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Seres por Liyis

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Notas del capitulo:

Hola mazapanes!!

Me apresure mucho en escribir este capitulo, asi que aqui esta el nuevo cap de seres! Espero les guste y la sigan leyendo, tenia planeado actualizar ayer pero no pude asi que aqui se los traigo hoy!

Disfruten.

Su mirada de enojo me hacía sentir triste y no sabía realmente porque.

-Levántate- me ordeno, su voz era tan grave que me hizo estremecer y sin saber bien porque, le hice caso. -¿Porque se te ocurrió escaparte del laboratorio?- se veía mas enojado. No conteste -¿Sabes todo el dinero que fue invertido en esa investigación como para que lo arruinaras?- Baje la mirada. ¿Porque dejaba que me tratara así? en cualquier otro caso ya hubiera comenzado a rezongar.

Trataba de hablar, pero no lograba que ninguna consonante saliera de mi boca. No entendía, lo menos que me interesaba era saber sobre su dinero y su estúpido laboratorio que dejo mis brazos llenos de piquetes. A él ni siquiera lo conocía y aun así me sentía mal.

-Lo... Lo siento- logre articular con la cabeza baja. Apreté con fuerza mis nudillos y cerré los ojos con una mueca por seguir sintiendo el dolor de mi mano.

-Sígueme...- hablo una sola vez, se giró para comenzar a caminar y yo lo seguí sin protestar. Él iba bastante tranquilo, parecía que el enojo ya se le había pasado. Fuera de esa oscura habitación, ya podía ver de nuevo esos pasillos blancos y esos paisajes tan lindos. Pero la mayoría del tiempo en le prestaba más atención a él, viéndolo de reojo, siempre de traje y con su cabello perfectamente arreglado, llevaba las manos en los bolsillos, se veía muy joven.

-Oiga...- hable a la mitad del camino, pero él me ignoro, así como había pasado la última vez.
No quise insistir más, pero quería saber que harían conmigo ahora, a donde me llevaba y porque.

-¿A dónde vamos?- Nunca contestaba a mis preguntas.

Me irrite un poco al no sentir una respuesta. Decidí observar de nuevo las paredes, conforme avanzábamos, las paredes empezaban a verse menos vacías, había algunos juguetes por el piso y algunas paredes estaban pintadas con lo que parecían crayolas. ¿Había niños aquí? Después, giramos por otro pasillo y ya no pude ver a donde guiaba el camino de juguetes, entramos a una sala grande, se veía bastante cómoda, parecía un cuarto de juegos, ya que tenía una consola con un par de videojuegos  y una gran televisión  en frente de unos sillones bastante acogedores, había una pequeña cocina en una esquina y un gran librero.

-Vas a comenzar a intégrate. Quiero ver una demostración de lo que sepas hacer- hablo de repente sorprendiéndome.

-¿Qué?- ¿A qué se refería con demostración?

Escuche unos pasos y algunas voces acercarse al lugar donde estábamos, me puse nervioso de repente, podía sentir como se acercaban. Entraron como diez chicos, todos usando el mismo uniforme que yo y que parecían tener mi misma edad, venían conversando trivialidades de manera agradable y común entre ellos, al verlos entrar me sorprendí ¿Todos ellos eran los mismo que salían en las noticias? ¿Los mismos, tan apagados y fríos? Nunca me había imaginado estar frente a ellos.

En cuanto me vieron, se detuvieron por completo algo, mirándome de pies a cabeza, igual de sorprendidos que yo al verme. Nunca los había visto antes, quizá alguna vez en la televisión, pro por ahora los únicos rostros conocidos eran los del par de gemelos y el de Eriel, los cuales venían por atrás.

-¿Él es el novato?- pregunto un chico pelirrojo de los primeros en entrar con una sonrisa que parecía de... ¿burla?

-Así es- dijo el "Controlador" -A partir de ahora formara parte de los entrenamientos-.

-¿Quien se encargara del?- pregunto otro de los chicos del frente -No quiero imaginarme al desafortunado-

-En ese caso... Espero que todos lo hagan- respondió con un pequeño suspiro.
El mismo chico bufo y camino hasta tirarse en el sofá. Los demás empezaron a dispersarse en la habitación. Yo seguía de pie, sin querer moverme, ni voltear a mirar a nadie, parecía que sus ojos me amenazaban.  

Seguía observando la puerta la cual habían dejado abierta y después de que unos guardias pasaran, entro una  mujer, la chica más hermosa que había visto en mi vida. Vestía uniforme de oficial y llevaba unas hojas en su mano, su piel era apiñonada y su cabello largo y amarrado en una coleta.

-¿Que hicieron hoy en el entrenamiento?- le pregunto el controlador a la chica, la cual se detuvo observándolo con una sonrisa, era alta y su cuerpo estaba tan bien formado que la hacía lucir increíblemente sexy.

-Mejoran-. fue lo único que dijo, con una voz tan bonita que no dejaba de observarla.

 -¡No babees!- me grito el mismo chico pelirrojo mientras me arrojaba uno de los cojines del sillón a la cabeza.

Me saco de mis pensamientos, gemí al sentir lo fuerte que era cuando la almohada impacto contra mi cabeza y note como todos  o la mayoría me observaban burlescos, al igual que ella, me sonroje de la vergüenza en ese momento.

-Tú eres el “Ser” que se escapó ¿verdad?- me pregunto. No conteste, me limite a mirarla. –Soy Érica Seller, es un placer conocerte- me tendió la mano, pero no la tome. Ella simplemente la bajo -De acuerdo... Parece que tendremos algunos problemas-.

Íbamos a tener muchos, no me sentía con la confianza de acercarme a alguien.  

-Quiero que haga una demostración de sus habilidades-.

-No es mala idea, vamos la sala de pruebas, ahí podrás probar todo lo que sabes hacer- seguía sin entender a que se referían con eso.

El controlador me sujeto del hombro y me hizo caminar, seguíamos a la chica mientras que los demás al escuchar empezaron a acercarse para ser testigos  de lo que fuera a pasar, ellos se veían bastante divertidos y eso a mí me comenzaba a dar mala espina.

 

Después de recorrer tantas veces el edificio, me llevaron a un lugar diferente, aquí las paredes se veían hechas de metal. Entramos por una puerta que se abrió solo cuando Érica presiono unos botones. Al entrar, llegamos a dos escaleras, unas que se dirigían hacia arriba donde habían algunas luces y las otras a un lugar muy oscuro. Los “Seres” subieron corriendo las escaleras hacia arriba. Yo no los seguí.

-Creo que será mucho mejor que yo lo lleve ¿No crees?-.

-No, no lo hago- le respondió a la chica.

-Vamos, tengo el presentimiento de si tú lo haces, lo asustaras y no queremos eso-. Eso simple me había asustado. –Seré fácil- ella se acercó a mí, igual sujetándome del hombro me soltó del “Controlador” y me hizo bajar por las escaleras. Estaba tan oscuro que no veía muy bien por donde pisar.

-¿A dónde vamos?- le pregunte.

-Vaya, es la primera vez que te escucho hablar- no me contesto. ¿Por qué nadie me contesta? –Tranquilo, sea la razón que sea por la que estás aquí, es mejor que comiences a acostumbrarte a tu “Controlador” en especial a el- nos detuvimos –Solo entra y has lo tuyo-.

 

Antes de que pudiera responderle me empujó hacia la oscuridad, no podía ver donde estaba, apenas podía distinguir algo y no me imaginaba donde podría estar. Entonces unas luces se encendieron, me lastimaron un poco la vista por lo que cerré rápido los ojos. Cuando pude abrirlos bien, no sabía en absoluto donde estaba, era una habitación gigante, no había nada ni nadie por ningún lado y el piso parecía ser sensible al tacto, cada que daba un paso este cambiaba aumentaba su tono blanco, recorrí el lugar con la mirada, caminando hasta que llegue al centro para poder observar mejor a mi alrededor.

Al otro lado de la sala había una puerta grande de metal color rojo, con muchos tornillos y un par de sirenas en cada esquina. Me di la vuelta y vi la puerta por la que yo entre, ¿Cuánto tiempo me tardaría en llegar ahí?

Escuche el sonido de varias cerraduras abrirse, esos sonidos tan fuertes provenía de la gran puerta de metal roja, las sirenas comenzaron a sonar y la puerta comenzó a levantase poco a poco. No sabía que sucedía y comenzaba a ponerme nervioso. Al mismo tiempo, las paredes de la habitación comenzaron a levantarse, las seguí con la mirada notando que al llegar cerca del techo me dejo ver una ventana por la cual todos me estaban observando desde ahí.

Los mire a todos, tan entretenidos de lo que fuera a pasar, ya me estaba imaginando que hacían ahí y no quería que sucediera lo que me esperaba. Una vez que la puerta termino de abrirse por completo, no se veía absolutamente nada del otro lado de esta, yo estaba tan tenso conforme el miedo se iba apoderando de mí que incluso había dejado de respirar por un momento.

Mucho humo comenzó a salir de la puerta, llena toda la habitación de esa cosa y nublo toda mi vista.  No vi nada. No vi cuando lo que estuviera dentro de la puerta salió. No vi cuando se dirigió a mí y no dudo en golpearme, un golpe tan fuerte y tan grande, que solo sentí cuando mi cuerpo se impactó contra el muro de cristal ocasionando una pequeña grieta.

Me había llevado el golpe más doloroso que había recibido en mi vida. No veía muy bien, mi respiración estaba acelerada y todo el cuerpo me dolía. Dolía mucho. Me di cuenta que el humo ya había desaparecido. Lo que me había golpeado, era uno de esos robots que llevaba el ejército para las guerras. Jamás imagine que fueran tan grandes.

No veía nada para poder ayudarme, no creía si quiera que pudiera levantarme después de eso, y esa cosa se dirigía hacia mí de nuevo. Grite dentro de la cabina y con toda la fuerza que tuve me levante antes de que el robot me alcanzara. Parecía que daba saltos, se movía rápido de un punto a otro pero luego se detenía unos segundos. Me prepare para el siguiente salto que diera, volvió a correr hacia mí y a unos segundos de que me golpeara me moví solo unos centímetros, haciendo que su brazo metálico quedara enterrado dentro de la pared de concreto que estaba al lado de la puerta roja.

Mi respiración estaba tan agitada que podía escuchar los latidos de mi corazón acelerado zumbando en mis oídos. Me sujetaba el estómago ya que sentía el dolor del golpe aumentar cada vez más. Voltee a ver el robot, trataba de sacar su brazo del muro, había quedado atascado y mientras lo hacía no quitaba sus sensores de mí, calculando como me atacaría la próxima vez.

Camine con pasos lentos retrocediendo mientras lo observaba hasta que choque con el cristal. Me di la vuelta y empecé a golpear el cristal. -¡Sáquenme de aquí!- grite lo más fuerte que pude.

Los chicos que me observaban desde arriba no hacían otra cosa más que reírse, y Eriel junto con los gemelos me veían con la expresión en sus rostros sin saber qué hacer. El “Controlador” estaba junto con Érica sin expresión alguna en su rostro.

Nadie me hacía caso. ¡¿Me iban a dejar aquí?! Di la vuelta para observar que el robot ya había logrado sacar su brazo del muro, arrancando algunas rocas de más volvió a saltar  y logre moverme antes de que me golpeara pero esta vez no se estrelló contra el cristal, freno para alcanzarme de nuevo y tuve que correr, tropezando en el intento y caí al piso.  Eche una rápida mirada a las puertas. La roja estaba abierta pero me daba miedo entrar ahí y la otra estaba cerrada. No tenía otra forma de salir. El robot volvió a saltar y yo me arrastre por el piso impulsándome con mis pies. Me había acercado a la puerta roja, y vi el agujero que había creado el robot con su fuerza.

Volví a observaba la puerta por la que entre ¿Cuánto tiempo me tomaría llegar hasta ella?

No me lo pensé mucho tiempo, ignore el dolor por completo, por un momento sentí que ya no estaba ahí, inicie corriendo justo en el momento en el que había dado el salto el robot y como me lo espere se detuvo antes de chocar contra el muro y giro para seguirme y alcanzarme.   

La habitación era grande y me había movido tan rápido como nunca antes lo había hecho. Atravesé toda la arena, me detuve al llegar  a la esquina, pude sentir como sin perder el tiempo, el robot daba el siguiente salto y volvía a  seguirme. No lo había observado, simplemente lo sentí. Me quede unos dos segundos ahí y en una milésima del siguiente, volví a correr ahora hacia la puerta en inmediatamente me agache. El robot me siguió hasta la esquina y al verme dar la vuelta hizo lo mismo soltando su golpe a la puerta y destruyendo todo el cristal del que estaba hecho.

Me levante y salí corriendo de ahí, subiendo de nuevo las largas escaleras. Sintiendo miedo de que el robot volviera a saltar y debido a la poca luz que aun había, tropecé pero algo evito que cayera.

El “Controlador” me había sujetado antes de que cayera al piso. Había aterrizado sobre él.

-Deténgalo- ordeno. Y note como los demás iban hacia el robot, no pude observar que más sucedió. El me sostuvo del brazo y me saco de la sala.

-¡Camina!- me grito. Pero yo seguí aturdido por lo que acababa de pasar hace solo unos minutos.

No había nadie más en el pasillo, me sujeto de los hombros y me estampo contra la pared, acorralándome.

-¡¿Por qué no lo hiciste?!- me sujetaba del cuello de mi sudadera.

-¿Ha-hacer que?- me trabe.

-No te hagas el desentendido. ¡¿Porque no usaste tus poderes para destruir al robot?!-

-¿De qué hablas…?- me miraba enojado, su mirada era tan dura y su respiración se agitaba, me veían atentamente a los ojos.

-Cuando intentaste escapar, hiciste algo que de alguna manera logro evadir todas las seguridades del edificio ¡Eso que hiciste lo quiero ver de nuevo!-

-¡No es verdad!-.

-¡Debes tener una forma de repetirlo! Así que no comiences a llorar y responde- No había notado cuando mis lágrimas empezaron a caer.

-Pero… yo en realidad, no recuerdo que fue lo que hice-

-¡¿Qué?!- me observo sin creerme –No digas que no lo recuerdas, todos ustedes saben que es lo que hacen, tú no eres la excepción, eres igual de engañoso que ellos- Dijo con el tono más frio que pudo, volvió a golpear mi espalda contra el muro, esperando que me asustara y le dijera lo que sabía, pero no tenía idea de lo que decía, al verlo a los ojos el pareció comprender eso y no le agrado en absoluto – ¡¿Al menos sabes que son tus poderes?! ¡¿Sabes usarlos?! ¿No has tenido nada antes que te dijera que tenías algo “especial”?- recalco la última palabra.

-Realmente… nunca me fije en eso, yo no tenía idea de que era un “Ser” era lo menos que me esperaba-.

-Se supone que me habían traído un “Ser” categoría B. ¡No un niñato demasiado débil al que ahora voy a tener que enseñarte todo desde cero!- me soltó.

-Lo siento…- susurre.

-¡Cierra la boca!- no dije nada más.

Había sido algo tan agitado y sorprendente que sentí que iba a morir en cualquier momento aplastado por esa cosa. Respire profundo tratando de detener mis lágrimas y me fui encogiendo en la pared. Oculte mi rostro entre mis piernas.

Notas finales:

Espero les haya gustado el capitulo, nos leemos en la proxima actualizacion. n.n

Besos.

Liby.


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