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Genos siempre lo miró, desde la primera vez que Saitama se hizo cargo de él, ese día ya hace 10 años, cuando ese joven adolecente en busca de trabajo se mantuvo junto a el pequeño rubio todas las tardes mientras sus padres trabajan, desde ahí nunca pudo apartar su mirada del chico de cabellos negros, aquella actitud indiferente, su mirada perezosa, su caminar sencillo, su manera de arrugar el ceño mientras lee mangas, su forma disimulada de preocuparse, todo de eso y aun más mantenía atento al joven Genos, quien expectante cada día se mantenía contra la ventana esperando a su héroe, siempre ahí, incluso en la mañana para verlo irse a la secundaria, durante esos días Genos solamente tenía 6 años y Saitama 16, sin duda eran jóvenes, pero tarde o temprano se crece.
“¿Por qué Saitama-san ya no puede venir a cuidarme?”
Genos nunca deseo crecer, si no hubiera crecido hubiera tenido a Saitama siempre a su lado.
Entonces los años pasaron y el joven de cabellos negros repetía la misma rutina todas las mañanas, se duchaba, se vestía, desayunaba y se marchaba a la universidad, Genos sabía que él hacia todo eso, al igual como sabía lo que él siempre desayunaba, siempre fijándose en su mejilla donde quedaban migas de pan con pequeñas salpicaduras de mermelada. Genos sabía siempre a qué hora salía y a qué hora regresaba, los años pasaron y se separaron, pero Genos nunca paró de observarlo, Genos conocía todo lo que le gustaba, todo lo que odiaba, todo lo que vestía, nunca, pero nunca paró de mirarlo, lo conocía tan bien que hasta sabía la dirección de la casa de su novia, una chica llamada Fubuki, una chica hermosa, pero él conocía tan bien a Saitama que sabía que esa no era la clase de chica que le convenía, sí, por eso hablo con Saitama, pero él chico no reaccionaba, lo cual molestó a Genos, no había manera de hacerlo entrar en razón
“Dime Saitama-san… ¿porqué está con una chica como ella?”
“Saitama-san usted merece algo más”
“Saitama-san hay muchas otras personas que serian mejor opción”
“Saitama-san, ¿es qué no ve que esa chica solo lo lastimará?”
“Saitama-san hay personas que lo podrían amar infinitamente más de lo que lo hace ella”
“Saitama-san, ¿Por qué no busca a alguien… como yo?”
“Saitama-san, usted me gusta”
“¡Saitama-san no corra!”
“¡Saitama-san yo le amo!”
“¿Por qué me evade Saitama-san?”
“Siempre lo he amado Saitama-san”
“Saitama-san ya me tiene a mí, por lo que ya no la necesita a ella”
“Saitama-san ya no piense más en ella, aquí estoy yo”
“Saitama-san… acaso… ¿me tiene miedo?”
“¡¿PORQUÉ ME TEME SAITAMA-SAN?!”
Nunca hubo manera para convencerlo, parecía como si Saitama no creyera sobre el amor que tenia Genos hacia él, quien siempre trataba de caminar a su lado, ¿Por qué habría de temer de alguien que lo cuidaba tanto?, el rubio tenía un trato tan cuidadoso sobre el mayor que lo protegía de todo, hasta de su novia, esa escoria, como solía llamarla Genos, se fue completamente lejos de Saitama, el rubio se aseguró de ello, pero aun así el mayor nunca abrió los ojos. Genos se vio forzado a abrirle los ojos, hacerle ver a quien de verdad debía amar, por eso no importaba cuanto gritara Saitama, no importaba como las muñecas del mayor se enrojecían ante el roce de la correa atada, no importaba las suplicas de piedad que soltaba entre hipidos, no importaba que el miembro de Saitama no se erectaba, no importaba que la entrada del peli negro sangraba ante el pene del menor, ya ninguno de esos pequeños detalles importaba, pues finalmente Genos pudo hacerle ver a Saitama cuanto lo amaba, en ese instante se lo estaba transmitiendo, ahora él sabría todos sus sentimientos y así estarían para siempre juntos.
FIN.
Tengo sueño… :’[