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Como una mariposa por LindAngel

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Notas del capitulo:

Hola, que tal les va? (*u*)/ Espero que bien x3 Aquí les traigo el capítulo 1, También quería agradecer a Shano OwO, Anónimo (xD) y a LokillaxelYaoi *Q* (Te amo mujer) Gracias por comentar, saludos querid@s (>u<)/ Espero les guste el capítulo xDD Ya que es algo raro(¿) :,v Hay no se xDD

“Una mariposa es más grande mientras vuela, viendo todo pequeño a su alrededor…Lamentablemente… a esta mariposa ya le arrancaron sus alas.”

 

 

 

-…Ya nacieron… - susurro para sí misma Hana Onodera, una mujer de 20 años, de cabello castaño claro, largo y ondulado, piel nívea, hermosos labios rojos, pestañas largas, estatura pequeña, cuerpo delgado y frágil, y unos hermosos ojos verde esmeralda, realmente una mujer muy hermosa, delicada, elegante y muy hermosa, como una flor… Acababa de dar a luz a dos pequeños gemelos, por parto natural, fue una labor realmente difícil y dolorosa, pero cuando escucho los llantos de sus dos pequeños tesoros, todo el dolor desapareció por completo y fue reemplazado por una inmensa felicidad, cuando vio que los dos recién nacidos eran cargados por enfermeras y el doctor dijo que nacieron bien, por fin se tranquilizó y vencida por el cansancio, finalmente cayo en la inconciencia… lentamente despertó, encontrándose a sí misma en una pequeña habitación de aquella clínica, las paredes eran blancas, típica de esos lugares, a un costado de su cama se encontraba una ventana, podía ver claramente que ya había amanecido, y a pesar de que en su brazo izquierdo tenia conectado un suero, ella se sentía bien, se sentía viva, y feliz de por fin poder ver a sus dos pequeñitos, tenía su mirada fija en la ventana, viendo como por allí volaba una que otra ave, era una habitación realmente silenciosa, hasta que el leve sonido de la puerta abriéndose capto su mirada, vio al doctor pasar por la puerta de entrada, y caminando atrás de este se encontraba Ren.

 

-Buenos días, Señora Onodera – Le saludo amablemente el doctor - ¿Cómo se encuentra? – pregunto con una agradable sonrisa.

 

-…Bien, gracias…Mmm ¿Sera que ya puedo ver a mis pequeños? – pregunto ansiosa la mujer, de manera dulce, realmente quería conocer a sus dos bebes.

 

-Sí, ahora mando a traerlos – Dijo agradablemente el doctor – Si me disculpan, me retirare por ahora – hizo una reverencia y luego se retiró cerrando despacio la puerta.

 

-¿Sabes? Es un milagro que aun vivas – le dijo serio, aunque en el fondo aliviado y algo feliz, Ren Onodera, un hombre alto, de buen porte, cabello color oscuro como la noche, con unos lentes adornando sus también oscuros ojos, él siempre era serio y frio, sin importar con quien estuviese, no cambiaría nunca aquel rostro serio y neutral, no lo haría como antes, aunque el a pesar de todo amaba realmente a Hana, su amada esposa.

 

-“El único milagro aquí, son mis dos pequeños, ellos son el milagro que me mantuvieron con vida, el milagro más grande y hermoso que me dio la vida…el fruto de nuestro amor prohibido…ya no puedo esperar más para poder conocerlos” – pensó alegremente la castaña - …Si.- le contesto a su esposo con una hermosa y sincera sonrisa, ella sabía muy bien como era Ren, lo conocía muy bien, sabia como era, él era así porque se sentía muy solo, y no sabía el cómo tratar a las personas, por eso siempre era tan frio, pero a ella le encantaba llenar aquel vacío de soledad en el corazón de su amado esposo, y a pesar de aquel engaño, ella lo seguía amando, no le dijo, ni le reprocho por aquello, se mantuvo en silencio siempre, aceptando todo como “La buena esposa” que debía ser, que era.

 

Los dos se quedaron un rato en silencio, hasta que la puerta fue abierta, dejando ver a dos enfermeras que cargaban en sus brazos un bebe cada una – Buenos días Señora, aquí están sus dos pequeños – dijo sonriente una de las enfermeras, entregándole a un pequeño bebe de cabellos como su madre, de un color castaño claro – Él fue el primero en nacer, es un bebe muy fuerte y lindo, es el hermano mayor – comento la enfermera regalándole otra sonrisa, ver nacer a dos pequeñas vidas era realmente hermoso y satisfactorio, algo que hacía que sus corazones sean más cálidos, y aquellas dos criaturas eran realmente hermosos, así que no podían evitar sonreír al verlos, especialmente al más pequeño que había llorado menos que su hermano.

 

-Sí, es un bebe realmente lindo – dijo viendo con una sonrisa a su pequeño, lo tenía cargado y era realmente hermoso sentir su calidez en su pecho y brazos - …Su nombre será Ritsu… - dijo sin dejar de verlo con un brillo de alegría en sus ojos, luego la segunda enfermera se acercó con un pequeño en sus brazos, Hana se movió a un costado, acostando al pequeño Ritsu a su lado, dejando así un espacio para poder ver a sus dos pequeños juntos, la enfermera le paso al segundo pequeño, y Hana lo cargo en sus brazos, viéndolo por primera vez, era un bebe pequeño, más que Ritsu, y sus cabellos eran de un castaño un poco oscuro, era un pequeño realmente hermoso, y al igual que con su primer bebe, sonrió al verlo mientras que aquel brillo en sus ojos no desaparecía - …este pequeño se llamara…Misaki… - Dijo aquel nombre sin pensarlo, pues ese pequeño le recordaba mucho a su persona especial, era idéntico a él, justo como una hermosa flor, Ren solo chasqueo su lengua al escuchar aquel nombre, aunque él no quisiera, Hana debía ser quien le pusiese el nombre al segundo hijo, solo decidió ignorar lo que acababa de oír, Hana se quedó viendo un rato al pequeño Misaki, y luego le dio un cálido beso en su pequeña frente, para después recostarlo junto a su hermano mayor, en esa posición podía ver perfectamente a sus dos tesoros, eran realmente hermosos, lentamente el pequeño Ritsu abrió sus pequeños ojitos, el pequeño Misaki hizo lo mismo, siguiendo a su hermano, ambos dejaron ver por primera vez sus ojitos a Hana, quien amplio su sonrisa al verlos, los dos pequeñitos tenían los mismos ojos que su madre, sus ojos también eran de un color verde esmeralda, tan intensos que cautivarían a cualquiera, ella ya no podía estar más orgullosa de sus dos hermosos pequeños, estaba tan contenta, lagrimas empezaron a salir sin parar de sus ojos, eran lágrimas de gran alegría - …Mis pequeños angelitos…Apenas los conozco, pero ya los amo tanto… - dijo con una cálida sonrisa en su rostro, las dos enfermeras solo sonrieron conmovidas por tal cálida escena, Ren solo giro su rostro hacia otro lado, pues una pequeña sonrisa se había formado en su “Siempre Neutral” rostro…Hana…¿Cuánto más podría amar a esa mujer?...“Hermosa mujer”…

 

 

 

“Vuela libre pequeña mariposa, vuela lejos de aquí, hazlo rápido antes de que…lo siento, ya es muy tarde, debiste haberme hecho caso antes, ahora…ahora tus alas ya están rotas…todo por un cruel pensamiento egoísta…”

 

 

 

-------------- 4 días después --------------

 

 

 

“…Aunque creo que tú nunca tuviste esa opción…La opción de ser libre, no fue más que un sueño para ti…Porque desde un principio…tú ya habías nacido con tus alas rotas.”

 

 

 

-¡¿Cómo que los dos son donceles?! – grito sorprendido Ren, en ese momento se encontraba en el pequeño consultorio del doctor que atendía a Hana y sus dos hijos – Debe ser un error – dijo viendo fijamente al doctor.

 

-No señor Onodera, no hay ningún error, no es un cien por ciento, pero es muy probable que si lo sean, les hemos hecho varios estudios que indican que tal vez estamos en lo correcto, aunque poco a poco se ira notando que sí lo son; “Su estatura es algo pequeña, su voz algo fina y delicada, sus rasgos algo femeninos, y son más delicados que un chico normal, también son algo débiles en cuanto a fuerza física, aunque pueden ser muy hábiles en otras cosas”, esas son las características básicas de los donceles. – le dijo serio el doctor, no es que sea algo malo el ser un doncel, pero ellos tenían la habilidad de tener un bebe en su vientre, de dar vida a un nuevo ser, ellos podían quedar embarazados, como una mujer, sin ser una, y esa idea no le agradaba para nada a Ren, el odiaba a los donceles, por culpa de uno su madre había caído en depresión, y que sus dos únicos hijos sean donceles le desagradaba totalmente.

 

-Tsk – Chasqueo su lengua enojado Ren, resignado ante tan estúpida noticia, el ya no podía hacer algo al respecto, solo podía aceptar ese hecho y seguir adelante, aunque…- “…Ese niño…Misaki…es idéntico a él, exceptuando el color de su cabello, y el saber que también es doncel, justo como el, hace que ni siquiera quiera verlo…sé que es mi hijo, pero su sola presencia me molesta.” – pensó apretando fuertemente sus puños, y con una mirada de odio puro en su rostro – “…Realmente…Realmente te odio…Takahashi Misaki…”

 

 

 

“Dulces sueños…pequeña mariposa…espero que sueñes con tu tan…anhelada libertad.”

 

 Continuará… 

Notas finales:

Bueno eso es todo, Espero les haya gustado, nos vemos (OwO)/    


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