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Superfamily Christmas por AntonioStark

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Notas del fanfic:

Fanfic para el concurso de la página Stony you gave me a home ♥

Notas del capitulo:

Primera vez que entro a un concurso, estoy sumamente emocionado, me costó mucho terminarlo por problemas técnicos con el computador y tal, pero al final logré hacerlo a mera hora.

Amo la idea de que Peter junte a los superesposos, me da mucha ternura.

Espero les guste ♥

Las coloridas luces yacían resplandecientes en las cornisas de los edificios en las concurridas calles de New York, las personas pasaban a lado suyo, unas con prisa, otras en pareja, disfrutando del adornado tan característico de la época Navideña, él se limitaba a mirarles, sonriendo de vez en cuando a quién le observaba con fijeza. No es que no le gustase salir a caminar un rato sin motivo alguno, al contrario era algo que le encantaba de sobremanera, el único problema que tenía es que justo ahora su apuración era ir a comprar un marco para el dibujo que le había hecho a Tony.


Parecía que para el gran Capitán América, el dibujar era la única actividad que podía hacer con delicadeza, el amorfo intento de cuadro que intentó armar por su propia cuenta había terminado en un desastre, al final lo único que consiguió fue desesperarse, menos mal que logró salvar el retrato sin dañarlo en absoluto.


Precisamente por eso ahí estaba él, rumbo a una de las pocas—si no es que la única— maderería abierta en víspera de navidad, está de más decir que el pobre iba trotando, la culpa lo invadía lentamente ya que se sentía de lo peor por haber tardado tanto en elegir su obsequio. No había sido una tarea sencilla después de todo era la primera vez que celebraría dicha fiesta a lado de ese que tanto amaba.


Hacía ya tres años que salían y si no era él quién estaba en una misión para SHIELD era Tony quien estaba acompañando a Pepper en una cena de negocios, siempre era así, nunca concordaban hasta ahora por lo que una simple fiesta consumista como le llamaba Stark, ganaba suma importancia mientras pasaran un rato en pareja.


De esto último ya era un tema más que hablado, que ambos se gustasen se convirtió en un secreto a voces.


La primera en descubrirlo fue Natasha que mediante un juego de persuasión obtuvo la información que ya sospechaba, en cuanto a Bruce, fue el elegido por la misma pelirroja de hacer declarar al excéntrico millonario, lo demás simplemente se dio aplicando un poco de ciencia.


“En Asgard cuando queremos que dos creaturas procreen se les encierra una semana juntos”. Thor nunca había dado un consejo tan sabio.


Finalmente el año pasado habían efectuado una tertulia para celebrar su matrimonio, chapada a la antigua pero sin perder el toque elegante y refinado que tanto caracterizaba a Stark.


Regresando al principio, Steve esquivó unas cuantas multitudes que entraban con euforia al centro comercial, tuvo que optar por acudir a una plaza ya que el carpintero que F.R.I.D.A.Y. le recomendó se encontraba fuera de servicio por las fiestas. Un suspiro de resignación afloró con pesadez del soldado, giró sobre sus talones y se encaminó al siguiente lugar señalado por la I.A. no le quedaba mucho tiempo, ya que debía cruzar toda la ciudad para encontrarlo.


Fue prácticamente tacleado una vez estuvo dentro, las ofertas y descuentos volvían a las féminas locas cuando de compras se trataba por lo que se vio obligado a recordar su viejo entrenamiento militar para cruzar un campo de guerra y fue a por ello, evadiendo bolsos y manos que se agazapaban en el aire como garras por alcanzar la mejor mercancía, sólo a él se le ocurría tomar el atajo del supermercado, técnicamente cruzaría por éste y saldría justo frente a la puerta del destino deseado.


Cuando por fin estuvo a salvo y pudo poner un pie fuera, sintió el peso de un cuerpo pequeño chocar estrepitosamente contra él, luego vislumbró un par de avellanas mirarle con asombró acompañados de unos bracitos que se abrazaron más a su cintura, reaccionó con un gesto de desconcierto, frunciendo el ceño para después suavizar la expresión y dibujar una sonrisa al ver al infante, finalmente le tomó en brazos para mirarle con detenimiento.


El niño era delgado de estatura promedio, lucía como de unos cinco años a lo mucho, unos cuantos mechones marrón claro se asomaban del gorrito de lo que parecía ser un duende, el diminuto cascabel que tenía en la punta sonaba cada que se movía, al sentirse observado el menor amplió su sonrisa resaltando así el suave rubor en sus mejillas ocasionado probablemente por el frío, el abrigo que portaba no le protegía tanto como debía ya que por unos instantes lo sintió tiritar.


—¿Cómo te llamas pequeño? ¿Has perdido a tu mamá?—El tono de su voz sonó preocupado, ¿cómo era posible que una madre dejara a su hijo a la deriva por unas tontas ofertas? Formulaba un buen sermón en su cabeza para la responsable cuando notó un cambio drástico en la actitud del chico.


De repente la chispa resplandeciente en los expresivos ojos pardos se apagó y éste bajó la cabeza visiblemente triste.


—Mi nombre es Peter y no tengo mamá, perdí a los señores encargados del orfanato. —El corazón del hijo de américa se encogió dentro de su pecho aflorando de él una sonrisa avergonzada. Tomó al pequeño de la mano antes de hablar, tenía que subirle el ánimo luego de preguntar aquello que para el niño evocaba tristes recuerdos.


—¿Quieres ir a buscarlos? ¡Te compraré un chocolate caliente en el camino!—El niño abandonó su postura con la cabeza gacha y la cambió por una sonrisa irradiante de felicidad. Asintió frenéticamente y se colgó del fuerte brazo del capitán mientras caminaban.


Una vez llegaron a la cafetería el pequeño hizo un comentario  que le recordó cuál era su objetivo inicial.


—Si estás casado con Iron Man…¡Entonces son superesposos!—Steve se rió, aquella frase dicha con tanta emoción se le hizo demasiado tierna, por otro lado algo hizo click dentro de su mente hasta encender una bombilla…¡Se había olvidado de comprar el mugroso marco!


Lanzó una mirada desbordante de preocupación hacia la interrogante en la carita de Peter, pidió la cuenta a la amable mesera del lugar, dejó unos cuantos billetes de más sobre la mesa y se apresuró con el pequeño de la mano hasta el local.


Llegaron justo cuando el dueño estaba por cerrar, el servicial hombre le atendió sin ningún problema dándole el tan preciado marco a cambio de un autógrafo para sus hijos, incluso se atrevió a regalarle una araña de juguete a Peter, la cual le había fascinado por los colores de la pintura con la que estaba pintada, eran sus favoritos, rojo y azul.


El blondo se reusó a irse sin pagarle ni un centavo al buen hombre, no obstante el aludido fingió ofenderse al recalcar el hecho de que le había ofrecido el producto como un intercambio navideño.


Un cortés apretón de manos como despedida, además de una sonrisa del castaño y salieron del lugar ésta vez con rumbo a buscar a los tutores de Peter, se les había pasado el tiempo volando y era mejor llegar antes de que se marchasen.


De camino al centro de la plaza, allí donde se alzaba el gran árbol de navidad, el chico siguió preguntándole un montón de cosas entre ellas una que le dejaría pensando por el resto de la tarde.


—Capitán…¿Usted tiene hijos? ¡Porque me imagino que debe ser genial ser el hijo de un superhéroe! ...Y de Iron Man…—Susurrando a final de la oración, las mejillas del menor se tiñeron de un rosa mosqueta que contrastaba con el brillo turbio de sus ojos. Estaba claro que admiraba a Tony cómo a nadie más en el mundo. Si bien al reconocerlo como el Capitán América le había emocionado, el que le dijera que estaba casado con Iron Man le había hecho pegar saltos eufóricos acompañados de unos cuantos grititos “¡Es genial, mis dos héroes favoritos juntos!” fue uno de tantos.


Steve creyó que eso tan raro en su inocente mirada era envidia con un deje de nostalgia, por lo que le había contado Peter, sabía que sus padres habían fallecido en un accidente, quedando luego al cuidado de su tía que lamentablemente había sufrido un paro cardíaco dejándole solo.


Sin pensarlo dos veces lo envolvió en un abrazo reconfortante sacándole una risita por el repentino contacto, una vez se separaron comenzó a hablar.


—No tenemos hijos pero me encantaría, sobre todo si son tan geniales cómo tú, Petey.—El apodo dado por el soldado causó que el niño inflara los mofletes a manera de mohín.


Una mano en el hombro del pequeño y un hombre mayor rompieron el momento tornándolo incómodo.


—¿Peter dónde estabas? Tenemos que ir al festival de la iglesia a cantar junto al coro, despídete de tu amigo y date prisa.—Pese a que no sonaba áspero, el tono en que le hablaba le pareció estricto, llegaba a denotar que pronto vendría una reprimenda, esa era la señal de Steve para actuar.


—Disculpe que me entrometa pero no es culpa de Peter, fui yo quién lo entretuve…—Los ojos azules del desconocido lo fulminaron, lo dicho fue obviamente malinterpretado pero por fortuna Peter le axulió.


—¡El Capitán no tiene la culpa! ¡Fui yo quien se perdió!—Apoyándole más de la cuenta.


—Te he dicho miles de veces que no te separes del grupo, y…¿Por qué le llamas Capitán? ¡¿Qué te ha dicho éste pervertido?!—Seguramente el viejo había visto el abrazo entre ellos y creyó otra cosa. Steve apenado, recurrió a su tarjeta de vengador para evitarse problemas.


Milagrosamente se salvó de que el sujeto le aporreara con su bastón, ¡hasta le permitió que los acompañase! Finalmente cuando llegaron junto a los demás niños, percibió esa chispa que le decía claramente que Peter destacaba entre los demás, no sólo porque le miraran como bicho raro y el anciano le gritara, si no que había un algo que le invitaba a conocerlo más, una colorida imagen de él y Tony junto al pequeño, divirtiéndose en las fiestas, abriendo los regalos, cenando mientras elogiaban la receta secreta de la mamá de Pepper. Steve siempre había querido una familia y Peter necesitaba una.


Tal vez era el momento perfecto para hablarle a Tony sobre tener un bebé…


O tal vez no.


Definitivamente no había sido una buena idea el llegar a la torre con los brazos abiertos anunciando que era la oportunidad ideal para iniciar una familia. Había sido demasiado entusiasta y terriblemente optimista de su parte el pensar que el moreno se le echaría encima besándolo, aceptando de inmediato, luego le contaría sobre Peter y esa misma noche irían a adoptarle.


Steve y sus fantasías…


Lo único que consiguió fue que los expresivos ojos chocolate de Stark se volvieran letales, gritando improperios por toda la estancia, alegando que ¡¿Cómo es que se atrevía a mencionarle semejante cosa a él?!


—Yo no sirvo para los niños, Rogers.—El contrario intentó convencerlo, diciéndole que lo harían genial, pero todo esto sólo logró que Tony se enfadara más.—Yo nunca tuve un padre, así que no me pidas que sea algo que no tuve la oportunidad de conocer. —Se encaminó con amargura hacia las escaleras que daban rumbo al taller no sin antes empujarle prácticamente sacándole del camino—Feliz Navidad, no me molestes en lo que queda de la noche.


Y descendió ignorando todas las suplicas del Capitán a sus espaldas.


Las horas pasaron tortuosamente lentas, Tony se encontraba un poco más calmado tras llamar a Pepper cancelando así la cena que tendrían esa misma noche para celebrar la Navidad juntos, se vio forzado a explicarle a la pecosa lo que había pasado.


Fue cuando Tony le dijo que no servía para ser padre que ella entendió el porqué de su pelea.


—“Sé perfectamente por lo que has pasado Tony, no quieres que alguien más lo sufra.  Howard fue un imbécil, pero tienes que entender algo, tú no eres él.”—Steve tenía mucho que agradecerle a Potts cuando la viera.


El moreno miró su reloj de muñeca luego de preguntarle a F.R.I.D.A.Y.sobre el itinerario del Capitán esa tarde, tenía que descubrir por qué Steve había llegado insistiendo con el tema.


Una vez vio al niño quedó prendado de sus caritas y su inocencia, sin duda aquella fiestecilla que hizo cuando se enteró de que el rubio estaba con él, lo compró.


Así que ignorando nuevamente a su pareja que veía la televisión de mala gana y medio gritándole un “Iré por tu regalo”, salió con prisa a la iglesia, al parecer el orfanato en el que Peter estaba pertenecía al sacerdote, ahora entendía porque el hombre ese era tan gruñón.


Entró con prisa como si fuera a detener una boda y señaló al aburrido castaño que apenas si cantaba, toda la gente presente volteó a verle con mala cara, fue cuando el religioso pidió calma y se acercó a averiguar que pasaba. Unas horas de papeleo más tarde y Peter Rogers Stark se fue junto a él.


No sin antes pasar a la tienda de disfraces cosa que a Peter alegró de sobremanera.


♦♠♦


Steve por su parte se hallaba preocupado, faltaban casi veinte minutos para que acabara Nochebuena y Anthony había salido ya hace unas tres horas apurado y a quién sabe dónde, intentó averiguarlo preguntándole a la IA pero ésta se negó a contarle y sólo le dijo que esperara.


Una vaga imitación de la risa característica de Santa Claus se escuchó desde la puerta, al abrirla Tony disfrazado del gordo de rojo le abrazó mientras seguía “riendo” exageradamente.


Steve no entendía nada hasta que lo vio.


Detrás de Tony Claus estaba Peter, ésta vez con un disfraz decente de duende pero conservando aún el gracioso gorro con el que lo encontró, le sonrió y ambos castaños se le abalanzaron gritando una frase al unísono.


“¡Feliz Navidad Steve!”


♣♦♣


Una vez terminada la cena, Peter jugaba felizmente con Pepper y Rhodey quienes sabían de la noticia por Tony quien les había mandado una foto adjunta en el mensaje pidiéndoles que vistieran conforme la ocasión, Virginia había optado por usar un vestido que le hacía lucir como una galleta y Rhodey era un reno de nariz roja.


En el momento que Steve los notó distraídos y Santa Stark se servía una copa de vino fue que se atrevió a preguntar.


—Tony…¿Por qué?—El castaño lo vio confuso y después rio a carcajadas, Steve frunció el ceño sin comprender nada.


—Siempre quisiste una familia, celebrar las fiestas juntos, con niños abriendo regalos, corriendo de aquí para allá. —El rubio le dio beso casto interrumpiendo sus palabras.—Ésta es la primera de muchas así que acostúmbrate.


—Feliz primera Navidad en familia, Tony.—Declaró el rubio, tomando a “Santa” entre sus brazos uniéndose después Peter al abrazo, disfrutando del ambiente lleno de felicidad que sólo la Navidad puede dar.

Notas finales:

No se olviden de comentar si les gustó y si quisieran más historias así, es la primera historia que público aquí de hecho, así que es mi primera vez en dos cosas, sean amables conmigo (?)


¡Nos leemos!


♣ Daniel Builes ♣


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