r ¿Qué necesitas Takato?- Preguntó Henry con un claro tono de preocupación en su voz.
r Pues… Verás… Yo… Es algo… Difícil de explicar… Antes que nada… ¿Eres homofóbico?- preguntó Takato con un creciente rubor en sus mejillas, aquella pregunta había tomado a Henry un tanto desprevenido, pero aun así, no se negó en contestar r Pues no, te hecho… Yo soy bisexual- dijo Henry con algo de naturalidad, pero sin poder evitar ese deje de pena en su voz, más sin embargo, Takato no pudo evitar dar un suspiro de alivio al escuchar la respuesta del mayor, llevando su mano izquierda a su níveo y desnudo pecho, tomando aire para hablar, su mano se elevó un poco, gracias al movimiento natural de su pecho al tomar aire –Pues verás… Yo… Yo soy gay, Henry y… Se suponía que hoy tendría una… Cita con mi novio y… Él… Él…r1; La voz del jovencito castaño se iba tornado aguda y temblorosa, a lo que Henry mantuvo un profundo silencio, no queriendo forzar al castaño a revelar una situación dolorosa para él.
Takato al no escuchar respuesta alguna del peli azul, nuevamente respiró hondo, sintiendo la calidez de su mano en su pecho y prosiguió, tratando de sonar lo más firme posible y no mostrarse tan débil ante Henry –Cuando fui al lugar donde se supone que nos veríamos… Él… Él estaba…r1; nuevamente la voz del jovencito de ojos carmesí comenzaba a quebrarse y a sonar frágil, mientras gruesas lágrimas rodaban por sus suaves mejillas, provocando unos cuantos hipeos en el menor.
Al escuchar el llanto del menor, Henry rompió el silencio, con una voz suave y gentil, interrumpiendo los sollozos del “Google Boy” –Takato, vete a dormir mejor… Termina de decirme lo que quieras decirme mañana, ¿Podemos vernos en la fuente del parque mañana a las 10:00 am?- preguntó Henry manteniendo su tono calmado y consolador, para hacer sentir tranquilo a Takato.
r1;r1;r1;r1;r1;r1;r A… ¿A las 10:00?- preguntó Takato con su aún frágil voz –S-si… Me parece bien… Ahí estarér1; dijo el castaño ya un poco más calmado –Esto… Gracias… Henry… Por darme tiempo para pensar y… Por escucharme- dijo Takato de forma algo torpe y nerviosa.
r Descuida Takato, me quedaré en la línea hasta que consigas dormir- dijo Henry con ese relajante y suave tono de voz, el “Google boy” sintió un leve rubor en sus mejillas y solo atinó a contestar –V-Vale… Gracias… Me… Me gustaría- contesto algo avergonzado y nervioso.
-Vale, duerme Takato- dijo Henry con su voz cálida y suave, Takato sonrió y puso su celular lo más cerca posible de su oído sin llegar a aplastarlo con la almohada, para poder escuchar la voz de Henry, quien empezó a arrullar al jovencito castaño con dulces canciones que ayudarían a ese dulce angelito para que durmiera, pasados unos quince minutos, Takato quedó completamente dormido, una vez Henry se percató de esto, cortó la llamada, para proceder él también a dormir.
La noche se había desplazado sin que nadie se diera cuenta, para cuando muchos empezaron sus actividades diarias, el sol ya brillaba, esta misma estrella, era la que ahora acariciaba con gentileza y mucha suavidad el rostro de un muchacho castaño, que dormía tranquilamente en su cama, lamentablemente, la luz de este ente que mantiene la tierra en una temperatura apta para la vida humana, golpeaba los ojos del jovencito de piel nívea, haciéndolo despertar lentamente, aunque con un sobresalto en cuanto vio la mesita de noche color chocolate que tenía a su lado, más precisamente, al ver el reloj que se encontraba posicionado en dicha mesita de noche, pues al leer la hora, Takato casi se cae de la cama – ¡¿9:47 am?! ¡¡Mierda, llego tarde!!- fue lo que exclamó el hombrecito al ver la hora, recordando que había quedado de ver a Henry a las 10:00 am, se levantó como rayo de la cama al baño, para darse un veloz regaderazo, posteriormente, salió escopetado del baño a su habitación para poder vestirse con un par de calcetines negros, un pantalón blanco con un diseño de grecas a lo largo de la pierna derecha, una camisa azul marino, una bufanda con guantes negros, junto a un elegante abrigo blanco, tomó su celular, color plata con un colgante dorado en forma de estrella y corrió como alma que lleva el diablo, se puso sus botas negras y secuestrando a un pan inocente de la panadería de sus padres, salió corriendo de su casa, para comer el pan en el camino, para las 10:02, el “Google Boy” ya estaba en la elegante entrada principal del parque, nuevamente salió escopetado hasta la fuente, que tiraba agua cristalina y clara, la cual se deslizaba sobre el blanco y pesado mármol, Takato observó su reflejo en el agua, divisando ciertos mechones rebeldes de su castaña y corta cabellera, quitándose los guantes y tomando algo de agua entre sus manos, comenzó a acomodar su corta y castaña cabellera, pues podía estar deprimido, pero nada odiaba más que verse como un vago.
Ya eran las 10:08 y tras unos minutos de espera para el castaño, Henry apareció, vestido con un abrigo verde militar, un pantalón color café con leche, una bufanda negra y unas botas marrones, parecidas en diseño a las del castaño, se acercó al chico de ojos carmesí y se rascó la nuca algo avergonzado –Buenos días, Takato, perdón por llegar tarde- dijo avergonzado por su demora – ¿Dormiste bien?- preguntó Henry mirando fijamente al menor, quien asintió levemente, con una diminuta sonrisa en sus labios, la cual se borró casi inmediatamente.
r Vale, ¿Quieres hablar ya de eso?- preguntó Henry de forma sutil pero directa al esbelto y pequeño jovencito de ojos carmesí, quien jugaba nerviosamente con los dedos de sus manos y miraba directamente al piso, pero tras respirar hondo, asintió –Veras… Ayer… Ayer se suponía que tendría una cita con mi novio… Se suponía que iríamos al cine y después a comer, quedamos de vernos aquí, en el parque, más sin embargo… cuando llegué… Lo encontré con mi mejor amigo… Hablando… O más bien, Hirokazu, a quien creía mi amigo… Pidiéndole que terminara nuestra relación… Ryo… Quien se suponía era mi novio… Le dijo que terminaría conmigo en Noche Buena… No pude soportarlo y… Yo salí a confrontarlo… Le dije a Ryo que era un mentiroso y… Y… Le arrojé una caja de chocolates que le había comprado- dijo Takato mientras nuevamente, aquellas gruesas lágrimas se deslizaban por sus mejillas níveas y tersas, Henry estaba sorprendido, ¿Cómo alguien sería capaz de herir así a un angelito como Takato? –No llores, Takato… Un sujeto como ese no vale ni una sola de tus lágrimas- dijo Henry secando las lágrimas del aludido con sus pulgares, Takato miro a los grises y profundos ojos de Henry, mientras esos pequeños diamantes seguían desbordando los orbes carmesí del menor.
r Pero… Pero yo lo amaba- dijo Takato apretando un poco sus puños, con una fuerza que venía desde lo profundo de su dolor y su tristeza, Henry lo miró con calidez y tomó las manos ajenas, deshaciendo los puños que se habían formado y paso una de las manos del jovencito castaño por su morena mejilla –Me mintió… Henry- dijo el oji carmesí, sin retirar su mano de la mejilla del mayor.
-Takato… No te pongas así, ni te lastimes por un sujeto como ese, que no vale la pena- dijo Henry para proceder a besar la frente del “Google Boy”, provocando un fuerte sonrojo en este –Sabes, Takato… Provocaste un raro sentimiento en mí, algo nuevo- dijo Henry con una mirada tranquila y sincera.
r ¿A-Ah sí?- interrogó Takato aún con ese tono carmín en sus mejillas y mirando directamente los orbes grises y profundos de su acompañante, quien asintió.
r Si… Takato, dime ¿Crees en el amor a primera vista?- preguntó el joven de cabellos azules y ojos grises, con un muy leve rubor en sus mejillas, la pregunta desconcertó un poco a Takato, quien le miro curioso por la interrogante que recién le habían hecho.
r Ehm… Bueno, sí… Ehm, sí, me parece posible ¿Por?- preguntó el “Google boy” con curiosidad, la cual se reflejaba tanto en sus ojos como en todos sus gestos corporales.
r Es que… Bueno… Yo… Me enamoré a primera vista de ti- admitió sinceramente el chico de cabellos azulados, con sus mejillas ahora más rojas que antes –Sabes… Navidad… Se acerca… Noche Buena es en 3 días y… Me gustaría pasarla contigo… No como un simple amigo… Más bien como… Como tu novio- dijo el oji gris tomando lentamente las manos de Takato.
r Henry… Me halagas… Pero no me siento listo para una relación en este momento… Me siento dolido y… Realmente me dañó lo que me hizo Ryo… No creo poder empezar una relación tan fácilmente- dijo el muchachito de piel nívea con su mirada clavada en el piso, pero más, en el agarre que el moreno tenía en sus manos.
r Pero… Yo te ayudaré a olvidar, quiero reparar tu lindo corazón, por favor, déjame sanar tu alma, solo… Sólo déjame intentar, Takato, déjame hacerlo- dijo el mayor de los dos en tono de súplica, arrodillándose frente al más joven, acción a la que el chico de piel lechosa, solo pudo sonrojarse y mirar al mayor con algo de vergüenza y nerviosismo.
r Pero… Me da miedo que me hagan daño… Otra vez… No quiero sufrir de nuevo, no quiero- dijo el castaño con su mirada baja y enfocando al piso, donde se veía la blanca nieve caer.
r No te haré ningún daño, Takato, te cuidaré más que a mi vida y no dejaré que nadie, absolutamente nadie te haga daño, supe que eras un hermoso angelito en cuanto vi esos ojos carmesí, que ahora yacen opacados por la tristeza, pero yo quiero ser la causa de que recuperen su brillo real, quiero ver por primera vez una hermosa y enorme sonrisa en tus labios, adornando tu hermosa carita- dijo Henry con una voz decidida y segura, sin duda alguna de lo que estaba diciendo –Te juro por mi vida entera que te protegeré de lo que sea- dijo Henry clavando sus ojos grises en los carmesís de Takato.
r Henry… Yo… Creo… Creo que puedo… Que puedo darte una oportunidad- dijo Takato conmovido y halagado de las bellas palabras que el mayor le había dedicado, en cuanto esas palabras salieron de la boca del pequeño “Google Boy”, el mayor lo tomó del mentón y fue acercando sus rostros lentamente, reduciendo la distancia entre ambos, dejando que sintieran la respiración mutua el uno del otro, para sellar sus labios en un suave, tierno e inocente beso.
r Gracias, Takato, no te voy a decepcionar- dijo Henry sonriendo dulcemente y besando nuevamente a su castaño adorado –Déjame hacer un truco de magia para ti- dijo el oji gris esbozando una sonrisa y sacando un pañuelo blanco de su bolsillo, teniendo la mirada atenta de Takato, Henry puso el pañuelo sobre su mano derecha y con la zurda, comenzó a hacer movimientos sobre el pañuelo, paseando sus dedos sobre este, para posteriormente retirar el pañuelo de su mano y hacer aparecer una hermosa rosa roja, la cual entregó al jovencito castaño –Te amo, Takato- dijo Henry suave y dulcemente.
Takato miro fascinado aquel truco que había hecho Henry y maravillado, tomó la rosa, sonrojado por el lindo gesto que había tenido su nuevo novio con él y ahora siendo él el que tomó la iniciativa y besó al mayor –Gracias, Henry… Gracias, de verdad- dijo suavemente el menor rodeando el cuello de su oji gris, mientras este rodeaba la cintura de su “Google Boy”, dando la adorable escena en la que el menor de los dos, miraba hacia arriba, para poder admirar el rostro de su amado, dado que Henry, sacaba unos 10 centímetros al hombrecito castaño, quien acomodó su cabeza sobre el pecho de Henry, con una pequeña sonrisa en sus labios y dando inicio a un nuevo amor, a un Amor en Silencio