Prólogo
Naruto Uzumaki era un adolescente que apreciaba la amistad más que cualquier otra cosa en la vida. Desde pequeño, su padre le había inculcado la importancia que tenía el compañerismo, enseñándole a valorar todos aquellos lazos que forjaba con las personas que le valoraban. Por esa razón, cada vez que veía a uno de sus amigos bajar la cabeza dolido o derramar alguna lágrima, se acercaba hasta él, dispuesto a ofrecerle su ayuda y sacarlo de esa agonía.
Justamente, como sucedía en ese preciso momento. Uno de sus mejores amigos, Rock Lee, se encontraba cabizbajo, murmurando cosas sin sentido, mientras se ahogaba en sollozos y gimoteos. A su lado, Kiba Inukaza acariciaba su espalda, en un vano intento por reconfortarlo.
El Uzumaki se mantenía a una distancia prudente, mientras la fuerte ventisca que alcanzaba la azotea de la escuela, se estrellaba contra él, despeinando sus rubios cabellos.
Lo peor de esa situación, era que comprendía ese sufrimiento. Hace sólo unos días, había experimentado un sentimiento bastante similar, cuando ese muchacho que lloriqueaba, inició una relación con la muchacha de sus sueños.
Hace unas semanas atrás, Lee había encontrado el valor suficiente para declararse a Sakura Haruno, una de las muchachas de su salón de clase. Sakura era preciosa, divertida, inteligente y atlética. No se necesitaba profundizar demasiado, para quedar prendado de su imagen. El mismo Naruto había caído bajo sus encantos, experimentando un enamoramiento que le hacía observarla en secreto. No obstante, nunca se atrevió a acercarse y permitió que uno de sus mejores amigos, diera el primer paso.
Ninguno supo si se trató de lástima o un sentimiento compartido, pero la Haruno aceptó comenzar una relación con Lee. Sin embargo, hace sólo unas horas, la muchacha había decidido romper ese extraño acuerdo que había mantenido con su amigo, para cortarle las alas de tajo.
¿La razón?
El nuevo estudiante, Sasuke Uchiha.
El muchacho había llegado hace dos días, y había causado revuelo en toda la escuela. No existía salón que no comentara sobre su impecable imagen, porte altanero y belleza intimidante. El moreno desprendía un aura peligrosa y misteriosa, su apariencia perfecta era como la miel para las abejas. Las muchachas se agolpaban a su alrededor y los pasillos se llenaban de murmullos que sólo halagan al Uchiha.
Hasta el momento, Naruto no había cruzado palabra con Sasuke. No estaban en el mismo salón, y si no fuera porque todas sus compañeras hablaban constantemente de él, no se habría enterado de su existencia. Bueno, al menos hasta ese momento.
Naruto adoraba a sus amigos, por esa razón, cuando el repentino odio hacia ese muchacho que no conocía personalmente, comenzó a burbujear en su sistema, no dudó en apretar los puños y maquinar una posible venganza en su contra.
—Tenemos que hacer algo. —Dijo seguro— No permitiremos que ese idiota se quede con Sakura-chan. —Hasta ese instante, ambos pares de ojos, tanto de Lee como de Kiba, estaban fijos en la mirada determinada del rubio— Idearemos un plan y nos vengaremos de él.
Ese lejano recuerdo, le hizo fruncir los labios, mientras un amargo sabor se instalaba en su paladar. En ese momento, se encontraba desnudo, enredado entre las suaves y caras sábanas de Sasuke Uchiha. El moreno vestía unos pantalones, sentado en el marco de la ventana, mientras se fumaba un cigarrillo. De pronto, su atención se vio enfocada en el Uzumaki, y Naruto tensó su cuerpo, creyendo, inocentemente, que el muchacho había leído sus pensamientos.
— Te amo. —Dijo el Uchiha, contemplándolo con verdadera devoción.
El rubio se ruborizó y sintió su corazón latir desbocado.
Naruto amaba a sus amigos, su padre le enseño desde pequeño que debía proteger a cada uno de ellos. Sin embargo, ¿Por qué se sentía tan tranquilo ante la idea de traicionarlos?
— Te amo más. —Respondió Naruto, levantándose de la cama, sin importarle que su desnudez quedara expuesta. Caminó hasta el Uchiha, lo tomó por las mejillas y le plantó un beso en los labios.
Y nuevamente... Esa exquisita sensación de plenitud lo invadió.
¿Por qué si era lo incorrecto, se sentía tan correcto?
¿Continuará?