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Un envase vacío por deathotel22

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Notas del fanfic:

hola a todos, les traigo un regalo a todos los que leyeron mi fic "Palabras difíciles de decir", esta basado en algunas vivencias mias, espero que lo disfruten!!!

Notas del capitulo:

hola aqui el primer capitulo, de este corto fic, recuerden que Bill y Tom son solo compañeros de banda en esta historia, que lo disfruten!!!

-          Bueno chicos- habló David- tienen el fin de semana libre, pueden hacer lo que quieran- sin decir más, salió de la sala de ensayos en donde los había reunido.

A penas recibieron las buenas nuevas empezaron a dar vítores y silbidos, los cuatro integrantes se frotaban las manos pensando en todo lo que harían esos días sin tener que preocuparse por tener  que madrugar al día siguiente debido a que su mánanger se le había ocurrido una sesión de  fotos o una entrevista a última hora.

Y es que la fama de Tokio Hotel los dejaba agotados, no es que odiaran esa vida, por algo habían luchado tanto para llegar a donde estaban, pero de todas formas era agotador.

Los cuatro integrantes vivían en el décimo piso un edificio, David decidió que sería bueno sepáralos en parejas, así que en un departamento estaban: Tom Trümper -el guitarrista- un chico conocido por sus largas rastas y su peculiar forma de vestir; además de que no se limitaba en lo que a mujeres se refería, y Georg Listing – el bajista- un joven de lindos ojos verdes, amaba su cabello más que a nada, es el mayor del grupo sin embargo a veces tiende a ser infantil; en cuanto a mujeres se refiere comparte los mismos gustos que el guitarrista por eso congenian tan bien.

Por el otro lado en el departamento de al frente están: Gustav Schäfer-el baterista- un chico sencillo, callado y el más sensato de todos, es el que guarda la compostura cuando sus compañeros empiezan a tirarse de los cabellos, es un tanto enamoradizo y no le atraen tanto los revolcones de una noche como a sus compañeros del departamento de al frente. Y por último Bill Kaulitz-el vocalista- un niño que vive en una nube, bastante polémico a la hora de vestir ya que varios se han preguntado qué mismo es ese joven: hombre o mujer, le gustan mucho las gomitas y detesta el chocolate, varias veces se comporta como diva en aprietos, pero todos lo aguantan porque sin él la banda se queda sin cantante, es muy romántico; para él, el sexo sin amor es un envase vacío por eso está  esperando a la persona indicada.

-          ¿Qué tienes pensado hacer?- preguntó Gustav a su amigo la diva.

-          No sé, quizás vaya de compras-

-          Bill… tu siempre vas de compras- rodó los ojos por lo adicto que era su amigo yendo de shopping.

-          Sí, pero ahora podre pasarme todo el día sin límite de tiempo y sin preocuparme de que se me haga tarde- enfatizo el pelinegro, brincando de la emoción- y tú ¿Qué piensas hacer?- preguntó interesado.

-          Ir a visitar a mi hermana- levantó los hombros sin interés.

-          Gustav…perdóname que te diga esto- se puso la mano en el corazón- pero pareces un anciano- espetó- tenemos dos días libres…bueno tres contando con hoy y tú piensas ir donde tu hermana- se tiraba de los cabellos ante las insólitas palabras de su amigo.

-          Entre pasar contigo encerrado en un centro comercial y visitar a mi hermanita, prefiero a mi hermana- y sin más se fue a la cocina para comer algo.

 

 

Era apenas las 11 de la mañana y los jóvenes del departamento contiguo ya estaban de salida.                     

-          No sé por qué tengo que acompañarte a la peluquería- se quejaba el guitarrista.

-          Sabes bien que esto- señaló su cabello- no se mantiene así de perfecto solo-

-          Bueno, le hubieras dicho a Bill que te acompañe-

-          Olvídalo, sabes que él habla hasta por los codos y yo necesito relajarme-

-          No sé quién es más diva- bufó-si tú o él-

 

 

Gustav era bueno cocinando por eso Bill quiso compartir departamento con él, además que no hubiera soportado las guarradas de sus otros compañeros.

-          ¿Qué estas cocinando?- pregunto el vocalista asomando la cabeza por la cocina.

-          Espaguetis- dijo pendiente de que no se le pasara la pasta.

-          ¡Oh! Gustav- Bill se lanzó a abrazar a su amigo con lágrimas en los ojos- te amo tanto.

-          ¡Quítate Bill!- intento zafarse- vas a hacer que me queme- y es que no había nada en el mundo que le gustara tanto a Bill que el espagueti que preparaba su amigo.

-          ¿Tú crees que los de alado ya se hayan ido?- pregunto el pelinegro media hora después comiendo felizmente el espagueti.

-          Por como son- trago lo que tenía en la boca- me sorprende que no hayan salido flechados apenas se enteraron-

-          No van a vivir mucho…- apuntó con el tenedor- con ese estilo de vida que llevan…acuérdate de mí-

Al otro lado de la ciudad un rastudo despotricaba contra su amigo de los ojos verdes.

-          ¡Habiendo tantas peluquerías cerca!- gritó sin control- tenías que traerme justo aquí- apuntó un letrero que decía “Madame Julián” en letras fucsias.

-          Todos saben que los gays son los mejores estilistas- dijo sin más entrando al lugar. Tom se pateaba mentalmente por lo tonto que era su amigo.    

Esa tarde a Tom debieron premiarlo con el Oscar a la paciencia, no solo porque tuvo que permanecer sentado aburriéndose como ostra durante dos largas horas, mientras en torpe de Georg se la pasaba de las mil maravillas, sino también porque tenía que lidiar con los acosos del estilista; ese tal Julián no dejaba de insinuársele desde que entro en la peluquería.

 

 

-          Oye, pásame las rodajas de pepinillos- pedía Bill, todo el recostado en el sofá.

-          No te desesperes, ya voy- grito el  baterista apareciendo con un tazón de rodajas de pepinillos para iniciar la gran sesión de mascarillas del vocalista.

-          Esto es lo mejor- suspiro Bill, tras ponerse un pepinillo en cada parpado.

-          No sé cómo siempre termino cediendo- él también se puso un par de pepinillos- aunque debo reconocer que tienes razón cuando dices que es lo mejor-

Una de las cosas que caracterizaba al vocalista de la banda era su vanidad, a nadie sorprendía que tuviera los cajones llenos de cremas para cada parte del cuerpo. En cierta forma Gustav era la victima principal de Bill, porque siempre lo arrastraba con el cuándo iba a hacerse algún tratamiento, al principio el baterista lo hacía a regañadientes pero después de ver que su rostro era terso como piel de bebé ya no le importaba demasiado.

 

 

-          Vamos viejo quita esa cara- suplicaba Georg a su amigo- alégrate un poco-

-          ¿Cómo quieres que me alegre? ¡Si intentó besarme!- el hígado se le reviraba solo de acordarse.

-          Julián es así de expresivo con todos- intento restarle importancia a los hechos- no te pongas así-

-          Bueno… la próxima vez, ¡que bese a su abuela!- despotrico dando una patada- porque si vuelve a intentarlo le voy a borrar esa sonrisa de teibolera barata que tiene- las uñas se le clavaban en las palmas por el coraje que tenía. Georg reía disimuladamente para que no lo matara a él también.    

-          Ya hombre no te ofusques- le palmeó la espalda- porque no te invito a comer para sanar mis errores- propuso, viendo su reloj.

-          Más te vale que tengas dinero suficiente en esa billetera- lo miro aun enojado- porque con el coraje que tengo soy capaz de comerme una vaca-

Esa tarde Georg aprendió que no era bueno hacer enojar a su amigo, así como también comprendió que no volvería a llevarlo a la peluquería, si no quería que su billetera sufriera las consecuencias.

 

 

-          ¿En serio vas a ir a casa de tu hermana?- preguntaba Bill recién salido de la bañera.

-          Sí Bill, te deje comida en el refrigerador, solo tienes que calentarlo en el microondas, espero que esta vez no quemes media cocina- le recordó el incidente de hace meses.

-          Solo fue una vez y tú quieres crucificarme de por vida- se cruzó de brazos haciendo un puchero.

-          Bueno…ya me voy- lo abrazó de despedida- si necesitas algo ya sabes… vas al departamento de los de alado- le dedico una sonrisa de suficiencia, provocando que Bill rodara los ojos.

-          Que tengas un buen viaje- se despidió de su amigo en la puerta- Bueno Bill- se dijo a sí mismo-  hay un maratón de películas que te está esperando-

Sin más fue a ponerse algo cómodo y luego de hacer palomitas se desparramo en el sofá, poniendo la primera de las películas. Después de varias horas acostado, dio por terminado su maratón, era la una de la madrugada y empezaba a tener sueño.

 

 

-          Georg despierta- le tiró una almohada en la cara para que despertara- roncas tanto que si un avión aterrizara cerca no se le escucharía-

-          Mmm…fejame ormir- manoteaba al aire para que no lo molestaran.

-          ¿Qué dices?- Tom lo jalo de los pies para sacarlo de la cama- no te entiendo nada-

-          ¡Que me dejes dormir!- se quejó abriendo por fin los ojos- no sé cuál es tu problema con que yo duerma-

-          Que ya es medio día viejo- enfatizo señalando el reloj con forma de balón de futbol sobre el buró- no sé tú, pero yo no voy a desperdiciar mis días libres durmiendo-

-          De acuerdo me cambio y nos vamos- no sé por qué no le gusta verme feliz, murmuro dirigiéndose al baño.    

Cuando el bajista salió, Tom lo veía con ojos asesino, se demoraba como la mierda arreglándose ese cabello que tenía.

-          Te juro que si te demorabas un segundo más, iba a prenderle fuego al pelo ese que tienes-

-          Tranquilo viejo, estoy seguro que tus rastas servirían para hacer mejor llamarada- salió corriendo antes de que lo alcanzara y le propinara el buen puñete que se merecía.

Al llegar al ascensor apareció su vocalista con unas gafas oscuras.

-          Hola- les saludó sin mucho ánimo.

-          La reina del melodrama ¿piensa salir?- le preguntó Georg.

-          Por supuesto, ¿y usted a dónde van?...de reventón me supongo- contestó su propia pregunta.

-          Tú, sí que nos conoces bien Bill- respondía el guitarrista moviendo de forma sexy el aro en su labio.

-          Deja de hacer eso Tomás- lo recriminó el vocalista- es grotesco-

-          Cuando lo hago frente a las nenas ellas se derriten- tomó actitud de Don Juan.

-          Tú lo has dicho, frente a las nenas y a menos que tus preferencias se estén torciendo es mejor que no lo hagas frente a nosotros, verdad Georg-

-          Concuerdo con él brother, frente a nosotros, no hagas eso-

-          Son uno aburridos- espetó Tom.

-          Bueno machos de la parranda y el desorden yo me voy, espero que no armen mucho alboroto- sin mediar más palabras salió del ascensor.

Tom jaló a su amigo hasta un pequeño bar, estuvieron bebiendo ligero y comiendo unas picaditas hasta que sea la hora de ir a una buena discoteca y ver quién de los dos conquistaba más chicas esa noche.                      

-          Te digo, ese truco viejo tuyo del aro en el labio, ya no te va a funcionar –

-          ¿Y con que me piensas ganar, según tú?-

-          Las encuestas lo dicen, nuestras fans se mueren por mis ojos verdes-

-          Ridículo, no creas en esas mierdas que suben en el interés, mover este aro frente a una chica es sexo asegurado viejo-

-          Ya veremos quién es el ridículo al final de la noche- 

 

 

Bill como ya lo suponían todos fue de shopping, habían varias chaquetas que tenía en la mira desde hace tiempo, le gustaba probarse y probarse ropa, según él todo le quedaba bien. Al final se llevó tres chaquetas de cuero que le servirían para sus conciertos, cuando encontró manilleras y colgantes que usaría una sola vez en la vida, se sintió conforme y fue a comer sushi.

-          Mmm- saboreaba sus rollitos california- ese idiota de Gustav, no sabe de lo que se pierde- se comió un tempura- yo soy más divertido que esa hermana loca que tiene-

Después de pagar la cuenta iba a regresar al departamento, necesitaba con urgencia aplicarse un tratamiento en el cabello, en la puerta del centro comercial recibió una hoja de publicidad- Blup Disco- decía en el panfleto.- ¿Por qué no?- se dijo a sí mismo, sus amigos del otro departamento no eran los únicos que podían salir por un par de copas.

El vocalista regresó al departamento para dejar sus cosas, cambiarse y dirigirse a ese bar que se veía muy prometedor. Cuando llego al sitio vio con agrado que era muy grande  y que mucha gente había acudido esa noche.

 

-          Te digo que este bar es nuevo- se explicaba Georg- nos conviene un lugar neutral-

-          Bien, creo que tienes razón-

-          Que sí, viejo- puso una mano en su hombro- por los otros bares ya nos conocemos a todo mundo y como este es nuevo no sabemos qué tipo de gente nos vamos a encontrar-   

-          Me parece justo, así estamos en igualdad de condiciones y luego no vas a venir a quejarte a media noche porque todas las nenas decidieron ir conmigo- le dedicó una sonrisa ladina.              

-          Esta vez todas las nenas se irán con papá- apuntó su pecho.

Al ingresar en el lugar, enseguida entraron en ambiente, las luces estridentes titilaban por doquier, la música de fondo era muy movida y lo más importante las nenas abundaban en ese bar.

Tom fue a la barra por un whisky necesitaba algo de alcohol para agarrar un poco de confianza, Georg por el contrario se adentró entre la multitud de la pista de baile.

-          Le daré un poco de ventaja- dio un sorbo a su bebida- después de todo, todas las nenas se vendrán conmigo-

Mientras se bebía otro trago su vista se posó en una rubia despampanante, estaba bien equipada- como decía Tom- mucho de adelante y mucho más de atrás. Termino su trago y fue hasta la rubia que bailaba sola.

-          Una muñeca tan linda, es imposible que baile sola- le habló coqueto.

-          Bien podrías unirte si quieres- se mordió el labio divertida- me gustan tus rastas- le acarició una.

-          Si tú quieres puedes acariciar más que mis rastas- movió la argolla de su labio, seductor.

-          Eso podríamos verlo después- siguió bailando muy coqueta.

-          Oye muñeca- el guitarrista estaba detrás de ella, sujetando su pequeña cintura- no te gustaría ir a otro lugar- le ronroneo en el oído.

-          Puede ser- se giró poniendo sus manos alrededor del cuello del rastudo- no tenemos prisa.

El guitarrista decidió no presionarla tanto, al final tarde o temprano caería en sus redes.

-          ¿Quieres que te traiga algo de beber? Podríamos compartir algo- se estaba hartando de que no le hiciera caso.

-          Mira- dijo irritada- no creas que no sé qué lo único que quieres es acostarte conmigo, conozco a los de tu tipo así que si me vas a seguir fastidiando con lo mismo ya puedes regresar por donde viniste-

-          Ni creas que estabas tan buena después del todo- escupió irritado y regreso a la barra.

Quien se había creído esa perra, rechazarlo a él, el dios del sexo, esa mujer debía estar loca.

-          Sírveme otro whisky- dijo de mala gana el guitarrista.

-          ¿Tom?- lo llamó un joven sentado a su lado.

-          ¡Bill!- se sorprendió- ¿Qué haces aquí?-

-          Me enteré de este lugar y quise venir- hablaba alto para que lo escuchara.

-          Yo creía que no te gustaban estos sitios-

-          Los bares no son exclusivos de Georg y de ti-

-          Por cierto  ¿y Gustav? Ustedes siempre pasan juntos-

-          Se fue ayer a visitar a su hermana-

-          Nuestro baterista tiene alma de abuelo- ambos se rieron a costillas del pobre baterista.

-          ¿En dónde está Georg? Creí que estaría contigo-

-          El muy imbécil debe estarse follando a alguna nena en los baños-

-          Son unos verdaderos guarros- puso cara de asco- y tú, no me digas que hoy no vienes en plan conquistador-

-          Claro que vengo en ese plan, pero que crees, me mandaron a volar-

-          Jajaja, no te lo tomes a mal, pero te lo mereces-

-          No hagas que me sienta peor- bebió su trago de mala gana- ves esa rubia de allá- la apuntó aun sujetando el vaso- se atrevió a rechazarme a mí, yo que soy todo un semental-

-          Me alegro que te hayan rechazado alguna vez en la vida- también bebió de su trago.

-          Tú qué sabes, una chica como ella jamás te haría caso a ti-

-          ¿Y por qué no?, yo podría ir con ella- dijo convencido.

-          Bill por Dios, si a mí me rechazó a ti ni te dirigirá la palabra-

-          ¿Quieres apostar?-

-          No seas ridículo, no te ofendas pero con esas ropas tan extravagantes, no conquistaras ni un palo de escoba-

-          Te atreves a criticar mi ropa cuando tu usas eso- espetó su vestimenta.

-          Yo uso esto porque me gusta el hip-hop, en cambio tú, no se a lo que te quieres parecer-

-          Te recuerdo idiota, que yo soy la imagen de la banda y siempre tengo que lucir precioso-

-          Como digas- rodó los ojos- pero de todos modos jamás podrás acercarte a ella-

-          Te voy a demostrar lo contrario- bebió el último bocado de su trago y se dirigió a la pista de baile.

Tom veía divertido las acciones tan impulsivas de su amigo, ni en un millón de años alguien como Bill podría ganarle a alguien como él, a comparación suya era un novato. Grande fue su sorpresa cuando la muchacha hablaba con su vocalista tan alegremente, después de bailar un poco juntos, ella le entregó un trozo de papel despidiéndose de él con un beso en la mejilla.

-          ¿Qué decías?-dijo mostrándole el pedazo de papel, sujetado entres sus dedos índice y medio.

-          No lo puedo creer- su quijada casi roza el piso- ¿Cómo lo lograste?-

-          Para que veas, yo sé muy bien lo que hago- dijo orgulloso.

-          Fue pura suerte de principiante- se cruzó de brazos- apuesto a que es la primera vez que te acercas a una mujer de esa forma-

-          Ya te dije, que yo sé lo que hago y conozco muy bien a las mujeres, a ellas no les gusta la actitud de players que tienen tú y Georg-

-          Ahora me acabo de deprimir más- pidió otro trago.

-          ¿Quieres ir a bailar?- Bill estaba muy animado.

-          ¿Tú y yo? Pero si bailas como lombriz retorciéndose por el sol- se burló de su forma tan escuálida de moverse.

-          A veces no sé por qué aun te tenemos en la banda-

-          Porque las nenas me adoran- puso cara de Don Juan.

-          Mejor cállate y sígueme- lo arrastro hasta la pista de baile.

Con unos tragos encima Bill no bailaba tan mal, al principio el guitarrista estuvo un poco reacio por temor a que lo vean con una persona tan extraña como era su vocalista, pero luego se fue soltando, estuvieron bailando alrededor de una hora, pidiendo más tragos para acompañar su desinhibición. Estaban muy cansados y borrachos, llegaron a la barra entre empujones riéndose de quien sabe qué cosa.

-          Ese idiota de Georg- estaba completamente ebrio- se largó…y me dejo solo-

-          Ahora…debe estar divirtiéndose mucho- el vocalista bebió menos pero también estaba ebrio.

-          Es…un mal amigo…ojala no le funcione la herramienta- se puso a reír imaginándose a Georg impotente.

-          Pues yo…- Bill se puso de pie tambaleándose- me voy a…la casa-

-          Espera…- lo sujetó del brazo- yo me voy…contigo-

Salieron dando tumbos agarrándose de lo que mejor podían para no terminar estampados en el pavimento, lograron subirse a un taxi y entre discusiones y contradicciones le dieron la dirección exacta al taxista. Al bajar del taxi, estaban muy atontados, se arrimaron el uno al otro y dando un paso para adelante y dos para atrás lograron llegar al ascensor.

-          ¿En qué piso vivimos?- preguntó Tom, totalmente ido.

-          En el… 1000- intentó buscar un botón con ese número.

-          No seas torpe…-le golpeó en las manos- este edificio no tiene tantos pisos-

-          Entonces en el cero- se lanzó de nuevo a los botones-

-          No, espera- lo sostuvo de la cintura- ya me acordé, es en el…en el…10…aplasta el 10-

Con mano torpe el pelinegro aplasto el botón con el número 10, en cuanto se puso en movimiento ambos se tambalearon, iban tan borrachos que una simple brisa los haría irse al suelo. Cuando llegaron a su piso salieron como si los hubieran metido a un contenedor y ese contenedor hubiera rodado colina abajo.

-          Las llaves…Tom…- intentaban abrir el departamento del guitarrista.

-          Un segundo…la tenía por aquí…- se rebusco por todos los bolsillos- ya recuerdo…te la di a ti- pasó sus manos por todo el cuerpo del vocalista intentando encontrar el objeto.

-          No, tonto…- detuvo sus acciones con un manotazo- la tienes tú mismo-

-          Cierto…- la sacó del bolsillo de adelante- la guardé aquí para que no se pierda- se tambaleó un poco y llego hasta la puerta- ¡esta  no es!- pegó un alarido.

-          ¡Dame acá!-le quitó las llaves de las manos- la estas metiendo mal- Tom intentaba introducir el cabo en la ranura- ya…se abrió-

-          Qué bueno- el de rastas, entro empujando a Bill.

-          Espera…no veo nada-

-          Oh, creo que me topé con algo-

-          Con mi pie…tonto me pisaste-

-          Es que me enrede…con mis pantalones- siguió caminado y empujando a Bill por el oscuro departamento.

-          Eso…te pasa por usar ropa tan ancha- el pelinegro no sabía por dónde iba.

-          No es eso….se estiró en la lavadora-

-          Eres…un mentiroso- Bill se giró para darle la cara aunque no veía en donde estaba.

-          Yo no miento….auch…me choqué con la pata de la mesa- se froto la canilla.

-          Espera…me estas pisando… ¡quítate!- le empujaba del pecho para que no se le fuera encima.

-          Shhh…calla me desconcentras- por fin pudo poner sus pies en orden- creo que el baño es por allá-

Caminó hacia adelante pensando que llegaría al cuarto de baño, pero en realidad habían llegado a su habitación. Cuando dio otro paso más empujó a Bill, quien cayó sobre la cama, con Tom sobre él.

-          ¡Auch!- se quejó el pelinegro por el golpe, el rastudo por el impacto terminó con su nariz pegada a la de su vocalista.

-          Te…había dicho- lo quedó viendo embelesado, Bill tampoco podía quitarle la vista de encima- te había dicho…- le puso un mechón de cabello detrás de la oreja- te había que te ves hermoso-

-          No…nunca- dijo en un susurro.

-          Pues te ves hermoso-

Juntó sus labios devorándolos fervientemente, aun sentían el sabor del licor, Tom mordió un poco el labio de Bill para que lo dejara entrar, el pelinegro le concedió el permiso en tanto que el guitarrista se  encontró con  el piercing que lo volvió loco cuando rozó su lengua. Tom bajó las manos para meterlas dentro de la ropa de Bill, sus manos frías hicieron contraste con la piel caliente; el vocalista gimió en el beso. El guitarrista fue hasta el níveo cuello succionándolo, mordiéndolo, saboreándolo.

Bill le quitó la chompa XXL a Tom y luego con ayuda del mismo rastudo la camiseta fue a dar en el piso. El vocalista volvió a sentir el candente rose en su cuello y como de a poco su ropa iba subiendo un poco más. Tom le quitó la chaqueta de cuero negro lanzándola lejos, prosiguió con la ajustada camiseta dejando al descubierto su delgado torso. Bill gemía desesperado al sentir la lengua y los dientes de su compañero de banda en sus tetillas, Tom se dedicó a lamerlas, succionarlas y mordisquearlas hasta que estuvieron completamente duras, desde el pecho continuo succionado el resto de piel hasta llega al lindo tatuaje de la estrella, se dedicó a marcarlo y delinearlo como si la vida se le fuera en ello, luego enderezó su camino hasta el abdomen bajo rozó con su quijada el bulto que se estaba formando, Bill no se inmuto en gemir más alto al sentir el contacto. Tom desabrocho el cinturón y aflojó los botones, con los dientes bajo el cierre, el sonido que produjo lo puso más caliente, de un solo tirón sacó el apretado pantalón junto con los bóxers, los calcetines salieron de paso, regreso completamente hambriento al ver la erección de su vocalista, pasó su lengua de forma candente, dedicándose a delinear todo ese tronco de carne tan duro. Bill arqueaba la espalda y gemía más fuerte, le estaban dando la mamada de su vida. Tom se introdujo completo el miembro de Bill empezó a chuparlo como a un helado, bajo hasta los testículos succionándolos uno a uno, volvió a engullirse el pene de Bill aumentando la velocidad.

-          Oh, Dios…mierda sigue así- el pelinegro se retorcía en la sabana de tanto placer.

Tom ni corto ni perezoso aceleró el ritmo, sintiendo que se hinchaba más en su boca.

-          ¡Ah!... detente- puso una mano en su cabeza- voy a…-

Antes que terminara su frase el guitarrista se retiró, y continúo masajeándolo con la mano.

-          Eres…ahm…un tramposo- Bill se mordía el labio inferior para no soltar una blasfemia- tu…sigues vestido-

-          Entonces…ven y desvísteme- movió su perforación de forma provocativa.

Bill se arrodilló y fue hasta su enorme pantalón, Tom se sentó apoyando las palmas de sus manos en la cama, con manos coquetas, el pelinegro rozó sus manicuradas uñas en el pecho del guitarrista, las pasó por sus pectorales y luego descendió hasta su abdomen. Tom se recostó para dejarlo hacer su trabajo, comenzó a besar los botoncitos rosas hasta ponerlos duros, una juguetona mano se introdujo en los bóxers de Tom aruñando la dura carne que se encontraba dentro.

-          Ah…santa mierda- exhaló, levantando el torso para ver que hacia- te encantan los jueguitos ¿verdad?- soltó otro gemido.

-          Me encantan- le dijo seductor.

-          Entonces sácala….ah…es toda tuya…- se volvió a recostar abriendo las piernas.

El pelinegro bajo la bragueta impaciente y de un tirón le quito los pantalones y bóxers, fue hasta la erección que estaba goteando y la tomó en sus manos, apretándola delicadamente, comenzó un sube y baja que hacían delirar al de rastas, cuando se cansó del bombeo se la metió en la boca probando el líquido pre seminal, de un impulso se la introdujo hasta que la punta toco su garganta.

-          ¡Oh!... ¡ah!... no te detengas… ¡oh, sí!- enredó sus dedos en los cabellos de Bill indicándole el ritmo

Bill siguió con su labor, guiado por los sutiles empujes de Tom, su boca se estaba acostumbrando a tener semejante anaconda dentro.

-          ¡Dios! ¡Dios!... ¡para!…- lo detuvo el guitarrista.

-          Ya no quieres que siga…-el pelinegro tomó aire, hacer mamadas te dejaba los pulmones secos- con mis jueguitos- prácticamente ronroneó.

-          Claro, pero vamos a hacerlo diferente-

Empujó a Bill para que quedara acostado, se dedicó a besarle los muslos y a abrirle las piernas en el camino.

-          Esto te va a encantar- le dedicó una sonrisa seductora.

Levantó sus piernas para dejar al descubierto la entrada rosa, pasó la punta de su lengua haciendo círculos alrededor, Bill le clavó las uñas en los hombros al sentir su aliento tan abajo. Más seguro de sí mismo, Tom empezó a meter la punta por ese apretado orificio, poco a poco su lengua entró por completo, era un lugar bastante cálido y apretado, se retiró de ahí escupiendo un poco, después empezó a jugar con su dedo índice, al principio ejercía un poco de presión pero fue cediendo, metió un segundo dedo moviéndolo en forma giratoria, cuando la tensión disminuyó agregó el tercero, separándolos dentro para que se fuera dilatando.

-          Ya…deja de hacer…eso- Bill sudaba con tanto roce- métela…ahora-

No fue un pedido, fue una orden. Tom escupió en su miembro masajeándolo un poco para endurecerlo más, acercó la punta a la dilatad entrada, logro meter la cabeza cuando el vocalista lo detuvo.                                                                                 

-          Espera…- puso una mano en su abdomen- dame…tiempo- permanecieron un rato así hasta que se acostumbró a la intromisión- con…continua…despacio.

Tom fue introduciéndose lo más despacio que pudo, intentado no perder el control, ahí dentro era todo tan jodidamente apretado, que no creía resistir mucho antes de penetrarlo con fuerza. Cuando entró por completo se detuvo para tomar aire se sentía tan caliente y apretado que si se movía se correría ahí mismo.

-          Muévete- le pidió Bill con un ronroneo.

-          Prepárate…- le sonrió lascivo- te voy hacer gritar de placer-

Sin decir más inició unas embestidas lentas que fue aumentando paulatinamente, el choque de sus testículos con las nalgas de Bill inundaron la habitación, Tom gemía como loco con cada embestida, Bill gritaba como maniaco, pidiéndole cada vez más, tantas descargas eléctricas recorrían por su columna vertebral que el pelinegro tubo que coger una almohada y ponérsela en la cara para tapar sus aullidos.

-          ¡Dios! eres tan bueno- Tom lo penetraba más rápido.

-          Hazlo…ah…más rápido- gimió el pelinegro.

La aceleración de las embestidas hacia que el cabezal de la cama chocara contra la pared, el guitarrista bajó la mano hasta el pene de Bill para masturbarlo al mismo ritmo, estaba tan cerca de correrse que el solo pensarlo le dolía, bastaron tres embestidas con todas sus fuerzas para derramarse dentro, Bill se corrió en su mano y un poco salpicó a su pecho.

-          Oh, jodida…mierda- dijo en una exhalación el rastudo, con cuidado salió de Bill y se recostó a su lado.

Bill apenas terminó los ojos se le cerraban, la borrachera no ayudaba tampoco a mantenerlo despierto por más que quisiera levantarse e irse, se dio la vuelta jalando el edredón y tapándose a él y a su compañero-cinco minutitos que me tome para descansar no creo que afecte- se dijo antes de caer completamente dormido.                    

Alrededor de las 10 de la mañana Bill comenzó a despertar algo aturdido y confundido.

-          ¡Au!- se llevó las manos a la cabeza- en donde…- veía a su alrededor intentando ajustar la vista- ¿en dónde estoy?- no recordaba haber estado en ese lugar antes- ¿en dónde vine a parar?-

Volvió a llevarse las manos a la cabeza, la resaca les estaba matando, cuando su vista se acostumbró del todo, empezó a ver de un lado al otro, su vista se posó en la persona que estaba a su lado.

-          ¿Quién demonios?...- intentó ver quien era porque le estaba dando la espalda- ¡Tom!- dijo totalmente sorprendido al ver esas inconfundibles rastas- ¿Qué hago con Tom en la misma cama y…?- puso su vista en su torso desnudo, los ojos casi se le salen de las orbitas- ¡desnudo!- se tanteo el pecho- ¡Dios no!- empezó a implorar- ¡Por favor no!- levantó lentamente el edredón para ver el resto de su cuerpo- ¡Dios no!-

Se volvió a tapar frustrado de ver que estaba como Dios lo trajo al mundo. Volteo a ver a Tom que aun dormía- y si lo despierto- pensó mordiéndose el labio – olvídalo- se recrimino en voz alta- mejor que siga durmiendo-. Con cuidado de no despertarlo se levantó de la cama para buscar su ropa, se quedó completamente de piedra cuando lo escucho balbucear, luego soltó el aire al ver que se daba la vuelta para seguir roncando, se puso los bóxers y recogió el resto de ropa y los zapatos llevándose todo envuelto en los brazos, de puntitas salió del departamento conteniendo el aire que soltó cuando estuvo fuera, cruzo el corredor hasta su departamento, metiendo rápidamente la llave por si llegaba a despertar y lo iba a buscar.

-          ¡Ay Bill!- se daba contra la puerta- ¡Ay Bill! ¿Qué acabas de hacer?- se llevó las manos al cabello- Okey…tranquilízate- daba vueltas por el departamento- tal vez no pasó nada, nos desnudamos pero nos quedamos dormidos-decía alegre intentando convencerse- a quien quieres engañan, si las caderas te están matando- volvió a recriminarse- ¡auhm no!...- lloriqueaba como perro regañado- Gustav en donde estas cuando más te necesito- se sentó frustrado en el sofá pero muy pronto se arrepintió- ¡Auch!- se mordió el labio haciendo gestos de dolor- mejor…- se levantó con cuidado- me tomo un analgésico-

Fue hasta el baño sacando del botiquín un frasquito con pastillas, se lo pasó con agua suspirando por la idiotez que había hecho con Tom. Se sentó en su cama a pensar un rato.

-          ¡Auch!- volvió a quejarse- ese bestia la tiene enorme- volvió a decir conteniendo la respiración.

Apoyó la cabeza en sus muslos llevándose las manos al cabello desordenado, estuvo así un rato, rezando para que Gustav llegara pronto. Decidió que mientras lo esperaba era mejor tomar una ducha para quitarse la resaca y otras cosas que no debían estar ahí. Cuando se estaba bañando sintió que por sus piernas resbalaba algo pegajoso, al darse cuenta de lo que ere empezó a darse de cabezazos contra la pared, si aún le quedaba una mísera esperanza de que no había pasado nada el semen que bajaba por donde no tenía que bajar acababa de matarla.

-          Gustav…- empezó a llorar- ¿en dónde estás?-

Sin quitarse la bata de baño fue hasta la cama del baterista y se envolvió en el edredón, quiso esperarlo ahí, pero sin darse cuenta se quedó dormido.

-          Bill ya regrese- entro campante el baterista- y ese tonto- arqueo una ceja- ¿en dónde está?-

No le dio mucha importancia a la ausencia del pelinegro si lo conocía bien- y claro que lo conocía- seguramente se fue al spa o de compras.

-          ¿Qué demonios es esto?- dijo atónito al ver el bulto en su cama- ¿Bill? Eres tú- no podía ser otro.

Se acercó para cerciorarse de sus sospechas y ahí lo encontró, bien acurrucado en su cama, con su edredón. No es que le molestara, pero él nunca hacia eso.

-          Bill- lo movió para despertarlo- despierta Bill-

Poco después fue abriendo lentamente los ojos, apenas se dio cuenta de la presencia del baterista, se lanzó en sus brazos.

-          Gusti- lloriqueó en su pecho- que bueno que volviste-

-          Podrías, por favor explicarme todo esto- no entendía tanta melosería.

-          Tengo que contarte tantas cosas- lo vio directo a los ojos haciendo un pucherito.

-          Por la cara que tienes, de seguro es algo grueso- se burló de su estado.

-          ¡No me hables de grosores!- le gritó recordando el dolor en su parte baja.

-          Está bien- se defendió- cuéntame que te pasó- se acomodó con Bill apoyándose al respaldo de la cama.

-          Anoche- empezó el relato- fui a un bar que estaban inaugurando-

-          ¿Y eso que tiene de interesante?- se encogió de hombros.

-          Podría callarte y dejarme terminar- necesitaba sacarlo de adentro- ok, fui a este bar y ¿con quién crees que me encontré?-

-          Con…- pensó un poco- Lady Gaga- probó suerte.

-          No torpe, con nuestro guitarrista-

-          Bill, a Tom lo vemos diario no sé qué es lo emocionante de todo esto-

-          Espérate…que ya viene lo bueno…me lo encontré ahí, porque fue con Georg, ya sabes en plan de conquista como siempre, estuvimos hablando un poco porque una chica lo mandó por un tubo, luego bailamos y bebimos…y seguimos bebiendo…-

-          Al grano Bill, nos van a coger las pascuas a este paso-

-          Sí, sí…- empezaba a ponerse nervioso- estábamos borrachos y regresamos a casa, llegamos a su departamento y…y…- no podía continuar.

-          ¿Y qué?- lo zarandeó- habla por Dios, no me dejes en ascuas-

-          Tuvimos sexo- dijo en un hilo de voz, agachando la cabeza y mordiéndose el labio.          

-          ¡¿Qué, que?!- el baterista se puso de pie en un brinco viendo a Bill atónito con los ojos bien abiertos.

-          Lo que oíste- se sentía mal.                   

-          ¿Te acostaste con él?- aun no daba crédito a lo que escuchaban sus oídos.

-          Sí, Gustav- dijo lastimero-  y me siento muy mal- se limpió una lagrima-  no sé si por pasar la noche con él o por la resaca, pero me siento fatal-

-          ¡Bill!- lo veía con ojos de reproche- ¿en donde quedó todo eso de: sexo sin amor no es amor y toda esa lata que dices en las entrevistas?-

-          No hagas que me sienta peor – recogió sus rodillas- Tom es mi amigo,  mi compañero de banda,  mi casi hermano- intentaba demostrar su punto.

-          Ya, tranquilo- le acarició la espalda con ternura- no te sientas mal, velo por el lado amable- intentó animarlo- hay muchas chicas a las que les gustaría estar en los pantalones de nuestro guitarrista y tú lo conseguiste-

-          ¡No digas tonterías Gustav!- eso le hacía sentirse aún peor-  solo fue una noche fruto de una borrachera- comenzó a recordar todo lo que hicieron- además…- su rostro entristeció- él solo me ve como a un amigo-

-          Aun no logras sacártelo de la cabeza ¿verdad?- Gustav sabia a la perfección que Bill estaba enamorado de Tom.

-          No… y eso me convierte en un idiota igual o peor que él, por aferrarme a un amor imposible… estuve a punto- hizo énfasis con sus manos- de quitármelo de la cabeza, y lo hubiera logrado si no hubiera pasado lo de anoche- suspiró melancólico- si no hubiéramos estado borrachos nada de esto hubiera pasado- volvió a sollozar. 

-          No es por hacerte sentir peor, pero… ¿Qué le piensas decir cuando lo veas?-

-          Nada…me voy a hacer el loco, le hare creer que nada pasó, como estábamos borrachos seguro no se acuerda, asunto finalizado así evitamos conflictos y todos felices-

-          Más vale que no se acuerde de nada, porque si no…hay alguien más que podría enterarse-

-          ¿Estás hablando de Georg?... ¿Tú crees que se lo cuente?-

-          Sabes, que los dos son como uña y mugre, así que es probable-

-          No, no, no…tengo que lograr convencerlo, sino ese torpe de Georg puede irle con el chisme hasta al portero del edificio-

-          Yo no me preocuparía por el portero, a quien sí hay que temer es a David-

-          ¡Oh, cielos! ¡David!- se golpeó la frente con la palma de la mano- me había olvidado de él, si se entera nos cuelga… tú no dirás nada ¿verdad?- le miró con ojos suplicantes.

-          Sabes muy bien que no-

-          Más te vale, porque si llega a salir una sola palabra de tu boca te cortó las bolas- le amenazó.

-          Bill, yo guardo tus secretos como si fueran los míos, ni una palabra saldrá de esta linda boquita- hizo el ademan de cerrarse los labios con un cierre.

-          Me quiero morir- fue a refugiarse en el pecho de su amigo.

-          Tranquilo- lo acunó de forma maternal- todo estará bien, ya verás que pronto se te olvidará todo-

-          Tienes razón…voy a hacer de cuenta que nada pasó-

-          Eso está muy bien, pero…Bill…- necesitaba preguntar algo crucial- ¿usaron condón?-

-          ¡Oh Dios! Gustav mátame ahora que puedes-

-          ¡No puedo creer que no se hayan cuidado!- le recriminó- y no me digas que no tenían, porque Tom siempre carga condones-

-          Tú crees que en ese momento iba a poner me a pensar en los condones- intentó defenderse.

-          Bueno ya…- no quería ser tan duro con su amigo- si no se corrió dentro todo está bien…-al ver la cara de culpabilidad de Bill, estuvo a punto de golpearlo contra la pared- se corrió dentro ¿verdad?- preguntó lo obvio.

-          Sí- dijo culpable.

-          Sabes lo que eso podría significar ¿cierto?...dentro de nueves meses… ¡bum! … un bebé pelinegro con rastas-

-          Gustav, no exageres quieres… ni que Tom tuviera tan buena puntería-

-          Yo, solo digo… ¡después cuando tengas una panza que no puedes ocultar, no vengas llorando a mí!-

-          Ya te dije que eso no va a pasar…mejor me voy a poner algo de ropa encima-

A las cinco de la tarde un castaño de ojos verdes llegaba con una sonrisa de oreja a oreja en la cara, la noche anterior la había pasado de maravilla, esta vez, él había ganado.

-          Tomás- dijo con aires de grandeza- ven a recibir a tu papi- no se escuchó ni una mosca volando- ¿Tom?... ¿seguirá de fiesta?-

Caminó hasta su habitación y lo encontró dormido boca abajo, con el edredón medio cubriéndole las miserias.

-          ¿Tom?- se asustó al verlo así a esas horas-no habrá bebido hasta morir, ¿o, si?- pensó el bajista- Tom, viejo ¿estás bien?- lo movió para ver si aún respiraba.

-          Mmm- se dio la vuelta.

-          ¡Jesús! Tapate esa cosa- le puso una almohada en la entrepierna.

-          ¿Qué pasó?...- intentaba acostumbrar la vista- ¿Georg, eres tú?-

-          No, Santa Claus- ironizó el bajista- ¿Qué demonios te pasó?-

-          Ahm…- forzó su mente para recordar algo- anoche…eh…-

-          Seguro la pasaste fantástico- se cruzó de brazos frustrado, justo cuando creía que le había ganado, al parecer su amigo tuvo una orgía hasta medio día- ¿Por qué no te vas a bañar? Apestas a licor y otras cosas que prefiero no nombrar-

Salió de la habitación irritado, mejor él también se bañaba y se iba a dormir, mañana tenía que regresar a los ensayos y todas esas cosas que hacia como un famoso bajista.

Tom estuvo dando vueltas en la cama toda la noche, varias imágenes de él y Bill haciendo cosas no aptas para menores le rondaban por la cabeza, se sentí muy confundido, era imposible que ellos hubieran hecho eso… ¿o, no?        

Notas finales:

ya saben, no se emborrachen o se arrepentiran jajajaja gracias por leer... por favor comenten ....les mando un besote!!!


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