Recibí una llamada de Yukina y al contestar, el insistió en que nos viésemos, pero yo no podía, ya que mi primo Kimura y anteriormente, había prometido pasar estos días solo con él, sin interrupciones de nadie.
Kimura y yo, estábamos en el departamento, cuando se escuchó el timbre y como me dolía todo el cuerpo, él me hizo el favor de ver quien era. No logré distinguir muy bien la voz, pero al parecer era Yukina, escuché la puerta cerrarse y Kimura me pidió que saliera, ya que me buscaba un joven y que parecía muy molesto, salí de inmediato a ver quién era y para mi sorpresa, era Yukina.
-Ho-Hola, ¿qué haces aquí, Yukina?
-¿Quién era el que abrió?
-Ah, s-su nombre es Murakami Kimura.
De repente apareció Kimura y me abrazó fuertemente, para después besar y lamer mi mejilla, a lo que yo solo me molesté un poco y me sonrojé.
-N-No hagas eso, Ki-Kimura.
-Pero ayer no tuve suficiente, además… Ya dime quién es él.
-Mi nombre es Yukina Kou, mucho gusto, Murakami-san. ¿Podría dejarme a solas unos momentos con Kisa-san?
-Sí, hasta luego.
Él se fue y por impulso me abracé a Yukina, en busca de su grato calor.
-N-No es lo que piensas.
Él parecía no creerme, pero yo no podía hablar demasiado, porque me ardía mucho la garganta y tampoco me podía mover a mi gusto, porque tenía el cuerpo adolorido.
-¡¿No es lo que pienso?! ¡Ayer te escuché gemir su maldito nombre por teléfono! ¡Y el día que me dijiste que no llegarías a casa, te vi entrando a un hotel con él! ¡También vi que te abrazó de la cintura y te besó la mejilla! ¡No puedes mentir, también escuché su plática en el restaurante! ¡¿Cómo puedes decir que no es lo que pienso luego de que en el restaurante dijeras: ¿“Te quiero demasiado y que te acostarías con él”? ¡No me tomes por un estúpido, Kisa-san!
Al decir eso, Yukina me empujó y me separó de él.
-¡Lo nuestro se acabó! ¡No quiero que me llames de nuevo y tampoco quiero que me busques! ¡¿Entendiste?!
-P-Pero, Yukina. Yo te amo, no puedes hacerme esto.
Intenté tocarlo, pero yo me apartó bruscamente y me dio una fuerte bofetada.
-¡No te quiero volver a ver! ¡Te odio!
Yukina se fue muy molesto y yo solo me deje caer en el suelo y sin mi consentimiento, comenzaron a brotar lágrimas de mis ojos, las cuales comenzaron a caer una tras otra y entre esas lágrimas, susurré:
-“¿Por qué no me crees, Yukina? Tú eres al único que amo, solo quiero que me escuches.”
Al susurrar eso, me encorvé más y abracé mi estómago, permitiendo que esas lágrimas tan agrias, cayeran en silencio, manchando mi rostro que en ese momento, seguramente se veía patético. El dolor en mi corazón, era tanto para mí, que incluso olvidé mi dolor físico y solo me dejé llevar en esas lágrimas, las cuales esperaba que limpiaran mi dolor, que parecía solo empeorar, tras cada una de ellas.
-¡¿Shouta?! ¿Qué pasó? ¿Qué tienes? ¿Te hizo algo?
Kimura se escuchaba alterado y asustado, al ver que yo no respondí, levantó mi rostro y me abrazó de una manera protectora, que hizo que el dolor en mi pecho se calmara un poco y mi carga se aligerara, él me ayudó a levantarme, entramos al departamento y me permitió desahogarme con él, hasta que ya no pudiese llorar más.
-¿Quién era por qué te golpeó?
-Él es… Yu-Yukina Kou y era mi novio.
-¿Entonces por qué demonios te golpeó?
-Él creyó que yo le estaba siendo infiel contigo y no me dejó decirle que tú eres mi primo, entonces solo se molestó, me dio la bofetada y se fue.
-Ese tipo es un grandísimo idiota. No le perdonaré esto, ¿por lo menos sabe que estás embarazado?
-N-No, planeaba decírselo la próxima semana, pero al parecer ahora es imposible.
-Shouta, lo siento. Todo fue mi culpa.
-No ha sido culpa tuya, es culpa de él por no dejarme hablar y culpa mía por no haberle contado que vendrías y que eres mi primo.
-Pero si yo no-
Cubrí su boca y bajé mi voz, para después susurrar.
-Lo siento, tengo sueño. Vámonos.
Él solo asintió y me siguió a la cama donde dormíamos juntos, al acostarnos él me abrazó y yo me solté a llorar nuevamente, ya que aún me dolía que Yukina, me hubiese dicho eso, me quedé dormido mientras lloraba y al despertar, era hora de que mi primo se fuera, así que lo acompañé a su vuelo y regresé a casa, me bañé y cambié para ir al trabajo.
-¿Kisa-san? ¿Te sientes mal?
-¿Eh? N-No, ¿por qué, Ricchan?
-Estás demasiado pálido y te ves distraído.
-No es nada, no te preocupes.
Seguí un buen rato con mi trabajo y cuando casi me iba, me pidieron que fuese a “Marimo Books”, cosa que yo no quería porque no quería ver a Yukina, pero no me quedó de otra y fui, para hacer mi trabajo.
-Oh, Kisa-san.
-Ah, hola. ¿Qué ocurre?
-Hola, estaba buscándote el gerente, está en la parte de atrás.
-Gracias.
Fui a buscarlo, pero al girar, choqué con alguien alto y más fuerte que yo, quien me ayudó a levantar y me habló indiferentemente.
-¿Está bien, usted?
-¿Yu-Yukina?
-Lo siento, fue un accidente, me retiro. Con permiso.
Él se fue y yo me dirigí con el gerente, debo admitir que me sentía triste por lo de Yukina. Era hora de que Yukina se fuese, cosa que me ponía triste, entré con el gerente y hablamos del trabajo, pero antes de irme, él hizo de todo, para violarme, cosa que no permití y salí tan rápido pude, con lágrimas cayendo por mis mejillas, con mi ropa mal acomodada y desgarrada, con un golpe en la cara y mis cosas cayéndose, hasta que choqué nuevamente con Yukina al salir y caí al suelo, Yukina al parecer me estaba esperando para hablar.
-¿Está bien?
ÉL me acercó la mano y yo le di un manotazo, luego él se puso a mi altura, alzó mi rostro y me vio llorando, así que intentó abrazarme, acto que rechacé de inmediato.
-No me toques, no quiero que te me acerques.
-Déjame ayudarte.
-Yo puedo solo, además… Tú y yo, ya no somos…Nada. Tú no tienes nada que ver con nosotros dos.
-¿Nosotros dos? ¿Quiénes dos?
Susurré levemente y me cubrí la boca.
-Mierda, él aún no sabe.
Me paré y salí corriendo a la estación de trenes, para llegar a casa, donde me solté a llorar, hasta que no logré dejar caer ni una gota más de mis ojos. Realmente me ardían mis ojos y me dolía demasiado el cuerpo, también me sentía sucio, así que me bañé por un buen rato y finalmente salí, pero al salir escuché el timbre y fui a abrir.
-¿Ryu-san? ¿Qué quiere aquí?
Me coloqué a la defensiva. Sí, era él… El gerente de Yukina, me había seguido hasta mi casa. Se metió por la fuerza, me empujó contra el piso y nuestra diferencia en fuerza era mucha, así que no logré demasiado, él siguió intentando toquetearme y yo solo gritaba, pataleaba, lloraba y pedía auxilio a Yukina, quien obviamente no estaba.
Pocos segundos después, la puerta se abrió de golpe y apareció mi salvación, quien se le fue encima directamente a ese asqueroso tipo.
-No te atrevas a poner tus sucias manos en Shouta-san.
Él lo golpeó fuertemente y luego lo sacó a patadas, para después abrazarme protectoramente.
-¿Estás bien, Shouta?
-Gracias.
Me solté a llorar y me aferré a él, me sentía muy mal y quería vomitar, pero él siempre había logrado calmarme, él sabía que hacer sin importar la situación, él siempre me apoyó, incluso en lo peor, él siempre fue mi mejor amigo, mi confidente, mi hermano, mi familia, mi primer novio, de quien me enamoré por primera vez, pero todo terminó como toda historia.
-¿Nozomi?