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Como una mariposa por LindAngel

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Notas del capitulo:

Hola, que tal les va? (*u*)/ Espero que bien UwU Aquí les traigo este capítulo (>u<)/ Espero les guste x3  Ya que como siempre es un poco raro(¿) :,v Hay no sé, siempre pienso eso ;u; Jajajaja xDD


PD: También quería disculparme por no haber actualizado rápido, pero es que tenía un asunto que resolver UwU Sin más que decir, por favor lean x3

“Desde que vio el mundo por primera vez… aquella mariposa siempre estuvo encerrada en aquel frasco de vidrio… y a su lado… siempre la acompañaba una igualmente hermosa y frágil flor blanca…la flor lloraba en silencio…la mariposa solo podía observarla…ambos eran cautivos de un deseo egoísta…acompañándose mutuamente el uno al otro…”


 


Ya habían pasado cinco días desde que Hana tuvo a sus dos pequeños, hoy por fin había podido regresar a su casa junto con sus dos pequeños angelitos, en ese momento era de noche y ella se encontraba en su gran cama junto sus dos bebes, sin parar de observarlos, ella no se podía levantar, solo tenía que reposar para poder recuperarse, tal y como se lo dijo el doctor, debía descansar y no hacer esfuerzos innecesarios, solo estaba agradecida de si poder alimentar a sus pequeños, ya que el pequeño Ritsu era muy glotón, y pedía llorando ser alimentado a cada rato, sin embargo, le preocupaba un poco el pequeño Misaki, ya que este apenas pedía leche y lloraba de vez en cuando, el doctor le dijo que no se preocupara, que siempre y cuando tome lo necesario todo estaría bien, también le había dicho que el cuerpecito de Misaki era un poco débil, que tal vez por eso no se alimentaba mucho como su hermano mayor, no es que Misaki fuera poco saludable y pasaría siempre enfermándose, es solo que sería más pequeño y débil que su hermano Ritsu, por eso Hana sentía que debía cuidarlo y protegerlo un poquito más, pero el amor que tendría hacia ambos seria el mismo, quería a los dos por igual, tanto a Ritsu como a Misaki - …Son realmente hermosos…- susurro para sí misma, mientras una sincera sonrisa se posaba en su delicado rostro, la habitación era grande y silenciosa, en esa habitación dormiría con ellos hasta poder recuperarse completamente, ella se encontraba sola con sus dos bebes, solo observándolos de manera fija, viendo como aquellos dos pequeñitos dormían plácidamente, contagiando también a Hana aquellas ganas de dormir, Hana se recostó y poco a poco se fue quedando dormida, soñando y recordando aquellos días felices junto a su “persona especial”…Su amado padre…


El padre de Hana…él era un hermoso doncel, con facciones delicadas, con una personalidad agradable, era muy querido por todos y amado por muchos, siempre ayudaba cuando tenía la oportunidad, era realmente amable, y sobre todo amaba a su pequeña hija, Hana, su más “hermosa flor”, era así como siempre le decía, él era idéntico a su pequeño Misaki, solo sus cabellos eran de distinto color, sus cabellos eran de un color rubio muy, parecían hilos de oro, pero sus labios, su rostro, aquellas delicadas facciones, aquellos cautivadores ojos color verde esmeralda, grandes y con largas pestañas, aquel rostro era idéntico a su pequeño Misaki, por ello aquel nombre le quedaba como anillo al dedo, ya que era el nombre de su querido padre…Su nombre era Misaki Takahashi…Misaki Takahashi era su padre, su persona especial... Por suerte Ren le había prometido a Hana que ella le pondría el nombre al segundo hijo, sino nunca hubiera podido llamarlo así en honor a su querido padre, pues aquel nombre y aquel hombre eran desagradable ante Ren, él lo odiaba profundamente, y eso entristecía a Hana de sobremanera, ella estaba agradecida de que su pequeño Misaki no fuera un “doncel”, ya que eso haría que Ren no lo quisiese, eso haría que el destino de su pequeño fuese cruel…


“Cierto la flor todavía no sabía aquello… que el destino de aquella pequeña mariposa… ya había dado marcha hace mucho tiempo.”


 


Los rayos del sol comenzaban a colarse por aquella gran habitación, Hana lentamente abrió sus ojos, mientras que con una de sus manos dio una pequeña palmadita en la cama, buscando a sus pequeños, mas no pudo sentirlos, y al darse cuenta de que no estaban allí abrió sus ojos de golpe, confirmando que estaba en lo cierto, sus pequeños no se encontraba allí, fue ahí que su tranquilidad fue alterada, su respiración era agitada y no paraba de mover sus ojos de un lado a otro, en busca de sus dos bebes.


-¡Ritsu! ¡Misaki! – grito desesperada, y cuando estuvo a punto de pararse de la cama, la puerta de la habitación se abrió.


-Cálmate, Hana – dijo Ren entrando y caminando hacia la castaña.


-¡Ren! Mis bebes, ¿Dónde están mis bebes? – pregunto Hana abrazando a su esposo, mientras comenzaba a llorar.


-Tranquilízate, Hana, ellos están en su propia habitación, cada uno en su respectiva cuna…


-¿Por qué? ¿No se supone que iban a dormir conmigo hasta que crezcan un poco más? T-Tú me prometiste eso, Ren – Hana le interrumpió, separándose de Ren y viéndolo fijamente a los ojos, Hana estaba enojada, aquellos que le dijo su esposo era incoherente, sus pequeños recién habían nacido, ellos debían estar con ella, su madre, no alejados de ella.


Ren por su parte solo decidió ignorarla, parándose bien nuevamente y con una cara seria, continuo con lo que le iba a decir - Hay algo que debo decirte, Hana – su voz era fría al igual que sus ojos, ojos que miraba fijamente las orbes esmeraldas de su esposa – Los dos bebes, ellos… ambos son donceles… - su voz seguía siendo fría, pero un pequeño tono de enojo se colaba en ella, acomodo sus lentes para disimularlo.


-Que… - dijo Hana en un casi susurro, viendo fijamente a Ren, ella al escuchar aquello abrió sus ojos como platos, había dejado de llorar y estaba realmente sorprendida, no podía, no quería creer lo que Ren le acababa de decir – “si los dos son donceles, eso quiere decir que…” – pensó - …Misaki – dijo despacio en un tono preocupado, con sus rojos labios semiabiertos.


Ren logro escuchar aquel tonto nombre, y luego de chasquear su lengua, fastidiado, continuo – No te preocupes Hana, no estoy enojado con ellos, ni tampoco los odio – Eso era mentira, al menos no quería a uno de ellos, el otro tenía un parecido con su madre – Sin embargo, a partir de ahora ellos dormirán en su propia habitación y solo los dejare estar juntos por ahora.


-¿“Por ahora”? ¿Qué quieres decir con eso? –Pregunto preocupada la castaña.


-Cuando ambos crezcan un poco más, tendrán que separarse poco a poco, Ritsu es el hermano mayor, por ende será mi único sucesor, de su educación me encargare yo, y no quiero que se distraiga con un debilucho como Misaki, solo sería un estorbo para Ritsu.


-¡Misaki no es ningún debilucho! –  grito Hana enojada por las frías y crueles palabras de Ren, Misaki también era su hijo ¿Cómo podía decir que era un estorbo? - …Misaki…Misaki también es hijo tuyo…


Ren al escuchar aquello poso una sonrisa cínica en su rostro – Por eso tú te encargaras de educarlo y cuidarlo a el, ya tengo planes para niño – dijo como si no le importase, dio la media vuelta, dejando de ver a Hana, y empezó a caminar hacia la puerta de salida.


-¿Planes? ¿Qué clase de planes? – pregunto preocupada por su pequeño angelito, la sonrisa que le dio Ren no era un buen augurio.


-Ya te lo diré después, por ahora solo preocúpate de recuperarte – respondió el pelinegro, aunque no lo demostraba estaba realmente preocupado por la salud de su esposa Hana, luego camino llegando hasta la puerta, pero antes de girar el pomo, Hana hablo nuevamente.


-¡¿Es porque Misaki es idéntico a mi padre?! – Grito desesperada, con lágrimas nuevamente inundando sus hermosos ojos verdes.


-Es porque no me sirve para lo que quería, desde la primera vez que lo vi lo note… Ese niño, al igual que él, es como una mariposa sin alas, no tiene valor alguno, y es inútil para muchas cosas, sin embargo, hay algo para lo que tiene un valor, algo que tiene a su favor, y eso es, he de admitir, que es hermoso… Solo sirve para ser visto, para observarlo… “justo como una mariposa sin sus alas extendidas…Como una hermosa mariposa encerrada en un frasco de vidrio”…Si, tienes razón, es idéntico a el – dijo Ren sin girarse, para luego abrir la puerta y salir de la habitación, dejando a una muy dolida y confusa Hana que no paraba de llorar, ¿Qué clase de destino le esperaba a su pequeño Misaki?, era una pregunta que rondaba una y otra vez por su cabeza, solo esperaba que no fuese el mismo con el vivió su padre…


-Ren… ¿Por qué? ¿Por qué no puedes perdonar? ¿Por qué no puedes dejar de pensar en el pasado? Misaki…Mi pequeño Misaki no tiene la culpa de nada, él es un pequeño inocente…Misaki…Mi pequeño Misaki…Perdóname por ser tan débil y no poder protegerte – Se decía a si misma mientras cubría su rostro con sus manos y no paraba de llorar, llorar sola y en silencio, como era costumbre.


 


“Poco a poco los blancos pétalos se caen…Poco a poco la flor desaparece, lentamente llora en silencio… Ese es el inicio de la historia de la flor marchita y la mariposa encerrada en el frasco de vidrio.”


 


   Continuará…

Notas finales:

Bueno eso fue todo, Espero les haya gustado, nos vemos (OwO)/    


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