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Nuestro hermoso error por Kina Ni Juu

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Aomine despertó al escuchar mucho alboroto en la casa pero sentía tanto sueño, que se giro y tapo la cabeza con la almohada para seguir durmiendo y lo hubiera terminando asiendo sino fuera porque la puerta de su cuarto se abrió de golpe escuchándose dos fuertes gritos.

-¡¡PAPÁ!!

Un jadeo escapo de sus labios cuando dos cuerpos pequeños cayeron sobre su espalda. Aomine sonrió y se giro atrapando a cada uno con un brazo y ponerlos debajo de el y así comenzar a hacerles cosquillas. Los gemelos Kazuo y Kashim, rieron retorciéndose en la cama y con sus manos intentaron detenerlo.

-¡No!-chillo Kazuo-¡Papá, de-detente!

-¡No más cosquillas!-dijo Kashim-¡Me hare pis!

Aomine los dejo ir con una sonrisa ladina y los contemplo mientras ellos se calmaban. Los gemelos tenían 6 años y eran sus hijos más pequeños y lo que se parecían a él más físicamente porque Akiko tenía su carácter. Tenían el cabello azul oscuro con las puntas negras y los ojos azul plateado, su piel era morena pero no tan oscura como la suya. Eran altos para su edad, Kashim ligeramente más alto que su gemelo doncel. Si Ikki había sido muy energético a su edad, los gemelos eran mucho mas hiperactivos pero igual los quería con locura.

Cuando los gemelos voltearon hacia la puerta, el también lo hizo y se encontró con Akiko, la única mujer de la casa. Su hija tenía casi 10 años y era la única que había heredado del color azul oscuro de sus ojos pero tenía el cabello y piel de Kazunari. La niña suspiro sin cambiar su expresión perezosa de su rostro y movió la mirada hacia la derecha.

-¡Mamá, aun están en la cama!

Aomine rio cuando los gemelos inflaron las mejillas como Kazu.

-¡Mentira! ¡Venimos a despertar a papá!-exclamo Kashim

-¡Pero papá nos ataco!-agrego Kazuo

Daiki se rasco la poca barba que se había dejado crecer en la barbilla y se levanto de la cama. Le hizo una seña a su hija.

-Ya, ya Akiko. Vete a terminar de arreglar, yo me encargo de los gemelos

Su hija solo asintió con la cabeza y se retiro a, lo que Aomine intuyo, su habitación. Cargo a los gemelos para llevarlos a su cuarto y se cambiaran mientras el se daba una rápida ducha. Al salir de la ducha, fue a su cuarto y miro en la cama el traje que había comprado para la ocasión. Suspiro con nostalgia y sacudió la cabeza.

Hoy era la graduación de Ikki de la secundaria Teikon, capitán del equipo de basket y el mejor promedio de su generación por lo que le toco dar el discurso de despedida, además también lo iban a condecorar por su labor como basquetbolista en esos tres años como el mejor de su generación. Ikki había arrasado con todo, como un Aomine. Daiki no podría estar más orgulloso de su primogénito.

Que rápido había pasado el tiempo, en un abrir y cerrar de ojos sus hijos ya habían crecido, pareciera que apenas fue ayer cuando miró a Kazunari por primera vez, cuando lo conoció.

Sonrió cuando sintió que lo abrazaron por detrás, reconoció ese aroma, había dormido con el en los últimos 16 años. Puso las manos sobre las de Kazunari y volteo a verlo de reojo, Kazunari los miraba con sus ojos brillando de la emoción.

-El tiempo paso muy rápido, ¿no lo crees Dai-chan?

Daiki rio y hecho la cabeza hacia atrás. –Así es la vida

Kazunari sonrió y le beso una mejilla. Se vistieron para la ocasión entre toqueteos y besos rápidos y luego bajaron a desayunar con sus hijos. Daiki sonrió al ver a su familia junta. Kazunari se había acercado para acomodarle la ropa a Kashim, Ikki ayudaba a Kazuo a limpiarse el rostro mientras Akiko servía la comida.

Tal vez no era un buen cocinero como Kagami, tal vez no era cariñoso como Kise, tal vez no hacia esos magníficos postres como Murasakibara, tal vez no era un héroe como Midorima que salvaba vidas siendo doctor, no era tan rico como Akashi, no era el mejor padre pero lo intentaba, sus hijos eran los mejores y el intentaba ser un buen padre también. Tal vez a los ojos de los demás no eran la mejor familia pero para el, lo eran y no le importaba la opinión de los demás.

Se acerco, le beso la frente a Akiko quien aparto el rostro con una mueca pero sonrojada y le acaricio el cabello a Ikki quien solo le sonrió. Se sentó en su lugar y comieron todos juntos. Terminando, fueron a arreglar lo que les faltaba y se fueron a la secundaria Teikon. Sus amigos y familias también estaban ahí para compartir de ese momento tan especial.

Daiki apretó la mano de Kazunari cuando su hijo paso enfrente para recoger su diploma y decir su discurso de despedida. Sonrió al ver a Ikki. A sus 15 años, su hijo era tan alto como el cuando estaba en la secundaria, en un par de años lo alcanzaría en estatura, era delgado pero tonificado y su cabello lo tenia muy corto de abajo y algo largo sobre la frente. Ikki era un chico atractivo y no lo decía porque fuera su hijo, porque así era la verdad. Ikki era la combinación perfecta de Kazunari y el.

Finalizando la graduación se acercaron a Ikki para felicitarlo. Sacudió la cabeza al ver como los gemelos lo tenían cada uno fuertemente agarrado de cada pierna y Ryoma, el hijo menor de Kise y Kasamatsu. Fueron juntos al último partido que Ikki haría como capitán de Teikon y los de tercero contra sus kohais y luego la premiación.

Ikki pasó nuevamente al micrófono para decir unas palabras.

-Cuando entre al basket, me encontré con una barrera, una que en un principio creía que no podría superar. Mis padres son Daiki y Kazunari Aomine, quien anteriormente era Takao, o como eran conocidos en su juventud, si ya están viejos-se escucharon risas y Aomine sintió sus mejillas sonrojarse-El as de Teikon y Too, el basquetbolista estrella de Japón y la sombra de Shutoku. Mis tíos además son los famosos Kiseki no sedai y El milagro que no fue milagro. Todo mundo esperaba de mí tener sus habilidades, el ojo de halcón de mi madre y el instinto salvaje de mi padre, que entrara a la zona, que llenara sus lugares pero-sonrió-ellos fueron quienes me motivaron a que abriera las puertas del basket con mis propias manos, que luchara contra lo que los demás esperaban de mi, que inventara un nuevo estilo de juego con el que ser conocido y lo hice y todos gracias a ellos

Guardo silencio por unos segundos y Aomine sintió un escalofrió cuando su hijo lo miro a el y a Kazunari antes de seguir hablando.

-Cuando tenía 5 años, recuerdo haberle preguntado  a mi padre cual era mi historia, como nací, como se conocieron y recuerdo muy bien sus palabras. “Tal vez no es la mejor historia, no es romántica ni nada por el estilo, no hubo magia, princesas y todas esas cursilerías pero si tuvo un final feliz y ese eres tu Ikki, eres nuestro final feliz, fuiste quien nos unió a Kazu y a mí. Debes entender esto Ikki, a pesar de que no te planeamos, eres nuestro hermoso error, mi orgullo y nunca me e arrepentido de tenerte a mi lado y nunca lo hare, eres mi luz Ikki”. Yo-respiro hondo-Yo soy quien esta orgullo de ustedes, se que se preguntan si son buenos padres, que si toman las mejores decisiones por nosotros y muchas cosas mas pero lo que soy ahora, no seria sin ustedes. Gracias por darme la oportunidad de vivir, de ser lo que soy, por existir y darme a mis hermanos, la vida que tengo. Esto-señalo su trofeo-no debería ser para mi, sino para ustedes mis descuidados progenitores. Los amo papá y mamá

Daiki no se había dado cuenta que las lagrimas recorrieron por sus mejillas hasta que Ikki bajo de donde estaba para correr hacia ellos y abrazarlos. Sintió a sus demás hijos también abrazarlos y después de unos segundos sin responder, Aomine los estrecho a todos, a su familia. Le beso la sien a su primogénito.

-Te amo campeón

Ikki, su hermoso error, le sonrió. –Yo también papá

-¡Yo también!-exclamo Kazuo

-¡Yo más!-chillo Kashim

Duraron unos minutos así, abrazados escuchando como las personas  a su alrededor aplaudían. Después se fueron todos a la casa de Akashi Seijuro donde se organizo la fiesta para Daiki. Rio al ver como Shinya, el hijo de Midorima y Akashi, y Keigo, el hijo de Satsuki y Mazuyumi, discutían por su pequeño doncel ya que los dos querían casarse con Kazuo cuando fueran adultos. Kashim les gritaba que nadie tendría a su hermano. Aomine tampoco lo permitiría, al menos no tan fácil.

-Ne, ne, ¿por qué no dejan que Kazuo elija con quien se quiere casar?-dijo Kazunari

Por un momento todos callaron para ver a Kazuo quien solo sonrojo y mordió su labio inferior con timidez arrugando con sus manos el borde de su camisa.

-Yo… y-yo… ¡Yo quiero a Mamoru-kun!

Y corrió para abrazar a Mamoru, el trillizo menor de Murasakibara y Himuro. Aomine rompió en carcajadas sin poderlo evitar. Por el rabillo del ojo noto como Ikki besaba en los labios a Touya cuando Kagami se distrajo por estar hablando con Kasamatsu y Midorima. Ryoma estaba detrás de su hija intentando convencerla  de que cuando estuvieran grandes aceptara ser su novia. Suspiro. El amor estaba por todas partes.

Sintió un escalofrió cuando sintió unos brazos rodearlo por detrás.

-Unos años más y se irán de la casa-murmuro Kazunari

Aomine respiro hondo. El ya sabía que eso pasaría, era un proceso de la vida. Los hijos vuelan lejos del hogar para formar el propio, solo le quedaba disfrutar. Miro a sus amigos más cercanos con sus familias.

Kagami y Tetsu tenían tres hijos. Touya de 16, Teruko de 11 y Tatsuo de 9  años, el mayor y el menor eran donceles y Kagami era terriblemente celoso, incluso más que el.

Kise y Kasamatsu tenían dos. La mayor, Yusuki de 14 y Ryoma de 12 años.

Murasakibara y Himuro tenían la misma cantidad que el, cuatro hijos y casi todos en un parto en el cual Himuro casi pierde la vida con uno de sus hijos. Aito tenía 12 años y los trillizos, dos hombres y una mujer, 10 años, Mamoru, Kisho y Takara.

Midorima y Akashi solo tenían un hijo, Shinya de 7 años y no había sacado el carácter de ninguno de sus padres aunque enojado era otra cosa.

Satsuki se había casado, para sorpresa de todos, con Mazuyumi, la sombra gris de Razukan. Tenían a Keigo de 7 años y estaban esperando al segundo.

El tenia su propia familia con Kazunari y sus amigos también era parte de su familia. Todos eran felices y eso bastaba para el.

Había pasado muchas cosas para llegar a ese momento. Había hecho muchos sacrificios, muchas discusiones, mucho estrés, muchas pérdidas de recuerdos valiosos por no estar, muchas cosas pero cada uno de esos valía la pena al ver a su familia. Se había casado con una persona fantástica que amaba y que esta le correspondía, tenia a los mejores hijos que un padre podría desear y había seguido su sueño.

¿Qué más necesitaba en la vida? Nada si los tenía a ellos.

Aomine jamás se hubiera imaginado que en esa fiesta su vida cambiaria para siempre al involucrarse con Takao pero a pesar de todo, su hermoso error jamás lo cambiaria por nada en el mundo. Por que Aomine había perdido poco y había ganado más, más de lo que nunca antes se había imaginado.

Fin.

Notas finales:

Vaya, otra historia terminada, corta pero lo hice.

No se, espero que haya quedado bien. Tenía en un principio una idea algo diferente pero al final quedo así. Perdón, no soy buena concluyendo historias.

Debo de agradecerles mucho, en un principio creían que no seria muy bien recibida la historia, tenía un poco de miedo pero me fue mejor de lo que hubiera imaginado y les doy gracias por eso.

Los siguientes proyectos de la serie son: KagaKise, AoAka y AkaKise. Voy a dar los mejor de mí en ellos.

Ya empecé con KagaKise, espero subirlo antes de que termine la semana, será una historia y al parecer, puede que sea lo mas largo que haya escrito hasta ahora, no se cuantos capítulos vayan hacer.

De verdad, gracias por pasar por aquí, leer y dejar un review. Gracias de todo corazón.

Nos vemos después, pasen por favor a mis demás historias.


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