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Siempre a tu lado por Remsie Black

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Notas del fanfic:

estos personajes pertenecen a J.K Rowling 

Sirius esquivaba el haz de luz roja de Bellatrix, mientras se reía de ella.

-¡Vamos, tu  sabes hacerlo mejor!- le grito Sirius, y su voz resonó por la enorme y tenebrosa habitación. El segundo has le acertó de lleno en el pecho. Él no había dejado de reír del todo, pero abrió muchos los ojos, sorprendido.

Sirius comenzó a caer, su cuerpo se curvo y en su caída hacia atrás atravesó el raído velo que colgaba del arco.

Remus miraba impactado aquella escena, su corazón latía rápidamente y una fuerte tristeza se instalaba en su pecho, quería ir donde Sirius, pero sabía que era demasiado tarde, al escuchar los gritos de Harry que corría hacia la tarima, reacciono y fue a contenerlo guardando lo más que pudo la compostura.

-No puedes hacer nada, Harry…

-¡Vamos a buscarlo, tenemos que ayudarlo, solo ha caído al otro lado del arco!

-Es demasiado tarde Harry

- No, todavía podemos alcanzarlo…- Harry lucho con todas sus fuerzas, pero Remus no lo soltaba

-No puedes hacer nada, Harry, nada. Se ha ido.

Remus abrió los ojos, realmente alterado, su respiración era agitada y mientras su cara estaba cubierta por una capa de sudor, habían pasado dos meses desde aquel accidente en el ministerio, y sin poder evitarlo perdió a la persona que más quería.

Se sentó en la cama, mientras se llevaba las manos a la cabeza, sin poder evitarlo su frustración y sufrimiento, comenzó a brotar, todo lo que había ocultado, para él y los demás, salía a flote, lagrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, golpeo la cama con tanta rabia, se encontraba realmente desecho, como no estarlo si perdió a la persona que más amaba y cuando por fin habían podido reencontrarse.

Volvió a recostarse en aquella cama, mirando el techo de aquella pobre habitación que alquilo; había dejado el cuartel de la orden, se había marchado del número 12 de Grimmauld Place. No podía quedarse en ese sitio, si todo lo que veía le recordaba a Sirius, no lo podría soportar.

Un sonido en su ventana le llamo la atención, con pesadez se levantó de aquella cama ajena y se dirigió a la pequeña ventana en la cual encontró una hermosa lechuza parda, que golpeaba la ventana con su pico, de inmediato reconoció esa lechuza, era de Dumbledore, abrió la ventana y la lechuza entro para luego levantar su pata donde tenía atado un pequeño mensaje: “venga a visitarnos, lo estaremos esperando”

Remus suspiro con cansancio, tenía que seguir adelante y  concentrarse en la orden, ya que no podía dejar de lado a Harry, le dio de beber a la lechuza y algo de comer, se dio una ducha y se vistió con la singular ropa gastada que tenía, se observó en el espejo, su rostro estaba realmente pálido y demacrado, sin darle importancia se dirigió a la salida, sin antes mirar a la lechuza, que al igual que él estaba a punto de marcharse.

Llego al número 12 de Grimmauld Place, entro con sigilo, vigilando que ninguna persona lo observara, golpeo la puerta con su varita, mientras la puerta se abría un dolor en su pecho apareció al ver aquel lugar en el que había pasado los días con Sirius, respiro hondo y se dirigió a la sala de reuniones, pasando frente al retrato de la señora Black, que estaba cubierta por una cortina, para así encontrarse con los de la orden, que ya habían empezado la reunión.

-al fin llegas Remus- dijo Arthur- siéntate, siéntate- el nombrado solo asintió con la cabeza y se sentó ceca de la mesa, observo y escucho con atención a todos, hasta que dirigió su vista al asiento vacío que se encontraba a su lado, no pudo evitar recordar a Sirius, su sonrisa, su cabello negro, sus labios que cuando le besaban le hacían sentir tan completo y sus ojos… sus hermosos ojos grises, que siempre le miraban y le hacían sentir tan feliz, realmente extrañaba aquellas caricias….

-¡Remus!- dijo Kingsley- ¡REMUS!- Remus dio un sobre salto al escuchar su nombre, se giró a ver quién lo llamaba, para su sorpresa todos lo miraban con preocupación- ¿te encuentras bien?

-lo siento, si estoy bien- dijo Remus algo avergonzado por lo sucedido- ¿Qué era lo que decían?

-bueno estábamos planeando que deberíamos acercarnos a los hombres lobo, como ya sabes, están a favor del-que-no-debe-ser-nombrado- Remus asintió y dirigió su mirada hacia los ojos azules de Dumbledore, quien le sonrió.

-Remus, ¿crees que estas en condiciones de hacerlo?

- por supuesto, no es nin….

-¡claro que no!- esta vez fue Tonks quien hablo- no, puedes hacerlo Remus, si te descubren, te mataran-todos miraban a Tonks sorprendidos, lo cual hizo que se avergonzara.

-como decía no es ningún problema, intentare mantenerlos informados, lo más que pueda-le sonrió a todos- bueno ya me despido-se levantó de la silla y salió de la sala dejando a todos sorprendidos.

Han pasado cinco meses desde que Remus se fue  junto los hombres lobos seguidores de Voldemort, su rostro se encontraba completamente cansado y demacrado, no se había podido comunicar mucho con los de la orden y desde que se fue era la primera vez que se iba a encontrar con ellos de nuevo en Grimmauld Place.

Eran cerca de las dos de la mañana cuando llego a ese lugar, al entrar sintió un pesado olor a humedad y polvo, se notaba que los de la orden, ya no se acercaban mucho a este lugar, sin pensarlo comenzó a recorrer ese lugar, del cual había formado tantos recuerdos.

Paso por la cocina, en la cual había compartido tantos besos y caricias con Sirius, tantas comidas juntos, sin evitarlo en su rostro se formó una sonrisa; se dirigió a la biblioteca, era realmente hermoso ese lugar, Sirius la había ordenado solo para él, se acercó a uno de los estantes y paso su pálida mano sobre los polvorientos libros que se encontraban en esta, salió de aquella habitación rumbo a la sala, al entrar, su dolor en el pecho aumento y un leve rubor en sus mejillas lo acompaño, al recordar la vez en que Sirius lo hizo suyo en esta habitación, con lentitud se acercó a la pared en la cual se encontraba pintado el árbol genealógico de la Familia Black, poso su mano en la mancha de quemadura que tenía debajo la inscripción “Sirius Black” .

-¡Hey! Sirius- dijo Remus-¿Qué es lo que le paso a tu imagen?- Sirius se acercó para abrazar a Remus por sobre su hombro.

-mi queridísima madre, me quemo cuando hui de esta mierda de casa y me fui donde James- dijo sin ninguna preocupación Sirius- Bueno mi queridísimo lobito, ya tengo las cosas que necesito, así que vámonos de este lugar- Sirius le sonrió, con lo cual Remus solo le dio un beso en la mejilla.

Remus no pudo contener las lágrimas que se juntaron en sus ojos, al recordar ese momento, fue uno de los momentos más felices que tuvo con Sirius ya que ambos habían dado un paso más a su relación decidiéndose ir a vivir juntos, las lágrimas caían por sus mejillas, sin querer detenerse, su pecho dolía y no sabía cómo calmar aquel inmenso dolor.

-¡¿PORQUE ME DEJASTE?!- grito Remus- PROMETISTE QUE NO TE IRIAS DE NUEVO…. ¡QUE ESTARIAMOS SIEMPRE JUNTOS!- Remus lanzo un golpe contra la pared, para luego caer sobre el piso, completamente destrozado.

Remus intentaba contener las lágrimas que recorrían su pálido rostro, se levantó del piso y comenzó a subir las escaleras hasta el último piso, en el cual había solo dos habitaciones, se dirigió hacia el pasillo, para finalmente detenerse frente a la puerta con la inscripción: Sirius.

Era la primera vez que Remus entraba en aquella habitación. Era espaciosa y en algún momento debió haber sido elegante; había una gran cama con cabecera de madera, una gran ventana oculta tras unas oscuras cortinas de terciopelo  y un candelabro con restos de cera solida colgando. Remus se adentró con cuidado, en aquel lugar, observo con detenimiento cada parte de la habitación, pensando en cómo el adolescente Sirius había cubierto con fotos y cuadros aquellas paredes, habían varios estandartes de Gryffindor, de un desteñido color rojo; habían varias fotografías de motos muggles y también varios carteles de chicas muggles en bikini cosa que Remus no pudo evitar sonreír, al fijar su mirada a la única foto encantada sus ojos se llenaron de lágrimas, sobre la pared se encontraba la foto de cuatro jóvenes estudiantes de Hogwarts, de pie uno al lado del otro, sonriéndole a la cámara.

Con emoción Remus coloco su mano sobre aquella foto, mientras recorría a cada uno de sus amigos lentamente, para finalizar con el joven y apuesto Sirius, su rostro ligeramente arrogante y mucho más feliz, Remus sollozo con tristeza al recordar aquel momento en que Lily les había tomado aquella fotografía. Remus camino por aquella habitación dirigiéndose al estante con libros y revistas muggles que tenía Sirius, al tomar una de las revistas, una fotografía caía hacia el suelo, con curiosidad, recogió aquella foto y al voltearla, en su rostro se mostró una gran sorpresa por lo que observa; el joven Sirius abrazaba por sobre los hombro, con una gran sonrisa en sus labios a un joven Remus quien también sonreía muy avergonzado hacia la cámara.

-Hey Remus, no seas así conmigo, por favor- Sirius perseguía a Remus rogándole insistentemente

-Ya te dije que no-dijo Remus indiferente-no estoy para esas cosas Sirius, además los exámenes se acercan y debo estudiar- Remus caminaba hacia la entrada de la sala común

-Solo te pido una foto conmigo, nada más- decía Sirius intentando convencer a un Remus que estaba perdiendo la paciencia

-¿Y para que quieres una foto conmigo?-decía Remus quien se había detenido inesperadamente, para darse la vuelta y mirar de frente a Sirius con sus manos en las caderas

-Pues veras, ya me tome una con James y con Peter, también con unas cuantas chicas de Hufflepuff  y Ravenclaw  solo me faltas tú-dijo emocionado Sirius- quiero tener un recuerdo con todos mis amigos y…

-Pues ya tienes una foto en la que salimos todos juntos-dijo algo molesto Remus, quien se cruzó de brazos para luego seguir su camino hacia la sala común, Sirius algo sorprendido por el comportamiento de Remus salió tras él, y lo detuvo con precaución, al ver el rostro de Remus su sorpresa fue mayor al ver como lagrimas recorrían sus mejillas.

-Remus…. ¿qué pasa?- pregunto asustado y preocupado Sirius.

-no es nada, déjame en paz- Remus soltó el agarre de Sirius para limpiarse las lagrimas

-¿Cómo que nada? Remus, sabes que puedes decirme lo que pasa- insistió Sirius

-….-Remus agacho la cabeza avergonzado- es…solo que…-respiro hondo-pensaste en varias personas antes que en mi para sacarte una foto, se supone que soy tu novio, y aun así vas donde cualquier chica a pedirle una foto mucho antes que a mi- Remus suspiro, se sentía más aliviado de poder decirle lo que pensaba a Sirius, el cual lo miraba sorprendió por unos momentos para luego sonreír y envolver a Remus entre sus brazos.

-Moony-rio Sirius- mi lobito celoso-Remus intento protestar pero Sirius no se lo permitió-en realidad fuiste el primero en quien pensé, pero quería que fuera un momento en que realmente recordáramos-Remus se sonrojo-y sobre las chicas que te nombre hace un rato sol bromeaba, ¿no me digas que me creíste capas de eso?

-Pues lo dijiste muy serio-Remus se separó suavemente de Sirius para cruzarse de brazos, mientras miraba hacia otro lado con un leve rubor en sus mejillas-bueno…si aún quieres la foto conmigo, estoy dispuesto a que la tomes- Sirius sonrió completamente emocionado, para luego tomar a Remus de la mano y llevarlo a la sala común corriendo, donde le pidió a James que les tomara la ansiada fotografía.

Pequeñas lágrimas cayeron sobre aquella fotografía, su corazón le dolía y su respiración estaba agitada, sin pensarlo se llevó aquella fotografía al pecho y con pesadez se sentó en la cama de Sirius, dio una gran bocanada de aire para luego finalmente caer recostado sobre aquella cama y liberar toda la tristeza y soledad que sentía.

Remus sintió como alguien le acariciaba suavemente el cabello, por unos momentos se dejó acariciar, se sentía tan bien, tan seguro con aquellas caricias, lentamente fue abriendo los ojos, que rápidamente se volvieron sorprendidos y asustados. Había una persona sobre él, de un color blanco perla y ligeramente transparente, que flotaba encima de él, rápidamente se dio cuenta de que era un fantasma, pero no era un simple fantasma, al verlo más detenidamente, se dio cuenta de aquellas facciones que tanto deseaba ver, estaban frente al en este instante.

-Sirius-pronuncio en un susurro Remus, mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas y se sentaba sobre la cama.

-…-aquel fantasma no pronuncio ninguna palabra y solo le sonrió con ternura, para luego pasar con delicadeza su blanca mano por sobre el rostro de Remus, quien cerró los ojos intentando sentir el contacto que Sirius le intentaba dar.

-Sirius, ¿Cómo es posible?- pregunto Remus, algo confuso, quien intento llevar su mano hacia la de Sirius, pero solo pudo traspasarla.

-no tengo mucho tiempo mi querido lobo-dijo sonriendo Sirius- solo vengo a darte fuerzas para que continúes con tu vida, que seas feliz…

-¡no puedo!-Remus bajo la mirada-no puedo si no estás a mi lado, Sirius….quiero tenerte junto a mí, que estés conmigo-Remus comenzó a sollozar

-Remus....-Sirius hablo con tristeza-  No llores…por favor-Remus levanto la mirada, mientras lagrimas recorrían sus mejillas- no quiero que llores por mi culpa Moony, no quiero que sufras por mi culpa….que no sigas con tu vida por mí, porque aún me quieres…que no seas feliz…-la voz de Sirius se quebró.

-¡soy feliz teniéndote a mi lado!-grito Remus- si tú no estás, ¿de qué sirvo aquí?, eras lo único por lo que me he mantenido con vida, y eso ahora acabo…porque te fuiste y me dejaste….

-no era lo que yo quería Remus…desde que salí de Azkaban, lo único que quería era poder encontrarte y rehacer mi vida junto a ti y junto con Harry…¡quería tener una familia con ustedes!-Sirius intentaba mantener la calma

-pues yo también quería hacer mi vida contigo-Remus sollozaba, sin poder contener las lágrimas, Sirius se acercó mientras acariciaba su rostro

-aun tienes mucho por vivir, tu vida no está acabada si yo no estoy-decía Sirius intentando calmar a Remus- debes ayudar a Harry; debes luchar en esta guerra y derrotar a Voldemort-Sirius sonrió al ver como Remus asentía- además mi pequeño lobo, siempre estaré a tu lado, porque recuerda los que nos aman jamás nos dejan y están aquí- puso su mano en el pecho de Remus, el cual sonrió, una sonrisa sincera que hace mucho no mostraba. Sin pensarlo Remus estiro los brazos hacia Sirius, acercándose para darle un abrazo, con lo cual Remus solo pudo pasar a través de Sirius, quien le sonrió algo triste.

-ya se me acaba el tiempo, mi lobito, me encanto volver a verte-Sirius se acercó a los labios de Remus dándole un suave beso en los que apenas se toparon sus labios.

-No te vayas-Remus comenzaba a desesperarse-por favor aun no te vayas- la silueta de Sirius comenzaba a desvanecerse, con lo cual Remus intentaba detenerlo, pero solo traspasaba el cuerpo fantasmagórico de Sirius-¡NO TE VAYAS!

-no te preocupes, Moony, nos volveremos a encontrar- lo último que pudo ver de Sirius antes de que desapareciera por completo fue su sonrisa. Remus se abrazó a si mismo mientras volvía a caer en la cama, completamente destrozado.

Remus abrió los ojos lentamente, al sentir la luz del sol que entraba por entre las cortinas, al sentir ruido en los pisos de abajo, recordó que tendrían una reunión con los de la orden. Bajo rápidamente las escaleras hasta llegar al primer piso, donde encontró a todos los de la orden recogiendo las cosas que habían traído.

-¿Qué es lo que pasa?-pregunto muy confundido Remus

-¡oh! Remus-comenzó a hablar Arthur –al fin llegas, tenemos que irnos de inmediato.

-yo… ¿Por qué?

-bueno porque….-Arthur bajo la mirada, mientras aparecía Molly con una leve expresión de sorpresa al encontrar a Remus.

-Remus, ¿a qué hora llegaste?-pregunto la señora Weasleys- bueno no hay tiempo para eso, tenemos que movilizarnos rápido y llegar a la madriguera

-¿pero, porque?-Remus estaba completamente confundido

-lo siento Remus no hay tiempo de explicar, será mejor que te dirijas a la madriguera ahí te encontraras con los demás de la orden-dijo Molly, recogiendo algunos papeles.

Remus salió del número 12 de Grimmauld place, se encontraba desesperado, no sabía que era lo que pasaba en ese lugar, pero lo que más le preocupaba era la aparición de Sirius, necesitaba saber más de él, pero ese no era el tiempo, necesitaba concentrarse en la orden, dirigiéndose al parque, que se encontraba frente a la casa, con paso firme, se escabullo y en un solo movimiento desapareció.

Apareció frente a la madriguera, hogar de los Weasleys, al entrar se encontró con Tonks quien lo saludo.

-Ho-Hola Remus

-…-Remus asintió al saludo, mientras levantaba una mano- ¿Qué es lo que sucede? ¿Porque nos vinimos de Grimmauld place?

-Pues bueno…-Tonks no alcanzo a hablar cuando entraron Molly y Arthur, en la casa

-por fin terminamos-dijeron al unísono mientras dejaban las cajas llenas de papeles y cosas de la orden. Remus los miraba confundido, mientras Tonks se levantaba

-ya me tengo que ir a Hogsmeade, tengo que estar de turno…

-puedes venir a cenar, Tonks- decía Molly alegremente, con lo que Tonks asintió- te estaremos esperando-Tonks salió de la casa y unos metros más desapareció

-¡¿alguien me puede decir que está pasando?!- dijo Remus algo desesperado

-oh, lo siento Remus, se me olvido por completo que no te habíamos dicho- decía Arthur mientras se dirigía hacia la cocina, seguido de Molly y Remus- lo que pasa, es que al morir Sirius, la casa pasa al siguiente con el apellido Black…y esa es su…

-prima Bellatrix- dijo Remus, quien comprendió todo hasta ahora; sabía que Sirius le había dejado todo a Harry pero aun así, no podían seguir en Grimmauld place por causa de esa situación.

Han pasado cuatro meses desde que estuvo por última vez en Grimmauld place, no se volvió a encontrar con aquel fantasma, coa que le preocupaba mucho, pero aun así debía mantener sus pensamientos claros, ayudar a Harry y a la orden, esa era su prioridad. Mientras caminaba hacia el Caldero chorreante, una lechuza, lo detuvo entregándole una pequeña nota, al leer la nota se sorprendió y sin pensarlo dos veces desapareció, en medio de la multitud.

~

Remus juntos con Tonks, Ron, Hermione y Luna se encontraba alrededor de una cama al final de la sala. Al sentir el ruido de las puertas abriendo se todos miraron hacia ese lugar, Harry entraba en la enfermería, se encontraba con algunos rasguños y muy pálido, sin pensarlo dos veces Remus se acercó a Harry muy ansioso.

-¿te encuentras bien Harry?

-estoy bien… ¿Cómo se encuentra Bill?- la habitación quedo en silencio mientras Harry dirigía su mirada hacia Bill que se encontraba completamente irreconocible, Madame Pomfrey  se encontraba curándole las heridas con un ungüento color verde de un fuerte olor.

-¿no es posible que pueda curarlas con encantamientos?-pregunto Harry

-ningún encantamiento funcionaria con estas- dijo Madame Pomfrey – pues no hay ninguna cura para mordedura de hombre lobo.

-pero él no fue mordido en luna llena-esta vez fue Ron quien hablo, mientras miraba preocupado a su hermano – Greyback no se había transformado así que no creo que Bill sea uno verdadero…- miro a Remus, algo vacilante.

-no creo que lo sea-declaro Lupin- pero eso no significa que no haya alguna contaminación; puesto que estas heridas son malditas, es muy improbable que se curen completamente-Remus miraba cabizbajo a Bill puesto que no quería que nadie más sufriera con esa maldición - y-y Bill puede que adquiera algunas características de lobo de ahora en adelante.

-Dumbledore podría conocer algo que funcione, pienso- dijo Ron-¿dónde se encuentra?, Bill lucho contra ellos bajo sus órdenes, no puede dejarlo de esta manera…

-Ron, Dumbledore está muerto- le corto Ginny

-no- dijo Lupin, quien dirigió su mirada de Ginny a Harry pero al ver que este no contradecía, su desesperación aumento, dejándose caer en una silla mientras se tomaba la cabeza, debía controlarse, pero no podía, Dumbledore le había dado todo…todo lo que nadie le dio a excepción de sus amigos, y ahora estaba muerto.

-¿Cómo murió?-susurro Tonks, quien se veía más pálida de lo normal.

-Snape lo mato- declaro Harry- yo estuve ahí. Llegamos a la torre de astronomía, porque era el lugar donde se encontraba la marca tenebrosa… Dumbledore estaba enfermo, débil, pero se dio cuenta de que era una trampa cuando escuchamos pasos en la escalera, con lo que me inmovilizo…no pude hacer nada. Entonces Malfoy atravesó la puerta y lo desarmo…-Harry contaba cómo había sucedido todo, todos lo miraban sorprendidos y aterrados. Al finalizar el relato Madame Pomfrey se colocó a llorar pero de inmediato intento guardar silencio al escuchar como Ginny decía que prestaran atención; en un lugar el ave fénix estaba cantando de una manera que nunca antes se había escuchado, se quedaron escuchando quien sabe por cuánto tiempo, pues aquel hermoso y triste canto parecía que aliviaba su propio dolor.

 Al entrar la profesora McGonagall a  la enfermería el canto desapareció, volviendo todos a la realidad. Su conversación fue directo hacia Snape, mientras todos analizan el porqué de su actuar y como Dumbledore pudo creer en él, Remus no podía creer lo que oía de Harry, tenía muy encuentra de que Severus odiaba a James pero que Dumbledore le haya creído que se encontraba arrepentido no podía creerlo. Todos comenzaron a contar sus versiones de cómo había sido la lucho contra los mortifagos, y así todo se iba aclarando de cierta manera. Al terminar de escuchar las versiones de todos, la habitación se inundó de un silencio, mientras que levemente se escuchaba el canto del ave fénix; volvieron a abrirse las puertas de la enfermería dejando pasar a Molly y Arthur Weasleys, que sin detenerse a saludar corrieron hacia su hijo, mientras que Remus y Tonks se alejaban para así darle más espacio a los Weasleys. Así  le confirmaron de la tragedia a los Weasleys recién llegados; sin poder evitarlo Fleur se quedó congelada mirando el rostro de Bill, mientras Molly comenzó a sollozar, mientras que sus lágrimas caían sobre el rostro de Bill.

-no importa cómo se vea…no es r-realmente importante….era un muchacho muy guapo….y se iba a casar- en eso Fleur interrumpió a la Sra. Weasleys

-¿y que quiegue decig con eso?- la Sra. Weasley levanto la mirada llena de lágrimas, sin saber que responderle a la muchacha- ¿usted piensa que Bill ya no va a queguer casagse conmigo?- pregunto Fleur- ¿usted piensa que pog esas mogdidas ya no me amagá?

-no es eso lo que yo…-intentaba aclararse la Sra. Weasley

-pogque él lo haga- dijo Fleur colocándose de pie mientras echaba su cabello plateado hacia atrás- tomaga más que un hombge lobo paga que Bill deje de amagme. ¿Usted piensa que yo no queguia casagme con él? O quizás ¿usted quiegue eso?-Fleur estaba completamente exasperada, Remus observaba calmadamente esa actuación y al igual que todos los demás, no sabía cómo reaccionar, después de un tiempo de como Fleur expresaba sus sentimientos hacia la Sra. Weasley, ambas finalmente se entendieron, sin poderlo evitar sonrió hasta que un grito lo sobresalto.

- ¡lo vez!- dijo Tonks con una voz tensa, mientras observaba a Remus- ella aun quiere estar con él, no importa si ha sido mordido ¡a ella no le importa!- Remus se colocó serio e indiferente

-es diferente- dijo Remus quien se colocó muy tenso- Bill no se convertirá en hombre lobo por completo. Esto es completamente diferente…

-a mí no me importa tampoco-dijo Tonks, mientras se acercaba a Lupin y tomaba su túnica- te lo he dicho un millón de veces…

-¡y yo ya te lo he dijo!- dijo Remus, sin mirarla a los ojos- soy muy viejo para ti, muy pobre y... peligroso.

-¡Sirius ya está muerto!- grito Tonks, mientras todos se sorprendían al escuchar aquellas palabras, el corazón de Remus comenzó a latir rápidamente, no podía creer que ella estuviera diciendo esas palabras, Harry miraba confundido a Remus, quien solo pudo agachar la cabeza- no tienes por qué seguir estando tan apegado a él, él nunca te hizo feliz…yo puedo…

-¡Cállate!- grito Remus, nunca nadie lo había visto de esa manera sus ojos estaban llorosos mientras fulminaba a Tonks con su mirada- tú no sabes nada de mi relación con Sirius, no tienes ni las más mínima idea de cómo era….y no pienso abandonar algo con lo que he sido verdaderamente feliz, no por una niña caprichosa que no le importa ni aunque sea la muerte de su tío- Remus respiraba aceleradamente- no te atrevas a decirme que puedes  hacerme feliz, pues el único que puede es Sirius y si no puedes entender eso…que mi relación con Sirius no va acabar, no eres apta para que salga contigo, pues SIEMPRE, Sirius va a ser el primero…- declaró Remus, dejando a todos sorprendidos, pues nunca creyeron que Remus estuviera enamorado de Sirius, Tonks miraba completamente sorprendida a Remus, sus ojos estaban llorosos- este no es el momento para hablar esto…lo siento – con esas palabras Remus salió de la enfermería dejando a todos sorprendidos, sobre todo a Harry, quien lo miro preocupado.

Después de la muerte de Sirius y ahora la de Dumbledore, de aquellas cosas que le dijo Tonks,  Remus se desmorono por completo, se sentía perdido y solo, en ese momento realmente necesitaba a Sirius quien era su única fortaleza, debía ser fuerte y no dejarse vencer por ese tipo de asunto. Cuando se volvió a reunir con la orden intentaba evitar por completo a Tonks, y las veces que se encontraban en la madriguera el ambiente se colocaba muy tenso, y ni si quiera se dirigían la mirada. Arthur le había dicho varias veces que le diera una oportunidad a Tonks, que era una buena chica y de eso no tenía duda pero su corazón aún estaba amarrado a Sirius, sentía que si se permitía ser feliz con alguien más, dejaría libre a Sirius y este ya no estaría más con él, no quería eso, no quería dejar de querer a Sirius, pero cada vez se sentía más presionado por todos, Tonks, Arthur, Molly, etc. Todos le decían está bien, no tienes por qué seguir apegado a él, el estaría feliz de que estés feliz con alguien más…es tiempo de ser feliz sobre todo en estas circunstancias y eso era lo que quería Remus, ser feliz pero con la persona que realmente amaba, Sirius.

Finalmente termino cediendo a la insistencia de Tonks, y muy pronto decidieron casarse, pero Remus, no podía dejar de pensar en su condición de licántropo y por supuesto en Sirius, aun recordaba lo que había sucedido en Grimmauld place, no podría olvidar ese encuentro y cada noche sentía que pasaba con Tonks, se hacía más daño a él y a ella por igual. Hasta que un día exploto, su rostro se encontraba pálido, estaba realmente exasperado, asustado, sentía tantas emociones que no sabía cuál le afectaba más, descubrió que Tonks estaba embarazada, no podía creerlo, Tonks se veía tan feliz, pero al contrario de él, que sabía las consecuencias, ese niño podría ser igual que él, podría tener su maldición y es no era lo que quería para su primogénito, con tal desesperación fue en busca de Harry, podría irse con él, ayudarlo en su misión.

Llego a Grimmauld place, y se encontró con los tres jóvenes magos, quienes le miraban sorprendido, así comenzó a tener una charla con Harry llegando al punto que lo tenía en ese lugar.

-Tonks, está embarazada- su rostro mostraba completamente indiferencia y de cierto modo desagrado. Los tres muchachos le sonreían felices por aquella noticia, lo felicitaban pero para el solo era un martirio, no quería escuchar que le sacaran en cara que tendría un hijo, que de cierta forma engaño a Sirius y a Tonks, quería volver el tiempo atrás, así no estaría con Tonks y  no perdería a Sirius.

Sin darse cuenta el ambiente de comodidad comenzó a volverse realmente incomodo con los muchachos, se comenzó a desahogar, el cómo no quería quedarse con Tonks, ayudar a Harry era lo que quería pero de cierta forma lo que aquel muchacho le decía, le provocaba dolor y sin poder controlar a su lobo interno exploto y ataco a Harry sin lastimarlo, para luego salir de Grimmauld place.

Aquellas palabras que le dijo Harry, que era un cobarde, que James no estaría orgulloso de el sí abandonaba al hijo que está en el vientre de Tonks, lo dañaron, pero de cierta forma lo hicieron entrar en razón, no podía abandonar a ese niño, porque por sobre todas las cosas era su hijo.

Finalmente se volvió a encontrar con Harry en una casa cerca de la playa, la casa de Bill y Fleur, se encontraba realmente feliz y aliviado, Tonks había tenido al bebe y era completamente normal, no tenía su maldición y eso lo hacía sentir mejor, todos lo que se encontraban reunidos ahí le felicitaron, Ted Lupin era su nombre, mientras celebraba con ello un tiempo Harry se le acerco intentando disculparse, cosa que Remus no le permitió pues, él tenía razón se había comportado como un completo cobarde. Al llegar a casa de los padres de Tonks, se encontró con ella que le sonreía mientras tenia al pequeño Teddy en sus brazos, el pequeño era un metamorfo, pero de cierta manera tenía esa sensación de que tenía un gran parecido a alguien especial, pues de todas formas tiene sangre de un Black, Remus sonrió, era el momento más feliz, pero ninguno superaba la felicidad que sentía al estar con Sirius, ese pequeño y Sirius eran los únicos que lo hacían sonreír de verdad, esperaba que nadie le quitara la felicidad, pero sabía que no era posible ya que una guerra se encontraba muy próxima.

Haz de luces viajaban por todo el lugar, miles de alumnos y profesores luchaban contra los mortifagos, seguidores de Voldemort, todo era un gran caos, Remus solo se sentía seguro, ya que sabía que Tonks se estaba en casa de sus padre junto con el pequeño y que si moría no quedaría solo o al menos eso creía, estaba dando todo de si cuando, una agitada Tonks corría hacia el esquivando los has de luces, Remus la miraba enfadado, no entendía por qué se encontraba ahí pero después de una pequeña discusión, Tonks se quedó  su lado luchando, contra los mortifagos.

Un haz de luz rojo le llego en el pecho a Remus y a Tonks al mismo tiempo, con las ultimas fuerzas que les quedaban a Remus le tomo de la mano, pues por más que amara a Sirius Tonks, era alguien por quien sentía un gran cariño y aprecio. Su cuerpo se sentía frio, su respiración era tan débil, mientras que ninguna fuerza quedaba en su cuerpo, mientras cerraba los ojos, una luz brillaba muy a lo lejos.

Sus ojos se abrieron lentamente, su cuerpo se sentía realmente ligero, al aclararse su vista reconoció aquel lugar que tantas veces fue su refugio para las lunas llenas, se encontraba en la casa de los gritos, no entendía que era lo que sucedía y un recuerdo llego a su mente, él y Tonks cayendo muertos en Hogwarts, se rostro se volvió pálido, mientras se tomaba de los cabellos, se encontraba muerto, había dejado por completo a su hijo y por alguna razón no se encontraba con Sirius, él le había dicho que lo esperaría, pero no se encontraba ahí, lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas, aunque se encontrara muerto aun podía sentir dolor. Una mano seca las lágrimas que caían por sus mejillas, al levantar su mirada sus ojos se abrieron como plato, Sirius se encontraba frente a él con una ligera sonrisa, sin pensarlo dos veces, Remus se abalanzo sobre él dándole un abrazo que fue correspondido, junto con un beso en la mejilla.

-Remus, no hay tiempo es hora de ver a Harry, tenemos que darle fuerzas- y luego de decir esas palabras salieron hacia el bosque prohibido.

Muy pronto se encontraron con James y Lily que le sonrieron a ambos, Remus se encontraba realmente feliz, volvía a estar con sus queridos amigos, aunque sabía que estaba muerto no le importaba, puesto que volvía a estar junto a ellos; siguieron caminando por el bosque hasta encontrar a Harry, quien en su mano sostenía una pequeña snitch dorada.

-estoy listo para morir-fueron las palabras que salieron de los labios de Harry, lentamente se llevó la snitch dorada hacia sus labios, el caparazón de metal se rompió y se abrió. En el centro de las dos mitades de la snitch se contemplaba una piedra irregular, era la Piedra de la Resurrección.

Cerro sus ojos y giro la piedra en su mano tres veces, Harry supo lo que sucedió ya que a su alrededor se oyeron suaves movimientos, de presencias que pisaban aquel irregular terreno; al abrir sus ojos los vio, aquellas sustancias vivientes se acercaron a él y en cada cara, se apreciaba la misma cariñosa sonrisa.

-has sido tan valiente…-Lily fue la primera en hablar, Harry n podía articular palabra alguna, mientras miraba embelesado a su madre.

-ya falta poco- continuo James- estas muy cerca. Estamos tan orgullosos de ti.

-¿duele?-interrumpió Harry

-¿morir? Nada en absoluto-le respondió Sirius- es más fácil y rápido que quedarse dormido.

-y el querrá que sea rápido. Quiere que esto acabe ya- esta vez Remus respondió

-no quería que murieras-dijo Harry - ni ninguno de vosotros. Lo siento- se dirigió a Remus, en una súplica- justo después de nacer tu hijo…Remus, lo siento…

-yo también lo siento- le respondió – siento no poder conocerle…pero el sabrá porque  morí y espero que lo entienda. Intentaba que el mundo fuera un lugar en el que pudiera vivir mejor.

-¿se quedaran conmigo?-pregunto Harry

-Hasta el final- dijo James

-¿no podrán verlos?

-somos parte de ti-le respondió Sirius-invisibles a cualquier otro- Harry poso su vista en su madre que le sonrió con ternura

-quédate cerca de mí-suplico Harry suavemente.

Así comenzó el recorrido hacia el centro del bosque prohibido, el frio de los dementores no le atemorizo y paso junto a ellos con sus compañeros que actuaron como patronus, marcharon por entre viejos árboles, sus ramas se enredaban, sus raíces se retorcían y enroscaban bajos sus pies. A su lado se encontraban caminando James, Sirius, Remus y Lily, su presencia le daba el coraje y la fuerza que necesitaba para seguir caminando hacia su destino.

De un momento a otro Harry se detuvo al escuchar ruidos extraños cerca, miro a sus acompañantes que también se habían detenido. Justo cuando pensaba que solo era una animal detrás de un árbol aparecieron dos mortifagos, que Harry reconoció como Yaxley y Dolohov, que buscaban en la oscuridad, cerca del lugar donde se encontraba Harry. Pero al darse cuenta de que no había nada en el lugar ambos mortifagos decidieron regresar donde Voldemort, así Harry los siguió con cuidado, sabiendo que lo llevarían donde él quería ir; camino solo por un par de minutos cuando por fin llegaron a un claro, que Harry reconoció como el lugar donde había vivido el monstruo Aragog. En medio del claro se encontraba fuego ardiendo, su luz iluminaba a cada mortifagos completamente silencioso y vigilante, Harry pudo reconocer a unos cuantos mortifagos, Lucius que parecía completamente derrotado, a Narcisa  cuyos ojos estaban hundidos. Cada mortifago tenía sus ojos puestos en Voldemort, que se encontraba parado y con la cabeza inclinada, a su alrededor se encontraba  Nagini, que flotaba en su jaula encantada.

-Ninguna señal del muchacho, mi Señor-dijo Dolohov, la expresión de Voldemort no cambio.

-mi Señor- Bellatrix había hablado, pero Voldemort la hizo callar con un ademan de su mano, y ella callo de inmediato mientras lo miraba con fascinación.

-pensé que vendría- dijo Voldemort-esperaba que viniera

Harry se encontraba tan asustado al igual que el resto, sus manos sudaban y su corazón latía a mil por hora; con cuidado quito su capa de invisibilidad y la guardaba junto a su varita, no quería pelear.

-parece que he sido engañado-dijo Voldemort con algo de decepción

-¡no lo has sido!-grito Harry, mientras la piedra de la resurrección, se deslizaba por sus dedos, mientras que por el rabillo de sus ojos vio como sus padre, Sirius y Remus desaparecieron al dejar caer la piedra.

Remus volvió a abrir sus ojos, se encontraba nuevamente en la casa de los gritos, a su lado estaba Sirius, James y Lily que le sonreía con ternura

-¿Qué es lo que va a pasar a hora?-pregunto con duda Remus

-pues James y yo nos tenemos que ir, Remus- Lily le sonrió

-¿tan pronto?

-ya cumplimos con nuestro deber, Moony – le respondió James con su típica sonrisa- Harry ya está en el buen camino

Remus observo a Sirius con anhelo, este le sonreía tiernamente pero a la vez con tristeza

-bueno de vemos irnos- James tomo la mano de Lily y comenzaron a caminar hacia una luz resplandeciente, Remus observaba asombrado, pero sin temor comenzó a caminar siguiendo los pasos de james y Lily, pero al sentir que Sirius se quedaba atrás, se dio la vuelta mientras miraba a Sirius confundido

-no puedo ir con ellos-dijo con una sonrisa, mientras la sonrisa de Remus se desvanecía- tu puedes elegir, si vas a ese lugar o te quedas conmigo, en la oscuridad- Remus miraba a Sirius sorprendido sin poder decir ninguna palabra, en eso Sirius se acercó a él y le acaricio el rostro- mi lobo, cualquier decisión que tomes va a estar bien, solo quiero que seas feliz…-unos labios interrumpieron a Sirius, que se quedó sorprendido, no pensaba que pudiera sentir nuevamente esos labios y sin demora correspondió el beso de Remus.

-Padfoot…-Remus tenía una sonrisa sincera en su rostro- quiero estar contigo, no me importa el lugar, no me importa cómo, con tal de estar a tu lado, voy a ser feliz- Sirius le sonrió y con delicadeza, entrelazaron sus manos, mientras se desvanecían y se iban hacia el otro mundo.

 

Notas finales:

gracias por leer, espero que les haya gustado y cualquier sugerencia es bien recibida 

nos leemos bye nwn/


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