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Maldito Amor por Dianita kyoko92

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Notas del fanfic:

-Este fic contiene "Occ" pues aun soy nueva y no puedo manejar a la perfeccion la personalidad de los personajes. De antemano pido una disculpa.

-Todos los personajes le pertenecen al grandisimo Oda yo solo los tome prestados para realizar este fic.

-El tiempo en que se desarrolla la historia es poco despues de la muerte de Ace </3

Notas del capitulo:

-Hola, hola mundo xD Espero que disruten de este fic y si les gusta que me dejen sus sensualones comentarios xD

-De antemano pido una disculpa por mis horrores ortograficos o alguna incoherencia, soy nueva en esto pero hago lo mejor que puedo para ustedes :)

-Este fic es dedicado especialmente para la persona que mas quiero en mi vida. Mi bonita, te quiero mucho <3 y si me estas leyendo no dire mas por aqui u3u ya sabes como soy xD

-No los entretengo mas y disfruten la lectura.

||Traición||

 

"Claro que jure que te amaría hasta la muerte. ¿Que te hizo pensar que la mía? Y disparo."

-Elia Barceló

 

Poco después del incidente en Mariejois en una de las costas de la isla Dressrosa se encontraba anclado un gran barco digno de un Shichibukai y dentro de este barco se encontraba cierto moreno tirado en una cómoda cama mirando con el ceño fruncido el techo de su habitación, un tanto desesperado, sabia que el otro era impuntual pero no creía que tanto. Ya había pasado una hora y ninguna señal de vida, necesitaba verlo ya; porque lamentablemente el bello Doflamingo había caído ante Crocodile aunque no se llevaban bien, los encuentros pasionales en la cama siempre solucionaban pleitos que se suscitaban entre ellos. El rubio estaba demasiado desesperado hasta que se escucharon ruidos en la cubierta del barco cosa que alarmo he hizo enfurecer mas al hombre provocando que se levantara de su cama cuando escucho a alguien detrás de el.

-¡Shu! Calla o te la meto yo primero- ese comentario hizo sobresaltar al grandísimo Doflamingo pues conocía a la perfección esa voz tan profunda y suave que le recordaba al mar en perfecta calma.

-¡Ja! Quisieras hombre lagarto, tendrás tu castigo por haberme hecho esperar tanto- soltó un rubio con el rostro mas relajado y una sonrisa arrogante aparecía, aunque mas que molestarle al otro chico le parecía excitante.

-¡Je!... ya veremos- dijo Crocodile.

-¿Y como fue que entraste hasta aquí?- pregunto curioso el rubio volteándose hacia el.

-Olvidas que soy de arena Doflamingo- contesto el otro.

-Humm...- dijo encarnando una ceja -Pues aquí no vienes a saludarme ¿O si?- cuestiono el rubio de un modo provocativo.

-Tienes razón, así que no perdamos el tiempo- sentencio Crocodile.

El de piel mas blanca se acerco al hombre mas bronceado robándole un beso, en donde Doflamingo reclamaba en ese beso la falta que le había hecho Crocodile pues de alguna manera con tan solo sexo y las pequeñas atenciones del pelinegro se había logrado clavar de alguna manera en su corazón. Lo amaba. Eso era seguro pero jamás se daría el lujo de expresarlo con palabras.

El bello ósculo que se estaba creando fue roto por la falta de aire de ambos hombres. Pero no por ello la intensidad del momento se rompía, al contrario solo aumento el desea carnal y pasional de ambos hombres. Por lo que ahora el pelirubio era quien se encontraba besando al pelinegro mientras lo atraía hacia el y enredaba sus dedos en las hebras de su largo cabello negro-violeta. Mientras que el otro pasaba su mano izquierda -que era donde se encontraba su garfio de oro macizo- en la entrepierna del otro acariciándolo fuertemente pues el deseo de ambos hombres era grande.

El moreno comenzó una lucha con el de piel más nívea para tomar el control especialmente dentro de sus bocas donde sus lenguas danzaban al compas de su respiración y queriendo conocer a la perfección la cavidad del contrario, fue un jadeo el que hizo perder al chico que tenia una cicatriz en su rostro. Porque en ese preciso momento Doflamingo aprovecho para meter su lengua en la cavidad del contrario para explorarla y apoderarse completamente de ella, en un acto sorpresa Doflamingo se encontraba ahora encima de Crocodile en una amplia cama donde su nivel corporal seguía en aumento así comenzó besando el blanco y suave cuello dejando unas notorias marcas rosadas en el, pero el del garfio dirigió su mano bajo el pantalón del que tenia arriba de el, tomo su miembro mientras comenzaba a masajearlo. Doflamingo al sentir esa mano cálida, su miembro se prendía en excitación cada vez más, pero el placer que se estaba llevando a cabo tubo que terminar debido a las interrupciones de la tripulación del moreno que gritaban desde la cubierta.

Doflamingo salió azotando la puerta totalmente furico, le molestaba tantos gritos, que no le permitían gozar del cuerpo níveo que se encontraba en su habitación; cosa que agradeció internamente el de piel blanca porque su cuerpo se estaba dejando llevar por todo el placer. Cuando la finalidad de estar allí no era complacer al rubio sino terminar de reunir la información que necesitaba para poder entregarlo. ¡Hay Doflamingo! de verdad pensabas que me gustabas. ¡Que idiota! Pensaba para si mismo no podía negar que tener sexo con el rubio era algo por de mas exquisito, pero el lo tenia claro y no le pesaba decir que solo lo estaba usando. Lograr desterrar a Doflamingo de su puesto de Shichibukai para demostrar que el era mejor que Doflamingo era su objetivo, que ahora estaba mas cerca de cumplir. Su sonrisa se ensancho al encontrar los papeles que andaba buscando aunque se llevo una gran sorpresa al encontrar los inventarios y negocios que tenia en el Bajo Fondo donde ahí era conocido como Joker. Ahora si estaba a su merced.

Cuando el otro salió rápidamente de su habitación con la mirada sombría y el ceño fruncido miro a su tripulación donde esta solo se quedo callada y trago en seco hasta que Doflamingo visualizo los barcos de sus nakamas que ahora odiaba por llegar a interrumpir el momento en el que se encontraba, pero al parecer le traían malas noticias por lo que solo se dedico a atenderlos.

-Diamante ¿Que es lo que ocurre?- pregunto el moreno ceñudo.

-¡Jejeje! Doffy son malas noticias- contesto un hombre con un gran abrigo, en donde al hombre se le escurrían unos mocos de su nariz.

-Al parecer las suposiciones eras correctas Doffy tenemos a un traidor dentro de los negocios de Joker- dijo un hombre alto y de cabello castaño.

Doflamingo solo logro fruncir más el ceño pues la decisión que estaría por tomar seria la más difícil de toda su vida.

-No me digan que es...- no pudo terminar de decir el nombre del que ahora era el traidor porque su mente aun no lo asimilaba y a su corazón le dolía decir ahora ese nombre. Pero no permitiría que nadie pisoteara su orgullo y dignidad que definitivamente eran más grandes que esas cosas del estúpido amor en la que llego a caer y ahora era su perdición.

-Así es Doffy al parecer el traidor es Crocodile al parecer últimamente a estado con la Marina para revelar información confidencial- comento con naturalidad al que todos le dicen Trébol.

-Tsk...- mascullo molesto Doflamingo recordando que cierto pelinegro se quedo en su habitación.

-¡Largo de aquí!- exclamo enfurecido.

-Pero Doffy...- se vio interrumpido Trébol.

-¡Dije que se larguen!- rugió molesto -Yo lo arreglare así que regresen a Dressrosa.

-Esta bien Doffy- dijeron Trébol y Diamante al mismo tiempo para así regresar por donde vinieron.

Doflamingo ante esa situación trato de relajar su rostro cosa que no pudo pues realmente se encontraba enfurecido por lo que acababa de suceder sin mencionar que antes de que ellos llegaran estuvieron a punto de hacer el amor. No, eso no era amor. Solo fui su juguete. Pensó el rubio pues por mas que doliera era la verdad al que creía su amor lo traiciono y como toda persona que traiciona a Doflamingo sabia como terminaría esto. La única forma que podría perdonar al de piel nívea era como perdono a su padre y a su hermano Rosinante, con la misma muerte.

Doflamingo entro nuevamente a su habitación enfureciéndose aun mas pues el otro ya no se encontraba y en su lugar había una nota que se encontraba en la mesa de noche a lado de su cama.

Doflamingo me hiciste esperar demasiado así que simplemente me voy. Vengo a verte y me sales con estas idioteces pero nos vemos en un mes nuevamente en Dressrosa a las 6 de la tarde.

Nos vemos Doffy que mi amiguito estará ansioso de verte.

Al leer la nota el ceño se Doflamingo se arrugo aun mas al mismo tiempo que su sonrisa se engrandecía pues ya prepararía algo para vengarse adecuadamente de el. Ahora debía de estabilizar sus negocios y ocultar todo para que la Marina no descubriera sus negocios. Solo así Doflamingo consiguió conciliar el sueño para prepararse para esta gran batalla que llevaría a cabo en un mes pues seria el ultimo día que vería a Crocodile para después de esto enterrar bajo tierra todos los estúpidos sentimientos que tenia hacia el pelinegro y que alguna vez le hicieron gemir en la cama susurrándole "Te adoro maldito hombre lagarto." Llevándolo al paraíso en aquel entonces. Mismo que ahora se había transformado en un infierno, en el que ahora se encontraba y comenzaba a cobrar vida propia.
Fue lo ultimo que recordaba antes de caer dormido profundamente para ya no saber nada mas del asqueroso y patético mundo en el que se encontraba.

***

Ya había pasado exactamente un mes desde que había visto al moreno. Hoy era la noche del viernes y esta misma se encontraba fresca al ser un día de verano. El sol ya se estaba ocultando y una suave brisa se hacia presente aligerando el calor de la playa. Un hombre de piel blanca se encontraba recargado en un árbol con un puro en su boca tal parecía que disfrutaba del clima y de todo lo demás. Estaba esperando a que cierto moreno hiciera acto de presencia no para tener sexo o decirle cursilerías si no para entregarlo. Hoy es el día en que serás derrotado Doflamingo. Yo no estoy por debajo de nadie. Pensaba arrogantemente para si mismo.

El resto de la Marina se había ocultado entre otros arboles mientras que sus barcos los habían dejado en la otra costa.

Doflamingo que ahora estaba al tanto de todo tomo cartas en el asunto usando su pequeño "As" bajo la manga. Y si que era pequeño o mas bien dicho, pequeña. Una pequeña chica de la cual nadie ni siquiera el mismo Crocodile conocía fue la que se encargo de silenciar a los marinos que se encontraban en la isla.

Los marinos ya habían sido transformados a juguetes por la pequeña chica que lucia un vestido y encima de el una capa roja con gorra dejando ver parte de su cabello verde menta. La chica era sigilosa y le encantaba tener a sus esclavos por ello convertía a todos en juguetes.

-Listo Doffy ya todos han sido convertidos en juguetes- comento como si nada la pequeña mientras llevaba unas cuantas moras a su boca.

-Muy bien Sugar- le dijo Doflamingo con voz tranquila y suave para no ser escuchado -Ya puedes regresar al castillo, ve con cuidado y que nadie te vea. Yo me encargare del resto-.

Así la pequeña se dirigió al palacio en donde vivía mientras que el rubio se había quedado ahí para ir en busca del que ahora era su enemigo con una gran sonrisa porque ahora sabría que no debió de haber jugado con el.

-¡Je! Que hace mi hombre lagarto aquí- dijo cuando lo vio recostado en un árbol casi dormido.

-Te estaba esperando idiota ¿Acaso es tu venganza por haberte hecho esperar el otro día?- sonrió con aire arrogante aunque divertido.

-¡Humm! Tal vez...- hizo una pausa para luego retomar su oración -Ya sabes ojo por ojo diente por diente- soltó con doble intención refiriéndose a otra cosa ensanchando su sonrisa, porque hoy era el fin de ellos dos. Dolía pues fueron meses los que compartieron juntos pues su relación era extraña pero así les gustaba a ambos. Más que amigos pero menos que novios, para ellos ser novio implicaba demasiadas formalidades, ellos eran más amigos con derechos. Cada uno era libre. Pero la traición es algo que se paga con sangre o al menos para Doffy así eran las cosas.

-Je espero que lo hagas hoy bien- algo le parecía extraño pues la Marina aun no hacia acto de presencia y la sonrisa del moreno solo hizo que se impacientara aun mas.

Hubo un largo silencio.

Crocodile es una persona en la que todos sus planes eran certeros. Pero el día de hoy sintió que las cosas ya no estaban a su favor sintió por primera vez que algo se le escapo y que esa respuesta era mas fácil de deducir de lo que se imaginaba aunque le costaba aceptarla de igual manera. El pelirrubio que estaba a solo escasos pasos de el, y comenzó a caminar de manera firme hasta que se situó frente a el.

-¿Porque tan desesperado?- cuestiono el de piel bronceada al de piel nívea que pudo observar que su rostro se descompuso por unos segundos para después volver a mirar de manera fría y el rubio retomo la palabra -¿Esperas a alguien?- susurro el de piel bronceada en la oreja derecha del otro con una sonrisa arrogante.
Fue en ese instante que el pelinegro entendió todo Doflamingo había desconfiado de el y lo mando a investigar aun así no debía inmutarse y hacer como si nada pasara pues tener una pelea con el en Dressrosa no era nada favorable para el y tampoco sabia porque mierda la Marina no había salido a capturarlo.

-Esperaba, pero ya llegaste- contesto sin inmutarse ante la provocación del más grande.

-¡Je! Pues vamos- contesto Doflamingo.

-¿Y a donde vamos?- pregunto dudoso el pelinegro.

-Es una sorpresa mi hombre lagarto- le dijo tranquilizándolo para que no sospechara nada el otro, acto que tomo desprevenido al de piel blanca haciendo que se sonrojara levemente pues Doflamingo no acostumbraba a llamarlo así. "Es imposible que sepa que lo traicione" pensaba pues la actitud del otro era "normal" dentro de lo que cabía.

Llegaron a otra de las costas de Dressrosa en donde se encontraba un barco anclado.

-¿A donde vamos?- volvió a preguntar el pelinegro un poco preocupado pero sin dejar que esta se notara.

-Ya te dije que es una sorpresa, tu confía- esas ultimas palabras resonaban en la mente de Crocodile Tu confía, confía es imposible que el sepa. Se repetía internamente aunque tenia una corazonada de que no debía subir al barco.

-Sube- invito el rubio.

-Esta bien- dijo mientras se adentraba en el barco.

Era un barco sencillo que realmente no tenía nada novedoso, por lo que se podía ver, aunque si tenía cocina, varios cuartos y un pequeño jardín, la madera con la que estaba construido era de una buena calidad haciendo conjunto con las características plumas rosadas, mientras que el barco por fuera era decorado por un color blanco. Las anclas ya habían sido subidas y las velas fueron extendidas por los nakamas del rubio, dentro del mismo barco quedaron los dos tripulantes y ellos dos, pero los tripulantes saltaron por la borda antes de que avanzara más el barco.

-¡Con que estaremos nosotros solos en el barco eh!- dijo el de piel blanca al bronceado en un tono de voz por demás provocador y encarnando una ceja.

-Así es, no quiero que nadie nos interrumpa- explico el moreno de manera tranquila.

Doflamingo fue a una de las habitaciones en donde se encontraba  el timón del barco para así dirigirlo por un momento mientras que al mismo tiempo el otro aprovecho para recargarse en una orilla del barco y encender un puro y comenzar a aspirar de el, y después expulsar el humo del mismo.

El viento soplaba suave, ya era de noche y las nubes se mostraban tan suaves como el algodón el clima era cálido como las tardes de verano; y ahora Doflamingo era quien se encontraba a lado de Crocodile mirando el horizonte tranquilamente. Disfrutando del paisaje tan tranquilo, ambos estaban en silencio pero no era un silencio incomodo era algo revitalizante aunque no siempre pasaba con ellos dos.

-¿Aun no me has dicho a donde vamos?- preguntaba curioso Crocodile.

-Tranquilo- susurro el otro encendiendo su puro para aspirar y soltar de el.

-Humm- farfullo el de piel más nívea.

Y nuevamente estaba ahí ese cómodo silencio que pronto seria roto, o al menos eso esperaba el de abrigo rosa, cada uno estaba sumergido en sus pensamientos hasta que el moreno decidió hablar.

-Crocodile...- apenas y murmuro.

-Mmm- dijo para que el otro prosiguiera pero solo lo vio exhalar.

-Te quiero- soltó de manera sincera provocando que el otro quedara atónito ante esas palabras. Solo habían sido dos palabras las que en ese momento hicieron que Crocodile se sintiera tan bien, nunca había escuchado decir a alguien esas palabras hacia su persona la mayoría eran puras maldiciones. Esas dos palabras sinceras por parte del moreno lo habían estremecido aun mas que cuando follaban haciendo que las ganas de vivir y estar con el regresaran, trayéndolo de nuevo a la vida.

-Tam...bien... te... quiero...- hablo entrecortadamente con el rostro sonrosado ese tipo de escenas no eran típicas de este par pero hoy por primera vez en su vida quiso darse el lujo de decirlas.

Más lejos de donde ambos se encontraban se escucharon resonar y explotar los fuegos artificiales. Mientras que al mismo tiempo ambos se acercaban el uno al otro para darse un beso. Un beso que irradiaba el amor que se sentían, que por primera vez se transmitían amor; porque fue demasiado tarde que el pelinegro se dio cuenta que era eso. Amor. La palabra que le causaba miedo ahora formaba parte de su vida pero mas que meditarlo se encargo de devolver el beso creyendo que seria el primero de muchos cuando la realidad es que ese beso único entre ambos seria el primero y el ultimo.

El ósculo seguía intensificándose entre ambos, realmente eran el uno para el otro sus bocas lo sabían la manera en que se besaban y sus respiraciones se compenetraban era única y perfecta para ellos. El bello ósculo creado de la nada, había sido una experiencia única para ambos hombres con las luces y sonidos de los fuegos artificiales, aunque uno de los estruendos que escucharon no fue precisamente de los fuegos.

El bello ósculo ahora ya había terminado dejando en su lugar un abrazo por parte del más alto y el otro quedo inmóvil ante la sensación de ese abrazo, de la misma manera en la que se acerco a su oído izquierdo para susurrarle -Lo siento-.

El de piel más nívea quedo estupefacto al escuchar esas palabras mismas que lo regresaron a la realidad en la que se encontraba.

Ahora Doflamingo se encontraba en los cielos gracias al poder de su fruta la ito ito no mi. Eso fue un acto sorpresivo para el ojinegro.

-¡Espera! ¿A donde vas Doflamingo? ¿No acabas de decir que me quieres?- grito desesperado el ojinegro desde la cubierta del barco.

-Si, pero tu mejor que nadie sabe como termina la gente que me traiciona. Y tu me traicionaste... ¿Me querías entregar con la Marina por los negocios del Joker y así obtener de nuevo tu puesto de Shichibukai?- refunfuño molesto el rubio.

-Yo...- se había quedado sin palabras tenia razón. El lo quería entregar pero ahora sus sentimientos habían cambiado.

Se encontraba por demás confundido no sabia que hacer y a juzgar por la situación no tenia escapatoria: El barco ahora se estaba incendiando y no podía huir pues estaban en pleno mar abierto.

-¿Tu... tu... tu provocaste el incendio?- pregunto Crocodile.

-Si, y déjame decirte que no tienes escapatoria... te perdonare así como he perdonado a todos los que me han traicionado- esas palabras hicieron que el pelinegro tragara saliva ¿Que estará pensando? Mientras que el rubio dirigió su mano a  la parte mas baja de su espalda donde saco una pistola que hasta entonces estaba oculta por su gran abrigo de plumas rosas.

Convertir el barco en arena no era la opción más factible igual que si intentaba secar el mar, eso era meramente imposible pues no podría absorber tanta agua. ¿Realmente no tenia escapatoria?

Doflamingo miraba al menor desde los cielos aun dudaba si jalaría del gatillo pero en lugar de dudar decidió actuar jalando del gatillo apuntando directamente a su hombro con su pistola... Y disparo. Con la misma pistola con la que había matado a su padre y a su hermano; recordar esas muertes no fue nada grato al pelirubio pues el realmente los apreciaba pero la traición era algo que se paga con sangre.

Crocodile no alcanzo a escapar del disparo pues creía que no lo haría pero lo tomo por sorpresa, ahora sus blancas manos habían sido teñidas por un rojo intenso proveniente de su hombro izquierdo. La sangre había salpicado por encima del pecho del pelinegro y simplemente no noto como el contrario ahora había disparado a su pecho justo donde se encontraba su corazón no pudo más y se quejo del dolor, solo logro caer de rodillas al suelo para caer hacia un lado y quedar de frente para mirar al rubio.

Sentía frio en su corazón, las palabras que habían dicho eran verdaderas pero ahora mismo se sentía tan ajeno al mundo. El calor se comenzaba a apoderar de el, el fuego se estaba extendiendo cada vez mas rápido, todo el barco se encontraba en llamas y entre las llamas ardientes se encontraba aquel frágil cuerpo que estaba en sus últimos suspiros. Y lo ultimo que vería seria el rostro de la persona que amo aun por pocos minutos.

El moreno por muy decidido que estuviera no iba a dar marcha atrás. No lo iba a salvar. Al final el había sido el culpable de su muerte pues cuando fue a la habitación a "Dirigir el timón" en realidad había ido a atorar el engranaje del mecanismo por medio de un pequeño fierro. Para que de esta manera los motores se forzaran y reventaran creando así el incendio del hermoso y pequeño barco de madera, aunque aun si las ardientes chispas provocadas eran leves, decidió dejar un poco de gasolina regada por el lugar para que hiciera un mayor efecto. Solo era cuestión de minutos para que el combustible dentro de los motores explotara... y así había sucedido.

El solo recordar la forma en la que hizo todo aquello punzaba en su pecho como nunca había imaginado, fue en ese momento que decidió ser frágil y derramar solo unas cuantas lagrimas amargas. Ya se había permitido amar hace unos momentos, de la misma manera en la que ahora se permitía ser frágil. Mañana todo en el seguiría con normalidad y seguiría con su vida. Solo ese día, solo por un momento...

Unas lágrimas saladas cayeron sobre el rostro níveo que ya no podía moverse y apenas podía articular palabra alguna, en cualquier momento el barco se hundiría y quedaría en el olvido. Con la respiración entrecortada difícilmente podía articular palabra pero aun así intento dar el último mensaje al moreno. Unas palabras que solo el podría entender.

Sorprendido por esas palabras Doflamingo termino por ver como el barco ahora se sumergía en el ancho mar, cada llama ahora era desvanecida por el agua, ya no había nada. Como si nada hubiera pasado entre esos hombres. El amor que había nacido ese día en ese barco, ahora había muerto en ese mismo barco, y ya no había marcha atrás. Ahora solo se tenía que olvidar que alguna vez de su vida había amado a alguien... aunque las últimas palabras del pelinegro siempre resonarían en sus pensamientos.

"Quiéreme eternamente, aunque la eternidad dure solo un instante."

Y se marcho de aquel lugar que quisiera o no, siempre recordaría.

 

FIN

Notas finales:

Muchas gracias por leer. Les agradecere enormemente que me hagan saber su opinion. 

Sin mas que tengasn una linda noche. Recuerden que los adoro.

Y a ti mi bonita.... asdfghjklñ sin palabras por aqui, ya sabes que soy penosa. Espero que te haya gustado y no hayas sido tan malota de no leerlo xD... Te quiero <3


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