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Mi corazón es tuyo y el tuyo mi razón de vivir por ANGEL DEL SOL

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Notas del capitulo:

Jejejej sorry por la tardanza, pero es mejor tarde que nunca no. =9

ESPECIAL.

 

Los días de desgracias habían pasado. Después del trasplante de Kouki tuvimos que dejarlo en el hospital 2 meses para observación y 3 meses en revisión para cerciorarse que su cuerpo había aceptado el trasplante. Habían sido unos preocupantes y desesperantes 5 meses. Ya que la idea de que su cuerpo no aceptara por completo el trasplante, me carcomía por dentro día a día. Pero gracias al cielo, hoy nos habían dicho que todo estaba perfecto. Que su corazón funcionaba como si todo el tiempo hubiera pertenecido a ahí; por lo que al fin después de tanto tiempo, lo tendré en casa.

 

Mire a mi ahora hermoso esposo recostado en mi hombro, y acaricie su mejilla con cariño.

 

- ¿Estás cansado?- le pregunte colocando mi mano en su hombro y acercándolo mas a mi cuerpo.

 

- No, solo me siento aliviado. Tenía miedo de no poder cumplía mi promesa.- hablo con sus ojos cerrados y acariciando mi mano sobre sus muslos.- ahora sí, todo ya está bien.- termino de hablar con un largo suspiro de alivio.

 

- Te amo Sei.- dijo levantando la mirada y fijando sus ojos sobre los míos.

 

- Yo también te amo Kouki.- respondí tomando su mentón y besando sus labios.

.

.

.


- Bienvenidos.- hablo una mucama el momento en que entramos a nuestra casa.

 

- Lo hemos estado esperando con ansias Akashi-sama, ya tenemos todo arreglado. Esperemos que se sienta en casa; y si hay algo que no le parezca, avísenos que lo solucionamos enseguida.- termino de hablar ahora una mujer mayor con una sonrisa en su rostro.

 

- Ella es mi nana Anna. La encargada de las servidumbres. Y la joven a lado es Rin, su nieta.-

 

Le hable presentando a la radiante mujer delante de mí, y a aquella mujer mayor de sonrisa cálida. Kouki solo sonrió con timidez y asintió con la cabeza.

 

- Pues en ese caso lo primero que me gustaría cambiar es que me llamen por mi nombre, Anna- san. Rin.-san - dijo mi esposo para después inclinarse.- Gracias por todo y desde ahora estaré a sus cuidados.- la joven de cabellos negros se sonrojo por la acción de mi esposo y con nerviosismo correspondió el saludo.

 

- Por el contrario Kouki- sama. Gracias por dejarnos estar a su cuidado.- respondió mi nana inclinándose de igual manera. Yo solo sonreí por su comportamiento y tome la mano de mi esposo para llamar su atención.

 

- ¿Quieres ir a descansar a la habitación?- le pregunte con ternura en mi voz. Él solo negó y me miro a la cara.

 

- Por ahora lo que menos quiero es estar en una cama. Ya estuve demasiado tiempo. Así que me encantaría que me mostraras la casa.... claro, si es que tienes tiempo por tu trabajo.- hablo con timidez. Yo sonreí por aquel lindo puchero en su rostro y me incline a besar sus labios.

 

- Para ti ya sabes que tengo todo el tiempo del mundo.- hable rozando mi nariz en la suya.

 

- Dios, es cierto.- se escuchó una voz chillona a nuestro lado. Ambos giramos la vista, y nos encontramos con mi nana sonriendo y a Rin con su rostro cubierto por sus manos.

 

- Lo siento joven Seijuro. Es solo que nadie me creía cuando le dije que el amo parecía corderito frente a Kouki-sama.- termino de hablar mi nana con una sonrisa en su rostro y yo solo me sonroje por el comentario. Regrese la vista hacia mi esposo y él se encontraba peor que yo.

 

- Bueno, creo que es mejor darles privacidad… Kouki- sama. Es un placer tenerlo con nosotros. Llevaremos sus cosas a su habitación. Por lo que tómense su tiempo en conocer la casa.- mi nana término de hablar dando una reverencia, para después tomar la mano de su nieta y llevársela consigo.

 

- ¿Así que te hice un corderito?- hablo Kouki llamando mi atención con voz de burla. Sus ojos estaban fijos en los míos, sus mejillas completamente rojas al igual que sus orejas; y el que tuviera esa mirada sumisa mirando hacia arriba, le daba un toque tan sensual que me dejo anonadado.- Sei, ¿por qué no dices nada?- me hablo de nuevo sacándome de mi transe.

 

Gire mi cabeza avergonzado ante mis pensamientos, y raspe mi garganta para recobrar la postura.

 

- No entiendo para que quieres que te lo confirme otra vez.- su sonrisa se extendió en todo su hermoso rostro, y yo también lo hice por inercia.

 

Había algo extraño en esto, ya que cada vez que Kouki sonreía, yo lo hacía sin pensarlo.

 

- Bueno, hay que comenzar con el trayecto. La casa es muy grande y nuestros padres vendrán a cenar. Debemos darnos prisa.-

 

Tome su mano entrelazado nuestros dedos, y comenzamos el tour en el jardín.

 

 
La casa en verdad era enorme. Había tantas habitaciones que nunca tuve el interés de verlas todas. En la parte de afuera había un gran jardín que mi madre cuidaba, y aun costado se encontraba la alberca y área de descanso. Un poco más retirado del jardín, se encontraban algunas canchas deportivas.

 

La planta baja de la casa estaba repartida entre salones de música, estudios, bibliotecas, un cuarto de juegos, salas, una cocina, un comedor y sala de visitas en el recibidor. En la planta alta estaban los cuartos para dormir, una habitación de cine, y una ante sala.

 

Las habitaciones de la servidumbre, cuartos de blancos y limpieza, se encontraban en otro edificio en la parte trasera de la casa. Al igual que la cochera de los autos, motos y hasta bicicletas.

 

No se podía recorrer la casa en un solo día, pero fuimos a todos los lugares a los que Kouki quería conocer. 

.

.


- Creo que tu casa es un laberinto.- dijo con sorpresa mi esposo mientras se sentaba en nuestra habitación después del largo recorrido.- mira, hasta este cuarto es demasiado grande. Siento que hasta aquí me perdería.- yo solo sonreí por sus palabras y me senté a su lado tomando su mano.

 

- En realidad esta no es solo mi casa, ya que también es tuya. Y en lo que implica perderse, tienes razón. A mí me paso en varias ocasiones de niño.-

 

La plática y el recorrido por nuestra habitación fueron tranquilo. Había hecho que adecuaran mi habitación para darle a mi esposo toda la comodidad que se merecía, al igual que un espacio para su uso personal. Nuestro mundo de ensueño fue roto cuando una mucama toco la puerta y nos avisó que mi padre había llegado.

 

- ¿Ya hablaste con él sobre mí?- pregunto Kouki una vez que la servidumbre salió.

 

- Sí, he dejado muy en claro nuestra relación y espero la respete. Sé que fui duro con él, pero creo que era necesario para que comprendiera que yo soy propietario de mi vida.- Kouki solo sonrió y se acercó a mi rostro para besar mis labios.

 

- Te amo.- me dijo con voz dulce.

 

Yo lo tome entre mis brazos y susurre en su oído las mismas palabras, para después bésalo.

 


Cuando me entere de que mi padre me había estado mintiendo y engañando todos estos años, decidí enfrentarlo. Le conté todo, desde cómo me hizo sentir hasta la parte en la que Kouki era aquel niño que me había dicho que había muerto.

 

Su rostro se fue oscureciendo conforme el relato avanzaba, y una vez que termine, me pidió disculpas estableciendo que en aquel momento él también se sentía devastado por la muerte de mi madre y que todo lo que hacía era para buscar mi felicidad.

 

En realidad no supe si creerle o no. Sus palabras salían de su boca, pero sentía que sus ojos no eran completamente sinceros. Por lo que establecí que me haría cargo de la compañía, pero no debía inmiscuirse más en mi vida privada. Ya que si lo hacía, me iría con el capital de mi madre, el mío y el de por derecho de mi esposo Kouki.

 

Su semblante estaba asustado, sabía que entendía que no mentía con mi amenaza, por lo que me prometió que no se metería; y hasta ahora lo seguía cumpliendo.

 


- Kouki, pero que hermoso te ves.- se acercó mi padre a saludarlo dándole un abrazo.

 

Mi esposo respondió con la misma acción y le sonrió con cariño como a todo mundo.

 

Cuando aquella platica con mi padre termino, me dijo que quería pedirle disculpas a Kouki por todo lo que había pasado. No supe si en verdad lo hacía por mi felicidad, o por la empresa. Pero al ver el rostro feliz de mi esposo al sentirse aceptado por mi padre, no me importaba cual sea la razón.

 

- Qué bueno que has llegado Masaomi.- se oyó la voz de Akira-san a un costado de nosotros, llamando nuestra atención.

 

- Akira, es un placer verte de nuevo. No nos mirábamos desde la boda.-

 

Mi padre extendido su mano y Akira-san la tomo con fuerza. Mi padre hizo un pequeño gesto de dolor que solo pasó desapercibido para Kouki. Akira-san mantenía aquella sonrisa fingida con burla, y le dio un último apretón a su mano para soltarla e ir a abrazar a su hijo.

 

- Kouki, mira que hermoso estas.-hablo besando su mejillas.- Kei y Demian me pidieron que te preguntara si podían venir a visitarte también. Quieren ayudarte a que te sientas más cómodo en tu nueva casa.-

 

Gire mi vista hacia mi esposo y pude ver como su sonrisa crecía desmesuradamente ante aquel comentario. Él llevo sus brillantes ojos hacia los míos, y me miro con suplica pidiendo permiso. Solté un suspiro de derrota y asentí con la cabeza; no podía negarle nada.

 

- Que bueno, en ese caso les diré en la semana. Ya que tienen que preparar sus cosas para vacaciones.-

 

Kouki solo asintió sonriendo y yo solo admire su feliz rostro.

 

En realidad la idea no me agradaba, quería que ambos estuviéramos solos en casa para disfrutarnos el uno al otro. Pero luego recordé que los últimos meses había acumulado mucho trabajo por ir al hospital todos los días, así que en estos días estaría llegando muy tarde debido a que necesito sacar el trabajo. Por lo que aquel par de revoltosos le podrían hacer compañía en mi ausencia.

 

La cena termino bien, mi padre se disculpó con Akira-san y nuevamente lo hizo con mi esposo. Las escusas que les dio fueron las mismas que a mí, aunque pude notar como Akira-san al igual que yo, no creyó ninguna palabra; pero a diferencia de nosotros, Kouki lloro de felicidad y perdono nuevamente a mi padre. Lo abrazo con entusiasmo y le agradeció el que haya aceptado el compromiso, ya que atreves de ello fue capaz de verme de nuevo.

 

Eso no lo iba a negar. Creo que aquella acción seria la única de la cual estaría agradecido, ya que si no me hubiese obligado a aceptar el compromiso, no podría estar con la persona que más amo.

 

Cuando la charla termino mi padre se retiró. Akira-san lo a acompañó a la puerta mientras yo subía a Kouki a la habitación, puesto que se había quedado dormido en la sala mientras se hablaba sobre algunos temas de las empresas.

 

Los días para poder disfrutar de Kouki se terminaron muy rápido, puesto que solo fue una corta semana la que pude acomodar para salir a medio día del trabajo. La gran cantidad de papeleo que deje por ir todos los días al hospital se hizo monumental, por lo que ya no pude atrasarlo más. La llegara de sus primos a la mansión dos semanas después para vacaciones ayudo mucho para que se acostumbrara a la casa y le hicieran compañía en mi ausencia, así que el dejarlo solo se me hizo menos pesado. Ambos nos llegaron con la gran noticia de que se mudarían a Japón para este año, provocando que Kouki sonriera de alegría y yo de desagrado.

 

 Los días de vacaciones estuve llegando tarde y fue muy pesado, pero el llegar a casa y ver a mi hermoso esposo esperándome con una hermosa sonrisa y un abrazo, me quitaban toda la tensión del día y mi mal humor. Sus primos se quedaron todas las vacaciones de verano, y Akira-san lo visitaba dos veces por semana. En realidad no me molestaba, pero si resentía el tener que compartirlo todos los días hasta hoy.

 

Había llevado a ese par de revoltosos al aeropuerto en la mañana y Akira-san había salido por un viaje de negocios, así que hoy por fin tendría a mi esposo para mí solo.  

 

En este momento estaba terminado de bañarme, Kouki me esperaba en nuestra cama y yo me encontraba ansioso de poder formalizar por completo nuestra relación. Cerré la lleve de la regadera y me seque colocándome solo la bata, salí en espera de poder ver aquellos hermosos ojos chocolate sobre mí, pero por desgracia, estos ya se encontraban cerrados. Solté un bufido de molestia y termine de arreglarme para dormir. Me subí a la cama y me deslice hasta poder tener a Kouki entre mis brazos. Bese su cabeza y di un largo respiro de felicidad al sentir su calor y respiración. Sonreí como bobo y me acurruque para dormir.

 

Tal vez hoy no había podido iniciar algo, pero aún nos queda muchos días por delante para hacerlo.

.



Me retracto de lo que dije. El poder entregarnos el uno al otro como una pareja, parecía que nunca iba a suceder. Después de que sus primos se fueran creí que Kouki al fin podría ser mío, pero últimamente parecía que huía de mí. Los besos y abrazos nunca me faltaron cada vez que los pedía, al igual que las palabras de amor en todo momento. Pero cada vez que iba a indagar un poco más, Kouki siempre buscaba alguna excusa para terminar el contacto.

 

En un inicio me dijo que se debía a que los muchachos estaban en casa y tenía miedo de que nos escucharan, o la vergüenza de que dejara alguna marca en su piel que podría delatar a burlas. Pero desde hace un mes que se fueron y Kouki ni me deje siquiera el verlo desnudo. Ya que hasta cuándo se va a bañar y cambiar, me saca de la habitación.

 

 - ¿Se puede saber ahora que te pasa?- me pregunto Midorima en medio de una junta.- has estado de muy mal humor últimamente, y ahora ni siquiera has notado que tienes los papeles al revés.- cerré mis ojos molesto al notar que tenía razón. Di un largo respiro para mantener la calma y gire los documentos de la mano.

 

- ¿Se puede saber que sucede?-  me pregunto con mirada seria.

 

Normalmente no diría nada. Pero ahora que había estado conviviendo con Kouki y su familia, me estaba abriendo un poco más a las personas más allegadas a mí. Deje los papeles en la mesa y lo mire por algunos segundos para saber cómo tocar el tema.

 

- Shintaro, ¿tú y tu esposo tienen intimidad?- pregunte con la mirada fija en su rostro.

 

Midorima abrió los ojos sorprendido y se incorporó acomodándose los lentes que amenazaron con caerse del puente de su nariz ante la pregunta. Raspo un poco su garganta y sus mejillas se tiñeron de rojo. Me imagino que debido a la vergüenza.

 

- ¿A qué se debe esa pregunta de pronto?-

 

- Tú me preguntaste que tenía.- inclino un poco su cabeza y se quedó pensativo dejando los papeles que tenía en sus manos, en la mesa.

 

- ¿Es por Kouki-sama?- pregunto; a lo que yo asentí.

 

- El médico me dijo que debimos tener cuidado después de la operación, por lo que cuando estuvo en el hospital no intente nada a pesar de lo que me provocaba. Pero ahora que ya está todo bien, quiero reafirmar nuestro lazo. Y parece que Kouki no piensa lo mismo.- lo vi bajar la mirada y quedarse pensativo.

 

- Tal vez tiene miedo.- me respondió.- Él es virgen, ¿no?- yo asentí de nuevo.- ¿Y has buscado un momento romántico para su primera vez?-

 

Lo pensé con detalle y encontré que jamás lo había hecho. Pero no era mi culpa. Kouki siempre se miraba endemoniadamente hermoso y sexy en cualquier momento. Por lo que siempre que lo besaba mi cuerpo reaccionaba a querer algo más al instante.

 

- Tal vez él quiera crear algún momento especial para su primera vez.-

 

- ¿Fue así con tu esposo?- lo vi desviar la mirada y hacer un extraño gesto.

 

- En realidad era todo lo contrario, pero Kouki-sama no tiene el mismo carácter que Kazunari. Así que creo que el compararlos sería inútil. Piensa un poco en él, y si no te queda claro lo mejor es hablarlo.-

 

- Gracias por el consejo.- le sonreí agradecido.

 

- De nada, ahora pon atención por favor, necesitamos entregar esto para hoy.- él tomo nuevamente los papeles y yo hice lo mismo. Me enfoque un poco más tranquilo y decidí el hablar de ello con Kouki al llegar a casa.

.

 
El día se pasó en un parpadeo entre montañas de trabajo. Llegue a casa esperando que Kouki me recibiera, y para mi sorpresa eso no paso. La servidumbre me dio la bienvenida y me informaron que mi esposo se encontraba en la habitación. Subí en busca de mi cargador de energía y entre a nuestra habitación encontrándolo dormido. Me acerque con cuidado a su lado y comencé a repartir besos por su cara para despertarlo.

 

- Ya llegue.- le murmure con una sonrisa al ver lo hermoso que se miraba adormilado.

 

Él me respondió con un pujido y envolvió sus manos en mi cuello jalándome a la cama.

 

- Bienvenido Sei.- me susurro más dormido que despierto, acomodándose nuevamente con mi cuello entre sus brazos.  

 

Ante aquella inocente imagen frente a mis ojos no pude contenerme más. Inicie con pequeños besos sobre todo su rostro y pase a su cuello deleitándome con los quejidos de su voz. Kouki aún se encontraba dormido, pero el ver lo sonrojado de su rostro y la agitación de su respiración ante mis caricias, me hizo continuar lo que tenía tantas ganas de hacer desde hace días.

 

- Sei, ¿Qué haces?- me pregunto con voz adormilada y aun con sus ojos cerrados.

 

Comencé a acariciar su costado y a besar su oreja, percibiendo como se erizaba bajo mi tacto.

 

- Voy a hacerte el amor.- le susurre con deseo sobre su oreja, metiendo mi mano con lentitud bajo su camisa.

 

Ante aquella acción los ojos de Kouki se abrieron de improvisto y detuvo mi mano con rapidez. Sus ojos me miraron llenos de miedo, provocando que me sintiera culpable por mi acción.

 

- Lo siento.- le hable separándome un poco de él. Kouki se incorporó y bajo la mirada con tristeza, provocándome que me sintiera aun peor.- no quise…-

 

- Este bien.- hablo deteniendo mis disculpas.- no es tu culpa.- me sonrió con melancolía y se levantó de la cama.- creo que hoy dormiré en otra habitación.-

 

Sin dejarme decir algo más, salió del cuarto y pude escuchar la puerta de al lado ser cerrada. Dejándome completamente en Shock.

 

¿Cuándo fue que esto termino así?, me pregunte mentalmente. Hace unos minutos me jalo y retuvo entre sus brazos; y ahora me dice que dormirá en la otra habitación.

 

Cuando salí de la conmoción del momento me baje de la cama y camine hacia el cuarto, toque la puerta del cuarto donde Kouki se encerró y después del tercer golpe escuche su voz.

 

- Estoy bien.- me grito quedito, apenas audible por la separación de la puerta.

 

- ¿Qué es lo que pasa Kouki?, porque quieres dormir solo.-

 

- Por favor Sei, solo hoy. Dame tiempo si.-

 

Tras aquellas palabras pensé en lo que me dijo Midorima. Tal vez Kouki tenía miedo y yo estaba yendo demasiado rápido. Solté un bufido de molestia y comprendí que lo había asustado.

 

- Esta bien, discúlpame por haber ido tan rápido. Te daré todo el tiempo que quieras, pero por favor no me quites tu calor y presencia, ¿sí? Sabes que sin ti a mi lado no puedo dormir.-

 

Y no mentía. Después de la operación las pesadillas de perderlo me llegaban cada noche, por lo que tuve que irme a dormir con él al hospital.

 

Escuche el sonido del seguro ser removido y la puerta ser abierta. Una pequeña grieta me dejo ver los hermosos ojos de mi esposo y yo le sonreí con dulzura para que notara que no estaba molesto.

 

- Ven aquí, no me diste mi abrazo de bienvenida.- Kouki abrió la puerta y se abalanzo a mis brazos.

 

- Bienvenido.- me abrazo con fuerza e inundo su cara en mi pecho, yo bese su cabeza para después sacarlo de su guarida y besar sus labios.

 

- ¿Vamos a cenar?- Kouki asintió y lo tome de las manos para ir al comedor.

.

.

 

Una semana después de aquel incidente, pasó. Kouki dormía conmigo cada noche, pero sentía como se retraía cuando intentaba llevar los besos y caricias a un punto más alto. La idea de que tenía miedo de la primera vez y de hacerlo en un ambiente romántico para hacerlo sentir cómodo, me orillo a tomar unas pequeñas vacaciones para salir juntos el próximo fin de semana. E intentar con esto el que se abra a mí.

 

Llegue a casa cansado debido al aumento de trabajo, para poder tomar el viernes y sábado libres de trabajo. Entre a casa y la radiante sonrisa de Kouki me lleno de ánimos, se acercó a mí para quitarme el abrigo y me dio mi dulce beso de bienvenida. 

 

- Lo siento, cada día llego más tarde. ¿Ya cenaste?-

 

- No te preocupes, es parte de tu trabajo. Y no he cenado aun, estaba esperándote.-

 

Lo tome entre mis brazos e inunde mis fosas nasales de su exquisito aroma. Kouki sonrió debido a las cosquillas sobre su cuello por mi nariz, mientras que yo me deleitaba con el hermoso sonido de su risa.

 

- Anda vamos a cenar, que se enfría.-

 

Se separó de mi cuerpo y tomo mi mano para guiarme al  comedor.

 

La cena pasó entre pláticas y risas. Me comento que tenía pensado tomar un pequeño curso de cocina para no quedarse todo el tiempo de ocioso en casa. Yo le comente que se enfocara en la lectura que tanto amaba, pero él insistió que quería prepararme algo delicioso en un futuro. Ante eso no pude dar negativa. Puesto que, ¿Qué persona no sería feliz de recibir el alimento de las manos de tu pareja?, nadie.

 

La cena termino y ambos salimos a caminar por el jardín tomados de la mano. Kouki me mostro algunas flores nuevas que había plantado y yo solo disfrutaba del sonido de su voz. Al sentir que la noche llegaba y el clima refrescaba, decidimos regresar a nuestra habitación. Kouki se bañó primero y yo después de él. Cuando ambos estábamos recostados listos para dormir, saque el tema de las vacaciones.

 

- Tengo pensado el ir los dos solos a un onsen en Kyoto este fin de semana. ¿Te parece bien?-

 

Sentí como su cuerpo se crispo un poco, para después abrazarme con fuerza y asentir con la cabeza.

 

- Me parece bien.- respondió quedito aun con su cabeza en mi pecho.

 

Sin decir más ambos nos dedicamos a dormir. Yo acariciando su cabello y él acariciando mi mano con su pulgar.

.

.

 

El día de las vacaciones llego. Kouki se despidió de toda la servidumbre en casa y subió al auto con un poco de ilusión en sus ojos. El trayecto fue cómodo puesto que era la primera vez que salía en auto, así que se dedicaba a ver hacia todos lados del camino preguntando por todo. El simple hecho de ver una sonrisa en sus labios me llenaba de satisfacción y recibía con ello la gratificación del viaje; por lo que si no llegábamos a mas esta vez, no dejaría que eso estropeara el paseo.

 

Cuando llegamos al onsen Kouki fue el primero en bajar ilusionado. Era la primera vez que venía a uno puesto que la mayor parte de su vida vivió en Estados Unidos. Baje las dos pequeñas maletas y lo seguí a través del camino hacia la recepción.

 

La recepcionista nos recibió cortésmente y nos indicó nuestro número de habitación. Entramos al lugar y sin duda nos quedamos anonadados. La habitación era hermosa, puesto que tenía una mezcla del estilo occidental con el japonés. En la entrada estaba una pequeña antesala con un televisor, a un lado una puerta corrediza en donde estaba la habitación principal y frente a ella, un largo balcón que daba a toda la habitación con un pequeño onsen privado a fuera.

 

Kouki rápidamente recorrió el lugar con una rostro lleno de emoción, marcándome que había en cada parte de la habitación como un niño pequeño. Minutos después de haber acomodado las maletas y ver el lugar, una joven llego avisándonos que los baños estaban libre y la comida seria servida en unos minutos. Kouki entusiasmado se fue a cambiar mientras que yo observaba con atención el hermoso paisaje fuera del balcón; y una vez que estuvo listo, ambos salimos para comer en el comedor comunitario.  

 

 

El día paso tranquilo. Después de almorzar ambos disfrutamos de recorrer los hermosos jardines tomados de la mano, pero el momento de tensión se hizo cuando entramos a la habitación. Podía ver como sus ojos se paseaban por todo el lugar buscando algo que hacer, mientras que sus manos se movían nerviosas sin dejar de agarrarse los dedos.    

  

- Si gustas podemos ir a los baños públicos. Toma tus cosas y ambos vamos por separado, ¿te parece bien?- Kouki me sonrió aliviado.

 

Parecía feliz de no haber tocado el tema principal por el que venía, y por el momento planeaba seguir así. Tomo sus cosas de uso personal y la yukata que te prestaba la estancia. Nos encaminamos tomados de la mano hacia los baños y lo deje fuera del de donceles para yo entrara al de varones a un lado.

 

Se despidió de mí dándome un beso de improviso, dejándome sorprendido y solo apreciando su silueta desapareciendo por la puerta. Sonreí como un bobo por la acción y me encamine a las aguas termales con un rostro sereno.

.

 

Cuando termine de asearme revise mi celular y me topé con un mensaje de mi esposo. Me comento que no se sentía bien y se había adelantado a la habitación para descansar. Preocupado salí del lugar y a paso rápido llegue hasta la habitación. Entre buscándolo con la mirada, y lo encontré parado en el balcón frente a la sala.

 

- ¿Estas bien?, ¿te duele algo?- me acerque preguntando y él se giró al escuchar mi voz regalándome una sonrisa.

        

- No es nada grave. Solo ha sido un golpe de calor. Por eso estoy tomando el aire fresco.-

 

Le di una pequeña inspección mientras él solo sonreí por mi paranoia. Lo aprisione en mis brazos y  él correspondió el abrazo.

 

- Ya viste las estrellas.- me pregunto cambiando el tema al tal vez sentir el temblor de mi cuerpo por haberme preocupado.

 

Sin separarme aun de él levante mi vista al cielo. Él lugar al estar en las montañas dentro de un bosque, te regalaba la hermosa imagen de un cielo completamente estrellado. Amplié una tenue sonrisa al tan maravillosa escena y Kouki se separó un poco de mi cuerpo pero sin soltar el abrazo.

 

- Es como cuando estábamos en el jardín del hospital.- me hablo retomando mi atención en él, dejándome completamente embelesado ante su belleza.

 

Mi esposo era bello. No. Más que bello, era el ser más hermoso que había visto en mi corta vida y del cual estaba seguro que jamás podría comparar con nada más. Sus enormes ojos cafés me miraban con dulzura, sus mejillas estaban levemente sonrosadas por el calor subido, y su lisa y blanca piel brillaba a la luz de la luna.

 

Completamente envuelto por la emoción y el momento, no pude detenerme más. Me acerque con cuidado hacia sus labios y obteniendo una aceptación de su parte, los uní a los suyos. Ambos cerramos los ojos para disfrutar del momento mientras que yo deslizaba mis manos hacia su cintura, y el a mi cuello.

 

El beso paso de ser dulce y tierno a voraz y hambriento. Kouki intentaba seguir mi ritmo entre el movimiento de nuestras bocas, pero cuando introduje mi lengua en un descuido de su parte, pude sentir como dio un respingo pero aun así no me separo.

 

- Te deseo Kouki.- le hable de forma cortada entre el beso, sin la más mínima intención de terminarlo.- No tienes idea de cuánto.-

 

Baje de sus labios hacia su cuello, sintiendo como sus manos ahora iban a mi yukata y se sostenía con fuerza. Pase de su cuello a su oído, besándolo y dando leves mordidas en el escuchándolo dar los primeros gemidos.

 

Me encontraba completamente exhorto en mi tarea al no notar ninguna desaprobación de su parte, pero al escuchar sus sollozos, mis actos se detuvieron en ipso facto.   

 

- No me hagas esto Sei.- susurro son lágrimas en sus ojos, provocando que me alejara de su cuerpo asustado por verlo en aquel estado.

 

Aun lo mantenía sujeto de la cintura y él del cuello de mi yukata. Su cuerpo estaba temblando, e intente calamar la excitación de hace algunos segundos que siempre provocaba en mi para hablar tranquilamente. Respire profundo para calmarme. Hoy no me movería de ahí sin obtener respuestas de que era lo que sucedía.

 

Lo saque del escondite en mi pecho y levante su rostro limpiando sus lágrimas. Kouki solo disfruto de mi tacto para después situar sus hermosos ojos en los míos.  

 

- Kouki, ¿aún me amas?- sus ojos se abrieron de golpe, regalándome una mirada llena de dolor   sintiéndose herido de que cuestionara el amor que me tenía. Yo sonreí ante su acción y pude confirmar que ese no era el problema.

 

Volví a limpiar las nuevas lágrimas de su rostro y bese con dulzura sus labios. El me correspondió demostrándome que mi tacto no le era molesto. ¿Entonces por qué actuaba así?

 

Me separe con lentitud y pude apreciar en sus ojos que el también lo desea. Bese sus mejillas, limpie sus lágrimas y nuevamente lo abrase contra mi pecho.

 

- ¿Puedo preguntar qué es lo que sucede?- Kouki se hizo pequeño y oculto su rostro nuevamente. Acaricie su espalda con calma y al sentir como sus manos apretaban mi yukata, comprendí que iba a hablar.

 

- Es que aún no se borra.- me respondió bajito, pero al solo estar nosotros dos en silencio, pude escucharlo con claridad.

 

Alce una ceja como muestra de confusión al no entender su respuesta, y Kouki pudo entender mi gesto. Desvió su mirada a un lado y soltó mi ropa para ahora llevarla a su pecho. Apretó ahora la suya y tomo un largo respiro.

 

- He hecho de todo. Rin-san me ayudo dando algunas cremas pero esta tan grande que no se ha borrado. Sé que es fea y no te gusta…-

 

- Espera.- lo detuve de improviso llamando su atención.- ¿De qué me estás hablando?- pregunte un poco confundido. Tenía ya una leve sospecha, pero necesitaba confirmarlo.

 

- Pues de mi cicatriz.- murmuro con timidez. Provocando que yo me diera un fuerte golpe mental.

 

- ¿No me has dejado estar contigo por qué crees que no me gustara tu cicatriz?- pregunte intentado contener la risa. Kouki me miro molesto.

 

- No es que lo crea. Es que tú mismo lo dijiste.-

 

Ahora si me dejo más confundido.

 

- Yo jamás he dicho tal cosa. Es más, ya la he visto muchas veces.- Kouki dio un respingo y se cubrió el pecho.

 

- Claro que lo hiciste, en el hospital. Le dijiste al médico que estrictamente no estarías conmigo hasta que desapareciera.-

 

- Yo jamás…- intente defenderme, pero al ver el serio semblante de Kouki me puse a pensar en mis palabras.

 

Lleve mi mirada al abismo e intente procesar si alguna vez pude haber dicho aquello. Aunque estaba completamente seguro que jamás lo había dicho, puede que Kouki haya malinterpretado alguna platica que haya tenido con el médico. Y bingo. Después de algunos segundos la encontré.  

 

Tome un largo respiro y tome su mano para adentrarlo a la habitación. Él me miro serio pero aun así se dejo guiar. Lo senté en la cama y yo me incline en el piso frente a él. Tome sus manos y haciendo círculos sobre sus dorsos me dispuse a aclarar las cosas.

 

- Si no es que me equivoco, que eso casi nunca pasa. Lo que yo le dije al médico fue que no estaríamos juntos hasta asegurarme que las probabilidades de una falla en tu corazón hayan desaparecido…- pude apreciar como sus ojos se ampliaron.- Yo no hablaba de tu cicatriz. Es más cada vez que la admiro todas las noche me gusta cada vez más.-

 

- ¿Cada noche?- se sorprendió por mis palabras.

 

- ¿Sabes que tienes el sueño pesado?- él negó con la cabeza.

 

Bese ambas manos y me levante del suelo. Lo tome entre mis brazos y él dio un pequeño grito por la sorpresa. Me deslice sobre mis rodilla hacia el centro de la cama y lo acosté con cuidado en el colchón, mientras Kouki solo me observaba confundido.

 

- Todas la noches cuando me aseguro de que estas dormido hago un pequeño ritual.- hice una pequeña risita.

 

- Beso tus mejillas.- me acerque para darle un beso en cada cachete.

 

- De ahí, paso a tu frente, tu nariz y tus labios.- bese cada lugar nombrado, Kouki solo cerros sus ojos y se sonrojo cuando me separa de su boca.

 

- Y al final.- deslice mi mano sobre su yukata y deje a la vista su pecho.- abro la camisa de tu piyama y beso esta hermosa cicatriz.- me acerque a besar aquella línea en el centro de su pecho. Dándole uno, y otro, y otro beso, hasta estar satisfecho.

 

- Porque gracias a ella, es que tu estas a mi lado. Por lo que cada vez que la veo, sonrió de felicidad al saber que tienes un fuerte corazón que te mantendrá a mi lado día con día. - Termine de apreciarla y levante la mirada encontrándome con los ojos lloros de mi hermoso esposo.

 

- Así que dime, ¿aun crees que la veré fea?- él negó con su cabeza.

 

- Te amo Kouki, y eso jamás, jamás, jamás lo olvides.- bese sus labios y el me correspondió. Ambos nos separamos dejando solo la separación de nuestras narices y nos quedamos observando los ojos contrarios.

 

- Ahora sabiendo esto, ¿me permitirías al fin el poder hacerte el amor?- bese su mejilla izquierda bajando a su cuello y terminado en su lóbulo. Pude sentir los brazos de Kouki deslizándose hacia mi cuello y apretando mi cuerpo contra el suyo.

 

- Si Sei, te permito hacerme el amor.- me susurro en mi oído con dulzura y yo sonreí con una gran satisfacción.

 

Le di un último beso en su cuello para aventarme hacia sus labios y besarlos con hambre, dándole al fin rienda suelta a todos lo sentimiento que estuve reprimiendo por meses.

 

Los besos, caricias y palabras de amor, nunca faltaron durante nuestra entrega de amor mutua. Kouki me aceptó abrazándome con fuerza, y yo me encargaba de besar y acariciar cada parte de su cuerpo dejando muchas marcas de mi amor en él. Entregándonos el uno al otro y encargándonos de establecer fuertemente nuestro lazo. El cual me aseguraría que nunca se rompa.

 

 

3 Meses después.

 

- Bueno al fin los estudios me han llegado señor Akashi.- nos hablado el medico en el consultorio de su hospital.

 

Hace algunas semanas Kouki se había estado sintiendo mal, preocupándome primero con desmayos y en los últimos cuatro días con vómitos involuntarios. Él me aseguraba que no era nada grave, que tal vez había comido algo en mal estado y ahora su cuerpo estaba reaccionando a la intoxicación. Pero yo no iba a esperar un día más con esa incertidumbre, así que en contra de su voluntad, lo lleve a hacerse unos análisis.

 

- ¿Sabe que es lo que tiene mi esposo?- pregunte preocupado, aferrándome con fuerza a su mano sobre su muslo.

 

El medico raspo su garganta y dio un suspiro.

 

- En realidad el problema no solo es uno, señor Akashi. Si no dos.- ambos nos volteamos a ver preocupados y mi esposo me miro asustado.

 

- El joven Kouki está esperando gemelos.- nos soltó de golpe la noticia, haciendo una enorme sonrisa al terminar la oración.

 

- ¿Qué dijo?- pregunto Kouki primero ya que yo me quede en shock.

 

- Dije que el malestar que tiene es porque esta embarazado, está esperando gemelos. Tiene tres meses de gestación. Felicidades van a ser padres.-   

 

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Notas finales:

Bueno he aquí el pequeño especial. Quería poner un poco de lemon, pero la verdad es que soy un total asco en la materia, por lo que me abstuve por no fregarla gacho. 

Espero que les haya gustado y les pido disculpas por el largo retraso, sobre todo a cami, =( 

Por cierto, re-subí todos los capítulos según yo ya sin faltas ortográficas, aun que si se me escapo alguna pido disculpas adelantadas. 

Les agradezco infinitamente el amor que le han dado a esta historia y les mando un fuerte abrazo por haberme acompañado mientras la escribía. Espero poder verla en alguna otra de mis historias y seria aun mas feliz si pudieran dejarme algún comentario de que les pareció. 

 


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