CAPITULO 3
FLASH
-Te amo Zen-dijo totalmente sonrojado y abrazándolo por el cuello
-Y yo a ti, Takafumi- respondió uniendo sus labios en un apasionante beso que poco a poco se hacía más profundo, cargado de todo el amo que le tenía al doncel. Lo amaba demasiado, que no podía vivir sin su existencia
FLASH
-¡Kirishima-san! ¡Kirishima-san!
-Hmmm- abrió los ojos lentamente, encontrándose con Nowaki que lo llamaba enojado-¿Qué ocurre?
-Ocurre que ya llegamos Kirishima-san, ahora hágame el favor de bajarse del carruaje-respondió saliendo de ahí
El castaño solo ignoro la actitud del varón, y bajo para recoger su maleta. Miro a sus alrededores, el pueblo parecía estar desierto a pesar de estar a plena luz del día, y la poca gente que transitaba muy apenas como se dirigían la mirada, eso le recordaba mucho a su propio pueblo. Su vista se posó en los hombres con los que había hecho un viaje de tres días hasta ahí, mientras ellos intentaban obtener alguna información de sus esposos preguntando a la gente, pero al igual que el lugar de donde venía, nadie quería hablar. “No lo conozco”, “Jamás lo he visto”, “Déjeme en paz”, era todo lo que recibían como respuesta, y eso los irritaba. Kirishima frunció el ceño y se dirigió al hotel para rentar las habitaciones en las que se quedaría, cuando de pronto, un hermoso pajarillo azul salió de uno de los árboles que se encontraban cerca, y voló hacia el cielo. Su color de plumas le recordó tanto a los zafiros azules de su amado osito, aquellos que reflejaban lo inocente que era su alma. Cerro los ojos sintiendo como el viento frio soplaba en su dirección, y dejó escapar un par de lágrimas amargas de sus ojos-“No te preocupes Takafumi, te voy a encontrar”
Pero el destino no los favorecía.
DIA 1
-Disculpe, disculpe-el hombre se detuvo-¿Ha visto a este doncel?-le mostro la foto de su amado-Su nombre es Kamijou Hiroki, y…
-No, no lo he visto
-Mírela bien, quizás…
-¡No! ¡Déjeme en paz, idiota!
“-¡Ah!-grito, al sentir como tocaban su punto sensible-…I-Iokaw…ah
-Perfecto-sonrió satisfecho-Que comience la fiesta
Iokawa se acostó en la cama y vio con placer como Hiroki lo montaba, metiéndose y saliendo de su pene cada vez con más rapidez. Continúo golpeando su próstata haciendo que una oleada de placer los recorriera a ambos, aumentando cada vez más su temperatura. A pesar de que el peli-negro ya estaba muy sudado, el castaño era el que se calentaba más, sus mejillas estaban rojas, y de sus ojos ya salían unas pequeñas lágrimas de sus ojos. La lujuria los envolvía a ambos hasta el punto de dejar su mente en blanco, perdiéndose en el deseo que el otro les proporcionaba.
-Ah,ah,aha…Iokawa,ah
-Ah, ha, ha…Hiroki, eres increíble
-I-Iokawa…ahngh
Totalmente excitado por la hermosa vista del cuerpo de su amante sobre él, Iokawa tomo su brazo izquierdo y lo jalo para poder mordisquear su pezón derecho. Lo relamió hasta dejarlo erecto, para después morder los suficiente y dejar que la sangre fluyera para lamerla cuasando que el menor se estremeciera.
-Eres tan delicioso-dicho esto, se levantó de golpe acomodando al doncel en su regazo, enredo sus piernas en su cintura y tomando su trasero, se empujó hasta tocar su próstata.
-¡¡¡AH!!!..ha,ha…Iokawa..ngr
Cuando Iokawa sintió cerca su final, se empujó más duro, más fuerte hasta correrse dentro del doncel, mientras este lo hacía en su abdomen. Al recuperar su respiración normal, el peli-negro inmediatamente salió de Hiroki, y le abrió la puerta al siguiente con el que jugaría, dejando al castaño dormido en la cama.”
DIA 2
-Perdone la molestia madam, pero me gustaría saber si ha visto a mi esposo-le mostro la foto del susodicho-Se llama Yukina Shouta, por favor dígame que…
-Jamás lo he visto, y…y…¡ALEJESE DE MI!-grito, saliendo a toda velocidad de ahí
-¿Qué le pasa?-se preguntó Yukina, totalmente confundido por la actitud de la dama
Miro la hermosa fotografía de su amado, y sonrió con tristeza al recordar los bellos momentos que habían tenido, los cuales quizás jamás volverían.
“Shouta gimió y se retorció al sentir sus tetillas ser mordisqueadas sin delicadeza, y su miembro ser masturbado hasta conseguir ponerlo erecto. Su cuerpo se calentaba ante el mas mínimo contacto con ese varón y lo único en lo que podía pensar era en ser tomado por el, que lo hiciera suyo hasta saciar sus deseos de placer que lo consumían. Sintió como se detenía cuando empezó a soltar su pre-semen, camino hasta su mesita de noche, y lo vio sacar una botella de licor, la cual virtio en su cuerpo ahora desnudo, poniéndole también una fresa en sus labios.
-Shouta-lo miro con lujuria-Tengo hanbre
-Entonces devórame-respondió, cuidando de no soltar la fresa
-jum
Iokawa se subió sobre él, posicionándose entre sus piernas las cuales tomo entre sus manos y comenzó a lamer y mordisquear sin tener cuidado de lastimarlo. Saboreo el sabor de cada una, para luego subir en un camino de saliva al abdomen donde se tomó su tiempo para degustar. El menor se retorcía debajo suyo sintiéndose cada vez más excitado ante el rose de la lengua en su piel, podía sentir arder cada parte que era saboreada, llevándolo a desear mucho más.
Cuando hubo marcado toda la blanquecina piel de su amante, Iokawa le abrió las piernas devorando con la mirada aquel pene que tanto lo excitaba, y ensalivo el primer dedo para introducirlo en su ano. El doncel dio un salto en la cama arqueándose ante la invasión tan dolorosa dentro de el. Dolor que pronto se convirtió en oleadas de placer.
Luego otro dedo…y luego otro, estirándolo en círculos y en tijeras para que el miembro del varón pudiera entrar, hasta que este sintió que ya era hora. Saco sus dedos y, poniendo las piernas de Shouta sobre sus hombros entro en el de una sola estocada.
-¡¡AH!! …Iokaw-a…ah
Los gemidos resonaron con más intensidad mientras la cama rechinaba ante las fuertes embestidas que el varón proporcionaba. El doncel se aferró a su espalda logrando arañarlo en el acto, sintiendo como poco a poco su temperatura corporal aumentaba.
Iokawa solo sonreía de oreja a oreja, dejando que el placer los envolviera a ambos, y cuando sus pasiones se desbordaron se preparó para una ronda más.
La noche de depravaciones y lujuria aun no terminaba…”