Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Misery {OneShot} JinKook por Ookami Hyun

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ayo! He vuelto, está vez con otro shot... Si, soy tan perezosa para crear un fic que prefiero los one-shots XD

 

Está vez es un... ¡JinKook! Si, que se note mi amor a la galleta y sus couples, pero en unos días subiré un YoonMin así que esperenme.

 

Sé que advierte la muerte de un pj, pero no se asusten, es la mera mención. Por ahora, ¡disfruten el one-shot!

Cansado.

 

Esa era la palabra que quizás podría describir la situación en la que se sentía.

 

Un día, una semana, un mes… Ya no importaba cuanto pasara el tiempo.

 

Ya cada segundo era algo que en realidad no era del interés total de cierto chico. En los apenas 22 años que recién tenía el joven, había pasado su vida entera con aquella vida tan rutinaria, una vida en la que todo iba de la universidad a su empleo de medio tiempo, de su trabajo a su casa.

 

Solo existía una cosa que la mantenía a no abandonar su rutina, era un motivo que incluso tenía rostro y nombre. Jin deseaba de alguna u otra manera cambiar ya su forma de vivir, pero no sabía de qué manera podría conseguirlo.

 

¿Su mayor miedo?

 

Sin duda era el que un solo cambio pudiera conseguir que no pudiera mantener el control de su vida.

 

Temía que si dejaba que alguno de sus impulsos se saliera de control podría perder alguna cosa que apreciara, por lo que prefería reprimir todo lo que sentía, no era común que alguien supiera lo que pasaba por su mente, sin duda era complicado de comprender…

 

¿El amor?

 

Para él por más que quisiera intentar convencerse de que era una tontería en realidad era algo que deseaba recuperar…

 

Había vivido una de los mejores romances que un joven de su edad podría vivir, pero sin duda al mismo tiempo, al tratarse del mejor, el haberlo terminado había sido su mayor dolor, se había vuelto más serio que lo que era, incluso más que antes de haber sido la pareja de Jeong Guk, mejor conocido como Jung Kook.

 

Su verdadero amor.

 

Recordarlo era lo que le hacía ver que su vida hoy no era nada comparada a lo que había logrado y vivido al lado del pelinegro que había robado su corazón, sabía que tenía ya que dejar el pasado, pero simplemente no podía hacerlo.

 

Siempre en la soledad de la noche las estrellas le recordaban a su amor perdido, le traían de regreso aquellos hermosos orbes llenos de inocencia que tanto adoraba y que tanto amaba, al igual que su cálida y suave sonrisa, todo de él volvía a su memoria como un recuerdo fresco, de manera que sentía que de nuevo estaba con él.

 

Pero era una mentira.

 

Kook no podía ya estar con él y lo sabía.

 

¿Por qué seguía aferrándose a ello? Quería creer, deseaba saber que era una cruel pesadilla lo que había vivido… aún se preguntaba por qué el destino se había enfocado en separarle del pelinegro ¿Acaso no estaban hechos el uno para el otro?

 

Si no era así, ¿no hubiera sido más fácil que terminaran de otra manera?

 

La vida no era nada justa, Jin estaba ya harto de tener que soportar una vida en la que sabía nada de lo que vivía le traería de nuevo la felicidad, una felicidad que le había sido arrebatada en segundos, una persona a la que amaba como a nadie más y a la que había entregado todo.

 

Hay tanto que el tiempo no puede borrar

 

Desearía que el tiempo en verdad borraran las heridas, que las curaran… pero era una tontería pensar que el tiempo podría cerrar una herida que nada podría curarla.

 

Ni incluso los demás habían logrado hacer algo para traer de nuevo por lo menos una mínima sonrisa, pero no, Jin simplemente se había dado por vencido desde ese momento, se había perdido todo de él misma, Jung Kook no estaba a su lado, desde que éste se había marchado se había llevado con él sus alegrías, sus mejores momentos…

 

Todo.

 

Sabía que el tiempo no curaba las heridas, si en verdad fuera así no estaría aun sufriendo ¿Verdad?

 

No lo estaría.

 

Nadie comprendía su sentir, por más que los demás dijeran que podían entenderlo no lo hacían, nadie, absolutamente NADIE podía entenderlo de verdad, al menos así era para él. Podían saber lo que estaba pasando pero nunca sentirían un dolor tan terrible como el suyo, un dolor que sabía le perseguiría por toda la eternidad, por todo el tiempo a menos que regresara de nuevo a aquellos cálidos brazos que habían sido su apoyo en aquellos días que hoy le parecían tan lejanos, tan irreales.

 

¿Habrían sido acaso un sueño?

 

Si era así, había sido uno demasiado hermoso, pero desgraciadamente había tenido que despertar de él…

Sus sigilosos pasos le llevaron hasta la habitación que era de su propiedad, no podía esperar más por llegar de nuevo a su cama y volver a caer en brazos de Morfeo, después de todo él único lugar donde podía sentir de nuevo la compañía del maknae era en su mundo de sueños, era la única manera en la que podía volver al pasado y sentir como si estuviera viviendo aquello de nuevo, como si en verdad nada de lo que le parecía hubiera pasado…

 

Y aún se culpaba de ello.

 

 Abrió la puerta de la habitación, en su interior estaban algunos muebles y sus cosas, pero lo que más resaltaba eran las múltiples fotografías enmarcadas que habían en la habitación, todas eran de cada aniversario a lo largo de la relación entre ambos, ya habían pasado un año de ello y aun seguía sin poder superarlo.

 

Sus manos tomaron el primer álbum… aquel donde se encontraban las fotografías de sus inicios.

 

Tantas penas y tristezas que habían pasado juntos.

 

Había estado presente en todo momento con él, lo apoyó en todo lo que había podido, siempre habían estado en compañía mutua dando todo de cada uno para poder seguir adelante y sobrepasar todos los problemas que habían tenido desde que habían llegado a la empresa…

 

Desde que habían estado solos en el mundo tan complicado de la farándula. Habían podido soportar todo, juntos.

 

Si, era cierto, ahora se daba cuenta de muchas cosas, había comenzado siendo como una “omma” para él, un hermano mayor que lo cuidaba y había terminado siendo más que eso, había sido su mejor amigo, confidente e incluso su pareja. Había dejado que su razón de vivir y sus esperanzas fueran la mirada y sonrisa tan resplandeciente del chico.

Si tan solo la vida no fuese tan injusta, si tan solo le dieran la oportunidad de recuperarlo todo lo más seguro es que así lo haría, simplemente porque sentía que a cada día que pasaba ya no era una persona, no, era solo un alma pérdida buscando un consuelo que sabía no podría encontrar más en esta vida.

 

Tan solo sus sueños y de los asuntos de los que se hacía cargo junto a Tae Hyun era lo que la mantenían con fuerzas y ganas de mantenerse en pie, con vida.

 

Cada fotografía era un recuerdo que parecía calar, como si se tratara de un fierro a fuego vivo sobre su corazón…  Le oprimía el pecho observar cada una de las fotografías y darse cuenta que por más que lo deseara y le rogará a cualquiera, incluso a Dios, no podría volver a su lado.

 

“Tu podrás seguir con tu vida, tienes que ser feliz, Jin.” —Sus palabras resonaron de nueva cuenta en su mente consiguiendo que cerrara de nuevo sus orbes con fuerza, el libro con las fotografías cayó al suelo del cuarto, sus manos se juntaron sobre su pecho, era como echar sal a una herida recién abierta.

 

Incluso hoy se preguntaba cómo era posible que Jeong Guk hubiera creído que era capaz de vivir felizmente si ya no lo tenía a su lado.

 

Era una vida que no volvería.

 

Seguía perdido en sus pensamientos mientras traicioneras lágrimas comenzaron a recorrer lentamente sus mejillas… lágrimas que iban cargadas del más puro sentimiento de tristeza por un amor perdido, un amor al que le había entregado todo y con su partida se había llevado su vida también.

 

—  ¿Por qué?… ¡¿Por qué tuvo que ser así?!… —Gritó dejándose caer de rodillas al lado de su cama, aún seguía destrozado por solo recordar lo que había sucedido, por recordar el día en que la vida se había encargado de arrebatarle lo único que más había amado en la vida.

—  ¿Por qué… por qué? —Apenas y pudo pronunciar aquello debido a que su garganta estaba hecha un nudo, las palabras no podían salir o, mejor dicho, no querían salir; la única manera en la que podía dejar de hacerse daño a sí mismo era olvidándolo todo o simplemente no mencionando nada, claramente para él era más fácil ocultar el tema que tener que olvidarlo, sería como resignarse a que lo había perdido todo.

 

Entre leves sollozos y un silencio abrumador había caído rendido.

 

Sus ojos no habían podido soportar el cansancio y mucho menos podían seguir llorando por tan terrible pérdida, sin embargo ahora era el único momento en que podía aun ser feliz…

Abrió sus ojos, le pesaba querer abrirlos, sin embargo escuchó un particular sonido que le hizo estremecerse por completo.

 

Sus orbes se abrieron de golpe mirando hacia la puerta de la misma habitación en la que estaba, justo en el marco de ésta se encontraba aquel chico por el que había estado sufriendo ante su pérdida, no lo había pensando más de un segundo para ir directamente a tomar en brazos a aquel al que amaba y deseaba que estuviera con él.

 

— Kook… —Susurró con débil voz mientras sus manos se aferraban al cuerpo del chico, sus orbes entrecerrados buscaban la manera de evitar que aquellas saladas lágrimas fuesen a recorrer de nuevos sus mejillas, sintió su aroma, sintió su calidez nuevamente… deseaba decirle lo mucho que lo había echado de menos y cuanto lo necesitaba ahora.

 

— No llores, pase lo que pase… recuerda que te amo, Jin. —Mencionó el joven que yacía parado en la puerta respondiendo al abrazo del mayor que estaba casi que moría de la alegría, pero pronto se vio preocupado de nuevo.

 

Esto tenía que ser un sueño, si, Jin se apartó enseguida del maknae mientras con sus manos tomaba su cabeza con fuerza… — Esto es… Esto es una mentira. —Susurró para sí mismo, los colores y objetos que existían alrededor se fueron desvaneciendo poco a poco hasta que todo quedo sumido en una completa oscuridad.


Estaba soñando y lo sabía bien.

 

Sus ojos se abrieron… esta vez de forma real.

 

El sudor recorría su cuerpo de solo recordar su sueño.

 

Negó rápidamente y palmeo un poco su rostro, tenía que olvidarse de ello, no tenía que sacar tantos recuerdos ahora, la herida no era ya reciente pero el recordarle le hacía imposible que cerrara.

 

— Fue y siempre será un sueño. —Dijo algo desconsolado para sí mismo, no tenía otra salida que vivir en la realidad que tenía, una realidad que no era nada más que una absurda vida rutinaria, una vida que carecía de un sentido desde hace tan poco tiempo… Desde hacía tan solo un año.

Sus manos temblaron con tan solo pensar de nuevo en lo sucedido ese día tan desconsolador, si tan solo él hubiera hecho algo… ¿Habría cambiado su futuro? ¿Kook seguiría a su lado si hubiera hecho algo?

 

No estaba seguro ya de nada de eso.

 

El ‘Hubiera’ no existe y justamente era aquello lo que le causaba reprocharse constantemente que, en ese tiempo, podría haber hecho algo, que quizás podría haber logrado salvar todo aquello que le había dado su felicidad pero tampoco podía regresar el tiempo como para poder hacerlo, ese día había pasado ya y no había manera de que pudiera cambiar el pasado.

 

De algo estaba completamente seguro, si tuviera esa oportunidad solo la usaría para regresar sus momentos felices y no perder de esa manera a su único amor.

 

Tomó sus vestimentas ingresando al baño que poseía en la habitación, se daría una corta ducha y se vestiría para realizar sus labores del día, después de todo ese día -por ser sábado- tenía más trabajo, además de que tendría que hacer un adelanto de sus proyectos si no quería dejar todo para último momento.

 

Suspiró mientras comenzaba a desvestirse y abría la llave de la regadera para que el agua fría fuera cayendo para dar lugar al agua tibia. No tardó mucho, alrededor de 20 minutos, para estar ya fuera del baño con su ropa puesta y secando su cabello con ayuda de una toalla mediana.

 

Se sentó en la silla de su escritorio, mirando una de las tantas notas escritas por el menor. Tenía que aprender a vivir con el hecho de que no podía verlo nuevamente, sin embargo al girarse para ir a colgar la toalla sobre la ventana se dio cuenta de la fecha indicada en el calendario…

 

Se quedó en pie mirando la hoja que indicaba tal fecha, miró la hoja primero con tristeza, luego con un fuerte odio.

Todo fue cuestión de segundos.

 

Cuando lo pensó se encontraba de pie a mitad de la habitación, estaba hecho un desorden por completo. Su ira le había cegado y se había ido directamente a liberarse de esa frustración, de esa impotencia que sentía de no haber hecho absolutamente nada ese anochecer, sin duda llevaría grabada esa fecha como el peor de los días.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

El ruido de cosas rompiéndose y estrellarse contra las paredes había alertado a varios chicos, entre ellos Jimin y Tae Hyung, quien había ido a ver al primer mencionado.

 

Ambos estaban de pie frente a la habitación que mantenía la puerta entre abierta, ni siquiera era necesario ingresar para darse cuenta de que todo estaba hecho un caos, Jimin fue el primero en ingresar al cuarto del mayor, para darle un abrazo en señal de que contaba con su apoyo.

 

Jin no hizo nada… solo se mantuvo de pie con los ojos cerrados y sus manos empuñadas.

—  Sabemos que esto es duro para ti. —Comentó Jimin, el paso de los días se notaba claramente en él también aunque más que nada solo era en la estatura y su complexión, puesto que era fácil reconocerlo.

 

V ingresó al cuarto mientras escuchaba varios sollozos que empezaban a tener lugar en la habitación, después de tanto aún no podía evitar sentir la falta que le hacía. Ni siquiera Tae o Jimin pudieron soportar tal escena, puesto que varias lágrimas se asomaban por los orbes de ambas personas que ahora trataban de alguna manera darle alientos a su hyung.

—  Tengo que aceptar que… quizás se ha ido para siempre. —Mencionó con su voz entrecortada mientras se apartaba de su compañero para limpiar sus mejillas enrojecidas y tratar de tranquilizar un poco su respiración.

 

— Iremos hoy… a verlo ¿Vendrás? —Preguntó Tae mientras miraba fijamente al mayor, este no titubeó ni lo dudo un segundo, solo asintió y siguió a ambos fuera del edificio. 

 

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

 

El trayecto era silencioso.


Pensar que tan solo un año atrás eran él y Kook quienes habían salido en un auto para una de sus frecuentes citas y que, justo hoy, fuera él pero ahora acompañado de Tae Hyun, por más que lo hubo intentado antes, no había podido ir…

Entrecerró sus ojos y el recuerdo vino por sí solo hasta él.

Jin conducía la camioneta de regreso a la casa. Los demás deberían estar allí ya, pero no sabía si estarían todos, quizás Rap Monster tardaría un rato más que los demás, pero no le preocupaba.

Tomó su celular viendo la  hora así como un mensaje que no había notado hasta ese momento. Aparcó en la orilla de la calle para poder leerlo, la pantalla decía claramente “Yoon Gi”, así que abrió el mensaje más pronto y sus ojos no creyeron lo que leía.

Arrancó de inmediato, volviendo a las calles con clara necesidad de llegar a su destino, no podía ser que fuese tan tarde y Jung Kook no apareciera por la casa ni contestara su celular.

Lo siguiente que recordaba era el haber recibido otra llamada, de que alguien le había visto mal por la zona comercial, es que tenía muchos locales y callejuelas por doquier. No lo pensó mucho antes de ir hasta allá, no contestaba las llamadas y estaba realmente desesperado pero alcanzó a verle al otro lado de la calle, no estaba seguro que estaba mirando Jeong Guk pues ni siquiera notó las luces que se acercaban.

— ¡Kook! —Se acercó lo más rápido que pudo solo para quedar de frente a la imagen del maknae rodeado de un charco de color carmín…

¿Era su… sangre?

¡Dios! Deseaba que no fuera así, pero era cierto.

— T-Tranquilo... —Susurró por lo bajo mientras sentía como su vida se venía abajo, sabía que aun que alguien llamara una ambulancia estaba en los últimos minutos de su vida. — No llores ¿sí?… tienes que ser feliz, Jin. —Masculló por lo bajo, apenas podía pronunciar una sola palabra dado a que, aun que el auto no le había pasado por encima, el golpe había sido más que suficiente para dañarlo.

— No digas tonterías… tienes… ¡Tienes que vivir! ¡¿Oyes?!—Exclamó entre lágrimas agrias, aquello no podía terminarse de aquella manera, simplemente no debía terminar. — Juntos podemos sonreír… Lo dijiste, lo prometiste mi ángel.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Dejó que aquel recuerdo se esfumara tan rápido como había llegado a él, tenía que ser fuerte por lo que más quisiera, tenía que ser fuerte por él. Caminó por todo el lugar, conocía el camino de memoria a pesar de que el solo hecho de ir le partía el alma en dos, solo siguió su camino hasta el lugar indicado.

 

Justo frente  él podía leerlo con claridad, su nombre: Jeon Jeong Guk.

 

Suspiró un poco mientras mostraba una suave sonrisa para intentar sacar sus pensamientos negativos y tristes. —Aquí estoy, mi pequeño, Kookie. — Entrecerró sus ojos mientras estiraba la mano a la placa.

 

Kook después de meses permanecía en coma.

Notas finales:

¿Muy cruel? . . . Si, yo lo sé. Lloré como nena al escribirlo uwu pero, no sé, mi mente sacó esto y debía compartirlo.

 

¿Tomatazos, felicitaciones, críticas, amenazas de muerte? (?) ¡Envién review! XD

 

Nos vemos~.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).