Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi corazón es tuyo y el tuyo mi razón de vivir por ANGEL DEL SOL

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holiss a todos, como han estado? espero que muy bien

Bueno aqui les traigo un nuevo capitulo y penultimo dentro de esta historia. Espero que les guste ya que me e esforzado mucho en que haya quedado todo claro para que entender por completo la historia. 

JJjeje bueno los dejo y nos leemos al final.

 

Capítulo 5

 

Tras escuchar aquellas palabras de Kiyoshi en el auto no supe que decir o cómo reaccionar, durante todo el trascurso desde el aeropuerto hasta el hospital el silencio se apodero de nosotros. Kiyoshi no parecía querer decirme más y yo no me sentía con el derecho de preguntarle.

 

Cuando llegamos al hospital toda su familia ya estaba ahí. El semblante de Akira-san estaba devastado, Kei no dejaba de llorar en los brazos de su madre y Demian solo se encontraba sentado en un rincón con la cabeza agachada. Al entrar y percibir aquella aura comencé a prepararme para lo peor. Pude sentir como si me faltara el aire y mi cuerpo más pesado con cada paso que daba hacia Akira-san para preguntar qué había sucedido. No quería entrar, pero al mismo tiempo me impacientaba por hacerlo.

 

Sin darme cuenta por estar en mis pensamientos, Kiyoshi se me adelanto y llego primero. Me quede parado a una distancia corta por la incertidumbre de cómo reaccionarían al verme, y solo pude ver como Akira-san le dio una mirada triste a Kiyoshi; negaba algo con su cabeza lleno de desesperación, para después ser abrazado por él. El rostro de Kiyoshi aún continuaba inexpresivo, a simple vista pareciera que no sentía nada en estos momentos; pero si observabas con atención, su mirada estaba completamente perdida en ese momento.

 

Con todo el coraje que pude adquirir en ese instante, camine a paso rápido para no retractarme de lo que iba a hacer. Sabía que si lo pensaba más terminaría yéndome y encerrando ese suceso como si no fuera  parte de el.

 

Llegue hasta ellos con un nudo en la garganta sin saber que decir y con mi vista en el suelo. Fue la primera vez que mantenía la mirada agachada ante alguien. Levante la vista con duda y Akira-san solo me miro con desconfianza sin decir nada. Aquella acción incito en mí que el sentimiento de culpabilidad aumentara, pero antes de que pudiera decir algo, Kiyoshi toco su hombro y esto provoco que su semblante cambiara. Me regalo una sincera sonrisa y se acercó con cuidado hasta mí para abrazarme dejándome completamente en shock. 

 

- Discúlpame Seijuro-kun.- hizo una pequeña pausa para separarme de sus brazos y mirarme a la cara tomándome de los hombros.- me imagino que tú también debes de estar cargando con mucho dolor ¿verdad?- esta vez me dio una sonrisa triste.- por favor ya no lo contengas más, recuerda que ahora somos familia.-  Al termino de sus palabras pude notar como su voz se quebraba. Me abrazo de nuevo y comencé a sentir como mi hombro se mojaba; tal vez por sus lágrimas. Sin saber cómo reaccionar ante aquella muestra de afecto, solo me quede de pie inmóvil por unos segundos procesando lo que estaba sucediendo.

 

Yo no esperaba esta muestra de empatía. Creí que al verme se abalanzaría sobre mí para gritarme y culparme por haberle hecho esto a su hijo, pero fue todo lo contrario. Me abrazo con ternura y delicadeza, como si fuera algún recipiente valioso y con cuidado de que no me destruyera. Pero eso ya no importaba, ya que yo ya me encontraba completamente despedazado por dentro.

 

- Ya no tienes que guardarlo Seijuro, solo déjalo salir.- Tras escuchar aquellas palabras dentro de esos cálidos brazos, pude sentir como aquel craqueado cristal frio que resguardaba mi corazón se rompía por completo. Ya no pude mantener mi mascara por más tiempo y solté de golpe todo mi dolor.

 

Me aferre a la espalda de Akira-san como un niño desesperado, e inunde mi rostro en su hombro. Llore, llore y llore todo el dolor, toda la impotencia y toda la desesperación que había estado guardando por años. Me sentía como aquella vez cuando tenía 12 años; débil, vulnerable y lleno de culpa.

 

- Lo siento.- dije por primera vez entre llanto.- Lo siento, yo no quería esto.- Intentaba hablar lo más claro que podía, pero el llanto incontrolable que tenía en esos momentos no me lo permitía.- Lo siento.- lance esta vez un grito ahogado más para mí que para los presentes.

 

Aquellas disculpas no eran solo para mi madre, Kouki y aquel pequeño; si no también para mí mismo. Me pedía disculpas a mí mismo por haberme destruido de esta manera, por haber encerrado mi corazón en aquel hielo por años hasta el grado en el que ahora me encontraba. Antes no era capaz de entenderlo, pero todos mis actos solo me llevarían a un destino más lamentable, más oscuro, aun lugar en donde no habría un retorno para mí. Pero gracias a la bondad y amor de Kouki ahora lo había comprendido, solo que tal vez ya era demasiado tarde para poder hacer algo.  

 

Comencé a sentir como mis piernas flaqueaban y me aferre con más fuerza a Akira-san. Sin darme cuenta ambos ya nos encontramos en el suelo y con las miradas de todos sobre nosotros. Pero por primera vez en años no me importo. Tire todo a la mierda, no me interesaba lo que pensaran de mí. En ese momento no era un Akashi, solo era un niño que se sentía solo y tenía ganas de deshacerse de todo el dolor que sentía.

 

Después de algunos minutos pude sentir aquellas palmadas en la espalada que anhele toda mi vida, aquellas palmadas de apoyo y cariño de un padre; aunque no pertenecieran al mío, me hacían inmensamente feliz.

 

Cuando desahogue todo lo que mi cuerpo de permitió comencé a sentirme cansado. Cerré mis ojos que de seguro se encontraban rojo y tal vez hinchados por tanto llorar, pero eso no quito la gran sonrisa que puse en mi rostro antes de perder el conocimiento; porque en ese momento me sentía libre; libre y tranquilo.

.

.

Cuando desperté me sorprendí al encontrarme en un cuarto completamente extraño para mí, pero después de inspeccionarlo por completo, comprendí que estaba en una habitación del hospital. Cuando quise levantarme, note un pequeño bulto amarrado a mi brazo y al quitar las mantas, me encontré con Kei completamente dormido. Lo mire con recelo por encontrármelo de esta manera, pero decidí no tomarle mucha importancia; así que me moví con el mayor cuidado posible para no despertarlo, pero no funciono.

 

- ¿Ya te sientes mejor?- me pregunto más dormido que despierto. Yo lo mire de forma interrogativa y pude notar como tenía sus ojos rojos.

 

- Si, ya me siento mejor. Disculpa por el espectáculo.- Me levante de la cama con rapidez y busque mi saco con la intención de retirarme de aquel lugar.

 

- Veo que Kouki no termino de hacer que te abriera por completo con nosotros.- aquellas palabras detuvieron mis pasos y fije de nuevo mi vista en él. Kei tallo un poco sus ojos y se sentó en la cama.- Creí que después de haberte desahogado en el lobby ya no huirías mas.-

 

Esta vez no supe cómo reaccionar o que decir. Aquellos grandes ojos azules me miraban esperando una respuesta, pero no comprendía de qué estaba hablando. Al notar que no hice nada Kei salió de la cama y camino hacia mí.

 

- Lo siento.- me hablo abrazándome.- él tío Akira y Kiyoshi-san ya me han contado todo. Perdóname por haberte tratado tan mal todo el tiempo.-

 

¿De qué estaba hablando?, mi cabeza no podía comprender la razón de sus palabras o sus acciones. ¿Qué es lo que le habían contado de mi para que se disculpara? Sin saber cómo actuar ante tal situación solo deje que las cosas fluyeran.

 

Kei alejo su cuerpo de mí y me miro extrañado al ver mi rostro completamente confundido. Yo le sostuve la mirada y él no cambio su semblante durante unos segundos.

 

- ¿Acaso no estabas llorando por Kouki?- Me pregunto un poco confundido. Yo analice un poco la situación junto con los hechos y respondí sinceramente.

 

- Llore porque me encontraba cargando con muchas cosas, pero también ante la impotencia y culpa por su estado.- él tras escuchar mis palabras, solo dios unos pasos hacia atrás y me miro aún más confundido.

 

- ¿No te conto la verdad?- Su semblante se miraba triste. Yo no sabía que más decir, así que solo me quede en silencio y le di una mirada de incomodidad.

 

- No te dijo que él es...- Pero antes de que pudiera terminar la oración, la puerta de la habitación de abrió mostrando a Kiyoshi detrás de ella. Ambos volteamos a verlo y Kei camino hacia él un poco desesperado.

 

- Kiyoshi-san, Kouki no le dijo nada.- Le hablo al alto castaño tomándolo de la camisa. Él solo le dio una sonrisa forzada y acaricio su cabello con ternura.

 

- Vaya a la cafetería, Demian-san y los demás lo esperan para comer.- Kei me dio una mirada rápida para después salir de la habitación dejándonos solos. Nos quedamos ambos en silencio por un momento, hasta que Kiyoshi me dio una mirada indicándome que lo siguiera.

 

.

.

Cuando sus pasos se detuvieron llegamos a un gran jardín en la parte trasera del hospital, estaba demasiado alejado del edificio principal, tanto que tal vez podría perderme si no tuviera un buen sentido de orientación.

 

El lugar era enorme, aseguraría que si no tuviera aquel edificio detrás de mí, pensaría que nos encontrábamos en un bosque. Había flores por todos lados, grandes árboles rodeaban la zona central en donde nos encontrábamos; y como si de algo misterioso se tratara, en la parte central solo se encontraba un hermoso árbol de sakuras con un columpio completamente desgastado en el. El lugar parecía de cuentos; los alrededores de aquel hermosos árbol estaban despejados, y pereciera que los demás arboles lo rodeaban como si lo resguardaran o escondieran del mundo exterior.

 

Él camino hasta aquel hermoso árbol y coloco su mano izquierda en el tronco mirando hacia las hojas. Aunque aún no entrabamos por completo a la primavera, ya había pequeños brotes en el provocándote admirar su belleza.

 

- ¿Recuerdas este lugar?- me pregunto rompiendo el silencio y llamando mi atención. No comprendí su pregunta. Lo mire con el ceño un poco fruncido y él solo hizo un gesto de risa.- No lo estoy haciendo para molestarte. Si por mí fuera preferiría no mostrarte este sagrado lugar de nuevo, pero lo hago por él.-

 

¿Él?... ¿se refería a Kouki?....

 

- Kouki.- Dije su nombre en voz alta recobrando los recuerdos. Gire mi cuerpo con intenciones de regresar al hospital pero su voz me detuvo de nuevo.

 

- No pienso dejarte verlo si no me responder.- Regrese mi vista molesto hacia Kiyoshi y solo pude ver su espalda, ya que aún se encontraba frente al árbol con la mirada en el tronco.

 

- ¿Y se puede saber quién te crees tú como para impedirme algo a mí?- Le hablo molesto.

 

Él hizo su cabeza de lado y me miro con recelo. Yo me crispe un poco por su mirada y por primera vez en mi vida sentí aun rival. Su mirada era en verdad fuerte y penetrante, como me menciono Kouki aquella vez; era la de un león enojado con el mundo.

 

Se acercó lentamente hacia a mí y yo intente mantenerme firme; no iba dejarme vencer.

 

- Te preguntare esto una vez más.- Me miro directo a los ojos y apunto hacia el árbol arriba de nosotros.- ¿recuerdas este árbol?-

 

Le sostuve la mirada para darte a entender que no me dejaría someter ante él, y después levante la vista hacia aquel árbol de nuevo. Lo observe con detalle por unos segundos, y por alguna extraña razón me pareció un poco familiar. Gire la vista hacia todos lados y había algunas cosas que juraría que ya las había visto, o tal vez soñado.

 

Por ultimo enfoque mi vista en aquel columpio. Se encontraba rasgado y viejo, juraría que llevaba años sin usarse por el mal estado en el que se encontraba; pero fue con eso que algo llego de golpe a mi cabeza.

 

--No te preocupes Sei, aun que tu madre ya no este contigo yo siempre lo estaré. Te lo prometo. Así que a donde tú vayas yo iré.--

 

Aquellas palabras resonaron de nuevo en mi cabeza y sin apartar la mirada del columpio, una imagen de dos pequeños en la lluvia bajo de aquel árbol llegaron a mí.

 

 

-------------- Memoria ------------

 

- Sei.- Grito un pequeño castaño de aproximadamente 6 años de edad.- ¿Qué haces aquí?, vas a enfermarte.- Él pequeño castaño venia corriendo a todo velocidad desde el edificio del hospital, el cual al ver salir al pequeño pelirrojo, lo siguió para ver que le pasaba. Cuando estuvo frente al pelirrojo lo cubrió con una manta que el traía y ambos se sentaron en el columpio de aquel árbol.

 

- Vengo a despedirme.- Hablo al fin el pelirrojo con un semblante triste.

 

- ¿Despedirte?, ¿Por qué?, ¿A dónde vas?- Pregunto el castaño asustado. Sei que se encontraba con su rostro agachado y sus manos entrelazadas comenzó a llorar en silencio.

 

- Con mi mamá. Me voy a ir con mi mamá.- respondió quedito por el miedo a dejar salir su llanto. El castaño a su costado ante la inocencia sonrió feliz por la noticia.

 

- ¿Quiere decir que ya salió del hospital?- Pregunto esperanzado. Sei solo asintió y apretó aún más el agarre de sus manos; pero el pequeño de 6 años no comprendía, si su madre ya había salido del hospital, ¿Por qué Sei estaba así?

 

Con un poco de miedo puso sus manos sobre las del pelirrojo y se agacho buscando su mirada. Cuando al fin la encontró pudo notar que no había nada de felicidad en ella.

 

- ¿Por qué lloras Sei?- Pregunto inocentemente el hermoso castaño sin apartar la vista de aquellos ojos escarlata. Sei le respondió la mirada y lo tomo entre sus brazos aquel pequeño cuerpo que se encontraba todo mojado igual que él por la lluvia.

 

- Mi mamá… mi mamá murió.- Grito soltando toda su tristeza.- y mi padre ha dicho que fue mi culpa.- Gritaba con impotencia.- Fue mi culpa por no haberla dejar ir. Fue mi culpa.-

 

Los cortos brazos de aquel pequeño intentaron rodear el cuerpo de Sei sin éxito alguno debido a la diferencia de edades, pero aun así lo abrazo intentando reconfortarlo. El pelirrojo lloro al compás de las gotas de la lluvia y ambos se quedaron ahí hasta que Sei soltó todo su dolor.

 

---------------

 

Cuando aquel triste recuerdo llego a mi mente mi cuerpo se tensó, jamás creí que volvería a recordar aquellos momentos, había enterrado todo lo que tuviera que ver con aquel niño prometiéndome no sacarlo de regreso por el dolor que me provocaba. ¿Pero por qué Teppei sabe de este lugar?, ahora que lo recuerdo nadie más que nosotros dos sabíamos cómo llegar aquí.

 

- Parece que ya lo recordaste.- Me dijo Kiyoshi con una risa ladina.

 

- Y si así fuera que tiene que ver esto contigo.- respondí enojado. Él se separó de mí y se acercó nuevamente al árbol, tomo el columpio con su mano derecha y comenzó a mecerlo con una mirada triste.

 

- Porque necesito saber que no lo dejaras de nuevo para poder dejarlo a tu cuidado.- no entendí nada, Teppei dejo de mecer el columpio y giro a verme a la cara, pero esta vez su mirada había cambiado de nuevo.- No voy a perdonarte si lo abandonas de nuevo escuchas. Él ya ha sufrido bastante así que si no lo haces feliz lo hare yo.-

 

Cuando termino de hablar su mirada me marcaba que me estaba retando. Empuñe mis manos con disgusto y me acerque hasta él, lo tome por la camisa aun con la diferencia de estaturas y lo baje hasta mi altura. 

 

- ¿Tu como sabes de este lugar?- Le pregunte molesto ya enfadado de todo esto.

 

- Lo sé porque aquel pequeño me trajo aquí.- respondió tranquilo.

 

Yo me quede choqueado. ¿Qué dijo?, que aquel pequeño lo trajo, ¿Cuándo?, acaso se estaba burlando de mí;  si él ya está muerto.

 

Apreté más mi agarre sobre su camisa y con furia mordí mi labio, lo acerque más a mi rostro y una vez que nuestras miradas se encontraron hable de nuevo.

 

- ¿Es esto acaso una broma?, ¿te estas burlando de mí?, te diviertes al decir semejantes estupideces. Deja este maldito juego y dime la verdad.- grite con desesperación. Esto era el colmo, como se atrevía a jugar con mi mente y mis sentimientos así.

 

Él quito mis manos de su camisa  y se alejó de mí, intente tomarlo de vuelta para esta ves darle un golpe en la cara, pero antes de que lo hiciera él hablo y detuvo mi acción.

 

- El amo Kouki me trajo aquí.- hablo sereno.- Él me dijo que este era su lugar sagrado ya que aquí fue donde conoció a su único y primer amor.-

 

Me quede estático y mi mente se quedó en blanco tras escuchar aquellas palabras… ¿Dijo Kouki?, ¿había escuchado bien?... Después de unos segundos de meditar gire la vista hacia aquel árbol incrédulo por sus palabras, y por alguna extraña razón sentí mis ojos humedecerse.   

 

 - Aquel…. Aquel niño… ¿es Kouki?- Hice esta pregunta al aire para mí mismo mientras que mis ojos aún se mantenían en aquel árbol.

 

Kiyoshi continuaba mirándome sin decir nada y yo intentaba conjeturar lo que había recordado.

 

- Espera… eso es imposible, ese niño murió hace años. Mi padre me llevo a su funeral.- Gire mi vista hacia Kiyoshi el cual se mantenía sereno mientras yo era un manojo de desesperación.

 

- ¿Y viste el cuerpo de ese niño en el funeral?- Me pegunto aun con su mirada en mi persona.

 

- Yo…. yo…. Yo no lo vi.- Hable repasando aquel evento.- Mi padre me dijo que no podía verlo porque su familia no quería ver al culpable de que su hijo haya muerto.-

 

- Creo que tu padre no te conto la verdad.- hablo de forma fría.

 

Ahora si no entendía nada, mi cabeza era un completo desastre en este momento. ¿Kouki era aquel niño?, pero como era posible, esto tenía que ser una mentira. Aquel niño se llamaba Piyo y además había muerto, yo fui a su funeral.

 

- Lamento tener que hacerte sentir aun peor Seijuro-kun pero es verdad, Kouki es aquel niño que conociste en este lugar.- La voz de Akira-san me saco de mis pensamientos y me hizo girar la vista hacia atrás.- Siento mucho que te hayan hecho creer todos estos años que estaba muerto y aun peor que tu padre te haya culpado de ello. Lo siento, en verdad lo siento mucho.-

 

No comprendía, en verdad no entendía nada. Esto era acaso una broma, una cámara escondida. Que todos disfrutaban jugar con mi vida. ¿Durante años me culpe por la muerte de alguien… que no murió?, ¿durante años pude haber estado con la primer persona a la que ame?, esto no tenía sentido. ¿Que acaso toda mi vida solo había sido un juego para mi padre?.

 

- ¿Cómo?- hable lo más calmado que pude.- ¿Cómo me aseguran que no me mienten?... ¿CÓMO SÉ QUE USTEDES NO ESTÁN JUGANDO CONMIGO TAMBIEN?- grite ya harto del mundo, harto de todos y de todo.

 

- Seijuro te estoy diciendo la verdad.- me hablo Akira-san intentado acercarse a mí, pero yo no lo deje.

 

- Saben cuento sufrí por eso, saben cuánto me atormente por su muerte, SABEN CUANTO ME CULPE POR HABERLO LLEVADO CONMIGO.- pude sentir como en este momento mi rostro comenzaba a llenarse de lágrimas.- yo lo quería, lo quería como no tenían idea. Él fue el único que estuvo conmigo dándome apoyo, diciéndome que le hacía feliz el pasar tiempo conmigo. Él me quería por ser Seijuro, jamás supo que era un Akashi y aun así siempre estuvo a mi lado. Yo lo amaba, yo…. yo aún lo amo.- termine de hablar con el rostro empapado en lágrimas y cubriendo mi cara por la vergüenza.

 

- Mi padre dijo que había muerto, me llevo a su funeral; es más, los primeros años le lleve flores a su tumba cada fin de semana sin que mi padre se enterara, pidiéndole perdón por haberlo matado y ahora ustedes me salen que todo es un malentendido… UN ESTUPIDO MALENTENDID. SOLO UN MALDITO MALENTENDIDO…. PERO FUE UN MALENTENDIDO QUE ARRUNIO MI VIDA Y ME CONVIERTIO EN ESTO…- lance un suspiro para intentar calmarme.- como quieren que les crea, como esperan que acepte esto sin más.- termine de hablar mirando al cielo e intentando dejar de llorar, pero parecía que estas no querían detenerse.

 

Sentía que en cualquier momento me derrumbaría ante la desesperación, esto era demasiado. Ya sabía que mi vida era una mierda, pero esto ya se estaba pasando de la raya. Como podía calmarme al saber que todo este tiempo mi padre me había mentido para hacerme su fiel marioneta. Esto en verdad no tenía perdón.

 

Tape mi rostro nuevamente con mis manos y comencé a desear que todo esto solo fuera un sueño, que todos estos años de dolor y sufrimiento terminara una vez que abriera de nuevo mis ojos. Que despertara en este hermoso lugar años atrás con Piyo a mi lado diciéndome que todo está bien, que él estará siempre conmigo y que solo había sido un mal sueño. Pero cuando los abrí, aun me encontraba en este maldito tiempo.

 

-  Seijuro nosotros no sabíamos nada; después del accidente donde Kouki entro con pulmonía al hospital todo paso muy rápido. Cuando huyo de casa él no me conto nada y días después cuando lo encontraron me hablaron del hospital para decirme que estaba grave. Yo estaba desesperado por la enfermedad de mi esposa y con Kouki en estado crítico tuvimos que transferirlo a New york para que lo trataran de emergencia, cuando por fin despertó pregunto por ti, pero yo no sabía de qué estaba hablando. Yo no conocía de tu existencia.- Lleve mi vista hacia Akira-san y pude notar su rostro de preocupación.

 

- Cuando al fin pudo estar sano regreso a Japón aun cuando era pequeño, él te busco por todos lados, es más vino al hospital varias veces a preguntar por ti, pero como no sabía tu apellido ni nombre completo nunca encontró nada hasta hace poco cuando miro tu foto en una revista. Fue así que todo esto se dio. Me pidió que contactara a tu familia y les solicitara una unión de matrimonio. Yo me negué en cuanto te menciono debido a tu historial de parejas, pero él me lo pidió como su último deseo. No supe de toda su historia de cuando eras niños hasta que comenzó lo de su matrimonio Seijuro, fue por eso que antes de la boda fui a hablar contigo.-

 

Aunque podía ver los ojos llenos de desesperación de Akira-san, no podría aceptar por completo sus palabras. Me estaba diciendo, ¿que tuve a mi lado a la persona la cual ame desde mi infancia y tuve que borrar debido al dolor, a mi lado todo este tiempo? Esto en verdad parecía una historia de novela.

 

- Es verdad Seijuro, por favor créeme.- Continuo hablándome al ver que no le respondía.- ni Kouki ni yo sabíamos que tu padre te había inventado esa historia hasta hace un momento que lo mencionaste, él siempre ha pensado que lo habías abandonado.-

 

Cuando termino de hablar pude ver su rostro lleno de pánico porque le creyera, por lo que intente calmarme para poder atar todos los cabos sueltos que aún había en esta historia. Pase saliva con dificultad y limpie mis lágrimas.

 

- Pero el niño de aquel entonces se llamaba Piyo.- hable con la voz un poco ronca por el llanto y el coraje. Akira-san solo hizo uno sonrisa melancólica y agacho la mirada.

 

- Así era como mi esposa lo llamaba, Piyo; el hermoso polluelo de la familia. Cuando Kouki era pequeño su madre lo nombraba muy seguido de esa manera, por lo que cuando se presentaba a los demás él les daba ese nombre.- Mis ojos se abrieron sorprendo por el rostro adolorido del Akira-san.

 

- Si el vino a buscarme, ¿por qué es que hace poco estaba de nuevo en Estados Unidos?- pregunte de nuevo.

 

- Eso fue por mi culpa.- Fue al fin Kiyoshi quien hablo. Ambos fijamos nuestra vista en él y continúo hablando.- pero antes debo contarte cómo es que llegue a él.-

 

Tras aquellas palabras mi cuerpo se tensó aún más, esa pregunta había querido conocerla desde hace tiempo y ahora que lo iba hacer me encontraba muy ansioso.

 

- El amo Kouki me conoció en New york, siendo un maldito niño huérfano de padres extranjeros abandonado en las calles porque estorbaba en la vida de su madre que quería casarse de nuevo. Mi madre a la edad de 8 años me abandono y fue desde esa edad que comencé a valerme por mi mismo hasta que cumplo 16, que fue cuando el amo Kouki me encontró.- su rostro al decir aquellas palabras no demostró nada, se encontraba completamente neutral. Por lo que me sorprendió al ver que no le dolía el hablar de ello.

 

- Al inicio era igual que tú, déspota, orgulloso, frívolo y odiaba a todo el mundo. Ya que pase por un sinfín de problema; intentos de violación, golpes, maltratos y de más de todas aquellas personas que prometieron cuidarme. Pero entonces un pequeño mocoso que me había encontrado y ayudado después de una pelea en un callejón, apareció. Comenzó a seguía y visítame todos los días para hacerme plática y llevarme comida. En un inicio solo quería usarlo para que me diera de comer, pero con paso del tiempo su cariño y presencia se hicieron indispensables para mí.- cuando dijo esto, agacho un poco su mirada y una tenue sonrisa se formó en sus labios.

 

- Un día después de una semana de estar enfermo, y que aquel pequeño cuidará de mí durante todo la semana sin separarse de mí en ningún momento hasta que me encontrara bien, un grupo de pandilleros llegaron a donde estaba con la mentalidad de golpearme ya que me encontraba con la guardia baja. Pero el amo Kouki al verme indefenso en ese momento, fue él quien les hizo frente amenazándolos solo para protegerme.- cuando menciono aquellas palabras sus ojos cambiaron, se llenaron de un poco de brillo y sonrió un poco más.

 

- Pueden creer que un pequeño niño de 7 años que no tenía nada que ver conmigo, se haya puesto frente aquellos hombre y haya decidido protegerme….a mí- dijo apuntándose a él mismo.- a un huérfano que hasta su propia madre abandono y al que nadie quería.- hizo una risa marcada y levanto su cabeza hacia el cielo tapándose los ojos.- claro que después de eso les di una paliza a aquellos hombres que apuesto que no olvidaron jamás. Pero también fue el día en que descubrí que existen personas con tal hermoso corazón como el amo Kouki.-

 

- Así que así fue como se conocieron.- Hablo Akira-san sonriendo un poco.- La verdad se me hizo raro que Kouki te haya traído y me haya pedido que te adoptemos, pero ahora entiendo por qué en lugar de eso decidiste ser su guardaespaldas.-

 

- Lamento no haberle dicho nada de esto Akira-san.- Dijo esto Teppei haciendo una reverencia.

 

-No tienes nada que disculparte, desde el momento en que mi hijo te trajo a casa supe que tú eras una buena persona, en aquel entonces eras un poco déspota y frio. Pero con el paso del tiempo me gustaba ver como fuiste cambiando con el amor de mi hijo.- Le sonrió Akira-san, me imagino que para darle seguridad y confianza.

 

- ¿Fue por eso que tienes una deuda con el?- hable ahora yo un poco más sereno.

 

- No. La deuda se dio ya que por mi culpa él se enfermó del corazón.- Tras decir aquellas palabras el rostro de Akira-san se petrifico. Podía notar que él no estaba enterado de este tema al respecto.

 

- Kiyoshi de que hablas. Kouki se puso así debido al accidente automovilístico, tú no tienes la culpa de eso.- hablo intentando consolarlo.

 

- No, porque yo provoque el accidente.- hablo con voz cabizbaja. Pude ver como el rostro de Akira-san se quedó pasmado y abrió sus ojos por completo tras escuchar aquellas palabras.- Cuando el amo Kouki regreso a Japón tras la muerte de su madre con el pretexto de visitar a los abuelos de su esposa, en busca de aquel niño llamado Sei, él me trajo aquí. En este lugar me conto su historia y también fue aquí donde yo conocí a un joven doncel del que después me enamore. Su nombre era Jumpei, Hyuga Jumpei.- Tanto Akira-san como yo nos encontrábamos completamente absortos en la historia.

 

- No comprendo Kiyoshi, que tiene que ver todo esto con Kouki.- Hablo Akira-san caminando hasta colocarse a lado de mí.

 

- Él al igual que yo era un huérfano, así que cuando lo conocimos me identifique con él; por cosas del destino nos topábamos continuamente sin si quiera planearlo y cuando el amo Kouki se enteró de mis sentimientos hacia él, fue entonces que decidió que le pediría a Akira-san que al igual que a mí, lo adoptara para así poder estar a su lado. Pero por desgracia él no era dueño de su libertad.- tras terminar aquella frase sus manos se empuñaron.

 

- Tan torpemente me creí capaz en ese instante de proteger a ambos, que una noche tras una idea del amo Kouki decidimos que huiríamos con él a New york. Pero por desgracia las cosas no salieron como deseamos. En aquel accidente Jumpei murió y el amo Kouki quedo en aquel deplorable estado. Cuando el medico nos mencionó que debido a los golpes en la cabeza del amo Kouki, tenía problemas cerebrovasculares que posteriormente deteriorarían su corazón hasta llevarlo a la muerte, me sentí completamente culpable por haber sido yo quien lo orillo a hacerlo. Es por eso que me siento en duda con él, así que después de ese incidente me prometía a mí mismo que viviría solo para él; que haría todo lo posible en buscar su felicidad al igual que el busco la mía.- Tras terminar aquel relato, por primera vez desde que lo conocí lo vi llorar. Akira-san corrió a su lado y lo abrazo  de inmediato.

 

- Dios santo como fue que nunca me contaron esto.- Akira-san solo lo abrazaba y Teppei no dejaba de llorar.- No tienes por qué culparte Kiyoshi, solo fue un accidente. Tú no tienes la culpa.- le repetía aquellas palabras para animarlo.

 

- No, yo fui quien lo alentó. Si yo no lo hubiera conocido y no quisiera haber estado con él, ambos estarían bien. Él seguirá vivo y el amo Kouki no estaría muriendo.- Hablaba entre los brazos de Akira-san y aun con lágrimas en los ojos.

 

Ahora comprendía todo, la razón de por qué aquellas palabras antes de ir a nuestra luna de miel. El por qué Kouki había dicho que el sentimiento hacia él era diferente, y el por qué cuando me vio en el avión no se atrevió a golpearme. Él sabía lo que es cargar con un peso que no te deja vivir día con día, el cual te atormenta hasta el día en que mueras. Fue por eso que al verme devastado y lleno de culpa, se identificó conmigo.  

  

- Kiyoshi, entiendo que debes sentirme mal. Pero aquel joven tomo la decisión de venir contigo porque te amaba al igual que mi hijo, fue por eso que él quiso ayudarte. Sé que ambos hicieron mal al no haberme dicho nada, pero las cosas ya pasaron no puedes continuar culpándote por eso. ¿Crees que a mi hijo le gustaría verte así?- Akira-san tomo el rostro de Teppei y lo hizo verlo a la cara. Él se limpió sus lágrimas y regreso aquel semblante frio de nuevo apartándose de Akira-san.

 

- Lo sé. Pero no puedo sentirme libre hasta que no haya ayudado al amo Kouki a encontrar su felicidad.- giro su vista hacia mí y continúo hablando.- Así que te lo preguntare una vez más Seijuro-san. ¿Estás dispuesto a cuidar y amar al amo Kouki hasta el último día en que mueras?-

 

Tras escuchar aquellas palabras acompañados por su seria mirada analice las cosas. Ya debía dejarme de tonterías, debía dejar de culpar a los demás por mí los desastres de mi vida y yo mismo tomar la riendas de mi vida. Por lo que ahora iba hacer todo lo que estuviera en mis manos para rescatar la poca felicidad que aun tenia.  

 

- Si. Te lo prometo. Mientras el aun respire me tendrá a su lado y aun cuando su cuerpo ya no se encuentre a mi lado, prometo seguir amándolo hasta que nos veamos en el otro mundo.- dije estas palabras lo más serio posible y sin despegar la mirada de sus ojos, para darle la confianza de que esta vez no iba a huir.

 

Teppei sonrió ante mis palabras y Akira-san también

.

- Eso es lo único que necesito escuchar.- Kiyoshi se separó de Akashi-san y camino hasta quedar frente a mí.

 

- Por favor Seijuro-san haga al amo Kouki inmensamente feliz.- Me pidió esto dándome una reverencia.- Ahora si puedo dejar que vaya a verlo.- Cuando termino de hablar, aquel rostro sonriendo y alegre con el que lo conocí volvió a él. Me dio una gran y feliz sonrisa, y me hizo un gesto con la cabeza de que me fuera.

 

-Si Seijuro, Kouki te necesita.- Akira-san se acercó.

 

-¿Como esta?- Pregunte acercándome y tomándolo de los hombros por el miedo a su respuesta. Akira-san solo bajo la mirada y negó con la cabeza.

 

- No creen que pase de mañana, su corazón yo no soporta más y su pulmonía no ayuda.- Levanto la vista y me miro a los ojos.- Ya despertó y dice que quiere verte Seijuro, por eso vine a buscarte.-

 

Cuando termino de hablar sin esperar más me aleje de ese lugar y corrí hacia el hospital. Miraba como pasaba los arboles a mis costados como una mancha borrosa por la rápido que iban mis pies, mientras que aquellas memorias que había cerrado se abrían en mi mente al igual que los árboles frente a mí.

 

----------------------

- ¿Porque estas llorando?- hablo un pequeño castaño.

 

- Porque me voy a quedar solo.-  Respondió un pelirrojo dentro de aquel bosque.

 

 

- Yo también estoy solo… así que por que no nos hacemos compañía, así ambos jamás estaremos solos.- dijo el castaño sentándose a su lado.- ¿Cómo te llamas?-

 

- Sei, ¿y tú?- Respondió el pelirrojo limpiándose las lágrimas.

 

- Piyo.- Hablo regalándole una hermosa sonrisa.  

 

---------------------

 

- Ahí estas.- llego el castaño al árbol de sakuras donde Sei se columpiaba.

 

- Piyo ¿cómo me encontraste?- Pregunto sorprendido el pelirrojo.

 

- Eso es porque Sei huele dulce, así que cualquier lugar donde Sei vaya Piyo lo encontrara por su aroma.- Respondió feliz e inocente.

 

-Waaaa Piyo eres grandioso, por eso te amo.- Seijuro abrazo al pequeño y le dio un beso en la frente.- Entonces nunca dejara de oler dulce para que Piyo siempre me encuentre.-

 

- Si, así Piyo siempre te encontrara.-

 

---------------------------------

 

- Sei, ¿Cuál es tu color favorito?- Pregunto Kouki mientras ambos se encontraban acostados mirando el cielo.

 

- El blanco, ya que es tan puro como tú, y ¿el tuyo?- Pregunto el pelirrojo girando su vista hacia el pequeño.

 

- El rojo, como tus ojos.- El castaño hizo lo mismo y acercó su manos al rostro de Seijuro.

 

- Entonces cuando nos casemos yo me pondré una camisa roja.- Sonrió feliz y tomando la mano que antes estaba en su rostro.

 

- Entonces yo me vestiré de blanco para Sei.- sonrió.

 

 

- Entonces vas a hacer el doncel más hermoso del mundo Piyo.- Termino de hablar dándole un beso en la frente y nuevamente girándose ambos a ver el cielo mientras que sus manos se encontraban entrelazadas.

 

- ¿Sei?- Hablo el pequeño sin despegar la mirada del cielo.

 

- Mmmm.- hizo este sonido marcando que lo escuchaba.

 

- Me gusta cuando nuestras manos están así.- rio.- Me prometes que siempre sostendrás así mi mano.- Seijuro apretó un poco más el agarre y sin despegar la mirada del cielo hablo.

 

-Te lo prometo y si alguna vez tú la sueltas, yo la buscara para tomarla de nuevo.-

 

- Yo te prometo que jamás la soltare, así que tú tampoco lo hagas.-

 

--------------------------------------------

 

Soy un idiota, en verdad soy un idiota. Él siempre estuvo e mi lado, él siempre me busco, él siempre cumplió su promesa y yo…. yo solo lo olvide. Jamás cuestione a mi padre, jamás pelee porque me dejara verlo, debí ser más persistente. Debí luchar más por mi felicidad y ahora que por fin te tengo de nuevo no pude hacer nada. Soy un idiota, un cobarde.

 

- DEMONIOS.- grite con todas mis fuerzas mientras aceleraba mi velocidad. Aquel grito provoco un eco en el lugar e hizo que algunos pájaros que estaba en los arboles salieran volando. Tal vez alguien cerca del hospital me escucho, tal vez Akira-san y Kiyoshi también lo hicieron, pero en ese instante lo único que quería hacer era sacar todo la frustración que sentía en estos momentos.

 

.

.

 Cuando llegue a la habitación de Kouki Demian se encontraba sentado a su lado. Tenía un respiradero sobre su rostro y una intravenosa en su brazo, con dificultar se levantó un poco de su lugar para quedar un poco sentado y quitándose el respirador me sonrió estirando su mano.

 

Yo con un nudo en la garganta y reteniendo las lágrimas me acerque y la tome. Intente sonreírle de igual manera pero estoy seguro que no funciono. Él a diferencia de mí ya tenía práctica. 

 

- ¿Cómo te sientes?- Pregunte preocupado y sentándome en la cama junto a él, mientras que Demian salía de la habitación.

 

- Muy bien, tanto que siento que en pocos días me darán de alta para ir a molestarte de nuevo.- sonrió un poco por su comentario y yo hice lo mismo aun sabiendo que esto no podría pasar.

 

- Eso es bueno, así puedes ir a ver como arreglaron nuestro cuarto para darte la bienvenida.- Intente hacer de nuevo la risa forzada, pero esta vez no me salió para nada y mi voz salió seca por retener el dolor que sentía en este momento.

 

- Ya te soltaron la sopa, ¿verdad?- yo solo lo mire un poco asustado al ser descubierto.- que chismosos, uno ya no puede guardar secretos.- rio un poco de nuevo.

 

- Perdóname Kouki, perdóname por todo lo que te he hecho.- Hable mientras lo abrazaba con cuidado.

 

- No tengo nada que perdonarte, tú debiste tener tus razones para olvidarme. Al contrario discúlpame tú por mi egoísmo de querer tenerte a mi lado.- él correspondió mi abrazo y pego su cabeza en mi pecho.

 

- Yo pensé que estabas muerto.- hable decidido a aclarar las cosas.- Mi padre me dijo que no sobreviste a la pulmonía y que habías muerto por mi culpa. Fue por eso que decidí olvidarte, ya que el recordarte me causaba mucho dolor por haber sido yo quien ocasiono tu muerte.- Kouki se separó de mis brazos y me miro sorprendido.

 

- ¿Quiere decir que no me abandonaste en aquel parque?- pregunto un poco pasmado.

 

- Claro que no Kouki.- acaricie sus cabellos con ternura.- jamás podría haberte abandonado. Fui a buscar ayuda como te lo prometí, pero en eso los guardaespaldas de mi padre me encontraron y me llevaron a la casa. Hable con mi padre de ti y cuando me dejo verte me llevo al hospital diciéndome que no habías sobrevivido. No sabes cuánto me culpe por haberte llevado conmigo.- 

 

- Pero yo no morí. ¿Por qué te dijo eso?- me hablo separándose de mí y mirándome a los ojos.

 

- Me imagino que para que me olvidara de ti.- acaricie su mejilla con cuidado.- Cuando tú y yo huimos juntos le deje a mi padre una carta donde le pedía perdón por haber hecho que mi madre muriera, también le conté que me había encontrado a alguien a quien amaba y que me iba contigo. Me imagino que al saber que tú no provenían de una gran familia, su opción más factible era hacerte desaparecer y que mejor forma que hacerme creer que habías muerto.- acaricie su mejilla.

 

- ¿Pero que ganaba al hacerte creer eso?- Me miro con tristeza.

 

- Pues lograría romper mi último pedazo de rebeldía, ya que después de ahí me convertí en un peón de su juego. Y mírame ahora, solo soy un recipiente vacío y solo.- hice una pequeña risa burlona.

 

- Claro que no Sei, tú eres y seguirás siendo aquel hermoso niño que conocí en aquel jardín, solo que como estaba asustado y solo, se escondió. Es por eso que hice todo lo que pude por traerlo de vuelta y parece que si funciono.- Kouki acaricio mi mejilla y me regalo una hermoso sonrisa.- Te amo Sei y siempre lo hare. Como te lo prometí.-

 

Mis ojos comenzaron a llenarse nuevamente de lágrimas, las cuales Kouki limpiaba con cariño.

 

- Yo también te amo Kouki, perdóname por no haberme dado cuenta antes que eras tú, perdóname por haberte tratado tan mal. Perdóname por no haber luchado por ti. Soy un estúpido.- hablaba desesperado y con el rostro agachado debido a la vergüenza.

 

- No tienes nada de que disculparte, ya que regresarte a mi como me lo prometiste.- sonrió un poco de nuevo para darme confianza.- Ya vez, te dije que no moriría hasta hacer que te enamoraras de mi.- bromeo un poco para alivianar el ambiente.

 

Kouki levanto mi rostro y pude ver que al igual que yo comenzó a llorar. Tome su rostro entre mis manos y note como cerro sus ojos ante mi tacto. Dios mío, como pude haber perdido tanto tiempo. Pedir tiempo valioso de estar con él, de tocarlo, de abrazarlo, de besarlo.

 

Comencé a memorizar todo su rostro, sus mejillas, sus ojos, sus cejas, sus labios. Él siempre fue tan bello, como la primera vez que lo vi en aquel día oscuro para mí. Entrando con su luz dándole calor a mi frio corazón.

 

Cuando termine de apreciar su belleza, junte sus labios con los míos deseoso de no volver a dejar que lo separan de mí, el tomo mi brazo y apretando mi camisa ante el contacto. Cerré mis ojos y las lágrimas contenidas se derramaron sobre mis mejillas. 

 

Aquel beso fue tranquilo, tenue, pero lleno de aquel amor que ambos teníamos guardado durante años. Sentía tanta felicidad y tristeza al mismo tiempo que no sabía que pensar. Pude haber aprovechado de su compañía por más tiempo, pero debido a mi egoísmo solo lo lastimaba.

 

Debí haberle hecho caso a mi corazón desde aquella vez que lo vi en el elevador. Aquellos sentimientos que él provocaba en mí con tan solo haberlo visto por primera vez me marcaban que él era especial, pero debido a mi razonamiento y frivolidad no quise hacerlo. Por el contrario, solo buscaba como lastimarlo y alejarlo más de mí.

 

Perdóneme Kouki, perdóname por no haberte cuidado otra vez. 

    

El sentir como la mano de Kouki se deslizaba en mi brazo junto con un horrible sonido de aquel aparato hizo que mi mundo se volteara. Comencé a sentir el cuerpo de Kouki más pesado y se separó de mis labios yéndose hacia atrás. Cuando lo note, rápidamente lo tome de la cintura y pude ver su rostro completamente pálido.

 

Acerque mi mano temblando hacia su cara y con el rostro aun cubierto de lágrimas, susurre su nombre al borde del colapso mental.

 

- Kouki…. Kouki… no me dejes, ¿sí?- lo acaricie con miedo mientras aquel horrible chillido invadía la habitación. Al notar que su cuerpo ya no respiraba mi mente se perdió, mi cuerpo comenzó a templar y mis lágrimas no pensaban parar.

 

Antes de que pudiera hacer otra cosa, rápidamente un grupo de enfermeras y doctores entraron a toda velocidad y me lo arrebataron de mis brazos. Yo solo me pude quedar ido al ver como lo colocaban en una camilla y lo sacaban con desesperación de la habitación.

 

Al ver aquel ser que amaba ser llevado de aquella manera, sentí que mi alma abandonaba mi cuerpo. Fue como si todo aquello que me mantenía con vida se haya ido en aquella camilla, acompañándolo la poca cordura que aún me mantenía estable y en este mundo.

 

¿Qué sentido tendría ahora mi vida?, ¿para que luchar y levantarse si el resultado siempre será el mismo?, para que encontrar el sentido de la vida si alguien vendría a arrebatármelo de nuevo. Ahora había entendido que por más Akashi y absoluto que fuera, había algo a lo que nunca podría ganarle; a la muerte. Perder a lo que más amo de nuevo no era sencillo, primero fue mi madre, después creí haber perdido a Piyo y ahora era Kouki.

 

En ese momento no supe que hacer, solo me quede ahí sentado como un cuerpo sin conciencia, sin esperanza, sin sentido ya por cual vivir.

 

- Seijuro, Seijuro reacciona.- escuche un grito en lo profundo de mi oscuridad, pero comprendí que al no ser la voz de Kouki la que me llamaría de nuevo, no tenía razón por la cual regresar.  

 

 

 

  continuara----------------------

 

 

 

 

 

 

 

    

Notas finales:

Bueno antes que nada esto aun no termina asi que por favor no encendas sus antorchas jejejej. 

Espero que haya alcarado todas las dudas que se dieron en el trascurso de la historia y me gustaria si tubieran tiempo de que me dejen un comentario de que les parecio el capitulo. 

Como les comentaba arribe este a sido el penultimo, por lo que el siguiente sera un largo final. 

Espero que les haya gustado y haya expresado bien los sentiemintos de nuestros protagonistas jejeje. que tengas un bonito fin de semana y nos vemos en el siguiente capitulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).