-sintió la brisa golpearle el rostro, mientras este le despejaba, no volvería a dormir con la ventana abierta, se dijo mentalmente mientras se removía sintiendo aquellos brazos rodearle la cintura, no evito que la sonrisa aflorara en su rostro, se giró mientras encaraba a quien dormía a su lado.
-tan temprano y no me quieres soltar- murmuro mientras besaba los labios del chico a su lado.
-me descubriste- murmuro mientras abría los ojos que tanto le gustaban a l rubio.
-no me voy a arrancar- dijo divertido mientras acariciaba el rostro del azabache- me encantan tus ojos- susurro sobre los labios de este sin despegar su vista de los orbes esmeralda que lo traían completamente enamorado.
-no me quiero arriesgar- dijo divertido mientras besaba suavemente los labios del rubio mientras se incorporaba sobre su pareja sin despegar sus labios de los del menor- en cualquier momento pueden robarte- dijo divertido mientras acariciaba la sonrojada mejilla del oji morado.
-Andrew!- dijo divertido mientras abrazaba el cuerpo de su pareja- no seas tan meloso en la mañana- menciono entre las risas sintiendo los labios del mayor besar su mejilla.
-bueno si quieres puedo ser más atrevido- le susurro mientras acariciaba el abdomen del menor acariciando la pequeña protuberancia que crecía, subiendo hasta el pecho del rubio acariciándolo con la yemas de sus dedos de manera dulce mientras tomaba posesión nuevamente de los labios del menor lamiéndolos y mordiéndolos siendo respondido por este que pasaba sus brazos tras el cuello del azabache.
-Mmh…me gustan tus pecas- murmuro mientras acariciaba las mejillas de su pareja para volver a besarlo.
-no te gustan mis besos- le susurro sobre los labios mientras acariciaba las caderas del oji morado.
-me encantan…pero me encantarían más si nuestra hija no estuviera espiando- dijo divertido mientras veía como el azabache se quitaba de encima completamente rojo y volteaba para ver a la pequeña rubia asomarse por la puerta completamente roja, los ojitos de un bello color verde reflejaban la vergüenza de la pequeña de seis años.
-A-Amelia…ah…bueno…es que…que quieres dulzura?- dijo entre rodeos intentando calmarse, la menor entre con la cabeza baja jugando con deditos enredándolo en la playera del pijama de gatos amarilla.
-Es que había mucho ruido- dijo la pequeña roja mientras veía a su mamá que estaba sentada en la cama.
-Amelia- reprocho el rubio mientras abría sus brazos invitando a la pequeña que no dudo en acercarse y subir a la cama acomodándose entre los brazos del oji morado- te he dicho que toques la puerta- le riño mientras apretaba la mejilla de la pequeña que reía ante la acción de su madre.
-perdón- dijo la pequeña mientras reía, los dos mayores veían enternecidos como la pequeña reía en los brazos de su madre.
-bueno, creo que será para más tarde- dijo decepcionado el azabache mientras se levantaba- hay que ir a trabajar- dijo aburrido mientras abrazaba a su pareja eh hija- quiero quedarme aquí con ustedes- dijo en su susurro enterrando su cabeza en el hombro del rubio que reía ante la infantilidad del mayor.
-ya, no te quejes- dijo divertido- yo voy arreglarla, vamos Amalia- dijo mientras se levantaba de la cama con la niña en brazos.
-no quiero ir a la escuela- se quejó mientras hacia un puchero viendo el rostro fino del oji morado.
-no actúes igual que tu papá- reprocho el mayor divertido- o no iremos a ver a tu tía- dijo entre juegos mientras veía a la pequeña poner un rostro de horror.
-No! Yo quiero ver a mi tía Sara- dijo la pequeña mientras se removía de los brazos de su madre y corría al baño- vamos mamá, se nos hará tarde!!- decía la pequeña dentro del baño mientras abría la regadera- ESTA CALIENTE!!- se escuchó chillar a la niña mientras el vapor salía por la puerta del baño.
-Amelia te dije que el agua helada es la llave de la izquierda!!- regaño el rubio entrando al baño para bañar a la pequeña. Ya arreglados los dos rubios desayunaban en la cocina mientras esperaban al mayor.
-Buenos días- dijo mientras entraba y tomaba asiento al lado del rubio que le veía divertido- que?
-nada, es solo que te ves raro de terno con tus pequitas- dijo mientras tomaba jugo viendo divertido al mayor.
-Papá se ve raro!!- repitió la niña divertida mientras jugaba con un pedazo de pan.
-Hey!! Amelia tú no te rías también tienes pequitas- regaño el oji verde a su hija mientras apretaba las mejillas de está jugando con ellas mientras la pequeña reía- Hahahaha!! pero mis pequitas son bonitas- dijo divertida la pequeña cuando su padre la había soltado las mejillas.
-Eco tú crees que mis pequitas son lindas- dijo el mayor mientras veía cono ojos de cachorro a su pareja.
-si son lindas- susurro besando la mejilla del mayor.
-ojala el pequeño salga con pequitas- murmuro el azabache viendo la pancita del rubio ligeramente abultada.
-espero que no porque sería igual de feo que papá- se mofo la pequeña mientras reía viendo a su padre hacer un puchero ante sus palabras.
-No soy feo!!- sé quejo mientras se echaba sobre la meza con cuidado de no derramar nada- por qué me dices feo? Eco dile que no soy feo~
-No, eres feo porque mamá me prefiere a mí- dijo la pequeña abrazando a su madre que no paraba de reír.
-Eco- dijo entre lamentos viendo a su pareja que entretenido abrazaba a la pequeña rubia.
-lo siento…pero lo hijos son primero- dijo divertido mientras abrazaba a la pequeña subiéndola a sus piernas, la cual le saco la lengua al mayor el cual sollozaba falsamente- ya déjense de jugar, que llegaremos tarde- dijo mientras terminaba su jugo y limpiaba la boca de la pequeña. Los tres salieron de casa siendo el azabache salir primero besando los labios del rubio deseándole un buen día, la pequeña avanzaba de la mano de su madre hasta la escuela, las calles repletas de gente era la típica imagen de cada mañana, algunos volteaban a ver a “la rubia” que iba de la mano de la pequeña niña que no entendía bien todo, las miradas se posaban en la bella mujer que andaba de la mano de la pequeña con el uniforme escolar, al llegar a la escuela lo mismo, uno que otro cuchicheo de algunas madres y padres, el oji morado se agacho besando la frente de su hija mientras se despedía, la pequeña entro corriendo al sonar el timbre, ahora él tenía que irse a trabajar, camino unas cuantas calles más hasta llegar a una cafetería donde algunas mesas afuera ya estaban ocupadas, entro saludando a la recepcionista mientras caminaba a la cocina, hay una castaña clara junto a una azabache estaban en la cocina, la castaña revolvía una hoya mientras la azabache decoraba uno que otro pastel.
-muy ocupadas- saludo Eco mientras entraba a los camerinos cambiándose colocando su uniforme, al salir un poco de crema callo en su nariz mientras la castaña reía- Mary- riño el rubio mientras limpiaba la crema.
-perdón Eco, pero estabas muy tranquilo- dijo divertida mientras volvía a su trabajo, la azabache suspiraba dejando los pastelillos reposar antes de ponerlos en la vitrina para los clientes.
-y dime como está la pequeña Amalia?- pregunto Chauna mientras limpiaba sus manos.
-está bien, cada día crece más- dijo mientras cerraba sus ojos sonriendo.
-aw~ te entiendo el pequeño Lukas esta tan grande oh y la pequeña Ciara ya cumplió cinco años- dijo entusiasmada Mary mientras apretaba un paño de cocina- ow no quiero que sigan creciendo mis bebes- “lloraba” la castaña mordiendo el pobre paño de cocina- pronto tendrán pareja y me dejaran sola!- exclamo mientras secaba las pequeñas lagrimas que escapaban de sus ojos- BUAAA no quiero que se vayan a la universidad- dijo mientras se abrazaba al cuerpo de su esposa dejando que las lágrimas escurrieran.
-Mary…los niños tienen siete y cinco años, no van a irse aun- dijo la azabache calmando a la castaña.
-Es verdad Mary, no tienes por qué llorar, no se irán, aun son muy jóvenes- dijo Eco mientras veía uno de los mozos llegar con una orden- además, vamos si no crecieran y tuvieran parejas, como podrías tener nietos para cuidar- jugo el rubio mientras serbia algo de té en la taza de porcelana y sacaba uno de los pasteles que Chauna había hecho poniéndolo junto al servicio en una bandeja de plata dejándosela al mozo.
-Es verdad!! Debo de prepararme para los nietos…me pregunto si saldrán igual de lindos y tiernos, a pero que digo si todos los niños son una ternura!!- dijo emocionada mientras tomaba una cuchara de palo y revolvía más rápido aquella mezcla dulzona que preparaba para los rellenos de algunos postres.
-pero…aún son muy jóvenes….- digieren los dos presentes viendo como la castaña se metía dentro de su mundo de fantasía salpicando por todos lados la mezcla rojiza. El día transcurrió tranquilo, cuando llego las cuatro de la tarde el rubio se despedía de las dos mujeres que continuaban en la cocina, se cambió y salió rápido hasta el colegio de su hija la cual jugueteaba con un niño de facciones suaves, ojos Chocolate y cabello castaño con la piel claro, iba junto a la rubiecita que iba saltando mientras hablaba con su amigo.
-Mamá!- dijo la oji verde corriendo a abrazar a su madre el cual la recibió con los brazos abiertos mientras el pequeño se acercaba animado a los dos rubios.
-Hola amor- dijo el oji morado levantando a la pequeña besando su mejilla dejándola en el suelo- y no me vas a saludar Lukas?- pregunto viendo al pequeño que sonrió avergonzado mientras besaba la mejilla del rubio.
-hola- dijo el pequeño mientras sonría al rubio.
-bien niños, vamos por tu hermana Lukas- dijo el rubio tomando de la mano a los dos niños caminando al preescolar donde los pequeños estaban con sus madres, una pequeñita de cabellos negros y ojitos celestes se acercaba dando saltitos mientras se despedí de su maestra acercándose a los dos rubios y el castaño.
-Oa- saludo la pequeña mientras abrazaba a su hermano- oa ia Eco- saludo la pequeña al rubio abrazándolo.
-y yo- se quejó Amalia mientras veía a la pequeña azabache que abrazaba a su madre.
-ne- dijo la pequeña mientras seguía abrazando al rubio que se reía ante la accione de la menor y la cara descompuesta de la pequeña rubiecita , el rubio caminaba cargando ala azabache mientras los niños iban a su lado, paso hasta un complejo departamental donde saludo al portero y tomo el ascensor, la pequeña Cia dormía en sus brazos mientras Lukas jugaba con Amelia bromeando en los espejos del aparato, al llegar al piso seis bajaron caminando por las puertas de los departamentos encontrando al que querían llegar, con cuidado de no despertar a la azabache golpeo la puerta esperando a que abrieran dejando ver a la pelirroja que sonrió al ver a su hermano llegar con los niños.
Eco!! Niños!!!- saludo entusiasta dejándolos pasar a su departamento acostando a la pequeña niña en el sofá y dejando a los dos mayorcitos jugando en la sala con algunos peluches que tenía hay, ambos hermanos pasaron hasta el cuarto que la pelirroja había especializado, la oji morada se sentó frente a un pequeño escritorio.
-que conveniente- murmuro el rubio mientras veía el cuartito con los implementos necesarios para guiar su embarazo, la pelirroja se había propuesto ser su Matrona y “ginecóloga” encargada específicamente de SU parto, porque Sara lo único que le importaba era ayudar a su hermano y a sus sobrino.
-como te ah ido eco?- pregunto viendo a su hermano que sonrió tranquilo acariciando su vientre.
-estoy bien, el pequeño no ha hecho tantos estragos como Amelia- dijo divertido- una que otra nausea pero nada más.
-me alegra saber eso!- dijo animada mientras veía con afecto a su hermano- y saben cómo le van a poner?
-bueno en realidad lo hemos estado pensando, cuando tenga los tres meses lo decidiremos, cuando sepamos su sexo- dijo feliz mientras se levantaba, ya es tarde, gracias por cuidarlos mientras las chicas llegan- dijo abrazando a la pelirroja.
-Aw no te preocupes querido, sabes que a mí no me molesta cuidarlos, ahora anda antes de que se haga más tarde y cuídate- dijo abrazando fuertemente al rubio.
-Claro, saluda a las chicas de mi parte- dijo saliendo junto a la pelirroja acercándose a su pequeña que estaba recostada en el sofá semi dormida- vamos Bebe- susurro tomando ala pequeña entre sus brazos la cual murmuraba palabras inentendibles mientras se aferraba a su cuello- adiós niños- se despidió de los pequeños que ahora veían la televisión despidiéndose con sus manitos, aún tenían sueño- Adiós Sara-dijo besando la mejilla de su hermana mientras salía por la puerta.
-adiós y recuerda no esforzarte tanto- dijo mientras cerraba la puerta mientras el rubio se iba bajando por en ascensor meciendo a su pequeña, camino por las calles tomando un colectivo donde iba junto a una señora algo regordeta y una joven de no más de veinte años, al llegar cerca de su casa bajo del colectivo pagando caminando unas calles adentro llegando a la pequeña casa donde vivía con su familia, su madre trabajaba como oficinista y vivía en un departamento al centro, mientras él se había ido a vivir no tan cerca de los grandes edificios, con cuidado de no despertar a la rubia, abrió la puerta tanteando la pared encontrando en interruptor encendiendo la luz camino con cuidado quitando algunos juguetes de la pequeña subiendo las escaleras, entrando al cuarto de la menor dejándose sobre la cama quitándole el uniforme colocando su pijama y arropándola con las cobijas y besando la frente de la pequeña, salió apagando la luz y cerrando la puerta, camino a la planta de abajo apagando la luz, al parecer Andrew trabajaría horas extras, subió a la alcoba y se quitó la camisa junto al chaleco que llevaba quedando su pecho descubierto junto a la pequeña pancita que comenzaba a formarse, unos brazos rodearon su cintura por la espalda.
-Mmh…pensé que llegarías más tarde- murmuro apegándose al cuerpo del mayor acariciando los cabellos azabache que se asomaban por su hombro.
-preferí estar contigo- dijo mientras volteaba al rubio para besarle de forma tierna- continuamos lo de esta mañana- susurro al oído del rubio mientras descendía sus manos hasta el pantalón del menor acariciando sobre la tela el trasero del oji morado que jadeo gustoso mientras se dejaba guiar a la cama recostándose sobre ella esperando a su pareja.
-y no vas a venir- le dijo seductor extendiendo sus brazos recibiendo al oji verde que le beso mientras desalojaba su corbata, el beso subía de tono mientras los dos se acariciaban mutuamente, la mano del rubio tanteo la pared al lado de la cabecera encontrando el segundo interruptor apagándolo quedando en las penumbras alumbrados por las farolas de la calle, Andrew se separó de los labios del rubio viéndole con sumo afecto.
-me alegra haberte conocido- dijo mientras acariciaba el rostro del menor el cual sonrió dulcemente besando la mano de su pareja.
-a mi igual…
.:Good End:. :)