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Reacciona, Masaomi. por Winter Says

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Notas del fanfic:

Kuroko no Basuke no me pertenece, todos los créditos a su autor Tadatoshi Fujimaki.

Notas del capitulo:

¡Bueno! Un regalo de cumpleaños atrasado, pero que al final pude hacer.

Me di cuenta que a Masaomi lo suelen poner como un bastardo sin sentimientos que suele rechazar a Aakshi esté con quien esté, por lo que pensé... ¿Y si lo hago bueno y altero el orden natural de las cosas? :v

Espero que te guste Sei <3 Perdón por el atraso :'v

¡Y espero que les guste a los que lean!

— ¡He dicho que no, Seijuuro!

Ese fue el grito que resonó en la amplia sala. Los puños del mayor estaban cerrados fuertemente, al punto que casi se notaban sus venas en sus antebrazos. Sus ojos marrones estaban afilados, al igual que su ceño profundamente fruncido en un claro signo de una notoria molestia, completando aquella mueca de descontento que simplemente no le agradaba a su hijo. El pelirrojo se levantó de donde estaba sentado elegantemente, sin dejar que el enojo que estaba enervando en sus venas pudiera corromper su imagen de total indiferencia. Dejó una hoja sobre el escritorio de su padre, para después comenzar a caminar hacia la salida de aquel lugar.

— No he venido aquí buscando tu aprobación, únicamente he venido a avisarte lo que pasaba. Seguiré con Kouki, no me importa si estás en contra de ello. — sentenció, para abrir la puerta y salir por completo de la mansión—.

Así estaba la situación en ese momento. Akashi Seijuuro, heredero de las empresas Akashi y único sucesor del mismo apellido, había torcido todos los ideales que tenía su padre de un hijo perfecto cuando éste le avisó de algo: Estaba saliendo con un chico. Y como si ese no fuera suficiente insulto a su imagen, también estaba el hecho de que ese chico era uno completamente normal, sin nada de lo que pudiera aprovecharse. ¿Cómo osaba su hijo a desafiarlo saliendo con alguien así? Era completamente inaceptable siquiera pensarlo.
Y del chico ese, Furihata Kouki, ¿Podía tener siquiera esperanzas de que fuera aceptable? Para nada. Con lo que su hijo le había dicho tenía suficiente para negarlo.

Lo que era peor, ¡Su hijo planeaba mancillar el apellido Akashi! ¡Aquél que tan difícilmente logró alzar hasta la cima! ¿Tenía idea de qué era eso? No podía concebirlo, no le cabía en la cabeza. Era descabellado pensarlo ya que, hasta ese momento, Seijuuro no le había dado razones para dudar o siquiera imaginar que era homosexual; y, aunque el tema le era indiferente en realidad, no le hacía mucha gracia verse involucrado en eso gracias a las locuras de su hijo.

¿Cómo es que había pasado? No sabía, Seijuuro no había dado señales. O tal vez las había dado y él las había ignorado vilmente, por vivir envuelto en trabajo y más trabajo.

Porque, pensándolo bien, él se había distanciado de Seijuuro desde la muerte de Shiori. No pudo distinguir qué fue de su hijo luego de eso, únicamente le veía para estar seguro de que él siguiera el camino de «perfección» que le había impuesto para no dejarse afectar por una… nimiedad.
¿Pero qué demonios tenía en la cabeza? ¿Tratar la muerte de su esposa y madre de su primogénito como una nimiedad? ¿Estaba loco? Al parecer sí, había perdido la cordura. El trabajo quizás ya le había afectado la cabeza, envenenándole con el pensamiento de que eso era lo único que en realidad importaba.

Miró a la ventana, viendo a su pelirrojo hijo intentando consolar a un devastado castaño, que parecía ser el Furihata Kouki que se le había mencionado en la conversación de hace rato.

— No conozco a Seijuuro en lo absoluto… — A un lado de la ventana, se podía ver una foto enmarcada ya un poco empolvada. En el cuadro, podía apreciarse la hermosura de la ya muerta Akashi Shiori— No sé qué demonios estoy haciendo, Shiori.

El ideal de un hijo perfecto que había implementado en Seijuuro desde la muerte de su esposa le había vuelto un bastardo sin sentimientos, en toda la extensión de la palabra. Gracias a eso no sabía nada de su hijo: No sabía sus gustos, no sabía sus metas, ni siquiera sabía nada del club de baloncesto del que era capitán. En serio, ¿Qué demonios hacía con su vida y con la de su hijo?

— Akashi-san, le llaman de- — La mucama fue interrumpida por un movimiento de la mano de Masaomi, quien habló sin voltear a ver a la mujer—.

— Llama a Seijuuro y al chico que le acompaña. También cancela todas las reuniones que tenía pendientes para hoy.

— Entendido.

Estaba decidido a arreglar su relación con su hijo y con su, al parecer, nuevo yerno. Ya había cometido demasiados errores en los diecisiete años que tenía Seijuuro, no iba a arruinarlo más de lo que estaba. Le dejaría ser feliz, aunque fuera de una forma que no se hubiera imaginado nunca.

Los pasos de dos personas resonaron en el pasillo, hasta verse acabados detrás del sillón donde estaba sentado. Aún podía sentirse la respiración algo agitada por el llanto del castaño, al igual que la respiración pesada y cargada de enojo de su hijo.

— Si piensas decirle a Kouki lo que me has dicho a mí, déjame decirte que-

— Los apruebo, Seijuuro.

El pasmo se pudo notar en la respiración y el cuerpo de Seijuuro, era obvio que no se esperaba eso en lo absoluto. Su padre les había rechazado hace sólo unos minutos, ¿Ahora los aprobaba tan a la ligera? ¿Acaso alguien le había amenazado para decir eso?

— ¿Hablas en serio?

— Lo hago. Estuve pensando y… lo mereces. Debo ser sincero en que fui un completo bastardo desde que tu madre murió, que no te dejé disfrutar como posiblemente querías y te impuse demasiada presión en mis propios y egoístas ideales. Entiendo que ahora mismo me odies, pero no quiero que me acumules más odio sólo por rechazar tu relación. — paró un momento lo que estaba diciendo para voltear a ver a la pareja, que estaban demasiado sorprendidos con lo que estaban escuchando— Aunque tardaré un poco en asimilarlo, dado que fue algo que me dijiste de repente y sin preparación alguna, haré el intento. Quiero comenzar de nuevo contigo, hijo, y esta me parece la oportunidad perfecta para hacerlo.

— Yo… no sé si creerte.

— Lo entiendo, pero-

— No sé si creerte, pero lo haré únicamente porque esto es lo que Kouki quiere: Tu aprobación. Si no fuera por él hubiera mantenido nuestra relación lejos de tu saber hasta nuestro matrimonio.

— ¿Ya están planeando un matrimonio? — preguntó, mirando al castaño que temblaba en nerviosismo y estaba sonrojado hasta las orejas—.

— S-Sí, Akashi-san… ¡No sabía que se lo diríamos tan pronto! A-Ah… — La mano del pelirrojo se posó con suavidad en la espalda del nervioso adolescente, indicándole en un gesto cariñoso que todo estaba bien, que no se debía preocupar. Kouki correspondió el gesto con una sonrisa— Yo sólo quería que lo supiera formalmente y pudiera aprobarme, aunque la noticia del matrimonio estuvo de más. — El castaño acribilló con la mirada a Seijuuro, en una acción burlona y confiada que se daba la libertad de hacer luego de casi año y medio de relación. El Akashi menor alzó sus hombros con una sonrisa, casi diciendo «Me declaro culpable y no me importa»—.

— El hecho es que, ahora que aceptaste a Kouki, no tengo que preocuparme por el ruido que hagamos, ¿Cierto?

— ¡Sei!

— No vayas tan rápido, Seijuuro. Los acepté, pero ese es un tema aparte que me niego a discutir ahora: Apenas estoy procesando todo esto. Lo único que importa ahora es que me daré un tiempo para conocer mejor a Kouki, pero te puedo asegurar que no volveré a ser el bastardo que era antes.

— Nadie cambia de la noche a la mañana.

— Los humanos son seres que se adaptan a la situación.

Seijuuro suspiró, acariciando sus cabellos color carmín con rendición. Tomó la mano de su novio, mirando a su padre seriamente.

— Nos apoyarás en todo, ¿Cierto?

— Ya les dije que sí.

— Bien, porque planeo irme a Tokio.

—… Bien, eso no me lo esperaba. — Masaomi calló unos momentos, intentando asimilar lo que se le había acabado de decir. Le tomó por sorpresa, tiene que ser sincero— Si así lo quieres, no me interpondré. Te compraré una casa para que vivas con Kouki allá, pero dime, ¿Qué planeas hacer con Rakuzan? ¿Y con el equipo de básquetbol?

— Ya lo hablé con los chicos, lo aceptaron aunque… Reo dramatizó un poco.

Su padre asintió, en una aprobación silenciosa. Se levantó de donde estaba sentado y se acercó a su hijo y yerno, poniendo su mano en el hombro del castaño quien respingó ante el repentino contacto. Miró fijamente a los ojos castaños del chico, para después sonreír con sutileza.

— No quiero nietos tan pronto. — bromeó, ante la mirada incrédula de su hijo—.

— Padre, si te refieres a lo que yo creo, no es posible.

— Nadie sabe, puede que lo sea y no sepamos.

— De serlo Shintarō tendría más hijos de los que pudiera mantener…

Masaomi se vio sorprendido ante esa revelación. ¿Acaso más de los antiguos compañeros de su hijo siguieron sus pasos? ¿En especial Shintarō, quien era tan recto y educado? En definitiva se había perdido de mucho por haberse distanciado de su hijo.

Pero ya no pasaría, no volvería a ser un mal padre. Apoyaría a Seijuuro, no volvería a ser un idiota.

Notas finales:

Y... ¡BOOM! Pueden tirarme piedras por poner en peligro la naturaleza. (?)

Yo amo desafiar el orden natural de las cosas, me declaro culpable :v /

Espero que te haya gustado Sei <3

Nos vemos, byes~ -Se va rodando-


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