Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Número impar que resulta infinito. por Mimi Shim

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Numero impar que resulta un dos infinito


 


Si alguien les hubiera dicho hace algunos años que su destino seria este, simplemente no lo hubieran creído. Ahora después de tanto tiempo de conocerse, podían jurar que no se imaginaban de otra forma, quizá Georg hubiera sido un gran dentista, tal vez Gustav se hubiera dedicado a aquella pasión oculta que le tenía a los libros. Tom estudiaría musica, él simplemente tenia el don


Pero Bill; Bill era un caso perdido, al menos así lo sentía él. No era diestro al tocar algún instrumento, entendía poco de cuerdas y nada de percusiones. Solo tenia su voz, una que clamaba por regresar a los grandes escenarios. Todos tendrían una oportunidad en en mundo una vez Tokio Hotel viera la luz del fin. 


Menos él aunque quisiera destacar en muchas otras cosas.


Fin que sentía mas próximo que nunca. No por que ellos así lo quisieran, los cuatro eran felices dedicándose a aquello que muchos sólo sueñan. Pero crecer era parte de todo; Gustav estaba mas decidido que nunca a formar una familia, el paso ya estaba dado, después de todo no por nada se había casado en invierno pasado. Para Georg el destino pintaba de una forma muy parecida, en cualquier momento daría una sorpresa improvisada justo como el baterista. 


Y Tom ¿Qué podría decir de Tom? 


Tom siempre lo seguiría a él, no importaba el lugar o el tiempo, su hermano mayor simplemente sentía aquella conexión mutua como una forma predestinada de mantenerse juntos. 


Juntos ellos dos.


Siempre dos. 


Dos aunque la cuenta arrojara un molesto numero impar, un sobrante conocido por coincidencia. Una modelo más, una mujer que pasó de ser una excusa ante los medios, a una perfecta cortina de humo. 


Nadie nunca sabría la razón de tener a alguien como ella. Ria era para las fans aquel objeto de odio y desprecio (incluso el sentía aquello cuando tácitamente era el nombre de Ria y no el propio era el que se tomaba como 'la pareja de Tom'), pero nada podía hacerse, ella se conformaba con las migas de ' algún día, tal vez, quizá' o los 'soy muy joven, no quiero compromisos' y el mas usado hasta ahora ' esto no ayuda a la imagen de la banda'. 


Sin embargo muy distinto era, él mismo lo sabía, todas las excusas rezaban lo mismo:


No eres tu, somos Bill y yo.


Jamás seras lo que mi hermano es para mi.


Nunca existirá un destino entre los dos, porque sólo mi gemelo y yo somos dos y uno a la vez.


En su fuero interno Bill se preguntaba cuanto es que esa mujer tardaría en cansarse de los pretextos, cuánto tiempo le tomaría descubrir aquel secreto que tanto cuidaban de los prejuicios del mundo. 


Cada noche en el estudio o en el apartamento de la banda, no faltaban los comentarios burdos de Georg sobre la poca inteligencia de la mujer en cuestión, o las sonrisas llenas de sarcasmo de un Gustav que pretendía sentir pena. 


Los cuatro sabían que no era correcto.


No era correcto engañar a la gente.


Tampoco lo era jugar con el "amor" de una persona.


Y lo peor, no era aceptable amarse entre ellos.


No por que amar estuviese mal, sino porque era ese tipo de amor que solo los amantes dignos de una tragedia griega podían sentir. 


Incesto, era una palabra dolorosa que no describía nada para ellos. Su significado no encontraba cabida en sus vidas. Ellos se amaban, no había bien o mal, solo amor y un mismo destino.


-¡Bill! ¡Pumba mordió mis tenis de nuevo!- Aquel grito de su gemelo le hizo brincar, cuando lo quería Tom tenía una voz incluso más potente que la suya. Georg a su lado sólo sonrió fugazmente, era claro que se avecinaba una pelea entre ellos.


-¡Tomi! Pumba es muy pequeño. No puedes enojarte con el. Además quizá Pumbi no quiere que salgas esta noche con... Ella.


-Lo que Bill quiere decir Tom, es simple, ' estoy celoso de Ria, tienes prohibido irte.' Si te largas, Georg y yo soportaremos su rabieta por la mañana. Así que es mejor que salgas con él. 


Bill sonrió interiormente, después de todo enviar a su pequeño cachorro a jugar con los tenis de su hermano no fue tan mala idea. Si Gus y Georg se iban el tendría no solo una noche romantica y divertida. Sino que aquellas ideas fatalsitas con respecto a la banda y su futuro quedarían relegadas. 


Quizá muchas cosas habían cambiado; la esperanza de un futuro era tan borrosa como aquellos días de clima tormentoso en Los Ángeles, tal vez el jamás tuviese otro talento más allá de cantar, tal vez no todo durara una eternidad y Tokio Hotel desapareciera algún día. Pero lo tenía todo.


Tenía a Gustav, y su madurez.


A Georg y las interminables bromas.


Su pequeño cómplice Pumba.


Y a Ria, la excusa perfecta. 


Pero sobre todos; estaba Tom, su Tom. 


Hermano, amigo y lo que ambos conocían como amor verdadero. 


' Si había un final, habrían de encontrarlo juntos. Sin importar que fueran un numero impar, por que cinco también era imperfecto y se dividía infinitamente.' 


Cinco eran ellos, 4 por destino y un extra de casualidad quien pese a todo era necesario para una verdad que era la mentira mas obvia.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).