La noche había caído lentamente, un área perteneciente a los dormitorios de la luna había sido débilmente adornada, con faroles que iluminaban muy poco, una simple y larga mesa que contenía las copas de vino, champagne y de sangre artificial. Un gran pastel y demás aperitivos.
Zero había llegado con una ropa entre formal y casual, unos pantalones rectos que se pegaban a su figura de color negro, una camisa de cuello de tortuga blanca que moldeaba su cuerpo y un saco igual negro que remango hasta la altura de los codos.
Sus cabellos desordenados continuaron como siempre y la única diferencia es que ahora sentía la atención de lo que sería pertenecer a aquella clase, siendo lo menor de lo menor, hasta los vampiros con menos poder dentro del grupo de la academia le miraban como si fuera un insecto.
Había llegado al patio mirando el silencio, el mutismo y la seriedad, las pláticas se limitaban a susurros que se llevaba el aire, y el ruido más fuerte era incluso el de los pasos al caminar.
Suspiro cansino, cuando sintió de repente que se aferraban a su cuello con un sonoro grito.
-Zero…
-Aido si sigues así te dispara….
Su frase se vio cortada ante la acción del cazador, quien retiro al rubio pacientemente y le miro tranquilo y casi hasta cariñoso.
-Sempai, debería hacer caso, además pudo tirarnos y sus ropas se hubieran echado a perder
El rubio inflo sus mejillas pero solo asintió para después sonreírle, Akatsuki por primera vez se sintió molesto por como el cazador rápidamente se volvió cercano al blondo, últimamente el rubito no paraba de hablar del platinado, hasta defenderle con uña y dientes, y eso le llenaba por dentro de un calor que bullía con ganas de querer desquitarse con quien fuera.
-Zero… ahhh
Zero miro a un lado a Shiki con su usual caja de poki y al lado del mismo rima quien le analizaba de pies a cabeza, Zero solo acepto aquel dulce tomándolo entre sus labios y agradeciéndole, para takuma no era difícil, no podía sentir celos cuando sabía que lo que traían ambos chicos era solo amistad y un extraño sentimiento de ternura que Shiki sentía hacia el cazador, sentimiento que al parecer era igual para el contrario.
-Zero te vez bien, porque no participas con Shiki en el modelaje
-Ruka sempai… lo siento pero eso no es lo mio, al contrario de usted que seguramente haría gran equipo con rima, ambas son bellas
Las mencionadas se sonrojaron, la segunda estando realmente sorprendida por el alago y no dudando en que el peli plata no le desagradaba para nada.
Los demás vampiros observaban extrañados como fácilmente el cazador y nivel e era aceptado por los más allegados a su líder, líder que no tardó en dar presencia al mismo tiempo que yuki llegaba mirando extrañada todo.
-Zero… Kaname sempai
La chica nombro a ambos emocionada de encontrarse con ellos sin necesidad del formalismo, el recién llegado le dedico una agradable sonrisa y Zero solo le dio su típico asentimiento.
-Yuki, está bien que vengas sola a este lugar… el director se preocupara
-Eh pero me llego una misiva de que querías verme
-Yo no envié nada…. Takuma sempai fue, me dijo que te envió una invitación para celebrar su cumpleaños
Miro de reojo al implicado que rio nervioso y divertido
-Lo siento Zero kun
Zero suspiro y solo negó, para después acercarse a este quien pensó seriamente en que el cazador se molestaría con él y le diría algunas palabras duras o algún golpe por lo que su reacción fue de cerrar los ojos y esperar, grande la sorpresa cuando abrió nuevamente sus orbes y miro la pequeña caja que le tendía.
-Como sea feliz cumpleaños sempai
Kaname miraba silencioso, no le molestaba que Zero fuera aceptado si no el hecho de que el mismo no le prestara suficiente atención, hasta que decidió llamar la atención de tanto la castaña como del cazador.
-Zero, Yuki acérquense
Pidió al par que se miraron extrañados para luego caminar a donde el castaño que reposaba tranquilamente sobre su diván y Seiren un poco apartada, los chicos se colocaron cerca de él.
-Vamos acaso me temen
Pregunto a lo que Zero solo miro tranquilamente y sabiendo que no podría hacer más se colocó en un espacio del diván dejando lo suficiente para que yuki se colocara en medio de ambos, para sorpresa de muchos, kaname se recorrió es espacio dejando a yuki de su lado derecho y a Zero del otro, con sus brazos rodeando los hombros de ambos y aunque a muchos vieron esto impactados no mencionaron nada solo por temor a su líder.
-Disfruten lo que resta de la noche
Durante el momento de la cercanía de Kaname, Zero se encontraba nervioso y apenado, su corazón lo sentía acelerado y las mejillas revoloteaban débilmente, a su nariz el masculino y encantador aroma del castaño, decidido a ignorar mejor esas evidentes muestras de interés que le tenía, miro hacia delante donde la fiesta se desarrollaba.
El resto de vampiros se dedicaron a continuar con lo suyo, la música inicio, era lenta y clásica, un vals que con gracia daban en pareja, muchos compartían sus copas de sangre, otros reían tenues, el aire estaba contaminado de un extraño morbo que incomodaba a yuki poniéndola nerviosa y asfixiaba a Zero, aún más que antes, que se removía un poco entre los brazos del castaño.
-Discúlpenmele ahora vuelvo
Susurro apresuradamente mientras se retiraba, yuki estaba preocupada quería ir detrás de él, pero lamentablemente el rubio se lo había impedido, el más que nadie sospechaba que el albino querría tiempo a solas y no con la pequeña cordero hija del director que siempre le había caído tan mal, claro hablaba por él y no por Zero.
-Aido sempai
-Vamos acompáñame en una pieza
La chica no pudo librarse y a pesar de que bailaba el compás torpemente, su mirada se dirigía al mismo punto donde Zero desapareció.
Zero corría apresurado hasta llegar a una de las fuentes del colegio, su mirada brillaba escarlata, y su garganta dolía demasiado, las pastillas no le servían y sentía su razón perderse por momentos, hasta el fuerte ruido de un disparo, su mirada dilatada y ahora normal veía sorprendida a la persona frente a él… Yagari su maestro, el cual esperaba aun no encontrarse, decir que el dolor que dejaba la herida sangrante en su hombro no le afectaba era poco, pero como cazador y vampiro además por orgullo sabia como aguantar.
-Zero
-Maestro
Después de lo acontecido Zero no había vuelto a aparecer durante la noche, a kaname le costó demasiado el no ir en busca de su albino cuando el aire llego a él impregnado del aroma de la sangre del mismo, más por motivo de tener que controlar a sus vasallos, Zero apareció hasta en la mañana siguiente, y solo fue hasta que debió asistir a clases que se permitió salir de su confinamiento en la habitación que le habían dado dentro del dormitorio de la luna.
-Zero chan estas mejor… se curó tu herida
-Si Shiki sempai, gracias por tu preocupación
-Realmente tu maestro debe ser un salvaje como para dispararte en el hombro
-Es verdad que se cree, eres su alumno debería tenerte estima
-Y lo tiene Ruka sempai Aido sempai, solo que su forma de demostrarlo siempre ha sido de esa manera, el me salvo en una ocasión, la herida de su ojo yo tuve la culpa, por lo que permití que me hiriera como una enmienda.
-Aun así debiste dejar que te ayudáramos
Dijo Rima tranquilamente
-No quería causar problemas, suficiente con alterarlos con el olor de mi sangre
-Ciertamente nos esforzamos por controlarnos, extrañamente el aroma de tu sangre es dulce, para nosotros no fue tan difícil como para otros, si no fuera por Kaname sama quien sabe que hubiera pasado.
-Seguro que estas en condiciones de asistir hoy a clases
Dijo una recién aparecido castaño quien miro a Zero desde la parte superior de las escaleras
-Si kaname sempai, ya he faltado demasiado.
Zero suspiro, realmente que el encuentro con su maestro no había sido lo mejor, una herida para él, una discusión acalorada y después una inesperada reconciliación, como había extrañado a yagari, eso lo tenía claro, había sido como su padre, el atendió las necesidades que sus verdaderos padres no pudieron, le salvo en una ocasión y le enseño como sobrevivir.
No solo eso el regreso al dormitorio fue recibido por Kaname quien le espero hasta el amanecer, además del resto del sequito, le ayudaron a cerrar la herida le dieron una bolsa de sangre, cortesía de algún donador anónimo del hospital del pueblo, y casi hasta le obligaron a dormir.