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El verdadero sentir por Miaulaugh

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Notas del fanfic:

Es mi primer fic, así que decidí hacerlo de un personaje que amo con mi vida: Scott. (Spoiler) ¿Por qué tuvo que morir? 

Si quieren leer más de mis obras (que son propias, de hecho casi no escribo fics) entren aquí: 

http://miaulaugh.blogspot.mx/

Sin más qué agregar, espero que les guste. 

 

Los días pasan rápido, casi como un rayo. Los sentimientos cambian, y algunos se deterioran. ¿Hay alguna solución para eso, para evitar que aquellas personas que amamos nos dejen de amar o para no dejar de sentir ese sentimiento de amor por las personas que creías amar?

 

Patch meditaba acerca de ello mientras caminaba por el oscuro bosque. Apenas había dejado la casa de Nora, pero caminaba sin saber a dónde ir. Últimamente se había sentido extraño, y es que ya no sentía lo mismo por Nora que cuando la miró por primera vez.

 

En aquel tiempo sentía la forma en que sus pensamientos se desequilibraban al estar ella cerca; su sola presencia lo volvía loco. No sentía físicamente, pero sentía una gran excitación y felicidad al sólo ver su angelical rostro, al poder tocar su suave cabello castaño, casi rojizo.

 

Y ahora, ahora simplemente sentía una extraña turbación al besarla, como si no pudiera sentir nada más que duda por lo que sentía. ¿Qué le había pasado? Si antes estaba totalmente seguro de que la amaba con todo su ser, de que moriría por ella. Quizás actualmente la quería, le tenía cariño a la chica, pero no como para seguir en aquella farsa.

 

¿Qué debería hacer?

 

Con desgana se sentó frente al tronco de un árbol, recargando su espalda en este y suspirando con cansancio. El asunto lo tenía emocionalmente agotado. No quería herirla, no cuando parecía que todo estaba mejorando entre ambos. Ya no parecía haber ningún peligro que los pudiera separar o ningún tercero. Marcie Millar ya se había resignado a no tener nada con él y Vee nunca se ensañó con él como para querer separarlos, aunque seguramente sí le comentó algo a Nora respecto a él.

 

Sin embargo, Patch olvidaba un pequeño detalle: Scott. Ese tipo siempre estaba a su alrededor, procurando su atención, comportándose como si pudiera reemplazarlo. ¡Como lo odiaba!

 

Cuando lo veía sentía cierta inquietud y un pequeño cosquilleo en sus pensamientos, lo cual lo relacionaba con el odio, no queriendo admitir que podía sentir por lo menos un poco de aprecio por él. No quería que le agradara, no quería que se acercara a Nora, esto por alguna extraña razón que aún no lograba descifrar.

 

Volvió a suspirar, y en ese momento escuchó el sonido de una rama al ser pisada. Al parecer tenía compañía, pero no se inmutó, ni siquiera trató de adivinar quién o qué se atrevía a molestarle en ese momento tan crítico en su existencia. Por lo contrario, cerró sus ojos y posó sus manos detrás de su nuca mientras recargaba su peso en la madera.

 

Pasó un momento antes de que volviera a escucharse algo, y lo siguiente que sonó en aquella helada noche fue la voz de Patch.

 

—Sé que estás ahí, así que sal —dijo sin abrir siquiera los ojos. Sentía esa extrañamente familiar presencia cerca, y no le inspiraba demasiada confianza.

 

Escuchó unos pasos quedos acercarse hacia él. Apenas se escuchaban, como si no quisiera llamar demasiado la atención. Abrió los ojos y sintió que sus pensamientos se revolvían. ¿Qué hacía él ahí?

 

—¿Qué quieres aquí? —le preguntó Patch al nefilim parado frente a él.

 

—Estaba observándote para tratar de averiguar qué es lo que tramabas —le contestó aquel.

 

—¿Qué es lo que tramaba yo? —cuestionó con el ceño fruncido.

 

—Hace días me dijo Nora que te estabas comportando extraño —explicó —. ¿Alguna razón?

 

Patch se levantó y se plantó frente a él con la cabeza en alto, aun cuando aquel nefilim fuera más alto.

 

—No es asunto tuyo —soltó cruzándose de brazos.

 

—Ella es mi amiga —dijo —, me importa lo que le pase, y el que tú estés comportándote como un idiota es un asunto que no pienso pasar por alto, no cuando ella te eligió a ti sobre mí.

 

—¿Celoso? —inquirió con sorna. Sobre sus labios se formó una sonrisa. Colocó sus manos sobre sus bolsillos despreocupadamente.

 

—¿Yo?, ¿de un idiota como tú? —inquirió con molestia.

 

—Recuerda, este idiota tiene lo que tú no —reiteró sin dejar de sonreír.

 

—Ya ni siquiera siento más que aprecio por ella —sentenció —, sólo quiero protegerla como lo haría un hermano, protegerla de tipos como tú.

 

—¿De verdad? Es una lástima que ella me ame, ¿no?

 

—Sólo estás jugando, ¿no es cierto? Eres un asco —expuso enojado.

 

—¿Yo un asco? —frunció el ceño sin dejar de burlarse. ¡Cómo le encantaba provocarlo!

 

—Es inútil hablar contigo —musitó cruzándose de brazos.

 

—Tú eres inútil —le dijo riendo un poco —. De todas formas, si quieres saber por qué me comporto así, entonces te lo diré.

 

—¿En serio? —se extrañó el rubio de sus palabras. En realidad nunca pensó lograr hacerlo hablar.

 

—Claro —contestó el otro —, pero toda información tiene un precio —agregó.

 

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó Scott con perspicacia. Por alguna razón, aquello no le auguraba demasiada confianza.

 

—Quiero probar algo —contestó con una sonrisa inocente en el rostro; sonrisa falsa, por cierto.

 

—Bien, sea lo que sea, adelante —dijo arqueando la ceja —. Golpéame o tortúrame, desata tu frustración conmigo.

 

—Perfecto —sonrió Patch con malicia.

 

Sin que Scott pudiera verlo venir, se acercó a él y lo besó. Al principio simplemente se sentían los helados labios del otro, y Patch sólo había querido molestarlo, pero aquella sensación no le desagradaba como creyó que lo haría.

 

El primer instinto de Scott fue alejarlo con brusquedad de su cuerpo, limpiando sus labios con el torso de su brazo como si hubiera probado algo desagradable.

 

—¿Qué es mierda que te pasa, Cipriano? —le gritó con enojo en su voz, pero con su rostro sonrojado.

 

—Te dije que quería probar algo, ¿no? Y tu ofreciste tu cuerpo, así que no es mi culpa que no aguantes un simple roce. ¿Nunca te habían besado antes? Niñato —bufó.

 

Se quedaron en silencio un momento, simplemente mirándose a los ojos, preguntándose en qué pensaría el otro.

 

—¿En qué piensas, Scott? —preguntó remarcando su nombre. Nunca lo había llamado por su nombre, lo cual se escuchaba un poco extraño viniendo de él.

 

—En que eres un imbécil. Sabía que no debí confiar en ti para cuidar a Nora. No la mereces.

 

—Yo sé que no —observó sonriendo un poco.

 

—¿Y por qué insististe, en primer lugar, en quedarte con ella cuando yo podría haberla hecho más…?

 

Patch lo interrumpió con otro beso. Nunca pensó hacer aquello con aquel ser a quien juraba odiar. Quizás no lo odiaba, tal vez siempre había querido camuflar sus sentimientos con otros totalmente diferentes para no romper la burbuja en el que él y Nora se encontraban cuando lo conoció.

 

Scott trató de alejarlo, pero el ángel caído era realmente fuerte, quizá más que él. Sintió una mano acariciar su cabello y a una lengua ajena entrar a su boca. Llevó sus manos hacia el pecho de Patch y trató de empujarlo, con el fin de alejarlo, inútilmente.

 

Fue en ese momento en el que, sin pensar demasiado en lo que hacía, Patch llevó una de sus manos a la entrepierna del rubio. Al sentir el contacto, Scott dio un respingo y por fin logró alejar a otro de su cuerpo, rompiendo el beso.

 

—¿Ya te hartaste de esperar a que Nora se te entregue por completo? Maldito enfermo —murmuró con molestia, pero aquella acusación no podía tomarse en serio con aquel rostro tan lleno de vergüenza.

 

—Mira quien habla, con sólo un beso ya te pones duro —expuso el moreno sintiéndose un poco acalorado.

 

Scott sólo bajó la mirada mientras sentía un poco apretado su pantalón.

 

—Acércate —le llamó Patch —, te ayudaré con tu asunto de ahí abajo —dijo con un señalamiento de cabeza.

 

—Ni de broma —alegó alejándose algunos pasos.

 

—Será peor si lo dejas así —murmuró encogiéndose de hombros.

 

Sin saber qué hacer, respiró hondo.

 

En ese momento el ángel se acercó hacia él y se arrodilló delante de él. Lo miraba con cierto descaro y un poco de perversión; sin embargo, no se resistió más. ¿Desde cuándo se conseguía una mamada gratis?

 

Patch bajó el cierre de su pantalón y bajó la prenda junto con la ropa interior. El tamaño de la erección era considerable, y le causó una impresión un tanto acogedora. Comenzó con lentitud, lamiendo la punta del miembro suavemente, tratando de provocar al otro.

 

Scott se impacientaba de la tardanza con la que lo hacía. Sentía que con un solo roce de su lengua podía eyacular ahí mismo. Fue entonces que el moreno se metió todo su miembro en su boca, haciéndolo estremecer de placer. Soltó un gemido, con lo cual el otro rio desde abajo, pero no se detuvo, al contrario, aumentó su ritmo.

 

El rubio tenía la vista cegada de placer. ¿Cómo es que era tan bueno en eso? ¿Es que ya lo había hecho antes? Era probable, dado que tenía muchos años viviendo en la tierra, y seguramente la tentación había podido con él. Por el momento de olvidó de por qué estaba ahí y se dejó llevar.

 

Cuando ya iba a llegar al orgasmo, Patch paró y se levantó para besarlo en la boca. En su saliva sintió un extraño sabor, pero supo que era el sabor de la excitación.

 

Acto seguido, el ángel comenzó a masturbarlo con su mano mientras lo besaba ardientemente, llevándolo a un abismo de placer del que no quería salir nunca. Esa sensación lo llenó cuando eyaculó en la mano del otro, quien no lo dejó de besar después de haber sentido aquel líquido sobre sus dedos.

 

—Que rápido —murmuró Patch sobre sus labios.

 

—No lo fue tanto —contraatacó el otro alejándose de él para subir sus pantalones.

 

—Pudiste haber durado más —le dijo posando sus manos de nuevo sobre sus bolsillo, no sin antes limpiar el semen de Scott sobre la camisa de éste.

 

—En realidad es la primera vez que alguien me hace eso —susurró avergonzado.

 

Patch rio con fuerza ante la declaración del otro.

 

—¿En serio? Me lo imaginé. Ni-ña-to.

 

—De todas formas —cambió de tema sintiendo su rostro arder —, no me has dicho por qué actúas de esa forma con Nora, aunque viendo lo que pasó, me lo puedo imaginar. Así que tu pene apunta hacia el otro lado, ¿eh? —quiso burlarse.

 

—En realidad es la primera vez que le hago eso a un hombre, y al parecer no me salió tan mal —afirmó encogiéndose de hombros, restándole importancia.

 

El otro se sonrojo furiosamente ante tal declaración.

 

—Y también es la primera vez que siento algo por un hombre —dijo desviando su mirada.

 

—¿Tú…?

 

—No estoy enamorado de ti, idiota —lo interrumpió impacientemente —, pero no me molestaría besarte por el resto de la noche.

 

Así que se acercó a él y lo besó de nuevo, esta vez más suavemente, posando una de sus manos en las caderas ajenas y otra en su rostro, acariciándolo levemente.

 

—No puede ser —susurró alejándose de Patch.

 

—¿Qué?, ¿tanto te afectó mi declaración? —inquirió con una sonrisa.

 

—No, hay otro asunto ahí abajo —le informó con vergüenza.

 

El ángel caído sonrió y volvió a besarlo, sabiendo que esa noche habría más que sólo caricias y besos, quizás habría más que sólo sexo. 

Notas finales:

Pues espero que les haya gustado. Disfruté mucho escribiendo esto (literalmente 7u7). Y ya saben, si quieren leer más de mis escritos, etren al link de abajo. Apenas voy comenzado con el blogg, pero me gustaría tener más visitas. No es precisamente yaoi, pero en un futuro habrá, garantizado.

http://miaulaugh.blogspot.mx/

 

Gracias, chicas y chicos, por leer mi fic. Son un amor. 

Hasta otra. 


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