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Deidades. por Miiichu

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Notas del fanfic:

¡¡¡IMPORTANTE!!!

 

Este os esta inspirado en el anime llamado: "Noragami" aqui algunos termines que deben saber antes de comenzar a leer. 

 

Ayakashi: Los Ayakashi, llamados también fantasmas, son criaturas que provienen de la Orilla Lejana, pero les gusta influenciar a humanos, alimentándose de la oscuridad de la gente y corrompiendo sus corazones. Pueden ser expulsados y aniquilados por los dioses y sus Shinki. En condiciones normales, los humanos no pueden verlos.

 

Shinki: Un Shinki, Tesoro sagrado o regalía. Es un arma divina poseída por los dioses. Son antiguos humanos que murieron en contra de su voluntad (no mediante el suicidio). Cada Shinki puede cambiar de forma en un arma única cuando el dios al que sirve le llama por su nombre de Shinki

Notas del capitulo:

Leer las notas de mas arriba por que es importantisimoooo , sin mas animo de interrumpir y esperando que tengan un lindo comienzo de semana. 

 

A leer *-* 

POV Jinki

 

Se conoce de la existencia de Dios en todas las culturas, países y continentes. Pero los Dioses como yo somos un poco distintos, propios de una parte especifica de la población mundial y con un trabajo muy poco convencional… en todo sentido. Me llamo Jinki y soy el dios de la improbabilidad, si algo es muy improbable en tu vida, solo di una plegaria llamando mí nombre y su deseo se hará realidad, obviamente con un pago de por medio. Lo malo de todo esto es que… no tengo Shinki, no tengo templo y soy un Dios desconocido para otros Dioses ¿Conclusión? Soy un tipo de fracasado.

Nadie dijo que ser un dios era fácil, claro que no lo es,  con tanta competencia de dioses en los cuales las gente si cree. Primero que todo debía encontrar a un Shinki. Desde que el último renuncio me he vuelto más inservible que de costumbre, los pocos dioses que me conocen me hacen una especie de bulling y eso no es nada digno para una deidad de mi categoría (aunque eso solo estuviera en mi mente) encontraría un trabajo decente y un arma a la altura.

En uno de mis paseos nocturnos buscando algún Ayakashi que implicara un gran peligro;  una bola de luz blanca llamo mi atención, entonces  lo supe de inmediato.  Al acércame pude ver que tenía unos ojos pequeños, era como un pompón resplandeciente perdido entre cajas de cartón en un callejón.

 

-Pequeño, has llegado en el momento preciso – susurre, para luego levantar mi brazo derecho y apuntar con dos de mis dedos hacia la bola de luz – Tú, que no tienes lugar en este mundo; ni hogar al que regresar, te concedo mi bendición. Mi nombre es Jinki, yo te concederé un nombre y una meta. Yo te concedo el honor de ser mi siervo. Que mi divinidad sea la luz que guie tu camino. A partir de ahora serás mi Tesoro Sagrado. Tu nombre es Kibum y como Tesoro sagrado, Key. Ven a mí… Key- resplandeció  tan brillante que sería encandilante para los ojos de cualquier humano. Convirtiéndose así en una katana cuya empuñadura tenía la forma de una llave muy antigua y preciosa, quedando entre mis manos, vibrante.

 

-Huele tan bien –escuche a mis espaldas- sí, hueles tan bien.

 

Gire mi rostro para encontrarme con un Ayakashi de figura amorfa, lo más parecido a una manta raya, pero de un color rojo chillón y un único ojo que miraba de un lado a otro. Este sería el primer trabajo para mi Shinki recién adquirido y esperaba que este no me fallara.

 

-¡Sufrirá mi ira… - comencé a recitar con Key entre mis manos- aquel que osa profanar la tierra del Sol Naciente! Te juro que en mi nombre, el dios Jinki y en compañía de mi fiel Key ¡Borrare la profanación de la faz de la tierra! – entonces lo corte en mil pedazos haciendo que el cielo se tornara rojo; porque un fantasma pestilente volvía al mundo al cual pertenecía- bien, muy buen trabajo, Kibum.

 

Su nombre pareció marcarse en el aire y la katana se transforma ahora sí, en una persona de carne y hueso. Un chico de unos veinte y tantos, cabello rubio, ojos parecidos a los de un felino y piel muy pálida, en su muñeca lucia su nombre grabado en letras rojas, esa era la prueba de que me pertenecía, aunque el parecía algo confundido.

 

-Comprendo que es difícil para ti, no creo que hayas estado familiarizado con esto de ser un Shinki anteriormente- el chico sonrió amable, condescendiente y se me acerco- ¿Algo anda mal?

 

-He estado buscando por un amo hace mucho tiempo, Jinki – se inclinó –es un honor estar en manos de un dios benévolo.

 

-¿Eso quiere decir que habías sido el Shinki de otro Dios anteriormente?- el asintió algo apenado – supongo que tuvo que ser un dios de la calamidad, ¿Renunciaste o te desterró?

 

-Renuncie y bueno podría decir que también fui desterrado, pues no quería servir de la manera en que él lo quería, por eso me siento feliz de llegar a tus manos… aunque… sé que no tienes templo.

 

-Pero lo tendré – sonreí convencido de que aquello pasaría pronto – bueno, Kibum ¿Tienes hambre? – sus ojos parecieron brillar y era un claro si, ya que yo era el Dios de la improbabilidad y con el poco dinero que tenía era improbable comer algo decente… si, funcionaria bien y a nuestro favor.

 

-No eres tan desconocido como lo piensas, me he movido por el mundo de los Dioses por mucho tiempo – comenzó a contarme mientras comíamos sushi- solo necesitas más seguidores y un templo, procurare llevarte al éxito sirviéndote bien en cualquier misión que involucre una lacra como lo son los Ayakashi.

 

-Veo que tus intenciones son buenas y eso ayuda demasiado. Ahora vamos – me miro dudoso pero sin chistar se levantó de su asiento siguiéndome –tengo un deseo que ir a cumplir.

 

-¿Y de que se trata?- no estaba seguro de su contarle tan pronto el deseo que debía cumplir ya que era algo bizarro, pero si él iba a seguirme de ahora en adelante, debía enterarse – me estas preocupando, no seré utilizado de mala manera ¿Verdad?

 

-Claro que no, es solo que un niño deseo poder volar y bueno… ¿Porque no averiguarlo?

 

Kibum no estaba convencido pero al ser mi Shinki debía acompañarme de todos modos. Llegamos a la azotea de un edificio que contaba con un invernadero de un lado, me sentaba allí a menudo por reflexionar e idear como conseguir tener un templo lo más pronto posible. Allí buscaría una respuesta para el niño que pidió volar.

Kibum prefirió convertirse en Key y mantener su forma de Katana pues comenzaría a oscurecer en cualquier momento y un Ayakashi podía aparecer. Me puso de pie en la cornisa tomando la distancia que había hasta el piso, tal vez construir unas alas con tela podía ser suficiente pero antes debía probar que tal la caída, iba a dar un paso adelante cuando sentí dos manos empujándome hacia atrás. Mi mente se nublo por algunos segundos y Key volvió a su forma humana de manera inmediata, las manos que sentí en mi cuerpo era un chico que ahora yacía tendido en el suelo con la cabeza sangrante, probablemente al empujarme se pegó con el borde de un macetero cuadrado que estaba a unos pasos de nosotros. Que algo así pasara era muy improbable y bueno… yo soy el dios de aquello.

 

-¿Acaso estás loco? Nada puede ser tan grave como para que te quieras suicidar –me regaño el desconocido y de manera automática, Kibum me miro para luego ambos mirar el cuerpo inconsciente en el suelo… esto era malo, el chico era un espíritu – ¡CONTESTAME! –le escuche gritarme.

 

-Creo que lo que en verdad debería preocuparte es aquello – apunte su cuerpo y al voltearse pude ver que poseía una linda cola de cachorro.

 

-¿Estoy muerto? Pero… ¿Cómo? Tú… - se desmayó, a los pocos segundos llego un grupo de chicos, de seguro amigos suyos quienes lo llevaron de inmediato al hospital. Por fortuna solo estaba inconsciente, pero todo lo que ocurrió en unos pocos minutos, estaba seguro que traería muchas consecuencias.

 

-Jinki, me puedes decir ¿Qué mierda acaba de pasar?- mi Shinki estaba dudoso y a decir verdad yo también lo estaba- te estoy hablando- insistió.

 

-Sigámoslo, ven, Key –nuevamente adopto su forma de katana – ¿Te había dicho que los humanos son problemáticos?- su mente estaba conectada con la mía, así que por muy forma de arma que tuviera podía responderme y podíamos entendernos, eso era gracias a la fuerte conexión de un Shinki y su Dios.

 

Lo que pudimos averiguar estando el hospital y aprovechando nuestra casi invisibilidad a los ojos humanos; era que el chico se llamaba Kim Jonghyun, tenía veintiún años y era un estudiante universitario recién ingresado.

 

-Jinki… comenzara amanecer dentro de poco y el chico sigue inconsciente, tengo algunos amigos Shinki de otros Dioses y me preguntaba, si… - asentí de inmediato, era obvio que con los años en el mismo oficio había hecho amigos y por el momento yo no me movería hasta averiguar más de este humano imprudente- volveré pronto - declaro para marcharse.

 

Aprovechando mi soledad con aquel chico que intento salvar mi vida, lo cual me pareció demasiado tierno y desinteresado. Lo observe con cuidado, hace muchos siglos que no veía un humano tan hermoso, con facciones tan bien hechas, marcadas y precisas en su rostro, su cabello era de un color azul que iba destiñéndose de a poco, tenía la cabeza vendada pues con el golpe de le había roto, su piel de un tostado suave era tentadora para ser acariciada.

 

-¿Me veo interesante?- di un salto por el susto, llegando a dar al suelo –no se quien está más asustado, si tú por interrumpir tu observación psicópata, o yo… por estar mirando mi cuerpo dormido y darme cuenta que tengo una cola… claramente si no soy goku, estoy muerto y quiero saber ¡PORQUE!

 

-No asustes así a la gente, podrías matar a alguien, niño – le regañe, pero él seguía mano en cadera, meneando su cola con furia y esperando una explicación- no te alteres por que no estás muerto, solo algo inconsciente por el golpe que recibiste pero despertaras dentro de unas horas. Tu cola se debe a que el accidente ocurrió cerca del horaria en donde más Ayakashi asechan la ciudad, estuviste algunos segundos en el limbo y si tú los ves… ellos también a ti.

 

-¿Esos mounstro de colores fosforescentes?- asentí- ¿Y eso que tiene que ver con mi cola? ¿La tendré cuando despierte?

 

-No, es solo mientras estés dormido, desmayado o inconsciente, es como si tu alama abandonara tu cuerpo y aquella cola es lo que conecta te conecta con tu cuerpo, si se llega a cortar morirás – sus ojos se abrieron enormes y sorprendidos- solo debes tener cuidado con tu cola cuando abandones tu cuerpo y como ya me he asegurado de que este enterado de tu situación, entonces me iré.

 

Me levante del suelo en el cual me había cruzado de piernas para dar mi explicación. Pero era tiempo de irse, cuando comencé alejarme agarro mi muñeca volteándome brusco, por lo cual quedo bastante cerca de mí, era algo más bajo que yo, pero bastante intimidante para ser un simple humano, bueno ahora era mitad humano y mitad Ayakashi… ya que si alma era medio fantasmal.

 

-¿Quién eres tú y porque intentabas suicidarte? – Sonreí  y avance hacia él, haciéndolo retroceder y sentarse en su cama en donde dormía su cuerpo- ¿No conoces el espacio personal mínimo?

 

-¿No conoces el respeto hacia un Dios? –Ladeo su cabeza como un cachorro regañado –mucho gusto, Jinki, Dios de la improbabilidad y ahora me gustaría hacerte una pregunta ¿Por qué pudiste verme en la azotea?

 

-En mi familia desde tiempo remotos hay personas que se pueden comunicar con el mas allá, son muy creyentes de mucho dioses, pero tú jamás fuiste mencionado… ¿Cómo puedo verificar que en verdad eres un Dios?

 

-No debes hacerlo, de todos modos no nos volveremos a ver- quise continuar con mi camino y aparentemente iba a dejarme, pero nuevamente sus manos me empujaron hacia él, esta vez con más fuerza – has despertado – le sonreí y al parecer le contagie ya que me mostro una sonrisa de dientes nacarados totalmente perfecta – estas siendo irrespetuoso y no estas respetando mi espacio personal ¿Acaso quieres ser castigado?

 

-Lo siento – se alejó un poco – es que me resultas tan fascinante que debo observarte de cerca y para que tengas antecedente, me gusta estar muy cerca de la gente que me interesa.

 

-Lástima que yo no soy un simple humano en el cual puedes demostrar skinship y ahora si me disculpas estoy demasiado ocupado, aún tengo un deseo que cumplir, el niño que me pidió volar necesita una respuesta, además debo ir por mi tesoro sagrado.

 

-¿Los dioses pueden tener novia?- me quede mirándolo interesado en aquella rara pregunta –dijiste… tesoro sagrado, puedo asumir que hablas de algún amorío.

 

-Asumes mal, creo que eres demasiado ansioso y actúas a tontas y a locas. Tesoro Sagrado o Shinki, es el nombre que se le da al espíritu que sirve de arma a servicio del dios que lo bautiza. Yo tengo uno que en su forma de Shinki lleva por nombre Key y en su forma humana su nombre es Kibum –asintió repetidas veces tratando de hacer encajar aquella información –bueno, ahora si me iré.

 

-¿Te volveré a ver?- me encogí de hombros –eres un Dios, se supone que debes saberlo.

 

-Es improbable- volví a sonreírle antes de irme- las cosas improbables en mi vida no existen, Jonghyun- se sorprendió de ser llamado por su nombre –solo espero que no hayas algo tan idiota como querer volver a salvar a un Dios.

 

-En mi defensa; diré que “salvarte” me está dando la oportunidad de conocerte- negué sonriente, aquel niño no entendía lo mal que podría pasarla si en verdad me conociera- ya que es improbable que nos volvamos a ver… estoy seguro que este no será nuestro último encuentro.

 

**

 

POV Jonghyun.

 

Seis meses había pasado desde que conocí a Jinki, desde que intente salvarle la vida sin saber que estúpidamente estaba intentando salvar a un Dios de algo que probablemente nunca conocerán. Luego de nuestra primera charla en el hospital, realmente llegue a pensar que no lo vería nunca más, que aquello era el fin y yo quedaría tan vacío como lo estaba antes de enfrentarme a saber que las deidades realmente existían.

Pero resulto que los Ayakashi era muchos más de lo que imagine y cada vez que perdía la conciencia lograba verlos, así también podía ubicar a Jinki donde fuera que él estuviera. Además mi propia mitad Ayakashi podía olerle, era como un vampiro llamado por la sangre, un hombre lobo siendo llamado a su transformación por la luna llena, una persona con hambre siendo llamada por su plato favorito.

 

-Niño… ya deja de seguirnos – me sobre salte, estaba escondido detrás de unos basureros viendo como Jinki terminaba con un Ayakashi menor y en cosa de segundos su Shinki casi me da un infarto – es de mala educación espiar, le causaras problemas a mí amo.

 

-Kibum ¿no?- alzo una ceja, parecía molesto de saber que yo conocía su nombre de humano –Jinki me conto de ti.

 

-¿Jinki? Mocoso… ten un poco más de respeto con mi señor- claramente había lastimado su orgullo y la importancia que podía tener Jinki para el – puedo saber ¿Porque nos sigues?

 

-Kibum… no seas tan duro, solo esta curioso –su olor de cerca era aún más exquisito, su cabello estaba vez lucia del color de los árboles de Sakura, un color rosa pálido, en Corea llamados arboles de cerezo- ¿Qué haces por aquí, Jonghyun?

 

-Bueno… veras…- Kibum me dedico una mirada de odio y me corregí – vera, señor – me incline – no dejo de desmayarme por todos lados, abandono mi cuerpo casi a diario y me gustaría saber si puede resolverlo.

 

-No es necesaria la formalidad y si deseas volver a la normalidad debes pedirlo como se debe, efectuando un pago por ello ¿O crees que las piletas de deseos están llenas de monedas solo porque si?- sus labios regordetes tallados en una perfecta sonrisa me estaban haciendo enloquecer, ¿hace falta más de dos encuentros para enamorarse? Si era así, yo estaba acabado; porque estaba irrevocablemente enamorado de el- si quieres volver a ser el de antes, también borrare todos tus recuerdos de nuestros encuentros y del mundo más allá de este, así jamás volverá atormentarte.

 

-Jinki, solo componlo y sigamos en nuestra misión, hemos dejado pasar muchos Ayakashi que debería estar muertos, por estar hablando con un niño mitad humano, mitad fantasma- este Shinki en verdad estaba molestándome, pero entendía que tenía mucho conocimiento de Jinki o tal vez algunos derechos al ser el arma que le servía.

 

-No estoy descompuesto, bueno… solo un poco, pero no quiero olvidar lo ocurrido, seria trágico conocer todo esto mundo y luego vivir sintiendo que algo me falta –Jinki sonreía mientras Kibum gruñía –solo quiero… dejar de abandonar mi cuerpo sin sentido algo. Podría llegar a serles útil en algún momento.

 

-Problemas es lo único que traerás- siguió el Shinki enojadísimo.

 

-Kibum basta- advirtió Jinki –él no te ha hecho nada, no debes enfurecerte por algo tan simple, el chico solo quiere entender y ayudar, tú mismo dijiste que no tener templo era un asco la mayoría de las veces, bueno… Jonghyun puede hacer promoción del Dios de la improbabilidad y la gente podía comenzar a creer en mí, eso también te beneficia.

 

-Tu eres el jefe- se dio por vencido, eso era un gran guiño de cuanto poder podía tener un Dios para con su Shinki- pero el sector está lleno de Ayakashi  ¿No sería bueno llevarlo a un lugar seguro por el momento?

 

-Si… pero deberemos llevar también su cuerpo, porque acaba de caer dormido – mire mi retaguardia viendo mi cola menearse feliz, Kibum mirándome mal y Jinki solo haciendo lo que mejor sabía hacer… sonreír- yo lo llevare – tomo mi cuerpo y me subió a caballito, era tan bizarro verme siendo cargado por un dios y bajo la mirada constante de amenaza de su Shinki.

 

-¿Al templo de Sataemin?- pregunto y esta vez Jinki fue quien lo miro enfadado –perdón, de Taemin –y eso se me hizo realmente conocido, ese Dios era conocido por conceder deseos respecto al arte ¿En verdad me llevarían hasta allá? – Amo, Jinki, no sea sensible respecto al señor  Taemin- comenzó hablarle de manera dulce y confianzuda a su “amor” otro punto que me desangraba de la unión Shinki/Amo.

 

-He escuchado de ese Dios, dicen que es algo intimidante, pero para conceder deseos de artistas no creo que sea así – comente para tratar de aliviar el ambiente- ¿O estoy mal?

 

-Pronto conocerás a su alteza malignidad en vivo y en directo- Jinki esta vez le dio un zape – bueno ya me callo y tu niño, camina.

 

-No le prestes atención, se pone irritable a veces, es como las humanas que pasan por periodos de menstruación… bueno mi Shinki se pone así de repente- Kibum se fue delante de nosotros echando humito por lo molesto que estaba.

 

-¿Porque eres tan sensible respecto al señor Taemin?- esta vez sí use el respeto para referirme a otro dios antes de que Kibum me volara la cabeza.

 

-Ya lo veras- fue su corta respuesta, aun me seguía inquietando ver a Jinki cargar mi cuerpo y caminar a su lado con una cola a cuestas, mi vida ahora era demasiado rara.

 

Pasada una media hora llegamos a un templo cerca de unas terma, el lugar era húmedo y había una especie de neblina alrededor. Kibum se quedó cerca de Jinki, como temiendo que algo pasara o al asecho por su debía ser utilizado

 

-Es de mala educación asistir a un templo que no has sido invitado y mucho más cuando no vienes a pedir un deseo – todos nos volteamos y literalmente me eche a correr para esconderme detrás de un árbol. Un chico de cabello negro y con cara de que te haría pedazos si lo mirabas se apareció.

 

-Es de mala educación no saludar a tu propio hermano –comento Jinki, dejando mi cuerpo a un lado – Taemin… te he dicho que no te quedes mucho tiempo en este templo, enfermaras a tu Shinki con tanta humedad.

 

-Minho estará bien, de hecho esta dentro preparando la cena- apunto al casona – pero… que veo por aquí, tenemos un mixto – se acercó hasta mi – y tiene cola – comento entretenido – ¿cuál es tu nombre, niño?

 

-Jonghyun- esta vez sonrió – ¿mi hermano te ha metido en problemas?- negué – que raro… Jinki es experto en meter a la gente en problemas. Pero bueno no me he presentado como es debido. Me llamo Taemin, Dios del Arte.

 

-He escuchado de usted, señor – esta vez el comenzó a negar – ¿he dicho algo mal?

 

-No me llames señor, solo Taemin –Kibum susurro “Sataemin” nuevamente – te juro Kibum que si sigues diciendo que soy maligno, no te dejare seguir interactuando con mi Shinki y mira que se perfectamente que acosas a Minho.

 

-Por eso eres maligno… me quieres quitar a mi amigo – le saco la lengua y Jinki solo sonreía y mierda… se veía tan hermoso cuando lo hacía. También podía sentir el olor de Taemin y a pesar de ser un aroma agradable no llegaba a ser obsesionante como lo era Jinki.

 

Entramos a la casa en donde salió a recibirnos un chico muy alto de grandes ojos, quien portaba un delantal rosado con conejos estampados. Había un olor a comida muy rico y mi estómago gruño en necesidad de probar aquellos manjares.

 

-Jinki Hyung – se colgó del cuello del Dios de la improbabilidad y acaba de caer en mi lista negra – que bueno que viniste, así este hermano tuyo deja de explotarme.

 

-Bastardo mal agradecido – le dio un coscorrón- te tengo un techo y comida todos los días y a cambio solo pido que cocines, planches, laves, barras y me sirvas de arma ¿No es ese un trato justo?

 

-Ni que me pagaras…- susurro y Jinki se interpuso para que las cosas no se pusieran feas de un momento a otro- si no fuera por Kibum y Jinki Hyung. Sería un Shinki muy triste.

 

-¿Viven aquí?- no pude amarrarme la lengua, yo siempre tan preguntón- digo… usted y el Dios Taemin son hermanos y bueno él tiene un templo, y…

 

-Sí, Jjong, somos allegados- paso uno de sus brazos por encima de mis hombros – pero si mal no recuerdo dijiste que querías volver a la normalidad ¿No? Puedes pedir tu deseo aquí en el templo de mi hermano.

 

-A mí, realmente me gustaría quedarme así – mi cola se movió sin poder controlarla, parecía un cachorro feliz con Jinki tan cerca de mí – y ahora que los conozco me gustaría hallar la manera de ayudarlos.

 

-Este templo es muy grande como para ser atendido solo por Minho y a veces Kibum… ¿Te interesaría vivir aquí? Si eres mitad humano y mitad Ayakashi, Jinki deberá enseñarte a defenderte, yo no me ofrezco por qué bueno… no es mi problema- las palabras de Taemin me emocionaron, vivir en un templo y estar todo el tiempo cerca de Jinki era algo que necesitaba en estos momentos.

 

Desde ese momento creo que enloquecí un poco más de lo que ya estaba antes de saber sobre dioses, sus armas y las fantasmas que los asechaban. Aquel templo tenia de todo menos apariencia de ser habitado por Dioses. Taemin y Jinki se comportaban como niños la mayoría del tiempo y Kibum con Minho luchaban a ver quién tenía más fuerza convertidos en Shinki. Kibum era una Katana llamada Key y Minho era un ciervo adulto, cuyos cuernos eran mortales, su nombre como Shinki era Minnie (algo tierno para ser tan fiero). Pero lo que me tenía al borde de la locura era Jinki, siempre Jinki… con sus sonrisas que lograban hacer que mi corazón se saltara varios latidos, haciéndome congelar cuando se acercaba a mí para enseñarme a usar un arma, su olor siendo una maldita droga de la cual no quería dejar de ser adicto, sus labios moviéndose al compás de las dulces palabras abandonando su boca.

 

-Necesito que te concentres solo en lo que te estoy enseñando, si te topas con un Ayakashi por la noche de camino al templo, debes saber repelerlo hasta que un Dios llegue a eliminarlo –para mi mala suerte, en el templo no había nadie más que él y yo, esta noche se les ocurrió a todos tener algo más importante que hacer y yo no sabía cuánto más podía aguantar con Jinki tan cerca de mí- ¿Ocurre algo?

 

-¿Que tanta necesidad de tenerme cerca podrías llegar a tener?- mi cerebro ya no estaba funcionando – ¿Te alegra que nos hayamos conocido? ¿Que haya pensado que ibas a suicidarte y empujarte? Porque… yo estoy demasiado feliz de haberte conocido y no solo a ti, a los chicos he aprendido a conocerlos y tengo un especial cariño por cada uno, pero tú- me acerco lo suficiente como para acomodar uno de sus mechones detrás de su oreja –tu eres como veneno recorriendo mi torrente sanguíneo y no quiero una cura para esto.

 

-¿Te das cuenta que estaría muy mal un “nosotros”? va en contra de muchas cosas y tendrías que lidiar todo el tiempo con Kibum y ustedes no son tan amigos que digamos.

 

-Esas palabras me hacen pensar que estas cediendo. Sé que no soy el único interesado y voy a demostrártelo – lo arrincone contra una de las paredes de la sala y luego de ver la intensidad en sus ojos, junte mis labios con los suyos. Sabía mucho mejor a como olía y toda esta situación era mil veces mejor a como la imagine en mi mente, sus manos sin saber dónde ir a parar y las coloque en mi cintura para luego engancharme de su cuello. Morder sus labios se hizo tentación –necesito más de ti, mierda… necesito mucho más.

 

-Jonghyun… - se estaba resistiendo, el sabia y entendía cosas que yo no y la verdad no importaba porque lo quería enteramente para mí, monopolizar todo el amor que pudiera tener y obtenerlo solo para mí, quería ser egoísta con una persona tan única como era el –no podemos.

 

-Pero si quieres –comencé otro beso, sintiendo como apretaba sus manos en mis caderas, lo quería enganchado a mi –Jinki…

 

-¡LLEGAMOS! –escuchamos en la puerta de entrada y nos separamos.

 

-Hablaremos luego –dijo con voz firme yendo a recibir a los demás.

 

**

 

POV Narrador.

 

 

No era apropiado estar derribando muros por un simple humano que era mitad Ayakashi, No era bueno que Jonghyun siguiera tratando de conseguir algo más por que eventualmente lo obtendría, pero Jinki no quería obligarle a lidiar con todo lo que estar juntos implicaría. No quería que aquel chico perdiera parte de su vida por encapricharse con un Dios.

 

-Deja de darle tantas vueltas, me llega a doler la cabeza a mí –dijo el rubio Shinki sentándose al lado de su amo en pleno jardín, observando el cielo nocturno- no necesito usar nuestra conexión Amo/Shinki para saber que te estas muriendo por Jonghyun. Estás enamorado de él y no puedes hacer nada contra ello.

 

-No es como que me guste la idea porque siempre tendré un punto débil con Jonghyun a cuestas pero mientras más evito enamorarme de él, caigo más profundo en mis sentimientos- lo miro rendido – no planeaba que pasara, pero el… es la única persona que me gustaría que creyera en mí, el único al cual no quiero fallarle nunca, no importa tener no tener templo si puedo vivir en el corazón de Jonghyun.

 

-Entonces solo entrégate, Jinki, sabes que yo estaré a tu lado y al suyo si es necesario. No dejare de ser tu Shinki por que le entregues tu corazón a un semi Ayakashi – lo abrazo conteniéndolo – Key y Kibum siempre estarán al servicio de su amo Jinki, Dios de la improbabilidad, y como tu historia con Jonghyun es tan improbable… créeme, funcionara.

 

-Me alegro de haberte escogido como Shinki y de que Jonghyun haya intentado salvarme –se apoyó en el pecho del rubio.

 

Pero Jonghyun presencio todo eso y se sintió celoso, celoso de no compartir un vínculo así con Jinki, celoso de no poder abrazarle libremente y no poder besarlo reclamándolo suyo. Se dio cuenta que lo necesitaba tanto que acudiría a lo único que se prometió no acudir y apenas vio que Jinki quedo libre de los sobreprotectores brazos de su tesoro sagrado, lo intercepto.

 

-¿Jjong?- vio como las lágrimas abandonaban los lindos ojos del más bajo – ¿ocurre algo?

 

-Yo… - se colocó de rodillas, poniendo sus manos en los pies de Jinki – Dios de la improbabilidad, necesito pedir un deseo- levanto su rostro mirándolo y Jinki se arrodillo frente a el –este mitad humano y mitad Ayakashi… desea que el Dios Jinki se enamore de él. Porque no aguanto más sintiéndote ajeno, distante y pensando que puedo perderte.

 

-Tener y aceptar el corazón de un Dios te haría inmortal, seria aceptar que veras a toda tu familia y amigos morir década tras década, ver como el mundo se transformara y teniendo como único refugio a este Dios longevo y su fiel Shinki. Kim Jonghyun ¿podría con todo eso?

 

-Repito – tomo su rostro- deseo que el Dios Jinki se enamore de mí, con todo y consecuencias, con todo y Shinki. Darte mi corazón a cambio del tuyo. Hacer que el amor sea lo único que nos conecte a la vida como humano que alguna vez olvidare por el paso de los siglos. Recordar que un humano enamoro a un Dios con un acto tan simple como lo fue empujarte por que no quería que tan bello hombre dejara de vivir.

 

-Entonces tu deseo ha sido escuchado muy fuerte y claro. El Dios Jinki te ama con todo su ser – sellaron el deseo de Jonghyun con un beso delicado que estaba forjando un vínculo muy fuerte, amor, tanto amor que no pudieron permitirse perderse el uno al otro.

 

-Era improbable que nos enamoráramos – susurro Jonghyun en los labios de su Dios.

 

-Y sin embargo lo hicimos –susurro Jinki en los labios de su ahora amor inmortal.       

 

Notas finales:

Trate de que quedara muy fiel al anime sin caer en el plagio, espero les haya gustado o entretenido un rato y espero tengan lindo comienzo de semana <3 


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