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Del odio al amor hay un sólo paso por aiakafuri

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Notas del capitulo:

ughhh me quede sin internet por varios días... y sin teléfono.... lo bueno es que ya tengo ambos ewe

 

espero les guste.

—Lo siento. No debí gritarle. Mojé su camisa— susurró separándose del pelirrojo, pero no pudo ya que éste lo tenía sujetado de su cintura. Sus mejillas comenzaron a ruborizarse,  y su corazón latía rápidamente.

 

—No te preocupes. Siento llamarlo....zorra— se disculpó, percibiendo el aroma a jazmín que desprendía el castaño.

 

—etto.... ¿Me podría soltar?— colocó sus manos en el pectoral del pelirrojo, para hacer distancia entre ellos.

 

—¿Eh?— al escuchar eso, miró la posición en que estaban. Furihata con sus mejillas sonrojadas. Las palmas de su mano, sobre su pecho. Él sostenía al castaño de su cadera y estaban demasiados  juntos —Lo siento— dijo soltándolo y desviando la mirada.

 

—Por favor. No le diga a Kuroko que estoy aquí— pidió, esperanzado.

 

—No se preocupe, no le diré. Será mejor que vaya a casa. No tenemos ningún pendiente— dijo lo último justificándose, no diría que estaba preocupado por el semblante triste y afligido.

 

—Gracias. Descanse, Akashi-san— dijo, hizo una reverencia y salió de la oficina. Limpió sus lágrimas con su suéter holgado, tomó sus cosas y se marchó.

 

Seijūrō observó cada movimiento del castaño hasta abordar el elevador —Kagami Taiga— susurró cerrando los puños.

 

¿Por qué no recordaba a Furihata Kōki? Se supone que se conocieron a causa del básquetbol y no lo recordaba.

 

Tomó el teléfono y marco a su amigo. Tenía tiempo sin hablar. Normalmente esta muy ocupado y sus horarios libres no coincidían.

 

—¿Qué pasa Akashi?— escuchó al otro lado de la línea.

 

—¿Por qué no me dijiste que terminaste con Tetsuya?— fue directo al punto.

 

—Maldito. No me lo recuerdes— Daiki se escuchó enojado.

 

—Necesitó que me digas lo que sepas de Furihata Kōki.

 

—¿El chihuahua?— la voz de asombro por el nombre.

 

—¿Chihuahua? Resulta que está trabajando como mi asistente. Me acaba de informar lo que sucedió con los 4... Tetsuya llamó y Furihata se puso nervioso y me dijo todo— explicó girándose en la silla y miró a través del ventanal. Se apreciaba toda la ciudad.

 

—Ya veo. El chihuahua se enfrentó a ti en la primer final de Rakuzan vs Seirin. Recuerdas ¿El chico castaño que parecía una gelatina, y que sorpresiva mente encestó frente a tu nariz?

 

Frunció el ceño y lo recordó. Un chico que la primera vez que lo conoció estaba con Tetsuya en su reunión de Teiko en la Winter Cup —Oh si... Ya lo recordé— comentó.

 

—Bueno pues el chihuahua es inteligente, es ingeniero en sistemas. Sus software son de lo mejor. Después de inventar a Kei, el bastardo de Imayoshi y Hanamiya lo volvieron socio — se escuchó un bostezo.

 

—¿Hablas de  H&I Corp?— preguntó con interés.

 

—Sí. Exactamente.  El chihuahua es socio... creó que le dieron 20 % de las acciones. Bueno, supongo que Kei vale eso y más. Además, el chihuahua es muy lindo y amable. Es una gran persona, honesto y siempre dice que lo piensa. Y tiene una lista grande de pretendientes, pues es uno de los donceles más lindos y amables que he conocido. Si fuera mi tipo, le daría.

 

—¿Estamos hablando del mismo Furihata Kōki?— preguntó con cierta molestia por el noto en que Daiki lo describió. Muy pocas veces lo había escuchado hablar así.

 

—¿Qué quieres decir?

 

—Éste Furihata Kōki es ....¿Feo? Usa ropa horrible y unos enormes anteojos de fondo de botella. Es arrogante y siempre me desafía.

 

Daiki se carcajeó. —¿El chihuahua arrogante? Lo dudó. Es la persona más amable que podrías conocer. Lo de desafiante, lo creó. Cambio mucho al juntarse con Hanamiya e Imayoshi, ellos fueron sus superiores en la carrera— dijo entre risas.

 

—hmmm... Interesante.

 

—¿No me digas que te quieres follar al chihuahua?— preguntó Daiki.

 

—¿Qué? C-claro que no— dijo, defendiéndose.

 

—Dios ¡No puedo creerlo! ¡¡El chihuahua te gusta!!— dijo asombrado Daiki. —Ten esto en cuenta. El chihuahua resultó muy herido por culpa de esos dos. No hagas algo mal y lo pierdas. Aunque conociéndote siempre habrá alguna de tus locas amantes que lleguen a que la folles a tu oficina. Así que de una vez deséchalas— aconsejó.

 

—Nos vemos luego— dijo y colgó.  Nada de lo que había dicho Daiki concordaba con Furihata. Apagó la pc y se dirigió a su departamento.

 

 

——————Al siguiente día—————

 

Un castaño despertaba, si es que le podía llamar despertar. Pues no había dormido en toda la noche. Siguió su rutina y se vio en el espejo; pálido, ojeras y ojos rojos. Se dirigió a la ducha y se bañó con agua fría para poder despertar.

 

Llegó a la oficina y arreglo todo. Las llamadas y mensajes mensaje estaban siendo anotados. El elevador se abrió y mostró a su jefe.

Miró detenidamente al castaño y notó lo pálido que se veía —Buen día— dijo acercándose.

 

—Buen día, Akashi-san— saludó; tomó los fax, agenda y el café del pelirrojo

Entraron a la oficina y en lo que Seijūrō se acomodaba, Kōki informaba los pendientes, mensajes y  le entregaba su café.

 

Seijūrō tomó un trago al café y se ahogó con tanto dulce —No es mi café— dijo bebiendo un poco de agua.

 

—¡Lo siento! Me he equivocado—Tomó la taza y salió inmediatamente por el café. Regreso y le entrego la taza correcta a su jefe.

 

—Mucho mejor— dijo después de beber un sorbo —No sé cómo le gusta algo tan dulce.

Kōki sólo se encogió de hombros y siguió informado.

—————

Las horas pasaban con tranquilidad entre juntas, reportes y discusiones normales entre ambos. Cerca de las 6 pm, el teléfono sonó —Hola... Espera me un segundo— salió corriendo a la oficina del pelirrojo y entró son tocar —Kuroko está en recepción.

 

Seijūrō observó que el castaño se veía nervioso y temblaba —Regresa la llamada a recepción. Dígales que esperen 5 minutos y lo dejen subir. Lleve esto a mi padre y quédese allí hasta que llamé— dijo entregándole un folder.

 

—Gracias— susurró. Informó a la recepcionista y subió las escaleras. Llegó y se derrumbó en la recepción, siendo sostenido por  Akashi mayor.

 

—¿Qué sucede Kōki?— preguntó preocupado.

 

—Kuroko está aquí— susurró agotado. Había corrido 4 pisos.

 

 Akashi Masaomi sabía todo. Había sido informado por si en algún momento alguno de los dos se presentaba en Akashi Corp —Entiendo. Kairi trae un té— dijo  mientras llevaba al castaño a su oficina.

 

—Oh cierto. Akashi-san le envía esto— dijo entregándole el folder.

 

—¿Cómo van las cosas entre ustedes?— preguntó, sabía que su hijo le tenía odio al castaño.

 

Se quitó los anteojos —Igual. No deja de llamarme feo, y que alguien estaría loco por fijarse en mi— respondió viendo al mayor.

 

—Sí supiera la verdad, estaría detrás de ti— dijo viendo al lindo doncel.  

 

—Lo dudó. Akashi-san  sólo busca gente para un rato y yo no soy ese tipo de persona— dijo suspirando.

 

Masaomi observó la mirada del castaño. Desilusión fue lo que vio. —A mí no me molestaría que Seijūrō se fije en ti— comentó,  Kōki era un buen chico, y alguien prometedor.

 

Las mejillas de Kōki explotaron en un lindo sonrojo y se limitó a desviar la mirada.

 

Masaomi, sonrió. Se cambiaría de nombre si Kōki no estaba enamorado de su hijo. Continuó leyendo el reporte, y recordó el asusto pendiente —¿Cómo vas con lo que te solicité?

 

—Ya lo tengo terminado. Me permite su computadora…

 

—Claro— abandonó su escritorio para darle acceso al castaño.

 

Kōki se sentó y comenzó a teclear. Tras páginas y más contraseñas encontró lo que requiera —Revise los fallos que me indicó e hice más amigables las interfaces. Agregué algunas nuevas opciones, en especial para los reportes. En el momento que desee podrá ver los reportes de cada departamento sin que ellos se den cuenta.

 

—Sorprenderte— dijo asombrado.

 

—¿Lo instaló?

 

—Por supuesto— respondió.

 

—Llevará alrededor de una hora, pero asustará a todos en Akashi Corp que esté trabajando en su sistema. Pues les marcará error hasta que se compaginen ambos— dijo descargando el archivo.

 

—Entiendo— respondió, y esperó.

 

En cuanto el paquete se descargó, Kōki instaló y los gritos aterrados resonaron por Akashi Corp.

 

Kōki rió un poco al ver entrar a Kairi asustado por lo de la computadora —Dígales que no se preocupen. En una hora estará todo bien— dijo Kōki detrás de la pc. Kairi asintió y salió —Le dije.

 

—3..2..— el teléfono sonó —Seijūrō... No es ningún falló. Todo estaba planeado, es del nuevo sistema... ¿no te lo había dicho?... Lo siento... Oh cierto, te regresaré a Kōki dentro de una hora... Adiós— dijo colgando —Será mejor que te pongas esos lentes. Seijūrō subirá.

 

—Sí. Será mejor que regrese a mi lugar— se levantó y sentó en el lugar sin apartar la mirada de la pantalla.

 

Kōki soltó una risa al escuchar las llamadas aterradas del encargado de sistemas. Pues éste no podía encontrar la fuente de la 'invasión'.

 

Justo en medio de la risa, sin darse cuenta, la puerta se había abierto y se encontraba un Akashi Seijūrō paralizado por la hermosa risa que salía de los labios del castaño.

 

—Bienvenido... Seijūrō— dijo Masaomi satisfecho por la reacción de su hijo.

 

Kōki guardo silencio inmediatamente, y volteó a mirar a su jefe —A-Akashi-san…

 

—Veo que se divierte— comentó molesto.

 

Kōki miró a Masaomi, y éste intercedió —Oh sí. Le estaba contando a Kōki cuando eras bebé y hacías berrinches.

 

Las mejillas de Seijūrō exploraron en un fuerte rojo, el cual competía con el color de su cabello—¿Podría no hablar de mi vida personal con un empleado?— gruño molestó.

 

Kōki bajo la mirada, y Masaomi frunció el ceño —¿Qué quieres? Estoy ocupado con K-Ō-K-I— dijo recalcando el nombre del castaño.

 

Seijūrō cerró sus puños ¿Por qué su padre llamaba por su nombre a Furihata? —¿Saber qué haces con mi asistente?

 

—No puedes saberlo. Regresa a tú oficina, Kōki estará allí dentro de una hora — ordenó.

 

Seijūrō se dio la vuelta y se marchó completamente enojado.

 

—Creo que me metí en problemas— declaró tras escuchar el azote de la puerta.

 

—No te preocupes. No creo que este enojado— dijo mirando la pc —. Seijūrō es muy maduro para molestarse por una tontería.

 

————

 

Tras la hora, el nuevo sistema estaba en línea. Masaomi curioso y aprendió lo necesario.

 

—Automáticamente se instala un manual de usuario por si hay problemas— dijo cerrando sus cuentas y eliminando el historial.

 

—Entiendo, gracias. El pagó llegara en unas horas— dijo Masaomi.

 

—Gracias— dijo y regresó a la oficina. Al llegar en su escritorio había nota: Reportarse inmediatamente. Decía la nota, tocó la puerta y entró.

 

—Al fin llega.

 

—Siento la demora— dijo disculpándose. Realmente se miraba molesto.

 

—No importa— dijo y comenzó  amontonar carpetas, folder y demás documentos —Haga los reportes y la relación entre departamentos. Los gastos y todo lo que incluya el departamento. No se marcha de aquí hasta que lo termine— ordenó.

 

—Si…— dijo y tomó lo que pudo, salió de la oficina, lo dejó en su escritorio y regresó por más papeles. Comenzó a trabajar sin decir nada.

 

Media hora más tarde Seijūrō salió de la oficina y vio metido al castaño entre papeles —Enviármelo al correo— dijo y se marchó.

 

 

————————

 

 

Miró el reloj de la pared: 12 am.

 

Frotó sus ojos, bebió más café y continuó trabajando. Fue mal día para hacer enojar al jefe. Por hacer el pedido de Akashi, llevaba un mes sin dormir bien. Se levantó, fue al baño, lavó su rostro y continuó trabajando.

 

————————-

 

 

Un pelirrojo se despertaba con el sonido del despertador. Eran las 7 de la mañana, notó LED del celular y lo tomó. Era un mail de Kōki, contenía 15 reportes. Lo había enviado a las 5:10 am.  Se levantó rápidamente y se dirigió al baño, media hora después estaba entrando a la oficina.

 

El escritorio y el piso era un caos; carpetas y documentos estaban regados por todos lados. Una maraña de cabellos castaños yacía sobre el escritorio. El dueño estaba profundamente dormido, su rostro no se veía porque su cabeza esta oculta entre sus brazos. Portaba la misma ropa del día anterior, indicando que no se había marchado.

 

No sabía qué hacer, al parecer se había excedido a causa del enojo. Lo mejor sería no despertarlo, pero al parecer una llamada no estaba de acuerdo con él.

 

Escuchó el sonido del teléfono, con una mano tentó el lugar hasta que recogió el teléfono —Departamento de estrategia— dijo adormitado y arrastrando las palabras —Entendido.... Gracias Kairi— dijo y aventó el teléfono —¿Qué hora es?— murmuró colocándose los lentes.

 

—Las 7:30— respondió.

 

—Waaaa— gritó, y término tirando en el piso. —Lo siento. Ahora mismo voy por su café— dijo y salió corriendo sin esperar respuesta del pelirrojo.

 

Seijūrō entró a su oficina cargando algunas carpetas y  comenzó a colocarlas en el archivero.

 

—Aquí está su café— murmuró, adormitado, mientras colocaba el café en la mesa.

 

—Siento lo del trabajo, yo...— trató de decir, pero Kōki no lo dejó.

 

—Sólo hacia mi trabajo. Soy su empleado y tengo que obedecer sus órdenes— dijo Kōki —Ahora si me disculpa— salió de la oficina.

Seijūrō en ese instante no sabía que su relación laboral se volvería fría y sin desafíos que tanto le gustaban. 

Notas finales:

Gracias por leer

Esperó les haya gustado

Besos :*


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