Qué?

-¿De dónde tanto aguante? ¡Ah… pero claro! Si te turnas ¿No? Te gusta meterla y que te la metan ¿NO?

-Carajo. Estoy siendo paciente porque estas alcoholizado, pero si no quieres que te rompa la nariz ya bájate.

-Tranquilo TaeMin. Ya me bajo para que puedas ir con tu amiguita…-

No hubo respuesta ya que TaeMin, dijo una maldición para bajar y caminar furioso hasta su puerta y bajarlo a jaloneos.

-Bájate. Choi.- le gruñe muy furioso, y con los ojos nublados de ira y enojo. Y con obvias razones. Pero aun así siente que no puede parar.

-Ya ya  TaeMin… Ya me apuro para que puedas ir con ella y marcar tus records…

-¡YA CALLATE! ¡No entiendo que putas te importa con quien folle o no. NO es de tu incumbencia de mierda! Y si me ves como una puta ¿Por qué vienes a mi casa a joder en la madrugada? ¿Qué carajos te importa a ti? ¡Puedo hacer de mi culo y pene un papalote! ¿En qué putas te incumbe eso a ti? ¿EN QUE?

Era cierto. Debe decírselo. Todo. Así de enredado como estaba.

-¡Me importa! ¡Me importa porque me besaste y solo me confundiste! Y al parecer te gusta hacer eso con todos…

-¿Confundirte? ¿Pero no que tenías bien claras las ideas? ¿No que fue solo un error? Si fue el peor, solo olvídalo, ¡Olvídate de todo!

-¡No! No puedo…

-¿Qué?

-¡Eso! Que no puedo... No sé por qué no puedo. Y solo hay algo que me quema al saber que te estas follando a Nana, a NaEun y a ese chico que te trae. Me alteras… Yo no era así… Yo…- era normal.

-MinHo. Basta. Es el alcohol Y no tienes el derecho de decirme esto cuando tu estas  con Yuri. Esto se está saliendo de control y…

-¡No! NO entiendes. Tú me confundiste. Yo estaba bien hasta que tú me besaste… hora solo pudo pensar en ti... Cuando me follo a Yuri pienso en Ti. Es tu maldita culpa... Y ahora yo no sé qué hacer… NO sé porque vine o tal vez si… Pero tus estas con ella, y simplemente estas siguiendo tu vida cuando yo estoy hecho mierda.

-Pero si me dijiste puta y que fue el peor error ¿Qué esperas que haga? Creo que el alcohol te esta cayendo mal. Porque no te estoy creyendo nada.

TaeMin lo mira y cierra la puerta para empezar a caminar hacia el lado del conductor, pero no llega a entrar porque él camina más rápido logrando cerrar esa puerta.

-¿Qué te ocurre?- le pregunta enfadado cuando lo está acorralando entre él y el auto. NO piensa bien lo que hace, solo que está siguiendo… su corazón.

-¡Suéltame!

-¡No! Quiero que aclaremos esto.

-No hay nada que aclarar.

-Si lo hay… Quiero saber que sientes tú.

-No siento nada…

-Mientes.

-No-

-Lo haces.

-No MinHo. Yo tengo las cosas claras, no hay nada que aclarar porque ese beso solo un error.

Auch. Siente algo extraño, algo que es como un golpe en el pecho. Ver esa mirada tam definida y llena de rabia.

-No lo digas…

-NO lo digo. Solo te estoy respondiendo como quieres.

-TaeMin…

-Tú me lo dijiste ¿no? Que siguiera como si nada. Muévete y haz lo mismo-le reitera mientras trata de apratarlo.

-Pruébamelo.

-¿Qué?

-Que sigues adelante. Bésame.

Los ojos de TaeMin se agrandan a más no poder, y trata con más fuerza de zafarse, pero él no lo  va a dejar.

-No jodas, MinHo.

-Hazlo me lo debes.

-¿Qué mierda…?

Y no aguanto más. Porque abruptamente se acercó a los labios de TaeMin, besándolo como la primea vez, solo que TaeMin se resistía, pero poco a poco empezaba a seguirle. Basarlo... No podía aguantar más. No cuando TaeMin movía su boca tan cerca.

Oh dios…

No había labios así. No era la borrachera, eran los labios de TaeMIn que lo hacían así de idiota…así de adicto. Porque no quiere parar. Nunca.

Era hora de aceptarlo, TaeMin le gusta y mucho…

Y ese beso decía que TaeMin sentía lo mismo.

Porque cuando frenaron tuvo miedo, miedo de que TaeMin le salga con algo y esto se fuera a la real mierda.

-Dime que no regresarás con ella…

-No lo hare.

-Bien…

Y esa fue la primera de muchas noches que no llego a casa. Y acepto que le gustaba un chico… Pero solo el… Solo TaeMin. Y sus besos adictos, y labios expertos.

Estaba jodido.

Ese fue el primer paso claro… Porque después solo se dejó llevar.

Las salidas, los reclamos porque ya no viera a Nana o NaEun o ese chico, el dejar de ver a Yuri , las escapadas de clase, el estar horas en la carretera con el coche, las noches en los clubs, las largas noches de sexo.

Ambos habían avanzado a ciegas, como si fueran vendados de los ojos, y simplemente tomados de la mano, todo fue rápido, todo lo hizo solo siguiendo a su corazón, no pensó en llegar a este punto, si lo hacía simplemente lo evitaba diciendo que esto no llegaría jamás. Le asustaba pensar en esto. Le aterraba todo.

Perderlo todo… Perderlo a él.

Pero aquí estaban.

Nunca corrieron riesgos. Porque los tuvieron muy claros, TaeMin le decía que nunca había estado un chico antes, en una relación. MinHo le había confesado que tenía temor en lo que afectaría a entorno al colegio.

Rumores extraños nunca surgieron. Solo todos y todas los envidiaron. El deportista y el chico más lindo del colegio eran amigos, casi hermanos podrían decir. Por la manera en que MinHo trataba  a TaeMin.

A la vista de todos fue el cuidado de un hermano a otro. Pero que dudas podría haber cuando TaeMin seguía caminando con NaEun, iba a los partidos con NaEun, colocando su brazo sobre los hombros, o NaEun entrelazando su brazo con el de él. Se había empezado a correr el rumor de que MinHo tenía una novia oficial ya que había dejado de estar con Yuri, se decía que MinHo estaba realmente colado, ya que la nueva imagen que tenía en la red social eran dos manos entrelazadas, y se había posteado con el mensaje de: “Es un placer”.

Decían que era de universidad ya que no se mostraba afectuoso con ninguna chica en todo el colegio. Muchos decían que solo TaeMin la conocía, ya que un día habían hablado sobre ella. Comentando lo “linda y divertida” que era. TaeMin había asegurado que la conocía, y MinHo había afirmado que le encantaba estar con ella.

El plantel docente decía que a TaeMin le hizo bien ser amigo de MinHo, ya que no se lo había vuelto a ver besando a alguna o alguno, tampoco ya era frecuente en las fiestas de la escuela en si, y hasta casi no lo habían visto estar con alguien que no sea NaEun, especulando que esta era su novia.

Lee TaeMin y Choi MinHo, según todos se habían hecho bien recíprocamente.

El que se los viera caminar juntos, escuchar música, o almorzar en la misma mesa, hacía que todas las chicas internamente fantasearan, también estaban las que los tenían en un pedestal, admirando tal amistad de apoyo que tenían con el otro, esa “hermandad” que era la envidia y codicias de los demás.

Todo fue ideal. Y por eso ninguno dijo nada.

MinHo siendo el hijo de un abogado, y TaeMin teniendo a sus padres divorciados.

La mamá de TaeMin era una política, constante en viajes, congresos, reuniones y nunca teniendo tiempo para él.

Sabían que esto los afectaba, el ocultarse de esa manera, haciendo ver algo que no existía, pero callando y diciendo la verdad con los ojos.

Ambos sabían que era lo mejor, porque si algo no salía bien, esto estaría en la real mierda… Como ahora.

Le debían mucho a NaEun que casualmente esparció el rumor de la gran hermandad que tenían TaeMin y MinHo, o la supuesta novia oficial de MinHo. Encargándose que todo el colegio supiera el grado de relación que manejaba con TaeMin, siendo hilarante al momento en recibir preguntas sobre si estaba con TaeMin, y ni afirmando ni negando nada, se sonrojaba a propósito y colocaba una tonta sonrisa.

Porque NaEun siempre estuvo al tanto, estuvo al tanto de como TaeMin se había sentido herido por las palabras de MinHo, había sido testigo de cómo TaeMin regreso al día siguiente con una estúpida sonrisa en el rostro, diciendo que había acompañado a MinHo, cuando este lo había venido a buscar ebrio. Entre NaEun y TaeMin no hubo sexo, nunca. Solo eran demasiado amigos desde pequeños.

Y aquí estaban. Con truenos incesables del cielo, con la lluvia mojando abruptamente la ventana del coche, haciéndolo borroso todo.

MinHo tiembla y no sabe si es por el frio… o por el miedo.

-Es la última vez ¿No?

-…-

-No tienes nada que sentir, MinHo- Que bien lo conocía.

-…-

-Diré que yo te incite. Y que tu solo lo hiciste por una apuesta…

-Bebé…

-No. MinHo. Esto estuvo mal. Es mi culpa.

-TaeMin.

-MinHo…

-No quiero…- está a punto de llorar.

-Es lo mejor. Me iré a Londres. Mamá ya me tiene listo el vuelo.

-¿Qué…?

-Se lo dije yo. Le dije todo. Se enojó tanto que casi me pego, pero al final no se atrevió. Tenía una manicura de 500$.

-Tae…- 

-No va a pasar del colegio MinHo. No le conviene que su imagen se ensucie. Con esto tampoco te pasara nada.

-Per-

-Deberías llamar a Yuri. Borrar las fotos de la red social, y decir que en serio tenías una novia.

-TaeMin.

-Le dije a NaEun que dijera que solo te seguí el juego de la apuesta. Y que nunca deje de acostarme con ella. Que solo fue un experimento. Saldrás beneficiado de aquí.

-¿Qué me estás diciendo…?

-MinHo. Sabes que es lo mejor. Mi imagen regresara y me iré como si nunca nos hubiéramos conocido.

-Todo lo que dices es estúpido.

-¿Qué?- TaeMin sonaba ofendido. Mucho.

-TaeMin.

-¿Estoy tratando de sacarte de esto y me dices que es estúpido? Realmente no te entiendo, MinHo. No lo hago- TaeMin lo mira con un mirada indignada…

-Tae…-suspira pesado. Confundido. Exhausto.-Yo…No creo…

-No lo digas. Lo sé.

-Lo siento tanto…tanto-se ahoga con su propia voz.

-Basta.

-Te amo…-lagrimas. Recuerdos. Y el peor lugar y situación en donde pudo haberlo dicho.

TaeMin lo mira descongojado, sorprendido, y casi ve una pequeña luz en su mirada, por unos segundos se sintió en el cielo… para que tan pronto hubo esa luz desapareció. Desapareció por el regreso de la mirada fría y dolida, llevándolo así al infierno.

¿Por qué… porque me duele tanto el corazón?

-También yo- ¿Qué? ¿Me amas?

-¿Qué…?

-Te amo, MinHo. Pero justo ahora…-¡No, no digas más... bebé! ¡ME AMAS!

-Sabes que si…

-¡Ya cállate! ¡Entiendo todo! ¡TODO! ¡Sé que nunca arriesgarías tu futuro por mí! ¡Lo se MinHo! Y me duele. Me duele mucho… Porque el primer pensamiento que tuve al ver la foto fue podríamos avanzar juntos, que lo podríamos hacer juntos… Pero no. Luego me vino la realidad y sé que tú… tú no lo harás- mejillas sonrojadas… de ira, enojo, y los ojos rojos, ya aguosos. Ese era su TaeMin ahora.

Fuerte. Aventurero. Lleno de agallas. Valiente…

Justo todo lo contrario de lo que era él.

Era un cobarde y no soportaba esto. Era hora de admitirlo. Porque por mucho amor que le tuviera a TaeMin aún estaba el miedo, aún estaba el terror de ser señalado. Porque por mucho que se llenara de pensamientos aguerridos y valientes, viendo un futuro que tanto añoraba junto a TaeMin… No es tan valiente. No es TaeMin.

Tiene tanta vergüenza justo ahora. Estar en el mismo coche que TaeMin… no podía. Lo ama, y prácticamente lo está echando de su vida.

Porque justo ahora odia que sus propios pensamientos digan que si tal vez nunca se hubiera acercado a TaeMin. Es tan hipócrita, que se da asco.

Porque sabe muy bien que nada es tan bueno como TaeMin. Nada es tan hermoso ni perfecto como él.

MinHo sabe que es hora del final, porque no le responde a TaeMin.

MinHo sabe que es hora del final, porque TaeMin comienza quitarse las lágrimas.

MinHo sabe que es hora del final, porque justo ahora TaeMin lo mira destrozado, desilusionado, traicionado

MinHo sabe que es hora del final, porque TaeMin se acerca, y los labios fríos lo besan. Y es con rencor.

MinHo sabe que es hora del final, porque TaeMin se baja del coche sin una palabra… y él no hace nada.

MinHo siente que es hora del final, porque el coche de TaeMin ruge al partir y desaparecer rápido por la carretera.

MinHo siente que es hora del final, porque sus lágrimas no paran y su voz queda dice un <> demasiado retardado.

MinHo siente que es hora del final, porque en su celular suena una notificación de la red social. Y lo abre rápido porque solo tiene como favorito a un amigo.

MinHo llora por su final, porque en la pantalla ve claro el último estado de él… de TaeMin y siente que está muerto en vida y quiere gritar, patear y sollozar tan fuerte…

“Cuando llores por nuestra despedida, recuerda que no me fui… me dejaste ir”

 

Horas Atrás.

MinHo. Está contento. Feliz.

Y no es superficial. Es porque en verdad se siente feliz.

Porque hace unas horas o minutos, TaeMin le había dicho lo más hermoso que jamás había escuchado, estaban en el coche de regreso a casa, y TaeMin de la nada apretaba su mano más fuerte. Y nervioso en sí. Para mirarlo con miedo, y justo en el semáforo rojo, para bajar la vista y soltar casi silenciosa palabras, las más hermosas. Y con las que siente que le comerán la cabeza toda la noche.

-MinHo… Yo… Te quiero.

Mientras recorre las imágenes de su teléfono, están TaeMin y el. Besando la mejilla de otro, riéndose con las frentes unidas, besando la coronilla de su cabeza, ambos riendo, sus dedos entrelazados, haciendo caras... Sonríe estúpido y sin preocupaciones, y se siente mejor que nunca.

Hay como más de 100. Y las ama todas, solo por eso no se siente en la necesidad de borrar alguna. Por si algo le pasara al teléfono decide que lo mejor es guardarlas en su computadora.

Decidido a hacerlo esta por ir a traer su computador, una notificación de la red social suena, aunque no es el sonido de su amigo favorito, decide ver que es.

A pesar de nunca leer las notificaciones en donde lo etiquetaban, por algo lo hace…. Y desea no haberlo hecho.

En la pantalla aparece una foto. Una foto que…

¡No!

Estaban los dos. TaeMin y el. Debió haber sido no recuerda cuando… o ¿sí? Era hace unos días atrás, cuando TaeMin se había pasado algo de copas y él estaba embobado en él.

Su mente aturdida no lo hace recordar… Pero están.

Es una foto donde seguro habían bebido… mucho tal vez. No se nota en la cara o en algo. Él lo sabe porque justo se nota como mientras están besándose TaeMin tiene una mano en su cuello, y la otra esta justo donde su entrepierna, y no siendo solo eso, esta él mismo con una mano en su trasero y la otra un poco más arriba.

Tal vez fue ahí. Porque los primeros pensamientos que tuvo no fueron los mismos a los de TaeMin.

-MinHo… Yo… Te quiero.

Porque lo que se arremolino a la cabeza fue un  “Se terminó… y lo perdí”

Porque vio su perdición, al ver que tenía etiquetado a más de 100 personas en la imagen.

Porque el egoísmo y el miedo se apoderaron de él. Pensando en lo más bajo. Repudiando un segundo y arrepintiéndose al otro por sus malos pensamientos.

Porque nunca pensó en TaeMin. Y si lo hizo, no lo puso como su prioridad. Lo puso por debajo, donde no debía estar… Mientras él está seguro es el número uno en la lista de TaeMin.

TaeMin era valiente.

MinHo era un cobarde.

Tenían miedo. Ambos, pero uno quiso luchar y el otro rendirse.

MinHo sintió que en verdad estaba enfermo, pero no por amar a otro hombre. Estaba enfermoenfermo de amor.

Le encantaba estar enfermo.

Amaba a esa enfermedad… en la que se dejó perder.

Y decidió ser “normal”.

 

Notas finales:

¿Y qué tal?

¡Hasta Pronto!

XOXO


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