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Lost Love -SugaxV- por Fighter

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Notas del fanfic:

VGAAAA KKKK como se promete, dedicado a la mocosa de rosa xD tu sabes que te quiero -u- comenten!

Cuando descolgó el teléfono nunca pensó que del otro lado estaría el hombre que le destrozó el corazón y el labio inferior, pidiéndole ser el padrino de su boda, claro, de todas formas él le aclaró que fue un pedido de su prometida. “¿tú crees que yo quiero verte la cara allí?”

-me importa una mierda- fueron sus crudas palabras cuando le puso sobre la mesa su corazón herido, apuñalado- no es idea mía, ya te lo dije.
Taehyung le vio con los ojos cristalizados, inundados de lágrimas.
-además, sé que para tu padre es de conveniencia que estés allí, ¿acaso no se había molestado contigo cuando le dijiste que te habías enamorado de un tipo? ¿Acaso no te mandó a buscarte una mujer para casarte, a cambio de mantener tu herencia, tu reputación? Me aseguraré de que la sala esté llena de mujeres solteras, jóvenes y ricas. Tu padre no se podrá quejar, te follarás a una tía allí y saldremos todos ganando. Conseguirás mujer, yo desposaré a la mía, mi padre me dejará de romper las bolas y el tuyo no te desheredará. Es un plan sin fallas- finalizó aquel hombre de ojos gatunos.
El menor bajó la mirada hacia su plato de espagueti y apretó sus manos, formando puños sobre la tela en sus rodillas.
-¿y yo que gano? La herencia no me importa, hyung ¿es que no lo ve? Yo solo…yo solo lo amo…
-ya basta- le interrumpió golpeando la mesa con un puño. El cabello rubio prolijamente cortado y peinado perdió un poco su forma ante el impulso brusco de Suga- tu eres quien no ve las cartas derrumbadas de tu falso castillo sobre la mesa, tu eres quien no entiende- su voz se volvió gruesa, profunda, demostrando la desesperación y molestia que sentía en ese momento al ver al chico frente a él, mirándole con dolor, sufriendo porque ya le habían quitado la venda de sus ojos, sufriendo porque por fin ya no veía esas mariposas a su alrededor, sufriendo por ver sus sueños rotos sobre la mesa, como si a su torre de cartas, su frágil torre, le hubiesen quitado una de sus piezas- lo nuestro nunca fue verdadero, Taehyung, ya te lo dije ¿o no te lo dejé claro? ¿Debo repetírtelo?
El labio de V tembló compulsivamente, recordando el dolor del golpe dirigido hacia su sensible piel. No, no era necesario volver a pelear por ello, era verdad. Yoongi desde un principio le dijo que nunca lo iba a ver con los mismos ojos por más que se esfuerce, jamás le diría los “te amo” que el castaño quería oír, por lo menos no mientras su padre le esté inyectando de pesados nervios sus ya hinchadas bolas.
-no hace falta que me lo repita- murmuró con su corazón arrastrándose, sangrante, por el piso.
Ese mismo día deseó más de una vez escalar la torre más alta y tirarse al mar, porque sentía que esas falsas alas habían sido arrancadas de su espalda de la forma más cruel. Ese falso amor que él creía verdadero, aquel que le aseguraba que flotaría en el aire si se aventaba, ya no estaba allí. El duro suelo del departamento de Yoongi le había dejado en claro que sus alas ya no estaban cuando cayó de cara sobre este al recibir el cabreado puño de Suga.
De todas formas, Suga tenía razón. Conseguir una mujer sería ideal para que su padre le dejara de joder la vida, además de que quizás ambos padres, el de Yoongi y el suyo, podrían firmar acuerdos entre sus empresas, su padre se bañaría en dinero después de eso, literalmente, después de todo, la mujer desposada era su propia hermana mayor.
…l no tenía oportunidad, él solo había sido un amante ocasional, casi un prostituto.
-acéptalo, Taehyung, no hagas esto más difícil para ambos- pidió el rubio heredero- prometo que después de esto, me llevaré a Taeyeon a vivir a otro país, desapareceré de tu vista, de ser necesario ni verás a mis hijos crecer.
Hijos, aquello que Taehyung más deseaba criar junto a Min, ahora pertenecían a alguien más.
No lo soportó más.
La silla cayó con brusquedad hacia atrás cuanto Kim se puso de pie, arrancando la servilleta de tela de su cuello y arrojándola sobre la comida. Miró con los ojos desbordados a su ex por cinco segundos y huyó de él antes de que lo detuviera. Sus piernas no se detuvieron ni al chocar con un camarero de aquel caro y exclusivo restaurant, solo siguió corriendo en mitad de la noche, llevándose a su paso a las personas y sus insultos.
Su cabeza le bombardeaba con los recuerdos de aquel sueño que nunca fue. Era un completo idiota. Creyó ciegamente en que Yoongi lo iba a querer si se entregaba a él sin reparo. Por dios, si se abrió de piernas ante él a sabiendas que Suga estaba con otra persona. Estaba con ella.

Jamás se había sentido más frustrado en toda su vida, todo por la fiestita sorpresa que le había dado su primo.
Ho, sí. Odiaba a Jungkook con ganas.
Habían pasado ya poco más de tres semanas desde que había visto por última vez a Taehyung, no tenía señales de él, por lo cual, cuando lo vio en aquel lugar atestado de mujeres semidesnudas, con una de estas sentada sobre sus piernas, devorándole obscenamente la boca, casi se cae de culo de no ser por aquella tía que le pasaba las tetas por la espalda sin una pizca de vergüenza.
Maldita sea, no estaba preparado para eso.
Por más huraño que fuese, Min Yoongi jamás le había puesto la mano encima de una forma violenta a ninguna mujer, pero, en esa noche y con varias copas de más, no le importó mucho el tomar a la sanguijuela con patas por el brazo, jalándola y sacándola del regazo del confundido menor.
-¿Qué crees que estás haciendo?- fue la seca pregunta que salió entre sus dientes apretados.
La chica se removió, adolorida por el agarre de aquel rubio que la fulminó con la mirada antes de susurrarle un venenoso “piérdete”, soltándola con un ligero empujón que la hizo balancearse sobre sus altos tacones aguja.
Taehyung vio con impresión e indignación como su ligue se marchaba presurosa entre la gente, antes de ser tomado por el brazo con la misma fuerza que la joven había sido tomada segundos atrás y jalado hacia el baño de hombres.
El lugar se vació de un momento a otro con la sola mirada de Yoongi, quien cerró la puerta con seguro luego de comprobar que no quedaba nadie dentro.
Taehyung se apoyó contra los lavados, bajando la mirada al suelo incapaz de ver al mayor.
-¿Qué demonios fue eso?- volvió a cuestionar parándose frente al menor.
Yoongi vio en los ojos del menor aquello que él jamás le había mostrado estando sobrio: decisión, altanería, un par de bolas inyectadas de coraje.
-eso podría preguntar yo, me dices que me busque a una mujer y me la folle, que eso hará feliz a mi padre, que eso me permitirá mantener mi herencia, pero cuando estoy por lograrlo me la quitas de encima y la empujas lejos ¿Quién te entiende?
Después de eso, un incómodo y pesado silencio se instaló entre ellos tras el golpe que Suga le dio a V, reabriéndole su lastimado belfo rosado por el labial de aquella mujer.
Taehyung comenzó a reír a la vez que lloraba. Joder, no podía entenderlo, jamás lo entendería.
Su cuerpo se movió cual resorte, saltando sobre el rubio, impulsado por el alcohol que le nublaba los pensamientos.
-¿¡dime que jodidos quieres de mí, entonces!?- el primer golpe tomó por sorpresa a Min, quien cayó al suelo con el menor sobre su estómago, tomándole por el cuello de su camisa-¿¡por qué la apartaste de mí!? ¡Siempre hago todo lo que quieres y me terminas tratando así! ¡Si tanto dices no quererme entonces jódete a mi maldita hermana y déjame en paz! ¿Qué culpa tengo yo de que seas un puto bipolar, he? ¡Tan solo eres un cobarde que no sabe lo que quiere! ¿Crees que después de todo esto mi culo sigue siendo tuyo? ¿Es eso? Pues te tengo noticias, Min, dejó de serlo luego de que lo cambiaste por el coño de mi hermana.
Yoongi no tuvo tiempo de reaccionar luego de que Taehyung le hizo frente, escupiéndole en la cara lo que él mismo no quería ver, era a él a quien le habían quitado la venda de los ojos ahora.
Ante el despiste de Yoongi, Taehyung decidió dar marcha y salir del lugar, caminando aturdido entre la gente por lo que había sucedido con el rubio. Estaba completamente perdido hasta que una delicada mano se posó sobre su hombro y un rostro femenino de finas facciones se posó ante él.
-he, lindo ¿Qué le pasó a tu amigo hace un rato?- preguntó la mujer con fingida inocencia- ese apretón en mi brazo me dolió de verdad- agregó tomándose el área afectada y, de paso, sacando a relucir más sus operados senos.
Bueno, al menos el ligue de esa noche no estaba del todo perdido.

Demonios, si antes su cabeza latía como un segundo corazón, ahora parecía una mezcladora de cemento industrial.
Por lo menos ya llevaba tres copas más de alcohol en la sangre, aumentando ya su medidor.
Yoongi se pasó las manos por el pelo y se quedó así, con los codos en la barra y las manos enterradas en su despeinado cabello rubio. A estas alturas, hasta los botones de su camisa estaban sueltos hasta la mitad, con las mangas arremangadas hasta los codos. Estaba simplemente desesperado.
No entendía porqué había actuado así con Taehyung, si él podía jurar que el castaño solo era un agujero mas donde colocar su polla. Entonces ¿por qué? ¿Por qué apartar a la chica de sus piernas así? Taehyung tenía razón, no se entendía ni a sí mismo.
La boda estaba a solo cinco días, no faltaba nada para besar a la hermana de Taehyung en el altar, frente a él, frente a sus padres, frente al cura, frente a todos. Pero la idea de darse la vuelta y que Taehyung le entregara los anillos le aterraba, no quería verle a la cara porque sabía que V en ese momento se quebraría al verlo colocarle el anillo a Taeyeon.
Jodido sea su padre por obligarlo a casarse con la hija de su socio.
Jodida Taeyeon por pedirle que Taehyung sea su padrino, su caballero.
Jodido sea Taehyung por no salirse de su cabeza, por no entender que no era, fue ni sería más que un juego para él.
El asiento a su lado rechinó bajo el peso de alguien que le pasó un brazo por los hombros y lo agitó un poco, buscando su atención. Yoongi alzó un poco la vista sin soltarse aun el cabello y lo observo por largos segundos. Jungkook lo miraba con el entrecejo fruncido y una media sonrisa. Suga bufó.
-¿esto en vedad no es lo tuyo, cierto primo?- preguntó comprensivo, viendo como el mayor se peinaba hacia atrás el cabello sin responderle. Jungkook bufó.- bueno, al menos no todo está desperdiciado.-sonrió entretenido, apuntándole al barman el pedido de su bebida.
-¿Qué? ¿Saliendo de esta mierda te encamarás a alguna chica?- preguntó sin ganas, cruzándose de brazos, jugando con la copa de cristal bacía en su mano.
-ho, no yo, recuerda que soy cien por ciento gay, Suga.- respondió sonriente, tomando el primer trago de su margarita
-¿entonces…?
-vi a tu padrino de bodas entrando sin camisa a una de las habitaciones con una rubia de enormes tetas, bueno, y yo que creía que bateaba de mi lado- rio entretenido.
Suga dejó caer su copa, la cual rodó por la barra y cayó a los pies del barman.
-¿¡donde!?-le gritó en la cara a un sorprendido Jeon
-en…la habitación seis.
En cuanto escuchó esto, Yoongi salió disparado del lugar, empujando a la gente en su corrida hacia el pasillo, viendo los carteles con números en cada puerta. Su sangre corría por sus venas pero no fluía del todo por su cerebro, lo cual no le dejaba opción a pensarlo mucho cuando abrió de golpe una de las puertas. Dentro del cuarto iluminado por una tenue luz roja todo se detuvo.
Taehyung respiraba agitado sobre el cuerpo de aquella mujer, sosteniéndole las piernas para que no las cerrara aunque quisiera.
Yoongi apretó sus dientes con fuerza al ver a la chica con la falda levantada y la ropa interior corrida, teniendo a Taehyung en su interior, sin camisa y con los pantalones hasta las rodillas.
-¿Yoongi?- murmuró sin creérselo, avergonzado por ser encontrado en pleno acto. El nombrado volvió en si en ese momento, caminando a grandes zancadas, empujó al castaño hacia atrás, obligándolo a salir de la joven y ponerse de pie.
-vete ahora, si sabes lo que te conviene- le profirió a la chica, sin despegar sus ojos de V.
La chica se acomodó un poco la poca ropa que llevaba y huyó, cerrando la puerta tras ella.
Dentro del cuarto, todo se volvió tenso, casi hasta el punto que el aire podía ser cortado con un cuchillo.
-creí que te dejé en claro que…-
-no dejaré que te acuestes con prostitutas baratas como estas- argumentó mirando al menor frente a él, escaneándolo completo- al menos usas condón- murmuró mirando con desprecio aquello que hace nada estuvo dentro de aquella tía.
-deja de tratarme como un objeto- dijo molesto Kim, soltándose del agarre del mayor para poder subirse los pantalones, quitándose antes el preservativo usado.
-lo seguiré haciendo si me sigues empujando a hacerlo.-
-¿y que hice esta vez para que me trates así ha?- le enfrentó.
Suga se quedó allí, plantado e hipnotizado por los fieros ojos casi negros del castaño. Ese gesto de idiota enamorado no estaba, pero sus ojos aun no podían ocultar su brillo cada vez que lo miraba, estaba claro, Taehyung no podría nunca pensar en alguien más aunque sea otro y no el rubio quien esté con él en la cama.
V se mordió el labio, nervioso al ser mirado de aquella forma por Suga, sintiéndose incapaz de mantener su mirada por mucho tiempo más, decidió ir por su abandonada camisa y largarse de allí, aunque no contó con que, llegando a la puerta de la habitación, Yoongi lo tomaría por el hombro y lo empujaría con violencia contra la superficie de madera, atacando su boca sin previo aviso, desesperado, con hambre, sediento de beber de su boca. Taehyung no pudo soltarse por más que lo intentara, había caído tan fácil ante el rubio. Yoongi presionó su cuerpo contra Taehyung, tomándole de las piernas para que se enredara con él, salvaje, sin ningún cuidado, justo como a ambos les gustaba.
El pene de Taehyung se removió y saltó inquieto dentro de sus pantalones, sabiendo que detrás de toda aquella ropa, algo duro se apretaba contra él, tanto o más excitado.

Yoongi no perdió tiempo en lentas preparaciones, joder, si quería meterse de una buena vez en Taehyung, debía marcarlo, lo sentía completamente necesario para él, lo deseaba como nunca.
El menor jadeó y alzó su trasero cuando Yoongi pasó su lengua por su retaguardia, presionando con la punta contra su sensible entrada, finalizando así con la rápida preparación de sus tres dedos.
-aunque no lo quieras, Taehyung, tu eres mío, lo serás siempre- susurró contra el chico que lloraba quedo contra la almohada, sepultando allí sus tímidas lágrimas. El menor sintió el glande del rubio empujar e invadirlo con un poco de cuidado, expandiendo su entrada cada vez más, haciéndole arder.
V mordió su labio inferior, siendo obligado a alzar su cabeza por el jalón que Suga le propinaba a su cabello.
-¿Cómo es posible que sienta tu culo como si fueras un puto virgen? Joder.- jadeó perdido, dejando caer un poco su cabeza hacia un costado, cerrando los ojos y suspirando con los labios entre abiertos.
Taehyung giró un poco su cabeza, mirando al mayor por sobre su hombro. Yoongi se pasaba la lengua por los labios en ese momento, mirando lascivamente a los ojos de V.
-¿Qué pasa, cariño? ¿Te gusta lo que ves?- preguntó con burla al menor, comenzando a moverse de atrás hacia adelante, dando las primeras lentas pero fuertes estocadas.
El castaño dejó caer su cabeza, liberándose del agarre en sus cabellos. Yoongi lo miraba jadear despacio, perdido en aquel rostro de facciones perfectamente simétricas, de pestañas largas que enmarcaban aquellos grandes y condenadamente sensuales ojos. El maldito era perfecto. Suga se hizo hacia atrás, saliendo por completo del menor, quien, confundido, le miró con apenas un ojo abierto.
Yoongi paseó sus manos por la espalda de Taehyung con devoción, hasta llegar a su firme y redondo trasero, comprobando la suavidad de aquella piel canela.
-hyung…-susurró V, sacando a Yoongi de su mundo.
-te amo…-murmuró en respuesta con los hombros caídos, como quien acepta una derrota. V lo miró sin creerlo, exhalando un “¿Qué?” desde lo más profundo de su pecho, como si su corazón tuviera voz. El rubio no le contestó, tan solo lo volteó, colocándolo de espaldas contra el colchón, tomándole de los muslos para abrirlo de piernas, entrando de una sola estocada en él. Taehyung gritó, sujetándose de los hombros del mayor, intentando soportar así las fuertes y despiadadas estocadas. Sus piernas fueron puestas contra su pecho en la desesperada búsqueda de Suga en unir sus labios con los jadeantes del menor. Un fuego abrazador los rodeaba a ambos cada vez que sus lenguas se encontraban fuera de sus bocas, teniendo como resultado que las grandes manos del castaño revolvieran los rubios cabellos del contrario, jalándolos entre sus dedos, gimiendo su nombre como un mantra, rezando, adorándolo como nunca. Por una vez, entre medio de la pasión desbordante y el deseo desmedido, Taehyung escuchó los ahogados “te quiero”, junto a cargados improperios y juramentos lascivos que de Yoongi salían.
Taehyung quería creer que eso era verdad, que Yoongi en verdad había aceptado que lo quería, pero tenía bien presente que el mayor podía estar muy bebido en ese momento.

Los cinco días pasaron lentamente luego de que Taehyung despertó solo en la fría cama de ese frio lugar.
Yoongi en ningún momento se contactó con él luego de haberlo follado, luego de haberle dicho que lo quería. Una vez más, Yoongi le había arrancado las alas a sus esperanzas y había bailado sobre ellas con botines, cuyas suelas poseían clavos.
Yoongi le había utilizado, otra vez.
Aun así, Taehyung no se pudo negar al llamado de su hermana, quien le pedía que aceptara ser el padrino por ella, no había de otra.
Solo por esa razón estaba parado allí, viendo al novio en su elegante traje junto a él, hablando con sus felices padres, riendo, como si en aquella noche ellos no hubiesen estado juntos, como si jamás hubiese existido nada que los una, más que una mentira.
Todo por lo cual Taehyung había luchado tanto, todo, estaba destruido.
En unas pocas horas se realizaría el casamiento y V ya necesitaba correr de allí, no soportaba ver esa sonrisa en el rubio, fingiendo que todo estaba bien, que amaba a su futura esposa, que la relación con sus padres y sus suegros estaban en su mejor momento. Que gran mentira.
-Entonces, ¿Llevarás a Taeyeon a Paris, en su luna de miel?
La voz de su querida madre mencionando a su hermana lo sacó de sus pensamientos. El castaño chico giró un poco su cabeza, expectante y dolido ante la nueva información adquirida por su cerebro.
Padrino. Boda. Luna de miel. París.
Jodida sonrisa de dientes blancos y perfectamente alineados.
Yoongi asintió y mencionó un par de cosas más acerca de lo planeado, pero Taehyung no lo escuchó, no quiso hacerlo.

Taehyung tenía la cara enterrada entre sus brazos, apoyados sobre sus rodillas. …l no había podido contener las lágrimas por más tiempo, tampoco podía ausentarse en sus pensamientos, colocando una sonrisa falsa en su boca, ya no podía fingir por más tiempo frente a nadie, demasiado tiempo había soportado el no llorar.
Y es que todo era tan malditamente injusto.
Bien sabía que Yoongi no lo quería, de acuerdo, eso estaba claro. ¿Pero era tan necesario que justamente debiera casarse con su hermana? Está bien, también sabía la respuesta a ello, pero ¿de verdad no le importaba aquella noche a Min? Esos te amo, te quiero ¿eran falsos? ¿Los pronunció como un pretexto, una cruel mentira, solo para llevárselo a la cama?
Kim Taehyung quería gritarle en la cara a Min Yoongi que era un maldito cobarde.

Veinte minutos habían pasado desde que Yoongi había perdido de vista a Taehyung. Si fuera por él ni lo buscaría, estaba seguro que de todas formas aparecería, pero su padre le había pedido que le buscase, no quería que nada fallase en una velada tan importante.
Demonios.
La mente de Yoongi se llenó de improperios dirigidos al castaño menor, maldiciones iban y venían. ¿Por qué era él el único que debía andar tras sus pasos? Se suponía que Taehyung ya podría cuidarse solo.
Estaba por abandonar su búsqueda, cuando oyó el suave llanto de alguien tras un rosal. Lentamente Yoongi se dirigió hasta el lugar, lentamente, intentando hacer el menor ruido posible, hasta que lo vio allí, enterrado entre sus propios brazos.
Otra vez, Taehyung estaba llorando.
Suga se acercó un poco más hasta quedarse a su lado, mirándole sin que el menor se diera cuenta, decidiéndose en hablarle o no.
En ese momento, Yoongi comenzaba a sentirse culpable, pese a todo, no le gustaba verlo llorar.
-tu cara debe estar horrible, ¿así piensas entregar los anillos?
Taehyung paró su llanto al oírlo, quedándose estático en su lugar antes de girar lentamente su rostro, mirando a su mayor con apenas un ojo.
-nunca pedí ser el que le entregara los anillos-debatió, apretando los puños a los costados de sus rodillas.
-yo nunca quise que lo fueras, fue tu hermana quien así lo quiso, ¿crees que yo quería verte aquí?
Taehyung volvió a esconder su rostro, sacudiéndose en una amarga risa que resonó en su pecho y terminó en un sentimiento de culpa en el mayor.
-“¿tú crees que yo quiero verte la cara allí?”-recitó- eso fue lo que me dijo por teléfono, lo recuerdo bien, bueno, al menos no me mintió, hyung- aceptó.
Yoongi cruzó los brazos sobre su pecho, mordiéndose el interior de la mejilla para no gritarle.
V seguía ocultándose entre sus brazos, acurrucado, llorando en silencio.
-mira, solo límpiate la cara y cálmate, no falta mucho para que la boda de inicio, no lo arruines más- murmuró retirándose del lugar, dejando atrás a un lloroso chico.

La música de un piano resonaba en el lugar, las personas se acomodaban en los bancos de madera, el cura se preparaba, buscando las páginas de la biblia que recitaba aquello que él sabía de memoria. Algunas personas charlaban con tranquilidad, comentando los más pequeños detalles de cada cosa en el recinto, pero los padres de Yoongi no estaban felices, para nada.
Yoongi, ya parado en su lugar, viró los ojos cansados cuando su padre se le acercó, exigiéndole saber del porque el padrino no estaba allí, junto a él.
-lo busque, padre, le dije que venga, tenle paciencia.-
- ese mocoso de Kim, sabía bien que el muchacho mariquita ese no era de fiar, menos mal que tu prometida no es así- rechistó- al menos de todo esto sacaremos buen dinero, con la unión de las empresas, no lo arruines Yoongi, arregla esto.- le advirtió severo.
Yoongi lo miró seriamente, asintiendo a los pocos segundos con una pequeña sonrisa.
-tranquilo, arreglaré el asunto, querido padre.-

Kim se preguntaba cuanto es que podría correr aun, con todas las lágrimas sobre su rostro.
Había llegado el momento que tanto odiaba, ese momento que no pudo afrontar. Cuando vio a Yoongi parado en el altar, con su traje arreglado, su cabello rubio prolijamente peinado, simplemente volvió a llorar, dándose la vuelta para comenzar a correr fuera del lugar.
En su huida, terminó llegando al parque en el cual había encontrado a Yoongi por primera vez, hace tantos años. Derrotado, cansado y dolido, Taehyung se sentó a la sombra de un árbol, viendo frente a él un pequeño estanque.
El ocaso se asomaba, ralentizando el momento, haciéndole más insoportable la espera. V solo quería que ese día pasase, a sabiendas que sus padres lo matarían luego de faltarles en algo tan importante, pero, por una vez quería poner sus sentimientos en primer lugar, aunque fuese ya un poco tarde para ello.
No supo bien cuanto tiempo había pasado, el tiempo había volado, literalmente, frente a él.
Solo, se fue quedando lentamente dormido en su lugar, frente al sol que se escondía.

Yoongi tenía una sonrisa pintada en sus labios al salir del alboroto qué él mismo había ocasionado cuando mandó todo a la mierda delante de sus padres. Ya estaba cansado de estar mintiendo y fingiendo que todo estaba bien.
A la mierda la empresa, sus padres y la herencia.
Lo primero que hizo luego de huir de su boda, fue tomar su auto e ir al banco para retirar todo el dinero que le correspondía de su parte de la empresa, con eso y un poco más de efectivo de su tarjeta, Yoongi ya estaba preparado para tirarse de cabeza en lo que en verdad quisiese hacer.
Sus cabellos se movían al viento, moviéndose frenéticamente a causa del viento que corría sobre su cabeza. Acomodó su brazo en la puerta de su auto sin techo, mirando a través de sus anteojos oscuros, buscando así la castaña cabellera del chico que había huido.
Simplemente decidió buscarlo en el primer lugar que por su mente pasó: el parque del estanque, allí donde lo había visto por primera vez.

Una leve sacudida lo sacó de su ensueño. Sus ojos se abrieron cansados, volteándose un poco para hallar la blanca sonrisa de un rubio chico.
-sabía que estarías aquí, mocoso.-comentó con suavidad, tomando asiento junto a él.
V lo miró impresionado, casi sin creerse que en verdad estuviese él allí.
-¿Yoongi hyung? ¿Qué hace usted aquí? ¿La boda ya terminó?-preguntó de forma atropellada, sacándole una genuina risa al ex heredero Min.
-la boda terminó cuando decidiste irte.-dijo, casi de forma acusadora. Taehyung bajó la mirada.- y cuando yo decidí ir tras de ti.- agregó con voz dulce, buscando la mirada del contrario.
El menor lo miró con los ojos bien abiertos, comenzando a preguntarle por mil y un cosas más, confundido y desorientado. Yoongi simplemente sonrió ante su confuso rostro, colocándole un dedo sobre los labios para que parase de hablar.
-Taehyung, así como tú fuiste capaz de dejarlo todo por mí, ahora yo haré lo mismo.-
-usted no está obligado hyung, yo no...-
-yo te amo- le interrumpió- por favor Taehyung, entrégame tu corazón una última vez, prometo cuidar de él.- le sonrió, recibiendo por respuesta el beso de aquel chico que, aunque él no quisiera, se había internado en sus pensamientos.
Taehyung estaba feliz, luego de tanto tiempo de sufrir, de luchar por aquel que tanto le rompía el corazón, por fin le daba una genuina esperanza de felicidad. Ahora, luego de la confesión, por fin podría ser feliz junto a él.
Notas finales:

lamento mucho el final u.u pero espero que sea de su agrado TuT


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