Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"El dolor del olvido." por Syo Kurusu Love Love kokoro

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He vuelto. :3 Gracias por sus comentarios y gracias por leer.

Este es el capítulo que le dedicaré a Kisa y Nozomi –su pasado-, para que más adelante entiendan algunas referencias que se harán.

También aviso que el capítulo queda muy largo, así que lo dividiré en 2 o 3 partes. Esta es la parte uno y cuando lleguemos de nuevo al capítulo de Chiaki, subiré después la parte dos de este pequeño capítulo.

P.D. El capítulo que actualizaré tras este, es el de Onodera.

P.D.2. Le puse OVA, porque es un capítulo especial, así que no es capítulo como tal. Es como un bonus para entender la trama. –Ya sé, soy rara. ¿Quién pone OVA de lectura? :´v-

OVA de lectura. Kisa y Nozomi.

Yo era sólo un niño inútil, nunca tuve una verdadera razón para ser feliz. A mí siempre me habían gustado los niños y cuando se lo dije a mis padres, su reacción no fue precisamente la mejor. Aún recuerdo la cara de decepción de mi madre y la mirada llena de irá de mi padre. Realmente me hicieron sentir mal aquella vez. Pero creo que lo que me orilló a buscar a cualquiera, fue el hecho de que antes de que mis padres se divorciaran, sorprendí a mi padre… Teniendo relaciones sexuales con una compañera del trabajo y poco después encontré a mamá entrando en un Love Hotel, con un completo desconocido. Creo que el haber visto eso a mis trece años de edad, fue algo que me hizo entender que el “verdadero amor”, sólo era una porquería que no existía más que en cuentos de hadas.

Tal vez fue después de aquello que comencé a acostarme con cualquiera que llamara mi atención. Aunque todo comenzó cuando me fui a vivir con mi madre y ella no me prestaba ni la más mínima atención, fue entonces cuando noté que podría hacer lo que quisiera sin recibir reprimendas, mientras ella no se enterase de que con quienes me veía para ese tipo de actos, eran sólo hombres.

.

.

.

Maldición. Las noticias en verdad vuelan rápido. No llevaba ni dos meses acostándome con aquellos hombres y en la escuela ya corría el rumor de que había un estudiante de la clase 1”A”, frecuentando los Love Hotel y acostándose con hombres. Esto en verdad me irritaba, sólo era cuestión de tiempo de que el que inició los rumores, revelara mi identidad y eso me suponía un gran problema, ya que con la única persona que me llevaba bien, era mi buen amigo Nozomi -él era mayor que yo por seis meses-, quien desconocía lo que yo hacía.

-Shouta-san, te ves muy pálido. ¿Acaso te sientes mal?

-No, estoy bien… Es sólo que no he dormido lo suficiente.

-¿Por qué? ¿Tu madre hace mucho ruido en la noche o tienes insomnio?

-No es eso. Ni siquiera he estado durmiendo en casa.

-¡¿Qué?! ¡¿Entonces dónde lo haces?!

-En casa de un amigo, sólo voy a mi casa por las mañanas para ducharme y ponerme el uniforme.

-¿Es que tu madre no te dice nada?

-… Ella ni siquiera se entera de cuando voy a casa. Siempre que llego está ebria o con algún tipo que trajo de la calle. 

-Shouta-san, ¿si quiera estás alimentándote como es debido?

-¿A-A qué te refieres con “como es debido”?

-… ¿Qué demonios es lo que has estado comiendo?

-N-no desayuno y en las tardes sólo como parte de alguna comida rápida o fideos instantáneos que compro en el combini, aunque tampoco ceno.

-¡¿Estás loco?! ¡Te vas a enfermar!

-E-Está bien, enserio.

-Shouta-san, prométeme que volverás a tu casa y dejaras de verte con ese amigo, es evidente que no hacen nada bueno al estar a tu lado. No quiero que te enfermes después.

-D-De acuerdo. Lo prometo, Nozomi…

A veces me pregunto “¿Por qué siempre hago lo que Nozomi me pida?”, en verdad no entendía esto, siempre que él me pedía que hiciera o dejara de hacer algo, simplemente lo hacía sin pedir explicaciones o escuchar razones.

.

.

.

-¿Eh? ¿Shouta?

-Hola, madre. Ya llegué a casa.

-¿Dónde habías estado? No te había visto en un buen tiempo.

-Es-Estuve en casa de una amiga. Tuvimos que hacer muchos proyectos seguidos.

-¿Así que finalmente acabaron?

-A-Así es. ¿A dónde vas? Ya es muy tarde, ¿sabes? Son las once de la noche.

-Tengo una cita con un chico muy apuesto, así que ahora que estás aquí, tal vez no llegue a casa o si llego será por la madrugada.

-… E-Esta bien. Me voy a mi habitación, madre. S-Sólo ten cui-cuidado, ¿de acuerdo?

-Sí, sí. No te preocupes, pareces tu abuelo cuando yo era más joven. Ya me voy.

Tras decir aquello se fue y me quede solo nuevamente. Fue entonces que recordé por qué no me gustaba estar a solas.

El temor me invadía. Me hacía recordar todo lo que pasé cuando mis padres y el resto de la familia se enteró de que era homosexual, me hacía sentir que nuevamente era rechazado, me sentía en una abrumadora obscuridad, de donde seguramente nunca podría salir. En verdad tenía miedo. No quería ser nuevamente rechazado. No quería seguir viendo a mi madre llegar ebria y con un nuevo tipo en la cama. No quería recordar cuando me molestaban en la escuela por mi orientación sexual, no quería recordar la cara de burla de aquellos niños y maestros que se divertían con mi sufrimiento. Pero lo que realmente no quería era volver a esos días de depresión silenciosa, cuando mi propia conciencia me susurraba en sueños, que lo mejor era dejar este mundo cuanto antes y que para colmo, yo le hacía caso. No quería pasar por eso de nuevo. No ahora que tenía a Nozomi, para confiar en él. No quería echar todo a perder.

.

.

.

Los días pasaron y yo me sentía realmente triste. Aquel rumor ya se había aumentado, pese a que dejé de frecuentar todo ese tipo de lugares y mi identidad había sido revelada. Nuevamente estaba pasando por lo mismo. Chicos e incluso maestros, molestándome o viéndome con caras de asco total. ¡Maldición! ¿Por qué? ¿Qué hice para merecer esto? Ya estaba harto. Volver a ser molestado y ver a mi madre en tan deplorable estado, importándole poco mi estadía en casa. ¿Acaso mi destino era tener una vida miserable? Tan sólo habían pasado dos semanas desde que le prometí a Nozomi no volver a frecuentar a esos “amigos” y ahora ya me encontraba peor que antes. En verdad me sentía mal.

-¿Shouta-san? ¿Qué tienes? Ya te dije que ignores esos estúpidos rumores.

-Pero todos me miran con una verdadera cara de asco y algunos ya han comenzado a molestarme.

-Mientras estés conmigo todo estará bien. No te preocupes. Te lo prometo.

Esas palabras me habían reconfortado… O así fue, hasta que me enteré de que Nozomi estaba siendo molestado también, por ser amigo de una “Maldita puta homosexual”. Ese fue el último golpe que necesite, para ser derrumbado. Mi único y verdadero amigo, era molestado por culpa mía y yo no hacía nada.

Después de aquello, comencé a distanciarme de Nozomi, para evitarle problemas, pero después de eso, todo fue de mal en peor para mí. Las burlas habían aumentado, al igual que la gente que me molestaba y yo me encontraba cayendo nuevamente en depresión silenciosa… La peor depresión que pude tener.

Con tan sólo una semana de haberme apartado de Nozomi, me encontraba realmente mal, por todo lo que había pasado y porque él seguía tratando de hablarme, al creer que yo estaba molesto con él.

Todo esto había sido un golpe para mí. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces me quedé dormido en la noche, mientras ahogaba mi llanto con la almohada. Ya no sabía cuántas veces había deseado que alguien notara que yo me encontraba realmente mal.  Ya no sé cuántas veces desee que alguien me abrazara diciéndome que todo estaría bien. Tampoco sabía cuántas veces me había sentido realmente solo. Es más… Ni siquiera recordaba cuantas veces había suprimido mi hambre, ya llevaba varios días sin probar algún bocado. Ya estaba harto de vomitar, para poder sentirme mejor y sin culpa.  ¡Maldita sea! Ni siquiera podía verme en un espejo, sin sentir odio e ira contra mí mismo.  Incluso ahora, ya había perdido la cuenta de cuantas veces marqué mi piel con aquellas navajas, ya había perdido la cuenta de cuantas veces intenté suicidarme. En verdad, esta era una peor depresión que la que había tenido la última vez.

Todo eso era causa de lo que sufría en casa y en la escuela.

En casa, mi madre me daba golpes cada vez que una de sus citas terminaba mal. También tenía que escucharla llegar a casa hablando estupideces, mientras se acostaba con un tipo que era un completo desconocido. Tenía que soportar a los que se llegaban a proclamar como “sus novios”, para después ser golpeado por ellos con fuerza, mientras intentaban violarme. Y a su vez, tenía que soportar las golpizas que mamá me daba, cada vez que una de sus citas posaba sus ojos en mí, mientras ella me decía cosas como “Maldita zorra”, “Eres una aberración”, “Eres una puta de mierda, no sé qué ven en ti”.

Y en casa, debía soportar las golpizas que me daban mis compañeros, al igual que sus constantes bromas donde; robaban mis cosas, rayaban mi pupitre, escondían mis zapatos o cuadernos, tiraban mis cosas en la basura o en la fuente, robaban mi dinero, me acorralaban en los baños para intentar violarme, el constante acoso durante clases y cosas peores.

En verdad… ¿Qué tan peor podría ir mi vida? Nada me salía bien, pero siempre iba con una sonrisa a la escuela, fingiendo que todo iba de maravilla, haciendo creer a algunos que no era víctima de acoso escolar y sexual y haciendo creer a los demás, que sus bromas o acosos no me molestaban. En verdad, ¿cuándo fue que me volví tan buen mentiroso?

.

.

.

Nuevamente esa voz. “¿Sabes? Si los que están a tu alrededor se creen tus mentiras. Tal vez, si sonríes siempre. Hasta tú mismo te llegues a creer tu propia felicidad.”

-¡Shouta-san! ¡Shouta-san!

¿Nozomi? ¿Acaso era esa su voz? ¿Por qué se oía tan lejana? ¿Dónde estaba? No recuerdo nada. ¿Qué está ocurriendo?

Cuando desperté, estaba en la enfermería y tenía puesta una bolsa de hielo en mi cabeza, mientras Nozomi estaba a mi lado en una silla, recostando la mitad superior de su cuerpo en la camilla, con su mano aferrada a mí.

-*¿Qué ocurrió? En verdad no puedo recordar lo que ocurrió. Lo último que recuerdo es al profesor de educación física sacándonos al patio a correr y después de eso mi visión se volvió borrosa. ¿Acaso me desmayé?*

Pasó un rato hasta que Nozomi se despertó y en cuanto me vio, mostró una expresión preocupada. Aunque yo no entendí por qué, pero de inmediato se precipitó a preguntar sobre mi estado.

-¿Shouta-san? ¡¿Cómo te sientes?!

-¿Qué me pasó? No recuerdo qué ocurrió.

-Estábamos en clase y poco después de empezar a correr la primera vuelta te desmayaste.

-Y-ya veo… ¿Cuánto tiempo llevó aquí?

-Teniendo en cuenta que te desmayaste en la segunda hora y faltan cinco minutos para el receso, se podría decir que como dos horas y media.

-Creo que será mejor que me vaya ahora.

-¿Estás loco? ¿Ni siquiera te importa saber por qué demonios te desmayaste?

-… No.

-¡Ya basta! ¡¿Por qué insistes en evitarme?! ¡¿Acaso hice algo?! ¡¿Ya no confías en mí?!

-Nozomi… Lo lamento, en verdad lo lamento, pero no quiero hundir a nadie más.

-Shouta… Yo me he dado cuenta. Desde que te apartaste de mi lado, sólo haz estado actuando como si lo que te hacen, no te importara.

-Eso no es-

-¡Ya basta! ¡La doctora dijo que ni siquiera haz estado comiendo y que tenías la garganta severamente lastimada porque has estado vomitando constantemente!

-Ella no sabe lo que dice. Ella-

-¡Kisa!

Escuchar que me llamara por mi apellido, mientras me veía con una cara de completo enojo, realmente me lastimó y de repente mis ojos se llenaron de lágrimas, él nunca había sido así conmigo. No podía y no quería dejar que él me viera llorar, así que simplemente me dejé caer en la cama y escondí mi rostro en una de las almohadas, mientras le comenzaba a gritar, aunque mi voz casi no se oía por la presión que ejercía con la almohada en mi rostro.

-¡Déjame! ¡¿Por qué te tendría que importar alguien como yo?! ¡Sólo soy una “Maldita puta homosexual”! Tú también crees eso, ¡¿no es verdad?!

Antes de que pudiera volver a hablar, Nozomi me jaló del brazo y me atrajo hacia él con un abrazo, mientras con una mano sujetaba mi cabeza contra su pecho y con la otra sujetaba mi cintura, para evitar que me escapara.

-¿En verdad crees que yo podría pensar eso de la persona que más amo?

-¿Q-Qué di-?

-Shouta-san, escúchame. ¿Crees que no sabía que realmente te ibas a acostar con hombres en las noches? ¿Crees que no noté que estabas sufriendo?

-¿Desde cuándo lo-?

-Lo noté después de una semana. Actuabas raro y no eras para nada tú mismo.

-¿Entonces por qué te seguiste juntando conmigo? ¿Qué clase de persona se quedaría junto a alguien como yo? ¿Por qué? No lo entiendo.

Mi voz comenzaba a quebrarse cada vez más y las lágrimas ya habían comenzado a salir, mientras yo sólo me aferraba a la camisa de Nozomi.

-Ya te lo he dicho. En verdad me gustas.

-¿Pero quién haría esto sólo por un amigo? N-No te entiendo.

-Creo que no me he explicado como es debido. Shouta-san, quiero que me voltees a ver a la cara y me digas qué es lo que sientes por mí.

Al escuchar eso, levanté mis rostro cubierto de lágrimas con timidez y con un hilo de voz respondí.

-M-me gustas…

-¿Ahora entiendes? Eso es lo mismo que yo siento por ti.

-¿Cómo te puede gustar una persona tan herida como yo? ¡¿S-Sabes cuántas cicatrices tengo?! ¡Cicatrices que yo mismo me hice!

-¡Escucha! ¡Eso no me importa! ¡Yo en verdad te amo, Shouta-san!

-En-en verdad eres cruel.

-¿Cruel? ¿Por qué dices eso?

-Tu amor no es el mismo que el mío. En verdad que no-

Antes de poder acabar esa frase, Nozomi tomó mi mentón con su mano izquierda, acercó su rostro al mío y unió sus labios con los míos, dándome un beso lleno de ternura y de amor. Después de eso se separó levemente de mí y me habló con una voz llena de ternura, mientras acariciaba suavemente mi rostro.

-¿Y bien? ¿En verdad mi amor no es lo mismo que el tuyo?

Yo me sentía verdaderamente sorprendido. Él me había correspondido y además me veía tan gentilmente. Él me hacía sentir realmente protegido. Él me había aceptado tal y como soy, con mis heridas y sabiendo que me había acostado con diversos hombres.

-Shouta-san. Yo nunca te voy a juzgar porque en verdad te amo y eres especial para mí.

-P-Pero yo tengo muchos problemas…

-Lo sé, pero eso no me importa. Yo te ayudaré a superarlos.

-N-Nozomi, ¿estás segu-seguro de lo que sientes por mí?

-Por supuesto que lo estoy. Dime, ¿quién sería tan idiota como para echar a perder una bella amistad por un amor del que no está ni seguro?

-Gracias, Nozomi. En verdad… Muchas gracias.

-Shouta-san, quiero pedirte un favor.

-¿Qué ocurre?

-¿Me concederías el honor de ser mi novio?

-¿E-Eh? P-pero, ¿qué dirán los demás y tu familia?

-No me importa lo que los demás piensen. Es mi vida y yo elijo a la persona que amo. Y por mi familia no te preocupes, ellos ya estaban al tanto de que me gustabas y la idea inclusive les agradó.

-¿Estás realmente seguro?

-Claro que lo estoy, así que ¿qué dices? ¿Me daría el honor de ser tu novio, Shouta-san?

Cuando acabó de decir eso, lo sorprendí al esconder mi rostro en su pecho, mientras me aferraba con ambas manos a su camisa, dejando caer algunas lágrimas. En verdad no quería que viera mi cara completamente roja, pero fue entonces que comencé a asentir con mi cabeza, mientras dejé escapara un leve susurro, lo suficientemente audible para él. “Sí, quiero ser tu novio.”

-Te prometo que nunca te voy a hacer llorar, Shouta-san.

-Lo sé… Confío en ti.

Después de eso, él levanto nuevamente mi rostro y me besó en los labios.

.

.

.

Ya habían pasado dos años desde que Nozomi y yo éramos novios, pero aún me seguía avergonzando darle muestras de cariño y más aún si era en un lugar público, aún si eso era sólo ir tomados de las manos.

Ambos nos encontrábamos en la azotea de la escuela, comiendo durante la hora de descanso.

-Shouta-san, dentro de poco cumplirás quince años, ¿qué quieres de regalo?

-N-No lo sé. Cu-Cualquier cosa que me des estará bien para mí.

En verdad odiaba que me hiciera ese tipo de preguntas. Él ya había hecho demasiado por mí. Me había ayudado a dejar de cortarme, me ayudó a dejar “aquellas salidas nocturnas”, me ayudó a salir de la depresión, me ayudó a superar el temor que tenía en las noches al recordar a los hombres que mi madre llevaba y que intentaban violarme… Él en verdad había hecho muchas cosas más en tan sólo seis meses, así que pedirle más… Porque para mí era como abusar de su bondad. En especial porque él en verdad me valoraba. Nunca había intentado ir más allá de un beso sin mi consentimiento y él me había prometido que lo haríamos sólo hasta que yo me sintiera preparado.

-Vamos. No me hagas eso. Dime qué quieres para tu cumpleaños. Te daré lo que me pidas, pero quiero pasarlo a tu lado en una cita, eso es seguro.

-En-entonces... Ha-hacerlo.

-¿Qué dijiste? No pude escucharte.

-¡Q-quiero hacerlo contigo!

 

Notas finales:

Espero les haya gustado y me dejen saber que les apreció la historia. Y muchas gracias por su apoyo.

Gracias por seguirme y darme sus lindos comentarios. Siempre los leo, aunque aún no he contestado algunos, pero lo haré. :3 ♥

P.D. Aclaro, voy a subir esta historia en mi plataforma de wattpad.

P.D.2. No me creerán, pero esta historia no va ni a la mitad y hasta donde vamos –incluyendo este OVA-, ya llevo 128 páginas de Word, con letra de calibri 12. o.o Esto será muy largo. xD Espero no se harten.

Gracias por todo. Nos leemos luego. ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).