La cruel conejita de la cual me enamore
Hideyoshi Nagashika era un estudiante de la universidad de Kamii, tenia a su lado a su mejor amigo Kaneki Ken, se conocían desde pequeños. Aunque el corazón de Hide... así como le llamaba de cariño como apodo, su mejor amigo. Su órgano dentro de su pecho Se estrujaba cada dia, su amigo era hetero y él se moría de amor por él.
La habitación de Hide estaba repleta de fotografías de su amigo de cabellos negros y ojos de color plata, estaba obsesionado con él, por esta razón no dejaba que su amigo fuera hasta su casa, se asustaría.
Se recostó en su cama mirando una de las fotos que había logrado tomarle a Kaneki mientras se bañaba, quería que su amigo fuera completamente de él y para ello estaba dispuesto a todo, primero tendría que enfrentar su peor rival, la chica intelectual que leía sus mismos gustos literarios... Rize Kashimiro.
Kaneki quedo en una cita con ella, y él como el mejor amigo que simulaba ser lo acompaño hasta la cafetería, guardando sus celos como siempre, Hide era una caja de sorpresas, sabia muy bien fingir las emociones, aunque se estuviera muriendo por dentro sonreiría, su vida era asi.
Como era de esperarse Kaneki estaba nervioso en su silla esperando la mesera que le sirviera el pedido, mientras Hide psicótico buscaba la mujer que le había quitado su uke… si porque, para él Kaneki era su uke... su hermoso y tierno uke.
Los ojos grises no apartaron la mirada de ella al entrar a la cafetería, mirándola de forma soñadora. deseaba a la chica. Hide quería estrangularla. Antes de irse de la cafeteria Hide le repitió al chico ingenuo ocultando sus celos, que ella no era para él, con astucia miro al chico causándole miedo y le dijo...- Cuidado Kaneki, ella podría mostrarte su verdadera personalidad al sacarse sus lentes- Él le miro de con el ceño fruncido.
Se fue del local, no soportaba la mirada romántica de Ken hacía esa chica de grandes senos, desplazándolo a él, que siempre estuvo en su vida.
Al salir de la cafetería, seco sus lagrimas con la manga de la sudadera y se dijo a si mismo que no le entregaría tan fácilmente su mejor amigo a la chica. Saco una de las fotos que guardaba de Ken en su billetera y la beso con inocencia, su amor rallaba en lo enfermo pero no le importaba, queria "su conejita", él era un conejito de la historia y no es lo mismo comparar un conejito solitario con uno con su conejita al lado.
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Lamentablemente la cita de Rize y Kaneki no fue tan hermosa como él lo planificaba. La llevo a la libraría para comprar libros en su cita y después terminaron tomando café y comiendo pasteles. Como era de esperarse ella no comió nada, con sus encantos convenció a la “inocente conejita” que todo estaba bien, que nada malo pasaba. Hasta que al anochecer ella le pidió que lo acompañara hasta su casa fingiendo tener miedo por los asesinatos de la ciudad. Con la ingenuidad que Kaneki poseía gracias a su madre él acepto sin desconfiar de ella en ningún momento. Con lo superficial que era el muchacho se dejo llevar por su encanto y belleza.
Fue que allí en un callejón desolado en donde la “conejita” fue atacada por su cazadora, la zorra con dientes hambrientos esperando a devorarlo. La suerte si es que así se podía le llamar estaba con Ken, sobrevivió gracias a unas vigas que cayeron sobre ella salvándolo de una muerte segura. Pero al despertar ya no era la misma persona sentía asco por la comida, el doctor que lo había atendido trasplantándole los órganos de aquella chica lo había transformado en un monstruo ya no era la dulce conejita, comenzaría a cambiar transformándose en un zorro y el conejito de esta historia seria otro.
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Hide muchas veces fue al hospital a ver a su amado pero él lo ignoraba. Mas tarde llamo a Kaneki con su telefono, necesitaba saber absolutamente todo acerca de esa cita no podía abandonar "su conejita" pero él estaba actuando extraño, le cortaba el teléfono. Siguió insistiendo. Hasta que su compañero de habitación le dijo que si tuviera un amigo así, le dejaría de hablar. Pero la verdad Hide no ve a Ken como su amigo, él quiere que su chico de cabellos negros sea su uke y que gima bajo él en su cama mientras lo posee. Estaba enamorado de su “conejita”, Hide siempre decía que los conejos mueren de soledad, que sin él moriría. Se sentía como un conejo inútil enamorando una conejita que prefería ir detrás de zanahorias podridas, Ken siempre terminaba involucrándose con gente mal intencionada, y la mujer de gafas no era la excepción. Con sus curvas y su imagen de niña buena lo coqueteaba y su conejita meneando su colita esponjosa terminaba envuelta en los engaños de la hábil gata que pretendía comérselo. Esa chica era un monstruo, un ghoul un ser que se alimentaba comiendo carne humana lo que