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El gato de la suerte por Meownprr

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Notas del capitulo:

A ver cuando me digno a actualizar, por lo mientras, disfruten. ¬¬ <3

Llovía a mares, Taemin estaba empapado mientras caminaba por la desolada calle. Las gotas de lluvia que le empapaban el rostro, se mezclaban con sus lágrimas. Su padre había fallecido el día de ayer y era la única familia que le quedaba, ahora estaba solo.   Solo… esa palabra se escuchaba jodidamente mal, amaba a su padre y todo había sucedido tan rápido que apenas había tenido oportunidad de llorar.

¿Qué haría ahora?, tenía un buen trabajo en una academia de danza y ganaba más que lo suficiente para tener una vida cómoda, sin embargo, su padre le había dejado una herencia, incluso aquella casa enorme que recordaba como parte de su infancia. Pero él definitivamente no sabía que hacer, no quería mudarse y mucho menos necesitaba un peso de la herencia.

Suspiró, tenía ganas de darse una ducha caliente, de meterse en la cama y dormir por una semana entera, no saber nada, no quería aceptar la realidad. Estaba solo. ¡Solo!, esa palabra le aterraba. Unas cuadras más y llegaría a su casa.
Su mirada se fijó en una caja vieja medio destrozada, donde un par de ojos le observaban de manera fija. Iba a pasar de largo cuando el agua arreció y sintió una punzada en el pecho, no podía dejar a aquella criatura empaparse, así que rendido ante sus sentimientos, se acercó hasta la caja y se puso en cuclillas para observar al animal que se refugiaba.

—           Hola, amigo —Le saludó con una débil sonrisa, mientras estiraba una mano hacía él e intentar acariciarle la cabeza. Fue inútil, un gruñido se hizo escuchar y después sintió ardor en la mano. El animal le había aruñado—¡Eso duele!—Se quejó, alejando la mano de inmediato y mostro una adolorida expresión.

Taemin adoraba a los animales, en especial a los gatos y ser rechazado por uno..le hacía sentir más triste de lo que ya estaba. Se mordió los labios intentando contener en vano las lagrimas que inundaban sus ojos. Pronto se encontró llorando como un niño pequeño, era un día terrible.
Suspiró intentando calmarse y se quitó la chamarra, definitivamente no iba a dejar al felino a su suerte. Se ganó algunos rasguños más, seguro quedarían rojas marcas en su piel, pero no le importó pues pegó al gato a su cuerpo y le cubrió con la chaqueta. El minino no tuvo de otra que quedarse quieto y Taemin aprovechó la oportunidad para echarse a correr el corto camino que quedaba hacía su casa.

Escurriendo de agua, logró abrir la puerta de su hogar y en seguida se dirigió a colocar la calefacción, después se apresuró al baño y sacó algunas toallas para comenzar a secar al felino. La cara del animal era un poema, no podía esconder su enojo y a Taemin le pareció entre adorable y gracioso, por lo que no puedo evitar reír un poco. Era su primer risa después de días y le hizo sentir con menos peso encima.

—           ¿Ya no vas a rasguñarme?, la verdad es que me duele mucho —Se quejó Taemin, pero el gato ni siquiera se inmutó, solamente se sacudió y después se lamió una pata. Tuvo que resignarse y dejó que el animal continuara con lo que hacía, comenzó a sacarse las prendas y abrió el grifo de la ducha. En seguida el vapor inundó el baño y Taemin sintió sus músculos relajarse, la ducha logró drenar algunos de sus malestares.
Mientras tanto, el felino le observaba desde su lugar, como una estatua. Taemin sintió la mirada y cuando terminó de ducharse, enredó una toalla en sus caderas y la otra la colocó sobre su cabeza para secarse los cabellos.

—           ¿Qué pasa contigo?, eres un gato pervertido —Soltó el joven mientras abría la puerta del baño. Caminó hacía su habitación y sacó una camisa de algodón y unos pantalones de chándal. Cepilló sus cabellos teñidos de rubio claro y notó que el gato le había seguido, ahora yacía echado sobre la alfombra, con las patas estiradas y la cabeza reposando sobre estas.
No importaba que el minino no lo quisiera, no se arrepentía de haberlo rescatado de la calle. Estaba agotado y quería meterse en la cama, pero era seguro que el animal tuviera hambre, así que se acercó hasta este y aprovechó que tenía la guardia baja para acariciarle las orejas.

Tan solo unos segundos pudo hacer aquello, ya que el animal se alejó de la caricia y le miró molesto. Hasta entonces Taemin notó que en el cuello brillaba una pequeña placa con lo que creía, era el nombre del gruñón felino.
Con el riesgo que conllevaba acercar la mano, Taemin lo hizo y tomó entre sus dedos la plaquita para leerla. ‘’Minho’’, el gato se llamaba Minho. Si tenía una placa, eso quería decir que el gato tenía dueño, así que no era bueno hacerse ilusiones con poder quedárselo, al contrario, debía poner algunos carteles que dijeran que lo había encontrado.

Por alguna extraña razón, volvió a sentirse solo. Pero esa era la realidad, estaba solo, ese gato no sería suyo.

—           No te preocupes, solo tendrás que quedarte por esta noche, Minho… te aseguro que pondré algunos anuncios para que tu familia sepa que estás conmigo y vengan por ti —Ni una muestra más de cariño, Taemin se apresuró a la cocina, para servirle en un plato algo de leche tibia y en otro un poco de atún, regresó a su habitación y dejó ambos platos en el suelo para que el animal comiera.

Finalmente, cansado, sintiendo que las cosas iban de mal en peor, se dejó caer en la cama y se metió bajo las mantas, el calor en seguida le arrulló, pero aquel pequeño dolor en su pecho no le dejaba calmarse del todo. En silencio, comenzó a sollozar, ¿Por qué todo eso le estaba pasando a él?, tenía que continuar con su vida, por supuesto, tenía su empleo, tenía algunos amigos, incluso pretendientes.. pero no había nadie lo suficientemente importante, nadie que con solo su recuerdo calmara el dolor y desplazara esa palabra tan nueva y dolorosa.

Sintió un peso sobre la cama y en seguida se encontró con un par de ojos brillantes, esta vez no vio enojo en ellos, sino más bien un atisbo de comprensión o algo parecido. Minho había trepado hasta la cama y ahora se acomodaba sobre el pecho de Taemin. El dolor en su pecho comenzó a disminuir de manera increíble, no sintió la sensación de pesadez y poco a poco cerró los ojos, estaba cansado y el calor que el felino le proporcionaba le daba una extraña tranquilidad.

Notas finales:

Yo sé que si no hay lemon, no les gusta, pero es lo que hay. ¡Y Minho es un gato!, ¿Qué más pueden pedir?.

Byecito.<3


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