Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Avengers por Mr Rogers Stark

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes pertenecen a la franquicia de comics Marvel. Todo contenido referente a su personalidad, gestos, interpretaciones, información general ha sido proporcionado por las películas y comics –especialmente por las películas–. La idea de la historia es una creación original, una interpretación y sutil modificación para satisfacer la diversión –y capricho– de un autor aburrido (?).Porque de haber sido dueño de los personajes, el Capitán hubiera amado –y manoseado– a Tony desde el primer día. Si, a la mierda la paciencia.

Título: Avengers

Pareja Principal: Stony { Steven Grant Rogers | Anthony Edward Stark }

Aclaraciones:

—Diálogos—

Diálogos J.A.R.V.I.S.—

Pensamiento de los personajes

Intervenciones y aclaraciones

« Recuerdos »

[…] Aclaraciones del autor

Género: Humor | Romance | Acción | Aventura | Drama | Familia

Ranting: T+

Summary Completo: Porque la historia siempre es la misma, sin importar el tiempo, el lugar y las variantes. Porque quienes están destinados a encontrarse, lo harán sin importar las circunstancias. Porque las decisiones cambian, pero el camino es el mismo, el final será siempre el mismo.

Porque, aunque ya conozcas una de las tantas posibilidades, los Avengers nacieron para encontrarse en todas las formas posibles. Porque este es uno de esos tantos mundos que parecen contar lo mismo, pero a un ritmo diferente, a unas circunstancias deferentes, a tiempos diferentes.

Solo es cuestión de adaptarse.

Notas del capitulo:

Comentarios: Bueno, lo sé, lo sé. Tengo dos fics a los que debo actualizar. Tengo mucho que escribir y acá estoy, volviendo con una nueva historia que, de ser honesto, seguramente sea demasiado larga. Muy, muy larga. Pero, en mi defensa, hay una apuesta que debía cumplir. Una pequeña larva que, aprovechándose de mi semi inconsciencia en medio del sueño, me aposto una actualización. Que este aquí es obvio quien perdió ¿cierto?

ShimizuBlack, pequeña larva, espero te guste el capítulo. Es todo tuyo.

Maybe suba el primer capítulo entre hoy y mañana. Estará entre mis intentos de hoy, de esos intentos que están más cerca de ser que de no ser.

Preámbulo

[—]

Con su rápida entrada, sin siquiera pensar en las consecuencias de sus acciones, la música de Back in Black se vio súbitamente cortada a su paso. La mirada aun fija entre los papeles que revisaba, sin siquiera fijarse realmente a su alrededor, avanzo por el desorganizado taller que tan bien conocía y recorría diariamente, uno al que ya estaba adecuada, pudiendo esquivar las herramientas y piezas sin errar. Virginia Pepper Potts sonrió de medio lado al visualizar al hombre que había estado buscando en el escritorio más alejado del lugar, entre herramientas y piezas que darían inicio a su nuevo proyecto, que estaba segura no sería parte de su trabajo real, pero que sin embargo no le genero replicarle; sabía que ese hombre tenía sus tiempos para todo. Aun así, deteniéndose a solo unos pasos de distancia, espero hasta que su presencia finalmente fuera tomada en cuenta.

Carraspeo.

—¿Por qué bajo la música, Miss Potts?— fueron las primeras palabras que se le dirigieron sin una mirada que pudiera permitirle ver las gemas chocolates de las que el castaño era poseedor —. ¿Algo que me quiera decir? Tengo cosas por hacer, si pudiera ponerme la música de nuevo… Subir el volumen. J.A.R.—

—Tengo noticias importantes, Mr. Stark— cortando su monologo finalmente comenzó con lo que la había llevado hasta el lugar, observando entre sus manos las notas que había hecho —. Tenía una reunión hoy en la mañana, a la cual no asistió,…—

—Tenía trabajo, era aburrida, ya leí los archivos—

—…la tendrá nuevamente el lunes a las 8 a.m. Por favor no se retrase, ni falte, es importante— continuo sin escucharle —. El Coronel llamo, dice ser urgente. Está viniendo dentro de dos horas— agrego mientras anotaba sobre los papeles que tenía en manos.

—No estoy—

—También, un reporte del Proyecto Captain— sonriendo levemente, la mujer sintió que finalmente tenía toda la atención del hombre cuando este dejo sus herramientas a un lado —. Lo han encontrado—

Y por primera vez desde que entro en el taller, el joven hombre de castaños cabellos tuvo la decencia de verla directamente a los ojos. Y no tuvo que preguntar, ni siquiera confirmar, con solo ver la mirada decidida de Tony Stark, había comenzado a marcar los números necesarios para cancelar las próximas reuniones y preparar el avión que los transportarían hacia el Ártico.

[—]

El frio, la sensación de escalofrió perpetua, que los envolvía desde que bajaron del avión pareció acentuarse, profundizarse cuando finalmente llegaron a la base central, a la habitación principal donde Stark había estado esperando llegar con una marcada mueca entre sus labios. Para Pepper no le fue difícil notar, comprender y descifrar la expresión que tenía su jefe durante todo el camino; la ansiedad mal disimulada, la expectativa y emoción que se dejaban ver por los gestos nerviosos, por su inquietud, por sus ojos danzando irregularmente por todo su alrededor. La rubia, luego de mucho tiempo, pudo ver finalmente a su Jefe, y amigo de años, completamente nervioso y ansioso, como si estuviera a solo unos instantes de conocer a ese gran ídolo que durante años mantuvo en un pedestal. Pero, y sin embargo, la inquietud y la duda la embargo; conocía al hombre desde su adolescencia, desde esas épocas en las que, aun cursando la universidad, ese sujeto se le plantaba ante cualquier figura sin muestra de duda o nerviosismo. El mismo sujeto que conoció a los integrantes de su grupo favorita, AC/DC, y que ni siquiera se mostró nervioso cuando les invito un trago para pasar una larga noche en un bar reservado únicamente para la ocasión.

Pero ahora estaba ahí, Tony Stark ocultando su nerviosismo al ingresar a la cámara helada, ignorando olímpicamente el escalofrió que recorrió su cuerpo por la súbita disminución de la -ya de por si- baja temperatura. Aun con los abrigos, elegantes y reconfortantes que portaban para la ocasión, el frio parecía traspasar la gruesa tela hasta la delicada piel, calando por su cuerpo lentamente, robándoles el aliento en medio de un temblor que intentaban disimular. El castaño no se molestó en la incómoda sensación que el lugar generaba, avanzando entre los hombres que le habían estado esperando, sin apartar la mirada del primer objeto de su interés; el único por el que se había movido de la agradable temperatura de Malibú hasta el mismo Ártico.

—Mr. Stark, bienvenido— con una sonrisa ocultándose detrás de sus ropas, uno de los hombres se acercó con fingida seguridad hasta el millonario, detallado con rapidez por la asistente —. Es un gran placer tenerlo aquí, que haya llegado tan rápido y me permitiera… nos permitiera ser parte de todo esto— finalmente mostrando el nerviosismo que le producía estar frente al hombre impulsor de todo lo que le rodeaba, sus intenciones de estrecharle la mano se vieron destruidas al verle pasarle de largo directo al centro de la habitación.

—Gracias por recibirnos, Dr. Markovic— Pepper, conociendo la actitud de su Jefe, se adelantó hacia el hombre para estrechar la mano que había mantenido extendida. Sus ojos, siendo solo una de las pocas partes visibles de su rostro, examinaron rápidamente el lugar antes de proceder —. ¿Qué es exactamente todo lo que encontraron?—

—Puede llamarme Anton, Miss— carraspeando, sin apartar la mirada del millonario, relajando su postura para poder proceder con el discurso que había estado practicando —. Nos costó bastante extraerlo de la nieve, sin contar que, bueno, él no estaba en óptimas condiciones para ser extraído con seguridad. Aunque lo logramos— aclaro con rapidez, sintiendo finalmente la mirada del castaño sobre él. Dudo —. Aún no hemos procedido a hacer algo más allá que movilizarlo, Mr. Stark, sin saber exactamente su condición o las consecuencias que puedan acarrear su… postura. Bueno—

—¿Cuáles son los planes para extraerlo?— hablando al fin, la mayoría de los hombres presentes se encogieron de hombros por la sorpresa y expectativa. Tony no se había dirigido a nadie en especial, demasiado interesado en detallar lo que, a simple vista, no parecía más que un gran cubo de hielo del tamaño de una persona recostado sobre una base de metal sólido. Pero aun a pesar de la no tan amplia luminosidad de la cámara, especialmente por las tardías horas a las que habían llegado, podía notar la figura uniforme que se encontraba en el hielo. Azul, rojo, blanco. Su corazón, imperceptible para muchos, no había dejado de palpitar agitado por lo que tenía en frente —. Entonces, ¿señores?—

—Sacar las capas más gruesas de hielo— el más cercano al castaño, con voz nerviosa, se había atrevido finalmente a notificar los planes que se habían estado comentando hasta su llegada —. Especialmente para conocer su estado, su consciencia. Aún existe la posibilidad de que no esté… vivo, Mr.—

—¿Encontraron algo más con él?— Tony, ocultando la sutil mueca que la perspectiva le había producido, se atrevió finalmente a rozar con su mano cubierta la fría superficie que lo separaba del hombre en el interior. Hombre que se le había estado buscando por años, muchos años.

—Lo encontramos en una nave. Solo eso—

—Muy bien— separándose al fin, acomodando su ropa mientras volvía por el mismo camino que lo había llevado hasta el centro de la habitación —. Esto es lo que se hará. Todo lo que se encontró a su alrededor será transportado a Stark Industries lo más pronto posible, Miss Potts organizara todo lo necesario. En cuanto a él— volviendo su mirada al gran cubo de hielo, ocultando la duda que por su mente pasaba tan rápido como un rayo —… prepárenlo, sin errores, para ser llevado a las instalaciones principales. Quiero a sus mejores hombres, Dr. Markovic, incluyéndolo, acompañando el cargamento. Solo extraigan lo necesario, será completamente extraído en un ambiente controlado— sin volver a mirar a nadie en particular, o esperar alguna afirmación, paso a un lado de su asistente, quien ya parecía anotar y teclear en su teléfono —. Sin errores, caballeros. A trabajar, partimos en dos horas—

[—]

—Así que lo has encontrado—

Levantando su vista de las hojas sobre su escritorio, vio entrar a su despacho al único hombre que no esperaba ver en esas horas de la mañana. Con su gran porte, con ese paso seguro y falto de vergüenza al haber entrado a una oficina, privada, sin haberse presentado antes y por segundos, cortos e insignificantes, sintió la desagradable sensación de verse expuesto ante aquel único ojo que le analizaba a la distancia. Detrás de su inesperado invitado una de las recepcionistas venía con intenciones de detenerlo, o disculparse, pero solo hizo un gesto para que se calmara, centrándose en quien tenía de frente. Nicholas Nick Fury era un sujeto que no valía tomarlo a la ligera, aunque tampoco era buena opción mostrarle demasiada importancia; no era alguien de fiar, por muchas buenas intenciones que pudiera aparentar, Tony tenia bien presente que sus palabras podían ser la soga que el mismo enrollara en su cuello.

—Lo encontré, sí. Mi destornillador favorito estuvo desaparecido durante una semana ¡Si supieras lo que sufrí, tío Nick!— exclamo con un puchero al acomodarse en el respaldo de su gran silla, sonriendo ante la mueca de molestia que el hombre le dirigió. No era estúpido, no estaba dispuesto a soltar más información de la necesaria —. Pero no necesitabas preocuparte, Pepper ya lo encontró. Esa mujer es fantástica ¿no crees? Ni la C.I.A. pudo encontrarlo. Y ella va, entra a mi taller y ¡boom! Mi destornillador. Debería aumentarle el—

—Sabes de lo que hablo Anthony—

Bufo, cortando el interminable monologo de pensamientos que llegaban como vorágine por sus labios, inclinando apenas su cabeza para mirar con atención al hombre que, ahora sentado frente a él, parecía analizarlo de la misma forma. Minutos transcurrieron, sin alguno soltar palabra, sin dejar de mirarse con detenimiento. Tony volvió a bufar. Conocía al hombre, ¿Cómo no hacerlo? Durante años pasando por su casa, con el mismo porte, con la misma analítica mirada, con la misma fachada que gritaba peligro en todo su esplendor. Y si algo le enseño el verlo durante toda su infancia es que ese hombre no era de fiar, no era el depósito correcto para soltar la lengua más de lo estrictamente necesario, que si dependiera de su vida era mejor guardar el último de los secretos en el rincón más oscuro de su mente. ¿Cómo su padre pudo confiar en él?

—¿Qué ha estado haciendo tu empresa en el Ártico, Stark?— directo al punto, el hombre no espero mucho más para ahondar en el tema que lo había llevado hasta ese lugar.

—Extendernos. Ya sabes, expandir los horizontes— sin mirarlo, tomando los papeles que había estado leyendo para apartarlos sutilmente de la vista de su acompañante. Era un grandioso momento para agradecer el uso de códigos en los informes que se le eran enviados sobre su principal proyecto.

—¿En medio de Ártico, sin civilización asentada?—

—Soy visionario— contesto con la misma seguridad que le caracterizaba, haciendo caso omiso al tono irónico con el que fue cuestionado —. ¿Viniste solo? ¿Sin esos agentesr10;asesinos que siempre te acompañan?— con una rápida mirada a su alrededor, realmente tuvo en mente mejorar los mecanismos de seguridad.

—Tienes visiones bastante interesantes— al igual que el castaño, Nick ignoro el cambio de tema de su ahijado mientras se paraba de su lugar —. ¿Nada que quieras mencionar?— volvió a cuestionar mientras se inclinaba sobre el escritorio, deteniendo los intentos de Tony por alejar las hojas que había estado leyendo —. Tu proyecto Captain parece importante ¿algo en especial?—

—Una nueva arma, me gusta ser original en los nombres— sin apartar la mirada o soltar los papeles, sonrió con fingida diversión —. ¿Algo más?—

—Muy original—

[—]

—¿Estás seguro de esto, Tony?— con la inseguridad filtrándose por su voz, Pepper siguió el camino que el castaño marcaba hacia las instalaciones subterráneas de la sede central de Stark Industries.

—Ahm. Decir seguro, seguro, pues no— mirando a la mujer por sobre su hombro, sonriendo ante la mueca, no detuvo el apresurado paso que había mantenido —. Relájate Pepper, todo saldrá bien—

—¿Cómo estás tan seguro?—

—Soy Tony Stark— pero, aun así, la mujer pudo percibir la inseguridad oculta tras sus palabras —. ¿Qué es lo peor que pueda pasar? Tal vez intente golpearnos o se desmaye. Demonios, en serio prefiero el golpe— con una risa bullendo por sus labios, nerviosa y ansiosa, acomodo los oscuros lentes que traía puestos.

—Pues el golpe será tuyo—

—¿Qué tan divertido crees que sea si se desmaya?— abriendo la puerta de su destino, dejo pasar a la mujer que lo había estado acompañando durante todo el recorrido, sonriendo burlonamente.

[—]

Contuvo el aliento, tensándose en su lugar sin poder creer o procesar lo que sus ojos estaban observando. Por su mente miles de pensamientos e imágenes pasaban desmedidamente sin filtros, sin la suficiente claridad como para permitir que escaparan de sus labios, a pesar de mantenerlo entreabiertos, ansiosos por soltar las palabras que su sistema desesperadamente ansiaba dar lugar. Sus ojos detallaron al hombre que tenia de frente con ansiedad, nerviosismo y emoción difícil de disimular; cual niño en navidad se movía en su lugar de forma nerviosa, sus dedos temblando para formar puños en un intento de reprimir las sensaciones, la euforia que le invadía y no parecía dar muestra fehaciente de ella. Sabía las miradas que estaba sobre él, incluyendo la de su observado, pero no le importaba, no podría importarle menos. No cuando podía detallar perfectamente a quien tenía en frente, a quien había estado buscando, a quien solo creyó una leyenda, un personaje más de los cuentos que su abuelo solía contarle noche tras noche. Pero no, como un Stark impulsado por el deseo de hacer posible lo imposible, se había lanzado a la búsqueda como su abuelo, como su padre y había triunfado.

Había encontrado lo que sus antecesores solo soñaron.

—¿Quién es usted?—

—Bienvenido al futuro, Capitán América— con una amplia sonrisa entre sus labios, ocultando la emoción de sus ojos tras los lentes de sol innecesarios en la habitación, sintió el regocijo de un triunfo más, una victoria personal, un objetivo concluido que solo podía demostrarle, incansablemente, de lo que era capaz.

Porque frente a él, aun mirándole con desconcierto e inseguridad, estaba la representación de un buen americano, el ejemplo a seguir de muchos norteamericanos que solo pueden encontrarlo en sus fantasías e imágenes al azar. Pero ahí estaba él, Anthony Edward Stark, frente a todos los modelos, frente a leyenda, al hombre que daba vida a muchos ideales que marcaban la sociedad.

Porque ante la confusa mirada de Steven Gran Rogers, aka Capitán América, Tony se regocijo en sus propios logros. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).