Solía ser un chico común y corriente dirían algunos, una persona destinada a ser como los demás, con una monótona vida llena de anhelos que jamás se cumplirían. Era doloroso admitirlo, pero ciertamente mi vida estaba dirigida a ese fin. Procedente de una tradicional familia de Gyeonggi, que siempre me inculcaron a tener principios, a pensar por mí mismo, a ser como soy aunque siempre evitando soñar más allás.
"si vuelas alto y no te puedes mantener, de la caída tal vez jamás te levantes."
-¡Los pies en la tierra y no sueñes despierto!- Decía mi padre dando por visto que yo sería otro más en aquella ciudad mía donde sólo había personajes "famosos" conocidos de conocidos. Pero les digo de verdad, que la historia de mi vida la escribo y dirijo yo, yo un chico de talla mediana, oscura cabellera, paliducho, y de abierta mirada; describiéndome así yo no era tan diferente a las demás personas, además mi personalidad era al exterior de un chico serio, respetuoso, siempre manteniéndome al margen de todo, jamás arriesgándome a nada. Pero mi ser interior no era así. Siempre deseé ser más, el concepto de igual no me gustaba, aunque ser él mejor me asustaba.
Y así fue hasta mi cumpleaños número dieciséis, yo de verdad era tan común, pero eso terminó el día del suceso en que mi vida cambió.
Mi nombre: Do kyungsoo.
Todo comenzó cuando me fije en él, por supuesto lo vi por televisión. Yo era tan solo un pequeño de seis años y él pertenecía a uno de los más grandes grupos musicales del país y el mundo, llamado Wolf. La verdad era un gusto sin mucho sentido para alguien tan pequeño como yo, sin mencionar el hecho de que soy un chico, ya que ellos tenían un concepto de ¨príncipes rebeldes¨. Siendo él uno de los visuales con 21 años de edad, era más que claro que ese sentimiento nunca podría ser. Al principio era normal observarlo, admirarlo, pero al pasar los años ya no podía tan solo ignorar el hecho de que me provocaba algo más. Él tenía un perfecto rostro cual cincelado parecía estar, había algo mágico en su mirada, en su sonrisa, en su boca, en todo él. Aunque tampoco he de negar que también esta involucrada su gran estatura, su piel bronceada y ese cuerpo atlético. Era claro el "porque" llamaba la atención de las chicas, pero el llamar la atención de un niño era ciertamente algo ridículo. - Sigue soñando- Mi madre se burlaba. Y ello era natural pues tan sólo era un pequeño niño, y según ella no sabía de lo que hablaba cuando le decía que me quería casar con él. Yo no podía simplemente contradecirla cuando ciertamente una vida junto a él parecía ser sólo una quimera mía, y bien pude haber olvidado aquello pero el problema radica en que nunca lo hice. Y así durante varios años mi utopía se convirtió en sólo una fantasía cotidiana para mí. Pero el año en que yo cumplía dieciséis, mi regalo de cumpleaños era nada más y nada menos que poder ir a uno de sus conciertos a finales del año.
Aquel día me arreglé como nunca lo hice, ciertamente jamás había sido él chico más sexy del mundo, pero esa vez no quería ser él lindo y tierno Kyungsoo, así que durante horas y sin limitarme a sentir vergüenza me vestí según la ocasión, originando en mi un gran cambio, para bien debo decir. Todo para que Kim Jongin se fijara en mí.
El trayecto para llegar al evento se me hizo eterno a pesar de que sólo era poco más de hora y media en tren para llegar al llamado "Domo de cobre".
-¡No puedo creer que nos encontremos aquí, a tan sólo unas cuantas horas de verlos!- Decía gritando.
-¡Ya, calla! No seas exagerado, además pudimos haber llegado más temprano si es que ese era tu propósito, pero no, te tardaste una eternidad y ahora tenemos que esperar en esta enorme fila. - Ailee mi hermana mayor se quejaba.
- ¡Esta bien, está bien! Lo importante es que ya estamos aquí, y eso es lo que importa.- Le respondí sin reaccionar a su enfado, nadie arruinaría ese momento de gloriosa dicha.
-Pues sí... ¡ya que!- Terminó rodando los ojos y yo la ignoré por completo.
RECAPITULACIÓN:
Toda la gente está emocionada, mi respiración y latidos se aceleran aún más porque las luces se apagan dejando a través de la oscuridad contemplar el cielo del Domo lleno de flashes. Todos sabemos lo que pasará y la verdad yo ya había visto algunas de sus presentaciones, claro solo por internet y televisión, pero aun así me emocioné como si eso jamás lo hubiera visto. Estoy a unas diez personas del escenario que está iluminado por rayos de luz azules desde arriba y abajo, en el lugar y espacio donde él siempre está.
La música entona con una introducción de fondo junto al movimiento sincronizado de lamparas que hacen a las luces danzar excitantemente. Pero el concierto empieza verdaderamente cuando a través de todo el lugar hasta nuestros oídos se escucha la voz de los vocalistas, Suho y Baekhyun, y de un momento a otro todos se hacen visibles, mi hermana se llena de éxtasis al igual que yo al ver por vez primera a sus ídolos. De un segundo a otro la gente se abalanza sobre mi impulsándome a acercarme más al escenario junto a Jongin, ¿en realidad era él? Se veía aun más atractivo en vivo. No puedo describir lo que siento al verlo, pues me quedo sin palabras y si me atreviera a hacerlo me quedaría corto.
Los minutos pasan al igual que las canciones interpretadas, cuando a la mitad del concierto, justo en la canción más romántica (Moonlight) que él se acerca a la multitud para danzar, casualmente donde yo me encuentro con la cara ruborizada y con los labios casi sangrando de tanto morderlos por la emoción, no sé si mi cabello está perfecto tan sólo me lo hago hacia atrás con una mano y pido que por un instante él me vea. Él se acerca y da un rápido vistazo hacia los que estamos ahí, yo sé muy bien que a él le gusta mantener contacto visual y sólo espero que sea conmigo. Es entonces, ahí, justo en ese instante en que mi respiración y mi mundo se detienen con mi corazón está a mil, Jongin posa esos hermosos y coquetos ojos sobre mí persona. Mi reacción no es más que de admiración mientras que mi cara se pone aún más roja gesto que él, creo yo, corresponde con una hermosa sonrisa de esos deseables labios, por lo que respondo de manera recíproca, pero mi maldita vergüenza seguida de mis reflejos provocan que miré hacia otro lado en el que enfoco a Chanyeol. Aun a pesar de la situación, en mi interior estoy agradeciéndole a mi hermana a la cual perdí durante los empujones que me guiara a conocerlos, en especial a Jongin que ciertamente ronda los 31 años.
Cuando termina aquella canción lo veo desaparecer en la oscuridad del escenario por unos instantes. Una vez que está a punto de comenzar la siguiente canción él llega directamente a pararse frente a mí con esa coqueta sonrisa y esos ojos que miran con profundidad.
Ya en la última canción un tipo de seguridad se acerca a mí y me entrega un sobre que acepto algo extrañado, pero al que sorpresivamente no le dí importancia hasta una vez terminado el concierto, cuando todos los miembros del grupo se despiden y desaparecen aquellos ojos.
Al acabar todo me dispuse a buscar y a esperar a mi hermana a quien encontré enseguida.
-¡Fue un concierto increíble!- Graciosamente grité en voz baja, mientras nos dirigíamos a la salida.
- ¡Estás loco!- Se reía de mí.-Como si fuera posible que ellos se percataran de ti cuando había más de veinte mil espectadores.
- Pues aunque no lo creas él si se fijó en mi... oh bueno por lo menos me miro y sonrió.- Le saqué la lengua.
-Sí, claro y Suho se enamoró de mí.- Pusó losd ojos en blanco.- Ahora camina, que muero de hambre, por cierto ¿qué es eso?- Señaló mi mano que sostenía el sobre.
-¿Qué? -Mirándome- ¡Ah cierto!- Hice a un lado mi bolso mientras lo abría con cuidado.
No tenía ni la más mínima idea de que el contenido de ese sobre sería el pase al inicio de una vida que cambiaría todo sobre mi.
- ¿Qué es? -Ella preguntó ansiosamente.
-Pues es... ¡un pase backstage!- Sorprendido respondí.
- ¡Estás loco! ¿Cómo puede ser?
Por un instante me quedé en shock pues no podía creerlo, pero solo pasaron unos cuantos segundos para que la emoción me invadiera y mi imaginación se echara a andar, pues el pensar que tal vez él me lo enviaba me hizo sentir un excitante escalofrió, aunque también sabía que en algunos conciertos se acostumbraba regalar estos pases ¿Quién imaginaria que me llegaría justo a mi ? Tal vez ese había sido mi día de suerte.
Las cosas seguían un camino bastante "normal" si es que se podría decir así. Ailee me acompañó hacia la entrada del salón en la parte lateral del Domo que estaba resguardada por hombres de seguridad y preguntamos.
- Disculpe... ¡Dile tu anda!- Me dijó.
- ¿Si, qué sucede?- Contestó él intimidante hombre.
- Lo que pasa es que me dieron un pase backstage y me preguntaba... ¿Cuánto tiempo dura este tipo de eventos?- Torpemente hablé.
- Ya veo, la verdad puede que tome un par de horas y como muchos ganaron un pase, todo el evento será aquí mismo.
- Ok, gracias.- Respondí.
-¿Seguro te quieres quedar?- Decía mi hermana preocupada por el hecho de dejarme solo, sabía que yo era muy distraído.
- ¡Claro que sí!-Contesté sin pensarlo dos veces pues estaba, muy seguro.- ¡Ahora sólo espera un instante tengo que secarme la cara!- Dije mientras sacaba un pañuelo de la bolsa.
- No chico, tienes que entrar en este instante y pues si quieres al termino del pasillo, a mano derecha, en la segunda puerta se encuentran los baños, ahí puedes pasar pues la gente del concierto necesita ser desalojada.
-¡Eh! Gracias.- La interrupción me descoloco- ¡Ailee ves que tenía razón en comprar presentes!-Le decía mientras me adentraba haciendo halago a mi presentimiento-...Te llamo más tarde.
-¡Ok, y por favor Kyungsoo cuídate!- Me pidió.
Una vez que entre, estaba temblando de la emoción pues los tendría tan cerca de mí y no sabía cómo actuar, parecía una de esas chicas de mi instituto que se desmayaban al ver al más atractivo de la escuela que no era yo, mi euforia era tan grande que no se comparaba con nada, mi corazón se aceleraba mucho más que al hacer el ejercicio más arduo e incluso más que ganar el campeonato de soccer, pues también me encantaban los deportes, en especial ese. Así que sólo me dirigí hacia el sanitario donde me indico el guardia para poder hacerme ver decente y despejarme un poco, aunque esa puerta tenía cierta particularidad es así que una vez que pase por ella descubrí que en realidad era un cuarto individual, al principio me quise retirar de ahí por miedo a haberme equivocado ya que soy tan distraído, pero solo quería el baño por un instante así que me apresure y entre...
¡Que emoción! Debes verte muy bien para que si te encuentras con Jongin lo saludes, le des un abrazo y porque no tal vez... ¿un beso?...¿Qué? ¡No! ¿En qué estaba pensando? - Me miré al espejo, tenía la cara tan roja como un tomate de la vergüenza ante tal pensamiento. Sonreí tontamente.
Mientras estaba dentro terminando de lavarme la cara y prepararme para saber que decirles cuando los conociera, se produjo un ruido afuera del baño del cual no me preocupe pues ya había terminado justo en ese instante, pero cuando salí cual era mi sorpresa frente a mí estaba un hombre con el torso descubierto y al instante lo reconocí, ¡Era Jongin y ese cuarto era su camerino!... ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!... No tarde en descubrir que yo era un intruso, así que me metí rápidamente dentro del baño de nuevo sin notar que azoté la puerta.
Ya adentro después de recuperarme del shock me pregunté ¿por qué ambos estábamos ahí? ¿Acaso él había planeado todo esto? o bien ¿Él guardia me había jugado una broma? Estaba yo tan impactado con el corazón saltando de mi pecho pues no podía creer que ese fuera su camerino y menos que yo estuviera ahí, por un instante no supé cómo reaccionar y al verme al espejo note que mi cara estaba más pálida de lo usual, pero luego me puse a pensar que se molestaría por el hecho de yo estar ahí. Al principio me dispuse a esperar hasta que se fuera para salir corriendo, pero después decidí no hacerlo y me dije a mi mismo que era mejor salir y pedir disculpas por mi equivocación y atrevimiento pero... ¿Cómo? Si cuando estoy nervioso no puedo ni hablar y bueno eso solo es con personas normales pero con él ¿cómo podría hacerlo?, él era Jongin mi gran ídolo, mi... "hombre perfecto".
No pasó mucho tiempo en que me dije eso a mí mismo sobre el lavamanos y frente al espejo cuando la puerta se abrió...