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Juntos en la Distancia por Kuroyami Mirai

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Notas del capitulo:

OK! Aquí está la conty n.n… Quiero pedirles perdón de antemano porque los capis me siguen quedando algo cortitos, pero prefiero subirlos así a hacerl@s esperar... más… gomen. Sin embargo es importante porque se revelan algunas cositas non/… así que lean y después me cuentan qué les pareció.

Sasuke se había pasado el día correteando detrás de Keita, el chico era demasiado intranquilo y travieso. Sencillamente no podía seguirle el ritmo. Una vez lo atrapó y lo obligó a que tomara la siesta, se sintió demasiado agotado y calló dormido junto a su bebé. Una de las mejores siestas que había tomado, como hacía tiempo no las tenía.

Se levantó entre bostezos y estirones, pero para su sorpresa no se encontraba en su habitación, ni siquiera se encontraba en su hogar. Abrazó a su pequeño en un intento por protegerlo de cualquier mal cuando divisó una oscura figura que lo observaba desde la entrada de la habitación.

_ Por fin despiertas- dijo la figura acercándose.

_Esa voz… no puede ser…- desconcertado y aturdido, Sasuke vio como la figura se deslumbró frente a él al acercarse. Se estrujó los ojos con los puños para acostumbrarlos más rápidamente a la oscuridad, los abrió en consecuencia de su asombro- ¿Naruto… eres tú?

  _... Sasuke…- susurró el rubio sentándose en la cama junto a su moreno. Lo atrapó en un repentino abrazo dejando a su presa completamente aturdida sin saber que pensar.

   Los temblorosos brazos del pelinegro se entrelazaron en la espalda de Naruto, crueles y gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas desprendiendo toda la angustia que tenía guardada en su pecho.- ¿En verdad eres tú?- preguntó sin creérselo todavía, si esto era un sueño pues no quería despertar.

  Una mano amorosa acarició con ternura la melena oscura haciendo que una vibración escapara del pecho del moreno- Heh, extrañaba tus ronroneos- rió el rubio por lo bajo sin soltar el abrazo.

  _Ya te había dicho que los súcubos no ronroneamos, dobe- lo último dicho en un intento de regaño.

Sasuke estaba feliz, realmente feliz. Sin embargo había algo llamado realidad que lo hizo despabilar de golpe. Giró la cabeza despacio y visualizó la figurita de su pequeño que descansaba a su lado. Recordó que Naruto lo había abandonado y que lo dejó sólo con una criaturita en su interior.

Separó el abrazo y los brazos del rubio se tensaron como tendedera para luego caer en peso a sus costados.

  _Lo siento ttebayo - se disculpó con cara apenada- ahora tienes pareja y un bebé que cuidar, no tengo derecho a acercarme- su expresión mostró toda la soledad que sentía en ese momento y esto rompió el corazón de Sasuke.

No soportaba ver a su rubio triste, nunca lo aguantó. Quiso gritarle a los cuatro vientos que no tenía ninguna pareja, que él siempre fue el único y que Keita era su hijo. Sin embargo el dolor del abandono volvió, haciéndolo guardar silencio. La oscura figura de Naruto se alejó sin hacer ruido hasta salir de la habitación.

  _Usuratonkachi…- susurró el azabache antes de caer presa del llanto, se llevó las manos a la cara mientras insultaba al dorado por lo bajo.

¿Cómo se le había ocurrido aparecer después de tanto tiempo?

Gritaba fuerte su orgullo, pero lo que en verdad rugía en su interior era las enormes ganas de abrazar y besar al rubio hasta el nuevo día, sin embargo una vez más su orgullo ganó, tomando el control de su cuerpo.

  Una manita, pequeñita y tierna como una mota se posó en la mejilla de Sasuke- ¿Te duele algo papi?- preguntó preocupado el retoño al notar como su papito lloraba desconsolado.

  Ya más calmado y con una mirada llena de amor, Sasuke respondió- No cariño, tranquilo, papi solo está cansado.

  Los ojitos del niño se tornaron tristes en consecuencia- ¿es porque me porto mal? Papi, prometo portarme bien… ya no llores- abrazó con ternura la cintura de su progenitor mientras enterraba la carita en el vientre.

_No es por ti, mi vida…- un sollozo se escapó de su garganta mientras abrazaba a su bebé y le besó la frente y la mejilla rallada- …no es por ti.

  Naruto observaba la escena desde las sombras a través de la puerta a medio cerrar. Las penumbras los bañaba y la luna se filtraba entre las blancas cortinas. Un suspiro de Sasuke y su mejilla elaboró el espejismo perfecto, su piel parecía ser de plata por la pálida luz y sus lágrimas, pequeños diamantes que descendían de sus acuosos ojos.

El pequeño se acurrucaba contra su papi, le frotaba la mejilla para consolarlo y el labiecito inferior le temblaba por las ganas de llorar, pero no lo haría, porque amaba a su papi y no quería que se preocupara, o se pusiera más triste, así que sería un niño fuerte, un niño bueno, que lo protegería a toda costa.

A Naruto le dolía ver a Sasuke así, pero había decidido protegerlo incluso si este terminaba odiándolo, incluso si nunca más podrían volver a ser lo que eran, aún si la separación entre sus cuerpos se hacía más palpable.

_Mocoso…

_ ¿Qué quieres Kurama?- habló sin cambiar la expresión, o la dirección de sus ojos.

_Ese niño… se parece a…

_Sasuke- interrumpió- se parece a Sasuke - Naruto apoyó su mano en el marco de la puerta, acariciando la distancia que los dividía en ese momento. Amaba a Sasuke, y sin saberlo, a su pequeño. Pero él no era nadie para intervenir en sus vidas. El pensamiento de que pronto deberían separarse, otra vez, le dolía demasiado. Su plan era que cuando se halla encargado de Amanecer, y la vida del azabache y Keita no corrieran peligro, los dejaría ir.

_Es verdad- a Kurama no le gustaba ver esa expresión de dolor en su mocoso, se sentía inquieto a causa de esto. Además, no era estúpido como el rubio, él pudo notar a leguas el gran parentesco que tenía Keita con Naruto, sin embargo éste se negaba a aceptarlo- pero también…

_No lo digas- Naruto dejó caer su mano en peso y la cerró en un puño. Sabía a qué se refería Kurama, él también creía lo mismo, pero le daba miedo, miedo de creer y soñar con una familia junto a Sasuke y que de repente todo se rompa como una burbuja, una farsa- lo que piensas es solo una utopía.

_Naruto, no sospeches de la verdad. Habla con Sasuke.

_Lo haré, de eso puedes estar seguro- frunció el ceño- pero éste no es el momento.

_Si crees que eso es lo correcto, entonces te apoyaré, pero…

_Sería lindo que Keita fuera mi hijo- de repente ya no estaba serio, sonreía como bobo mientras seguía observando como Sasuke acurrucaba a su niño en su regazo, cómo le acariciaba los cabellos y ronroneaba bajito (sin darse cuenta) para arrullarlo, para que durmiera tranquilo.- Le he cogido cariño- admitió, cerrando la puerta y poniéndose las manos en los bolsillos para abandonar el corredor.

_... Mocoso.

_Vamos a hacer la cena, Sasuke y el pequeño deben estar hambrientos dattebayo.

 

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 La lluvia comenzaba a descender con un deje de melancolía, de vez en cuando se escuchaba en algún punto lejano los estruendos del cielo y en la casa de los demonios reinaba la afonía.

Naruto estaba sentado en el portal, miraba hacia el horizonte que se había trazado su imaginación  y sus ojos, de repente, parecían más profundos, más oscuros y más húmedos, como imitando al mar. Su pelo se mecía al compás del frío viento montañoso, como si bailara un vals triste y afligido.

Tenía a Sasuke tan cerca y a la vez tan lejos, que dolía, demasiado. Se llevó la mano al pecho y apretó en su puño la playera que llevaba puesta, sus dientes rechinaron y por fin, en su rayada mejilla se deslizó una lágrima que se sentía sola, porque era la única, porque no habrían más, porque Naruto era fuerte.

Se puso de pie apretando los puños y entró a la casa, odiaba verse patético a sí mismo. La solitaria lágrima calló al suelo y en la rayada mejilla ya no había evidencia de algún llanto. Estaba enojado, triste, feliz, agitado y consternado. Un batido de sentimientos que no podía controlar, pero lucharía por hacerlo, porque debía mantenerse en pie y con la cabeza clara, para proteger lo que era preciado para él.

Esto es un secreto que mantenía oculto hasta de Kurama, y es que a veces sentía que su cerebro explotaría, que sus emociones eran más fuertes que su razón, y era agobiante. No sabía que pasaba con él, simplemente le costaba mantenerse claro algunas veces, era una oda a la locura que lo torturaba en demasía.

 

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Más tarde, después de la cena, Sasuke le pidió explicaciones al rubio, éste le contó todo lo que estaba pasando, que Amanecer los había encontrado y que corrían peligro.

_ ¿Cómo has sabido donde estaba viviendo?- levantó la ceja en un gesto de sospecha y cruzó los brazos esperando su respuesta.

_Pues…- indeciso de continuar, Naruto tomó una pausa para llenar sus pulmones y lo soltó todo de golpe- Averigüé a dónde habías ido con Iruka-sensei y una florista en el pueblo que sueña contigo me dio tu dirección. Desde entonces te he estado protegiendo sin que me vieras. He visitado tu casa y me he mantenido oculto. Incluso el día que nació Keita yo…- se interrumpió al notar que se le fue la mano hablando.

  Los ojos de Sasuke parecían que iban a salir de sus órbitas- Espera… Entonces fuiste tú el que… ¡¿tú me ayudaste con el parto?!

_En teoría… fui yo- respondió, dejando a un confundido Sasuke que se le acercó y le echó un porrazo en la cabeza.

_ ¡¿Me preguntaste si quería tu ayuda, dobe?!- ahora era su orgullo quien hablaba, estaba feliz de que Naruto estuviera ahí para él incluso en ese día, pero le molestaba no haberse percatado de ello en todo este tiempo.

_Aww- gimió el rubio de dolor mientras se rascaba la parte de su cabeza que había sido golpeada.- lo siento, había entrado en pánico al oírte gritar y no sabía qué hacer, así que Kurama me ayudó.

_ ¿Kurama, quién es Kurama?- ahora sí que estaba perdido, no entendía nada. Luego de pensarlo un momento llegó a la conclusión de que Kurama podría ser la nueva pareja de Naruto, su mirada tomó un tono algo deprimido en consecuencia de este pensamiento y...

_Yo soy Kurama- habló el espíritu desde el cuerpo del rubio, ahora era el zorro quién se asomaba por esos penetrantes ojos.

Sasuke no podía estar más descolocado de lo que ya estaba, ahora sí que no entendía nada. Naruto se encargó de tomarse su tiempo y explicarle todo al pie de la letra, desde el comienzo.

Sasuke solo se limitaba a escuchar y hacer preguntas- ¿Has estado siempre ahí?- dijo serio. Estaba sentado en uno de los muebles, con las piernas cruzadas y las manos en los descansabrazos, con cara de “procura soltarlo todo o te despellejo vivo”.

Al rubio no le era de gran temor su mirada, eso no era nada comparado con la que tenía Kurama antes de sacarlo de su jaula, así que se mantuvo neutral- Siempre- respondió sin más.

_ ¿Desde cuándo?- levantó una ceja.

_No lo sé, cuando encontré la casa ya tenías pancita- y el rubio comenzaba a sonrojarse. El hecho de recordar a su azabache, con barriguita y limpiando el portal, o caminando por el jardín, o cuando se sentaba en la orilla del lago durante horas…

-Sasuke es una obra de arte- pensaba muy seguro de su comparación.

El aludido cerró los ojos y se llevó las manos a las sienes, haciendo un ligero movimiento de frotación, tal vez porque tenía dolores de cabeza- Ya veo.

_ Etto… ¿estás molesto?

_No, dobe, pero necesito tiempo.

_ ¿Cuánto tiempo?

_No lo sé, solo… tiempo.

_Mocoso, no lo sofoques- habló el zorro desde la cabeza del rubio.

_ ¡Ya lo sé!- gritó algo exaltado. 

Sasuke se sobresaltó un poco por el rugido de Naruto y estrujó el ceño.

_Usuratonkachi, si ya lo sabes, entonces déjame tranquilo- se levantó de la silla dando un pisotón y giró para marcharse.

Naruto rápidamente lo tomó del brazo para impedir que se marchara, cuando Sasuke se volteó para encararlo prácticamente le rogó con la mirada- No, espera Sasuke, era… Kurama me dijo… no te enfades.

_Ya te dije que no lo estoy- suspiró dejando caer los hombros y le regaló al rubio una mirada de aflicción- iré a ver a Keita.

Naruto soltó el agarre, muy despacio, como si no quisiera que ese pequeño contacto terminara. El moreno volvió a suspirar, desapareció por el pasillo y entró en su habitación. Arropó a su pequeño para que durmiera tranquilo y luego se sentó en la silla que estaba junto a la ventana, dejando caer su cuerpo como peso muerto.

Analizó toda la información que le había sido otorgada esa noche y miró el techo en un intento por relajarse. Soltó todo el ahogo de sus pulmones en un solo desaire y cayó presa del sueño.

_ ¿Crees que se lo ha tomado a mal?- preguntó el doradito al espíritu en su interior.

_No lo creo, parece que lo ha aceptado, pero debes darle…

_ Tiempo, ya lo sé, pero me siento tan…

_ ¿Desesperado?

(B/A: que manía tienen estos dos de interrumpirse las frases ¬¬…)

_Si- dijo soltando el aire- pero me lo merezco.

_...Ya veo.

 

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Nuevamente pasó el tiempo y Naruto se había acostumbrado completamente a la presencia de Sasuke y Keita. Eran como una auténtica familia, le había tomado un gran cariño al pequeño, hacían todo tipo de juegos a diario, se divertían, gozaban de los calores de un hogar y ahora se encontraba jugando con él en la parte trasera de la casa.

_Naruto, no dejes que Keita juegue en el fango, se ensuciará la ropa- regañó Sasuke, que observaba el juego desde la puerta. A pesar de que no había perdonado al rubio, la escena que tenía delante de sus ojos, de un padre jugando con su hijo, le llenó el corazón haciendo que una sonrisa maternal se le escapara de sus labios.

_Está bien dattebayo- colocó su mano en la frente con los dedos estirados como un soldado que iba a obedecer una orden de su superior. Agarró de un salto al pequeño intranquilo que se encontraba revoloteando a su alrededor, pero al hacerlo cayó de espaldas sobre la tierra.

_ ¡Usuratonkachi, tú tampoco te revuelques en el fango, que tu ropa también la tengo que lavar, joder!- rugió el moreno con enfado, casi se le podían ver los cabellos levantarse por el enojo.

Keita y Naruto pusieron la misma cara de pavor al ver como los ojos de Sasuke se tornaban rojos- Está bien, está bien, no te enojes dattebayo- dijo el rubio oscilando sus manos en frente de él en un intento por calmar a Sasuke.

El pequeño lo observó con ojitos curiosos y luego imitó el gesto- dattebayo- repitió después de su padre.

Nuevamente la mirada de Sasuke se tornó maternal y cruzó los brazos soltando el aire- ¿Es que podrían ser más parecidos?- masculló por lo bajo. A pesar de todo, de sus protestas y sus regaños, a Sasuke le encantaba descubrir más parecidos entre sus amores, en sus gestos, su personalidad, excepto por la muletilla, esperaba que Keita solo lo dijera jugando y que en verdad no se le haya pegado esa manía de su padre. Volvió a resoplar y se acercó despacio a sus dos pedazos de ternuras.

Agarró con las manos desnudas un poco de fango y se la aventó a Naruto con toda la fuerza que le permitió su brazo.- Ya que están tan sucios… ¿qué más da si se ensucian un poco más?- dijo con una sonrisa socarrona, tomó un poco más de lodo y lo comenzó a hacer una balita entre sus palmas.

_Tú te lo has buscado- gruñó el rubio haciendo lo mismo, aventó una bola de lodo a Sasuke pero este la esquivó con elegancia. El pequeño Keita rió a carcajadas al ver lo patético que se había visto su padre.

Tomó también una bolita de suciedad, con sus alitas se elevó con sigilo a la altura de la cabeza de Naruto y la dejó caer sobre ésta. Éste se sacudió en consecuencia algo sorprendido por el acto del pequeño- No es justo, son dos contra uno- dijo tomando al niño haciéndole cosquillas en la pancita.

_Hahaha, detente papá- rió el infante. Automáticamente Naruto se detuvo congelando su semblante, Sasuke mantuvo silencio y el pequeño dejó de reír por la repentina seriedad en el ambiente.

_Keita- habló el rubio con cierta reserva- yo no soy tu…

_ ¡Keita! Entremos- interrumpió el moreno rápidamente- es hora de tu baño- tomó al crío por el bracito alejándolo de su otro padre- despídete de Naruto.

Demasiado joven para entender y aun así con carita de preocupación, el bebé se despidió- Adiós papi- dijo oscilando su manito.

La tristeza invadió a ambos chicos, Sasuke a pesar de mantener en silencio la verdad sobre su hijo, estaba deseando contarle al rubio todo, pero su orgullo no se lo permitía. Se mordió el labio con frustración y aguantó las lágrimas para no preocupar a su pequeño.

-Dobe, ¿por qué no te das cuenta?-

Por otro lado, Naruto se sentía solo cada vez que recordaba que el moreno y el crío, tal vez, pertenecían a alguien más. Su pecho se congelaba y una sombra envolvía su corazón poco a poco. Dudaba que pudiera alejarse de Sasuke otra vez y tampoco podía hacerlo de Keita. Si la pareja de Sasuke aparecía, sentía que no sería capaz de dejarlo ir, ni a él, ni al pequeño.

 

Continuará...

Notas finales:

Cielos. Sé que mi forma de dibujar no es la mejor del mundo, pero quería mostrarles cómo fue que yo vi la escena en mi cabeza. Personalmente no soy amante de los FanArt porque pueden llegar a romper la atmósfera que uno crea en su mente, pero no me pude resistir de dibujarlo… Wari por el capi corto n.n, es mi culpa… me haré el seppoku para compensarl@s..... Mejor no, porque si no, no hay conty hahahaha… les prometo que el próximo será más larguito, además de que aparecerá otro personaje… este fue mencionado en Sasuke Gaiden, pero no tuvo un gran protagonismo, solo fue mencionado… Ya saben quién es? Qué tal un concurso? A l@s que adivinen quién es el personaje le dedico el próximo capítulo n.n… quién seráaaa…..


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