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Amor prohibido. por naruto darck

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Notas del fanfic:

Los personajes le pertenecen a isayama.

Es la primera vez que escribo tanto, una historia de inicio a fin yo sola (asi que es un record personal), puede no ser la mejor escritura o la mejor historia pero la hice para ti, te adoro mi gatito, espero te agrade.

Para Mike Diaz.

Notas del capitulo:

Los personajes le pertenecen a isayama.

Es la primera vez que escribo tanto, una historia de inicio a fin yo sola (asi que es un record personal), puede no ser la mejor escritura o la mejor historia pero la hice para ti, te adoro mi gatito, espero te agrade.

Para Mike Diaz.

 

Levi.

Tres años, tan solo tenía tres años  cuando la luz de los recuerdos ilumino por primera vez mi pequeña e infantil mente, fue como un shock, aun no entendería mucho lo que estos significaban pero muy pronto me ayudarían a ver esta vida como una nueva oportunidad.

Llego como una pesadilla mientras dormía, mi vida bajo tierra sin posibilidad  de ver la luz del sol y respirar aire puro,  la batalla diaria por sobrevivir, la llegada  de mis primeros amigos, y sobre todo la llegada de mi pedazo de cielo, mi sol y el que se volvió mi razón de vivir, Erwin Smith.

Uno a uno como si de una película de acción rápida se tratara volvieron  los recuerdos de mi vida pasada, como me enamore de ese bastardo de ojos azules y cabello dorado, la primera vez que me entregue a sus brazos.

Vivimos una relación algo caótica pues en esa época ese tipo de relaciones no era comprendido, siempre nos ocultamos sin problemas pero era difícil controlarnos cuando estábamos solos.

Recordé  cada una de nuestras expediciones, admiraba tu inteligencia y la facilidad  con la que ganabas la confianza de cada soldado y también el dolor en tu rostro cada vez que perdias  a uno de ellos, el primer recuerdo doloroso llego cuando perdiste  un brazo pero aun así mantenías esa misma serenidad y astucia y  yo? Me  volví  tu mano derecha, tu fuerza y me propuse cuidarte y jamás volver a dejar que te hirieran, eras lo más  valioso y no pretendía perderte.

Sin embargo…

Llego la  batalla más importante, todo marchaba de acuerdo a tu plan pero algo salió mal, algo que no contemplamos, el enemigo te ataco directamente, nuestra cabecilla, cuidamos tanto de Eren que jamás  pensamos que irían por ti o tal vez tu sí.

Fue mi culpa, jamás debí dejarte solo, yo debía morir, no tu…

Fue la última vez que vi sus ojos con el brillo de  la  vida,  ese día me regalo una última sonrisa a pesar de cómo cada una de sus partes era arrancada a manos de  los titanes, su última frase aunque inaudible, pude entenderla “te amo”.

Maldito egoísta… porque me dejaste?

Ese día me jure que volvería a ti, te encontraría y esta vez te protegería con mi vida.

Solo que como hacerlo?

Ahora que eres….

 

 

Erwin

Cuando estaba en la universidad la conocí, una hermosa mujer, de largos cabellos azabache y mirada grisácea, era muy alegre y extrovertida, no pude evitar quedar enamorado de su sonrisa y aquella personalidad positiva, siendo compañeros de clase no fue difícil acércame a ella, sentí cierta conexión, algo familiar, su mirada me era familiar como si los hubiera visto antes, esa combinación, pero era imposible.

“Son maravillosos, es todo”

Nos casamos justo al terminar la carrera, sus padres  no estaban de acuerdo, y desaprobaron  nuestro matrimonio y  rompieron toda relación con ella, no puede evitar sentirme culpable pero la alegría llego a  nuestras vidas casi de inmediato, ella  había quedado embarazada.

Preparamos  con entusiasmo una  hermosa habitación de colores pastel, osos de felpa, una cuna blanca  y  compramos infinidad de ropa, pero ella jamás llego a conocerlo.

Era una  noche de invierno, la cena de navidad se había quedado abandonada sobre la mesa, mi esposa  había comenzado a sentir dolores que cada vez se  hacían más fuertes, ella lo supo, era hora, tome la maleta que ella  tenía preparada junto a la puerta como la mujer precavida que era.

El viaje al hospital no tomo más de 15 minutos pero a mí me pareció una eternidad, estaba nervioso, mi primer hijo, el sueño de tener una familia se hacía realidad, pero no todo es felicidad, verdad…?

Debía suponer que nada iba bien cuando pasaron las horas y nadie me daba información sobre mi esposa, me calme diciéndome “ellos son expertos, todo saldrá bien”

Me equivoque…

El Doctor se acercó a mí con mal semblante,  su bata mostraba rastros de sangre, su rostro dejaba en claro cuál sería la verdad.

“Lo sentimos mucho, no pudimos salvarla”

Nunca pierdo el control, se controlar mi lado salvaje pero esa noche me fue imposible,  tome al doctor de la bata y lo estrelle contra el muro, grite y maldecí,  con qué derecho había decidido quien debía morir era mi esposa? Acaso no había más alternativa? A  pesar de todo el doctor se mantuvo sereno y me explico que esa había sido la voluntad de mi esposa, ella había decidido dar su vida por la de nuestro hijo.

Me rehusé a verlo, no me separe del cuerpo inerte de mi esposa “No tiene la culpa” me repetí muchas veces, no quería, no debía tomarle rencor a un pequeño bebé,  mi esposa amaba  a nuestro hijo al grado de dar su vida por él y era mi deber cuidarlo, me arme de valor y fui hasta los cuneros, al verme la enfermera me sonrió amable, tenía un pequeño bulto en los brazos mientras lo alimentaba con un pequeño biberón,  se acercó  al cristal y me dejo verlo, en  su muñeca derecha tenía  el brazalete que lo identificaba “Smith”, era idéntico a ella, era una copia exacta de su madre, en ese momento volví a enamorarme, ahora viviría para mi pequeño hijo.

Decidí llamarlo, “Levi”  el significado de este era perfecto.

Era mi deber informarle a la familia de mi esposa sobre lo sucedido, ellos vinieron por el cuerpo de  su hija, me culparon a mí y renegaron de Levi, jamás supe de ellos, mejor para ambos.

Siempre dijeron que ser padre era difícil, que los  niños  son inquietos y no paran de llorar, pero Levi nunca hizo nada de eso, casi nunca lloraba, se mantenía  quieto y era  obediente, dormía  toda la noche sin molestar. 

Todo comenzó a cambiar cuando el cumplió 15.

 

Levi.

A pesar de que a los 3 años comencé a tener estos  sueños no fue hasta mucho más tarde que comprendí todo realmente, los sueños cada vez fueron siendo más nítidos, comenzaba a entender lo que significaba lo que en ellos veía, al principio lloraba por miedo, por no poder entenderlos, gritaba como el chiquillo que era, Erwin, mi padre  muchas veces acudía y me consolaba y yo me aferraba a él como si fuera a esfumarse como en  sueños.

Esto se volvió habitual llevándome incluso a dejar de llorar, eran cosa rutinaria, deje de  llamarlo pues cada vez era más doloroso saber que  el amor que le tenía no solo era fraternal y que este amor que estaba descubriendo era aún más  prohibido que en el pasado en cual habíamos vivido.

“Te encontré solo para saber que estas prohibido?”

Los años pasaban, yo ya tenía 15 años y veía  como ahora Erwin prestaba más atención a las mujeres que le coqueteaban al pasar junto a él, muchas veces reprimí mis celos llamando su atención de manera sutil, pero otras tantas exploté.  Fuiste paciente…

No quiero perderte sin antes luchar…

Intente  hacerte recordar, te conté mis sueños, omitiendo que éramos  nosotros  los que ahí se mostraban, pero solo te reíste.  “Los adolescentes son tan extraños” dijiste. Lo intente de todas las maneras posibles,  cuentos, los apodos que te decía comúnmente, la comida que en ese entonces era tu favorita, tu mezcla de té predilecta,  nada funciono.

La desesperación no es buena consejera.

Espere a que te durmieras, observe tu respiración pausada y abrí la puerta con cautela, deslice la bata de baño que traía puesta, mi única prenda, dejando mi cuerpo al desnudo, me metí entre tus sabanas y gracias a los dioses esa noche  era cálida y dormías solo con un bóxer, acerque mis labios a los tuyos y los probé por primera vez después de tanto,  metí mi mano  bajo tú prenda y saque tu miembro  frotándolo contra el mío que ya estaba duro, “Esta duro, puedes sentirlo? solo tú me haces reaccionar así “ susurre como solía hacerlo cuando me hacías el amor, escuche un sutil gemido y vi tus ojos azules cargados de confusión al abrirse y verme  ahí, sentir mis manos trabajar sobre ambos miembros mientras gemía tu nombre.

Grave error.

Erwin.

Dedique mi vida a cuidarte a ti y solo a ti, ver por tu bienestar , nunca contemple la posibilidad de volver a casarme pues  tú eras mi prioridad, cuando cumpliste 15 vi lo  apuesto que  estabas volviéndote,  podía ver como las chicas te observaban cuando paseábamos por la ciudad, sentía celos.

“Es normal en los padres” Todos los padres sentimos celos  y cierto dolor al ver que nuestros hijos crecen y comienzan hacer  su vida lejos de nosotros. Decidí que podría darme  la oportunidad de conocer a una buena mujer y volver a tener una pareja, pronto dejarías de necesitarme.

No soy tan viejo, fui padre a los 21, aún tengo buena apariencia y lo sé,  mujeres jóvenes y de mi edad se ruborizan al verme,  les sonreía, ninguna llamaba demasiado mi atención pero podría encontrar una buena mujer  a la cual amar y vivir tranquilamente. Pero mi hijo no pensaba lo mismo.

Al principio lo vi como algo natural, una casualidad, siempre que centraba mi atención en alguien Levi interrumpía, sufría algún accidente, rompía algo, tenía una pelea, “enfermaba”. Pero pronto pude ver lo que sucedía, dejaron de ocurrir “incidentes” y comenzaron las discusiones.

Cualquier chica que se acercara a mí, era mal vista o atacada verbalmente aun que trataba de  regañarlo o retarlo por lo que hacía muy en el fondo me causaba gracia y sentía  una sensación de alegría, muy en el fondo, decidí no darle importancia así como tampoco me esforcé por conseguir citas. Levi ganaba.

“Tu hijo te quiere  mucho…” Aunque deje de buscar citas Levi seguía comportándose extraño, siempre hablaba de su loca fantasía donde  extraños titanes come humanos  Vivian, equipos que lograban hacerte  volar por los aires, un amorío prohibido entre un Danchou y un Heichou,  así como también comenzó a cocinar cuando el siempre odio la cocina, preparaba té cuando nunca habíamos consumido algo como eso, incluso comenzó a llamarme de formas extrañas  e irrespetuosas. “cejón” “Danchou” “cejotas” “Mi sol”

“todo es tan extraño…”

Todo empeoro cuando una noche comencé a tener sueños extraños…

Estaba en una habitación completamente a oscuras, no podía  ver quién tenía frente a mí pero sabía que podía confiar en aquella persona, que la amaba y que  quería recorrer cada centímetro de  su piel, podía sentir  su calidez y cómo esta persona depositaba un tímido y dulce beso en sus labios que él respondía  con cariño. Ambos recorrían el cuerpo ajeno y el más bajo tomaba entre  sus manos ambos miembros frotando uno contra otro, escucho su voz “Esta duro, puedes sentirlo? solo tú me haces reaccionar así “ una voz tan familiar y excitante, fue  ahí cuando despertó exaltado, otro hombre, estaba soñando con un hombre?

“La realidad puede ser aún más desconcertante…” No solo soñaba con un hombre, al  abrir los ojos  su desconcierto fue aún más grande al ver  y sentir un cuerpo ajeno moverse entre gemidos sobre el suyo,  su visto se  adaptó a la oscuridad logrando ver  a su hijo  gemir de placer mientras masturbaba ambos miembros.

Empujo el cuerpo del  azabache haciéndolo caer de la cama.

 

Levi.

Me empujaste  tan fuerte que caí de la cama, esperaba algo así, estaba preparado para  tu incertidumbre y rechazo momentáneo pero esperaba por fin hacerte ver  quien era realmente.

Me levanté y volví a tu lado  abrazándose a  tu cuerpo “por favor recuérdame, Erwin” te suplique, te mire a los ojos que solo reflejaban duda y miedo, te dije  cuanto te amaba te conté  de nuevo  mi sueño que  tú y yo éramos soldados, que luchamos contra “titanes” pero solo me miraste con furia y tomándome   del brazo  con demasiada fuerza me sacaste de  tu habitación encerrándote  tú en ella. Llore, después de tanto tiempo volví a llorar. “No quiero perderte” grite pero no saliste de tu habitación.

Erwin.

No más caprichos, eso era, si, solo estabas encaprichado.

Por la mañana Salí antes de que despertaras, tome mi maletín y  fui al trabajo, o eso me proponía, pero tome mi teléfono y  marque el numero de una de esas tantas mujeres con las que había intentado salir, me desvié del camino a mi trabajo.

La visite varias veces más, evitaba estar demasiado tiempo en casa, encontrarme contigo, esperaba que olvidaras este juego de niño caprichoso.

Estar con esta mujer, tocarla  solo me hacía sentir más vacío, te extrañaba pero era lo mejor, tenías entender que  solo sentías cariño fraternal. Estabas confundido.

“O el confundido soy yo?”

 

Levi.

Después de eso  no volví a verte. Escapas muy temprano y a veces no volvías a casa, era obvio, solo te había alejado más de mí, jamás  recordarías.

Por varios días no Salí de  mi habitación hecho un ovillo en la esquina de este llore, deje salir todo el dolor que me ahogaba, volví a llorar  como aquella vez después de ver como el titán te devoraba. Muchas veces te escuche llegar o irte, tu ni tomabas en cuenta  si estaba o no, si seguía en mi habitación, era mi castigo por haberte dejado morir?

Fui al baño y tomé una de tus navajas de afeitar y la contemple, como odiabas  que me hiriera, por ti deje de hacerlo, pero seguro no lo recuerdas. Cerré los ojos y la apreté contra la piel sobre  mi muñeca izquierda, deje escapar un suspiro de alivio, la bañera estaba llenándose de agua fría, la cual siempre odie, lo recuerdas?  Sonreí entristecido y me  metí en ella, con la poca  fuerza que  me quedaba  en la mano izquierda hice lo mismo con la derecha contemple  como la sangre caía de ambas y las sumergí en el agua y cerré los ojos esperando que pronto acabara todo.

Erwin.

Ese día volvi a casa temprano, no me apetecía ver aquella mujer y volver a sentirme vacío, me daba asco a mi mismo, sentia que traicionaba a Levi cada vez que me acostaba con ella pero porque? acaso no solo es mi hijo?

Abrí la puerta y deje mi maletín, te llame, deseaba verte y por fin hablar sobre lo sucedido, que todo fuera como antes, pero no respondiste, pense que tal vez no estarias. una punzada de celos me gopeo en el pecho al pensar que tal vez estarias con alguna  “amiga” pero escuche agua caer  dentro del baño y al caminar hacia ahi, vi agua salir hacia el pasillo pero esta estaba teñida de rojo, pude abrir la puerta sin problemas, no tenia seguro, claro para que le pondrias seguro si tu estupido padre nunca volvia?

“Levi...lo siento”

Levi.

Parece una mentira, una ilusión, Escuche tu voz llamarme pero me es imposible contestar, a penas logro mantenerme despierto, tengo mucho frío, pero el sueño me  vence.

Te veo entrar al cuarto de baño, no es un sueño, al menos veré tu rostro antes de morir, creo que dices algo, estas llamandome? para que? ahora puedes ser feliz con quien desees.

Erwin.

“No cierres los ojos, mírame Levi!!” te grito, te llamo mientras  saco tu cuerpo  del agua ensangrentada pero no reaccionas, corrí hast la  sala y  tomé el  teléfono.

No había sentido dolor más insoportable que este, ni cuando tu madre murio senti tanto dolor, sabes por qué? Porque te tenia a ti, mi nueva razon de vivir. “No quiero perderte” susurre y recordé tontamente que eran las mismas que me habías dicho la noche que te colaste a mi habitación.

al llegar al hospital te apartaron de mi lado y aunque no quería debí quedarme y esperar a que ellos pudieran hacer algo. Me desplome sobre una de las sillas y escondí mi rostro entre ambas manos y lloré. Qué haría sin tí? por qué  fui tan estúpido?

Una enfermera  no tardó en llegar  y me pidió que la siguiera, me llevó a una  habitación y me pidió que me recostara.

“su hijo necesita una transfusión” me informo,  sin pensarlo más deje que extrajeran toda la necesaria. Los párpados  comenzaron a pesar,  cerré los ojos y sin más me deje llevar por el sueño..

Volví a soñar con esa persona, me abrazaba, me besaba y acariciaba, yo respondía con cariño y suavidad a sus besos, lo abrazaba y  este me llamaba “erwin, mi cejon, jamas te alejes de mi lado” me pedía, entonces la oscuridad se disipaba y podía verlo, era tu, Levi, pero te veias mas grande, casi de mi edad, ambos desnudos sobre una cama que no reconocía, la  habitación era antigua y prácticamente vacía.

Uno tras otro venían a mi mente  recuerdos de un mundo ajeno, totalmente irreal para mi, pero estabas ahi, todo aquello que me negué a creer estaba ahí, los titanes, tu y yo.

“Como fui tan ciego?..”

Levi.

Abrí los ojos, una luz blanca me cegó de inmediato, parpadee varias veces antes de lograr enfocar mi vista, era un techo blanco y una lámpara que daba directamente a mis ojos, gire la vista molesto y vi la cama contigua, ahí estaba erwin completamente dormido. Una sonrisa tonta se dejó ver  en mis labios, te veías tan bello pero la tristeza pronto volvió, que había  sucedido? “yo no debería seguir aquí” el destino se empeñaba en verlo sufrir.

Un par de lágrimas escaparon y cerró los ojos dejándolas fluir, volvió su mirada al techo.

 

Erwin.

Cuando abrí los ojos lo primero que pude contemplar fue  el perfil de mi azabache, estaba llorando,  me levanté sin hacer ruido y me acerque  hasta él y pasé  uno de mis dedos por sus lagrimones.

“odio verte llorar”

Abrió los ojos  al momento y fijó su mirada en la mía, podía ver el dolor y el miedo en ellos pero yo ya no era el mismo. “lo se todo” le dije al fin. “siento haber tardado tanto”. su rostro se descompuso en un llanto aún más fuerte, lo atraje contra mi pecho y acaricie  su cabello, no pare de disculparme.

“Soy un estúpido, lo siento tanto, volví hacerte sufrir”

Cuando sentí que dejaban de temblar, que el llanto  disminuía te separe de mi pecho  pero tu te negaste, sabía cómo te sentías, y era todo mi culpa. Logre  recostarte  de nuevo  y limpie tu rostro.

Levi.

Pensaba en cómo viviría ahora a tu lado después de todo esto? tendría que  irme, huír si era necesario.

Sentí tu mano rozar  mi rostro y abrí los ojos al instante, tenía miedo, miedo de lo que me dirias, esperaba gritos, reclamos, que dijeras que  solo estaba siendo caprichoso, pero lo que escuche fue el mejor regalo.

“Lo se todo”.   “siento haber tardado tanto”.

Tu mirada  ya no era la misma, entonces pude reconocer a mi Erwin, mi sol, me abrazaste y llore  como chiquillo en tus brazos, me alejaste  pero  no quería que te fueras, no quería  que todo  fuera una ilusión, una mentira. Me recostaste sobre la camilla  y me besaste, tierno, suave y sutil, cerré los ojos sentí un cosquilleo en mi estomago, aun podías  hacerme sentir como un tonto enamorado, volví a dejar escapar un par de lágrimas pero esta vez de  felicidad.

“Todo valió la pena”

“Idiota, no vuelvas  hacerme esto” susurre para volver a tomar  tus labios, me alejaste y besaste mi frente

“Aquí no” sonreíste puesto que notaste mi leve erección, claro estábamos en un hospital y éramos padre e hijo, si nos descubren estaríamos en problemas.

Erwin.

Probar sus labios después de tanto fue maravilloso, lo escuche maldecirme por haberlo hecho pasar por todo eso y no puede decir nada pues volvió a tomar mis labios,  correspondi a su beso, un poco más pasional y atrevido, era algo dificil para mi puesto que aun lo veía como mi pequeño pero no me contuve, lo bese y abrace, acaricie  su vientre, siempre  fue algo que me fascino, sentí el roce   de su entrepierna con mi brazo y lo aleje con una sonrisa tranquilice  su incertidumbre “aquí no” le susurre, ya habría tiempo de amarnos, una vida y las que vinieran porque no pensaba perderlo por nada del mundo.

 

 


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