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Como una mariposa por LindAngel

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Notas del capitulo:

Hola, que tal les va? (*u*)/ Espero que bien, Porque les traigo dulzura(¿) Jajajaja xD Bueno aquí le traigo el Cap. 3, espero les guste, si algo no les parece díganmelo e intentare ver que hago xDD 

“Los sueños son solo eso, sueños, y no dejan de serlo solo por así quererlo… sin embargo, las pesadillas…eso es otro rollo.”

-Iré a ver a mis pequeños – le dijo Hana a Ren levantándose al fin de aquella enorme cama, él se encontraba en el marco de la puerta observando como esta se levantaba, ya habían pasado dos largas semanas desde aquella tonta conversación, dos largas semanas sin poder ver a sus dos angelitos, todo porque Ren no se lo permitía con la tonta excusa de que se tenía que recuperar para poder verlos, y ella, como siempre, obedeció en silencio, sin exigirle nada, sin recriminarle algo, simplemente agachándola cabeza y obedeciendo a su amado esposo – Ya puedo hacerlo, ¿Cierto? – dijo con si siempre suave voz.

-Sí, puedes ir a verlos – dijo Ren aliviado de que por fin Hana estuviese mejor – Tengo que ir a trabajar, nos vemos más luego Hana – dijo serio y se fue.

Hana por su parte fue hasta la habitación de sus dos pequeños acompañada de Amy, la niñera de sus niños, Ren la había contratado para que Hana no hiciera mucho esfuerzo en cuidar a los dos bebes, aunque Hana quería cuidarlos ella sola, no le quedó más opción que aceptar a Amy, cuando Amy le abrió la puerta de la habitación de sus pequeños, Hana fue casi corriendo hacia ellos, sus verdes ojos brillaron intensamente al verlos, los dos se encontraban juntos en una de las dos cunas, jugando con sus pequeñas minutos, cada uno de sus pequeños tenia puesto un trajecito muy lindo, Ritsu con un trajecito de color café que venía con un gorrito con orejitas de osito, y Misaki tenía uno blanco con orejitas de conejito, ambos se veían realmente adorables, y más aún cuando Ritsu abrazo tiernamente al pequeño Misaki – Pásame la cámara, por favor – Hana le pidió a Amy amablemente, esta obedeció, la saco del cajón y se la dio, Hana empezó a tomar muchas fotos de sus dos angelitos, pues esa era una de las oportunidades que no desaprovecharía, y más sabiendo que pronto se separarían.

-Son realmente hermosos  -dijo Amy con una sonrisa.

-Lo sé, son lo mejor que me dio la vida – Hana sonrió viendo tiernamente a sus bebes, aquellos dos no hacían más que alegrarle la vida, su tan miserable vida – Son tan hermosos, tan pequeñitos… tan vulnerables… - esto último lo dijo en un susurro que Amy no logro escuchar.

-Disculpe, ¿Dijo algo? – pregunto la niñera.

-No, nada, no te preocupes -  dijo Hana regalándole una de sus agradables sonrisas, de esas que hacían estremecer a cualquiera.

-D-De acuerdo – Amy estaba un poco sonrojada, Hana era realmente hermosa, ahora entendía porque aquellos dos pequeños eran preciosos, Hana y sus dos pequeños tenían un aspecto angelical, especialmente él bebe más pequeño, daban ganas de cuidarlo y protegerlo de que nada malo le pasase, era un sentimiento que Hana tenia, sobretodo porque sabía que aquel niño no tendría un buen futuro, su vida sería un calvario, eso era lo que pensaba Hana, desde el momento en el que nació como su padre, como un doncel, el reloj de aquel cruel destino dio marcha.

-------------------------------------------- 4 años después----------------------------------------

El tiempo pasó rápidamente ante los ojos de Hana, sus dos pequeños habían crecido y progresado mucho, eran más grandecitos, más inteligentes y más inquietos, en especial Ritsu, él era más grande e imperativo que el pequeño y tranquilo Misaki.

-Ritsu, ven aquí, tienes que bañarte, no querrás ir sucio a la escuela, ¿Verdad? – gritaba Amy persiguiendo al castaño por todas partes, pues este no paraba de correr de un lado a otro en forma de reproche.

-¡No! ¡No quiero! ¡Me quiero bañar con Misaki! – grito el niño, pues desde siempre el hacía todo con Misaki, su pequeño y querido hermanito – Además…No quiero irme a la escuela sin el… - al decir aquello, Ritsu paro de correr, Amy solo lo veía con una mirada triste, era cierto, Ritsu y Misaki siempre habían estado juntos, incluso desde antes de nacer, Ritsu siendo el mayor siempre protegía y cuidaba a su pequeño hermanito, incluso siempre dormían juntos, y en esas ocasiones Ritsu siempre abrazaba posesivamente a Misaki, como si no quisiera que se vaya, como si tuviese miedo de que el pequeño castaño se fuera de su lado, aún recuerda cuando fueron juntos por primera vez al parque y un perro quiso atacar a Misaki, Ritsu se puso enfrente de el con sus brazos extendidos, protegiéndolo de aquel peligro, luego de aquello llego el dueño del perro y se lo llevo, sin embargo Misaki temblaba aferrándose a su hermano, y Ritsu lo abrazo consolándole, ese fue un día después de cumplir sus 4 añitos, Ritsu incluso siendo tan pequeño, era tan valiente, tenía que serlo, después de todo, su único deseo era siempre proteger a su hermanito Misaki, el sentía por Misaki un amor desconocido ante su pequeño corazoncito de niño.

-“Ellos siempre estuvieron juntos, y que ahora poco a poco los separen… es realmente cruel…” – pensó Amy – Ritsu…Tu y Misaki siempre estarán juntos y siempre serán hermanos, el siempre estará a tu lado, pero, tienes que ir a estudiar, así le enseñaras lo que aprendas a Misaki – dijo Amy tratando de convencer a Ritsu.

-Si es así, entonces, ¿Por qué Misaki no viene conmigo y aprende junto a mí? – Ritsu no era tonto, sabía muy bien el como reprochar las cosas, sabia como hacer silenciar a alguien.

-Porque… - Amy no sabía que contestarle, ya que el pequeño tenía razón.

-Porque Misaki me hará compañía a mí – para suerte de Amy, Hana había interrumpido y contestado la incómoda pregunta de Ritsu - ¿Verdad, Misaki? – Le pregunto Hana al castaño más pequeño, ella lo tenía cargado en sus brazos, y este abrazaba con un bracito su cuello, mientras miraba fijamente a su hermano mayor, Ritsu sintió un poco de celos al verlo así con su madre, aunque se veía realmente adorable, como siempre.

-Sí, yo acompañare a mama mientras tu aprendes cosas nuevas, hermano – le dijo Misaki a Ritsu con una cálida sonrisa, Ritsu se sonrojo levemente al verlo – No quiero que mama se quede sola en casa, además, quiero que mi hermano sea muy inteligente, y pueda enseñarme muchas cosas para poder divertirnos juntos – Ritsu se quedó viéndolo fijamente, embobado por las inocentes palabras del mas pequeño, aquellas palabras que eran como un canto de sirena para él, la voz de Misaki era tan dulce, tan cálida, tan inocente, que cualquiera quedaría hipnotizado con ella, Ritsu lo sabía, y entonces una idea cruzo por su mente…celos.

-Sí, Misaki, tienes razón, me iré a bañar e iré a la escuela, cuando regrese te enseñare lo que aprendí, lo mejor es que te quedes junto a nuestra madre – le dijo Ritsu a Misaki con una sonrisa, Misaki también le sonrió, haciendo sonrojar de nuevo a Ritsu – …B-Bueno, me iré a bañar – dijo serio, caminando a su habitación, seguido por Amy -  “Además, es mejor que Misaki no valla a la escuela, la escuela está llena de niños, y no quiero que nadie más que yo lo vea, no quiero que nadie más escuche su dulce voz, no quiero que nadie mire sus ojos, no quiero que nadie tome su cálida y suave manito, porque Misaki es mío, mi pequeño hermano” – pensó mientras entraba al baño y se dejaba bañar por Amy, recordando la hermosa sonrisa que el pequeño Misaki le había regalado minutos antes – “…No quiero que nadie más que yo vea tu hermosa y gentil sonrisa, no quiero tener que compartirla… Misaki…”

 

-¡Hermano, te ves muy guapo! – dijo Misaki haciendo sonrojar a Ritsu, pues este ya se había bañado, olía bien, se había peinado, y tenía puesto su nuevo uniforme de escuela, que consistía en un pantalón corto hasta las rodillas color negro-azulado, una camisa manga corta blanca, con el pequeño estampado de la escuela a un lado del pecho, una medias blancas y unos zapatos negros bien lustrados, el uniforme era sencillo, pero Ritsu sabia como lucirlo muy bien.

-Gracias, Misaki – dijo Ritsu aun avergonzado.

-No tienes de que agradecer, solo te estoy diciendo la verdad, hermano – contesto inocentemente Misaki, para después llevarse un trozo de sandía a su pequeña boca, pues los tres, Ritsu, Misaki y Hana, se encontraban desayunando al aire libre, en la pequeña mesita redonda del jardín, el día había comenzado bien, el clima era perfecto, no era tan soleado y era refrescante.

-Es verdad, Ritsu se ve verdaderamente apuesto, va a ser la sensación de la escuela – dijo con una pequeña sonrisa Hana.

-N-No tienes por qué exagerar, madre – Ritsu desvió su mirada, estaba rojito, realmente esos dos sabían cómo avergonzarlo, Misaki y Hana simplemente rieron ante la adorable reacción de Ritsu – Bueno, ya me tengo que ir – Ritsu ya había terminado de desayunar, y estaba un poco triste porque no vería un buen rato a su dulce hermanito, se levantó de la mesa y agacho su cabeza, Hana y Misaki también se levantaron, Hana se acercó a Ritsu primero, sabía que para él también era duro separarse de Misaki.

-No te preocupes, yo cuidare bien de Misaki – dijo Hana revolviendo los castaños cabellos de Ritsu – Hasta luego, mi pequeño -  se despidió de el con un abrazo y un beso en la mejilla.

-Hasta luego, madre – se despidió con una pequeña sonrisa, luego giro a ver a su pequeño hermanito, encontrándolo cabizbajo, y justo cuando iba a decirle algo, Misaki alzo su rostro y mostro aquella sonrisa que lo caracterizaba, luego corría hasta Ritsu y lo abrazo.

-Hasta luego, hermano – el pequeño Misaki se paró de puntillas, tomo con sus manitos los hombros de su hermano y le dio un tierno beso en la frente, Ritsu se quedó boquiabierto ante el inocente gesto del pequeño, y luego sonrió, viendo la dulce sonrisa de Misaki – diviértete en la escuela y has muchos amigos, hermano, en la tarde nos vemos – dijo Misaki separándose de Ritsu y agitando su manito sin dejarle de sonreír.

-“…Misaki…mi pequeño es más fuerte de lo que aparenta” – pensó un poco triste Hana.

Ritsu asintió con su cabeza – Si, Misaki – dijo aun sonriendo, aquel inocente gesto de Misaki le había alegrado el día, ahora si tenía ganas de ir a la escuela – Nos vemos en la tarde, mi dulce y pequeño hermanito -  dijo revolviéndole los sedosos c  bellos castaños a Misaki, que ante esto hizo un adorable puchero, Ritsu rio, sacudió su mano a modo de despedida y se fue, hoy era su primer día de escuela, aprendería cosas nuevas, haría amigos y le enseñaría todo lo que aprendería a Misaki…Su pequeño hermanito.

Continuará… 

Notas finales:

Bueno eso fue todo, Espero les haya gustado, por cierto, les gusta el shota o el incesto? :v creo que pondré una de estas dos 7u7 Jajajaja ya veré xDD


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