Durante los cinco años que JongIn estuvo en el instituto SM, él nunca pensó que alguien se enamoraría de él.
¿Cómo hacerlo? Era delgado, de piel morena, lentes de marco grueso, cabello negro y era demasiado tímido para el gusto de cualquiera.
No podía evitarlo, le hicieron bullying cuando era pequeño.
Poco confiaba en los demás, solo confiaba en su amigo Taemin. Eran amigos desde los pañales, se contaban todo, tenían los mismos gustos y la misma pasión por el baile.
A JongIn le encantaba bailar, bailar era su vida. De hecho, se estaba preparando junto a Taemin para audicionar en un casting de la empresa SM que tenía afiliaciones con el instituto SM.
Como sea, Kim JongIn no era el tipo de persona con la que todos se enamorarían perdidamente, o que simplemente alguien le hablara de la nada.
-Hola-
Por eso, cuando escuchó a Do Kyungsoo hablando, él inmediatamente pensó que no se dirigía hacia él, así que no quitó la mirada de su libro.
-Te hablo a ti-
En su mente pasó la posibilidad de que le hablara a él, pero pronto lo descartó.
¿Por qué?
Porque Do Kyungsoo era el chico más popular del instituto, recibía declaraciones todos los días de chicos y chicas, su casillero estaba siempre llena de cartas de amor, con un simple movimiento tenía a todos a sus pies.
Ese era Do Kyungsoo.
-Te estoy hablando a ti, Kim JongIn-
Ok, había algo extraño en todo esto.
JongIn levantó la mirada de su libro encontrándose con los enormes y encantadores ojos de Kyungsoo.
-Hola- Murmuró tímidamente.
-Hola- Sonrió Kyungsoo –Hace un tiempo que te estuve viendo y creo que eres una gran persona. Me gustaría que nos conociéramos mejor-
-¿No es de esas apuestas que hace Oh Sehun sobre conquistar a perdedores como yo?- Preguntó JongIn con sinceridad y tristeza al recordar lo que Oh Sehun le hizo a su mejor amigo el año anterior.
-¿Qué? ¡No! ¡Nunca haría algo así!- Exclamó Kyungsoo ganándose una mirada severa de la bibliotecaria –Perdón- Le dijo a la mujer –Nunca haría algo así, y menos a ti- Murmuró Kyungsoo con honestidad en sus ojos.
-¿Por qué?-
-Lo sabrás algún día- Dijo Kyungsoo guiñándole un ojo a JongIn, lo que causó absolutamente la nada misma al moreno -¿Te gustaría conocernos mejor?-
-No es el lugar más adecuado- Murmuró JongIn mirando a su alrededor. Estaban en la biblioteca, en la hora de almuerzo.
-Tienes razón- Dijo Kyungsoo -¿Has comido? –JongIn negó -¿Te parece si comemos juntos?-
-No me gusta que la atención se centre en mí-
-¿Te parece si vamos a la azotea?- Preguntó Kyungsoo esperanzado.
-Está bien- Accedió JongIn.
Ya en la azotea, Kyungsoo comenzó con la lluvia de preguntas de todo tipo para poco después comenzar a hablar sobre sí mismo moviendo sus manos en el aire, gesticulando cuando lo consideraba necesario, haciendo muecas y provocando que ambos rieran cuando Kyungsoo contaba una anécdota divertida.
-Me encanta tu risa- Confesó Kyungsoo con una sonrisa, ladeando su cabeza.
-Gracias, supongo- Dijo JongIn algo avergonzado.
-¡Te ves tan lindo avergonzado!- Exclamó Kyungsoo abrazando al moreno quién se quedó quieto sin saber muy bien cómo responder –Me agradas JongIn, eres mucho mejor de lo que imaginaba-
Ese día descubrieron que Kyungsoo era mayor que JongIn por solo dos días, también descubrieron que compartían el mismo gusto por Pororo y Kyungsoo descubrió que a JongIn le apasionaba el baile.
Los días fueron pasando y con ellos una especie de amistad fue surgiendo entre ellos. Kyungsoo conoció a Taemin pero nunca lo trató de la misma manera en la que trababa a JongIn.
Aquello estaba muy bien para JongIn, hasta que un día todo cambió:
-Me gustas- Dijo Kyungsoo.
JongIn levantó la mirada de su libro, frunciendo el ceño -¿Disculpa? No te escuché-
-Me gustas- Repitió Kyungsoo expectante.
-Ah- Y JongIn volvió a su libro.
Pasaron diez segundos antes de que Kyungsoo optara por las acciones antes que las palabras y besó la mejilla de JongIn, haciendo que el menor se sobresaltara y cerrara el libro de golpe.
-¡Oye!- Exclamó JongIn -¡¿Por qué me besaste?!-
-¡Porque me gustas!- Exclamó Kyungsoo. JongIn le quedó mirando como si no entendiera –Tu… Me… Gustas… -JongIn seguía sin mostrar gran reacción más que parpadear –¿De verdad eres de los chicos más inteligentes del instituto?-
-De hecho, tengo el mejor promedio- Respondió JongIn.
-¿Me respondes lo primero?-
-¿Qué es lo primero?- Kyungsoo rodó los ojos.
-Que me gustas- Repitió el mayor.
-Ah… Tu también me gustas- Dijo JongIn volviendo a su libro.
-¿En serio?- Preguntó Kyungsoo sin poder creerlo.
-No- Dijo JongIn rompiendo todas las ilusiones de Kyungsoo.
-¿No te gusto?- Preguntó Kyungsoo con tristeza en su rostro -¿Ni un poquito?-
-¿Por qué esa cara?- Le preguntó JongIn.
-¡Porque me gustas! ¿Es tan difícil de entender?- Dijo Kyungsoo con tristeza, a punto de llorar -¿Por qué no puedes entenderlo?-
JongIn pudo ver la genuina tristeza en el mayor y por esto posó una de sus manos en la cabeza del mayor, sacudiendo un poco su cabello y después bajando la misma mano hasta llegar a la mejilla de Kyungsoo.
Era una suerte que no hubiera nadie en la azotea, el lugar secreto de ambos, porque de otra manera se habrían burlado del rostro sonrojado de Kyungsoo.
-No te pongas triste hyung –Murmuró JongIn –Lo entiendo perfectamente, es solo que creí que era una broma-
-¿Por qué bromearía con mis sentimientos?- Preguntó Kyungsoo.
-Tienes razón. Lo siento, perdóname-
-Te perdono con una condición- JongIn mantuvo el silencio –Bésame-
-No- Dijo JongIn tajante.
-Entonces déjame conquistarte.
Conquistar a Kim JongIn no era fácil.
Kyungsoo intentó varias cosas pero ninguna parecía funcionar: le traía un delicioso almuerzo a JongIn, esperaba por él fuera del gimnasio cuando JongIn practicaba, se quedaba a su lado en silencio cuando el otro leía además de entregarle pequeños detalles que derretirían al cualquiera.
Menos, aparentemente, a JongIn, provocando que Kyungsoo se deprimiera un poco.
-¿Qué te sucede?- Le preguntó JongIn un día cualquiera, en la biblioteca.
-¿Por qué no te enamoras de mí?- Preguntó Kyungsoo haciendo puchero –Deberías estar loco por mí-
-No puedes obligar a las personas a que se enamoren de ti- Dijo JongIn.
-No quiero que todos se enamoren de mí, solo te quiero a ti- Dijo Kyungsoo cruzando los brazos.
-¿Por qué yo?- Preguntó JongIn.
-Además del físico, porque te encuentro muy guapo, porque me gusta tu personalidad, eres una persona muy bella- Dijo Kyungsoo honestamente –Eres mi primer amor-
-¿Es una broma?- Kyungsoo negó.
-Realmente me gustas- Murmuró el mayor.
Hubo un silencio en el que ambos estuvieron sumidos en sus pensamientos. Fue JongIn el que rompió el silencio en un arranque de valentía.
-¿Sabes? Hasta hace unos minutos no sentía nada más que amistad por ti, pero ahora, creo que me gustas un poquito- Dijo levantándose del sillón en el que ambos estaban sentados –Nos vemos mañana hyung-
Kyungsoo no perdió tiempo en levantarse y abrazar por la espalda a JongIn, repitiendo varias veces “gracias”. Después soltó al moreno y se fue con paso alegre.
JongIn volteó a verlo por última vez en el día, tenía una sonrisa en su rostro.
Al día siguiente ocurrió lo que todos esperaban: Oh Sehun le declaró su amor eterno a Kyungsoo frente a todo en instituto.
Por supuesto, Kyungsoo lo rechazó.
Y cuando Sehun le preguntó la razón Kyungsoo reveló que le gustaba Kim JongIn.
Nadie sabía quién era ese tal Kim JongIn, excepto los profesores y la enfermera, quienes comenzaron a mirar al moreno con sonrisas cómplices que el moreno no entendía.
Un día en el que JongIn fue a visitar a su amiga, la enfermera del instituto, él finalmente se enteró de la confesión de Kyungsoo.
-¿Eso dijo?- Preguntó JongIn mientras tomaba una taza de té que Yura, la enfermera, le había preparado.
-Eso dicen- Afirmó Yura.
Justo en ese momento las puertas se abrieron y Kyungsoo apareció por la puerta con expresión de preocupación.
-¿Por qué estás aquí?- Preguntó el recién llegado tomando una de las manos del menor- ¿Te sientes mal?-
-No, solo quería conversar con mi amiga- Respondió JongIn tranquilamente.
-Menos mal- Dijo Kyungsoo con alivio en su rostro. JongIn sonrió levemente.
-¿Te preocupé?- Preguntó.
-Sí, no te encontraba por ninguna parte y Taemin me dijo que estabas en la enfermería- Dijo Kyungsoo.
-Lo siento- Dijo JongIn.
-No te preocupes- Dijo Kyungsoo pero JongIn no quedó conforme, así que se levantó y tiró de Kyungsoo despidiéndose de Yura, dirigiéndose a la biblioteca.
A penas traspasaron la puerta la bibliotecaria los detuvo porque siempre eran bulliciosos, y le puso un post-it en la boca a cada uno que decía “Silencio”, así que no podrían hablar.
Pero eso no evitó que JongIn fuera a su parte favorita de la biblioteca y que ahí se detuviera, quedando frente a un confundido Kyungsoo.
Pasó un segundo en el que mantuvieron la mirada.
Y al siguiente los labios cubiertos del post-it amarillo de JongIn estaban sobre los labios tapados de post-it de Kyungsoo.
Fue un beso indirecto.
Un beso que hizo que Kyungsoo chillara de emoción, por lo que JongIn le tapó la boca con la mano y mirara a ambos lados en busca de la bibliotecaria.
Sin esperar a ser encontrados, JongIn tiró de Kyungsoo a la parte más solitaria de la biblioteca y ahí esperaron unos segundos hasta que oyeron el silencio.
JongIn pudo ver la radiante sonrisa de Kyungsoo y pensó que los labios bajo el papel tendrían un sabor delicioso, así que sacó el papel de su boca y después el de la boca de Kyungsoo, acercó al mayor por la cintura y ladeó su cabeza inclinándose para aproximarse al mayor quién se encontraba expectante de lo que sucedería.
Cuando faltaron pocos centímetros ambos cerraron los ojos y pudieron percibir la cercanía del otro, la respiración, los nervios de cada uno.
Y finalmente, ambos compartieron un primer beso a escondidas, entre libros de ficción, de romance, de pasión.
Más tarde, Kyungsoo sonrió sentado en las gradas del gimnasio mientras veía a JongIn bailar tranquilamente. A veces el moreno lo miraba con esos ojos apasionados y deseosos, haciéndolo desviar la mirada sonrojado. JongIn bailaba sin lentes y con la camisa semi abierta, haciendo que Kyungsoo pudiera ver un lado más sensual y provocador del menor. La música se detuvo al igual que JongIn.
-¿Qué te pareció?- Preguntó JongIn.
-No lo sé, no soy un experto en baile- Dijo Kyungsoo –Solo sé que quiero besarte-
JongIn sonrió -¿Y qué esperas?-
Kyungsoo corrió los metros que lo separaban del otro y se dirigió directamente a los labios de JongIn, besando al menor apasionadamente, entrelazando sus dedos en la nuca de JongIn mientras que este abrazaba al mayor por la cintura.
-Me gustas tanto –Murmuró Kyungsoo sobre los labios de JongIn –Tanto- Beso –Tanto- Otro beso más.
-A mí también me gustas, Do Kyungsoo- Dijo JongIn abrazando fuertemente al mayor.
-¿Cuánto?-
-Lo suficiente-
-¿Cuánto es suficiente?- Preguntó Kyungsoo buscando los labios del más alto. Los encontró.
-Como para no querer dejarte ir- Murmuró JongIn al oído del mayor.
Kyungsoo sonrió –Eso es más que suficiente- Murmuró disfrutando la sensación de estar entre los brazos de JongIn –Sé mi novio- Pidió Kyungsoo sin miedo a la casi inexistente posibilidad del rechazo.
-Creí que la yo éramos- Dijo JongIn.
Tres días después, JongIn ya era oficialmente un backdancer de SM. Kyungsoo lo felicitó con tantos besos que los labios de ambos terminaron hincados.
Pero estar en esa agencia incluía un cambio de imagen, así que los lentes de marco grueso fueron reemplazados por lentes de contacto, el cabello negro fue teñido a un tono castaño y se le pidió a JongIn que tuviera un cuerpo tonificado, por lo que el chico comenzó a hacer bastante ejercicio.
Poco a poco Kim JongIn fue llamando la atención de las personas, cada día parecía volverse más guapo y sumado a su inteligencia era un buen prospecto para novio.
Para desgracia de muchos, Kyungsoo se encargó de marcar territorio y demostrar que JongIn era su novio con besos, abrazos, manos entrelazadas y sonrisas enamoradas.
Porque sí, Kyungsoo admitía a todo pulmón que estaba enamorado de JongIn.
Sin embargo, JongIn se encargó de dejarle en claro que si bien tenía fuertes sentimientos por el mayor, no se sentía enamorado.
-¿Qué tengo que hacer para enamorarte?- Preguntó Kyungsoo.
-No lo sé- Respondió JongIn encogiéndose de hombros –Sigo sin creerlo-
-¿El qué?-
-El que estés enamorado de mí-
-¿Por qué?-
-Porque podrías tener a algún chico guapo como Oh Sehun, alguien deportista como Hwang Zi Tao o alguien que cantara bien como Byun Baekhyun o tu amigo JongDae –Dijo JongIn –Pero estás aquí, a mi lado, con nuestras manos unidas y tus ojos brillantes al verme-
-Y tú simplemente me encantas, mueves mi sueño, aceleras mi corazón y agitas mi respiración-
-¿Nos pusimos cursis?- Preguntó JongIn sonriendo.
-Siempre- Dijo Kyungsoo antes de besar a su novio.
Después de tres meses de relación fue que tocó el cumpleaños de Kyungsoo.
En aquellos tres meses el mayor le preguntaba al moreno “¿Ya te enamoraste de mí?” a lo que JongIn respondía “Aún no” y Kyungsoo murmuraba un “Mañana será” algo apenado y JongIn borraba esa cara triste con un beso.
Y aquél día sucedió que para el cumpleaños de Kyungsoo JongIn tenía que trabajar, pero le envió de regalo un libro llamado “El principito” y una carta que solo decía:
-Tú me has domesticado-
Kyungsoo levantó su mirada sonriente. Tardó dos días en leer aquel libro (ya que cada vez que lo retomaba, una parte le hacía llorar), lo que significaba que aquel día era el cumpleaños de JongIn.
Ahora entendía el significado de aquellas palabras que JongIn le había dicho antes de abrazarlo y besarlo con una sonrisa.
-¿Qué me trajiste de regalo?- Preguntó JongIn.
-Ya lo verás ¿Están tus padres?- Preguntó Kyungsoo. JongIn negó –Perfecto-
Ambos entraron a la casa del moreno con las manos entrelazadas y Kyungsoo se apresuró en llevar al menor a la pieza de éste.
-Quiero mi regalo- Dijo JongIn sonriendo ante lo nerviosos que parecía Kyungsoo. El mayor se detuvo en las escaleras que daban al segundo piso y dio media vuelta.
-Se paciente ¿Quieres?- Dijo Kyungsoo.
-Está bien- Se resignó JongIn, pero aprovechó la poca diferencia de alturas para robarle un beso a Kyungsoo quién sonrió ante esto.
Cuando ambos estuvieron en la habitación del moreno, Kyungsoo le pidió a su novio que cerrara los ojos mientras éste ponía seguro a la puerta. JongIn lo hiso y para cuando Kyungsoo le dijo que los abriera se encontró con la imagen desnuda del mayor. Lo miró de arriba abajo sonrojado y le pidió con la mirada una explicación al otro.
-Te regalo mi virginidad- Dijo Kyungsoo.
-¿Es...? ¿Estás seguro?- Preguntó JongIn. Kyungsoo se acercó a él.
-Sí- respondió el mayor sobre los labios del moreno, besándolo justo después de su respuesta.
La pasión, el deseo por el otro se encendió.
Kyungsoo optó por seguir sus instintos y comenzar a desabotonar la camisa que JongIn vestía. El menor, con las manos aún sin moverse se dejó desnudar aún inseguro de que hacer.
-Tócame- Pidió Kyungsoo entre un beso –Acaríciame –Otro beso –Siénteme- Y llevó una de las manos del menor a su pecho, pudiendo sentir la mano cálida del moreno en su cuerpo. La otra mano se dirigió por instinto a su espalda baja.
-Te amo- Murmuró Kyungsoo sobre los labios de JongIn –Te amo tanto- Y besó a un semi desnudo JongIn, intentando desabrochar los pantalones del menor.
Pronto ambos estaban desnudos y se fundieron en una inexperta primera vez, una dolorosa, lenta, y finalmente placentera para ambos.
Ahora, ambos abrazados una vez terminado el acto de entrega, se confiesan sus más profundos y sinceros sentimientos.
-Te amo JongIn-
-Te amo Do Kyungsoo, me has domesticado-
“(…) Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.”
FIN