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¿Casado? ¡¿Contigo?! por kiyoko kotomi

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Notas del capitulo:

 

Bueno, hola otra vez, sé que quieren matarme por haberme ausentado, pero como saben, la universidad absorbe mucho tiempo, así que trataré de que eso no vuelva a suceder jajaja *ríe nerviosa*

 

Kiyo: ¬¬ al menos lo compensaste tu ausencia con…

 

Yo: ¡Shh, no tienen que enterarse hasta leerlo, Kiyo, arruinas la sorpresa > <!

 

Kiyo: ¡tú les retrasas la lectura, así que ignórenla todos y a leer se ha dicho XD!

 

Yo: ejem… ¡se supone que yo diría eso >:v …ah sí, y por favor, disfruten la cursilería incluida n.n!

 

 

Luego de cerrar la puerta, lo vio nuevamente al dirigir la mirada a su oponente, estaba tan vulnerable, con aquella sonrisa boba en sus labios…tan inconsciente de lo que podía pasarle. Cruzaban varias ideas por su mente, algo le decía que se detuviera, pero se negó… ya no podía detenerse. Debía admitir que aquellas simples palabras afectaron su juicio.

-…-sin decir nada, se acercó como gato al acecho y raudamente le plantó un beso, primero superficial, pero que poco a poco fue tomando fuerza, aferrándose a él lo más que podía sosteniendo su rostro. Al parecer inconscientemente Zim le correspondía de manera desesperada, torpe e inexperta, pero aun así desesperada.

Ya ni siquiera le importaba el hecho de que habían bebido, sólo quería creer que lo que el irken decía era verdad. No es que fuera un experto en estas cosas, pero él ya sabía lo suficiente como para continuar.

La ropa poco a poco fue faltando y siendo arrojada a lo largo de la habitación. Dib acariciaba demandantemente cada parte del torso de Zim, sacándole gemidos que le inundaban los oídos y daban una melodía embriagante que nublaba sus sentidos, apresó entonces una de las sensibles antenas de Zim para darles unas suaves lamidas y mordidas, además de metérselas de llena en su boca, sonrojando así al pobre alien, que además extrañamente ronroneaba, dándole un aspecto dulce que quisiera conservar en su memoria para siempre.

-no tenía idea de cuanto lo deseaba-pensó mientras seguía con lo suyo.

Pasó entonces a repartir besos por toda la piel de Zim, dejando marcas para que todos supieran que ya tenía dueño, además de mordidas. Luego encontró en aquella parte de su anatomía, una apertura en su entrepierna de la cual salía su pequeño “amigo”, que gustoso ayudó a despertar con caricias, estimulándolo para continuar con el hecho.

-ahhh Dib-gimió Zim aún más extasiado y arqueando la espalda.

Fue entonces que aunque supiera Zim no sentiría nada de dolor, el prefirió prepararlo y cuando supo que era el momento de continuar, lo tomó por primera vez, sintiendo la mejor sensación que en su vida entera había sentido. Sin desaprovechar el tiempo comenzó desesperado con las embestidas, lentas al principio y que luego se hicieron más rápidas, tomando el tiempo necesario para hacer que la magia dure.

Así es, para él no era simplemente sexo, como la mayoría hubiera llamado y dice que es por amor, oh no, él le estaba haciendo el amor a su enemigo…a su único amigo…a su ahora compañero en una no tan desafortunada circunstancia…o al menos eso quería creer para no sentirse culpable, después de todo, Zim empezó ¿no?

 

Finalmente pudo sentir como tocaba el cielo cuando ambos llegaron al clímax… O al menos así fue hasta que se dio cuenta de su error y se percató de que Zim no reaccionaba.

-oh no.

A pesar de haberlo ignorado por días y haber actuado como un cretino, él temía por su bienestar realmente, pero no porque él moriría si literalmente el irken moría, oh no, lo hacía  por algo que todavía no quería admitir abiertamente.

Sabía que estaba débil, pero tomó la fuerza necesaria para llevarlo hasta su laboratorio donde afortunadamente el equipo le dijo que esto solo ocurrió porque las energías del irken se acabaron y, como cualquier socio en el crimen, prefirió no decir nada y dejar que lo solucionara el humano a su debido tiempo.

 

 

 

Dib esa noche durmió poco, pensó que así el tiempo pasaría más lento y la mañana no llegaría pronto, o al menos eso quería ya que aún no sabía que le diría a Zim sobre todo esto.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

-¡¿En qué piensas, Mary?!-llamó su atención el asistente robot, quien era culpable de la situación por hablar.

-en cómo hacer que llueva burritos-respondió sarcásticamente y GIR, por su ignorancia, se emocionó por la idea.

-¡¿de verdad puedes hacer eso?!-dijo con ojitos ilusionados.

-…-el humano rodó los ojos y siguió en lo suyo, al menos hasta que sintió que algo en su bolsillo vibró y vio que justamente se trataba de su celular, por lo que presionó la pantalla para responder-¿hola?

-¡hijo, en nombre de la ciencia, ¿Dónde estás?!

Si, estos no eran sus días de suerte.

-papá, uh, volviste pronto de tu viaje-lo había olvidado.

-sí y me entero de que tu pobre hermana estaba sola en la casa.

-¿pobre?-quiso reírse por aquel término, pero se resistió-puedo explicarlo.

-espero que sí, por el momento aún estaré ocupado, pero ya hablaremos de esto uno de estos días, así que más te vale tener una buena razón-colgó el teléfono.

-rayos-maldijo y se levantó de su lugar-supongo que…tengo que solucionar todo esto ahora mismo.

 

 

 

Bajó finalmente hasta el laboratorio, donde se encontraba el más bajo encerrado desde el día en el que empezó su castigo, quería creer que la ira se le había pasado al dejarlo solo todo ese tiempo, aunque la verdad no sabía a ciencia cierta si tenía razón.

-Zim-le llamó, pero este simplemente le ignoró-¿Cuánto más quieres seguir con la ley de hielo?

 

Aun siguió sin responderle…

 

-como sea, necesito que me acompañes para explicarle a mi padre porque me mudé a tu casa, uno de los siguientes días.

 

Aun sin respuesta…

 

-entiendo, si quieres seguir con esto y no hablarlo, hazlo…pero para que veas, yo sí estoy dispuesto a enfrentarlo-prosiguió tranquilamente, pero realmente estaba enfadado por el silencio-¡al menos yo no lo estoy evitando como un cobarde, Zim!

 

 

En ese momento, la puerta se abrió y unas manos lo empujaron fuertemente contra la pared y luego apresaron su cuello. Al abrir los ojos, tras haberlos cerrado por la impresión, pudo ver un par de ojos llenos de ira mirándole fijamente, cualquiera podría decir que se trataba de alguien que quisiera matarlo, pero algo andaba mal en su conclusión precipitada.

-¿Zim?-preguntó algo intimidado, aunque más que nada intrigado puesto que podía oír con claridad la respiración agitada del irken.

-¡Zim no es un cobarde!-gruñó con ira.

-¿te encuentras bien?-reiteró una vez que vio como el irken estaba mordiéndose el labio inferior por la ansiedad.

-¡perfectamente!-presumió, mas era obvio que eso no era cierto.

-no te creo-tocó su rostro-cielos, estás caliente.

-¡suéltame!-retiró su mano.

-¿estas enfermo o algo así?-miró bien su rostro, estaba sonrojado al igual que esa vez-¡dime que te pasa!

-¡nada!

-…-entonces lo comprobó, otra vez el ronroneo estaba presente, tuvo una intuición de lo que pasaba y extrañamente el anillo en su mano le daba esa certeza.

Entonces él tomó su lugar, estampando esta vez a Zim contra la pared.

-¡¿Qué estás haciendo?!

-es extraño, sé lo que piensas…y lo que quieres-susurró cerca de su antena.

-¡dije que no quería nada de ti, ¿no lo recuerdas?!

-a decir verdad, no-mintió sonriendo con prepotencia-así que…o me dices la verdad o continuo con esto.

-déjame-volvió a reiterar pero no pasó mucho hasta que Dib volvió a aprisionar una de sus antenas, esto era una tortura-¡está bien, Zim se siente extraño con respecto a eso!

-¿extraño?

-¡sí y suéltame que aún estoy enojado contigo por lo que pasó, todavía no te he perdonado!

-¡¿Por qué sigues enojado por eso?, te dije que podíamos…!

-¡no podemos olvidarlo porque lo recordé, Dib…recordé todo lo que sucedió esa noche!

-… ¿todo?... ¿Cómo?

-el PAK guarda toda clase de recuerdos, incluso cuando estás inconsciente, aunque estos tardan un poco más en aparecer…así que…si para ti el mancillar el cuerpo de Zim no significó nada y solo planeas olvidarlo…para Zim si fue algo importante e imposible de olvidar-dijo con la voz quebrada-porque desgraciadamente está grabado en mis recuerdos para siempre... ¡¿estás feliz?, supongo que al final te saliste con la tuya y quieres seguir haciéndolo!

-…-Dib aún estaba perplejo, podría jurar que Zim estaba a punto de llorar, pero eso era algo imposible, no, definitivamente debía estar equivocado… ¿o no?-Zim…yo-se alejó un poco para dejarlo respirar, quiso tranquilizarlo, pero el irken lo golpeó en el rostro y se volvió a encerrar.

 Él, aún aturdido tras ser derribado, se levantó rápidamente y golpeó la puerta repetidas veces.

-¡Zim, abre la puerta, cuando dije eso no me refería literalmente a “olvidarlo”, es decir, yo no lo olvidé, por Júpiter, solo lo dije para que no te molestaras, no quería lastimar tus sentimientos y…no puedo creer que estés llorando, no sabía que podías hacerlo, digo, no quiero que llores, no se siente bien el hacer llorar a alguien que tú quieres, entiende…!-de repente calló al escuchar las últimas palabras que dijo.

-¡sí!-gritó el robotito que estaba sentado en silencio desde hace un buen rato y ahora estaba celebrando por algo que vio venir-¡Mary quiere al amo!

-…-aún estaba atónito por lo que dijo y solo atinó a ver la puerta que se abrió-yo…

-¡Zim no estaba llorando, terrícola!-dijo al limpiarse los ojos-¡estaba sudando por los ojos!-desvió la mirada algo avergonzado.

-…eso es anatómicamente imposible-dijo sonriendo al lograr su cometido y al ver la ingenuidad intacta en el alien, no pudo resistirse a abrazarlo.

-¡hey, no te perdone, humano apestoso!

-no me importa.

-y… ¿eso es verdad?... ¿realmente quieres a Zim?

-sí…es completamente cierto.

-…-no pudo evitar sonreír un poco al escuchar aquello-…nunca nadie dijo algo así.

-¿Qué cosa?

-que alguien quiera a Zim, nunca lo oí.

-pero si se lo digo todo el tiempo, jefecito-interrumpió su asistente.

-¡eso no cuenta, GIR!

-owww-dijo cabizbajo.

-¡bien, si cuenta un poco!-respondió hastiado.

-¡hurra!-gritó alegre y corrió en círculos celebrando.

 

 

Dib se sentía con una carga enorme menos, finalmente no le dolería esa indiferencia y ahora podría estar junto a la persona que quería y le correspondía, se juraba que jamás volvería a perderlo y menos hacerlo llorar como lo hizo hace unos minutos, ahora que lo notaba, habían marcas de varias lágrimas secas en el rostro del irken, bueno, luego resolvería aquel problema, ahora lo único que importaba era abrazar a Zim, su Zim.

 

-¿Amo?

 

Dib no se percató de lo que sucedió hasta que oyó aquella pregunta formulada por GIR. El abrazo se aflojo por parte del irken y casi cayó al suelo de lleno si no fuera porque Dib lo estaba sosteniendo justo en ese momento.

-¿Zim?-lo miró…él estaba completamente inmóvil-¡Zim!-exclamó esta vez aún más alarmado.

  

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-estoy segura de que el resultado no es ese-habló una chica haciendo cálculos en un gran pizarrón en su cuarto, al parecer era bastante interesante para ella, aunque probablemente aburrido para otras personas.

-¿puedes olvidar eso por un instante y oír lo que te digo?-respondió su hermano mellizo molesto por la indiferencia de su hermana-te dije que el profesor otra vez se pasó hablando de su hijo todo el día, jajaja, para mí que debería dejar de intentar encaminarlo y simplemente encerrarlo en un manicomio para que no lo avergüence más.

-honestamente…sí, pienso lo mismo, extraterrestres, como sí eso existiera, jajaja-se burló ella.

-lo sé, veré como hago para soportar al jefe mañana, mejor voy a descansar antes de que se haga tarde y ojala que tú lo hagas en algún momento-regañó y salió de la habitación.

-jajaja-rió un poco más siguiendo con lo suyo-no entiendo de donde alguien saca ideas tan absurdas, si no fuera porque respeto mucho al profesor Membrana yo…-y antes de que pudiera concluir la oración, oyó un fuerte impacto que además de afectar a la casa vecina, también lo hizo a la suya. Afortunadamente, sus vecinos se fueron de viaje ya que habrían sido pulverizados al igual que su casa.

-¿pero…que?-se acercó temblando para ver cuál fue la causa de la destrucción inminente…

 

 

 

Grande fue su sorpresa al ver de qué se trataba…

 

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Continuará…

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado así que, sí, creo que al fin llegó el momento que todos estaban esperando.


Kiyo: ¡al fin, te tardaste siglos con el relleno, ¿crees que esto es Naruto o que cosa? >: v!


Yo: ¡bueno, lo siento, me entusiasmé bastante con eso, pero trataré de no alargarlo más, en fin, gracias por sus anteriores reviews y si hay más trataré de actualizar más pronto, no es una amenaza ni chantaje, jajaja…!


Kiyo: ¡creo que eso depende de la gente y tú seguirás escribiendo esclava!


Yo: ¡hasta la próxima n.n!*ignorándola olímpicamente, nunca falla XD*


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