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Mi corazón es tuyo y el tuyo mi razón de vivir por ANGEL DEL SOL

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Notas del capitulo:

Hola buenas noches a todos. jejeje disculpen la tardanza pero no hayaba como cortarlo jejejeje.

Bueno aqui les traigo un nuevo capitulo super largo como el anterior el cual espero disfruten leyendo, como yo disfrute escribiendo.

Ahora si esta super largo jajaja espero no se enfaden, pero es que me emosiono escribiendo y ya no se como parar. perdon. 

CAPITULO 2

 

Cuando comencé a recobrar el sentido, abrí mis ojos asustado y levantándome de golpe. Volteo a ver a mi alrededor y note que me encontraba en mi habitación. Mire con detalle mi estado y observe que traía puesta una piyama. ¿Qué es lo que había pasado y cómo fue que llegue aquí?  Fue lo primero que llego a mi mente.

 

Me levante de la cama y camine hacia la puerta para buscar a alguien que me explicara lo que había sucedido. Al llegar a la sala me encontré con Soichi hablando por teléfono. Me acerque para intentar escuchar con quien hablaba y cuando él se percató de mi presencia giro nervioso. 

 

- Joven Akashi ¿se siente bien?- pregunto con un poco de preocupación es su voz.

 

- ¿Con quién hablas?- hable en un tono frio, ignorando su anterior pregunta y yéndome a sentar al sillón. El me siguió con la mirada y después miro el celular en sus manos.

 

- Oh, estaba hablando con el señor Furihata, me estaba preguntando por su salud y disculpándose nuevamente por no haber podido reunirnos. Disculpe pero debo terminar la llamada, lo deje esperando.- Al terminar de explicarme se alejó un poco y coloco nuevamente el celular en su oreja. Observe con atención sus expresiones y de vez en cuando alcanzaba a escuchar algunas palabras que decía. Como: no ha y problema, corazón, por la tormenta y hospital.

 

La última palabra agudizo mis sentidos y me hizo recordar a Kouki. Mi mente se comenzó a llenar de preguntas sobre su estado sacándome de la realidad, hasta que las palabras de mi secretario me trajeron de vuelta.

 

- ¿Qué dijiste?- le pregunte desorientado debido a que no le estaba prestando atención.

 

- Le preguntaba ¿Qué si le duela en alguna parte? o ¿si gusta que le llame de nuevo al doctor?-  Yo solo negué con la cabeza y él hizo una reverencia para retirarse.

 

- Espera.- Le hable lo suficientemente fuerte pero sin gritar para que regresara. El volteo sobre su eje y me miro esperando alguna orden.

 

- ¿Qué fue lo que pasó?- el regreso y se sentó en el sillón frente a mí.

 

- Bueno, no estoy muy seguro de todo, pero le diré solo de lo que estoy al tanto.- yo solo lo mire esperando su explicación y él continuo.- Debido a la tormenta toda la cuidad se quedó sin luz por aproximadamente unas 5 horas. No funcionaba nada, ni siquiera los celulares. Cundo la luz regreso me llamaron avisándome que usted se había desmayado y estaba siendo atendido por los paramédicos en el edificio CenterNEW. Cuando llegue la recepcionista me explico que usted y otro joven se habían quedado encerrados en el elevador durante todo el incidente y que una vez que la luz regreso, usted bajo con aquel joven en sus brazos buscando ayuda.-

 

-Y aquel chico, ¿Esta bien?- pregunte con un poco de vergüenza y desviando la mirada.

 

- La verdad no lo sé señor, lo único que escuche de la recepcionista fue que el estado en el que estaba era un poco crítico y debido a eso cuando yo llegue por usted, él ya no estaba.- Guardo silencio esperando alguna otra pregunta de mi parte, con un rostro un poco confundido por haber preguntado por la salud de alguien ajeno a mí.

 

- ¿Y cómo fue que yo llegue hasta aquí?- Intente recobrar mi frivolidad para que no notara mi preocupación.

 

- Pues cuando fui a donde lo estaba revisando, me dijeron que se desmayó debido a la falta de oxígeno ya que duro mucho tiempo en un lugar completamente cerrado. y al haber hecho fuerza al cargar aquel joven su cuerpo no pudo con la presión, así que se desmayó. Lo trajimos aquí y mandamos llamar a su médico para que lo revisara y efectivamente estaba bien. Solo nos solicitó que lo dejáramos descansar.-

 

- Ya veo, ¿y cómo termino lo de la cita?, me dijiste que estabas hablando con Akira-san.- Pregunte esta vez por lo del compromiso.

 

- Pues debido a todo este embrollo quedamos en hablarnos después para establecer otra cita.- Yo solo le di una mirada rápida por su corta explicación y levante mi ceja no muy satisfecho con lo que me dijo.

 

- ¿Eso es todo lo que hablaron?- le pregunte de forma brusca poniéndolo nervioso.

 

- No. No fue todo.- me contesto con la miraba baja y voz quebrada. Yo solo fije mi penetrante mirada y el copto mi mensaje. Adoraba cuando podía hacer que la gente hiciera lo que quería con solo mirarlos como si fueran escoria, la cual podía aplastar con el solo tronar de mis dedos.

 

- Bueno el Sr. Furihata también me menciono que debido al incidente su hijo está un poco grave en el hospital, por lo que no podrá hacer una cita próxima hasta que la salud de su hijo se recupere.- gire mis ojos y mordí mi labio con desagrado. Ahora si era el colmo, si mi padre se enteraba de esto estaría escuchando sus gritos y regaños hasta el fin de los tiempos, culpándome porque aquel mocoso decidió lastimarse antes de la boda. ¿Por qué no sucedió después? Así, si moría me ahorraría el tener que hacer una farsa por el resto de mi vida.

 

Me levante con enfado del sillón y mi secretario dio un pequeño brinco en su lugar, mirándome con un poco de miedo en sus ojos por mi reacción. Camine pasándolo de largo y él se levantó asustado siguiéndome.

 

- Joven Akashi ¿Qué tiene pensado hacer?- me pregunto un poco dudoso por el hecho de cuestionarme.

 

- Primeramente mi padre no debe enterarse de esto, ¿entendido? Yo me encargare de resolver este problema. Mañana tendré que ir a visitarlo para tapar las apariencias y mostrar algo de preocupación por su salud. Además, así matare dos pájaros de un tiro. Ya me canse de estas tonterías de que cada vez que nos vamos a ver sucede algo. Iré a tomar un baño y  mañana te espero a las 9:00 de la mañana para ir al hospital.- termine de hablar cuando llegue a la puerta de mi habitación.

 

- Esta bien señor, nos vemos mañana temprano. Que descanse.- El me dio una reverencia y yo entre a mi habitación cerrando la puerta.

 

En definitiva este día había sido el peor hasta ahora, así que decidí darme una ducha con agua caliente para tranquilizarme y poder pensar con claridad lo que tenía que hacer de ahora en adelante.  

 

.

Entre al baño y me quite la piyama dejándola en el cesto de la ropa sucia. Abrí la llave de la regadera y deje que el agua caliente invadiera todo mi cuerpo para relajarme. Levante mi rostro y pase mi mano sobre mi cabello haciéndolo hacia atrás, dejando que el agua recorriera todo mi rostro. Todo iba bien hasta que mi mente me hizo una mala jugada haciéndome recordar aquel beso con Kouki, provocando que mis dedos pasaran sobre mis labios.

 

- El agua es tibia, pero no tanto como tu.- Susurre sin pensarlo. Cerré mis ojos y su rostro vino en un instante a mi mente. Sus labios, sus mejillas, sus ojos. O dios santo esto es verdad se me estaba saliendo de control.

 

Moví mi cabeza intentando sacarlo de mi mente pero no funciono. Comencé a recordar el roce de su cuerpo desnudo con el mío, su aroma, su sube piel y por ultimo aquellos erectos y rosados pezones. Fue ahí que todo se me salió de control. Aquel hormigueo llego de nuevo a mi abdomen bajo, yo arrugue un poco el ceño y mordí mi labio inferior. Esto en verdad dolía, nunca me había pasado antes y no sabía cómo controlarlo.

 

Vi mi reflejo en el cristal de la puerta y pude notar como mi pene estaba erecto. Coloque mi dedo sobre la punta y este reacciono al instante dándome una descarga eléctrica por todo mi cuerpo. Es verdad que había escuchado que los hombres se masturbaban y tenían este tipo de reacciones, pero aunque suene raro, esto nunca me había pasado a mí. Yo no tenía ningún interés en este tipo de deseos banales.

 

Mire de nuevo mi reflejo y mi rostro estaba rojo, no sé si debido al agua caliente o a mis pensamiento sucios sobre Kouki. Ya que al verme de esa manera lo imagine a él, así de sonrojado con sus hermosos ojos acuosos por el miedo a ser sometido por mí. Con su cuerpo completamente lleno de sudor por la excitación y mordiendo sus labios por la vergüenza de que sus gemidos salieran. Puse mi mano sobre mi miembro de forma inconsciente y comencé a moverla de arriba abajo mientras que en mi mente, aquella imagen no desaparecía.

 

- Kouki… Kouki...- repetía su nombre una y otra vez agitado, mientras que en mi fantasía gritaba mi nombre una y otra vez al momento en que lo sometía ante mi lujuria. Mi cuerpo se sentía caliente, entumecido, sentía como mi corazón se aceleraba y mi cuerpo temblaba por más.

 

Mi mano comenzó a moverse más rápido de forma inerte, al mismo tiempo que en mi imaginación, él me gritaba y pedía más. No podía pensar en nada más que en él. Sentía que perdía el equilibrio y puse una mano en la pared mientras que mis piernas se encontraban ligeramente dobladas debido a la excitación. Continúe desesperado por sentir más, hasta que una sensación extraña estremeció todo mi cuerpo. Sentí como algo salía de mi parte baja, y cuando abrí mis ojos, mi mano estaba llena de un líquido un poco pegajoso. Mi respiración estaba muy agitada y me mente en blanco.

 

¿Qué se supone significa esto? Nunca en mi vida había hecho algo como esto. Pero por alguna extraña razón no estaba satisfecho. Quería más. Quería que fuera real. Quería tocar su piel, lamer cada parte de su cuerpo, escucharlo gritar mi nombre una y otra vez. Esto en verdad ya se me había salido de control.

 

Mire mi mano nuevamente llena de semen y solo la apreté cerrando mis ojos. Tenía que controlarme. Esto jamás pasara. Esto jamás debía volver a suceder. Debía asegurarme de no volver a ver aquel mocoso en mi vida.

 

Cambie el regulador del agua hasta que solo saliera fría. Necesitaba calmar este calor que me invadía todo el cuerpo y regresar al racionalismo. Cuando al fin logre enfriar mi cabeza y aquella reacción desapareció, salí de la regadera y me cambie para ir a dormir. Necesitaba descansar, ya que mañana finalmente conocería a mi prometido.

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La mañana trascurrió normal. Me levante, me duche y cambie, cuando estuve listo baje a desayunar. Cuando termine mi secretario ya estaba listo con el auto para ir al hospital. Decidí hacer una parada en una florería antes de llegar y compre un ramo de rosas blancas. Contemple que para la ocasión este tipo de color sería el indicado.

 

Cuando llegamos al hospital pregunte por la habitación del joven Furihata. La enfermera me comento que por el momento no tenían permiso de visitarlo, ya que se encontraba en el área de cuidados intensivos. ¿Tan mal estaba?,

 

 

Al no dejarme verlo pregunte por su estado, pero debido a que no soy un familia y aún no hemos establecido formalmente nuestro compromiso, no tenían permitido darme información. Iba a intentar seducirla con mi carisma, como lo hacía cada vez que quería algo. Pero aquella mujer de complexión robusta, cara molesta y un poco mayor de edad, no caería aunque lo intentara un millón de veces. Y no porque no fuera atractivo, si no, porque parecía que no le caían bien las personas de nuestro ámbito social.

 

Cuando está a punto de abandonar el hospital el Sr. Furihata llego. Su rostro estaba un poco pálido, su ropa algo desalineada y sus ojos cansados. Lo más seguro fue que no se separó de aquí en todo la noche. Me acerque a saludarlo y a preguntar por su salud por cortesía.

 

- Buenos días Akira-san.-

 

- Buenos días Sei-kun.- me respondió en un tono cansado.

 

- ¿Cómo está su hijo?- pregunte sin mucho interés en realidad. El agacho su mirada y paso su mano por su rostro dando un respiro.

 

- Bien.- Respondió sin mucha felicidad. Fijo sus ojos en las flores que tenía en mis manos y se acercó para olerlas. - ¿Las has traído para mi hijo?- Yo mire las flores en mi brazo y después al señor Akira.

 

- Tenga, por favor déselas de mi parte ya que no me permitieron visitarlo.- Le hable extendiéndole el ramo.

 

-Lo siento. Es que aún no lo habían colocado en una habitación. Pero si gustas esperar una media hora podrás verlo. Es por eso que estoy aquí. Hace unos momentos el doctor me aviso que ya lo van a trasladar.- Me informo colocando sus manos frente a las flores para que yo las tomara de vuelta.

 

La razón principal por la que estaba ahí era para al fin poder verlo. Había cambiado todo lo que tenía en mi agenda el día de hoy para que no hubiera ningún inconveniente, así que esta vez no dejaría que nada lo impidiera. Hice el gesto de mirar mi reloj para simular que estaba ocupado y no dar a notar mi gran interés, para luego contestarte de forma tranquila.

 

- Claro, tengo un poco de tiempo.- él me sonrió y me invito a tomar un café en la cafetería del hospital en lo que esperábamos.

 

.

Una vez que llegamos el mesero se acercó a pedir nuestra orden. Yo pedí un macchiato y él un capuchino caliente.

 

- Disculpa por mi aspecto.- corto el silencio una vez que el mesero se fue. Yo solo lo mire sin decir nada.- es solo que no he tenido tiempo de ir a casa a cambiarme.- rio intentando ocultar su vergüenza.

 

- No se preocupe. Me imagino que debió estar muy preocupado, eso es normal.-

 

¿¡Normal!? Claro que sería lo más normal para un padre, excepto el mío. Él no estaría conmigo perdiendo su tiempo si tenía algún asunto con la empresa. Al menos que estuviera muriendo, pero esto no lo haría por empatía, sino porque estaría preocupado de no haberle sacado todo lo que pudo a uno de sus mejores peones.

 

Dentro del silencio después de esas palabras el mesero se acercó y nos dejó lo que ordenamos. Yo tome un sorbo con delicadeza y él solo sostenía su taza con ambas manos en la mesa. Creo que para calentarse las manos.

 

- ¿Sucede algo malo?- le pregunte debido a su extraña actitud. Cuando escucho mi voz el salió de trance y me miro aturdido.

 

- ¿Disculpa que dijiste?- yo levante mi ceja como muestra de molestias por haberme ignorado y le pregunte de nuevo.

 

- ¿Que si el estado de su hijo es muy grave?- él me miro un momento y después fijo su vista en la taza entre sus manos. ‘

 

- No es que sea grave ahora. De hecho gracias a dios alguien fue lo suficiente amable como para haberle salvado practicante la vida, porque si él hubiera estado solo en ese elevador creo que habría……muerto.- Dijo la última palabra de forma muy quedita, llena de seriedad y angustia.

 

- ¿Elevador?- pregunte curioso debido a que me sucedió algo parecido. El despego la vista de su café y la llevo a mi rostro.

 

- Si. Debido a la tormenta se quedó atorado en el elevador. De hecho fue en el edificio donde iban a tener la cita. Nuestro chofer tuvo un accidente y no habría podido llegar a tiempo, así que este sinvergüenza se fue corriendo solo bajo la lluvia para poder alcanzar a verte.- Rio sarcásticamente y bajo la mirada.- No puedo creer hasta qué extremo llega por ti.- Dijo esto último más para sí mismo, que para mí. Tomo al fin un sorbo de su café y cuando levanto su rostro sus ojos reflejaron sorpresa.

 

Yo lo mire extrañado y él acercó su mano a mi rostro. Yo reaccione rápidamente y la quite.

 

- Lo siento, no quise incomodarte. Es solo que te ves un poco pálido. ¿Estás bien?- me pregunto con voz preocupada.

 

- No hay problema, fue mi culpa. Lo siento.- El solo me sonrió negando con su cabeza y tomo su taza.

 

Yo pestañe varias veces para salir del estado de shock en el que me encontraba, y tome otro sorbo de mi café. Todo esto en verdad era solo una coincidencia. Tal vez su hijo había abordad el elevador de un costado y al igual que yo, se había quedado atorado.

 

Pero al pensar en ese tipo de razonamiento estúpido me moleste. Eso que pensaba no tenía ningún argumento válido. Las probabilidades de que hubiera en el otro elevador alguien con la misma situación que aquel castaño, serias 1 en 100 millones. Tome otro sorbo de café para intentar calmarme, e hice la pregunta que me sacara de mis dudas por completo.

 

- Disculpe Akira-san, pero ¿cuál es el nombre de su hijo?- él regreso su mirada del gran ventanal que daba hacia los jardines del hospital y me miro a los ojos extrañado.

 

- ¿Acaso tu padre no te dio la información de mi hijo?- Yo negué con la cabeza y él solo suspiro.

 

- Kouki.- al escuchar ese nombre mi corazón se apretujo.- Furihata Kouki.- Mis ojos se abrieron por completo y sentí como mi cuerpo se congelaba. Aquel nombre resonaba en mi cabeza una y otra vez acompañado por todas las imágenes de los momentos en que había estado con aquel castaño. Mi corazón comenzó a palpitar como loco y mi mirada aún se encontraba perdida.

 

Esto no podía ser verdad. No podía. Me jure a mí mismo mantenerme lo más alejado de aquella persona que peligraba mi mundo y resultaba que ahora iba a casarme con él. Esto debería ser una broma. Tal vez los dioses estaban jugando conmigo para ver qué tan… Espera, ¿jugando?,… ¡Jugando!... Tal vez de esto se trataba todo. Él estaba jugando conmigo. Él ya debía saber quién era yo desde el primer momento en que nos vimos si es que en verdad dice amarme. ¿Entonces por qué no decía nada?

 

- Sei-kun ¿estás bien?- la voz de Akira-san me despertó y de nuevo se acercó para tocar mi rostro, pero esta vez al no estar muy consiente no lo rechace.- ¿quieres que llame a un médico? Estas muy pálido.-Yo solo lo negué con la cabeza y quite su mano amablemente.

 

- Tal vez solo sea cansancio por lo de ayer.-

 

- Ya veo. Tu secretario me dijo que también estuviste en un accidente. ¿Fue muy grave?- Me pregunto tomando asiento en su silla.

 

- No. Yo estoy bien, es solo…..- Pero antes de que pudiera terminar de hablar, la misma enfermera robusta y enojona que estaba en la recepción se acercó a Akira-san.

 

- Disculpe que lo moleste Furihata-san, pero el joven Kouki ya está en su habitación.- Le dijo de una manera muy dulce con una gran sonrisa, para después darme una mirada retadora y alejarse; la cual capto Akira-san.

 

- Discúlpala, no es una mala mujer, es solo que es muy sobreprotectora con mi hijo y parece que ella ya está enterada de ti. Se comporta de esa manera siempre que algún hombre se le acerca.-dio una risa ligera.

 

- ¿Ella conoce a su hijo?- pregunte sorprendido, ya que menciono su nombre sin ningún honorifico.

 

- Si, este hospital le pertenece a mi familia y debido a que mi hijo es muy enfermizo, durante su infancia estuvo aquí mucho tiempo. Y Ayama-san que está aquí desde hace años, se encargaba de él. Así que se encariño y ahora lo sobreprotege demasiado debido a su estado.- termino de hablar pidiendo la cuenta.

 

- ¿El hospital es suyo?- Pregunte muy asombrado.

 

- Veo que en verdad tu padre no te hablo nada acerca de mi familia.- Solo me dio una risa ahogada y tomo la cuenta que le dio el mesero.- Esta vez pagare yo. La próxima te toca a ti.- Firmo solo el recibo y el mesero se alejó sin recibir ningún centavo.

 

¿Qué se supone estaba pasando aquí?, ¿Qué no eran una familia podre que había subido hace poco de nivel social?, creo que tendría que hacer una larga y minuciosa investigación a esta familia. En un comienzo no les tome interés, ya que creí que mi padre fue el que había acordado el matrimonio. Pero ahora que él me había asegurado lo contrario y me estaba mostrando un mundo que no les conocía, debía averiguar qué tipo de familia son.

 

- Bueno, me voy adelantando. Quiero hablar con mi hijo antes de que entres. Te espero arriba.- Se levantó de la silla y camino a paso apresurado hacia la salida.

 

Yo solo lo vi alejarse y me quede aun sentado en la cafetería. Me encontraba intentando comprender que era todo lo que estaba sucediendo. Según solo la información que tenía, es que era una familia en gran crecimiento en el ámbito de la literatura.  Su hijo era un doncel inocente y delicado con una enfermedad desconocida, el cual me amaba y me había buscado para casarse conmigo. Pero si a eso le agregamos el hecho de que ha estado jugando conmigo los últimos meses…. La verdad no sabía ya que creer. Decidí que tenía que omitir esos estúpidos sentimientos y reacciones que me habían invadido hace días, para pensar con cabeza fría que es lo que ellos querían de mí.

 

Me levante al fin de la mesa y camine hacia la recepción para pedir el número de habitación. Cuando llegue, aquella grotesca mujer me miro con desagrado pero me dio la información. Me subí al elevador y presione el piso 18. Qué ironía, el mismo piso.

 

Cuando las puertas se abrieron fui hacia la habitación 524, toque la puerta, pero nadie contesto. Toque de nuevo, pero nada. Decidí abrir la puerta con cuidad ya que no quería toparme con una escena comprometedora, pero al hacerlo no se encontraba nadie. Camine sin hacer ruido por la amplia habitación pasando por la ante sala y abrí otra puerta que daba hacia la habitación de la cama.

 

Con lo primero que se toparon mis ojos, fue con aquel hermoso castaño que había estado encerrado conmigo en el elevador dormido. Me acerque despacio hasta la cama y observe que sus mejillas aún estaban un poco pálidas, sus labios un poco resecos y las venas de su brazo donde estaba la intravenosa, se encontraban muy amoratadas. Parecía que le habían dado más de un piquete en el brazo.

 

Mi rostro hace una mueca de disgusto al verlo en tal estado y me acerco un poco más hacia su rostro. Dejo las flores que traía en la mesa a lado de la cama y paso mi dedo de forma inconsciente por sus labios y mejillas. Esta tibio. Él da un pequeño quejido y yo me alejo nervioso por mi comportamiento.

 

Comienza abrir sus ojos poco a poco y cuando se percata de mi presencia, se levanta con cuidado y me sonríe. Yo lo miro con un rostro frívolo y sin emociones, esperando que capte mi mensaje de disgusto. Pero parece que no lo nota.

 

- Hola, ¿cómo está?- me pregunto con una voz débil.

 

- Bien.- conteste cortante.

 

- Muchas gracias por ayudarme. Los paramédicos me comentaron que si no fuera por su ayuda habría sido peor, ¿Espero no haber sido una carga?- Me hablo de manera dulce y sonriendo.

 

- En realidad si lo fuiste.- sus ojos se entristecieron ante mi fría respuesta.

 

- Lo siento, esa no fue mi intención.- hablo cabizbajo y acostándose de nuevo tapándose con las mantas.

 

¿Que se supone es este comportamiento?, actúa como si nada hubiera sucedido. ¿No piensa aclarar las cosas?

 

El silencio en la habitación se hizo sepulcral, parecía que él no tenía intenciones de continuar con la conversación, por lo que yo decidí sacar el tema.

 

- Hace un momento hable con tu padre.- Él se movió debajo de la sabanas pero no dijo nada.

 

- Me explico que fuiste tú quien me buscaste para establecer el matrimonio, ¿se puede saber por qué?- Él continuo sin decir nada. Esto me estaba cansando. En verdad estaba hablando con un inmaduro chiquillo.

 

- ¿Hasta cuándo tenías planeado decirme que eras tú mi prometido?- pregunte esta vez en un tono de voz más elevado reflejando mi molestia. Él aún continuaba oculto y sin hacer ningún ruido, así que me di por vencido por ahora. Con la mentalidad de que este no era el lugar apropiado para hablar sobre esto, me gire con intención de irme.

 

- Yo solo quiero estar a tu lado porque te amo.- Al fin hablo deteniendo mis pasos, pero aun debajo de las mantas.

 

Yo gire nuevamente mi cuerpo hacia su dirección y lo mire atónito. ¿Qué dijo?, ¿qué me ama?, Es por eso que había armado todos aquellos embrollos, porque dice amarme. No, no voy a caer en esas palabras, él solo quiere engatusarme y poder utilizarme para sus planes como todos.

 

Ya he escuchado esas palabras tantas veces que pareciera que son parte de mi vida cotidiana. Profesan amarme, pero una vez que conocen mi temperamento y no hago lo que quieren, me dejan culpándome de su incompetencia. ¿Qué no se supones que amar es dar todo de ti por la otra persona sin esperar nada a cambio? Si es así, por qué ellos huyen en el primer instante en que encuentran alguna dificultad. La respuesta es sencilla. Nunca me han amado y nunca podrán.

 

Fui un estúpido. Fui un verdadero estúpido al pensar que él era una persona dulce e inocente que se topaba conmigo de forma espontánea. Él es igual que todos. Pero parece que fue un poco más inteligente, ya que casi estuve a punto de caer en su farsa. Empuñe mis manos y mordí mi labio con fuerza intentado calmar mi ira. Trague saliva y solté una larga y fuerte carcajada. Él salió de su escondite y me miro confundido.

 

- Déjame bajarte de tu nube niño, yo jamás, escúchame jamás voy a quererte. Comprendiste. Para mí solo eres un peón que puedo utilizar a mi antojo y una vez que haya obtenido todo de ti, te botare como lo que eres. Basura. Si aun sabiendo eso quieres casarte conmigo, adelante. Solo déjame advertirte que te espera una triste vida en mi infierno.- cuando dije aquellas palabras sentí como si mi estómago se revolverá y estuviera a punto de vomitar, pero aun así seguí.

 

- ¿Que acaso no tienes la menor idea de quién soy?, ¿necesitas que te lo explique?- Le pregunte en un intento por humillarlo. Aquellas palabras llenas de odio y rabia salían solas sin que yo pudiera detenerlas. Mi corazón se estrujaba cada vez que pronunciaba una palabra, pero ya era muy tarde para detenerme. Espere ver su rostro lleno de lágrimas y gritándome que me fuera como siempre, pero eso nunca sucedió.

 

- Claro que lo sé. Eres Akashi Seijuro.- Me miro con firmeza. Esa fue la primera vez desde que lo conocí que no había duda o miedo en sus ojos. Esta era la primera vez que alguien me sostenía la mirada de tal manera.- Hijo único de Akashi Masamune y Akashi Hanami. Tu madre falleció cuando tenías 12 años de edad. Te gusta el baloncesto porque era lo que compartías con tu madre. El shogi y montar a caballo son otros de tus pasatiempos que más te gustan. Tu mejor amigo es tu caballo Yukine y eres… y eres…- Detuvo sus palabras al mismo tiempo que bajaba su mirada y sus mejillas se coloraban un poco.- eres la persona más amable, dulce y bondadosa que he conocido.-

 

Cuando escuche todas aquellas cosas sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo. Era la primera persona en años que me miraba sin tenerme miedo. ¿Cómo podía sostener esa mirada tan decidida?, ¿Cómo es que sabía tanto de mí?, Había algunas cosas de las que me dijo que no me sorprendieron que supiera, ya que mi vida era un libro abierto debido a la prensa, pero sus ojos. Sus ojos se llenaron de ternura cuando dijo aquellas palabras, ¿amable?, ¿dulce?, ¿bondadoso?... ¿yo?... No entendía de donde había sacado aquellas características. Yo no tengo ninguna de ellas. Es más, ni siquiera existen en mi diccionario. Así que ¿por qué es que pensaba eso de mí?

 

- Creo que te has equivocado de persona. Yo nunca he sido bondadoso, amable o dulce en mi vida. Parece que te has creado una falsa imagen de mí en tu cabeza.- al fin hable de la manera más fuerte y clara posible para que comprendiera. Pero parece que no funciono. Puesto que me miro con ternura y me sonrió de aquella manera que provocaba que mi frio corazón latiera.

 

- ¿Creo que ni tú mismo te conoces?- se bajó de la cama con cuidado y se acercó a mí.- ¿por eso te pido que me des la oportunidad de demostrártelo?- paso sus manos por mi estático cuerpo y me abrazo con delicadeza.- por favor, acepta casarte conmigo. No me importa si solo soy un peón o basura para ti. No me importa si solo quieres usarme. Hazlo. Yo solo quiero estar a tu lado.-

 

Mis ojos se quedaron pasmados ante sus palabras al igual que mi cuerpo. ¿Qué tipo de persona tan estúpida podría decir estas palabras?, ¿Acaso no estaba informado del tipo de persona que soy?, ¿Que no le había dejado lo suficientemente claro que para mí solo era una escoria?, ¿acaso no tenía miedo de lo que dentro de mi retorcidamente podría hacerle?

 

Pero por ahora todas aquellas preguntas no importaban, mi mente se había quedado fuera de si cuando acerco su cuerpo al mío, su aroma invadió mi nariz embriagándome por completo. Su delicado cuerpo rosaba el mío y podía sentir como su corazón latía de forma apresurada. Anonadado por su esencia, comencé a corresponder su abrazo. Incline mi cabeza acunándola en su cuello y pase mis brazos por su delgada cintura. Di un largo respiro sobre su cuello y me sentí en otro mundo. Por alguna extraña razón aquel lugar se me hacía conocido, pero no sabría decir de dónde.

 

¿Qué se supone significa este sentimiento?, ¿Qué me está pasando?, pareciera que mi cuerpo reacciona por sí solo en contra de mi razonamiento cada vez que estoy cerca de él. ¿Acaso es solo atracción física?

 

Me quede unos segundos embelesado entre sus brazos hasta que su voz me despertó.

 

- Entonces, ¿aceptas?- Aquellas palabras provocaron que regresara a la realidad. Me separe de forma brusca de sus brazos y él solo dio un pequeño grito de dolor al empujarlo del pecho. Yo respire profundamente e intente regularizar mi respiración para calmar mi corazón y mi mente. Voltee a verlo con desagrado por hacerme comportar de tal forma y pude notar una mueca de dolor en su rostro.

 

- Lo único que tú quieres es casarte conmigo ¿verdad?- le pregunte irritado. Él de igual manera estaba regularizando su respiración, pero de alguna manera parecía que le costaba más trabajo que a mí. Ya que me contesto en un jadeo.

 

- Yo…yo solo… quiero traerte… de vuelta.- hablaba con dificultad sosteniendo su pecho y recargándose en la cama. Lo analice por un momento con cautela. No entendí a qué se refería con aquellas palabras, pero iba a demostrarle que ni él, ni nadie podía conmigo. Además de que nuestra unión le traería grandes beneficios a mi empresa; y si a él no le importaba que no lo quisiera, menos a mí.

 

- Está bien, si es lo que quieres acepto. Pero que te quede claro que jamás me voy a enamorar de ti. Lo oíste, jamás.- Reafirme la última oración para dejarle las cosas en claro. Él se incorporó con dificultad y me regalo una gran y hermosa sonrisa.

 

- Muchas gracias, con solo estar a tu lado por mi está bien.- Sonrió. Hizo una sonrisa tan grande que pareciera que sus mejillas iban a desgarrarse. Yo solo lo mire y acomode mi traje para simular que nada había pasado, mientras que él a paso lento regresaba a su cama sin decir ninguna otra palabra.

 

- Me encargare de avisarle a mi padre de la decisión. Ya no va haber necesidad de hacer una cena para confirmarlo, puesto que ambas partes ya estamos de acuerdo. Dentro de unos días nos comunicaremos con tu familia para establecer el día del compromiso.- Durante el tiempo que hablaba, él solo me miraba feliz sin hacer o decir nada.- ¿Espero no te moleste que se realice lo más pronto posible?, Ya que quiero terminar con este problema rápido.

 

El solo negó con la cabeza y llevo su mano hacia un costado, aun con una gran sonrisa.

 

- Bueno si eso es todo, me retiro. Nos vemos el día del compromiso. Espero que para entonces estés mejor.- Gire para salir del cuarto cuando oí su voz despidiéndome. 

  

- Que te vaya bien Sei.- Yo regrese mí vista a su rostro, ofendido por la forma tan descortés de hablarme, pero el solo se limitó a reír. Como siempre. Salí de la habitación sin ya tomarle importancia a sus estupideces y me dirigí hacia mi auto. 

 

Acaso hay alguien en este mundo que pueda sonreír todo el tiempo ante todo. Esperaba que me gritara y me golpeara por mis palabras, pero él solo sonríe. ¿Qué acaso nunca se enoja?, ¿Qué no tiene ni un poco de orgullo?, Cuando llegue a mi auto mi secretario ya me esperaba, abrió la puerta del auto y yo entre. Sacudí un poco mi cabeza para dejar de pensar en aquel mocoso y me encamine a mi oficina para entrar al mundo en donde me sentía fuerte. El área empresarial.

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Ya había pasado más de una semana desde la última vez que lo vi a Kouki. Fue ahí donde ambos de manera mutua acordamos el seguir con este matrimonio. Cuando mi padre llego de su viaje de negocios a los pocos días, le informe que podía proseguir con los preparativos de la boda y el compromiso. La sonrisa que puso al darle aquella noticia me asusto. Fue tan amplia y marcada que daba miedo, además de que aun la tiene pintada en su rostro. Mi padre me estableció que dentro de 15 días se anunciaría oficialmente hacia la prensa esta unión y 3 días después, se efectuaría la boda. Por lo que solo me quedaban 5 días de liberad.

 

En lo personal esto no me interesaba en lo más mínimo. Ya había decido el tratarlo como un completo extraño una vez que comenzáramos a vivir juntos, por lo que para mi forma de pensar, seguía siendo amo y señor de mi tiempo.  

 

Por ahora me encontraba parado en mi oficina mirando hacia la hermosa vista que daba hacia la cuidad, cuando llego a mi mente aquella platica con Akira-san. Desde aquella vez he movido cielo, mar y tierra para conocer más de aquella familia. Una vez que termine de indagar en sus asuntos familiares. Encontré que Akira-san es hijo del multimillonario Adam Michen. Un magnate americano dueño de todos los hospitales MED-Ahe del mundo. Los cuales son reconocidos por tener las mejores instalaciones y el mejor equipo del mundo en cualquier ámbito médico.

 

La razón de su cambio de apellido se debió a que sus padres se divorciaron cuando él era bebe. Quedándose él con su madre de origen japonesa y su hermano mayor con su padre. Con el paso de los años su madre contrajo matrimonio nuevamente con un hombre de un capital bajo en Japón. Su madre que en aquel entonces odiaba a su padre, decidió cambiarle el apellido a su hijo por el de su nuevo marido. Por lo que él al ser aun un niño no pudo protestar. Pero pese a los problemas de sus padres, Akira-san frecuentaba a su familia de cuna, teniendo una magnífica relación con su hermano mayor y siendo propietario de a la mitad de todas las riquezas del señor Michen.

 

En lo que respeta a la familia Furihata, su madre y su padrastro habían muerto hace ya varios años en un accidente de auto. Dejando a Akira-san solo a la edad de 17 años. Pero en vez de regresar con su padre, él decidió crecer por sí mismo. Él y su padre quedaron en mutuo acuerdo que su familia solo se encargaría de pagarle los estudios, mientras que él de pagar por su comida y estancia. Cuando se graduó de la universidad en Literatura en Lengua y Relaciones Internacionales a la edad de 25 años, ya llevaba un año de casado con su esposa Hana. Dos años después nació Kouki, con alguna enfermedad de la cual no existe ningún registro comprobable.

 

Al parecer dentro de su familia todo iba bien. Tenía un trabajo estable, eran una familia feliz, hasta que su esposa falleció por una enfermedad desconocida cuando Kouki tenía 7 años. De ahí en adelante parece que todos los registros de la familia desaparecieron, puesto que salieron del país y no regresaron hasta hace 3 años. Ahora en la actualidad, su familia solo esta compuerta por Akira-san de 44 años de edad y su hijo doncel de 17.

 

Ahora comprendo por qué estaba tan preocupado en aquel accidente. Teniendo solo a su hijo como única parte de su familia, era normal aquel comportamiento. Aunque mi padre y yo estemos en la misma situación, parece que nuestro pensar es diferente.

 

Lance un largo suspiro de cansancio ante tanta información de mi futura familia. Ahora comprendía porque mi padre tiene tanto interés en estableces este compromiso. No solo ganaría una unión en Litter-Kou, sino también con MED-Ahe. Ganaría la ayuda y el apoyo de dos grandes empresas atreves de un simple sacrificio. Furihata Kouki.

 

Es verdad que soy un maldito y sanguinario en lo que se refiera a los negocios pero, aquellos ojos que me dio cuando me confeso sus sentimientos. No podría creer que alguien con una mirada así intentara usarme. Tal vez sus sentimientos eran sinceros, y ¿si fuera así?, El casarse conmigo solo lo haría sufrir y derrumbarse como le pasó a mi madre. No quiero ser tan maldito para hacer eso.

 

¡Qué demonios!, Este tipo de pensamientos no son dignos de mí. No debería importarme lo más mínimo lo que le pase. Además, no es la primera vez que destruyo la vida de alguien por un negocio y tampoco será la última.

 

El sonido de la puerta abriéndose provoco que despegara la vista de la ventana, y la guiara hacia aquel ser que se había atrevido a entrar si mi consentimiento a mi oficina.

 

- Hola Akashi, ¿porque no has pasado a visitarme?- se trataba de un hombre de cabellos verdes, que hasta el momento tenía considerado como el más allegado a mí. Tal vez hasta pueda considerarlo como amigo.

 

- ¿Que te he dicho de entrar de esta manera Shintaro?- camine hacia mi escritorio y me senté. Él se acercó a mi escritorio y acomodo sus lentes para después sentarse frente a mí.

 

-Tu padre me pidió que viniera a entregarte todo, ya que no has ido para ver los detalles de la boda y el compromiso.- saco de su maletín un carpeta azul y me lo entrego. Yo la jale sobre el escritorio hacia a mí y la abrí con desagrado.

 

- No entiendo para que quiere tanto protocolo. Estoy seguro que este matrimonio no durará ni un mes.- el hombre frente a mí, pertenecía a una de las familias y organizaciones más importantes y prestigiosas que se encargaban de las bodas y compromiso de nuestra sociedad. Lo conocía desde que tenía 3 años, ya que su madre y la mía eran grandes amigas. Los documentos que me estaban entregado, contenían un  resumen de todo lo que se utilizaría en la boda y el compromiso. Desde las invitaciones, hasta la ropa que se utilizara en cada evento.

 

- ¿Porque mejor no se lo das a él? Creo que estaría más entusiasta que yo por hacer eso.- cerré el folder tras solo ver las dos primeras hojas y gire mi silla dándole la espalda.

 

- Lo haría, pero no está en condiciones de poder hacerlo.- yo gire un poco mi silla quedando de lado y lo mire con interés. Él saco otra carpeta ahora blanca y la puso a lado de la anterior.

 

-¿Por qué dices eso?-

 

-Por qué esta en el hospital y su doctor en guardia le ha indicado reposo absoluto.- él se levantó sin decir más con la intención de salir de la habitación.- te dejo los papeles para que los veas. Ya está todo elegido, solo dale tu aprobación y comenzare con los preparativos. En la carpeta blanca esta la lista de los invitados y la prensa. Si hay alguien que quieras agregar o quitar solo avísame.- camino hacia la puerta y yo me levanté tan rápido como si hubiese una chinche en mi asiento.

 

-Espera.- grite, él se detuvo y giro su vista hacia mi.- ¿qué quieres decir con que él está en el hospital?- pregunte intrigado, la última vez que lo vi no se miraban en tal estado como para continuar aun ahí.

 

Ajusto nuevamente sus gafas y me contesto.

 

- Creí que sabias de su estado. ¿No fuiste a verlo la semana pasada? - yo solo lo mire confundido y el suspiro.- ya veo. Tiene varios hematomas en todo su cuerpo, además de que casi se fractura una costilla. El accidente automovilístico en el que estuvo lo dejo mal herido. Pero si a eso le agregamos la falta de atención en el momento. Las cosas se pusieron un poco peor. Por lo que ahora debe descansar por completo para que este bien para el compromiso.-

 

-¿Hematomas?- pensé en voz alta. ¿Cuáles?, Si la ves que ambos estuvimos casi desnudos en el elevador yo no percibí nada. Es verdad que me había dicho que había tenido un accidente pero no creí que fuera algo preocupante. Además, la vez que fui a verlo él me sonrió todo el tiempo, no había muestra de que.... espera.

 

Ahora que recuerdo cuando lo aleje la vez que me abrazo, su rostro reflejaba dolor y sostuvo su costado todo el tiempo. ¿Cómo es que no me había percatado de eso?, ¿Que me pasen este tipo de cosas es extraño?, Tal vez solo se deba a que no tengo interés alguno en aquel chico. Si. Lo más seguro es que sea eso.

 

Midorima miro mi rostro confundido y se acercó a mi preocupado.

 

- Se puede saber ¿en qué estás pensando para que pongas ese tipo de cara?- yo reaccione ante su voz y levante mi vista hacia su rostro. Sacudí un poco mi cabeza y me incorpore.

 

- Nada, olvidado. Es solo que me surgió una duda ante algo que por ahora no tiene lógica, eso es todo.- él hizo un sonido de inconformidad y me miro con determinación.

 

- Bueno si tú lo dices. Solo encárgate por favor de tenerme eso listo para hoy, ya que dentro de dos días es el compromiso.- él salió de mi oficina y yo solo me senté para meditar.

 

Todo esto estaba alterándome. Yo no ere una persona la cual omitiera algo. Pero por alguna extraña razón cada vez que se trataba de él, no podía enfocarme correctamente. Lance un largo suspiro y decidí revisar los papeles que me entrego Shintaro. Todo se miraba acorde a la ocasión. El salón era elegante y enorme. La lista de invitados era exuberante y la cena junto con los aperitivos era gourmet. En lo que respectaba al licor, los vinos eran selectivos y las decoraciones eran magnificas. No podía esperar menos de él.

 

Una vez que revise todo y anote solo algunos cambios en la lista de invitados, firme las hojas y mande llamar a mi secretario para que llevara los documentos ha Shintaro. Cuando el secretario salió, a mi mente llego nuevamente aquel chiquillo. Sera verdad que se encontraba tan mal herido. O solo es una farsa para que sienta lastima por él. Al pensar en la segunda opción, una sensación de inconformidad llego a mí. Por lo que decidí ignorarlo y comenzar a trabajar.  

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El tan esperado día para mi padre llego. Me encontraba en la sala de la mansión esperando a que mi padre terminara de hablar por teléfono en el despacho, mientras que yo acomodaba mi corbata. Llevaba un traje completamente negro con una camisa roja. La corbata era también de color negro pero con unas líneas a cuadros de rojo con blanco. Cuando al fin salió del despacho ambos caminamos a la limosina.

 

- No sabes lo orgulloso que me siento de ti Sei.- me alabo mi padre mientras miraba su teléfono entre sus manos. Yo solo lo escuche y decidí no decir nada.

 

Cuando al fin llegamos, la prensa estaba atiburrada en la entrada. Había una alfombra rojo que cubría las escaleras hacia el salón y dos filas de guardias de seguridad en los costados hasta la puerta. En cuanto baje de la limosina no se hicieron esperas las fotografías. El sonido del flash se escuchaba por todos lados y los periodistas intentaban saltar sobre los guardias para acercarse a mí. Pobre escoria. 

 

Camine ignorando a todos hasta la entrada al igual que mi padre. Que a diferencia se mí, sonreía y los saludaba por hipocresía.

 

Cuando entramos a la precepción nos llevaron a un pequeño salón donde esperaríamos a que llegaran lo Furihata. Al entrar me senté en el amplio sillón y mi padre comenzó a soltar un sermón de lo descorteses que eran al no haber llagado ya. Yo solo lo ignore y  saque mi celular para revisar si no tenía algún correo importante.

 

El sonido de la puerta al tocar provoco que desviara la vista de mi celular y mi padre dejara de blasfemar. Cuando la puerta se abrió Akira-san entro con una sonrisa de disculpa acompañada por una pequeña reverencia.  

 

- Discúlpenos por la tardanza, es que Kouki no se dejaba poner el kimono.- paso y se hizo a un lado para dejar pasar a los demás. Lo que vi detrás de él me saco el aire y provoco que me pusiera de pie ante tal belleza.   

 

Se trataba de Kouki. Traía puesto un hermoso kimono rosa color de las sakuras liso, con bordados de flores en la parte baja, un obiage color crema y un obi rojo del mismo color que mi camisa. El obi traía un obijime trenzado color crema alrededor y traía puestos sus getas. Le habían colocado un peluca de su color café castaño un poco debajo de sus hombros, el cual venia adornado con un hermoso kanzashi de flores de sakura en su lado izquierdo. Era en verdad ‘hermoso’.

 

Pude sentir que mi corazón se aceleró como loco al ver sus hermosas majillas sonrojadas, pero ese sentimiento rápidamente se trasformó en molestia cuando lo vi entrar con un alto hombre detrás de él. El hombre lo sostenía de la cintura con su mano derecha, mientras que Kouki tomada su mano izquierda para no caer mientras caminaba.

 

- Gracias Teppei-san, por ayudarme a no caerme.- Hablaba con una risa en sus labios mientras que sus mejillas aún estaban sonrojadas.

 

- De nada amo Kouki, ya sabe que es un placer estar a su lado.- Aquel hombre alto de aproximadamente más de 1.80 de cabello café, le sonreía como un completo estúpido por la felicidad de estar a su lado.

 

-Disculpen por haberlos hecho esperar, es que yo no estaba enterado que debía vestirme de esta manera. Creí que solo estaban burlándose de mi cuando llegaron con esta ropa.- Hablo con una voz apenada, pero sin soltar al tal Teppei.

 

- Lamento no haberle informado de esto Kouki-sama. Fue mi culpa el no mostrarle el protocolo sobre la vestimenta que debía usar un doncel.- Entraba Shintaro disculpándose con Kouki.

 

Él solo negó con la cabeza y sus mejillas no dejaban ese hermoso color rosado. Di un pequeño suspiro para tranquilizarme por lo de hace unos segundos, y me acerque a él para tomarlo del brazo y comenzar con todo este espectáculo.

 

- Me disculpas.- Hable de forma cortante y fría hacia aquel alto hombre, mirándolo de modo desafiante para que se alejara de mi prometido. Él entendido el mensaje, y me dio una corta risa para después soltarlo. Cuando Kouki sintió que las manos de ese Teppei lo soltaron, rápidamente reacciono intentando tomarlas de nuevo, por lo que yo intervine y lo tome de la misma manera que aquel hombre lo sostenía.

 

- Tardaste demasiado, ya hay que ingresar al salón.- Hable molesto para que dejara de ver al castaño y me prestara atención.

 

- Tiene razón, lo siento Akashi-san.- Se disculpó desviando la mirada.

 

- Bueno, no hay tiempo que perder. Voy saliendo para anunciarlos, por favor no vayan a tardar.- Hablo Shintaro saliendo del salón.

 

- Te veo afuera Kouki.- Hablo ahora su padre saliendo junto con el mío.

 

 - No se ponga nervioso amo Kouki, se ve hermoso y Akashi-sama por favor cuide que no se caiga, porque de camino a aquí se tropezó varias veces.- Fue ahora el castaño quien hablo para salir y dejarnos solos.

 

- Lo siento, es que no estoy acostumbrado a usar esta ropa. Por favor ayúdame a no caerme en público.- me pidió aun con las mejillas rosadas y su voz nerviosa.

 

Yo tome su brazo y lo pase por debajo del mío. Él me miro al fin a la cara y yo le di una sonrisa de seguridad.

 

- No te preocupes, déjamelo todo a mí.- me sonrió y asintió con la cabeza para entonces comenzar a  caminar.

 

¿De dónde habían salido aquellas palabras? ‘déjamelo a mí’, y si no fuera poco había sonreído gratamente. Tal vez solo me deje llevar por el momento, o el hecho de haberlo visto tan hermoso. Pero eso ya no importa, ahora solo debía enfocarme en que esto terminara bien.

 

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La noche paso tranquila. Una vez que ambos entramos a la recepción todos los ojos se fijaron en Kouki. En un comienzo cuando se extendió el rumor de que iba a contraer matrimonio, todos daban comentarios de cómo sería él o la afortunada de estar a mi lado. Pero una vez que lo vieron en persona, aquellas especulaciones se quedaron cortas. No iba mentir, yo tampoco estaba consciente de que podría llegar a verse tan hermoso. Pero por alguna extraña razón, me sentía un poco irritado por tanta atención.

 

Después de dar a la prensa la confirmación y tomarnos fotografías, se prosiguió con la fiesta. La cena estuvo estupenda al igual que el vino, y fue ahí donde conocí a su tío Ryo Michen junto con su esposa y sus dos hijos. Uno un niño de 12 años y el mayor de 22. Los cuales cuidaban a Kouki como si fuera oro puro. 

 

Las felicitaciones no paraban de llegar por todos lados y las mejillas de Kouki no paraban de sonrojarse con cada cumplido que le daban. Durante la mayor parte de la fiesta estuve a su lado para cuidar que no se cayera y la otra mitad del tiempo él se encontraba sentado en la mesa con su familia, mientras yo platicaba con los hombres del medio empresarial.

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- Akashi-sama.- Se acercó a mí aquel hombre llamado Teppei.

 

- ¿Qué sucede?- respondí no muy amable por haberme interrumpido.

 

- Disculpe que lo moleste, pero el amo Kouki no se siente bien y va a retirarse, Akira-sama me pidió que le dijera que si podría cubrirlo por lo que resta de la fiesta.- lo mire no muy convencido de sus palabras, para después buscar a Kouki entre la multitud. En efecto. Se encontraba sentado en una de las mesas cerca de la salida con una respiración agitada y sus mejillas un poco rojas, acompañado por su primo de 12 años. Regrese la vista hacia Teppei quien esperaba mi respuesta.

 

- Este bien. Vayan adelantándose, yo en un momento los alcanzo.- El hombre me hizo una reverencia y se alejó con mi vista sobre su cabeza. 

 

Cuando llego hasta donde estaba Kouki, se acercó a su oreja y le susurro algunas palabras. El rostro de Kouki se  tranquilizó y asintió con la cabeza. Lo que vi después de eso provoco que mi puño quebrara la copa que tenía en mis manos. El tal Teppei tomo a Kouki entre sus brazos, y él apoyo muy dulcemente su cabeza en su pecho mientras salían del lugar. ¿Qué acaso se le había olvidado la razón de porque estábamos aquí?

 

La gente que se encontraba a mí alrededor se quedó en silencio ante mi acción. Yo gire mi vista y me percate de lo que había hecho, por lo que con una sonrisa hipócrita me justifique.

 

- Parece que no mido mi fuerza.- Todos aquellos hombres avaros solo rieron ante mis palabras y continuaron con su plática. Me disculpe y retire de ahí para ir a buscar a Shintaro, y saber qué es lo que había pasado. Cuando lo encontré, me acerque a él un poco irritado.

 

- Se puede saber ¿por qué estas molesto?- hablo él antes de que yo lo hiciera.

 

- No estoy molesto.- respondí molesto.

 

- Si tú lo dices, no puedo contradecirte.- fruncí un poco mi ceño por su respuesta.- Bueno, ¿Para qué me buscabas?-

 

- ¿Dónde está Kouki?- pregunte aun ya sabiendo la respuesta, pero esperando una explicación de lo que había visto.

 

- Creí que te habían avisado. Kiyoshi-san, me dijo que iría a pedirte permiso para poder llevárselo por que no se sentía bien.- hablo confundido.

 

- Y se puede saber ¿quién es ese tal Kiyoshi?- pregunte moleste al escuchar el nombre de otro hombre alrededor de mi prometido, ¿que no bastaba con ese Teppei? Shintaro me miro aún más confundido y yo más irritado por que no me contestaba.  

 

- Kiyoshi, Kiyoshi Teppei. El guardaespaldas personal de Kouki-san.- hablo un poco inseguro de no haber comprendido.

 

En ese momento me quise dar un golpe en la cara. Se trataba del mismo tipo y yo no me había dado cuenta. ¿Qué me estaba pasando últimamente como para que este tipo de detalles se me escaparan?, lleve una de mis manos a mi sien y me di un masaje rápido para calmarme.

 

- Ya veo. ¿Y a donde fueron?- pregunte ya más calmado.

 

- Akira-san me comento que lo llevarían a descansar a una de las habitaciones del hotel, ya que se encontraba muy cansado como para regresar a hasta su casa.-

 

- ¿Sabes en que habitación esta?- Hable cansado.

 

- Si. ¿Tú también ya piensas retirarte?- me pregunto sorprendido.

 

- No, solo quiero saber si se encuentra bien. Eso es todo.- Shintaro me tiro una mirada incrédulo por unos segundos y después me contesto. 

 

- Esta en la habitación 415, Piso 6.- Una vez que obtuve lo que quería me aleje de él y camine hacia la salida.

 

Subí al elevador y una vez en el piso indicado comencé a buscar la numeración. Cuando llegue toque la puerta pero nadie contesto. ¿Tal vez ya se encontraba dormido?, Toque una vez más para cerciorarme y el sonido de la perilla girar me alerto. Cuando la puerta se abrió mire aquel chico de 12 años de cabello rubio mirándome extrañado.

 

- Kei ¿verdad?- pregunte confirmando su nombre, él asintió.- ¿esta Kouki?- él asintió de nuevo.

 

- ¿Qué se le ofrece?- me pregunto no muy feliz de que estuviera ahí.

 

- Solo he venido para cerciorarme de que se encuentra bien. Hace unos momentos me dijeron que se sentía mal, por lo que he venido para ver si necesitaba algo.- El pequeño me miro no muy convencido con aquellos grandes ojos azules, y después abrió un poco más la puerta para dejarme pasar.

 

- Por ahora está dormido. Todo este ajetreo no es bueno para su salud, por lo que hoy me toca a mí cuidarlo.- Me informaba mientras entrabada a la habitación.- Kiyoshi-san me pidió que no dejara entrar a nadie, pero me imagino que usted siendo su prometido no hay problema.-

 

Pasamos primero por la sala, para después ingresar a la habitación. El cuarto estaba un poco oscuro y solo estaba iluminado con una lámpara a un costado de la cama. Él se subió a la cama para acostarse y yo me acerque a Kouki. Su rostro estaba un poco pálido y su respiración muy calmada. Traía una piyama de manga corta que me dejaba ver aquellos hematomas en sus brazos y otros por su cuello, de los cuales Shintaro me había dicho. Tal vez hace un momento no se tonaban debido al maquillaje.

 

- Ya no están tan morados. Hace algunos días se miraban horribles.- me hablo un poco triste al percatarse de lo que estaba observando.

 

- Ya veo. Me aleja escuchar eso.- Lo dije muy serio. El pequeño me dio una mirada calculadora y después se sentó en la cama.

 

- Espero que en verdad lo haga feliz.- Dijo en seco. Yo abrí mis ojos sorprendido y me quede en silencio observando su serio semblante.- Todos estos años siempre ha querido estas a su lado a pesar de que nadie está de acuerdo con esto. No quiero ser grosero pero en realidad te odio.- Sus ojos al decir aquellas palabras me dejaron atónito. ¿Quién se creí ese chamaco como para hablarme de esa manera?, además había dicho ¿años?

 

- Kouki merece estar al lado de alguien que lo quiera y lo valore, pero por lo que veo en ti no sientes ninguna de las dos.- Aquellos fríos ojos no se separaban de mí ni un segundo, mientras que su seca voz seguía en un tono bajo.

 

- Vaya. Veo que eres un chico muy listo. Es verdad, no tengo por qué fingir contigo por lo que veo. Eso mismo se lo dije a él. Pero insistió en que quería seguir adelante con todo esto. Y en lo que respecta monetariamente a mí no me molesta; y tras haberle explicado mi forma de ser a él tampoco.- hable de forma altanera pero el pequeño ni se inmuto. 

 

- Si solo vino a ver que su saco de dinero aún se encontraba en condiciones para casarse, creo que ya se puede retirar.- Sus palabras me provocaron un poco de cólera. Pero ya que se trataba de un chamaco decidí calmarme y salir sin hacer disturbios.

 

- ¿Tu no piensas salir de la cama?- pregunte molesto al ver como se le acercaba.

 

- No, es mi turno de cuidarlo, por lo que me toca dormir con él.- me sonrió engreído.

 

- ¿Tu turno?- hable confundido.

 

- Si, mi hermano, Teppei-san y yo, nos turnamos para dormir con él. ¿Por qué?, ¿acaso te molesta?- Me pregunto con una voz burlona.

 

Yo solo mordí mi lengua y mire a Kouki aun dormido plácidamente en la cama. ¿Qué demonios significaba esto?, que él que mocoso durmiera con él no era algo tan sorpréndete ya que se trataba de un niño, pero si aquellos dos hombres también lo hacían…. ¿Acaso no lo miraban mal?, El después de todo es un doncel. ¿Qué demonios estaba pasando aquí?

 

Pase saliva para intentar retener mi rabia por cómo me retaba aquel mocoso y le respondí con lo primero que me vino a la mente.

 

- Pues aprovéchalo, porque después de 3 días el único que dormirá a su lado seré yo.- el mocoso frunció el ceño molesto y  apretó sus puños para contenerse de no venirme a golpear. Yo sonreí internamente al haber logrado mi objetivo.

 

Kouki se movió un poco por lo alto de nuestra voz, pero aun así no despertó. Ambos lo miramos para después regresar nuestras miradas. Le di una sonrisa de triunfo y le deletree en silencio disfrútalo, antes de salir de la habitación. 

 

Una vez que estuve afuera, me topé con Kiyoshi, él me miro un poco extrañado y de forma desafiante, pero no me dijo nada. Yo le di una mirada de superioridad y después me gire para regresar a la fiesta. 

    

Tengo que aceptarlo. En un inicio mi plan era alejarlo completamente de mí, pero ahora que me había topado con esto, me entraban unas enormes ganas de descubrir que es lo bueno que tiene Kouki como para que todos se comporten así. Tal vez por ahora no podré hacerlo debido a su escolta. Pero dentro de tres días, cuando sea completamente mío, voy a averiguarlo. Había algo entre ellos de lo que aún no estaba enterado, pero sea lo que sé, no iba a permitir que ellos se le acercaran de nuevo. Kouki iba a ser mío y lo que es mío nadie lo toca. 

 

 

Notas finales:

Bueno hasta aqui llega el segundo capitulo. en verdad espero que les haya gustado y estaria muy, muy feliz si pudieran dejarme algun comentario de que les parecio el capitulo de hoy.

En lo que respecta a por que vesti a furi asi es que vi una hermosa imagen y no me resisti a no hacerlo, aqui les dejo la imagen de donde lo saque jejejejeje

https://www.google.com.mx/search?q=furihata+kouki&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjkmobzuNrJAhVDxmMKHU2mC8IQ_AUIBigB#imgrc=kXFxxHpApAM_9M%3A

Bueno ya tengo una idea de como desarollare esto. En el siguiente caputulo hablare un poco de como akashi ya esta enamorado de furi pero el baboso no quiere aceptar que lo que siente son celos jajajaj y en lo que respecta a la boda y luna de miel aun no estoy muy segura de que escrbir, por lo que si quienen alguna sugerencia es bien aceptada.

gracias por leerlo todo y nos vemos el proximo mes o si puedo antes pues mejor jajajajaja.


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