Levi.
Tres años, tan solo tenía tres años cuando la luz de los recuerdos ilumino por primera vez mi pequeña e infantil mente, fue como un shock, aun no entendería mucho lo que estos significaban pero muy pronto me ayudarían a ver esta vida como una nueva oportunidad.
Llego como una pesadilla mientras dormía, mi vida bajo tierra sin posibilidad de ver la luz del sol y respirar aire puro, la batalla diaria por sobrevivir, la llegada de mis primeros amigos, y sobre todo la llegada de mi pedazo de cielo, mi sol y el que se volvió mi razón de vivir, Erwin Smith.
Uno a uno como si de una película de acción rápida se tratara volvieron los recuerdos de mi vida pasada, como me enamore de ese bastardo de ojos azules y cabello dorado, la primera vez que me entregue a sus brazos.
Vivimos una relación algo caótica pues en esa época ese tipo de relaciones no era comprendido, siempre nos ocultamos sin problemas pero era difícil controlarnos cuando estábamos solos.
Recordé cada una de nuestras expediciones, admiraba tu inteligencia y la facilidad con la que ganabas la confianza de cada soldado y también el dolor en tu rostro cada vez que perdias a uno de ellos, el primer recuerdo doloroso llego cuando perdiste un brazo pero aun así mantenías esa misma serenidad y astucia y yo? Me volví tu mano derecha, tu fuerza y me propuse cuidarte y jamás volver a dejar que te hirieran, eras lo más valioso y no pretendía perderte.
Sin embargo…
Llego la batalla más importante, todo marchaba de acuerdo a tu plan pero algo salió mal, algo que no contemplamos, el enemigo te ataco directamente, nuestra cabecilla, cuidamos tanto de Eren que jamás pensamos que irían por ti o tal vez tu sí.
Fue mi culpa, jamás debí dejarte solo, yo debía morir, no tu…
Fue la última vez que vi sus ojos con el brillo de la vida, ese día me regalo una última sonrisa a pesar de cómo cada una de sus partes era arrancada a manos de los titanes, su última frase aunque inaudible, pude entenderla “te amo”.
Maldito egoísta… porque me dejaste?
Ese día me jure que volvería a ti, te encontraría y esta vez te protegería con mi vida.
Solo que como hacerlo?
Ahora que eres….
Erwin
Cuando estaba en la universidad la conocí, una hermosa mujer, de largos cabellos azabache y mirada grisácea, era muy alegre y extrovertida, no pude evitar quedar enamorado de su sonrisa y aquella personalidad positiva, siendo compañeros de clase no fue difícil acércame a ella, sentí cierta conexión, algo familiar, su mirada me era familiar como si los hubiera visto antes, esa combinación, pero era imposible.
“Son maravillosos, es todo”
Nos casamos justo al terminar la carrera, sus padres no estaban de acuerdo, y desaprobaron nuestro matrimonio y rompieron toda relación con ella, no puede evitar sentirme culpable pero la alegría llego a nuestras vidas casi de inmediato, ella había quedado embarazada.
Preparamos con entusiasmo una hermosa habitación de colores pastel, osos de felpa, una cuna blanca y compramos infinidad de ropa, pero ella jamás llego a conocerlo.
Era una noche de invierno, la cena de navidad se había quedado abandonada sobre la mesa, mi esposa había comenzado a sentir dolores que cada vez se hacían más fuertes, ella lo supo, era hora, tome la maleta que ella tenía preparada junto a la puerta como la mujer precavida que era.
El viaje al hospital no tomo más de 15 minutos pero a mí me pareció una eternidad, estaba nervioso, mi primer hijo, el sueño de tener una familia se hacía realidad, pero no todo es felicidad, verdad…?
Debía suponer que nada iba bien cuando pasaron las horas y nadie me daba información sobre mi esposa, me calme diciéndome “ellos son expertos, todo saldrá bien”
Me equivoque…
El Doctor se acercó a mí con mal semblante, su bata mostraba rastros de sangre, su rostro dejaba en claro cuál sería la verdad.
“Lo sentimos mucho, no pudimos salvarla”
Nunca pierdo el control, se controlar mi lado salvaje pero esa noche me fue imposible, tome al doctor de la bata y lo estrelle contra el muro, grite y maldecí, con qué derecho había decidido quien debía morir era mi esposa? Acaso no había más alternativa? A pesar de todo el doctor se mantuvo sereno y me explico que esa había sido la voluntad de mi esposa, ella había decidido dar su vida por la de nuestro hijo.
Me rehusé a verlo, no me separe del cuerpo inerte de mi esposa “No tiene la culpa” me repetí muchas veces, no quería, no debía tomarle rencor a un pequeño bebé, mi esposa amaba a nuestro hijo al grado de dar su vida por él y era mi deber cuidarlo, me arme de valor y fui hasta los cuneros, al verme la enfermera me sonrió amable, tenía un pequeño bulto en los brazos mientras lo alimentaba con un pequeño biberón, se acercó al cristal y me dejo verlo, en su muñeca derecha tenía el brazalete que lo identificaba “Smith”, era idéntico a ella, era una copia exacta de su madre, en ese momento volví a enamorarme, ahora viviría para mi pequeño hijo.
Decidí llamarlo, “Levi” el significado de este era perfecto.
Era mi deber informarle a la familia de mi esposa sobre lo sucedido, ellos vinieron por el cuerpo de su hija, me culparon a mí y renegaron de Levi, jamás supe de ellos, mejor para ambos.
Siempre dijeron que ser padre era difícil, que los niños son inquietos y no paran de llorar, pero Levi nunca hizo nada de eso, casi nunca lloraba, se mantenía quieto y era obediente, dormía toda la noche sin molestar.
Todo comenzó a cambiar cuando el cumplió 15.
Levi.
A pesar de que a los 3 años comencé a tener estos sueños no fue hasta mucho más tarde que comprendí todo realmente, los sueños cada vez fueron siendo más nítidos, comenzaba a entender lo que significaba lo que en ellos veía, al principio lloraba por miedo, por no poder entenderlos, gritaba como el chiquillo que era, Erwin, mi padre muchas veces acudía y me consolaba y yo me aferraba a él como si fuera a esfumarse como en sueños.
Esto se volvió habitual llevándome incluso a dejar de llorar, eran cosa rutinaria, deje de llamarlo pues cada vez era más doloroso saber que el amor que le tenía no solo era fraternal y que este amor que estaba descubriendo era aún más prohibido que en el pasado en cual habíamos vivido.
“Te encontré solo para saber que estas prohibido?”
Los años pasaban, yo ya tenía 15 años y veía como ahora Erwin prestaba más atención a las mujeres que le coqueteaban al pasar junto a él, muchas veces reprimí mis celos llamando su atención de manera sutil, pero otras tantas exploté. Fuiste paciente…
No quiero perderte sin antes luchar…
Intente hacerte recordar, te conté mis sueños, omitiendo que éramos nosotros los que ahí se mostraban, pero solo te reíste. “Los adolescentes son tan extraños” dijiste. Lo intente de todas las maneras posibles, cuentos, los apodos que te decía comúnmente, la comida que en ese entonces era tu favorita, tu mezcla de té predilecta, nada funciono.
La desesperación no es buena consejera.
Espere a que te durmieras, observe tu respiración pausada y abrí la puerta con cautela, deslice la bata de baño que traía puesta, mi única prenda, dejando mi cuerpo al desnudo, me metí entre tus sabanas y gracias a los dioses esa noche era cálida y dormías solo con un bóxer, acerque mis labios a los tuyos y los probé por primera vez después de tanto, metí mi mano bajo tú prenda y saque tu miembro frotándolo contra el mío que ya estaba duro, “Esta duro, puedes sentirlo? solo tú me haces reaccionar así “ susurre como solía hacerlo cuando me hacías el amor, escuche un sutil gemido y vi tus ojos azules cargados de confusión al abrirse y verme ahí, sentir mis manos trabajar sobre ambos miembros mientras gemía tu nombre.
Grave error.
Erwin.
Dedique mi vida a cuidarte a ti y solo a ti, ver por tu bienestar , nunca contemple la posibilidad de volver a casarme pues tú eras mi prioridad, cuando cumpliste 15 vi lo apuesto que estabas volviéndote, podía ver como las chicas te observaban cuando paseábamos por la ciudad, sentía celos.
“Es normal en los padres” Todos los padres sentimos celos y cierto dolor al ver que nuestros hijos crecen y comienzan hacer su vida lejos de nosotros. Decidí que podría darme la oportunidad de conocer a una buena mujer y volver a tener una pareja, pronto dejarías de necesitarme.
No soy tan viejo, fui padre a los 21, aún tengo buena apariencia y lo sé, mujeres jóvenes y de mi edad se ruborizan al verme, les sonreía, ninguna llamaba demasiado mi atención pero podría encontrar una buena mujer a la cual amar y vivir tranquilamente. Pero mi hijo no pensaba lo mismo.
Al principio lo vi como algo natural, una casualidad, siempre que centraba mi atención en alguien Levi interrumpía, sufría algún accidente, rompía algo, tenía una pelea, “enfermaba”. Pero pronto pude ver lo que sucedía, dejaron de ocurrir “incidentes” y comenzaron las discusiones.
Cualquier chica que se acercara a mí, era mal vista o atacada verbalmente aun que trataba de regañarlo o retarlo por lo que hacía muy en el fondo me causaba gracia y sentía una sensación de alegría, muy en el fondo, decidí no darle importancia así como tampoco me esforcé por conseguir citas. Levi ganaba.
“Tu hijo te quiere mucho…” Aunque deje de buscar citas Levi seguía comportándose extraño, siempre hablaba de su loca fantasía donde extraños titanes come humanos Vivian, equipos que lograban hacerte volar por los aires, un amorío prohibido entre un Danchou y un Heichou, así como también comenzó a cocinar cuando el siempre odio la cocina, preparaba té cuando nunca habíamos consumido algo como eso, incluso comenzó a llamarme de formas extrañas e irrespetuosas. “cejón” “Danchou” “cejotas” “Mi sol”
“todo es tan extraño…”
Todo empeoro cuando una noche comencé a tener sueños extraños…
Estaba en una habitación completamente a oscuras, no podía ver quién tenía frente a mí pero sabía que podía confiar en aquella persona, que la amaba y que quería recorrer cada centímetro de su piel, podía sentir su calidez y cómo esta persona depositaba un tímido y dulce beso en sus labios que él respondía con cariño. Ambos recorrían el cuerpo ajeno y el más bajo tomaba entre sus manos ambos miembros frotando uno contra otro, escucho su voz “Esta duro, puedes sentirlo? solo tú me haces reaccionar así “ una voz tan familiar y excitante, fue ahí cuando despertó exaltado, otro hombre, estaba soñando con un hombre?
“La realidad puede ser aún más desconcertante…” No solo soñaba con un hombre, al abrir los ojos su desconcierto fue aún más grande al ver y sentir un cuerpo ajeno moverse entre gemidos sobre el suyo, su visto se adaptó a la oscuridad logrando ver a su hijo gemir de placer mientras masturbaba ambos miembros.
Empujo el cuerpo del azabache haciéndolo caer de la cama.
Levi.
Me empujaste tan fuerte que caí de la cama, esperaba algo así, estaba preparado para tu incertidumbre y rechazo momentáneo pero esperaba por fin hacerte ver quien era realmente.
Me levanté y volví a tu lado abrazándose a tu cuerpo “por favor recuérdame, Erwin” te suplique, te mire a los ojos que solo reflejaban duda y miedo, te dije cuanto te amaba te conté de nuevo mi sueño que tú y yo éramos soldados, que luchamos contra “titanes” pero solo me miraste con furia y tomándome del brazo con demasiada fuerza me sacaste de tu habitación encerrándote tú en ella. Llore, después de tanto tiempo volví a llorar. “No quiero perderte” grite pero no saliste de tu habitación.
Erwin.
No más caprichos, eso era, si, solo estabas encaprichado.
Por la mañana Salí antes de que despertaras, tome mi maletín y fui al trabajo, o eso me proponía, pero tome mi teléfono y marque el numero de una de esas tantas mujeres con las que había intentado salir, me desvié del camino a mi trabajo.
La visite varias veces más, evitaba estar demasiado tiempo en casa, encontrarme contigo, esperaba que olvidaras este juego de niño caprichoso.
Estar con esta mujer, tocarla solo me hacía sentir más vacío, te extrañaba pero era lo mejor, tenías entender que solo sentías cariño fraternal. Estabas confundido.
“O el confundido soy yo?”
Levi.
Después de eso no volví a verte. Escapas muy temprano y a veces no volvías a casa, era obvio, solo te había alejado más de mí, jamás recordarías.
Por varios días no Salí de mi habitación hecho un ovillo en la esquina de este llore, deje salir todo el dolor que me ahogaba, volví a llorar como aquella vez después de ver como el titán te devoraba. Muchas veces te escuche llegar o irte, tu ni tomabas en cuenta si estaba o no, si seguía en mi habitación, era mi castigo por haberte dejado morir?
Fui al baño y tomé una de tus navajas de afeitar y la contemple, como odiabas que me hiriera, por ti deje de hacerlo, pero seguro no lo recuerdas. Cerré los ojos y la apreté contra la piel sobre mi muñeca izquierda, deje escapar un suspiro de alivio, la bañera estaba llenándose de agua fría, la cual siempre odie, lo recuerdas? Sonreí entristecido y me metí en ella, con la poca fuerza que me quedaba en la mano izquierda hice lo mismo con la derecha contemple como la sangre caía de ambas y las sumergí en el agua y cerré los ojos esperando que pronto acabara todo.
Erwin.
Ese día volvi a casa temprano, no me apetecía ver aquella mujer y volver a sentirme vacío, me daba asco a mi mismo, sentia que traicionaba a Levi cada vez que me acostaba con ella pero porque? acaso no solo es mi hijo?
Abrí la puerta y deje mi maletín, te llame, deseaba verte y por fin hablar sobre lo sucedido, que todo fuera como antes, pero no respondiste, pense que tal vez no estarias. una punzada de celos me gopeo en el pecho al pensar que tal vez estarias con alguna “amiga” pero escuche agua caer dentro del baño y al caminar hacia ahi, vi agua salir hacia el pasillo pero esta estaba teñida de rojo, pude abrir la puerta sin problemas, no tenia seguro, claro para que le pondrias seguro si tu estupido padre nunca volvia?
“Levi...lo siento”
Levi.
Parece una mentira, una ilusión, Escuche tu voz llamarme pero me es imposible contestar, a penas logro mantenerme despierto, tengo mucho frío, pero el sueño me vence.
Te veo entrar al cuarto de baño, no es un sueño, al menos veré tu rostro antes de morir, creo que dices algo, estas llamandome? para que? ahora puedes ser feliz con quien desees.
Erwin.
“No cierres los ojos, mírame Levi!!” te grito, te llamo mientras saco tu cuerpo del agua ensangrentada pero no reaccionas, corrí hast la sala y tomé el teléfono.
No había sentido dolor más insoportable que este, ni cuando tu madre murio senti tanto dolor, sabes por qué? Porque te tenia a ti, mi nueva razon de vivir. “No quiero perderte” susurre y recordé tontamente que eran las mismas que me habías dicho la noche que te colaste a mi habitación.
al llegar al hospital te apartaron de mi lado y aunque no quería debí quedarme y esperar a que ellos pudieran hacer algo. Me desplome sobre una de las sillas y escondí mi rostro entre ambas manos y lloré. Qué haría sin tí? por qué fui tan estúpido?
Una enfermera no tardó en llegar y me pidió que la siguiera, me llevó a una habitación y me pidió que me recostara.
“su hijo necesita una transfusión” me informo, sin pensarlo más deje que extrajeran toda la necesaria. Los párpados comenzaron a pesar, cerré los ojos y sin más me deje llevar por el sueño..
Volví a soñar con esa persona, me abrazaba, me besaba y acariciaba, yo respondía con cariño y suavidad a sus besos, lo abrazaba y este me llamaba “erwin, mi cejon, jamas te alejes de mi lado” me pedía, entonces la oscuridad se disipaba y podía verlo, era tu, Levi, pero te veias mas grande, casi de mi edad, ambos desnudos sobre una cama que no reconocía, la habitación era antigua y prácticamente vacía.
Uno tras otro venían a mi mente recuerdos de un mundo ajeno, totalmente irreal para mi, pero estabas ahi, todo aquello que me negué a creer estaba ahí, los titanes, tu y yo.
“Como fui tan ciego?..”
Levi.
Abrí los ojos, una luz blanca me cegó de inmediato, parpadee varias veces antes de lograr enfocar mi vista, era un techo blanco y una lámpara que daba directamente a mis ojos, gire la vista molesto y vi la cama contigua, ahí estaba erwin completamente dormido. Una sonrisa tonta se dejó ver en mis labios, te veías tan bello pero la tristeza pronto volvió, que había sucedido? “yo no debería seguir aquí” el destino se empeñaba en verlo sufrir.
Un par de lágrimas escaparon y cerró los ojos dejándolas fluir, volvió su mirada al techo.
Erwin.
Cuando abrí los ojos lo primero que pude contemplar fue el perfil de mi azabache, estaba llorando, me levanté sin hacer ruido y me acerque hasta él y pasé uno de mis dedos por sus lagrimones.
“odio verte llorar”
Abrió los ojos al momento y fijó su mirada en la mía, podía ver el dolor y el miedo en ellos pero yo ya no era el mismo. “lo se todo” le dije al fin. “siento haber tardado tanto”. su rostro se descompuso en un llanto aún más fuerte, lo atraje contra mi pecho y acaricie su cabello, no pare de disculparme.
“Soy un estúpido, lo siento tanto, volví hacerte sufrir”
Cuando sentí que dejaban de temblar, que el llanto disminuía te separe de mi pecho pero tu te negaste, sabía cómo te sentías, y era todo mi culpa. Logre recostarte de nuevo y limpie tu rostro.
Levi.
Pensaba en cómo viviría ahora a tu lado después de todo esto? tendría que irme, huír si era necesario.
Sentí tu mano rozar mi rostro y abrí los ojos al instante, tenía miedo, miedo de lo que me dirias, esperaba gritos, reclamos, que dijeras que solo estaba siendo caprichoso, pero lo que escuche fue el mejor regalo.
“Lo se todo”. “siento haber tardado tanto”.
Tu mirada ya no era la misma, entonces pude reconocer a mi Erwin, mi sol, me abrazaste y llore como chiquillo en tus brazos, me alejaste pero no quería que te fueras, no quería que todo fuera una ilusión, una mentira. Me recostaste sobre la camilla y me besaste, tierno, suave y sutil, cerré los ojos sentí un cosquilleo en mi estomago, aun podías hacerme sentir como un tonto enamorado, volví a dejar escapar un par de lágrimas pero esta vez de felicidad.
“Todo valió la pena”
“Idiota, no vuelvas hacerme esto” susurre para volver a tomar tus labios, me alejaste y besaste mi frente
“Aquí no” sonreíste puesto que notaste mi leve erección, claro estábamos en un hospital y éramos padre e hijo, si nos descubren estaríamos en problemas.
Erwin.
Probar sus labios después de tanto fue maravilloso, lo escuche maldecirme por haberlo hecho pasar por todo eso y no puede decir nada pues volvió a tomar mis labios, correspondi a su beso, un poco más pasional y atrevido, era algo dificil para mi puesto que aun lo veía como mi pequeño pero no me contuve, lo bese y abrace, acaricie su vientre, siempre fue algo que me fascino, sentí el roce de su entrepierna con mi brazo y lo aleje con una sonrisa tranquilice su incertidumbre “aquí no” le susurre, ya habría tiempo de amarnos, una vida y las que vinieran porque no pensaba perderlo por nada del mundo.